Viernes, 17 de noviembre de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El don de la vida es un misterio aún incomprendido por los seres. Vivir, hijos, es un dádiva concedida por Dios a Sus Criaturas con la única finalidad de que el Amor Divino se multiplique y se expanda en las dimensiones, conduciendo a las consciencias a la evolución a través de la sabiduría más que a través del conocimiento.

La sabiduría es la experiencia del conocimiento y se manifiesta a través del amor, porque es necesario amar para transformar las experiencias de la vida en una vivencia de sabiduría.

Sin amor, el conocimiento se transforma en información y la experiencia de la vida muchas veces se torna un gran sufrimiento o es algo vivenciado con indiferencia y en un profundo vacío de sentido y de propósito.

Por eso, hijos, el servicio más importante a ser vivido hoy es la experiencia del Amor, del Amor Divino y Crístico que proviene del Corazón de Dios, se expande en el Corazón de Cristo y transforma la condición humana de todo aquel que se rinde a experimentarlo.

El mayor servicio de estos tiempos es la vivencia del Amor Crístico, y en sus vidas todo debe tener como base ese Amor, manifestado como el resultado de la unión sincera y verdadera  con Cristo.
Sus palabras e intenciones, sus acciones y pensamientos, finalmente, su vida debe ser vivida a través del Amor Crístico; y es solo así que podrán vivenciar el conocimiento transformado en sabiduría y no en informaciones.

Es así como darán sentido a los días y serán capaces de encontrar la dádiva de Dios en el don de la vida, y no el sufrimiento y la angustia que el mundo les ofrece constantemente a los que están vacíos de ese Amor.

Amar no es dejar de sufrir, sino vivir las dificultades con los ojos fijos en el propósito de transformar las experiencias de la vida en una vivencia del Amor de Dios y así ser sabios.

Ábranse a este misterio.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo