APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN DE NOCHEBUENA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi silencio debe ser escuchado porque es el silencio de Mi Hijo, el silencio de Dios, porque estos son nuestros últimos Mensajes, son nuestros últimos impulsos a la humanidad.

Por eso, son los momentos más importantes, en los que el silencio interior debe predominar más allá de la palabra; porque la Sagrada Palabra ya creó el universo, ya manifestó la vida y toda la existencia.

Ahora, hijos Míos, deben dar espacio al silencio para aprender a escuchar; porque así, ayudarán a que, en este momento de la humanidad, esta raza de superficie ya no se justifique, sino que aprenda a abrir los oídos internos para aprender a escuchar todo lo que Dios les dijo a través de estos últimos tiempos, a través del Corazón Inmaculado de su Madre Celeste, a través del Corazón de Mi Amadísimo Hijo Jesús y a través del Corazón Casto de San José.

Este es el tiempo de aprender a escuchar la Palabra de Dios. Es el tiempo de aprender a asumir esa Palabra como parte de sí mismo; para que así, poco a poco, se pueda manifestar la Voluntad de Dios en este ciclo de grandes definiciones para todos.

Pero no pierdan de vista lo que les estoy diciendo en este momento. Que sus corazones y sus mundos internos guarden con mucho celo estas Sagradas Palabras de la Madre de Dios, para que aprendan a tomar decisiones correctas, para que aprendan que, en esta vida material, el diálogo es la base de todo entendimiento.

Por eso, les pido, una vez más, que abran sus corazones, que permitan que sus mundos internos reciban este impulso de la Madre de Dios. Porque será de esa forma, hijos Míos, que la esencia crística se aproximará a ustedes para que aprendan a vivir, así como vivió Jesús; para que aprendan a sentir, así como sintió Jesús; para que aprendan a donarse, así como Cristo se entregó por ustedes.

En esta noche, no quiero extenderme demasiado, porque la mirada de la Madre Celeste está en asuntos urgentes de la humanidad. Tenemos muchas guerras aconteciendo en el mundo, aún la sangre inocente sigue siendo derramada y no se toma consciencia de esto, hijos Míos.

Por eso, lo único que Yo les pido es que hagan silencio y que escuchen nuestras últimas Palabras por aquellos que no escuchan la Palabra de Dios, por Mis hijos que por diferentes razones cierran su corazón y no le encuentran sentido a la vida que Dios les regaló.

Por último, vengo a agradecerles a los corazones valientes y orantes que, durante estos últimos nueve días, con mucha fe y convicción, se reunieron a través de la “Oración por la Paz en las Naciones” para cumplir y responder a Mi pedido especial por las familias.

Sepan y crean absolutamente que, todos los que durante los nueve días colocaron sus intenciones, sus oraciones y sobre todo sus corazones a Nuestros Pies, recibirán la Gracia que tanto han pedido.

Que en este tiempo pueda prevalecer la paz, el entendimiento y la escucha para que no sea demasiado tarde, sino para que más corazones y más almas reciban la Gracia del Retorno de Cristo, Nuestro Señor.

A través de los ángeles, que en este momento Me acompañan y que son testigos del renacimiento de Cristo en cada corazón, Yo les agradezco por responder a Mi llamado y los bendigo en nombre de la Paz Universal.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Una vez más, vengo del Cielo con un Mensaje, pero también con un llamado a la consciencia de la humanidad.

Hoy, con Mi mirada dirigida hacia el suelo, les comparto el lamento del Corazón de la Madre de Dios; porque la humanidad no está comprendiendo Nuestro Mensaje, el Mensaje de los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José.

Por eso, San José, Mi Esposo Castísimo, se está ofreciendo ante el Padre Celestial para retornar a este mundo a traer un mensaje a esta humanidad, de forma extraordinaria. Su visita a este planeta será inesperada; porque Él intercederá, como Guardián de las Almas, en los momentos más culminantes de la humanidad, y uno de esos momentos culminantes es este momento que vive la humanidad.

Por eso, Mis amados hijos, Nuestras Divinas Consciencias Celestiales amplían Su oferta ante el Padre Creador; porque la humanidad no está comprendiendo, y al no estar comprendiendo la humanidad no quiere cambiar.

Hoy, tendría muchas razones, no solo para estar aquí con ustedes, para que sientan Mi Corazón, para que vivan en Mi Corazón, sino también para expresarles, desde lo profundo de Mi Corazón, todas las situaciones que observa la Madre de Dios de esta humanidad.

¿Cómo creen, amados hijos, que el mundo no se precipitará sobre ustedes, si el cambio aún no llegó?

¿Cómo creerán, hijos amados, que los Reinos de la Naturaleza y los elementos no mostrarán su fuerza y su poder a todos los ojos del mundo, si el cambio aún no llegó?

¿Cómo creen, hijos amados, que el cambio climático no se precipitará en esta humanidad, si el cambio aún no llegó?

¿Cómo creen, hijos amados, que la injusticia, la aniquilación y la destrucción entre hermanos de una misma raza terminará, si aún el cambio no llegó?

¡Cuántas cosas más podría decirles en esta noche!

¡Cuántas verdades más Mi Corazón podría presentarles a cada uno de ustedes!

Les dije, hace unos días, que a pesar de lo que suceda, Mis amados hijos, no dejen de orar, aunque los vientos contrarios sean más fuertes que la elevación de sus súplicas.

Yo les pido que no desafíen las leyes de la naturaleza, porque si desafían esas leyes, desafiarán las Leyes Universales, que es lo que muchos de Mis hijos en el mundo están haciendo sin consciencia.

Todo esto que sucede en el mundo, todo lo que se presenta en los tiempos de hoy, es motivo y razón para acelerar el Retorno de Cristo.

Pero ustedes, Mis queridos hijos, ¿adónde creen que Cristo retornará primero?

¿Sobre qué lugar Él descenderá y dónde Él se presentará para comenzar a corregir a esta humanidad de sus errores y faltas?

¿En dónde creen, hijos amados, que Cristo se mostrará y se revelará a los hombres y mujeres de la Tierra cuando Él retorne a este mundo?

¿Lo han pensado en algún momento?

Yo los invito, Mis queridos hijos, a meditar, en oración, todas las Palabras de la Madre Celeste; porque este Mensaje no es propio, es un Mensaje que vuelve a surgir de la Fuente de Dios, de Su Compasivo Corazón que es infinito e invencible. Todas las causas que hoy se presentan en la humanidad son los motivos para alejar a las almas de la Compasión de Dios.

¿Quién tendrá la valentía y también la determinación para ir por encima de sí mismo, para colocar primero la necesidad del mundo, antes que la propia? ¿Para tener consciencia de la importancia de la gratitud y de la reverencia que, muy velozmente, ya se perdió en el mundo?

¿Cómo creen que Mis Gracias llegarán a la Tierra como flores de Luz que deposito sobre el corazón de cada uno de Mis hijos, para volverles a dar la vida y la renovación?

¿Cómo creen que Mi Luz llegará al mundo si muchos de Mis hijos Me cierran las puertas y no Me dejan pasar hacia sus dimensiones de sufrimiento y de agonía?

Dios también está viviendo una incógnita con esta humanidad.

Por eso, con esta Flor de Luz que hoy traigo entre Mis manos para ofrecérsela a cada uno de Mis hijos, les pido y les suplico: retornen al Corazón de Dios, retornen a su Origen Esencial para que puedan retornar a la Fuente Primordial. Porque mientras millones de almas hacen absolutamente lo contrario, mayores planos de consciencia abarca Mi enemigo, el adversario de todos. No lo permitan, hijos amados. 

Sosténganse, en este tiempo, a través de Mi Corazón orante.

Mis súplicas nunca dejarán de pronunciarse, Mi Voz nunca dejará de hablarles; porque lo que Yo le prometí al Padre Celestial lo cumpliré, a pesar del tiempo que Me lleve realizarlo en este mundo. Por eso, les digo, aún sosteniendo entre Mis manos esta Flor de Luz que les ofrezco, que todos los que ya despertaron ayuden a los que aún no despertaron.

No les pido que los instruyan; les pido que les den el ejemplo, el ejemplo que nace del corazón, un ejemplo que los lleva a la verdad, a vivir la simplicidad y la humildad, el ejemplo de la donación incondicional que les permite hacer florecer dentro de ustedes el Amor Crístico.

Reciban con amor y hasta con dulzura celestial, esta flor inmaterial que hoy les ofrezco para que, guardándola en lo más profundo de sus esencias, vuelvan a comulgar una vez más de la Fuente de la Creación por aquellos que no comulgan de Mi Hijo, por aquellos que no viven a Mi Hijo, por aquellos que desmienten a Mi Hijo, por todos los que niegan a Mi Hijo, por los que, por su ignorancia, hieren día a día el Corazón de Cristo.

Que sus vidas se conviertan en flores de luz para la Madre de Dios, porque no les hablo de una perfección inalcanzable; Yo les hablo, Mis queridos hijos, de una simplicidad próxima a cada uno de ustedes, la simplicidad que les da el poder de la oración del corazón.

Necesito aún, amados hijos, por medio de todos los que Me apoyan y Me siguen, como orantes e hijos de María, realizar muchos trabajos en esta humanidad. 

Porque la humanidad no está preparada para el Retorno de Mi Hijo, está sumergida cada vez más en la ilusión y presa de ciertas fuerzas espirituales, contrarias al Plan del Padre, que solo someten y castigan a las almas.

Yo también Soy la Madre que libera las cadenas de la opresión, las cadenas de la prisión espiritual, porque es en lo espiritual en donde todo comienza y es en lo espiritual en donde todo termina.

En esta Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, en donde nuevamente han orado con Mi Corazón Inmaculado, en nombre de Mi Hijo, el Cristo, les vengo a agradecer y les pido que sigan siendo perseverantes, a pesar de sus purificaciones y de sus pruebas.

Cuando todo se ponga muy difícil para ustedes, lo mismo que para sus familias o aun para sus naciones, recuerden la flor que hoy les entregué: es la Flor de Loto, la Flor de la Compasión de la Consciencia de Dios, que es lo que las almas necesitan en este momento para poder sanar sus profundas heridas, para poder disolver sus profundas incomprensiones, para ser merecedores de volver a recibir la Gracia de Dios, que elevará sus consciencias, que expandirá el amor de sus corazones. 

Porque a través de esta Flor de Loto de la Compasión de la Consciencia de Dios, vuelven a recibir Su Amor Mayor, que es lo que la humanidad necesita para poder curarse, para poder ser liberada de las cadenas de la opresión.

Hijos, el mundo vive su momento más difícil, no solo con los miles de vidas que se perdieron a través de esta pandemia. Les aseguro, Mis amados, que he orado por cada una de esas almas, que han sido llevadas al fuego del infierno, y que Mis Santos Ángeles del Cielo han liberado de esa opresión, para que alcanzaran la Gracia de la Gloria Celestial.

¡Cuántas almas, cuántas personas, conocidas de ustedes o hasta aun desconocidas, fueron arrastradas por esta pandemia!

Les vuelvo a decir que la cura aguarda descender a todo el planeta, pero si los hombres y mujeres no se arrepienten, si no colocan sus rodillas en el suelo para pedir perdón y Misericordia, ¿cómo creen que el cambio llegará?, ¿cómo creen que serán merecedores de la Cura y de la Gracia Divina? En esto no existe ningún misterio y ninguna ciencia.

Hijos, escuchen con atención, Yo les vengo a enseñar lo mismo que aprendí aquí en la Tierra, siendo una Mujer y una Madre que asumió a todos los hijos de Dios, en la gran promesa que le hice a Mi Hijo a los pies de Su Cruz.

Por eso, les vuelvo a decir que, mientras este cambio no se realice, mientras la penitencia y el arrepentimiento no se presenten en lo profundo de la consciencia del ser humano, les pido que imploren por la Sangre Divina de Cristo. 

Porque cuando un alma invoca a la Sangre de Jesús, Su Corazón se abre como una infinita fuente y desde lo más profundo del abismo de Su Misericordia, emerge la Gracia Divina que, con Códigos de Luz, baña como una lluvia al alma orante y a todas las situaciones por las que el alma pide en su oración. 

Es así que, tímidamente, los apóstoles de Cristo, los ejércitos orantes de María, aprenden sobre el camino de la redención, no solo viviendo su propia redención por medio del poder de la Sangre de Cristo, sino también abriendo la puerta a aquellos que ya se autocondenaron por la ignorancia de esta humanidad. 

Es esta ignorancia, Mis amados hijos, que hace tiempo la humanidad ya no debería vivir, que no permite que lleguen los cambios, no solo los cambios materiales, sino también los cambios espirituales, tan imprescindibles y urgentes que, si pudieran ver más allá de lo que es material, de un segundo a otro, harían ese cambio tan esperado por el Padre Eterno.

Por eso, les vuelvo a pedir que le presten atención a Mi Mensaje, porque lo que Su Madre les viene a pedir no es imposible, vengo a pedirles lo que está más próximo a ustedes, vengo a pedirles lo que es más real.

Mientras los cambios en la mayoría de la humanidad no lleguen, Mi pesar será muy grande. Mi Corazón es traspasado por las indiferencias, los sacrilegios, las herejías y los ultrajes de los hombres y mujeres de la Tierra que deben ser transmutados, que deben ser aliviados por la oración de Mis hijos, fortaleciendo la potente red de oración planetaria para sostener todo lo que sea posible el eje de la Tierra. 

La contundente expresión de los volcanes en este tiempo es el grito profundo del corazón del planeta, es el aviso de que el eje de la Tierra hoy es sostenido por un finísimo hilo de luz espiritual, que podría romperse si Mis hijos dejaran de orar.

Sé que todos son responsables de esto, y sé que la mayoría de los pueblos y de las naciones son sometidas por aquellos que los dirigen, por todo lo que deciden y mienten, por las falsas promesas que anuncian, porque son promesas vacías, vacías de amor, vacías de verdad, vacías de verdaderas soluciones.

Por eso, su único camino, Mis amados, es volver sus consciencias hacia Dios, porque cuanto más estén en Dios, nada les faltará. 

Aunque en algún momento pasen necesidades, aprendan a entender las señales de Dios. Porque Dios no es pobreza, Su Amor es abundancia. Y es ese Amor que está presente en todo el universo y en toda la Creación que permite expresar las Leyes del Altísimo Padre, y esas Leyes no permiten que nada falte. 

Pero el desequilibrio que vive la superficie del planeta es generado por una ambición viciada a través de los tiempos, una ambición no solo por lo material, sino también por el poder que ha ampliado en este mundo el nivel de pobreza, de miseria y de hambre. 

Pero todo esto es lo que Mi Hijo deberá corregir en un primer momento en esta humanidad.

Yo los invito a orar por aquello que conocen y por aquello que desconocen, así como la Madre de Dios reza por todas las causas y situaciones de este mundo.

Quisiera hablarles de lo maravilloso que es estar cerca de Dios, de lo maravilloso que es ser parte de Su Reino y de poder develar Sus misterios para todas las consciencias de la Tierra. Pero la humanidad por su ignorancia y también por su ingratitud, no aprendió a apreciar Nuestras Palabras y menos los Tesoros del Padre.

Pero como Su Madre, también como Su Sierva, no vengo a juzgarlos ni tampoco vengo a reclamarles nada, Mi Amor está aquí presente para que se puedan superar y ayuden a superar en el amor a todos sus hermanos, especialmente a aquellos que tienen mayores dificultades; dificultades que nacen de profundos traumas, de desconocidos sufrimientos, de culpas que no se han disuelto de la consciencia. 

Por eso, nunca deben criticar; solo deben sumar y sumar para que la unidad interna entre las almas sea posible, y esa unidad, hijos amados, se convierta en un gran espejo que sea depositario de la Gracia y de la Misericordia de Dios para todos los corazones.

¿Ahora, comprenden cuán simple es cambiar al mundo?

No es con guerras ni con enfrentamientos que se resolverán los problemas de la humanidad.

¿Los dirigentes de las naciones del mundo seguirán ignorando la existencia de Dios? 

¿Hasta dónde son capaces de ir? 

¿Hasta dónde son capaces de mentirles a las personas y de no darles soluciones a todos los pueblos?

Solo rezo todos los días para que los dirigentes, que también son Mis hijos perdidos, tengan la Gracia de sentir lo que siente un niño hambriento, de escuchar el llanto de un niño pobre, de escuchar la desesperación de un niño exiliado y refugiado en otra parte del mundo; de poder sentir y conocer lo que siente y lo que vive una familia rechazada, despreciada e insultada en las fronteras de los países de este mundo, por no poder reconstruir sus esperanzas ni su dignidad humana.

Si Dios les dio la Creación, todo lo que existe en el universo; si Dios les dio la naturaleza y sus frutos, las montañas, los ríos y los océanos, las aves, el sol, el amanecer, las estrellas y el firmamento, ¿cómo es posible que aún exista la ignorancia humana y la falta de fraternidad? No les pido que se conviertan en asistencialistas; les pido que sean almas bondadosas, en servicio y amor.

Que Mi silencio permita que las Palabras que traigo de la Fuente hagan eco en el corazón de Mis hijos, porque la copa está más que rebasando y el mundo aún desafía la Ira de Dios.

Les vuelvo a pedir que no atraigan al Ángel de la Justicia Divina hacia la Tierra; porque como fue en Fátima, hace más de 100 años atrás, deberé volver a colocarme delante del Ángel de la Justicia de Dios para evitar el castigo mundial.

Por eso, les vuelvo a pedir que, por los próximos tiempos que llegarán, todos los días 13, hasta que Yo lo indique, trabajen conscientemente en los encuentros de oración con la oración de la reconsagración al Inmaculado Corazón de María, a fin de que sean evitados difíciles acontecimientos en el mundo. 

Porque, así como Soy la Madre del Amor, Soy la Mujer del Apocalipsis. Porque una señal aparecerá en el cielo: una Mujer vestida de Sol, coronada de estrellas y con la luna a Sus pies, llegará como la aurora para anunciar el fin de los tiempos, tiempo que se está cumpliendo.

Hijos, les estoy muy agradecida porque he sentido y he visto que han escuchado cada una de Mis Palabras con valentía y coraje, siendo sostenidos por el Cristo Interno.

A pedido del Arcángel Gabriel, vengo a acompañar a cada uno de ustedes para que juntos vivamos el mayor sacrificio de Amor a través de la Eucaristía, a fin de que Mi deseo ardiente se cumpla en las almas.

Que este Mensaje haga eco en todos los corazones posibles y no sea un Mensaje más. 

Hijos amados, delante de los ángeles del Reino de Lys, en la simplicidad de este momento, hagamos Nuestro ofertorio a Dios por el triunfo de Su Amor y de Su Verdad en el planeta. Preparémonos para la Comunión.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermanos y hermanas, respondiendo a este pedido de la Madre de Dios, ante la Presencia de Su Corazón Inmaculado, invitamos a todos los que puedan a arrodillarse o colocarse de pie, para comenzar a ofrecer este sacrificio del Hijo de Dios, reviviéndolo en cada uno de nosotros para que, como dijo la Madre Divina, Su Mensaje pueda hacer eco en todos los corazones posibles del mundo.

Por eso, ante los ángeles del Reino de Lys, los invitamos, al igual que ellos, a que nos postremos simbólicamente ante Dios para que Su Universo Celestial se aproxime; y para que esta oferta, que hoy realizaremos como una sola familia espiritual, sea recibida con amor y gratitud en la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo.

Entonces, revelamos en este momento el misterio del Amor de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En la noche en que Jesús iba a ser entregado, antes de ese momento, Él se reunió con Sus apóstoles en el Cenáculo para entregar Su Mayor Legado de Amor a través de la Eucaristía, del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Fue así que, en ese momento, Jesús tomó el pan, elevándolo a Dios se lo ofreció con todo Su Corazón y toda Su Alma, y le pidió al Padre que ese pan fuera convertido en Su Divino Cuerpo. Luego, Jesús lo partió y se lo ofreció a los apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

Antes de terminar con la Cena, Nuestro Señor tomó el Cáliz entre Sus Manos y, realizando el mismo ejercicio, lo elevó y se lo ofreció a Dios para que el vino fuera convertido en la preciosa Sangre de Cristo. Luego, Él se lo pasó a Sus apóstoles y se lo ofreció a cada uno de ellos, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía, hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.


He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Que se alegren los corazones por volver a participar de la Cena de Nuestro Señor. Amén.

En unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, le pedimos a la Santísima Trinidad que consagre estos elementos que le ofrecemos en este altar, para gloria de Su Reino.

Oramos juntos la oración que Cristo nos enseñó: el Padre Nuestro en arameo.

Que la Paz, el Amor, la Luz y la Misericordia de Cristo desciendan al planeta.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

Con amor y reverencia, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas de la Tierra con Cristo.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias 
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

Ahora, hermanos, respondiendo a un segundo pedido de la Madre Divina, para finalizar con esta tarea que Ella ha encomendado a cada uno de nosotros, nos vamos a preparar para hacer un breve momento de Adoración al Santísimo para que, en ese momento de silencio, cada uno haga un profundo contacto con Dios, a través del Corazón Eucarístico de Cristo. 

Y, una vez más, ofrezcamos este momento, para que el Mensaje de la Madre Divina haga eco profundo en muchos corazones.

Vamos a prepararnos para ese ejercicio.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En reverencia y gratitud comenzamos con este momento de Adoración al Santísimo.

Reverenciamos al preciosísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo.

Oramos, frase a frase:

Quien está en Dios, nada teme.
Quien está en Dios, no retrocede.
Quien está en Dios, vive del Amor de Dios.
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios. 
Amén.

Reverenciamos y agradecemos al Cuerpo Eucarístico de Cristo, y guardamos a Cristo en nuestro corazón.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Inmaculada Señora de la Paz,
manifestación de la Pureza Original,
permítenos ingresar en Tu Corazón,
Reino Sagrado del Amor y la Protección.

Que Tu Manto de Luz nos guarde
y transforme nuestros pequeños seres
en siervos de Tu tarea universal.

Te reverenciamos, Madre,
Reina de la Paz,
Divina Concepción de la Trinidad.

Amén.
(tres veces)

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este silencio que los abraza, sientan el pulsar del Corazón de la Madre de Dios.

Yo traigo del Cielo lo más bello que hay para ustedes; por eso, los reúno junto a Mí para que puedan sentir, una vez más, el Amor de Dios.

Hoy, vengo como una Madre que agoniza por ver a este planeta en sufrimiento.

Hoy, vengo a buscar a cada uno de Mis hijos para que Me consuelen; porque así, la Madre Tierra será consolada y cada Reino de la Naturaleza recibirá la atención que merece; para que las almas, en la superficie de este planeta, ayuden a los Reinos de la Creación, porque sin los Reinos de la Creación, la humanidad no podrá sobrevivir.

Por eso, les he pedido, hijos Míos, que invoquen e imploren el poder intercesor de San Gabriel Arcángel; porque el Mensajero fiel de Dios los podrá ayudar a cada uno de ustedes y, así también, podrá ayudar al planeta.

Cuando les pido que Me consuelen, no es solo a través de la oración del corazón, sino a través de recordar todos los días la importancia de salvar a la Creación y, especialmente, a todo lo que habita en este planeta, a todos los Reinos de la Naturaleza, incluso los Reinos Elemental y Dévico.

Hijos, Yo vengo aquí, como su Madre agonizante, para que comprendan el símbolo, pero también el grito del planeta.

Sé que la mayoría podría responder a Mi llamado, pero mientras más las voces se unen para pedir respeto por este planeta, menos esas voces son escuchadas por los que creen tener el poder en esta humanidad; pero no desistan, hijos Míos.

No solo los invito a servir a los Reinos de la Naturaleza, sino también los invito a defenderlos, a protegerlos con acciones de amor y de caridad; porque el ser humano, de estos tiempos, se olvidó completamente que proviene de la Creación y que cada parte de su ser pertenece a los Reinos de la Naturaleza.

Para que comprendan, hijos amados, lo que les hablo, entiendan, en este momento, que sus esencias provienen de los estanques de la Creación y que una pequeña partícula de Luz de cada Reino se ha donado, por amor a Dios, para constituir la formación y la expresión de sus seres.

Así entenderán, hijos amados, que cuando el mundo lastima a los Reinos de la Naturaleza, se lastima a sí mismo.

¿Cómo permitir, queridos hijos, que la propia humanidad se lastime a sí misma todo el tiempo y retire de su hábitat lo que Dios les ha dado con tanto Amor, desde el principio del Génesis?

¿Cómo es posible, hijos amados, que los seres humanos pierdan la sensibilidad y hasta el sentimiento terrenal ante el sufrimiento de los Reinos Menores?

¿La humanidad se ha dado cuenta de que destruye su propia consciencia?, ¿que, al contaminar los mares a cada segundo de este tiempo, pierde la posibilidad de tener agua para saciar su sed?

El mundo tiene grandes problemas con el agua y, una vez más, los más pobres de entre los pobres sufren las consecuencias de los que se dicen poderosos.

¿Cómo es posible, hijos amados, que el hombre de este tiempo destruya las florestas solo para tener papel?

Hijos, ¿cómo es posible que, en este tiempo, contaminen la Tierra o sacrifiquen a los animales sin sentir absolutamente nada?

No hablo de vegetarianismo; hablo de sentir, en lo profundo del corazón, que los Reinos Menores son consciencias que merecen evolucionar al igual que las de ustedes. Y los que creen tener la potestad, por encima de la Creación, se han decidido a no hacer nada.

Si la mayoría no ora de rodillas, solo llegarán revoluciones sociales, y el hombre y la mujer de este tiempo se seguirán enfermando a sí mismos, porque las mutaciones de estos tiempos, que modifican la genética perfecta que Dios creó, degeneran absolutamente la condición espiritual de la humanidad, y Mi enemigo ha ganado terreno en ese campo.

Pero no sientan indignación ni tampoco culpa, porque el Proyecto Original de Dios se cumplirá con la transmutación y la trascendencia de la humanidad, de los que realmente luchen con el estandarte de Cristo para que Su Plan se cumpla en la superficie de este planeta.

Una vez más les vuelvo a decir, especialmente a los que no escuchan ni creen en la Palabra de Dios que, si no hacen un cambio profundo, su destino solo será perecer. Y, ¿hasta dónde debería llegar la Misericordia del Padre o la Justicia de Dios?, ¿hasta dónde la compasión debe abrazar las condiciones más miserables de este planeta?

Amor no significa concesión. Amor no significa alianza con las leyes de la Tierra. El Amor también es Justicia, pero es Sabiduría. El Amor no es castigo, es corrección.

Por eso, Yo los invito a tener cuidado y a escuchar Mi advertencia, porque mientras los Reinos de la Naturaleza sigan siendo transgredidos y ultrajados, ¿quién detendrá las guerras de este planeta?, ¿quién cerrará las puertas que se abren al mal?, ¿quién transmutará esas puertas?, ¿quién aliviará el desplazamiento de millones de refugiados en el mundo?, ¿quién ayudará a enfrentar la crisis climática de los pueblos más pobres de este mundo?, ¿quién tendrá medios para suplir las grandes necesidades de alimentos?

No estoy hablando de asistencialismo; estoy hablando de tener consciencia y de fraternidad humana, de hacer lo que Dios les enseñó hace mucho tiempo, lo mismo que le enseñó al pueblo de Israel: compartir sus bienes materiales para que todos reciban los bienes espirituales.

No Me canso de escuchar el grito de este planeta. La erupción de los volcanes le demuestra al mundo un gran llamado de advertencia. No existe nadie que lo pueda detener. ¿Acaso permitirán que el Círculo de Fuego del Pacífico se siga ampliando, como si los volcanes fueran un entretenimiento para la sociedad?

Hijos amados, deben respetar las Leyes universales para que aprendan a respetar las Leyes de la Creación.

La cuerda de este mundo está demasiado estirada. Su tensión y su fricción hacen que esté a punto de romperse. ¿Quién lo evitará?, ¿quién más se sacrificará?, ¿quién formará Conmigo una gran y poderosa red de oración que congregue cada vez más a muchas almas que se postulen a ser los orantes del fin de los tiempos, los llamados orantes del Apocalipsis?

Es de esa forma que estarán Conmigo, sin faltar a la oración del corazón, porque las oraciones aún son muy insuficientes; muchísimos son los pecados, muchísimas son las faltas, muchísimos son los errores y las omisiones de la humanidad. Todo crece gradualmente hasta el punto de volverse desproporcionado.

¿Quién alcanzará, por encima de todo, la Gracia tan necesaria y extraordinaria que permita una amnistía espiritual para las almas que ya están condenadas al infierno?

Este es el tiempo de la superación para los nuevos Cristos. Ya no son tiempos de reclamaciones ni de quejas, es tiempo de que sus vidas sean otras; así como la vida de la Madre de Dios fue otra desde la Anunciación del Arcángel Gabriel hasta la Asunción.

No les pido nada grandioso, hijos Míos, solo les pido que cumplan lo que Mi Hijo les pidió durante su último Mensaje del 22 de octubre: que se amen más los unos a los otros por aquellos que no se aman; porque si el Amor de Dios sigue faltando en este mundo, ¿cómo creen que esta humanidad terminará?, ¿se lo han preguntado, Mis amados?, ¿ahora, entienden la agonía de la Madre de Dios?

Ya no llevo solo siete espadas en Mi pecho que traspasan Mi Corazón; ahora, Mi Corazón es traspasado por catorce espadas de los pecados más graves de este mundo; existiendo así un gran pecado central que hace doler Mi Corazón, que es el pecado de la indiferencia. Por eso, cuando no sientan con el corazón, tengan cuidado de que sus corazones no se endurezcan como una piedra, al punto de que todo lo que se les muestre en este mundo y lo que se les mostrará no les haga mover su mundo interno.

Atención, Mis amados, invoquen a sus Ángeles de la Guarda, invoquen la poderosa Sangre de Jesús para que el Señor los purifique y los sane, para que sus corazones siempre sientan la necesidad de orar y no de hacerlo por un compromiso o por un horario, porque es el tiempo de que el Padre vea que Mi Obra se está cumpliendo, a pesar de las adversidades.

Es el tiempo, Mis amados, de que sus vidas sean la propia oración.

Como una Madre que los ama, como una Madre que los sostiene, vengo a confesarles todas estas Palabras, porque aún queda un poco de tiempo para que, al menos, todas las almas posibles no pierdan la oportunidad de la redención.

Lloro junto a los que sienten injusticia. Mi Corazón agoniza junto a los Reinos de la Naturaleza, desde lo profundo de los océanos hasta lo más alto de las montañas. El grito del planeta es escuchado por el universo, ¿será que ustedes lo están escuchando?

Para que Mi Hijo pueda retornar al mundo, así como Él tanto lo ha anunciado, la humanidad necesita merecerlo, aunque sea en lo esencial; y si eso esencial aún no existe, ¿cómo creen que Mi Hijo retornará? 

Pero como Su Amor es más grande que los errores, como Su Compasión es más infinita que la indiferencia, como Su abrazo es más fuerte que toda la oscuridad; Él viene en Divinidad y Espíritu, desde hace siete años, viene a su encuentro a prepararlos para ese momento.

Pero Él también se angustia, aunque muchas veces no lo demuestre porque sabe que no lo soportarían; pero Él espera pacientemente que, por medio de todos los adoradores y también de los que todavía no son adoradores, cada alma sea su propio tabernáculo para que Él pueda estar presente en Espíritu y en Amor, y así pueda comenzar a curar al mundo y preparar al planeta para Su Venida a la humanidad.

Debemos rezar por esto con fervor, porque de no suceder, hijos amados, muy pocas partes del planeta sobrevivirán a las agresiones del cambio climático. Dios no les dio este mundo para que lo convirtieran en lo que hoy es; el Padre Celestial les dio este planeta para que, dentro de este universo, pudiera surgir una civilización de Cristos. Pero, sí, surgieron muchos Cristos a través de los tiempos, sin embargo no han sido suficientes, porque esos Cristos llamados santos han tenido que cargar la misma cruz de la deuda de esta humanidad, como el sacrificio que Cristo hizo por ustedes.

Por eso, a través de Mis Palabras, a través de este Mensaje, vengo a hacerlos meditar Conmigo sobre todo lo que Dios le ha dictado a Mi Corazón. Y, hoy, su Madre Celeste les dicta, a todos Sus hijos del mundo, las mismas Palabras que Dios Me entregó para esta Aparición.

Por eso, les vuelvo a decir que en los Sacramentos, en la oración y en el servicio están las llaves para poder enfrentar y superar estos tiempos críticos.

Eso es todo lo que necesitaba decirles, Mis amados. 

Compartan Conmigo el dolor de Dios; después de haber sentido el Silencio de Dios, ahora sientan el dolor de Dios por la gran ignorancia de la humanidad.

Que se abran las puertas de la Misericordia Divina. 

Que los 144 000 se presenten. 

Que el Reino Celestial descienda a la Tierra.

Que los Ángeles de la Guarda guíen y acompañen a los servidores.

Que todos escuchen el Llamado de Dios para cumplir Sus Promesas, hasta el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Amén.

Y como siempre lo hago, hoy nuevamente desde el corazón de Lys-Fátima, Santuario interior para todas las almas sedientas de Dios, Yo los bendigo, Mis hijos, y les doy la fuerza de la fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en la Paz de Mi Hijo. Adelante.

Aparición de María, Rosa de la Paz, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Cuando no hablo es porque algo muy difícil está sucediendo. Mi silencio es porque el mundo no me quiere escuchar y esto va más allá de este lugar. Habló de los que no escuchan de verdad al Corazón de la Jerarquía y omiten todo el tiempo la Voluntad de Dios. 

Pero con Mis ejércitos sostendré al planeta y podré darle al mundo lo que él no merecería. Por eso estoy aquí como su Abogada, como su Intercesora y Mediadora. 

Tal vez no comprendan lo que les estoy diciendo, pero acojan Mis Palabras en el corazón y oren con más fervor aún para que Dios derrame Su Misericordia y no Su Justicia.

Todo lo que han hecho hasta ahora tiene un valor incalculable. Todo lo que oraron hasta ahora fue contemplado por el Padre Creador y eso va más allá de la vida material. Por eso, acojan Mis Palabras en el corazón por más que no las comprendan.

El tercer secreto de Fátima se está aproximando y lo que hasta hoy la iglesia no anunció, desobedeciendo Mi pedido, será mostrado al mundo entero de una manera inesperada para todos.

Cuando Dios envía una advertencia al mundo, como fue en Fátima, tiene una razón profundamente espiritual y desconocida para el hombre. No existe iglesia ni nación que la pueda impedir. Por eso, la confianza fue volcada en los pequeños pastores porque en almas tan puras se reveló la Presencia de Dios y Su mensaje. Pero el mundo decidió, en su mayoría, aprender a través del sufrimiento y generar sufrimiento a los demás. 

La copa se está rebasando y la Sangre de Mi Hijo, que fue derramada por todos, deberá ser justificada por los orantes del mundo con su fidelidad y su absoluta incondicionalidad al pedido de Dios.

Con todo esto quiero decirles, hijos Míos, que no vengo a impartir ningún temor a sus mundos internos, sino un llamado de atención ante los acontecimientos que hoy vive el mundo y en los cuales la humanidad está sumergida completamente, en especial los más inocentes. 

Que sus corazones no sean tocados por la ira, por la indiferencia, por la frustración. Que sus corazones, que principalmente sus vidas sean un ejemplo de oración, de constancia y de fe, por lo que ha de llegar al mundo en poco tiempo.

Muchos se arrepentirán por no haber escuchado y, como fue escrito en la Sagrada Biblia, muchos golpearán sus pechos clamando a Dios por una oportunidad. 

Por eso, antes de ese acontecimiento vino la luna roja y la humanidad entera la pudo ver. No era un acontecimiento bonito o hermoso. Era el anuncio, el advenimiento y la preparación de la humanidad para las próximas señales que se revelarán en este ciclo.

El último sello del Apocalipsis ya está abierto. La guerra de todos contra todos no cesará. Por eso, nuevos mártires vendrán y no surgirán de la iglesia, sino entre los más inocentes, los que testimoniarán, hasta el fin de sus vidas, la Presencia de Cristo sin que nada les haga cambiar su fe y su credo. 

Pero no piensen en lo que ellos sufrirán, sino piensen en lo que la humanidad aún no ha alcanzado y que para el mundo ya no es necesario derramar más sangre, así como hoy lo hacen algunas naciones del mundo, haciendo caer la injusticia sobre los inocentes, sobre los más pobres entre los pobres. 

Por eso, su fe deberá redoblarse. Su entusiasmo en el compromiso deberá ampliarse y su fidelidad y obediencia deberá establecerse. Porque a pesar de que la tierra tiemble, su equilibrio deberá ser intocable, inalterable e irrefutable. Nada los deberá mover del lugar que han conquistado en el corazón de la Jerarquía.

Pero por otro lado, hijos míos, no todo será desgracia para la humanidad. Deberán volver a ver a los Cristos que una vez estuvieron con Mi Hijo y que en este tiempo final despertarán para que, finalmente, expresen su tarea y la concreción de su propósito.

La llama de Cristo en cada corazón humano resplandecerá y en el momento más agudo de la transición de la Tierra, las tribus con sus diferentes linajes, escuelas y experiencias se reunirán para ofrecerle a Dios un único camino y una única meta, que es alcanzar la Nueva Humanidad.

Es tiempo de crecer, hijos míos, de madurar en el conocimiento y de saber, profundamente, que su participación en el Plan de Dios tiene un propósito y una meta que sus vidas no podrán alterar.

De su adhesión y de la entrega de sus voluntades a la Voluntad Mayor dependerá la salvación de la humanidad. Para eso, nunca les deberá faltar ni la sabiduría ni el discernimiento, ni la atención ni la vigilancia ante los acontecimientos del mundo.

Hoy, una espada de la humanidad atraviesa Mi Corazón. Es una espada más dolorosa que la que recibí una vez, cuando supe de la entrega definitiva de Mi Hijo.

Sigan rezando por las naciones porque si las naciones no están bien, nada estará bien. Ustedes deben llegar con sus oraciones al Cielo, tocar el Corazón del Padre Celestial y consolar Su Espíritu por tantas ofensas recibidas.

Que se construya en ustedes el espíritu sagrado de la compasión. Porque será la Divina Compasión el atributo fundamental de este tiempo, para ver y participar de lo que se verá en el mundo, aunque no esté dentro del Plan de Dios. Porque la mayoría de los acontecimientos del mundo son generados por los hombres y no por el Cielo, por la falta de filiación con Dios y de comunión con lo Alto.

Pero ustedes, que han conquistado el Cristo interno, hagan valer esa preciosa Presencia por todos los que no valoran, en sí mismos, la Presencia del Cristo interior.

En honor al Nacimiento, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Mi Hijo, vengo a pedirles que durante nueve días, antes del comienzo de la Semana Santa, recen el Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús para que los Cielos sean colmados por sus oraciones, a fin de que Dios tenga piedad del mundo entero y Su ira sea calmada por los coros angélicos que hoy me acompañan.

Si el mundo entero asume este trabajo de oración, verdaderamente, en vísperas de la Semana Santa, si reza con fervor y devoción Yo vendré a pedirle al mundo una vez más la consagración a Mi materno e Inmaculado Corazón para que las naciones que se dicen ser poderosas ante Dios, por intermedio de Mi Gracia, alcancen la penitencia y el arrepentimiento total de sus faltas.

Eso evitará, hijos Míos, que de una forma sorprendente e inesperada, el Ángel de la Justicia de Dios descienda a la Tierra y por orden del Altísimo y Todopoderoso derrame el poder del Trono de Dios con una potencia mayor de cientos de rayos y truenos.

Si sus oraciones llegaran al Cielo durante esos nueve días, su Abogada y Madre podrá interceder, al menos, por la cuarta parte de la humanidad porque el resto ya se definió.

Nuestra Señora bajó Su rostro y cerró Sus ojos, la acompañamos, la sentimos y la contemplamos en nuestro corazón. La apoyamos y oramos interiormente ante Su Presencia.

Mi silencio viene a pedirle lo imposible al mundo. Así como lo pedí en Fátima vengo a pedirles a ustedes que, a pesar de los acontecimientos, definitivamente se comprometan Conmigo a rezar el Rosario todos los días. Esta vez no solo por la paz, sino también por la intervención de su Divina y grandiosa Señora ante la autoridad del Padre Celestial y de todos Sus ángeles.

Los Hijos de María que hoy se consagrarán se pueden colocar de pie en donde están.

Hijos amados, nunca despreciaré sus aspiraciones. Consuelen Mi Corazón todos los días con sus ejemplos de paz, de amor y de oración por el mundo.

Hoy, no podré atenderlos directamente, pero sepan que Mi Espíritu puro e inmaculado, Espíritu que proviene de Dios y de Su Fuente, hoy está sobre sus almas para consagrarlos.

Hoy, la Madre de Dios no puede impartir Gracias, Dios no lo ha permitido, pero no es por ustedes, sino por el mundo.

La luz de Mi Corazón siempre apelará a guiarlos. Sigan Mis pasos de Sierva y de Peregrina. Yo los bendigo y los amo.

Las flores de este altar las llevarán consigo como testimonio de Mi Amor por ustedes y por sus familias.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Piedad, ven aquí.

Hoy, te estoy llamando como en otros tiempos, hija Mía, para que me ayudes a interceder ante Dios, nuestro Padre Creador, y para que, a través de tu devoción a Mi materno e Inmaculado Corazón, puedas suplicar por medio del Ave María cantada a los Tronos del Padre para que Él escuche la voz de Su Sierva. Con esta canción y esta súplica daré por finalizada hoy Mi tarea. Los espero el 8 de mayo en Fátima para que ese Reino de Amor, de Paz y de Luz imparta su intervención en el mundo. Que así sea.

Canción: Ave María.

Mensajes semanales
PRIMER MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Mi Gracia Maternal se expande en el silencio de Mi Corazón. Así, Yo puedo llegar al mundo y, mediante la oración sincera de Mis hijos, puedo alcanzar y ayudar a las almas que más lo necesitan.

Este es el tiempo de la Gracia. Este es el tiempo de la Misericordia.

Todos Mis hijos deben alcanzar esa Fuente de Gracias; todos deben sentir su filiación interior con Cristo.

Mi Gracia Maternal viene para auxiliar a la perdida humanidad.

Mi Gracia Maternal viene para despertar a la consciencia dormida del ser humano.

Mi Gracia Maternal viene para retirar de la ilusión a los que Me acepten y Me reciban como su Madre espiritual; así Yo conseguiré ayudar aún más al mundo; así Yo podré verter Mis Gracias en los corazones vacíos y solitarios, en los corazones sin Dios.

Llegó el momento de la conversión interior y de la conversión de la vida.

Llegó el tiempo de abrir los sentidos internos para escuchar a Dios y oír Su Mensaje.

Ya estamos en el tiempo de que el Amor vuelva a vencer, así como el Amor de Mi Hijo venció en la Cruz.

¡Les agradezco por acompañarme!

Los bendice siempre,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA LOCALIDAD DE SÃO JOÃO BATISTA, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Querido hijo:

Confirma plenamente en tu corazón que siempre seré tu Madre y que una buena madre nunca olvida a sus hijos.

Una buena madre siente el desespero hasta de su hijo más pequeño, como también siente su alegría.

Una madre que ha tenido a su hijo, todo lo sabe y su corazón nunca le falla, porque, a pesar de la distancia o en donde su hijo se encuentre, una buena madre, por medio de la intuición femenina, siente todo lo que a su hijo le está pasando.

Por eso, confía en que una buena madre siempre te comprenderá y te consolará. Porque una buena madre es capaz de dar la vida por sus hijos, así como ella la dio al momento de dar a luz a un nuevo ser.

En el vientre materno se guarda toda la historia entre la madre y el hijo. Los momentos de alegría, los momentos de dolor, así como la felicidad de traer al mundo una nueva vida.

Una buena madre espera pacientemente por el amor de sus hijos. Ella llora en silencio las penas de su corazón, porque una buena madre siempre desea el bien para sus hijos, más allá de todo.

Una buena madre es una guerrera incansable de Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Una Buena Madre - Parte I

Una verdadera madre es capaz de darlo todo por sus hijos, no importa si sus hijos le corresponden o no.

Una verdadera madre hace todo en el silencio, y en ese silencio muchas veces calla para no desafiar las contrariedades de estos tiempos.

Una verdadera madre acoge el sufrimiento del semejante y lo hace parte de sí.

Una verdadera madre conoce la inmadurez y la testarudez de sus hijos, pero, aun así, siempre les demostrará la realidad y el lado bueno de la historia y de toda la experiencia.

Una buena madre no reclama, pero sí indica; no somete ni controla, pero sí advierte, sugiere y guía, porque su corazón maternal y femenino siempre le dictará muchas cosas.

Una buena madre siempre les dará el bien a sus hijos, y un poco más.

Una buena madre es la que siempre dice "sí" y es la que llora en su soledad. Ella espera que sus hijos encuentren el camino de la madurez, de la bondad y de la transparencia.

Una buena y verdadera madre teme por la perdición de sus hijos y cuando sus hijos no la escuchan se acongoja su corazón.

Por eso el Padre les dio una madre, no importa si es correcta o incorrecta. Dios les dio una madre terrenal y una Madre Espiritual.

Esas madres esperan que sus hijos nunca se olviden de ellas, que las lleven en su corazón grabadas a fuego, porque una madre es el hilo intermediario que los unirá a Dios en Su Aspecto Femenino.

Todo los que en la vida consagrada tuvieron la gracia de tener una madre espiritual es para que la reconozcan, especialmente la juventud, porque en estos tiempos estar en el regazo de una madre será como estar en los Brazos de Dios.

Se necesita mucha humildad y confianza para poder comprender, sentir y percibir lo que una buena madre siente por sus hijos.

Los invito a aliviar el corazón de las madres, por todas las madres del mundo que agonizan, día y noche, al no poder socorrer a sus hijos.

Dios les ha dado Su mayor tesoro universal: tener cerca una madre, así como Jesús Me tuvo a Mí, para que en los momentos más difíciles y áridos Yo lo apoyara.

Una verdadera madre siempre tiene un lugar para sus hijos, porque sus hijos son la razón primera de su existir.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE COLONIA HACIA FRANKFURT, ALEMANIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entra en Mi Corazón de Paz, para que tus pasos sean seguros hacia Dios.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que así Yo te conduzca hacia aquella Voluntad perfecta que el Creador emanó al pensar en tu pequeño corazón.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que haya paz en tu pequeña vida y se disuelvan los conflictos, los obstáculos y las dificultades.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que Yo te enseñe a ser un pacificador en la Tierra.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que Yo te transforme en un anunciador de la Presencia de Cristo en este mundo, en un testimonio vivo de Su Presencia eterna y de Su Retorno venidero.

Entra en Mi Corazón de Paz, para que en Mi Silencio Yo te enseñe muchas cosas y Mi Amor te sostenga y nutra tu espíritu para que no busques en el mundo, o fuera de ti, aquello que solo Dios puede entregarte.

Entra en Mi Corazón de Paz con una oración sincera, con una plegaria verdadera, como una confesión entre Madre e hijo. Porque, como tu Madre Celeste Universal, aquí estoy para escucharte, para comprenderte, para corregirte y para ampararte.

Entra en Mi Corazón de Paz en un diálogo verdadero Conmigo, pues Yo te amo, hijo Mío, y espero que tu corazón retorne al puerto seguro de Mi Espíritu, en donde Yo pueda sustentarte para que tú, en servicio permanente y en donación, sustentes a otros que no consiguieron y que no supieron llegar a Mí.

No te olvides de entrar en Mi Inmaculado Corazón de Paz.

No te olvides de estar en Mí.

En Mi silencio tengo la respuesta y el aliento para todas tus dudas y dificultades.

En Mi abrazo tengo el consuelo para tu espíritu y la renovación para tu alma.

No permanezcas en el mundo desesperanzado y sin paz, si tienes una Madre Celeste que te fue entregada por Dios en la Cruz de Su Hijo, en el ápice de Su Amor y de Su Misericordia.

Hijo Mío, cuando todo parecía perdido para los compañeros de Cristo que lo vieron padecer en la Cruz, Él les entregó una Madre eterna y bondadosa. Y, de la misma forma, vuelve a hacerlo cuando las almas se pierden al olvidar que tienen una Madre Celestial que los amparará siempre que eleven sus ojos hacia los Cielos y su corazón a Dios.

Tan simplemente aguardo que Me llamen y que oren Conmigo.

El mundo, hijo Mío, pasará por dificultades mayores y pruebas que parecerán insuperables. Por eso, aprende hoy a ingresar en Mi Corazón de Paz; construye hoy el camino que conduce a Mi Manto, y cuando este mundo más lo necesite tú serás una guía para las almas perdidas, pues sabrás el camino para encontrarme.

Con Amor en Mi Corazón tiendo Mis brazos, colmados de gracias, hacia el mundo, para hablarle directamente al corazón de cada uno de Mis Hijos: entra en Mi Corazón de Paz y encuéntrame allí para que Yo te diga lo que más quiero de ti en este tiempo y te ayude a cumplir con tu misión.

En este día te bendigo y te agradezco por escuchar Mis Palabras y adentrarte, sin miedo, en Mi Corazón de Paz.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras Mi Hijo se prepara para el trabajo planetario de estos próximos días, su Madre Celeste lo acompaña en silencio, como hace dos mil años.

Se vuelve a repetir el acontecimiento de la Pasión del Hijo por este planeta y la compañía de Su Madre en el silencio interior.

Todo el escenario se está preparando y, de la misma forma, las actuales fuerzas del caos están siendo llamadas a la penitencia y a la rendición, para presenciar el nuevo triunfo de Cristo en los corazones de los simples.

Una vez más, la historia de la redención del mal vuelve a repetirse, pero esta vez las tinieblas más caóticas, los reinos más oscuros son disueltos y, así, presenciarán la gloriosa venida espiritual del Rey.

Aunque todo se agite, el nuevo triunfo del Redentor se aproxima y nada invisible ni aparente podrá evitar ver esa sagrada victoria de Jesús, el que vendrá trayendo en Su Mano derecha el Cetro de Luz de Dios y en la otra, la Espada de San Miguel, la que disolverá todas las tinieblas en la Luz de Emmanuel.

Por eso, acompañen al Hijo Amado en esa misión. Permitan que sus soles internos se enciendan ante el advenimiento de la victoria celestial.

Que todo principio, así como toda criatura visible o invisible, se rinda ante la llegada del Maestro del Amor, porque el Reino de Dios se aproxima y nuevamente el Amor vencerá.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Del Cielo he venido para darles las gracias, y de nuevo, Mi Maternal Amor.

Eso es todo lo que hoy quiero decirles. Este es Mi único mensaje porque debo, a pedido del Padre, atender a la humanidad, en este momento, en el que el planeta agoniza, por una gran indiferencia.

Pero Yo les pido, hijos, que celebren con Cristo y por Cristo; que este nuevo año que comenzará, pueda ser colmado por el Espíritu Santo, como lo fue todo este año, en donde hemos vivido juntos un Universo de Gracias y de infinitas oportunidades.

Yo les pido, hijos, que no se preocupen, porque hoy, solo les pueda decir esto. Sigan confiando en su Madre que está en los Cielos, así como han confiado hasta ahora, dando los pasos, en el camino de la redención, de la conversión y de la paz.

Mi Hijo también Me ha pedido  atender al mundo, y ustedes junto a Mí, atenderán también a la humanidad.

Yo les agradezco por estar conmigo todos los días en la oración y en la comunión íntima y eucarística con Mi Hijo.

Antes de irme, vengo a revelar un secreto. Acompáñenme en el silencio de la oración y del corazón, para que Yo lo pueda decir. Aunque no lo sepan, confíen en su Madre Celestial y en todos los Planes, que Mi Corazón Inmaculado lleva adelante, por este mundo y por esta humanidad.

Acompáñenme en este momento en la oración silenciosa para que los Ángeles Me puedan ayudar en esta revelación.

Recemos:

Padre Nuestro ...

Yo los bendigo para este nuevo año, con el Soplo del Espíritu de Dios,  con el mismo Espíritu que descendió sobre los apóstoles en el Sagrado Cenáculo.

Que este Espíritu de Dios los renueve en sus compromisos con la Creación.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Les agradezco, queridos hijos por construir esta Misión de Paz junto Conmigo, en este planeta.

Que los frutos de la Redención y de la Cura profunda despierten los corazones

¡Les agradezco!

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Soy la Señora del Silencio, en Mi recogimiento, observo la necesidad de cada corazón, sin dejar de atenderla.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, contemplo la realidad interior de cada corazón, sin dejar de atenderla.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, apoyo la purificación de cada ser, que ha de venir inesperadamente a su encuentro, a fin de que se libere de los errores de la humanidad.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, acompaño la transición espiritual de cada ser hasta que finalmente alcance la liberación de su espíritu y de toda su consciencia.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, guío de cerca a los que más necesitan de ayuda para que puedan dar sus pasos y, así, rendirse a los Pies del Señor.

Soy la Señora del Silencio y, en Mi recogimiento, observo los acontecimientos de la vida y no dejo que nadie pierda el sentido del Propósito hasta que lo perciba.

Soy la Señora del Silencio y en Mis Brazos coloco a los más miserables, a los que retrocedieron en las escaleras de la Luz; para que, bajo Mi contención maternal, vuelvan a dar sus pasos hacia Mi Hijo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO Y DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los Tres Sagrados Corazones están presentes en este momento.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

¡Gracias!, es Mi Mensaje para todos ustedes en este día, porque es a través de Mis amados hijos que Yo puedo cumplir las Obras del Creador en la Tierra.

En esta tarde, especialmente, he venido con San José y Cristo, para demostrarles a todos que Nuestro Amor se derrama sobre el mundo a pesar de todo lo que suceda en este tiempo. Y ese caudal de Amor es más grande cuando ustedes responden a Mi llamado, como lo hicieron en este momento, abriendo sus corazones y consciencias para encontrarme en este lugar una vez más.

Hoy, un ciclo se cierra para todos y una nueva etapa comienza para aquellos apóstoles de Mi Hijo que siguen los pasos de la Sierva fiel de Dios.

Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia todos, aspirando a acariciar sus espíritus, tocar sus almas para que sientan la Gloria de Dios.

Vengo con Cristo y con San José para representar a la Santísima Trinidad, aquella Divina Esencia que originó todo lo que existe en este universo.

Hoy, como su Madre Mayor, con todos los Ángeles del Cielo y con los Ángeles de su Guarda, venimos aquí para glorificar a Dios, porque es a Él a Quien deben honrar. Es a Él a Quien le deben todas las cosas, porque Él es Quien permite todas las cosas en el mundo, las acciones de gracia y de caridad, de misericordia y redención para todos los corazones de la Tierra.

Hoy, vengo coronada por las estrellas de Dios, posando Mis pies sobre la nueva Luna y anunciando los nuevos caminos para todos Mis hijos, caminos libres del sufrimiento y del dolor, pero llenos de esperanza y del Amor de Dios.

Vengo a retirar a cada uno de ustedes del sufrimiento, para que ingresen en el nuevo ciclo Conmigo. Yo los invito, junto a Cristo y a San José, a que crucen ese umbral, ese portal a la nueva conciencia de sus espíritus, de sus almas y de sus corazones. Así, queridos hijos, conocerán la Voluntad de Dios, la cual debe realizarse aún en este mundo, a pesar de que sufra la transición.

Hay corazones en esta humanidad que pueden sustentar el Plan de Dios en la humanidad. Por eso, Yo los vengo fortalecer de tiempo en tiempo, a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Casto Corazón de San José.

Aquí, queridos hijos, todos ustedes, están ante tres Rayos diferentes que se unen en un mismo punto, que es el Corazón de Dios, en donde brota la vida, la esperanza y la Misericordia. Esos tres Rayos llegan a ustedes a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Corazón de San José porque Nosotros les ofrecemos el camino de la simplicidad y de la verdad.

Es en esa simplicidad, queridos hijos, que ustedes deben vivir en este nuevo ciclo. Esa simplicidad de sus corazones y almas permitirá que la Tierra se pueda redimir, que el odio se retire de los corazones ingratos y que los espíritus puedan renacer a la redención. Es en esa simplicidad de sus espíritus que las puertas del Cielo se mantendrán abiertas. Esta es la llave segura para este tiempo, unida a la oración del corazón.

Es así que Yo los quiero ver, queridos hijos, a cada uno de ustedes, como verdaderos espejos de Mi Luz, que puedan irradiar al mundo los atributos que tanto necesita esta raza.

La estrella guía de Mi Conciencia Divina, de la Consciencia de Cristo y de la Conciencia de San José no los abandonará en este tiempo tan difícil, en donde el mundo cruza por sus tinieblas.

Yo los invito a generar y a regenerar la alegría, porque el mundo lo necesita, para que el mal pueda ser vencido. En esa alegría no puede faltar el amor de sus corazones, las obras de servicio, del servicio al prójimo para que todas las almas se puedan curar.

Yo los invito, queridos hijos, en este 8 de agosto, a que renueven los votos Conmigo, como hijos de Mi Corazón y de Mi Consciencia.

Están en cada parte de este mundo para encender la Luz en la humanidad, las llamas sagradas de sus corazones que arden en devoción por los Tres Sagrados Corazones. Eso permitirá también, queridos hijos, que muchas, pero muchas consciencias, que no merecen la Gracia de Dios ni tampoco su Misericordia puedan ser aliviadas y apartadas del mal.

