Si estoy aquí es porque Mi misión junto a ustedes aún no ha terminado.

Hay un Propósito de Mi Padre a ser cumplido en la esencia de la humanidad, hay una revelación a ser hecha para la consciencia humana, hay una transformación a ser realizada en el corazón de Mis compañeros. Por eso, estoy aquí.

¿A qué le temen? ¿Por qué le temen al Señor?

¿Acaso no conocen la profundidad de Mi Amor por la vida? ¿Acaso no son frutos de Mi Insondable Misericordia?

Entonces, suelten todo miedo, toda necesidad de control y también toda certeza y toda duda, toda angustia y toda autosuficiencia, toda falta de fe y toda creencia fundada en la consciencia superficial humana. Todo debe ser colocado a Mis Pies.

No necesito certezas en sus corazones, no necesito que tengan respuestas; solo necesito corazones vacíos y dispuestos ante Mí, almas que se dispongan a ser una Conmigo donde quiera que estén.

¿De qué adelanta que consagres tu vida o estés en el mundo si tu corazón no le pertenece al Señor?

No es dónde estás lo que conforma a Mi Voluntad, sino cómo estás; no es por dónde anda tu cuerpo, sino dónde está tu mente y tu corazón, dónde está tu espíritu.

La Verdad del Señor se concreta en lo profundo de las almas, en el centro de la consciencia humana. Es allí, en lo incomprensible, en lo inexplicable, que conocerás Mi Amor y Mi Propósito.

Antes de que ingreses en ese lugar interno, todo será ilusión, fruto de tu pequeña mente y de tu pequeña comprensión humana.

No quieras saber, quiere antes amar. No busques estar, busca antes ser.

Ven, hijo, amigo, amado de Mi Corazón, solo sé en Mí y Yo en ti. Es así como habrás de concretar lo que Yo espero de tu alma.

Bajo cualquier circunstancia, dentro o fuera de ti, solo camina hacia Mí, hacia adentro de Mi Corazón. Tu batalla no es con el mundo, sino contigo mismo. El mundo ya fue vencido. Yo vencí al mundo.

Pero es tu interior, tu consciencia profunda, el propósito de tu vida, lo que debes conquistar y ofertarle a tu Señor.

Ven a Mí. Aún estoy aquí con Mis Brazos abiertos, con Mi Pecho abierto, con Mis Llagas expuestas, como un camino para que puedas ingresar.

Ven a habitar en las Entrañas más profundas del Señor. Ésta es Mi Voluntad para ti.

Tu Maestro y Señor,

Cristo Jesús