Cuando la naturaleza se agita, entra en oración y busca la unidad con el Espíritu más profundo de la Tierra, Espíritu de Dios, silencioso, que impregna la vida y sustenta el planeta.
Encuentra en su silencio la paz, a pesar de todos los ruidos de los elementos en la superficie del mundo. Deja rugir al viento y a los mares, bramar al fuego y moverse a la tierra. Que tu corazón esté siempre en el corazón del planeta, en oración, sirviendo por el equilibrio y por la paz.
Aprende a observar y a escuchar la naturaleza, aprende a ver sus señales en los elementos y a saber que cuando ella se agita es porque su Espíritu profundo necesita paz.
Todo en la Creación es vida. Cada alma y cada espíritu son partes de un Dios Único. Del corazón del hombre a lo profundo de los Reinos de la Naturaleza, todo proviene de Dios y encuentra en Él la unidad.
Por eso, hijo, siéntete parte de la naturaleza, siente que tu oración la calma, que tu amor le trae paz y que, cuando tú estás en Dios, toda la vida puede estar allí, en la Presencia eterna del Creador.
Por eso, ora por la vida, por el equilibrio y por la paz en todo lo que es vida.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo