Domingo, 25 de diciembre de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE WEED, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

La Natividad de Jesús…

En aquel tiempo en que la presencia de Cristo fue fundamental para la redención de la humanidad, la Sagrada Familia, después de haber pasado tres días en Belén, a pedido de Dios se dirigió a Nazaret en donde la Divina Familia se prepararía para acompañar los primeros e importantes años de la vida de Jesús.

En el momento del nacimiento de Cristo, después de la visita de los reyes de Oriente, la Sagrada Familia fue buscada por otras consciencias que, como peregrinos de Dios, iban al encuentro del pequeño niño en Nazaret.

Recordamos que la profecía sobre el nacimiento del Mesías también fue confirmada por la sagrada estrella de Belén y por todos los ángeles, que anunciaron el nacimiento de Cristo en diferentes pueblos de toda Israel.

Fue tan importante la venida del Mesías que hasta los más apartados de la verdad y del amor, en sueños, tomaron consciencia de que una luz infinita había llegado al planeta.

La Sagrada Familia siempre se mantuvo austera, humilde y simple; esa era su misión principal, mostrarse como verdaderamente era para que los principios de la Misericordia del Universo, a través de Jesús, de María y de San José, pudieran llegar a la humanidad.

Recuerden, queridos hijos, que hace más de dos mil años la humanidad estaba a punto de autodestruirse y de salir definitivamente del Plan del Creador, porque podría haber ingresado en una profunda decadencia.

El nacimiento de Jesús le trajo al mundo la posibilidad de reintegrar su vínculo espiritual y su filiación con el Padre, algo que se estaba corrompiendo por las acciones de los hombres.

Jesús, en Nazaret, aún siendo niño trabajó en los primeros pasos internos para la redención de la humanidad y en la construcción de una nueva consciencia en la Tierra, por medio de la reaproximación a la Fuente Divina.

La Gracia de Dios estuvo en todo momento, especialmente en Nazaret, cuando la Sagrada Familia vivió una etapa de unión más profunda con el Creador a partir de la presencia de Jesús como el pequeño Salvador.

Jesús siendo niño tenía consciencia sobre la urgencia de rescatar a la humanidad. Cuando el Pequeño Niño tenía tres años de edad, abrazó con amor y simplicidad la manifestación de este Propósito que el Padre le colocaría a sus treinta y tres años.

Aun Jesús siendo niño trabajó junto a los ángeles que lo rodeaban, en los mundos internos de la humanidad.

Veamos un ejemplo de esto:

Puedo decirles, queridos hijos, que a los tres años, Jesús ya ofrecía con Su pequeña consciencia algunos sacrificios que eran bien visibles para todos, como el de no tomar agua ni tampoco alimentarse por algunos días.

Sabíamos, como parte de Su Familia, que el Padre en aquel tiempo ya estaba cumpliendo con Sus Designios, porque toda la vida de Jesús estuvo colmada por el Espíritu Santo; era el propio Dios hecho hombre y consciencia humana que venía para rescatar la consciencia de la humanidad.

Jesús siendo niño desenvolvía acciones espirituales y sobrenaturales al momento de tomar contacto con la Fuente del Padre, que con amor y dulzura brotaba desde Su pequeño Corazón.

El Niño Jesús concedía muchas Gracias, estados para las consciencias que permitían revertir la condición humana y su deuda ante la Ley. El Pequeño Niño trabajaba silenciosamente y, a pesar de ser tan pequeño, los Arcángeles muchas veces obraban a través de Él. Por ejemplo, en una etapa de la vida de Jesús, el Arcángel Gabriel concedía cierto tipo de milagros a las almas, las que no solo transformaban sus vidas, sino que también liberaban los lazos que ellas tenían, al tomar contacto con el pequeño Niño Jesús.

La Sagrada Familia dedicó los primeros años de vida de Jesús para realizar servicio, y uno de los principales oficios de San José fue lo que ustedes conocen como la carpintería; en verdad, la humilde carpintería de San José era el templo de los milagros y de las conversiones.

El servicio que ofreció la Sagrada Familia físicamente a la humanidad, en los primeros años de vida de Jesús, fue para restablecer en la consciencia humana la necesidad de servir al otro, al semejante, con el fin de reactivar el espíritu de la caridad y de la fraternidad.

San José se empeñó para que esa simple carpintería en Nazaret fuera capaz de acoger a las almas sufrientes, para convertirlas en almas plenas por el alivio del Señor.

Mientras San José llevaba adelante Sus trabajos en la carpintería, al mismo tiempo enseñaba a los niños de Nazaret a construir algo evolutivo en sus pequeñas consciencias. Así Jesús en muchas ocasiones participaba de esos encuentros, y la unión y el amor que se daba entre Jesús y San José eran capaces de tornar esa carpintería en un momento de elevación y de devoción a Dios, al punto que de forma inexplicable los trabajos de carpintería eran milagrosamente finalizados por los ángeles.

La Sagrada Familia a través de la esencia del servicio, consiguió ayudar a revertir la precariedad espiritual humana con una potente energía de amor y de caridad.

La Santísima Madre dedicaba Sus espacios de oración para entablar una unión más profunda con Dios y también para revivir en Su Espíritu el sacrificio que Su Amado Hijo viviría y que, por revelación del Arcángel Gabriel, María ya tenía consciencia de ese momento.

Durante los primeros doce años de Jesús, los santos arcángeles le mostraron a la Santa Madre la preparación espiritual y consciente que el Divino Hijo viviría en aquel entonces.

La Santa Madre desde aquel tiempo se resignó como esclava ante Su Padre Eterno, dejando en completa y humilde libertad al joven Jesús para que Su Misión se cumpliera así como la sagrada profecía lo indicaba.

En toda la etapa primaria de la vida de Jesús, la Sagrada Familia fue conducida por los santos ángeles hacia las necesidades que debían ser suplidas en la consciencia de la humanidad. En ese sentido, la Sagrada Familia aportó a la consciencia humana la oportunidad de ser reintegrada en el Proyecto del Creador a través del sacrificio de Cristo.

Fueron muchos los Dones y las Gracias durante la primera etapa de la vida de Jesús, los que crearon las bases principales para todo lo que el Pequeño Niño viviría en Su santa adultez.

Desde el nacimiento de Jesús, la humanidad tuvo la oportunidad de conectarse con la esencia del amor, aun después de que Cristo hizo Su entrega final en la Cruz.

En este tiempo en donde los valores de la Sagrada Familia perdieron la atención del hombre de superficie, los Mensajeros Celestiales vienen a su encuentro, al encuentro de una humanidad nuevamente precaria en todos los sentidos para que, por amor y misericordia, ella despierte del profundo sueño de la ilusión y recuerde que debe amar a su semejante, que debe servirlo y ayudarlo a curar su consciencia por medio de actos de fraternidad y de hermandad.

La Sagrada Familia se aproxima a la humanidad con el fin de reparar la consciencia humana y de retirarla de todos los errores que ella comete por medio de las guerras, de los conflictos, de la indiferencia así como de la destrucción y el dominio de los Reinos de la Naturaleza.

La Sagrada Familia invita a todos a que en esta Navidad el Cristo Interior pueda nacer a partir de una comunión íntima con el Creador, así la Tierra será repolarizada hacia la Luz que ya perdió.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Por todos los que se esforzarán para concretar esta última parte de la peregrinación, estaré muy agradecida.

Los ama,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz