Un alma sufrida que en esta vida parecía no conocer la alegría y el amor que otras tenían la oportunidad de experimentar, le cuestionó a Dios, preguntándole: “Señor, veo el mundo y encuentro desigualdad, almas que se regocijan y almas que se desesperan, almas que son fortalecidas por Ti y almas que pierden sus fuerzas y no encuentran el sentido de la propia vida. Dime, entonces, Tú que eres el Dios de todos, el mismo y el Único, ¿Cuál es el motivo de los desequilibrios del mundo?”.
Y el Señor, contemplando la sinceridad de su sufrimiento, le respondió: “Yo Soy el Dios de todos los seres, Padre y Señor de toda la vida, Dios Único y Trino, Dios de Amor y de Verdad; pero la vida, alma pequeña, es diseñada por Leyes que mantienen el equilibrio de la evolución de todas las consciencias y que las conducen según sus propias elecciones. Mi Amor por las almas es el mismo, con la misma esperanza aguardo que los corazones retornen a Mí, pero el sufrimiento o las alegrías en este mundo no corresponden a una decisión que Mi Corazón toma en relación a las criaturas.
¿Qué es para ti el regocijo? ¿En dónde ves que los hombres encuentran la alegría en sus corazones? Porque un alma, para estar en verdadera alegría, solo necesita estar en Mí y, aunque sufra con el dolor de los hombres, Mi Amor en su corazón no la deja perecer.
El sufrimiento del mundo, alma pequeña, te debe hacer comprender la fragilidad de la vida humana, distante de Mí. El verdadero dolor que sienten las almas es por estar distantes de Mi Corazón o por ignorar Mi Presencia. Un alma puede tener todo en la materia y ser profundamente vacía e infeliz, así como un alma puede no tener nada y, sin embargo, poseer la mayor de todas las alegrías, que es estar en Mi Corazón. Pero eso, alma pequeña, es una decisión diaria, constante y permanente de las almas que escogen estar en Mí y no en el mundo.
Por eso, cuando sientas vacío y sufrimiento en tu corazón, no te preguntes dónde estoy Yo, sino donde estás tú. Mi Corazón está en ti, pero ¿tú estás en Mí?”.
Que este diálogo les recuerde, hijos, que deben estar en Dios para comprender que la vida está hecha de Leyes que no descienden aleatoriamente del Universo, sino que son atraídas por cada alma que escoge, con sus acciones, pensamientos y sentimientos, lo que atraerá hacia su propia vida.
Sepan escoger a Dios cada día, en cada instante.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando no tuvieras fuerza, ofrece a Dios tus flaquezas, tu debilidad humana, tu pequeñez.
Cuando tu corazón pareciera vacío, ofrece a Dios ese espacio para que sea Él, y no el mundo, quien colme ese vacío en tu interior.
Cuando tu canto estuviera mudo, ofrece a Dios tu silencio y ora con el pensamiento, para que sea Él, y no el mundo, quien colme tu mente.
Cuando tu cuerpo estuviera cansado, ofrece a Dios los pasos dados, todo el servicio vivido y cada mérito alcanzado y percibe así, hijo Mío, que siempre hay algo para ofrecer a tu Creador, Este que espera no solo tu triunfo, sino todo tu ser, de la pequeñez a la grandeza, de lo que conoces a lo que te es un misterio. Coloca todo en las Manos de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cada día más, hijo, busca imitar el vacío y la nada de tu Señor.
Déjate ser un instrumento en las Manos de Dios y que no te importe ser elevado y aclamado, que no te importe el sacrificio y el peso de la cruz, la humillación, la soledad o el abandono.
Deja que tu consciencia penetre en la verdad de cada acontecimiento. Mientras sirves, y tu servicio es elevado delante de los ojos de los hombres, que tu corazón esté colocado en la verdad de que todo lo que haces es para la manifestación del Plan de Dios en la Tierra.
Y cuando el Señor te pida renunciar o te entregue pruebas y humillaciones que forjan en tu ser la unidad con Él y el vacío interior, deja que tu consciencia sea moldeada según Su Voluntad.
Sabe que tanto los grandes hechos como las grandes renuncias construyen con la misma intensidad el Plan de Dios, así como tu Señor que comenzó a construir un vínculo con las almas en los montes por medio de milagros, pero consolidó la Alianza entre los hombres y Dios, vacío de sí, en la Cruz sobre el Calvario.
Profundiza, en cada instante, tu entrega y el sentido de la verdad de tu fe, para que siempre permanezcas en esa verdad.
La situación del planeta colocará en tu camino muchas pruebas, incomprensiones y desafíos, pero tu corazón debe estar en el Cristo del Calvario, vacío con Él, transitando la Pasión de este mundo para culminar como cáliz pleno de Dios vertido sobre la Tierra.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Abre tu corazón y te mostraré que Mi presencia está más allá de lo que tus ojos pueden ver y que Mi silencio revela más misterios que mil palabras pronunciadas todos los días.
Abre tu corazón y te mostraré que el camino de renuncia es un puente que el alma crea para cruzar los abismos del mundo y llegar a Dios.
Abre tu corazón y te mostraré que los misterios universales se encuentran cuando permites que todo concepto sobre ti mismo se pierda.
Abre tu corazón y te mostraré un camino silencioso y humilde, revelado y profundo; el mismo camino que le señalé a María Santísima cuando expiré en Sus brazos; el mismo camino que Ella Me mostró a través de su mirada, cuando Me dijo: "ve".
Abre tu corazón y deja ingresar en tu interior la libertad del vacío, la profundidad de saberse unido a todas las cosas, más allá de los sentidos, de los sentimientos o de los pensamientos. Deja que se te revelen los sentidos de Dios, de Su Esencia, de Su Corazón.
Te quiero mostrar un camino nuevo, un ciclo nuevo, en el cual Mi Corazón estará contigo y te enseñará a encontrar el infinito en tu propio corazón, a través del silencio y de la simple unión con Dios
Siente, hijo, en tu corazón, el mismo amor que sintió tu Madre Santísima y el pequeño Niño Jesús cuando, en silencio, vieron a Mi Espíritu fundirse con el Espíritu Divino y descubrieron la esencia de la Eternidad, de la Omnipresencia.
Mi Corazón respira en el Soplo de Dios y vive dentro de Su Gracia; por eso, siempre Me encontrarás, silencioso como el aire, en todos los instantes de la vida.
Abre tu corazón para un nuevo ciclo, un nuevo tiempo, un tiempo que será vivido por toda la humanidad, un ciclo que será vivido por toda la Creación.
Llegó el momento de subir al Calvario de este mundo, de descubrir lo que es ser un ser humano. Ya tienes todas las llaves para eso; ahora, camina rumbo a la cruz, rumbo a la revelación del Amor, rumbo a Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más