Viernes, 7 de noviembre de 2025

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO EN LA COMUNIDAD-LUZ FLOR DEL SAGRADO TEPUI DE RORAIMA, BOA VISTA, RORAIMA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Los Ojos de su Señor aún están sobre el mundo, porque alrededor del planeta se posicionan los ángeles de las Leyes de Dios, ángeles que traen consigo las lanzas del fuego de la Justicia, las trompetas del Apocalipsis, la balanza de la Gracia y el cáliz de la Misericordia.

Los ángeles de las Leyes de Dios son los creadores de los Rayos Inmateriales, que se manifiestan más allá de la decimosegunda dimensión, Rayos que corregirán a la Tierra y a su humanidad cuando esta se encuentre en el punto cierto de su purificación.

Mis Ojos de Compasión penetran en lo más profundo de Mis compañeros, y busco el espacio para ingresar en sus consciencias mientras aún hay tiempo, espacio que muchas veces no encuentro, por más que lo busque.

Mis Ojos de Misericordia están sobre Mis compañeros y sobre todo y cada ser de este mundo, buscando incesantemente un clamor sincero, un pedido humilde de auxilio, una señal que le demuestre a Dios que la Divina Misericordia tiene el camino abierto para ser vertida sobre esa consciencia.

Mientras que en el Tiempo de Mi Padre, el Tiempo Eterno, todo ya está consumado, aquí, en el tiempo del mundo, el Señor asiste a la definición de las almas y, muchas veces, les digo que solo puedo aguardar en oración un llamado, una mirada hacia lo alto, una gota de sacrificio sincero, de oración verdadera.

Y sigo aquí, deteniendo a los ángeles de las Leyes de Dios, justificando, con Mis Llagas aún abiertas y con las ofertas de las almas fieles, la ignorancia y la indiferencia de los que ya deberían ser uno Conmigo.

Por eso, que sus corazones no dejen de clamar e interceder. Que sus ojos no pierdan de vista los Ojos del Señor.

Estoy sobre el mundo, deteniendo con Mi Sangre las injusticias y los sufrimientos que son causados día a día, para que no crezcan ni se expandan, para que no hagan que las Leyes Divinas se precipiten sobre la Tierra, acortando el tiempo de la Misericordia y aumentando el tiempo de la justicia y de la purificación del planeta.

Un día, ya les dije que ese tiempo sería acortado, para que los sufrimientos de las almas no se prolongaran más allá de lo que pueden soportar. Pero, para que esa Ley sea una verdad manifestada, necesitan estar Conmigo y en Mí en oración y en sacrificio, despiertos y en renuncia, porque los errores de la humanidad son mayores cada día y la indiferencia de los corazones crece de tal forma que hoy supera el clamor de los pocos que aún Me escuchan.

Por eso, les digo que su oración se torne ley, ley del amor, ley de la Gracia, ley de la Misericordia, que aplaque y justifique el caos del mundo.

Esto es lo más necesario en este tiempo, esta es la Voluntad del Señor para estos días, para que sean cortos y breves, para que pronto se instituya Mi Reino y Mi Paz.

Oro por este propósito.

Su Maestro y Señor,

Cristo Jesús

Miércoles, 5 de noviembre de 2025

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN LA COMUNIDAD-LUZ FLOR DEL SAGRADO TEPUI DE RORAIMA, BOA VISTA, RORAIMA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS, PARA LA 142.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Contempla el Corazón de tu Señor. De Mi Pecho abierto emerge Sangre y Agua, Piedad, Compasión y Misericordia.

Contempla el Corazón de tu Señor. Hago de Mi Pecho una puerta para que puedas ingresar y que, a través de Mí, tus heridas más profundas sean curadas, tus miedos más antiguos sean liberados, tus dudas y anhelos trascendidos, todas tus ilusiones transmutadas, para que vivas en Mi Ley; porque ya llegó el tiempo de que el planeta comience a ingresar en una nueva Ley, comience a recibir Rayos Inmateriales desconocidos, lo que le traerá a la consciencia humana la sensación de una gran distancia entre lo que llaman realidad y la Verdad Superior.

Abre tus oídos internos, porque los sonidos del universo ya se hacen escuchar, así como los sonidos del interior de la Tierra.

La puerta del Corazón de tu Señor está abierta. Y esta es la puerta segura, estrecha pero profunda, que te lleva a esa realidad mayor, que te permitirá trascender el caos y la disociación que cada vez más impregnará la superficie del planeta.

Ve, en los lugares sagrados donde tu Señor habitó, la guerra destruye la consciencia humana; pero, aun así, una resiliencia misteriosa emerge de lo profundo de los seres. ¿Será mérito de las almas o será que una fortaleza desconocida habita en esos lugares y sustenta a las consciencias?

Ve, Mi enemigo intenta destruir todos los códigos divinos que un día dejé en el planeta. Pero esos códigos se vuelven vida dentro de la vida, fortaleza en el interior de los seres, que muchas veces piensan que esa fortaleza es una fuerza propia, una capacidad propia de ser resiliente y de soportar. Sin embargo, esa es la Fortaleza del Señor, que deben comenzar a comprender de un forma diferente.

Cuando las Leyes Divinas tocan la consciencia humana, muchas veces se pierden, se confunden con la consciencia de la humanidad, con su materia corrupta, con su corazón disociado. Y la Fortaleza del Señor se convierte en un falso deseo de venganza, se convierte en una fuerza de ira que hace que las naciones continúen luchando unas contra otras, constantemente.

Sin embargo ven, ingresa en el Corazón de tu Señor. Yo tengo una realidad diferente para mostrarte, donde Mi Fortaleza dentro de ti se convertirá en una capacidad única y desconocida de vivir el amor y el perdón.

Ven, ingresa en el Corazón de tu Señor, porque es aquí, dentro de Mí, donde Yo te mostraré cómo perdonar, donde Yo te enseñaré a vivir el Amor de la Cruz, que parecerá rasgarte por dentro, que transformará todos los aspectos de tu consciencia humana; para que, así como el vientre de una madre se rasga en el nacimiento de su hijo, tu consciencia sea transformada en una consciencia nueva en Cristo, en Mí.

Entra en el Corazón de tu Señor, camina por Mis venas, siente la fortaleza de Mis músculos internos. Camina por Mi Sangre, escucha el pulsar de Mi Corazón. Ven. Siéntete una célula de Mi Cuerpo Crístico y Cósmico; porque es aquí, dentro de Mí, donde podrás comprender lo que Yo quiero de ti.

Cuando tu Señor caminaba en el Calvario, cada perdón concedido, cada mirada de compasión dolían más que Mis Llagas abiertas, que las piedras en Mis Pies, que Mis caídas. Cada gota de Amor que salía de Mi Pecho hería más que los flagelos e, incluso, que la lanza que traspasó Mi Costado. Porque amar duele.

Es por eso que para nacer, para que un alma llegue al mundo y que el ser humano sea capaz de sentir un amor extremo como el amor de una madre, ese ser siente también un dolor extremo. Amar duele.

Pero si le preguntas a una madre si cambiaría su dolor extremo por un alivio, y dejaría de sentir ese amor, puedes creer que jamás lo haría, porque el amor compensa y recompensa ese dolor.

Por eso, ven a Mi Corazón, sin miedo, o ven con tus miedos y deja que, dentro de Mí, Yo mismo te transforme. Deja que se quiebren tus convicciones, que se rasguen tus certezas, que se disuelvan tus aspiraciones y tus metas, para que Yo haga en ti algo nuevo, extremo.

Lo que Yo te digo no es nada que puedas imaginar, sino solo sentir y experimentar dentro de Mí.

Ha llegado el tiempo de que la Fortaleza del Señor, que estuvo oculta en los mundos internos del planeta, así como en las dimensiones superiores de la vida universal, pueda emerger.

Y, a pesar de que en la superficie de la Tierra solo veas caos, caos extremo, busca encontrar en Mí la sabiduría de los mundos internos, de los Discos de Luz que se ocultan en América, como de los Discos de Oro que se ocultan en el hemisferio norte.

Cada espacio del planeta es impregnado por un lugar sagrado, por herramientas, espejos, templos, espacios de cura, contemplación, intercesión. Si no fuera así, esta Tierra ya no existiría. Dentro del planeta, Consciencias de Luz, llamadas bienaventuradas, experimentan día a día la entrega extrema para que la humanidad, cuando llegue el tiempo, sea sustentada en su experiencia de vivir un amor extremo.

Por eso, cuanto más guerras emerjan en la Tierra, cuanto más caos se esparza por el planeta, pon tus ojos en las dimensiones superiores, pon tus oídos en el pulsar de la Tierra, en el corazón de los Centros de Amor. Busca allí tu sustento. Canta sus vibraciones, así como el Señor también se sustentó con el pulsar de Galileum, y esa misma fortaleza que habitó en Mí, hoy, de una forma misteriosa, aún habita en las personas de esa región y les permite sustentarse, a pesar de cada guerra, de cada dolor.

Pero sustentarse no es suficiente para que una nueva consciencia emerja de adentro hacia afuera de la consciencia humana, necesitan aprender a amar y a superarme en el amor.

Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. Y hoy te muestro ese Camino: el Corazón abierto y rasgado de tu Señor.

Ven a Mí. Mis Brazos están extendidos hacia ti. Ven a Mí.

Canta Conmigo las melodías celestes y las melodías de los mundos internos de este planeta, que ya es sagrado y que debe manifestar esa vida sagrada.

Concéntrate, no en la realidad, sino en la Verdad, esta que Yo te muestro y que seguiré mostrándote cuando estés en Mí.

Guarda las llaves de cada misterio que hoy te entrego, por más que no lo comprendas por completo. Hoy, escuchas el eco de Mi Voz, pero ha llegado el tiempo y la hora de que ese eco sea vida en tu vida, experiencia en tu corazón.

Sé en Mí.

Te dejo Mi bendición, Mi Paz y Mi Misericordia, porque recuerda que aún es tiempo de Misericordia.

Tu Maestro y Señor,

Cristo Jesús

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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