Jueves, 15 de diciembre de 2011

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Una lección de Amor Maternal

Queridos hijos,

Hoy celebremos con inmenso gozo porque el Señor Me ha enviado a ustedes para anunciarles Mis Mensajes Diarios. Conmemoremos hoy el primer mes de Anuncios Celestiales que Mi Corazón Inmaculado entrega a sus pequeños corazones.

Acompañen Mi camino de Madre y Peregrina de almas para que Mi Inmaculado Corazón triunfe en el mundo entero.

Amados Míos, de esta forma vayan preparando sus corazones para el encuentro Conmigo en este fin de mes. Contemplen, en la oración, el Amor Infinito que Mi Corazón de Paz tiene por cada una de las almas.

Por eso, Mis pequeños, les digo que Mi Corazón Inmaculado cuenta con cada uno de sus corazoncitos. Mis pies están posando sobre el mundo para establecer el Reino de la Paz de nuestro Reverendísimo y Misericordioso Padre. Mi Manto está sobre el mundo para proteger y resguardar a los corazones que en confianza se abren a Mi Amor Maternal. Nada Yo podré hacer por todos aquellos hijos que diariamente se alejan del camino de Dios. Solo podré orar e interceder como Madre de la Misericordia.

Pero, Mis queridos hijos, sus corazones podrán ayudarme en el alivio de los grandes sufrimientos del alma y del corazón que muchos hijos viven en el mundo, y eso se dará a través de la fortaleza diaria de sus oraciones. Cuando alcancen a amar el poder de la oración, Mis pequeños, podré decirles que sus corazones estarán haciendo obras de humildad y de donación.

Sepan, Mis pequeños, que Mis ojos están sobre el mundo para contemplarlo y para rescatarlo en esta última hora decisiva que llega para muchas almas. Alcen con fervor las oraciones hacia los Cielos; allí Yo podré irradiar Mis prodigios sobre los corazones afligidos.

Mi última hora de paz quiere anunciarse a todos los corazones. Divulguen Mi llamado en las moradas que aún no Me buscan. Proclamen Mi Buena Nueva de Paz y de Redención hacia todos Mis hijos, para que la conversión del espíritu se manifieste en los corazones.

A todos los que necesiten de Mí, allí Yo estaré. Soy la Madre de la Paz. Soy la Madre de la Misericordia. Soy el Ave del Sol que ilumina la oscuridad en los corazones. Yo los hago renacer a la vida a través de la fuente inagotable del Amor de Mi Hijo.

Oremos por lo que Nuestro Señor necesita. Él tiene sed de almas buenas.

Intercederé por sus corazones,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad