Sábado, 20 de octubre de 2012

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL NÚCLEO-LUZ DE FIGUEIRA EN SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Madre María Shimani de Montserrat:

Nuestra Madre quiere que todos salgamos afuera y que, si llueve, lo veamos como una Gracia de Ella.

Ahora, vamos a cantar mientras salimos y nos organizamos para quedar afuera; y no nos preocupemos si nos tenemos que quedar de pie.

 
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora, sosteniendo una Custodia entre Sus Manos, nos pide que oremos con Ella.


Oración: “Ave María” (10 veces en portugués).


Madre María Shimani de Montserrat:

Inhalamos.

 
Hoy, queridos hijos, vengo a hablarles de una tarea importante en el fin de estos tiempos. Un ejercicio espiritual que los definirá en su camino espiritual.

Hoy, les hablo, queridos hijos, de la importancia de la adoración al Corazón de Mi Hijo, principalmente en estas grandes ciudades, en donde es altamente ultrajado por los movimientos y las acciones de todos los hombres.

Por eso, queridos hijos, alzando con Mis Manos este símbolo de la Custodia Universal, Yo les pido que adoren al Corazón de Mi Hijo, en este espacio sagrado en el que Yo Me He aparecido a lo largo de este tiempo porque, de esa forma, queridos hijos, Mi Hijo estará entre ustedes y ustedes estarán en Mi Hijo.

¿Por qué les pido en este tiempo la adoración al Corazón de Mi Hijo? Porque en el símbolo de la Custodia del Corazón de Mi Hijo, muchas llaves se revelarán para sus vidas.

Yo les prometo, como Reina de la Paz, participar con ustedes en este ejercicio. La Custodia es el Portal de la Luz para el nuevo tiempo y ustedes, queridos hijos, amorosamente deben reverenciar el Corazón de Mi Hijo; porque, en este tiempo final, estarán participando de Su Misericordia.

Por eso, queridos Hijos en esta última hora, abran sus corazones y eleven sus aspiraciones a Dios.

Como Madre, les llamo la atención; pero como Madre Misericordiosa los guío y los conduzco por el buen camino de la paz, el buen camino del cristiano, ¿será que se animan a conducirse por este nuevo camino que Yo les propongo?

Queridos hijos, todos necesitan de redención; pero ahora Mi Hijo necesita, a través de este ejercicio de adoración a Él, encontrar buenos y sanos instrumentos para que, a pesar de sus imperfecciones, la Luz del Corazón de Mi Hijo se pueda derramar sobre ustedes; y esto tendrá consecuencias mayores en los Cielos.

Mis Gracias Celestiales se derramarán sobre esta ciudad como también sobre otras. Muchos hijos Míos podrán ser rescatados y sus almas serán encaminadas hacia la salvación.
Queridos hijos, hoy estamos hablando de una única humanidad, una única raza que le corresponde a Dios.

Yo, como Madre, como parte de esta humanidad y de este lugar donde Yo nací, y desde aquí, desde el Cielo y desde el universo, vengo a auxiliarlos una vez más.

No solo el ayuno es importante para estos tiempos, sino también elevar sus conciencias a través de la adoración.

Sepan, queridos hijos, que hoy les traigo este mérito y presente universal, la Custodia del Corazón de Mi Hijo, porque les digo que este es Mi último día aquí.

Ahora, queridos hijos, es el momento de que sus pies comiencen a caminar por el sendero que Yo construí a lo largo del tiempo, camino que los llevará hacia la Luz, hacia la eternidad. Por eso, hijos Míos, no teman nada. Si solo cumplen lo que Yo les pido, estarán protegidos dentro de Mi Inmaculado Corazón; y en este tiempo final, el Corazón de Mi Hijo estará presente dentro de ustedes.

Hoy, también sostengo en Mis Manos, queridos Hijos, el santo rosario, el instrumento de oración de todos los siglos; oración que les he pedido, a lo largo de los tiempos, y que ha permitido que esta humanidad no se perdiera y fuera conducida hacia la Luz.

Pero, un mérito mayor llegó en el fin de este tiempo. En este último siglo, a través de la Misericordia de Jesús, Él también nos invita a honrar Su Corazón a través de la adoración que hoy les pido, y hoy Yo les enseñaré cómo hacerlo.

Deben colocar sus ojos de bondad y de amor sobre el misterio de esa Custodia, para que su alma se pueda expresar en ese momento y una conexión divina se pueda manifestar en esa hora, en ese lugar y en esa sala, donde se encontrará esta Custodia Universal.

Y, día a día, mediante ese ejercicio, sus corazones se elevarán y sin percibirlo encontrarán en su vida a los Ángeles Custodios del Señor para que se dirijan a cada parte de esta ciudad y a todo el Brasil, a auxiliar a las almas, sobre todo a aquellas que están con faltas graves en este tiempo y aún más a aquellas que cometerán acciones que no están dentro de la Ley del Señor.

Entonces, queridos hijos, la adoración los elevará y ustedes, como una parte de esta humanidad, estarán auxiliando a muchas almas que no adoran, que no aman y que se olvidan de la importancia de la oración del corazón.

¿Entienden ahora, queridos hijos, porqué he venido a lo largo de todo este tiempo, pidiéndoles Mis intenciones para que ellas se puedan cumplir sobre esta Tierra?

Si confían en la Esencia de la Madre Universal, encontrarán en ustedes al Espíritu Santo.
Fui concebida por una Fuerza Mayor que se llama Dios, el Gran Altísimo de las Alturas, y quiero que todos Mis hijos participen de esa Fuente Maternal a través de la oración diaria y ahora también a través de este ejercicio de adoración.

Deben permitir que sus corazones sean conducidos, para que en sus vidas existan razonamientos y pensamientos correctos; de esa forma, queridos hijos, podrán ser guiados.

¿Y por qué hoy los llamo a contemplar a través de la adoración?

Porque en la actualidad, las grandes Custodias que existen en este mundo están muy abandonadas. En ellas está Jesús, está su Sagrado Corazón en todos los Sagrarios de la tierra. Por eso, deben entender, queridos hijos, que Cristo, en su soledad, los espera para que se unan a Él mediante el ejercicio de la adoración y del silencio interior.

Este es el mayor presente que hoy les hago a todos ustedes, Mis hijos. Dejo esta Custodia Celestial en este lugar para que sea una prolongación de sus corazones, una unidad perfecta con Mi Hijo; porque en el fin de este tiempo, queridos hijos, a la humanidad solo le bastará elevarse hacia el Reino de Dios.

Desde ese lugar, de donde Yo vengo y en donde Yo quiero que todos puedan estar muy pronto, hoy los invito a orar por este pedido para que cada uno de ustedes, queridos hijos, encuentre el Paraíso que Dios ha dejado en sus corazones. Él está allí, deben creer en eso. ¿Lo buscarán?

Hoy, también los invito a seguir orando, queridos hijos, con más sinceridad para que sus corazones vivan la transformación y se eleven hacia el Reino de Dios, y Yo los pueda acoger allí, en la esencia de Mi Pureza Virginal.

Quiero que sean humildes como Yo.

Quiero que sean simples como Mi Corazón; porque en el final de este tiempo, en la humildad del corazón, encontrarán la verdad de los misterios.

Oremos, queridos hijos, por todas las ciudades y, aún más, por aquellas almas que necesitan en esta hora de la Misericordia de Mi Hijo y de la salvación.

Todos están unidos dentro del Reino del Padre. Eso es importante que ahora lo sepan, porque en el Paraíso todas las almas son iguales Y todos beben de la misma Fuente del Señor, Fuente del Amor y de la Unidad.

Aspiración que, en este tiempo, sus corazones no deben perder, a pesar de lo que acontezca. Si ustedes me ayudan a hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón, Yo estaré con ustedes silenciosamente. 


Oración: “Madre Universal” (tres veces en portugués).


¡Cómo los amo, queridos hijos!

Llevo en Mis Brazos al Niño del nuevo tiempo en el retorno de Mi Hijo, el Salvador.

Que, desde mañana, queridos hijos, Nuestra Señora Aparecida aparezca perpetuamente en sus corazones.

Bajo la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias, queridos hijos, por responder a Mi llamado!

Que la Paz, que Mi Eterna Paz, ilumine sus corazones y que esa Paz sea su fe para seguir caminando, a pesar de todo, bajo la fuerza de la Divina Devoción, Devoción que les dará Dios, Devoción que les irradiará Mi Corazón.

Hoy, solo les pido que se queden dentro de Mi Corazón Maternal.

Que las rosas de Mi Paz sean, en sus vidas, el nuevo espíritu de la fraternidad.

¡Les agradezco!


Canción: “Magnificat”.


Madre María Shimani de Montserrat:

Vamos a escuchar un breve relato de Fray Elías y luego vamos a hacer algunos comentarios de lo que ha pedido y anunciado nuestra Madre.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nosotros vimos que, entre 15 a 10 minutos antes de la Aparición, hubo un movimiento importante dentro de esta sala. Cuando nuestra hermana comenzó a entonar el Ave María, de una forma muy rápida y espontánea se abrió un portal hacia arriba de este lugar; un portal de un color celeste y azul profundo. Era un portal que iba hacia lo alto, hacia el infinito.

Mientras orábamos, y la hermana cantaba el Ave María, comenzaron a aparecer coros de ángeles. Desde esos diferentes coros de ángeles se aproximaron siete ángeles que se fueron colocando de abajo hacia arriba, hacia el infinito, y que formaban una gran espiral, una espiral de Luz hacia lo alto.

Mientras esa escena, esa imagen aparecía, esperamos a ver qué era lo que estaba aconteciendo. La oración continuó y la hermana siguió entonando el Ave María.

En el centro de esa espiral, formado por siete ángeles; el primer ángel, que estaba más cerca de nosotros, manifestó en su mano una gran campana que hizo sonar a medida que nosotros orábamos el Ave María.

Cuando esa campana sonaba, irradiaba Luz hacia todo San Pablo. En ese momento, los seis ángeles restantes también tenían campanas, en total eran siete campanas que estaban sonando en diferentes escalas y con tonos muy elevados y graves.

Mientras todas esas campanas sonaban, en el punto más alto del cielo apareció nuestra Madre Divina, cruzó ese portal hacia aquí y Ella era la octava consciencia que también tenía una campana. En total eran ocho campanas que sonaban al mismo tiempo, en diferentes escalas de sonido.

Mientras sonaban, nuestra Madre tenía una campana mayor que hacía sonar fuertemente, llamando a todos nosotros. En ese momento, a través de ese portal, muchas almas fueron siendo elevadas por los ángeles hacia otro lugar. Entonces, vimos que todas esas almas, que estaban dispersas en esta ciudad, se encaminaban a través de ese canal de Luz. Ellas usufructuaban, utilizaban ese canal de servicio que había sido abierto a través de la oración.

Entonces, fue el momento en el que Nuestra Señora llegó a esta sala y sustentaba un rosario muy grande, era un rosario de cristal blanco, que movía de un lado hacia otro cuando nos hablaba, haciendo gestos, expresiones con lo que ella iba trasmitiendo.

Entonces, Ella nos dio la oportunidad de hacer algunas aclaraciones como las que también hace en otros momentos. Llegó un momento en que Ella dijo: “Yo apareceré para dar Mi Mensaje, en el lado de afuera de esta sala, porque Mi Inmaculado Corazón está trayendo mucho calor a este lugar”, y luego dijo: “Para que las Palabras sean fluidas, iremos todos hacia afuera”. Después completó: “No se preocupen si llueve, porque esa será una señal de que Mi Gracia está siendo derramada. Será una oportunidad para todos, porque todos tienen que estar muy juntos, como Yo lo estoy con ustedes”.

Y allí, cuando Ella comenzó a transmitir Su Mensaje, fuera de la casa, se colocó muy cerca del lado de la floresta, a más de 3 metros de altura de donde nos encontrábamos. Allí, Ella apareció como la Reina de la Paz y trajo el símbolo de la Custodia de Luz. Le preguntamos qué estaba aconteciendo, porqué traía esa Custodia: “Espera, Yo ya te lo diré, ya te explicaré”, dijo Ella.

Cuando Ella habló en el Mensaje sobre la importancia de la adoración, colocó entre dos árboles esa Custodia, que era dorada y que tenía muchos rayos, sobre esos árboles y estaba suspendida en el aire.

Mientras seguía dialogando con nosotros, esa Custodia iba irradiando poco a poco durante toda la Aparición. Vimos que la energía de esa Custodia iba trabajando en la parte más sutil de nuestras consciencias y eso se manifestaba muy claramente en todos los presentes.

Cuando se dio esa situación del movimiento de la Custodia, de lo que Ella irradiaba poco a poco, Nuestra Señora mostró el estado en el que los seres se pueden encontrar cuando están adorando. Entonces, en ese momento se vio un ser material, un ser físico, y la expresión de ese mismo ser en una parte más sutil, en un estado más contemplativo, en un estado de oración y de sintonía. Según nos dijo Nuestra Señora, la adoración a esa Custodia despierta ese estado en nosotros. Ella nos explicó también, entre otras cosas, que cuando las almas toman contacto con ese ejercicio espiritual, además de estar físicamente delante de ese símbolo, ese símbolo también actúa como un portal de contacto con Dios.

Cuando Ella nos dijo que teníamos que colocar nuestros ojos de amor sobre ese símbolo, nos mostró cómo a través de nuestros ojos físicos, al observar esa Custodia, se creaba una conexión con lo alto rápidamente, que no era por nuestra propia voluntad. Era solo colocarnos delante de ese símbolo, en nuestro ejercicio, y esos diversos efectos se irían generando espiritualmente en nosotros.

Ella también nos dijo que ese ejercicio permitiría elevar rápidamente a la humanidad, y que, si al menos una pequeña parte realizara ese ejercicio de adoración, estaría ayudando a que muchas situaciones en el planeta pudieran resolverse, sobre todo, acontecimientos inesperados.

Por eso, cuando Ella nos dijo que aparecía hoy, por última vez aquí, en este Núcleo de San Pablo, era porque ya había terminado con una tarea y que, desde el Cielo, donde Ella está, nos trajo esa Custodia Inmaterial de Luz a nosotros para que la consideremos como un ejercicio para el fin de los tiempos.

Después, durante el trabajo de la Aparición, nos explicó cómo sería ese ejercicio para todos, que en poco tiempo comentaremos. 


Madre María Shimani de Montserrat:

Bien, Yo tenía la intención de dar una explicación, pero no es necesario. Cuando tengamos todos los pasos de ese ejercicio espiritual, los vamos a dar a conocer a través de las vías que nuestra Madre nos indique.