Miércoles, 25 de julio de 2012

Apariciones
Aparición de la Virgen María, en Managua, Nicaragua, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

En el segundo día de Encuentro de Oración, y como estaba programado, a las 16.30 se inició la reunión para orar y esperar a la Madre Divina.

Poco antes de la hora indicada para Su Aparición, ya se sentía Su Presencia, y en determinado momento Fray Elías se puso de pie y se aproximó a un árbol,  cerca del cual  la Madre Divina apareció.

Pasados algunos minutos, Fray Elías transmitió a Madre Shimani lo que Nuestra Señora indicó.

 

Madre Shimani: Ahora, mientras cantamos “Misericordia, ¡oh María!”, nuestra Madre se desplazará, y se ubicará cerca de ustedes. Ella dice que quiere que todos puedan sentirla más cerca. Mientras cantamos veremos a dónde Ella se traslada para poder acompañarla.

 

Mientras todo el grupo entona el cántico indicado, Fray Elías conduce al grupo hacia el lugar donde se encuentra la Madre, un árbol bien cerca de todos los presentes.

Luego, en silencio, se escuchan catorce campanadas. Fray Elías comienza la transmisión del Mensaje.

 

Fray Elías: La Madre Divina nos dice:

 

 

No teman queridos hijos, Yo vengo a reconciliar los corazones, a traerles la Paz.

Hoy vengo como la Reina de la Paz, la Reina del Amor para fortalecer sus vidas.

Oremos, oremos juntos por la conversión de todos aquellos que faltan a Dios.

Los invito a continuar orando para alcanzar la Paz y para que ésta permanezca más tiempo en el mundo, en especial en todos los hogares que la necesitan.

Hoy vengo aquí a abrir Mi manto de Luz sobre esta Nación, a encender los corazones para el ingreso del Espíritu Santo.

Queridos hijos, quiero que escuchen con atención Mis palabras, porque ellas traen la Luz para sus vidas, ellas los llevarán a Mi Hijo. Si escuchan Mis palabras, sus corazones estarán nutridos por Mí, y encontrarán la Paz, Paz que tanto buscan y que a muchos les falta por no tener a Dios.

Como mensajera del Espíritu Santo, hoy los invito a entrar en ese Fuego Divino para que sus corazones se colmen y puedan resucitar en Mi Reino, que es también, el Reino de Mi Hijo.

Queridos hijos, Yo los necesito perseverantes para este tiempo, así Mi Inmaculado Corazón podrá guiarlo cuando recuerden que cada día de oración es de suma importancia para Dios. Mis brazos están extendidos sobre ustedes, derramando la Gracia de la Paz, de la conversión del Espíritu, de lo nuevo que llegará para esta humanidad.

Como ustedes escuchan Mis palabras en este día, Yo los invito a orar Conmigo y a permanecer en Mí; quiero, como Madre, llevarlos hasta Mi Hijo.

Necesito que sus corazones despierten y que estén atentos en la oración, para que puedan estar en vigilia con Mi Hijo. Así, hijos Míos, estarán preparando el Retorno del Redentor y el cumplimiento de la gran promesa que Él hizo a todas las generaciones; ese momento está cerca.

El Padre me envía a ustedes como mediadora de las almas, como Luz que reconcilia el corazón; lo purifica, lo fortalece y lo acerca a Dios para vivir la Eternidad en una perfecta comunión.

Hoy, también les pido hijos Míos, que siempre oren por esta Nación. Dios cuenta con la conversión de este pueblo. Sus Ojos Misericordiosos están aquí, mediante Mi Corazón Inmaculado y la presencia infinita del Corazón de Mi Hijo. Mi Hijo viene a saciarles la sed para que puedan beber de Su Fuente, Fuente que Él está derramando desde Su Corazón y a través de Mi Corazón Maternal.

Hoy he venido aquí, a esta Nación, por un motivo especial: el de reconciliar a las almas con el único Dios y con el verdadero Espíritu, aquel que deben vivir en el corazón.  Entonces, brotará en sus almas el gran espíritu reconciliador para ofrecerlo a todos sus hermanos, a todos aquellos que deben reencontrar el camino que han perdido, el camino de la Paz, el camino del Amor, el camino de la Unidad con Mi Hijo.

Quiero que sientan este momento como algo misericordioso.

Queridos hijos, ésta es Mi última hora. Mis anuncios y Mis palabras deben perpetuarse en los corazones y abrir la esencia interior, para que todos Mis hijos puedan convertirse por el fuego poderoso del Espíritu Santo de Dios.

Deben tener a cada momento un encuentro especial Conmigo. Recuerden que Yo soy la misma de Nazareth y que a todos conozco muy bien. Mis ojos maternales contemplan a los hijos del mundo, algunos ya están perdidos, ese es Mi gran dolor maternal. Ustedes han sido renovados hoy por Mi presencia aquí, por eso Yo les pido, queridos hijos: tengan misericordia y sean misericordiosos en la oración por todos aquellos que aún no escuchan Mi llamado.

Mis palabras se difunden a lo largo del tiempo, como en Medjugorje, hoy aquí, en este lugar.

Recuerden que Soy la patrona de todas las Américas, Mi Corazón se expande por todas las naciones. Quiero abrazar a todos Mis hijos, solo que antes, pequeños Míos, ustedes deben darme ese permiso. Permiso que dan a Dios para que Yo pueda entrar en sus vidas y llevarlos en Mis brazos hacia Mi Hijo, quien los espera misericordiosamente con Alegría y con Amor.

Sientan que el tiempo ya está terminando. Es hora de practicar la verdadera oración, deben encender el fuego en sus corazones. Este es Mi verdadero prenuncio. Mis palabras quieren encender sus esencias, sus almas deben reencontrarse con Dios. Como mediadora estoy aquí para ayudarlos a comenzar de nuevo el camino que muchos han perdido, camino que llamo de “Reconciliación”.

Hoy estoy aquí, muy cerca de ustedes, contemplándolos, como también lo está haciendo Mi Hijo desde el Reino Celestial. Abran sus corazones para que Mi Espíritu Inmaculado, Mi Corazón Universal, los pueda curar desde el interior y así pueda encenderse el brillo de la Luz que Dios le concedió a cada uno de ustedes desde el nacimiento. Recuerden que llevan algo precioso que deben preservar y cuidar mediante la oración del corazón.

Sepan, queridos hijos, que Mi permanencia en este mundo sobre los corazones de los seres humanos, es debe a que muchos están perdidos.

Deben creer que Dios existe, Yo los invito a imitarme; a imitar a la Sierva fiel de Nazareth, a la Madre de Jerusalén, que creyó, absolutamente, en la Presencia del Padre, en la Presencia de Su Espíritu a través de Su Amor y de la Unidad que Él donó a Mi Corazón.

Hijos Míos, si ustedes se abren podrán comprender acerca de la Voluntad, Voluntad que es Infinita, la que los guiará por un nuevo camino que aún no han recorrido, un camino de consagración, un camino de Eternidad. Esa es Mi promesa como Madre.

 

Se escucha llorar a un niño que jugaba en las proximidades. La Madre Divina continúa:

 

El mundo también llora porque a veces no escucha a Dios. Él me envió entre ustedes, así como envió a Mi Hijo para redimirlos, para que reencuentren a Dios, en la esencia del Amor, en sus vidas.

 

En este último tiempo, hijos Míos, Mi Reconciliación debe ser derramada sobre cada uno de Mis hijos, para que el mundo pueda realizar obras de Paz, y llevar a cabo verdaderas acciones de amor y de caridad para con cada uno de sus hermanos. Yo los invito a estar en Mí, a permanecer en Mí por sobre todas las cosas, y a confiar en el Gran Propósito que ustedes hoy desconocen y que se llama “Amor Celestial”.

Oremos por Centro América. Sepan hijos Míos, que desde el inicio Yo estoy acompañándolos como la Señora de Guadalupe, la Reina de la Paz, la que sabe quién necesita más de Dios.

Elevando sus corazones hacia Mi Reino, entren en Mi oración mediante el silencio de sus corazones.

Oremos para que la Gracia de Dios pueda llegar a cada uno de Mis hijos y cada una de las naciones, especialmente las naciones hermanas que deben reconciliarse con Dios, en amor y fraternidad.

 

Se ora por tres veces el Padre Nuestro en español.

 

Fray Elías: La Madre Divina dice:

 

Mañana una parte más de Mi Cielo, llegará a ustedes para que puedan sentir Mi Inmaculado Corazón.

Les agradezco.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

 

Fin de la Aparición.

Se hace un profundo silencio durante varios minutos.

 

Madre Shimani: Como hacemos después de cada aparición, haremos un breve relato de lo que pudo percibirse durante la preparación y la Aparición porque, mientras oramos preparándonos para el encuentro, a veces, hay intensos movimientos de la Jerarquía Angélica, también manifestaciones que Nuestra Señora nos muestra y que, cuando suceden, las compartimos con ustedes.

Vamos a pedirle a Fray Elías que nos cuente lo que vio y percibió, a demás de algunas indicaciones que Nuestra Señora le dio.

 

Fray Elías: Antes de la Aparición, mientras orábamos, apareció una imagen del volcán1. Dentro del cielo se abrió otro cielo y de él descendieron muchos Ángeles que se dirigieron a la parte más alta del volcán.

 

Ellos trajeron desde ese segundo cielo un Gran Corazón de Luz de color magenta. A ese Corazón lo atravesaban muchos clavos y, a pesar de eso, Él irradió Su Luz a todo Centro América y al Caribe. Mediante Sus latidos, comenzó a bombear Luz, y se expandieron Sus rayos hacia toda Centro América.

Hoy, la Madre Divina vino vestida con túnica y manto blanco. Su Inmaculado Corazón estaba fuera de Su pecho claramente manifestado.

Nuestra Señora mostró un espacio en el Cielo donde había un grupo de Ancianos. A sus pies había un libro grueso y opaco y Ellos lo miraban. Decían que ese libro contenía la Historia de la Humanidad. De forma discreta y silenciosa, Nuestra Señora se ubicó delante de dichos Ancianos, juntó Sus manos en señal de oración y quedó un momento en esa postura. Luego, extendió Sus brazos y Sus manos hacia ellos, y vi que en

Sus manos había muchos pétalos de rosa, los que simbolizaban las oraciones que Ella obtuvo de la humanidad. Comprendí, en ese momento, que la Madre Divina hacía una intercesión por la humanidad frente a los Ancianos. Luego la imagen se desvaneció.

En otro momento, se abrió un cielo en un lugar cercano de donde estamos, y desde ahí bajó un Arcángel. Dijo llamarse Miguel, traía una espada en Su mano derecha y clamó de una forma muy fervorosa y potente:

“¡Rendíos, Rendíos, Rendíos!”

Con Su espada abrió un espacio hacia el Mar Caribe, y el mar se convirtió en fuego. En ese fuego había muchas almas que eran consumidas por las llamas. Estas almas fueron siendo aliviadas y liberadas por los Ejércitos de Luz y por nuestra oración. Después de mucho tiempo, el Arcángel Miguel consiguió hacerlas pasar hacia el Cielo.

Esa imagen permaneció por largo tiempo y el Arcángel Miguel dijo que era muy importante la oración para este tiempo.

Más tarde, Nuestra Señora apareció a la derecha del cuadro (imagen de la Virgen que se coloca en el altar). Su presencia era contundente y casi palpable. Llevaba el rosario entre Sus manos y en el mensaje que daba imprimía una energía muy precisa, que sentimos, se refería a la Voluntad de Dios.

Después de todas esas escenas que nos habían sido mostradas, le preguntamos si todo aquello era verdadero. Ella bajo Su rostro y, luego de un momento de silencio, dijo que sí.

Cuando cambió de lugar y se aproximó aún más a los presentes, percibí que, detrás de Ella había un cielo abierto, celeste, profundo y brillante.

Cuando nos habló del Espíritu Santo, Sus palabras parecían convertirse en fuego, que se movía en corrientes, como rayos de luz, o explosiones de luz que venían a través de Sus palabras. Esos rayos de luz pasaban por sus costados, y se proyectaban hacia la superficie de la Tierra.

 

Madre Shimani: ¡Cuántas cosas!

Debemos estar muy agradecidos por el trabajo que la Madre Divina hace en cada Aparición.

Seguramente en el día de hoy, toda esta zona de América Central vivió una importante liberación. Son cosas que pasan en otros planos y de las que, generalmente, no tenemos conocimiento.

Hay almas que quedan presas en lugares infernales y nosotros ni siquiera lo sabemos. Pueden ser almas encarnadas o desencarnadas, porque hay muchas personas que viven en este planeta, que sufren y que sus almas están atrapadas en algún lugar. Personas que están perdidas, que no conocen a Dios, que sus espíritus no están con ellos.

Por eso, cada vez que la Madre se acerca, es una oportunidad para que esas almas tengan la posibilidad de ser liberadas. Eso es lo que conocemos como una tarea planetaria, trabajar con muchas consciencias de una sola vez.

Para que Ella pueda hacer Su tarea y pedir asistencia a los Cielos nosotros, como humanidad, tenemos que colaborar. Seguramente la coyuntura que hemos vivido y la apertura de nuestro corazón con este poquito que dimos, casi insignificante, Ella pudo interceder y hacer esa liberación tan importante. Porque, a pesar de lo poco que damos,  para Ella es una colaboración importante.

De aquí en adelante, seremos más conscientes de la verdadera tarea que tenemos por delante. Si diéramos más y fuéramos más consecuentes, muchas otras cosas la Divinidad podría hacer por este planeta.

Necesitamos colocar eso en el corazón y tenerlo siempre presente.

 

Fray Elías: Durante la primera parte de la Aparición tuvimos la oportunidad de preguntarle a Nuestra Señora sobre esa cierta Aparición que sucedió aquí, en Nicaragua.

 

Ella respondió que Su Corazón está en todas las naciones, que estuvo aquí en aquel momento. Dijo también, que lo más importante para que Ella pueda estar es el permiso de todos nosotros.

 

Madre Shimani: La pauta sigue siendo la misma, mantener el corazón abierto. Vamos a ver si mañana, que estaremos juntos nuevamente, hacemos un esfuerzo mayor y nos mantenemos más concentrados y más abiertos.

Quién sabe, tal vez nuestra Madre pueda hacer un trabajo más amplio del que hizo hoy. Todo depende de nosotros.

Muchas gracias a todos por habernos acompañado hoy aquí.