Sábado, 22 de abril de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

En la Ley de la Donación de ustedes mismos, encontrarán la fuerza interior para atravesar este momento, aunque les parezca imposible. Porque sin donación de sí mismos, nunca podrán comprender la Voluntad de Dios y todo lo que Él desea para sus vidas.

Hijos Míos, la donación es una llave maestra que les abre la puerta a la piedad y a la humildad.

No hay forma de comprender ni de percibir lo que el Padre Eterno traza con Su Divino Pensamiento, sin antes vivir la Ley de la Donación.

Bajo esa Sagrada Ley, se purificarán. Bajo esa Ley, se trascenderán a ustedes mismos. Bajo esa Ley, aprenderán a ser incondicionales y justos, así como Cristo lo fue hasta el último momento de expirar en la Cruz.

Sin donación, es imposible redimir el mundo y sus pecados.

Cristo llega, a través de Su Palabra, para despertar en ustedes, Mis hijos, el compromiso de abrazar la Ley de la Donación; así como Mi Hijo abrazó la Cruz y la besó.

Este es el momento, es el gran momento, en el que Jesús probará su fidelidad con la Ley de la Donación, imperiosamente necesaria para equilibrar las maldades de la guerra, la impunidad en las naciones, la indiferencia por los que sufren, las ideologías separatistas de estos tiempos. Porque la Ley de la Donación los hará reencontrarse, una y otra vez, con su verdadera esencia; y en esa comunión interna con lo esencial, no se perturbarán ni se amedrentarán. Ya no creerán, por ustedes mismos, que el lugar y el momento que Mi Hijo les confió para que se donaran, ya no tiene sentido.

Lo opuesto a la donación es cerrarse en uno mismo. Lo opuesto a la donación es creer que ya no debo servir más.

Este es el ejercicio del fin de los tiempos: donarse sin nada a cambio, confiando en que todo será contemplado en ustedes, hasta lo más pequeño.

Piensen y mediten en todo lo que les he dicho, porque Mi Hijo espera almas maduras.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz