Viernes, 9 de septiembre de 2011

Apariciones extraordinarias
PRIMERA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA COLINA DE LAS APARICIONES, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LAS 10:00 H, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Como nos fue pedido el 5 de septiembre, y respondiendo al llamado de la Madre Divina, un grupo de aproximadamente mil quinientas personas se dirigió al “Morro do Cristal”(1)  a las 9:00 h.

La Colina de las Apariciones se localiza en un lugar silvestre, por donde casi no circulan personas. Para llegar a lo alto de la Colina es necesario subir por un camino de tierra, con una pendiente pronunciada y rodeado de abundante vegetación nativa. Ese día, el firmamento se presentó despejado, sin una sola nube, y el sol radiante elevaba la temperatura a cada minuto.

Como el llamado de la Madre Divina fue imprevisto, el lugar no pudo ser acondicionado para recibir a un grupo tan grande. La vegetación hizo que la mayoría de las personas se mantuviera de pie, mientras algunas pocas buscaron un espacio entre los arbustos y el pasto crecido para sentarse. Todos, superando el calor y la falta de comodidad, se dispusieron a recibir a la Madre Celestial.

Por otro lado, un pequeño grupo se ubicó en la parte más alta de la Colina. Ese grupo estaba integrado por Madre Shimani, José Trigueirinho, Fray Elías y algunos otros hermanos.

Madre Shimani hizo una breve introducción, explicando qué sucedería y cuál debía ser la actitud adecuada para recibir a la Madre Divina.

Entonces, comenzó el trabajo de oración, que se extendió por un largo tiempo. Cuando se percibió la aproximación de la Madre Divina, las voces femeninas entonaron el “Ave María”, mientras las masculinas continuaron en oración.

Pasados algunos minutos, Fray Elías se colocó de pie, señal que indica que la Madre ha aparecido, y dirigió su mirada hacia un punto en el cielo. Se lo veía profundamente concentrado y compenetrado contemplando a la Madre Divina.

Un tiempo después comunicó al pequeño grupo que estaba con él, lo que la Virgen le transmitía, y en ese momento todos descendieron desde lo más alto de la Colina hacia donde se encontraba todo el grupo de personas.

Fray Elías se dirigió, apresuradamente, pero en profundo silencio y concentración, hasta un árbol que se encontraba en medio de un gran grupo de personas en oración.

Cuando todo el grupo se reorganizó nuevamente, alrededor del árbol, se interrumpió la oración y se hizo un profundo silencio y, así, todos esperaron en estática y reverente quietud.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cuando la Madre Divina apareció en lo alto de la Colina, acompañada de dos ángeles, nos dijo: "La Voluntad del Señor es que Yo esté entre todos Mis hijos, por eso descenderé".

Y, en ese momento, descendió de la Colina y se colocó sobre este árbol.

Apareció como la Reina de la Paz y envolvió el árbol con un gran orandio.


¡Mi Paz a todo el Brasil!

He venido a pedirles que estén aquí, desde el día 9 hasta el 15, pues vendré todos los días a las 20:00 h.


También, nos pidió que, durante todos los días de ese período, vengamos en procesión con velas para encender a las almas que están afligidas.


Ahora, Yo hablaré.

Queridos Míos, ¡cuántas almas preciosas se reúnen en torno a Mi Manto! Yo las estoy protegiendo.

Soy la Reina del Amor, la Redentora de las almas, después de Cristo.

Hoy, Me anuncio a ustedes como la Reina de la Paz, la Protectora y Guardiana de los corazones, la que escucha el llamado de las almas y de todos aquellos que quieran retornar a Mí.

Estoy aquí para pedirles que vengan en procesión hasta aquí; no por ustedes, sino por los que están dormidos y no reciben la Gracia, como hoy la reciben ustedes en sus corazones.

Hoy, abro Mis Brazos para sembrar en ustedes Mi Corazón.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ella está abriendo Sus Brazos e irradiando mucha Luz hacia nosotros. En el centro de Su Pecho está pulsando un Corazón de Luz rosada, que señala con Su Mano derecha.


Vean Mi Corazón, cargado con espinas, Él debe ser curado por las oraciones.

He venido aquí a fundar un Centro de Oración permanente, diurno y nocturno, por la paz y por la elevación del mundo.  Este es Mi último aviso, ya lo comprenderán.

Vean que Yo Soy la Madre de todos ustedes, que los levanta cuando caen; especialmente levanto a aquellos que se olvidan de Mí y que no responden a Mi llamado porque no Me ven.

Ahora, Yo estoy aquí, entre ustedes, para acogerlos y acompañarlos, para que tengan confianza en Mí, para que sigan Mi camino de Paz y de Salvación. Estoy llamando a los que se han comprometido Conmigo, desde la antigua Nazaret hasta la Nueva Jerusalén.

Somos una sola voz que debe ascender a los Cielos, para que el Padre responda con Sus Gracias a todos sus corazones. Yo estoy aquí como la Intercesora de las almas.

Les pido que vengan aquí, durante la noche, porque Mi Presencia será más nítida y en sus corazones se reflejará más.

¿Será que ustedes se animarán a responder a un llamado inmaterial, a Mi Voz Divina, durante estos días?

El Señor Me entregó a ustedes y Yo los entrego al Padre, porque ya es la hora. Estamos en el último tiempo, en el tiempo de cruzar el portal hacia la Luz y la Redención.

Elevo Mi Corona de Estrellas hacia ustedes y la coloco sobre sus seres, que simboliza las doce puertas que serán abiertas en este cercano futuro de la Nueva Humanidad. Cada Estrella representa un designio que descenderá desde los Cielos sobre este mundo dolorido.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, está mostrando un orandio pequeño, que tiene una medalla de plata con una pequeña imagen del Padre Pío.


El Padre Pío es quien regirá sus almas, un fiel compañero. Como Yo estuve en él, así estoy en ustedes, aunque no Me sientan y poco comprendan Mi llamado.

Abran sus corazones, los estoy llamando a que respondan a la Voluntad Mayor, que ahora está descendiendo sobre este lugar. Quiero poder penetrar los corazones quebrados, los que no Me sienten desde hace tiempo y no confían en la Madre de Dios. Yo los estoy llamando una vez más, para que retomen el camino hacia Cristo, el Redentor.

Ya lo he dicho: la Misericordia está en el último tiempo, antes de que los ángeles abran la puerta de la Justicia Divina sobre este mundo y otros.

Todas las razas, que están separadas, serán un solo pueblo en el fin de este tiempo; porque Me verán caminar sobre varios continentes, en los que Mi Paz se encenderá, dentro del caos.

Ahora, Yo los invito a que comulguen Conmigo, a que confíen en Mi Inmaculado Corazón, que nació en Oriente.

Ahora, ya estoy aquí, resguardándolos y protegiéndolos con Mi Amor desde los Cielos, por más que no Me vean. Yo Soy la Madre que todo lo observa en cada interior; aún más en aquellos que se esconden de Mí, porque temen confiar en Mí.

He venido aquí para consagrar este lugar como un Centro de Peregrinación, como un Centro de Rescate de almas y de apertura de corazones caídos. Ustedes deben ser las columnas de esos corazones, para que ellos revivan y renazcan en Cristo, que los aguarda porque aún Él tiene sed.

Ustedes deben ser el manantial para sus hermanos, para aquellos que se niegan a abrir sus corazones y que los cierran, para aquellos que sufren en sus incomprensiones. Por todos ellos, deben abrirse a la Divina Paciencia, que Yo vivo desde hace siglos.

Yo Soy la Madre de la Misericordia y quiero traerles la Paz en este tiempo final.

Se ha escrito mucho en los Libros Sagrados, que están en los Cielos, sobre el Mensaje del Señor a lo largo de los tiempos, tiempos que se unirán en uno solo, para aquellos que se unan a Mí en oración y en paz.

Les dejo Mi Corazón Maternal, para que lo sostengan con sus manos en los tiempos de tribulación y de pruebas, pues quien confía en Él será salvo y no saldrá de la senda ni de Mi rebaño.

La Voz de Dios desciende a través de Mí, porque Yo Soy Su Sierva al igual que ustedes, aunque ustedes no lo crean.

Todos tienen un compromiso a cumplir Conmigo y con el Señor. Elevo Mi Voz hacia el Cielo como una gran plegaria, para que encuentren la Luz y la Paz en este tiempo.

El último día, diré qué es lo que más quiero para este lugar y para esta nación, a la cual amo con predilección porque sé que responde a Mi Voz desde hace tiempo.

No teman a los juicios ni a las persecuciones, porque los 144 000 deben despertar, antes que los 72 que Yo enviaré a este mundo.

Hoy, abro Mis Brazos para acogerlos.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ella está abriendo Sus Brazos y extendiéndolos hacia abajo. Está proyectando una Luz blanca desde las palmas de Sus Manos y el árbol está siendo envuelto por una energía blanca brillante.


Hoy, Me enciendo dentro de sus corazones para que Me escuchen, pues no es Mi Voluntad, sino la que está más allá de Mí.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, está señalando hacia arriba, donde hay Cielos abiertos de color celeste.


Este es Mi Emblema de Paz, Mi Corazón Sagrado, el que siempre deben anhelar a pesar de todo y deben buscar cuando todo esté a oscuras; pues saben que Yo estaré allí cuando oren Conmigo, cuando no se cansen de orar y de hablar Conmigo. Así, pasará la tiniebla y no los tocará, pues estarán en oración Conmigo, perpetuamente.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, Ella está elevando Su Mirada hacia el cielo y colocando Sus Manos en señal de oración, y nos pide que todos hagamos lo mismo.


Vamos a orar por las almas que están en los suburbios oscuros y que no reciben la Gracia que ustedes están recibiendo.

Hoy, ustedes tienen consciencia de Mi Presencia, pero Yo debo ir a todos esos lugares donde la paz no se encuentra y donde las cadenas aún no se han quebrado porque Mi Luz no ha entrado y solo entrará por medio de sus oraciones.
 

Todo el grupo ora una oración que la Madre Divina transmitió en Sus Apariciones en Uruguay:


Bendita Tú eres,
 entre todas las criaturas,
 porque fuiste concebida
 por una Gracia Mayor.
Amén.


Mientras se realiza la oración, algunas personas del público se retiran, descendiendo de la Colina.


Recuerden, todos los que se alejaron de Mí, que Yo estuve aquí para llamarlos.

¡Gracias por responder a Mi llamado!

Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.

Por el Poder Divino del Espíritu Santo y de la Gracia Sublime de Dios para todos los corazones, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cantemos, para que los corazones se alegren, una canción que nació en Aurora.
 
Todos los presentes entonan el cántico “La mujer que nos guía”, en gratitud.

 
(1)   El nombre dado posteriormente por la Madre Divina al “Morro do Cristal” fue “Colina de las Apariciones”.