Sábado, 12 de julio de 2014

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Yo Soy la Madre de la Infinita Misericordia.

No teman por lo que sucede. Todo está bajo Mis cuidados.

He enviado a los ángeles para que abran las puertas de los Cielos sobre Aurora. Y he pedido que el manantial de la cura, necesaria para esta humanidad enferma, descienda a través de un decreto espiritual. Todo está bajo los cuidados del Sumo Padre Eterno.

Mientras Yo estoy aquí entre ustedes, queridos hijos, Mi Consciencia Universal se expande sobre el mundo. Y Yo, como un imán de Luz, atraigo a todas las fuerzas que deben ser liberadas. Estamos en un tiempo de juego y de batalla.

Mientras Aurora resplandece para el mes de agosto, los mundos internos de todos los seres se preparan para ese encuentro.
Después de siete años continuos con ustedes, Mi Consciencia comenzará a realizar prodigios.

Primero deben creer para que su fe sea segura, verdadera y disponga para todos ustedes las posibilidades de curar el corazón, liberar los pecados del alma y curar y redimir a toda la consciencia; porque sé que muchos necesitan de esto, queridos hijos.

En esta noche, como Madre de la Misericordia, les aproximo Mi manantial de Amor. Beban de esa agua que pronto se terminará.

¡Ay de aquellos que tienen sed y que aún no vienen a beber de esta Fuente Maternal! Que sus corazones sean mediadores ante todas esas almas.

Recuerden lo que Yo les he pedido: el ayuno, la oración y la paz. Estas tres puertas abrirán oportunidades para todos. Llegó el momento, queridos hijos, de esforzarse un poco más por esta humanidad.

El tiempo urge, es tiempo de poder prepararse y abrir el corazón para escuchar el llamado del Cielo.

Mientras Mis Brazos se abren en esta noche, para reunirlos a todos en el cenáculo de Mi Corazón Inmaculado, Mis Manos expanden su Luz celestial, tocan sus cabezas bendiciendo sus espíritus y almas, para que la puerta del interior se pueda abrir, la puerta del templo interior, del espíritu y del corazón, donde residirá Dios Padre. Dios espera ser Uno con ustedes.

Dejen ya de ofenderlo; así, podrán salvar a muchas almas. Yo les vengo a enseñar, queridos hijos, en este tiempo final, cómo ser mediadores ante el Dios Creador.

Ustedes son Mis apóstoles del Amor, a través del Amor de Mi Hijo que es insondable e infinito, el cual espera centrarse en sus almas para siempre.

Recibo, en Mi Corazón Inmaculado, sus intenciones y súplicas.

Grande es la necesidad de esta humanidad. Por eso, recen con el corazón todos los días, para que en los años que vendrán nadie tema ver la tribulación, sino que todos puedan sentir fortaleza en su corazón y así puedan ser inamovibles ante cualquier situación externa.

El tiempo que fue profetizado ya llegó. Abran sus mentes y consciencias. Es hora de aceptar el momento de los cambios. El agricultor está forjando los frutos para que estos puedan madurar en breve.

No teman elevarse. No teman encontrarse con Dios. Únanse al Padre Eterno. Él les agradecerá su gesto de amor y de verdad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Vayan en Paz.


Canción: “Ave María”.


Oración: “Inmaculada Señora de la Paz”.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.