Viernes, 6 de marzo de 2015

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, DURANTE LA 20.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DEL NIÑO REY, RIO DE JANEIRO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En nombre de los ingratos, canten al Padre Celestial, así alegrarán Mi Corazón: Adonai Espíritu Santo.

Mientras hoy estoy aquí con ustedes, nuevamente, el mundo circula por una gran transición.

Las acciones que comete la humanidad cada vez son más graves. ¿Quién se ofertará a transmutar estos estados como muchos seres lo hicieron en el pasado, en el total silencio del corazón y de la voz?

El tiempo que fue escrito, ya comenzó. Pero muchos no consiguen ver estas cosas.

A través de la Gracia que Dios Me concedió, vengo en esta tarde de Misericordia a abrir sus ojos internos. Porque en cada nuevo día espero que estén renovados por Mi Luz y que no sean las mismas personas ni las mismas consciencias, sino que sean transfigurados por Mi Amor Redentor a través de los Sacramentos Sagrados que Yo les entrego.

El tiempo seguirá pasando y las cosas se complicarán cada día más, pues muchos deberán sufrir por lo que han hecho. Muchos no conocen Mi insondable Misericordia.

Por eso, Yo los llamo, amados Míos, para que sean testigos de Mi Corazón Misericordioso, al menos algunas almas de este mundo, principalmente aquellas que se aproximan a sus caminos, encontrarán el aliento que tanto buscan y la fuerza interior que perdieron, por solo conocer Mi Misericordia.

Yo les marcaré la señal de Mi Retorno. Será muy evidente para los corazones abiertos, principalmente para aquellos que oren a Mi Misericordia.

Mi Voz hoy se pronuncia a todos y espero que ella haga frutos en sus seres, pues deseo profundamente, queridos Míos, que los apóstoles del nuevo tiempo puedan nacer.

Esto es algo verdadero, ya no es solamente espiritual. Necesito de testimonios vivos y de obradores de Mi Misericordia, que profesen la paz y el bien, a pesar del mal que circunda el mundo.

Yo nunca dejaré solos a Mis rebaños, pues en el silencio del corazón sigo sus pasos, hasta el cumplimiento de la misión final, para aquellos que se arriesguen transformarse y vivir plenamente Mi Divina Voluntad.

Como hoy consagraré estos Sacramentos, también consagraré sus espíritus, impregnando sus seres de una Luz Mayor para que, de una vez por todas, sean gratos y cumplan amorosamente con lo que Yo les pido.

Porque si aún hoy estoy aquí, entre ustedes, es por algo mayor, por una Voluntad Mayor. Espero que puedan percibir algún día lo que eso significa para estos tiempos.

Muchos mueren sin ver la Luz del Creador. E insisto con estas cosas porque siguen sucediendo como si nada pasara. Pero el tiempo de la liberación y de la Justicia Divina ya está llegando al mundo y esto no tiene reversión.

Así como lloran los niños, lloran nuestros corazones. Así podrán entender, Mis compañeros, la falta de consuelo que tiene Mi Corazón.

Ustedes son Mi fuerza reparadora, el motivo principal de Mi venida al mundo, como tantos otros servidores que solo buscan Mi Espíritu entre las tribulaciones de la humanidad.

Consagremos ahora con el corazón y la consciencia.

Repitamos:

Padre Glorioso y Eterno
te ofrezco con todo mi corazón y consciencia,
la unión perfecta y predilecta
que he establecido con Tu amado Hijo.

Y por los Poderes Celestiales
que brotan de Su Corazón Misericordioso,
ten piedad, Padre Mío, por esta humanidad,
por todo este planeta, por los siglos que vendrán.
Que así sea.

Amén.

Hoy, de nuevo, les entrego Mi Sangre.

Hoy les entrego amorosamente Mi Cuerpo lleno de ultrajes y espinas de los corazones infieles e impuros.

Reparen las ofensas de sus semejantes y proclamen a Dios el momento de su redención.

Beban de Mi Sangre y coman de Mi Cuerpo pensando, todo el tiempo, en la energía sublime de la restauración. Eso es lo que el mundo necesita para este tiempo, la restauración de Dios, así nacerá la Misericordia.

Les agradezco por haber compartido Mis Gracias con esta necesitada región, que debe despertar al Principio de la Redención.

Cierren sus ojos y llévenme a su interior, en comunión perfecta con Mi Espíritu, donde el mal no yace, sino el Amor absoluto del Creador.

Multipliquen sus oraciones y hagan feliz a Dios, por todo los que Él les dio, y por sus hermanos ingratos. Así glorificarán a Mi Corazón y estarán en eterna comunión Conmigo.

Nunca olviden de que Yo he pasado por aquí, pues esta es Mi última vez.

Paz para todos. Misericordia para los más necesitados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jueves, 5 de marzo de 2015

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DEL MENINO REI, RIO DE JANEIRO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 20.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Sagrado Corazón de Jesús, 
Fuente de Amor y de Verdad, 
reconcilia a la humanidad con el Padre Eterno. 
(tres veces)

Hoy les traigo Mi Sagrado Corazón como prueba de Mi Amor y de Mi Verdad por todos ustedes.

Mi Corazón se alegra por ver los corazones buenos y perseverantes, aquellos que responden a Mi Llamado de forma inmediata y que, a pesar de las consecuencias, siempre Me dicen sí.

Vivan en el Sagrado Corazón de Jesús.

Nuevamente, Me ofrezco al mundo como la gran ofrenda de amor por todas las almas y por todo este planeta herido.

Busquen la Fuente de Mi Sagrado Corazón y no se cansen de saciar vuestra sed, porque aún tendrán sed, amados Míos, hasta los últimos días de vuestras vidas.

Vivan en Mi Sagrado Corazón. Actúen a través de Mi Corazón misericordioso y nada deberán temer, porque Yo estaré en vuestros caminos, alumbrando vuestros destinos y cumpliendo vuestros proyectos, los Proyectos de Dios.

Por eso, vivan en Mi Sagrado Corazón.

Así como Yo lo pedí en Ruanda, busquen Mi Corazón de Luz, porque los tiempos ya son difíciles, las almas son muy frágiles y muy pocos están preparados para enfrentar lo que vendrá.

Acudan a Mi Corazón de Luz. Refúgiense en Mi Corazón amoroso.

Reposen vuestras almas en Mi Espíritu y sean como los niños que buscan siempre el abrazo del Padre Celestial.

Sean pequeños todo el tiempo; por medio de vuestras obras simples y humildes, agraden al Corazón de Dios que sigue siendo ultrajado al igual que el Mío.

Alegren el Corazón del Padre Celestial y renuévense todos los días por medio de la Comunión.

Yo vengo a ofrecer lo único que tengo: la Fuente de Mi Amor y de Mi Verdad, que es Mi Sagrado Corazón.

No pierdan tiempo, Mis compañeros, aléjense de las tribulaciones.

Ingresen en el camino de Luz que Yo les estoy ofertando y no hagan llorar a Mi Corazón cuando sus pruebas sean difíciles. Más, con el coraje que Yo les he dado a lo largo de los tiempos, ustedes tienen la fuerza interior para poder trascenderlo todo.

Yo les doy todo lo que tengo, pero aún hay muchas almas que no reciben nada.

¿Quién dará el primer testimonio de Mi Llegada al mundo? ¿Quién se arriesgará a vivir en Mi Nombre y profesar Mi Sagrada Palabra a la humanidad?

De esa forma, amados Míos, Yo los invito al apostolado del sacrificio. Porque solo a través del sacrificio y de la entrega, del sudor de vuestros cuerpos y el llanto de vuestros rostros, la humanidad podrá convertirse.

Pero no vivan el sacrificio como un padecimiento.

Dios Me hizo encarnar en esta humanidad como parte de Su Amor absoluto para que los corazones no volvieran a vivir el martirio ni tampoco el sufrimiento que ahoga completamente a todas las almas.

Pero la humanidad de hoy no ha entendido y muchos no escucharon Mi Llamado en Ruanda.

Me vuelvo a pronunciar en este lugar santísimo, en donde Mi Corazón se complace de ver almas redimidas, resucitadas por el amor de una madre, de una bondadosa madre, entregada a Mi Plan de Amor.

Los invito, Mis compañeros, a que se decidan a ser Mis apóstoles. Mis Mensajes no solo pueden pasar por aquí, deben penetrar en vuestros corazones, fortalecer vuestra fe y convicción de vivir en Mí.

Mis Palabras ya no son teorías. Necesito en este plano de vivos testimonios que representen aquello que nadie quiere hacer.

Amados hijos de Dios, ya no existirá tiempo ni momento de que la humanidad vuelva a decir que no fue avisada. Este es Mi último Llamado.

Mi Dios Me ha permitido que Me acercara a vuestros corazones y almas para encontrar en ustedes el consuelo que Me falta por la constante flagelación interior y espiritual que Yo recibo de los corazones ingratos.

Pero sé que muchos no creen que Yo estoy aquí. Dichosos de los corazones que creen sin haberme visto, porque serán como los apóstoles del pasado, en el que muchos no Me conocieron, pero supieron vivirme profundamente, viviendo Mi Palabra y Mi Evangelio.

Yo les abro las puertas de Mi Corazón de Luz, como la única alternativa para el fin de los tiempos.

No pierdan tiempo en las cosas superficiales. El tiempo está corriendo rápido y las almas cada vez más se pierden, engañadas por las cosas de este mundo y las ofertas de la vida material que hace desviar los caminos de Mis pobres corazones. Pero Mi bendita Madre del Cielo reza junto Conmigo a los Pies del Creador.

Los invito, queridos amigos, a que imiten este ejemplo espiritual. Arrodíllense delante del Creador y recen con todo el corazón y con toda el alma.

No sabré decirles, Mis compañeros, qué será de aquí a los próximos meses, pues el mundo deberá arrepentirse profundamente, reconocer el daño que ha causado a los demás corazones y pedir profundamente por Mi insondable Misericordia.

Sepan, Mis compañeros, que Yo no vengo a traerles el miedo, sino la verdadera consciencia de lo que es cometido por toda la humanidad, las consecuencias difíciles que arrastran a muchas almas hacia los abismos sin luz.

Pero Yo Soy el Sol resplandeciente del universo, la Molécula viva del Corazón de Dios que despierta muchas moléculas más, en los corazones que se ofertan a Mi Corazón a renunciar a todo, a transformarse completamente y a vivir absolutamente Mi Divina Voluntad.

No vengo a pedirles cosas imposibles, vengo a pedirles una colaboración mayor. Aún estoy esperando, hijos amados, que los misioneros de la paz, del Inmaculado Corazón de María, lleguen hacia las tierras africanas para aliviar el sufrimiento que allí existe y que muy pocos conocen.

Las agujas del reloj siguen pasando y la necesidad crece cada día más.

Necesito almas misericordiosas, verdaderas almas misericordiosas, que ejemplifiquen en estos tiempos la presencia de Mi Corazón vivo en este mundo, a través de los Sagrados Sacramentos que Yo los invito a vivir nuevamente para que renueven vuestros espíritus, revivan vuestras almas y sean liberados de toda culpa. Por eso, alégrense en esta tarde misericordiosa.

Que todas las almas escuchen la plenitud de Mi Voz y que todos los ángeles eleven al Cielo la verdadera promesa de esta civilización, que será cumplir la redención, cueste lo que cueste, con quién sea; pues Mi Corazón cuenta con todos, pero son muy pocos los que responden a la verdadera necesidad que Yo les planteo.

Hoy extiendo Mis Manos sobre ustedes y derramo la Luz del Corazón para que se alcance la paz.

Divina Luz de Jesús, 
transforma mis átomos, moléculas, células y todo mi ser,
para la Gloria de Dios.

Hoy recibo la oferta de esta Comunión que irradio también con todo Mi Amor misericordioso para las comunidades y todos los monasterios que, en esta hora tan definitiva, de transición y de cambios, todas las almas del mundo deben responder al Llamado del Creador a través de los Mensajeros Divinos.

Elevaremos al Cielo, amados Míos, este sagrado ofertorio para que se convierta Mi Cuerpo y Mi Sangre, Vida en vuestras vidas, Cura para vuestros espíritus, Redención para vuestras moléculas.

En este momento, en el silencio del corazón y del alma, eleven a Mi Corazón misericordioso una petición espiritual.

Los escucho.

En los cuatro puntos de la Tierra, consagro todos los elementos que son la manifestación viva de la unión de las almas con el eterno Padre Creador. De esa forma, compañeros, consagremos en unión a Dios y a Su principio de Amor y de Unidad.

Mis Rayos se irradian a ustedes en esta tarde; y que este Cuerpo consagrado y esta Sangre preciosa, sirvan de reparación, principalmente para los que no me escuchan.

Padre Nuestro en arameo.

Y así como sucedió en la Cruz, hoy derramo Mi Sangre y Mi Agua sobre ustedes, para que nunca se olviden del Principio de la constante renovación, que es la Fuente del Amor.

Cántico de los Nombres de Dios.

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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