Yo estoy entre todos los que Me llaman, porque Soy su Madre, no solo su Señora.
Vengo al encuentro de todos los que llaman por Mi Presencia, porque Mi mayor aspiración, hijos Míos, es estar entre ustedes; estar entre los corazones simples, puros, que no temen venir a Mi encuentro, que no temen escucharme, porque Me reconocen en lo profundo de sus seres.
Yo Soy la Señora de los Pobres, de todos los pobres de espíritu, de corazón, todos los que carecen de la Presencia Divina.
Vengo como Nuestra Señora de los Pobres para que sepan, hijos Míos, que en Mis Brazos siempre encontrarán un lugar. Vengo no solo a liberarlos, sino también a consagrarlos y aproximarlos a Mi Corazón.
Hoy, Mis ángeles recorren las calles de esta ciudad para liberarla de todo mal, poco a poco, para que de esa forma Yo pueda reinar aquí, como en muchos otros lugares del mundo.
Quiero expandir Mi Centro Mariano, así como Mi Reino, porque el planeta así lo necesita. Quiero hacer de ustedes, hijos Míos, Mis soldados orantes de la paz, para que la humanidad comprenda que no es necesario rebuscamiento para cumplir el Plan de Dios. Pueden ser simples de corazón, humildes, y, si son verdaderos, ese Plan se cumplirá.
Quiero que la humanidad vea el testimonio de la transformación de esta ciudad y eso no será solo por la acción de Mis ángeles, sino también por sus oraciones y por la transformación de sus vidas. Por eso, hoy les pediré que pacifiquen sus espíritus y que busquen en Mí, diariamente, un amparo, una solución para sus problemas, para que Yo pueda ayudarlos, hijos, desatando todos los nudos que les impiden encontrar a Dios.
Quiero hacer de esta ciudad un gran cenáculo y, de ustedes, apóstoles y discípulos de Cristo que lo esperarán con alegría, así como los apóstoles de otros tiempos esperaron que resucitara, junto a las mujeres de Jerusalén.
Sé que, como hace dos mil años, de la misma forma que muchos no creyeron en la Resurrección de Jesús, muchos no creen que Él retornará; pero les digo, hijos, que si como las mujeres de Jerusalén ustedes fortalecen su fe, verán al Hijo de Dios entre las nubes, no solo en Espíritu, sino en Cuerpo, Alma y Divinidad. Él vendrá resplandeciente y caminará sobre la Terra, así como ustedes caminan, y en Su Presencia todo el mal se disipará.
Antes de que Él venga, deberán fortalecer su propia fe, aprender a vivir el sacrificio, la entrega y la unión con Dios, aunque sea un poco todos los días.
Antes de que Él retorne, deberán preparar sus casas, dejarlas limpias y puras para recibir al Señor. Les hablo de su morada interior, que debe estar libre de toda mancha. Para eso, hijos, solo déjense lavar por Mi Inmaculado Corazón.
Que, por la imposición de Mis Santas Manos, Mi Luz los libere y los renueve para que esperen a Cristo y lo vean, así como Yo lo vi cuando Él resucitó y retornó a los Suyos por un tiempo.
Mantengan la fe en Mi Inmaculado Corazón, aunque el planeta padezca, porque infelizmente muchos hijos Míos eligieron aprender por el sufrimiento. Pero si ustedes, hijos Míos, Me dicen "sí" y eligen aprender con el amor, no necesitarán padecer como muchos en el mundo, porque ustedes serán los que ampararán a las almas, que resguardarán este lugar para que sea un refugio de paz para el planeta, y que todos los que lleguen desde los cuatro puntos del mundo encuentren en sus corazones la paz que no encontraron en ningún lugar.
Esta es la Voluntad de Dios para sus vidas. Basta que la acepten y que sean consecuentes con ella, orando y transformando sus vidas en un acto de reparación al Corazón de Dios.
No solo Mi Casa debe ser sagrada en esta ciudad, sino también todas las iglesias deben ser santas para que ustedes, hijos, encuentren allí un lugar en donde confesar sus pecados y reparar el Corazón de Dios, todos los días.
Con esto, les digo que Yo no vengo hasta aquí a sustituir ninguna religión. Yo quiero unir en Mi Corazón todos los caminos que los llevan a la santidad; porque, si son verdaderos en su unión con Cristo, todo estará cumplido, no importa su religión.
Quiero que el mundo aprenda, con el ejemplo de esta ciudad, que es posible que los corazones se unan, independientemente de las diferencias, y que esta unidad, entre razas, entre religiones, entre corazones tan distintos, pueda generar méritos para que ya no haya guerra entre las religiones de este mundo y que Mis hijos no padezcan y no hagan padecer a otros por querer imponerles su camino a los corazones que eligieron un camino diferente.
Solo quiero, hijos Míos, que todos caminen hacia Dios, que todos vivan el amor y la fraternidad, que no ultrajen el corazón del prójimo, de los Reinos de la Naturaleza o del Creador por sus acciones, por su verbo y pensamiento, sino que la paz sea la guía de sus vidas y comprendan que cada corazón, independientemente de sus imperfecciones, es una joya preciosa ante Dios y que guarda en sí una parte del Altísimo, que un día debe retornar a Él.
Hoy, les abro Mis Brazos, extendiendo Mis Manos para irradiar a sus corazones y puedan sentir Mi Paz en esta noche. Sientan, hijos, Mi Presencia y no la cuestionen, solo permítanse experimentar Mi Amor, que en esta noche viene a su encuentro para que puedan cumplir el Plan de Dios.
Si dejan de pensar un segundo y dejan que Mi Luz toque sus corazones, sentirán Mi Presencia y sabrán que la Madre de Dios verdaderamente está entre ustedes.
Esto es todo lo que Yo quisiera decirles en esta noche. Y hoy, les traeré una lluvia de bendiciones y de gracias de una forma especial, para que Mis Palabras sean sembradas en sus espíritus y florezcan como rosas que reparan el Corazón de Dios.
Que vengan aquí los hijos Míos que darán hoy testimonio de su consagración a toda la humanidad.
Alegren sus corazones, porque hoy no solo estaré consagrando a Mis hijos que vendrán a este altar; consagraré cada espacio de esta ciudad y renovaré esta consagración todos los días a través de los grupos de oración que aún deben multiplicarse, grupos ecuménicos que unan las religiones y los espíritus con el único propósito de establecer la paz en este mundo, y que ya no haya guerras ni ultrajes en este sagrado planeta.
Ahora, canten y den testimonio de la Vida de Mi Hijo, que transformó sus corazones, mientras Yo les entrego a Mis hijos que se consagran hoy una rosa, como símbolo de su consagración y de Mi Gracia fecunda en sus vidas.
Yo aún estoy presente. Canten para Mí, porque los portales se abren al Reino de los Cielos.
Canción: "Lluvias de Amor".
A estos hijos Míos, Yo les pediré que oren por la reparación del Corazón de Dios y también de sus corazones, que fortalezcan todos los días su consagración Conmigo, que oren para que Mi Presencia esté en sus hogares y Yo pueda guiarlos al Reino Celestial.
Yo les pediré, hijos Míos, que oren por la paz entre las naciones, que oren por el fin de las guerras y por la unión entre las razas y las religiones. Esta es la misión que les entrego como símbolo de la misión que hoy también le entregué a esta ciudad, de vivir la unidad y disipar la oscuridad, haciendo triunfar el Amor de Dios.
Hoy, Mi Corazón se alegra por la respuesta de sus espíritus.
Y en estos tres meses, en los que peregrinaré por Europa, pediré que aquí haya una transmisión pública de Mis Apariciones, para que Mis hijos puedan seguir orando Conmigo, así como en Mi Centro Mariano, y que fortalezcan los grupos de oración en sus casas, que los multipliquen, para que cuando Yo retorne puedan ser muchos más.
Con esto, les agradezco y los bendigo con el Poder Celestial de Dios Altísimo.
Que la Luz y la Paz de Mi Inmaculado Corazón se establezcan hoy en sus vidas, en sus espíritus y en esta ciudad, liberándolos de todo mal y haciendo triunfar el Poder de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco.
Vayan en paz y multipliquen esa paz por donde vayan.
Sigan cantando, porque Mi bendición se expandirá a este mundo, a muchas almas que ustedes desconocen.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más