Domingo, 3 de diciembre de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi tiempo para estar en este mundo y entre ustedes, está acabando. Por eso, hijos, sean misericordiosos y buenos, sean amorosos y pacificadores, así como Mi Amado Hijo espera de ustedes todos los días.

Aprendan pronto a cuidar, de ustedes mismos, los tesoros de Dios; ya no ofendan al Padre con sus actos e indiferencias, con su falta de amor entre hermanos. Hijos, que no los trague la omisión ni el desprecio.

Mi tiempo entre ustedes ya está acabando y de la noche a la mañana lo sabrán, porque así como Yo vengo del Cielo para ayudarles, de la misma forma Me elevaré al Cielo y no podré volver más.

Hijos, vivan Mis mensajes, ya no los escuchen como si fueran dirigidos solamente para el mundo. En primer lugar está su transformación, su redención y su entrega.

Hijos amados, Mi tiempo continuo entre ustedes ya está acabando y si no viven Mis palabras, si no buscan todos los días Mi amorosa instrucción, cuando Yo ya no pueda estar entre ustedes, sentirán un gran vacío.

Mis pequeños, Mi tiempo entre ustedes y cerca de ustedes ya está acabando y deberán ser testigos de todo lo que Yo hice en estos últimos años, tanto aquí como en otros lugares del mundo que ya visité.

¡Ay, hijos Míos, de aquellos que se cerrarán en sí mismos y estarán más impenetrables que una gran muralla! En verdad les digo, solo rezaré por su salvación, a fin de que, a tiempo, esos corazones endurecidos por el orgullo y por la soberbia se quiebren para que se puedan convertir.

Hoy más que nunca Me inunda una tristeza, no solo por lo que veo del mundo, sino por lo que veo de los que están cerca de Mí, quienes, a pesar de tanto amor derramado, ya se decidieron a no cambiar.

Eso Me angustia como Madre, como responsable de todas sus vidas. Mi último pedido, mientras las lágrimas caen sobre Mi Rostro, es que no olviden estas palabras, que al menos sirvan de conversión para los que Me dirán "sí" con fervor y no con tibieza.

¡Les agradezco por escucharme abiertos de corazón!

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz