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Mis queridos hijos:
Hoy, como Madre de la Misericordia y ante el océano infinito de la Misericordia de Mi Hijo, recojo de los corazones las ofertas y las oraciones que son dirigidas a Cristo, a fin de que, en este tiempo, Él transforme la miseria humana en Misericordia y en Compasión.
Por eso, hijos Míos, una vez más, la vida y el espíritu de cada uno de ustedes está delante del umbral de la Divina Misericordia, esperando que la Ley de la Expiación actúe en la humanidad ante tantos acontecimientos que se viven en el mundo.
Que sus almas sean depositarias del Amor de Mi Hijo y de Su Misericordia Insondable.
Que sus actos, gestos y acciones sean misericordiosos para que esta civilización, de los tiempos de hoy, recupere su contacto con la esencia del Amor-Sabiduría, para que la maldad, el odio, la venganza y la impunidad se disuelvan en el corazón humano, y para que cada hijo Mío recuerde que puede regresar a Dios y conocerlo dentro de sí mismo, en lo más profundo del silencio y de la oración suplicante.
Queridos hijos, aún la Divina Misericordia necesita ser conocida en el mundo, necesita ser practicada y vivida por todos; porque mientras no hayan almas misericordiosas, no habrá paz en el mundo, la guerra no se detendrá.
La Misericordia es la puerta de salvación que Mi Hijo abrió en Su Costado, en donde los afluentes del Agua y de la Sangre son misterios de expiación y de perdón para los que se rinden al Amor de Jesús.
Hijos, que la Misericordia sea el anuncio de la esperanza y de la paz para el mundo herido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hoy me encuentro con toda la Fraternidad Interna presente en los Himalayas para que juntos podamos transmitir un mensaje de cura y de paz para el mundo, desde los Recintos más elevados de estas sagradas montañas.
Estamos reunidos como un solo corazón hermanado que pulsa al compás del fin de los tiempos, y sentimos y vemos las grandes necesidades y carencias espirituales y físicas de la humanidad.
Por todo eso rezamos y a través de nuestras claves mántricas pedimos la asistencia del Amor-Sabiduría como también del Sagrado Espíritu Divino, para que toda consciencia, situación o especie terrestre sea colmada de compasión y de luz en estos tiempos de experiencias y de grandes traumas planetarios.
Nos unimos a todas las consciencias que profesan su fe en lo Alto y en la buena voluntad y nos adherimos a todos ellos en un solo corazón que busca vibrar en las melodías cósmicas.
Abrazamos internamente a la consciencia guía del planeta y a todo lo que esa consciencia guarda, para que todo lo posible sea transmutado y liberado a fin de que los corazones tengan la dicha de sentir amor y no desprecio o conflicto.
Por eso, desde lo alto de los Himalayas, emitimos nuestro pensamiento positivo para todo el mundo, para que todos los seres hoy encarnados en la superficie de la Tierra alcancen la esperada elevación de la consciencia y así se establezca el Propósito Mayor, a pesar de los acontecimientos finales.
Como Maestros y Celadores de la humanidad aspiramos a que al menos una minoría alcance Nuestro ardiente deseo de ser empapados por el Amor de Dios.
¡Les agradezco, en nombre de toda la Fraternidad Interna, por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En este día, compañeros, su Maestro se prepara, en recogimiento y en oración, para poder llevar adelante el importante momento de la liberación de Holanda.
Para eso, las grandes huestes angélicas también se preparan para llevar adelante la Voluntad de su Maestro y Señor y así, generar una renovación espiritual y un camino de redención para todas las almas que, siendo miserables, necesitan urgentemente Mi Divina Misericordia.
Por eso, este es el tiempo en el que el Universo del Amor y de la Sabiduría se aproxima a la humanidad para conceder a las consciencias un tiempo de reflexión, de penitencia y de redención.
Es ese Universo del Amor, muy desconocido por los hombres, el que permitirá que milagros espirituales se den en las almas que más necesitan de ayuda y de perdón.
Pero este trabajo crístico que sucederá en Holanda tendrá sus frutos internos en el tiempo, cuando las almas consigan por sí mismas reconciliarse con Dios y volver a ver la Luz del Corazón del Padre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Si tienes ojos para poderme ver en tus hermanos, si tienes oídos para poderme escuchar en tus hermanos, si sientes Mi Amor irradiarse a través de tus hermanos, ¿por qué dudas si Yo estoy?
Mi Omnipresencia es desconocida por el mundo. Mi Omnipotencia aún no fue revelada completamente a la humanidad.
Yo estoy presente y silencioso en todos los lugares en donde dos o más se reúnan en Mi Nombre, para reconocerme y llamarme Pastor de almas.
Contemplo, acompaño y oro por cada una de las situaciones internas de Mis apóstoles, de la misma forma que Yo oré por los apóstoles en el Huerto Getsemaní.
Veo y observo todas las necesidades. Acojo en Mi Corazón todas las situaciones de la vida.
Recibe, entonces, Mi absolución en este bendito día para que, de Mi Amor y de Mi Compasión, aprendas a vivir. Así tendrás el coraje para enfrentar, sin desafiar, tus propias miserias y sin rechazarlas o repudiarlas. Deberás transformarlas con la paciencia que te brinda la fe y con la sabiduría que te brinda el amor.
Continúa viviendo, todos los días, el camino de la redención por Mí, tu fiel Amigo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Serie – Relevaciones Divinas de estos tiempos
De la humilde gruta de Belén al Templo de la Circuncisión – Parte II
Luego de los acontecimientos físicos, internos y universales sucedidos en la simple gruta de Belén, algunos días después, San José y su Madre Celeste se prepararon para presentar al Niño Dios en el Templo.
Este ya sería el segundo misterio que se revelaría en aquel tiempo a los hombres al respecto de lo que, espiritualmente, significaría la venida del Mesías a la Tierra.
En aquel tiempo, la gruta de Belén quedó impregnada y colmada de la luz crística. Por cada lugar que el Niño Rey pasaba, atributos y códigos divinos iban siendo depositados en esos espacios como terafines y todos aquellos que, de alguna forma u otra, participaron y supieron sobre el Nacimiento de Jesús en Belén, también recibieron impulsos espirituales que los llevarían a la transformación de la consciencia.
A días de haber nacido el sagrado Niño de Israel, San José ya había hecho los preparativos y rezado sus oraciones con el fin de que Él también atravesara, en el Templo, el proceso de la llamada purificación.
San José llegó al Templo junto con María Santísima y el Pequeño Niño en brazos, solo que, durante el acto de la circuncisión de Jesús, así como lo pide la Ley de Moisés, un hecho inesperado se presentó a través de un humilde sacerdote llamado Simeón.
Ese sabio y contactado ser era uno de los tantos hombres de la Tierra que esperaban la llegada del Mesías y el cumplimiento de las profecías de los Profetas.
En esa instancia de la presentación del Pequeño Niño en el Templo y luego de la circuncisión, Simeón, siendo inspirado por el Fuego Divino del Espíritu Santo, compartió y le anunció una profecía a la Madre de Dios, diciéndole que una espada de dolor atravesaría Su Corazón y, en seguida, repitió una de las profecías sobre el advenimiento de Cristo a la Tierra.
El Templo de la Circuncisión fue el escenario en que, no solo se determinó la consagración total del Niño Rey al Plan de Dios, sino que allí también se vio representado el sacrificio espiritual que Su Madre Celeste viviría, ofreciendo al Pequeño Niño como reparación y expiación espiritual por todos los errores cometidos por la humanidad.
Fue allí, a partir de ese momento, con la presencia de Jesús en el Templo, que comenzó la caída del imperio del mal que en ese tiempo sometía y castigaba a la Tierra, impidiendo la continuidad de la evolución del sagrado Pueblo de Israel.
La llegada del Pequeño Jesús al Templo, en compañía de San José y de Su Madre Celeste, permitió que en esa misma hora se desarrollara una gran intervención divina, la que pondría fin a la decadencia de los hombres y de todas las generaciones humanas por medio de la presencia de Cristo en la Tierra, así como por toda la vida que, de manera incondicional, el propio Niño, después Hombre, donaría por amor a todos Sus hermanos.
El acto de la purificación en el Templo significó el pasaje a otra etapa de ese Plan perfecto, pero silencioso, que el mismo Dios estaba llevando adelante a través de Su Amado Hijo.
Fue a través de la Presentación del Niño Rey en el Templo que la intervención angélica y arcangélica comenzó a suceder directamente en todas las almas de la humanidad de aquel tiempo, ya que era necesario que todo el género humano saliera de su proceso de autodestrucción y de su ansia de poder.
Por esa razón, desde que Jesús encarnó en la Tierra, los seres angélicos y arcangélicos, a pedido de la Madre de Dios, hicieron uso de los más altos instrumentos espirituales y de los más puros Rayos Inmateriales, a fin de que los espíritus en la Tierra vivieran los primeros pasos de la redención.
Para que todo esto fuera posible, el mismo Niño Rey, aun siendo recién nacido, aplicaba ciertas Leyes divinas, las que, a través de su cumplimiento, modificaban la condición espiritual de la Tierra y, al mismo tiempo, abrían los portales para el contacto y la comunicación espiritual entre la Fuente Mayor y los mundos internos, lugar en donde se encuentran las esencias.
Todo el movimiento universal realizado por la presencia de la Sagrada Familia y por la intervención angélica, impidió el avance de las potestades del mal sobre la consciencia humana, la que, en aquel tiempo, era más primitiva.
Esas entidades contrarias tuvieron que presenciar, como castigo, toda la victoria que fue generada desde el Nacimiento de Jesús, hasta la Muerte y la Resurrección de Cristo.
De esa forma, el planeta y la humanidad fueron convertidos y redimidos por el potente voltaje del Amor-Sabiduría.
La alianza que se alcanzó entre el Cielo y la Tierra derrotó y venció los proyectos del adversario.
Ahora, en este tiempo actual y antes de la segunda Venida de Cristo, la humanidad se encuentra en un momento muy semejante al Nacimiento de Jesús, un momento en el cual cada ser humano tendrá la Gracia de vencer a través del amor y de superar y trascender la indiferencia para que Cristo vuelva a triunfar en todos los corazones.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Serie – Revelaciones Divinas de estos tiempos
En la humilde gruta de Belén - Parte I
Y fue por la luz poderosa de la Estrella de Belén que su Madre y Señora, en la compañía humilde de San José Esposo, después de haber buscado un lugar simple para el Nacimiento del Niño Rey, nos deparamos con un regalo de Dios, el cual no esperábamos, pero que, al mismo tiempo, percibimos como una señal visible durante el Nacimiento del Niño Dios.
Fue la decisión suprema que el Dios Vivo, hecho hombre y consciencia, quiso tomar, al nacer en un humilde pesebre dentro de las grutas aledañas al pueblo de Belén.
Así fue que la Sagrada Familia, por la guía interior de San Gabriel Arcángel, se instaló y se preparó para el esperado Nacimiento de quien, a través de los tiempos y de todas las generaciones, liberaría al género humano de una posible autodestrucción y de una total perdición de los atributos y de los Mandamientos que, como pueblo, en aquel tiempo los unía a Dios.
Por esa razón el Nacimiento del Mesías, el Rey de Israel y de toda la Tierra, fue profetizado y anunciado para los más sabios seres-contacto que, comprendiendo a nivel interno la cosmovisión del espacio local de este Universo y por intercesión angélica, descifraron el día y la hora estimada de la llegada y del Nacimiento del Niño Jesús en Belén, aunque no hubieran conocido anteriormente a la Sagrada Familia.
San José Esposo, conmovido e interiorizado por el Nacimiento de Cristo y por el cumplimiento de las Sagradas Profecías, testimonió que todo Su gran esfuerzo y empeño para los preparativos de la llegada del Pequeño Niño serían pequeños.
Por detrás del Nacimiento de Jesús, María Santísima, su Madre Divina, ya sabía, a partir de las trece anunciaciones del Arcángel Gabriel, que la llegada del Niño Rey significaría una importantísima intervención Celestial, Divina y Cósmica, una coyuntura que modificaría y trascendería todos los errores humanos pasados, desde el Edén, con Adán y Eva, hasta el fin de los tiempos, hasta el cumplimiento de Su segundo retorno a la humanidad.
Dicha intervención, sucedida en el humilde y simple escenario de la gruta de Belén, representó la restauración de la alianza que se había perdido entre los hombres y Dios; y también significó el restablecimiento de los códigos del Amor-Sabiduría, los que desde el plano espiritual ayudarían al plano material de toda la raza humana.
La primera Fuente de la Creación que surgió en el plano inmaterial, vivió un proceso de materialización de sus formas y de sus matrices para contribuir en el Nacimiento de Jesús en la Tierra.
Ese acontecimiento motivado por una altísima ciencia vibratoria-espiritual también significó un fuerte movimiento de corrientes cósmicas y solares, de emanaciones y de impulsos divinos que favorecieron que, a través del Nacimiento de Cristo, descendiera a la Tierra, no solo uno de los Aspectos del Dios de la Trinidad, sino también que se produjera un estado de contacto entre todos los seres que, en aquel tiempo, tenían una total confianza sobre la llegada de su Salvador.
Por esa razón, la anunciación de los ángeles a los pastores y también la sabia interpretación y sintonía de los Reyes de Oriente, generaron, en toda la consciencia espiritual del planeta, la posibilidad de poder volver a darle a la Tierra un carácter de rescatable.
Cuando Jesús nació en el Pesebre de Belén muchos acontecimientos espirituales más, internos y hasta físicos se produjeron, ya que el descenso de la energía inmaterial de Dios abrazó y abarcó muchas situaciones planetarias.
Todos los que, con sinceridad y devoción, hacen memoria del Nacimiento de Cristo, año tras año, vuelven a ingresar en las mismas corrientes cósmicas y divinas desde donde se originó, hace más de dos mil años, el proceso del rescate y de la redención de la humanidad.
Celebrar el Nacimiento de Cristo todos los años no es vivir el pasado o retornar a una historia verídica, sino que significa regresar al Origen del Origen, no solo como planeta, sino también como ser, a través del Nacimiento de Cristo, para poder acceder a un estado de expiación espiritual y poder volver a recuperar el propósito que trajo a cada ser a la Tierra, a pesar de todos los errores vividos.
Es ese impulso el que, hasta los días de hoy, posibilita la continuidad en el planeta de la existencia de los seres crísticos, los que generarán, paso a paso, el cumplimiento del Plan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Antes de la existencia de este Sistema Solar y del conjunto conocido como las Nueve Galaxias, las que conforman la agrupación de un universo de vidas, Dios, como Creador y gran expresión del Amor-Sabiduría, deseó profundamente que algunos de Sus Hijos, los Creadores del Universo Material, llamados también de Arcángeles, los grandes Co-Creadores de este sistema de vida, le ofrecieran a cada una de las Nueve Galaxias la oportunidad de experimentar la evolución a través del "conocimiento de sí" y de los llamados "grados de amor".
Así fue que esos grandes seres Co-Creadores llevaron adelante todos los proyectos universales recibidos por ellos como sutiles impulsos espirituales de luz, para luego ofrecerle a los sistemas creados, como el que es conocido como "Vía Láctea", la oportunidad de profundizar en el "conocimiento espiritual" y en los "grados de amor".
Todo esto sucedió antes de la caída del adversario.
En ese tiempo, en todos los Universos se vivieron los primeros mil años de paz, periodo en el cual el desarrollo de la vida, las escuelas internas de aprendizajes y sobre todo, el despertar de los diferentes "grados de amor", le concedieron a este Universo Local, en donde se encuentra este Sistema Solar y especialmente la Tierra, la oportunidad de que en un planeta de altísimas características espirituales como lo es la Tierra, se pudiera llevar adelante uno de los doce más importantes Proyectos de Amor de Dios.
Por esa razón, el planeta Tierra atravesó diferentes ciclos. Los mares, que antes eran ácidos, pasaron a ser alcalinos para que después se volvieran receptáculos de componentes minerales y cristalinos, viviendo así un alto grado de oxigenación.
Los continentes, que antes eran desérticos y fríos, vivieron una readaptación biológica para después convertirse en semilleros de nuevas especies.
De esa forma, el planeta Tierra y toda su atmósfera se convirtieron en un gran vientre de luz para gestar, finalmente, la consciencia del hombre, lo que más tarde fue conocido como Adán y Eva.
En esta primera experiencia de amor, el Padre Celestial aspiraba interiormente a que este Proyecto, tan ansiado por Su Corazón, permitiera corregir y recrear la Creación para que en ella se vivieran grados de amor cada vez más altos.
Ya que, un tiempo más tarde, el Universo comenzaría a vivir las primeras fallas en la evolución debido a la fuertísima caída del ángel desobediente.
A partir de allí, todo el Universo, lugar en donde se vivía la paz, el bien y la armonía, fue escenario repentino de los primeros pasos de la dualidad, una corriente contraria al principio de la Voluntad Máxima; una dualidad que comenzaría a poner en juego la libertad que le fue concedida a todas las criaturas con el fin de que aprendieran a amar, así como el Padre Celestial las ama.
El planeta Tierra fue uno de los últimos lugares en donde esa corriente espiritual de dualidad descendió para poner a prueba, a través de Adán y Eva, el Proyecto de una humanidad unida esencialmente al Reino de Dios.
A través de diversas e inexplicables tentaciones el Proyecto fue siendo alterado y modificado, ya que corrientes espirituales contrarias fueron rompiendo el escenario del llamado "Edén".
¿Por qué el Padre Celestial lo permitió?
En un sentido misterioso, Adán tuvo la oportunidad de poder dar su primer paso en la evolución de los grados de amor y del despertar de la consciencia, si él hubiera sido incondicionalmente obediente a Dios.
Por su parte, Eva hubiera tenido la posibilidad de ser la prometedora consciencia que experimentaría el Aspecto Femenino de Dios mediante el espíritu de la Maternidad, un estado que concedería el nacimiento puro de las siguientes criaturas que vendrían después de ella.
En ese momento, la Tierra, como primera experiencia humana, sufrió su primera y gran prueba, la que, si hubiera sido atravesada victoriosamente por Adán y Eva como representantes de la humanidad de aquel tiempo, habría permitido que esta raza alcanzara un grado de amor semejante al de Jesús.
Ese es el motivo por el cual el mismo Dios, presente en la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, es decir, en El Hijo, decidió encarnar en la Tierra después de mucho tiempo para donarse a Sus Hijos en Amor y en Sabiduría y para enseñarles a todos sobre la Verdad.
Fue en el tiempo preparatorio de la encarnación de Jesús que el Padre retiró de una de Sus Fuentes más puras del Universo Espiritual, uno de Sus Aspectos más elevados y puros, el que fue la base espiritual para la Concepción Divina de quien luego en la Tierra sería conocida como María, la Madre de Jesús.
De esa forma, los Arcángeles, a pedido de Dios, fueron los que prepararon ese escenario para la venida del Mesías, Aquel, quien habiendo dado testimonio de amor y de vida, demostraría en Su máxima humildad, cómo se puede vencer la dualidad para que todo ser viviente de la Tierra pudiera aprender, finalmente, a cumplir la Voluntad que lo trajo al mundo y para transitar por la escuela del perdón y de la redención, caminos internos que llevarán a recolocar la consciencia humana en el lugar que tenía antes de cometer los errores.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Nunca culpes a tu consciencia cuando ella encuentre la verdad sobre tu realidad y tu condición, incluso la realidad o la situación del semejante.
Todo lo que se revela y sale a la luz es parte de la liberación de los seres de todas las cadenas milenarias que aprisionan a la consciencia.
Conocerse a sí mismo y a los demás es parte del aprendizaje del Amor-Sabiduría y de la aplicación de esa Ley.
Saber de sí mismo, quién es uno verdaderamente, liberándose de las fantasías, ilusiones y engaños, es como mirarse en un espejo para saber que llegó el momento de la redención.
Por esa razón, nadie puede sentirse culpable o amedrentado cuando conoce de sí realidades desconocidas. Es la forma de poder vivir con transparencia el camino de la evolución y no el camino de la condenación.
El Amor-Sabiduría es un gran misterio. Quien consiga acceder a ese misterio, no solo aprenderá, sino también se liberará de sí mismo, porque es amando como se alcanza la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En Mi Corazón tengo un refugio predilecto para cada alma, un lugar en donde ella puede retornar y regresar cuantas veces lo desee.
En Mi Corazón se encuentra uno de los Siete Templos espirituales de Dios, Templos internos que expresan el amor y la sabiduría por todo lo que fue creado a Su imagen y semejanza.
Mi Corazón es el refugio predilecto para las almas, el lugar en donde podrán encontrar consuelo para los momentos de prueba, discernimiento para los momentos de tomar una decisión, cura para sus dolencias espirituales y misericordia para sus errores.
Mi Corazón es el refugio predilecto para las almas, porque allí encontrarán la Paz universal y su Madre Celeste intercederá por sus vidas y por sus consciencias, a fin de llevarlos, cada día más, hacia la redención, ese sagrado ofrecimiento que Mi Hijo les hace.
Mi Corazón es el refugio predilecto para cada ser, porque es un Corazón que se ofreció por el mundo para sufrir junto a Mi Hijo, para reconstruir el espíritu de inocencia que había perdido la humanidad.
Mi Corazón es el refugio predilecto para las almas, porque en Él encontrarán la revelación de ese misterio de Amor que mueve el Universo y lleva adelante la Obra de Dios en este planeta.
¡Les agradezco por guardar memoria de Mis palabras y por haber respondido a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo los hago apóstoles de las naciones, aquellos que deben ir hacia algún lugar de la Tierra para llevar Mi Amor, Mi Paz y Mi Mensaje.
Yo los hago apóstoles de los pueblos para que lleven Mi ejemplo, Mi Verdad y muestren el camino que Yo les ofrezco a todos por intermedio de Mi Corazón.
Yo los hago apóstoles de las razas para que lleven en sus corazones Mi energía crística y ayuden a los moribundos de espíritu para que aprendan a beber de Mi Fuente de Amor.
Yo los hago apóstoles del Camino para que, al igual que los Doce, lleven Mi confianza y plenitud a los que la necesitan.
Yo los hago apóstoles de la Verdad para que, más allá de sus vidas imperfectas, consigan transmitir y entregarle al mundo Mi solemne energía de Amor-Sabiduría, porque ella protegerá a los últimos Cristos que surgirán para socorrer a la humanidad.
Yo los hago apóstoles de la transparencia y del bien para que en sus actos, sentimientos y deberes se refleje lo que Yo necesito construir en ustedes.
Yo los hago apóstoles de la Misericordia, a fin de que, en este último tiempo que resta, le den a conocer al mundo la infinita y piadosa Misericordia de Mi Corazón.
Yo los hago apóstoles del fin de los tiempos para que aprendan a atravesar el ciclo final y para que ayuden a las almas en su transición espiritual y física.
Yo los hago Mis apóstoles cuando Me lo permiten, porque aún espero que todos los atributos de los apóstoles de Cristo se cumplan en el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por ser apóstoles de Mi Verdad!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Que la Luz de Dios penetre la Tierra y toda oscuridad sea disipada.
Que la Luz de Dios reconstituya todo lo que se perdió esencialmente en las almas.
Que la Luz de Dios eleve a todas las consciencias, y que esa Luz transforme hasta lo más pequeño.
Que la Luz de Dios transfigure la vida planetaria, y cada átomo, partícula viva o célula reciba el impulso de la Luz de Dios.
Que la Luz de Dios participe de cada momento de la humanidad, para que las almas sepan que la poderosa Luz de Dios es la que renovará y liberará todos los tiempos.
Que la Luz de Dios sea reconocida por todas las criaturas vivientes, y que esa misma Luz encienda la sabiduría en las consciencias.
Que la Luz de Dios reine en todo espacio y lugar, porque la Luz de Dios trae amor y sabiduría para que las almas se sirvan de la Fuente Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los Cristos del Nuevo Tiempo
Los Nuevos Cristos llegarán de diversos lugares y con diferentes creencias. Ellos no tendrán preferencias ni deseos materiales o espirituales.
Los Cristos llegarán de los mundos internos para ayudar en la transición de la humanidad. Algunos despertarán inesperadamente, mas otros recordarán su compromiso espiritual con el Señor.
El Maestro y Señor del Universo los llamará por su nombre espiritual y la nueva identidad de los autoconvocados será revelada.
Los Cristos del Nuevo Tiempo se unirán en el amor e irán más allá de las formas, de los conceptos y hasta de las propias doctrinas. Cuando todo esté por suceder en el mundo, nada tendrá valor ni siquiera las grandes filosofías intelectuales.
Los Cristos encontrarán el camino del corazón y no tendrán límites; la superación de sí mismos, todos los días, los llevará a amar el Propósito y, así, a preparar el retorno del Gran Maestro.
Los Cristos del Nuevo Tiempo sintetizarán, dentro de sí, toda la trayectoria recorrida, comprenderán que sin la esencia del Amor-Sabiduría nada serán y, que ningún proyecto o aspiración tendrá valor sin antes ser impregnado por la sagrada llama del Amor-Sabiduría.
Ellos llegarán de diferentes naciones, hablarán diferentes lenguas, traerán consigo diferentes culturas y raíces, y también diferentes experiencias de conversión y de redención.
Los Cristos del Nuevo Tiempo serán anónimos y su trabajo silencioso con la paz moverá todos los acontecimientos. Ellos serán tan semejantes a los antiguos Apóstoles y tan guiados como los grandes santos de los últimos tiempos.
Los Cristos del Nuevo Tiempo tendrán consciencia de qué hacer, en dónde estar y con quién tratar. Su trabajo será planetario y no se restringirá a formas, conceptos o legislaciones humanas porque ellos estarán en la Ley de la Sabiduría y del Discernimiento.
La escuela de los Nuevos Cristos estará en el servicio y en la humildad. Ellos vivirán sus desiertos, trascenderán sus vacíos y estarán colmados del Espíritu de Dios.
Los Nuevos Cristos, que representarán a Mi Hijo en este último ciclo, no tendrán nada que ganar ni tampoco nada que perder. La renuncia será la gran llave para superar todas las pruebas.
Los Nuevos Cristos son los nuevos apóstoles, llamados santos de los últimos días. Ellos, ciertamente, serán los últimos testigos de la Biblia.
Tendrán que dar la cara para defender lo que creen. No retrocederán ante ninguna dificultad, confiarán en que cada desafío o dificultad será la forma perfecta para concretar el Retorno del Señor.
Por eso, los Nuevos Cristos serán probados, deberán testimoniar su fe y defender los principios internos que el propio Cristo dejará como mensaje en sus corazones.
Nadie sabrá de dónde vendrán o de dónde surgirán los Nuevos Cristos, pero ellos aparecerán y serán de ayuda en los momentos más agudos de la humanidad.
Si sientes que estás en este camino de ser un Nuevo Cristo o si vives esta aspiración, primero medítalo en tu corazón porque llegará la hora en la que los últimos defensores del Plan Divino serán llamados para justificar evolutivamente ante la Iglesia, los gobiernos o las Fuerzas Armadas que Cristo, el Maestro y Señor del Universo está retornando.
De la boca de los Nuevos Cristos nacerán palabras correctas y sabias, y nada ni nadie podrá oponerse a esa transformadora energía crística que cambiará el rumbo decadente de la actual humanidad.
Mientras tanto, recemos para que los Nuevos Cristos tengan el coraje suficiente para llevar adelante la última parte de la historia de la vieja humanidad, a fin de que el Nuevo Hombre despierte y la Tierra Prometida se manifieste ante los corazones redimidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Sagrada Profecía
Como las rosas que se abren durante el amanecer, Mi Corazón se abre en este día a través de los siete rayos, para que ustedes, Mis queridos hijos, puedan comprender los misterios sagrados que Yo guardo.
Yo Soy el Gran Corazón Mariano que irradia los siete rayos. Yo Soy el rayo de la Voluntad-Poder, a través de Mi Corazón el Padre manifiesta y realiza Sus obras de Paz; así Mi Corazón, a través de la Voluntad de Dios, convoca a todas las criaturas para que ellas vivan la Sagrada Voluntad.
Yo Soy el rayo del Amor-Sabiduría, a través de Mi Corazón el Padre manifiesta la Fuente de Su Amor y de Su Unidad para toda la Creación.
Yo Soy el rayo de la Inteligencia, a través de Mi Divino Pensamiento, el Padre concreta Sus preciosas ideas y todo lo que es pensado por la Mente Divina encuentra espacio y lugar para manifestarse.
Yo Soy el rayo de la Armonía y de la Cura, a través de Mi Maternidad, el Padre cura a los corazones, los redime y les abre una puerta hacia la redención.
Yo Soy el rayo de la Ciencia, a través de Mi Verbo el Padre manifiesta Su Poder Científico y Divino, y todo lo que fue creado puede vivir nuevamente su configuración , porque la Ciencia Divina es el camino que concreta los planes del Creador.
Yo Soy el rayo de la Devoción, a través de Mi Oración Perpetua, el Padre alivia a la humanidad. Los universos, soles y estrellas se congregan en sus espacios para dar de tiempo en tiempo, un impulso espiritual de luz a la humanidad. Mi Devoción se enciende en los corazones simples y el poder del rayo de Mi Devoción puede mostrarse en las almas buenas, en aquellas almas que saben escuchar el corazón.
Yo Soy el rayo del Ritmo y del Ceremonial, a través de Mi Existencia, el Padre ordena la vida espiritual y material, gesta una oportunidad única de poder comulgar con la Fuente Mayor, en todos aquellos que siguen Mi llamado.
Mi Corazón Universal es el regente de todos los rayos, porque los diferentes rayos también se expresan sobre la vida planetaria y ellos son como grandes caminos para poder vivir las experiencias de fe, de amor y de compasión.
Deseo que Me conozcan también como la Sagrada Madre de los Rayos, así reconocerán en Mi presencia la fiel y poderosa Divinidad de Dios, que es desde el principio la Fuente del Amor y de la Verdad.
Dios envía Sus primeros siete rayos, para que la humanidad pueda saber que ella aprenderá y evolucionará a través del camino y de la vida de esos rayos; de esta forma, ningún alma quedará sin recibir la oportunidad de aprender y de crecer.
Los Sagrados Rayos de Mi Corazón son leyes divinas que podrán consagrar nuevamente vuestras vidas.
¡Agradeceré a que los valientes busquen los rayos de Mi Corazón!.
¡Gracias Noruega por abrir la puerta a las Gracias y a la Divina Oportunidad!.
María, Suprema Madre de los Siete Rayos
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más