Domingo, 6 de julio de 2014

Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 12.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Plegaria de Cristo

¡Escúchame, oh, Padre Amado! 
Que Tu Reino acompañe y guíe los pasos
de los que quedaron atrás.

¡Oh, Señor Mío!, 
abraza con fuerza a aquellos
que dejaron de lado el poder de Tu Legado.

No los mires con Justicia, míralos con Compasión. 
Yo Soy el fruto del Vientre Virginal,
Soy la emanación de la Fuente de Tu Reino.

Déjame, Señor,
déjame que Mis Rayos poderosos, que son los Tuyos,
irradien a la oscuridad espiritual
que hoy ciega a muchos.

Señor, Adonai, Padre de los padres,
Maestro Mayor de los Maestros Celestiales,
impone Tus Sagradas Manos sobre la humanidad.

Haz descubrir en cada hijo Tuyo 
 la fuerza de Tu Amor y de Tu Voluntad.

Que, en la noche oscura, 
Yo pueda ser, entre Tus hijos, la Luz del mundo.

Que en el día, que amanece en cada interior, 
Yo pueda ser la Flor que se abre en los corazones simples,
para alabarte y glorificarte.

Emmanuel, Dios de los Universos, 
Fuerza inquebrantable del Amor Purísimo y Mayor,
que Tus dimensiones de Paz
y el Cosmos que es obra de Tu Gracia
inunden de Paz a todos Tus hijos,
para que ninguno le tema a la tribulación 
ni al miedo que rodea al mundo, 
sino que Tu Misericordia sea el motivo perfecto
para resucitar a todos los que murieron
en espíritu y en vida.

Abba, Soldado Mayor del Amor, 
Fuente Original entre todas las fuentes del universo,
deposita sobre los Tuyos toda la Gracia que Te pertenece.

Penetra, con la fuerza de Tu Amor, en los corazones 
que por dolor se han endurecido.

Yo Soy la gran Llave Maestra entre Tus Manos.

¡Oh, Padre Mío!, 
que estuviste a Mi lado en la agonía,
en cada latigazo y en el momento de la Cruz;
Yo te ofrezco, como Hijo amado, los dones de la Pasión,
de la Muerte y de la Resurrección 
en honor a Tu piadoso Nombre Mayor. 

Iod He Vaud He, Padre de la gran eternidad, 
déjame entrar en el reino de Tus hijos. 

Sabes que Soy parte, en este cosmos, 
del Corazón pulsante de Tu grandioso Amor. 

Haz que todas las almas, perdidas y no perdidas, 
recuperen la fuerza de Tu Fe.

Haz que el poder sublime de Tu Protección 
abrace el destino de los que eligieron vivir Tu Camino.

Yo Soy el Representante de Tu apostolado. 

Permíteme, Mi Dios Amado, 
que a través de Mi Sagrado Corazón,
Tu Soplo de Vida, Tu Magnífica Existencia, 
viva en todo lo que Tú, por Misericordia y Gloria,
creaste desde el principio.

Que Tus Huestes de Luz, 
que los treinta y tres Padres Creadores de los Universos Mayores
desciendan a este pequeño planeta que está en el cosmos.

Acepta, Padre, que Yo regrese pronto en Tu Nombre 
para destituir de los infiernos de la Tierra
a todas las partículas del mal.

Déjame ser, Señor, en Tu Presencia infinita,
la Luz que ilumine al mundo entero. 

Que cada corazón pueda sentir la brisa de Mi Esperanza.

Que cada soldado de la Luz reconozca 
que todo es y será por el bien del universo.

Acéptame, Señor Mío, como Tu Mensajero fiel.

Sé que Me reconoces 
desde antes de Mi sagrado Nacimiento en Belén,
pero permíteme, Adonai, que implorando Tu Nombre elevado,
este proyecto terrestre se vuelva, a través de Mi oferta,
un Proyecto de Amor y de Redención.

Yo Te prometo, Señor, ante el poder de Tus Tronos, 
que llamaré, una a una, a todas las almas
para que en el presente de Tu amado Reino
celebremos la victoria de Tu Corazón por toda la eternidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 
todos los corazones se alegren.

Cristo Jesús Misericordioso