Hoy quiero decirles, queridos hijos, que después de nueve años Conmigo, Mi Corazón está triunfando, pero no como los hombres creen. El verdadero triunfo de Mi Consciencia se da con la transformación de sus corazones. Y hoy estoy ante corazones transformados que caminan por escuelas diferentes, pero que siguen el mismo propósito de Mi llamado. Eso es lo importante, hijos amados, que vean la realización del Plan de Dios en sus vidas, que miren hacia atrás no para recordar el pasado, sino para ver lo que se han transformado, todo lo que se han convertido, de tiempo en tiempo.

Yo necesito, queridos hijos, que sus ojos puedan ver Mis planes concretados en este mundo, en cada uno de ustedes, en cada parte de esta humanidad. Vean como Mi Consciencia trabaja a través de ustedes de una forma simple pero verdadera.

Necesito, queridos hijos, que en este nuevo ciclo sus corazones alcancen el espíritu de la humildad.

Hoy, vengo a traerles este Mensaje, porque sé que lo pueden vivir y lograr.

Queridos hijos, estoy muy agradecida por cada paso que han dado con confianza hacia Mi Corazón. Esto tiene un valor incalculable para el Padre Celestial. Ese valor lo comprenderán en poco tiempo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque cuando llegué a sus vidas, hace algunos años, la humanidad buscaba develar grandes ciencias, porque creía que el camino para la evolución se encontraba solo en el conocimiento, en la inteligencia; una inteligencia que se alejaba de Dios, que alimentaba la soberbia y el orgullo de los corazones.

La humanidad, hijos Míos, no estaba aprendiendo verdaderamente el conocimiento, no estaba asimilando la sabiduría que se guardaba en la instrucción. El camino de la instrucción debería conducirlos al amor, pero no supieron aprender y no crecieron en el espíritu; no descubrieron, hijos Míos, que la mayor ciencia es la ciencia de la simplicidad que los lleva al vacío de sí y al encuentro con Dios.

Hoy, ante los Tres Sagrados Corazones, les traemos el ejemplo de Nuestras vidas en la Tierra, cuando Nuestra Consciencia Divina animó un cuerpo tan semejante a los suyos.

En aquella época, la entrega de Jesús lo llevó al aprendizaje del Amor; el silencio de María la llevó al aprendizaje del Amor y la humildad de San José lo divinizó y abrió las puertas del Cielo, porque Él aprendió a amar.

Fue así, hijos, que el Plan de Dios se cumplió en la Sagrada Familia. Todas las ciencias se revelaron en la simplicidad de los Tres Sagrados Corazones, y las puertas del Cielo se abrieron, porque Ellos supieron amar.

En esta noche, muchos esperaban palabras llenas de rebuscamiento, pero con poca simplicidad. Todos esperaban un gran milagro, el develar de un gran misterio; pero pocos, hijos, percibieron que dentro de sí mismos se revela el gran misterio de la Creación.

Sean simples de corazón y permitan que la luz de sus esencias ilumine sus ojos y les muestre que no hay otro misterio para revelarles, sino el misterio del amor que nació en sus corazones. Es ese amor que crece cada día y que los hace olvidarse de sí mismos, para amar cada vez más y comprender al prójimo, lo que simboliza la manifestación de los Planes de Dios en sus vidas.

No esperen grandes misiones, heroicos acontecimientos; no esperen fenómenos porque el mayor milagro, hijos, ya está aconteciendo en sus vidas, y eso es lo que quiero que comprendan en esta noche. 

Quiero que, a partir de ustedes, la humanidad aprenda a ser simple, descubra que la sabiduría se revela en el amor y  todo el conocimiento se encuentra. En el amor, pueden comprender aquello que nunca comprendieron y, más que eso, pueden vivir aquello que siempre creyeron que sabían.

En esta noche, hijos, ante los Tres Sagrados Corazones, reconozcan este ejemplo y acepten la Gracia de poder imitarlos en este tiempo; porque, después de tantos encuentros Conmigo, el Santo Espíritu de Dios ya colmó sus almas y sus vidas, depositó en sus consciencias muchos dones que florecerán en la hora correcta, cuando la humildad pueda ocupar el espacio de la soberbia y del orgullo y ustedes puedan ser libres para expresar la Voluntad de Dios, donde quieran que estén.

No tengan prisa, tengan precisión para dar los pasos correctos y saber en dónde estar y cómo actuar. Siempre escuchen la voz de sus corazones, que les habla en la oración y que los lleva al camino de la simplicidad y del amor, y nunca al engrandecimiento.

Recuerden, hijos, que fue en el silencio de María que Ella descubrió la grandeza de Su Hijo. Fue en la humildad de San José, en una pequeña carpintería, distante del mundo y de sí mismo, que Él descubrió los verdaderos misterios celestiales. Fue amando al prójimo y olvidándose de Sí, entregando el reinado que el mundo esperaba de Él, para morir en la cruz, despojado de Sus vestiduras, que Nuestro Señor, Mi Amado Hijo, les entregó este camino de redención y de Misericordia y expresó plenamente el arquetipo de Dios para la humanidad, que no se guardaba en el sufrimiento de la cruz, sino en el pleno Amor y la Divina Misericordia que de aquella Cruz emanaban.

Sigan el ejemplo de los Sagrados Corazones y descubran, Mis amados, que poco a poco el Plan de Dios se manifiesta en sus vidas, y este horizonte para la nueva raza ya comienza a surgir delante de sus ojos, en lo profundo de sus consciencias.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Y ahora, queridos hijos, daré la palabra a Cristo, porque es a Él que le debemos todo lo que se nos ha sido dado. Porque Él permite esta Gracia, esta redención, esta sagrada oportunidad de que los corazones conozcan sus espíritus y tomen conciencia de su origen, aceptando definitivamente lo que han venido a cumplir sobre este planeta.

Coloquen sus manos en señal de recepción.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Nuestro Reinado es en el Universo y a ese Universo ustedes pertenecen, así como toda la Creación pertenece al Universo de Dios. De ese Universo, Yo provengo, así como provienen sus esencias y viven a través de los tiempos todas las oportunidades de redención.

A ese Universo, quiero que miren siempre, a pesar de lo que suceda. Recuerden que la vida superior siempre los ayudará a dar el gran y último paso, el definitivo paso hacia Dios, en unión perfecta con Su Corazón.

Es por eso, compañeros, que en la devoción ardiente de Mi Madre y en la simplicidad de San José, hemos venido a este Centro de Amor, para bendecir al mundo y prepararlo para lo que sucederá en poco tiempo.

Ahora veo sus corazones fortalecidos, después de haber cruzado el desierto Conmigo. Aún existen almas que necesitan de mucha ayuda para poder soportar las grandes corrientes cósmicas de la transformación. Pero si sus manos están unidas a la Mía y sus cuerpos se aferran a Mi túnica, la Luz de Mi Sagrado Corazón siempre los iluminará y no tendrán por qué temer, porque la purificación es la primera escuela de Mis apóstoles.

Así, queridos y amados compañeros, los invito a la trascendencia interior, una trascendencia que alcanzarán en la perfecta unidad con sus hermanos, abandonando la indiferencia humana, la omisión y el juicio de los errores que otros cometen.

Yo los invito a ser verdaderamente parte de Mi Divina Misericordia, así como Mi Divina Misericordia desciende al mundo para ayudar a esta humanidad perdida.

A través de estos últimos días, compañeros, recorrieron un largo camino interior junto a Mí, que al cabo de los tiempos descubrirán por sí solos. No será para ustedes una gran revelación, pero será la señal que tanto necesitan, la enseñanza que tanto esperaban recibir, para poder dar ese gran paso del cual Yo les hablo.

Hoy, Mi Corazón se glorifica, porque Mis compañeros glorifican el Corazón de Dios. Hoy Mi Corazón se alegra un poco más, porque los hijos de Mi Madre honran y glorifican a la Reina del Cielo.

Así, queridos compañeros, el Plan está muy próximo de sus vidas, dejará de ser tan inmaterial para estar visible en sus consciencias y corazones.

En este nuevo ciclo que comenzamos juntos, a partir de este día 8 de agosto, defínanse, compañeros. Cierren las puertas al mal y ayuden a cerrar las puertas que el mal les abre a todos sus hermanos.

Los invito, compañeros, a ser cooperadores de Mi Obra redentora, a realizar en estos tiempos el gran servicio planetario por esta raza. Los invito, en simplicidad y verdad, a que se constituyan como soles resplandecientes sobre el planeta, estrellas fugaces que se han convertido en luz, en redención y en amor.

Por esta máxima Obra, creadora e infinita, que pertenece al universo y la cual se debe concretar en esta humanidad, en esta misma hora, unimos nuestras manos, entre María y San José, formando esa sagrada triangulación que impulse a las almas a dar el gran paso, bendecidos por el Espíritu de Dios, por la Gracia, por la Misericordia infinita, para que todos Mis discípulos y apóstoles, para los principiantes como para los que están hace tiempo en Mi camino, en la hora justa y cierta, juntos como una sola unidad, puedan cruzar el umbral hacia la Nueva Humanidad.

Recuerden, compañeros, que toda esta Obra del final de tiempo gestará lo nuevo, lo que verán venir desde el horizonte, el nuevo ciclo de la humanidad, libre de los errores, de los pecados, de las maldades y de las indiferencias, llenos del Amor de Dios, de la Gracia, de la Misericordia y de la Compasión.

Al fin, queridos compañeros, aún hay mucho esfuerzo por hacer. Que sus corazones no se cansen de expandirse para que puedan abrazar cada vez más esta Obra, que debe llegar a los cinco continentes. Esta Obra es complementaria de la obra de Mi Santa Iglesia. Esta Obra, queridos compañeros, se expresa en esta humanidad dando oportunidades para todas las consciencias, para que todos puedan conocer el Amor de Dios de alguna forma.

A través de ustedes, Yo deposito una misión importante, una misión que están conociendo de a poco, que deben amar principalmente para que ella se pueda fortalecer en ustedes, y así expresarse y realizarse en esta humanidad.

En este 8 de agosto, el Universo, el Universo Celestial, el Universo Mental y el Universo Material, se detienen por un instante para observar el último ciclo que ahora ha comenzado.

Unan sus manos en oración.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos Míos, Mi Hijo les habla de una última chance. Es esa última chance que muchos recibirán para que puedan cruzar el portal hacia la redención y conversión. Mi Hijo los invita a ser precursores de este tiempo definitivo, que convoca a todas las ovejas perdidas para que puedan entrar en el establo de su Corazón.

Oremos en este momento, porque el último ciclo está descendiendo sobre este universo como una corriente poderosa de Dios que viene a corregir al mundo, que viene a equilibrar a las consciencias, que viene a traer lo nuevo, lo que aún nadie ha conocido, y sobre lo que nadie puede comentar de qué se trata, porque es un ciclo que llega en esta hora, en este preciso momento, para todos sus seres superiores y los seres superiores de toda la humanidad, no importando si están en la luz o en la oscuridad.

El Gobierno del Universo proclama Su Sagrada Palabra, para anunciar al mundo que es momento de que los últimos soles despierten a su verdadera tarea.

Recemos unidos a los Tres Sagrados Corazones, queridos hijos, porque en Nuestros Corazones ustedes siempre podrán estar, para que los podamos guiar hacia el Propósito infinito.

Unifíquense y vivan cada día más la unidad. La unidad los protegerá para que no salgan del camino. Y aquellos que aún no pueden vivir la unidad, que se rindan ante Mi Hijo para que Él los pueda ayudar a ser mansos, pacíficos y buenos con sus semejantes.

Recuerden, queridos hijos, las dádivas que les ha dado el Cielo en estos últimos nueve años.

Recemos.

 

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Y ahora el nuevo ciclo ya ha ingresado en la consciencia espiritual del planeta. Consciencia poderosa que proviene de Dios, descendiendo sobre el mundo para redimir a los corazones y fortalecer a los apóstoles que sustentarán a este planeta, cuando nosotros ya no estemos presentes, pero sí vivos en sus corazones para siempre.

Agradezcamos a Dios por esta oportunidad. Invoquemos sus Nombres Sagrados. Mientras nos elevamos al Cielo, eleven al Cielo sus intenciones, sus oraciones y súplicas.

¡Feliz 8 de agosto! Han nacido a Mi Paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Compañeros Míos, Mi Corazón es su fortaleza.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Canción: “Los Nombres de Dios”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Cuando la Divinidad hace un anuncio como éste, una gran emoción, un gran movimiento interior se produce en cada uno. Algo que emiten nuestras almas, que nosotros no comprendemos bien, porque además de la emoción, también nos causa un poco de temor, porque es algo desconocido. Es allí en donde el amor y la fe superan ese sentir y nos podemos aferrar al Manto de Nuestra Señora y a la Túnica de Nuestro Señor, sabiendo que ese paso, guiado por Ellos, será lo mejor para todos.

Hoy, en nuestro corazón, nuestra alma habló y dijo sí, seguimos adelante, a pesar de ese sentir que nos invadió; porque sabe que, en ese sentir, la fe y el amor van a fortalecerse y la confianza total en Dios nos convertirá en otros seres.

Esos fueron los pasos que nosotros dimos hace nueve años y aquí estamos, a punto de dar otros pasos, tal vez mucho más grandes, pero que nos van a llevar a otro punto. Y quién sabe, dentro de algún tiempo, en vez de haber 800 personas aquí, habrán algún día 80 000, para alabar a Nuestro Señor y a Nuestra Señora.

Siempre imaginamos cómo será cantar el Kodoish con 100 000 personas y atraer a los ángeles del Cielo. Quién sabe, de repente no es solo un sueño, liberar finalmente a este mundo de la ignorancia, de la perdición y de la falta de unión con Dios.

Nosotros, desde aquí, saludamos a todos en este día memorable, en el que al fin este mundo da su nuevo paso en la evolución. Y cada uno de nosotros que afirme su corazón en Dios, verá la Nueva Raza.

Y ahora, vamos a cantar para terminar, y vamos a repartir nuestras amadas naranjas. Esas amadas naranjas que fueron el principio de todo esto, y vamos a recordar una profecía que una hija de Dios, aquí en Uruguay, hace mucho tiempo transmitió y que dijo que Cristo cuando retornara, iba a caminar entre los naranjos, y nosotros nos estamos preparando.

Así que ahora vamos a cantar "Únete al Corazón de María", mientras repartimos nuestras naranjas y mientras nos despedimos de todo este planeta, de todos los que nos están acompañando a través de Misericordia María TV.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las naranjas fueron bendecidas por los Tres Sagrados Corazones. Llevan tres bendiciones en una.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA Y DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los Tres Sagrados Corazones están presentes en este momento.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

¡Gracias!, es Mi Mensaje para todos ustedes en este día, porque es a través de Mis amados hijos que Yo puedo cumplir las Obras del Creador en la Tierra.

En esta tarde, especialmente, he venido con San José y Cristo, para demostrarles a todos que Nuestro Amor se derrama sobre el mundo a pesar de todo lo que suceda en este tiempo. Y ese caudal de Amor es más grande cuando ustedes responden a Mi llamado, como lo hicieron en este momento, abriendo sus corazones y consciencias para encontrarme en este lugar una vez más.

Hoy, un ciclo se cierra para todos y una nueva etapa comienza para aquellos apóstoles de Mi Hijo que siguen los pasos de la Sierva fiel de Dios.

Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia todos, aspirando a acariciar sus espíritus, tocar sus almas para que sientan la Gloria de Dios.

Vengo con Cristo y con San José para representar a la Santísima Trinidad, aquella Divina Esencia que originó todo lo que existe en este universo.

Hoy, como su Madre Mayor, con todos los Ángeles del Cielo y con los Ángeles de su Guarda, venimos aquí para glorificar a Dios, porque es a Él a Quien deben honrar. Es a Él a Quien le deben todas las cosas, porque Él es Quien permite todas las cosas en el mundo, las acciones de gracia y de caridad, de misericordia y redención para todos los corazones de la Tierra.

Hoy, vengo coronada por las estrellas de Dios, posando Mis pies sobre la nueva Luna y anunciando los nuevos caminos para todos Mis hijos, caminos libres del sufrimiento y del dolor, pero llenos de esperanza y del Amor de Dios.

Vengo a retirar a cada uno de ustedes del sufrimiento, para que ingresen en el nuevo ciclo Conmigo. Yo los invito, junto a Cristo y a San José, a que crucen ese umbral, ese portal a la nueva conciencia de sus espíritus, de sus almas y de sus corazones. Así, queridos hijos, conocerán la Voluntad de Dios, la cual debe realizarse aún en este mundo, a pesar de que sufra la transición.

Hay corazones en esta humanidad que pueden sustentar el Plan de Dios en la humanidad. Por eso, Yo los vengo fortalecer de tiempo en tiempo, a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Casto Corazón de San José.

Aquí, queridos hijos, todos ustedes, están ante tres Rayos diferentes que se unen en un mismo punto, que es el Corazón de Dios, en donde brota la vida, la esperanza y la Misericordia. Esos tres Rayos llegan a ustedes a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Corazón de San José porque Nosotros les ofrecemos el camino de la simplicidad y de la verdad.

Es en esa simplicidad, queridos hijos, que ustedes deben vivir en este nuevo ciclo. Esa simplicidad de sus corazones y almas permitirá que la Tierra se pueda redimir, que el odio se retire de los corazones ingratos y que los espíritus puedan renacer a la redención. Es en esa simplicidad de sus espíritus que las puertas del Cielo se mantendrán abiertas. Esta es la llave segura para este tiempo, unida a la oración del corazón.

Es así que Yo los quiero ver, queridos hijos, a cada uno de ustedes, como verdaderos espejos de Mi Luz, que puedan irradiar al mundo los atributos que tanto necesita esta raza.

La estrella guía de Mi Consciencia Divina, de la Consciencia de Cristo y de la Consciencia de San José no los abandonará en este tiempo tan difícil, en donde el mundo cruza por sus tinieblas.

Yo los invito a generar y a regenerar la alegría, porque el mundo lo necesita, para que el mal pueda ser vencido. En esa alegría no puede faltar el amor de sus corazones, las obras de servicio, del servicio al prójimo para que todas las almas se puedan curar.

Yo los invito, queridos hijos, en este 8 de agosto, a que renueven los votos Conmigo, como hijos de Mi Corazón y de Mi Consciencia.

Están en cada parte de este mundo para encender la Luz en la humanidad, las llamas sagradas de sus corazones que arden en devoción por los Tres Sagrados Corazones. Eso permitirá también, queridos hijos, que muchas, pero muchas consciencias, que no merecen la Gracia de Dios ni tampoco su Misericordia puedan ser aliviadas y apartadas del mal.

Hoy quiero decirles, queridos hijos, que después de nueve años Conmigo, Mi Corazón está triunfando, pero no como los hombres creen. El verdadero triunfo de Mi Consciencia se da con la transformación de sus corazones. Y hoy estoy ante corazones transformados que caminan por escuelas diferentes, pero que siguen el mismo propósito de Mi llamado. Eso es lo importante, hijos amados, que vean la realización del Plan de Dios en sus vidas, que miren hacia atrás no para recordar el pasado, sino para ver lo que se han transformado, todo lo que se han convertido, de tiempo en tiempo.

Yo necesito, queridos hijos, que sus ojos puedan ver Mis planes concretados en este mundo, en cada uno de ustedes, en cada parte de esta humanidad. Vean como Mi Consciencia trabaja a través de ustedes de una forma simple pero verdadera.

Necesito, queridos hijos, que en este nuevo ciclo sus corazones alcancen el espíritu de la humildad.

Hoy, vengo a traerles este Mensaje, porque sé que lo pueden vivir y lograr.

Queridos hijos, estoy muy agradecida por cada paso que han dado con confianza hacia Mi Corazón. Esto tiene un valor incalculable para el Padre Celestial. Ese valor lo comprenderán en poco tiempo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque cuando llegué a sus vidas, hace algunos años, la humanidad buscaba develar grandes ciencias, porque creía que el camino para la evolución se encontraba solo en el conocimiento, en la inteligencia; una inteligencia que se alejaba de Dios, que alimentaba la soberbia y el orgullo de los corazones.

La humanidad, hijos Míos, no estaba aprendiendo verdaderamente el conocimiento, no estaba asimilando la sabiduría que se guardaba en la instrucción. El camino de la instrucción debería conducirlos al amor, pero no supieron aprender y no crecieron en el espíritu; no descubrieron, hijos Míos, que la mayor ciencia es la ciencia de la simplicidad que los lleva al vacío de sí y al encuentro con Dios.

Hoy, ante los Tres Sagrados Corazones, les traemos el ejemplo de Nuestras vidas en la Tierra, cuando Nuestra Consciencia Divina animó un cuerpo tan semejante a los suyos.

En aquella época, la entrega de Jesús lo llevó al aprendizaje del Amor; el silencio de María la llevó al aprendizaje del Amor y la humildad de San José lo divinizó y abrió las puertas del Cielo, porque Él aprendió a amar.

Fue así, hijos, que el Plan de Dios se cumplió en la Sagrada Familia. Todas las ciencias se revelaron en la simplicidad de los Tres Sagrados Corazones, y las puertas del Cielo se abrieron, porque Ellos supieron amar.

En esta noche, muchos esperaban palabras llenas de rebuscamiento, pero con poca simplicidad. Todos esperaban un gran milagro, el develar de un gran misterio; pero pocos, hijos, percibieron que dentro de sí mismos se revela el gran misterio de la Creación.

Sean simples de corazón y permitan que la luz de sus esencias ilumine sus ojos y les muestre que no hay otro misterio para revelarles, sino el misterio del amor que nació en sus corazones. Es ese amor que crece cada día y que los hace olvidarse de sí mismos, para amar cada vez más y comprender al prójimo, lo que simboliza la manifestación de los Planes de Dios en sus vidas.

No esperen grandes misiones, heroicos acontecimientos; no esperen fenómenos porque el mayor milagro, hijos, ya está aconteciendo en sus vidas, y eso es lo que quiero que comprendan en esta noche. 

Quiero que, a partir de ustedes, la humanidad aprenda a ser simple, descubra que la sabiduría se revela en el amor y  todo el conocimiento se encuentra. En el amor, pueden comprender aquello que nunca comprendieron y, más que eso, pueden vivir aquello que siempre creyeron que sabían.

En esta noche, hijos, ante los Tres Sagrados Corazones, reconozcan este ejemplo y acepten la Gracia de poder imitarlos en este tiempo; porque, después de tantos encuentros Conmigo, el Santo Espíritu de Dios ya colmó sus almas y sus vidas, depositó en sus consciencias muchos dones que florecerán en la hora correcta, cuando la humildad pueda ocupar el espacio de la soberbia y del orgullo y ustedes puedan ser libres para expresar la Voluntad de Dios, donde quieran que estén.

No tengan prisa, tengan precisión para dar los pasos correctos y saber en dónde estar y cómo actuar. Siempre escuchen la voz de sus corazones, que les habla en la oración y que los lleva al camino de la simplicidad y del amor, y nunca al engrandecimiento.

Recuerden, hijos, que fue en el silencio de María que Ella descubrió la grandeza de Su Hijo. Fue en la humildad de San José, en una pequeña carpintería, distante del mundo y de sí mismo, que Él descubrió los verdaderos misterios celestiales. Fue amando al prójimo y olvidándose de Sí, entregando el reinado que el mundo esperaba de Él, para morir en la cruz, despojado de Sus vestiduras, que Nuestro Señor, Mi Amado Hijo, les entregó este camino de redención y de Misericordia y expresó plenamente el arquetipo de Dios para la humanidad, que no se guardaba en el sufrimiento de la cruz, sino en el pleno Amor y la Divina Misericordia que de aquella Cruz emanaban.

Sigan el ejemplo de los Sagrados Corazones y descubran, Mis amados, que poco a poco el Plan de Dios se manifiesta en sus vidas, y este horizonte para la nueva raza ya comienza a surgir delante de sus ojos, en lo profundo de sus consciencias.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Y ahora, queridos hijos, daré la palabra a Cristo, porque es a Él que le debemos todo lo que se nos ha sido dado. Porque Él permite esta Gracia, esta redención, esta sagrada oportunidad de que los corazones conozcan sus espíritus y tomen consciencia de su origen, aceptando definitivamente lo que han venido a cumplir sobre este planeta.

Coloquen sus manos en señal de recepción.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Nuestro Reinado es en el Universo y a ese Universo ustedes pertenecen, así como toda la Creación pertenece al Universo de Dios. De ese Universo, Yo provengo, así como provienen sus esencias y viven a través de los tiempos todas las oportunidades de redención.

A ese Universo, quiero que miren siempre, a pesar de lo que suceda. Recuerden que la vida superior siempre los ayudará a dar el gran y último paso, el definitivo paso hacia Dios, en unión perfecta con Su Corazón.

Es por eso, compañeros, que en la devoción ardiente de Mi Madre y en la simplicidad de San José, hemos venido a este Centro de Amor, para bendecir al mundo y prepararlo para lo que sucederá en poco tiempo.

Ahora veo sus corazones fortalecidos, después de haber cruzado el desierto Conmigo. Aún existen almas que necesitan de mucha ayuda para poder soportar las grandes corrientes cósmicas de la transformación. Pero si sus manos están unidas a la Mía y sus cuerpos se aferran a Mi túnica, la Luz de Mi Sagrado Corazón siempre los iluminará y no tendrán por qué temer, porque la purificación es la primera escuela de Mis apóstoles.

Así, queridos y amados compañeros, los invito a la trascendencia interior, una trascendencia que alcanzarán en la perfecta unidad con sus hermanos, abandonando la indiferencia humana, la omisión y el juicio de los errores que otros cometen.

Yo los invito a ser verdaderamente parte de Mi Divina Misericordia, así como Mi Divina Misericordia desciende al mundo para ayudar a esta humanidad perdida.

A través de estos últimos días, compañeros, recorrieron un largo camino interior junto a Mí, que al cabo de los tiempos descubrirán por sí solos. No será para ustedes una gran revelación, pero será la señal que tanto necesitan, la enseñanza que tanto esperaban recibir, para poder dar ese gran paso del cual Yo les hablo.

Hoy, Mi Corazón se glorifica, porque Mis compañeros glorifican el Corazón de Dios. Hoy Mi Corazón se alegra un poco más, porque los hijos de Mi Madre honran y glorifican a la Reina del Cielo.

Así, queridos compañeros, el Plan está muy próximo de sus vidas, dejará de ser tan inmaterial para estar visible en sus consciencias y corazones.

En este nuevo ciclo que comenzamos juntos, a partir de este día 8 de agosto, defínanse, compañeros. Cierren las puertas al mal y ayuden a cerrar las puertas que el mal les abre a todos sus hermanos.

Los invito, compañeros, a ser cooperadores de Mi Obra redentora, a realizar en estos tiempos el gran servicio planetario por esta raza. Los invito, en simplicidad y verdad, a que se constituyan como soles resplandecientes sobre el planeta, estrellas fugaces que se han convertido en luz, en redención y en amor.

Por esta máxima Obra, creadora e infinita, que pertenece al universo y la cual se debe concretar en esta humanidad, en esta misma hora, unimos nuestras manos, entre María y San José, formando esa sagrada triangulación que impulse a las almas a dar el gran paso, bendecidos por el Espíritu de Dios, por la Gracia, por la Misericordia infinita, para que todos Mis discípulos y apóstoles, para los principiantes como para los que están hace tiempo en Mi camino, en la hora justa y cierta, juntos como una sola unidad, puedan cruzar el umbral hacia la Nueva Humanidad.

Recuerden, compañeros, que toda esta Obra del final de tiempo gestará lo nuevo, lo que verán venir desde el horizonte, el nuevo ciclo de la humanidad, libre de los errores, de los pecados, de las maldades y de las indiferencias, llenos del Amor de Dios, de la Gracia, de la Misericordia y de la Compasión.

Al fin, queridos compañeros, aún hay mucho esfuerzo por hacer. Que sus corazones no se cansen de expandirse para que puedan abrazar cada vez más esta Obra, que debe llegar a los cinco continentes. Esta Obra es complementaria de la obra de Mi Santa Iglesia. Esta Obra, queridos compañeros, se expresa en esta humanidad dando oportunidades para todas las consciencias, para que todos puedan conocer el Amor de Dios de alguna forma.

A través de ustedes, Yo deposito una misión importante, una misión que están conociendo de a poco, que deben amar principalmente para que ella se pueda fortalecer en ustedes, y así expresarse y realizarse en esta humanidad.

En este 8 de agosto, el Universo, el Universo Celestial, el Universo Mental y el Universo Material, se detienen por un instante para observar el último ciclo que ahora ha comenzado.

Unan sus manos en oración.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos Míos, Mi Hijo les habla de una última chance. Es esa última chance que muchos recibirán para que puedan cruzar el portal hacia la redención y conversión. Mi Hijo los invita a ser precursores de este tiempo definitivo, que convoca a todas las ovejas perdidas para que puedan entrar en el establo de su Corazón.

Oremos en este momento, porque el último ciclo está descendiendo sobre este universo como una corriente poderosa de Dios que viene a corregir al mundo, que viene a equilibrar a las consciencias, que viene a traer lo nuevo, lo que aún nadie ha conocido, y sobre lo que nadie puede comentar de qué se trata, porque es un ciclo que llega en esta hora, en este preciso momento, para todos sus seres superiores y los seres superiores de toda la humanidad, no importando si están en la luz o en la oscuridad.

El Gobierno del Universo proclama Su Sagrada Palabra, para anunciar al mundo que es momento de que los últimos soles despierten a su verdadera tarea.

Recemos unidos a los Tres Sagrados Corazones, queridos hijos, porque en Nuestros Corazones ustedes siempre podrán estar, para que los podamos guiar hacia el Propósito infinito.

Unifíquense y vivan cada día más la unidad. La unidad los protegerá para que no salgan del camino. Y aquellos que aún no pueden vivir la unidad, que se rindan ante Mi Hijo para que Él los pueda ayudar a ser mansos, pacíficos y buenos con sus semejantes.

Recuerden, queridos hijos, las dádivas que les ha dado el Cielo en estos últimos nueve años.

Recemos.

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Y ahora el nuevo ciclo ya ha ingresado en la consciencia espiritual del planeta. Consciencia poderosa que proviene de Dios, descendiendo sobre el mundo para redimir a los corazones y fortalecer a los apóstoles que sustentarán a este planeta, cuando nosotros ya no estemos presentes, pero sí vivos en sus corazones para siempre.

Agradezcamos a Dios por esta oportunidad. Invoquemos sus Nombres Sagrados. Mientras nos elevamos al Cielo, eleven al Cielo sus intenciones, sus oraciones y súplicas.

¡Feliz 8 de agosto! Han nacido a Mi Paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Compañeros Míos, Mi Corazón es su fortaleza.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Canción: “Los Nombres de Dios”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Cuando la Divinidad hace un anuncio como éste, una gran emoción, un gran movimiento interior se produce en cada uno. Algo que emiten nuestras almas, que nosotros no comprendemos bien, porque además de la emoción, también nos causa un poco de temor, porque es algo desconocido. Es allí en donde el amor y la fe superan ese sentir y nos podemos aferrar al Manto de Nuestra Señora y a la Túnica de Nuestro Señor, sabiendo que ese paso, guiado por Ellos, será lo mejor para todos.

Hoy, en nuestro corazón, nuestra alma habló y dijo sí, seguimos adelante, a pesar de ese sentir que nos invadió; porque sabe que, en ese sentir, la fe y el amor van a fortalecerse y la confianza total en Dios nos convertirá en otros seres.

Esos fueron los pasos que nosotros dimos hace nueve años y aquí estamos, a punto de dar otros pasos, tal vez mucho más grandes, pero que nos van a llevar a otro punto. Y quién sabe, dentro de algún tiempo, en vez de haber 800 personas aquí, habrán algún día 80 000, para alabar a Nuestro Señor y a Nuestra Señora.

Siempre imaginamos cómo será cantar el Kodoish con 100 000 personas y atraer a los ángeles del Cielo. Quién sabe, de repente no es solo un sueño, liberar finalmente a este mundo de la ignorancia, de la perdición y de la falta de unión con Dios.

Nosotros, desde aquí, saludamos a todos en este día memorable, en el que al fin este mundo da su nuevo paso en la evolución. Y cada uno de nosotros que afirme su corazón en Dios, verá la Nueva Raza.

Y ahora, vamos a cantar para terminar, y vamos a repartir nuestras amadas naranjas. Esas amadas naranjas que fueron el principio de todo esto, y vamos a recordar una profecía que una hija de Dios, aquí en Uruguay, hace mucho tiempo transmitió y que dijo que Cristo cuando retornara, iba a caminar entre los naranjos, y nosotros nos estamos preparando.

Así que ahora vamos a cantar "Únete al Corazón de María", mientras repartimos nuestras naranjas y mientras nos despedimos de todo este planeta, de todos los que nos están acompañando a través de Misericordia María TV.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las naranjas fueron bendecidas por los Tres Sagrados Corazones. Llevan tres bendiciones en una.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El silencio de María

Durante la Pasión de Mi Hijo, la llave que abría la puerta a la Gracia era el silencio.

El silencio hacía invisible a su Madre, porque en el silencio está presente Dios y todas Sus manifestaciones. Su Madre no solo tuvo un Corazón doloroso, sino que también vivió como un Corazón silencioso, esto permitió cerrar las puertas profundas al mal.

El enemigo no sabe lo que es el silencio, porque vive a través del conflicto y del desorden.

El silencio penetra en la consciencia como espíritu de serenidad y de armonía. Es ese silencio interior y misterioso el que llevó adelante toda la Obra redentora de Mi Hijo durante Su Pasión. En silencio, soportó todos los martirios, porque Su divina Consciencia estaba unida a Dios y a Su gran Propósito.

Por medio del silencio se vence al mal y él se desorienta porque no encuentra ninguna puerta hacia el conflicto. Ese silencio fue el que preparó a Jesús durante los cuarenta días antes de comenzar con Su vida pública.

El silencio diseña en el espíritu un estado capaz de trascender los conflictos más resistentes en las consciencias. Alcanzar ese estado de silencio, no arrogante ni introspectivo, significa una tarea de desprendimiento de formas y de modos que pueden interferir en el despertar de cada alma.

El silencio es más que quedarse callado o no emitir palabras; el verdadero silencio del universo se alcanza a través de la conexión interna con la oración, que es el primer paso para ir disolviendo las raíces humanas que generan el desorden en la vida material.

En este momento el planeta está muy lejos del verdadero silencio. Por eso, su Madre les enseña que el silencio es un acto de oración capaz de alcanzar planos de consciencia en donde reina la paz.

El silencio también es cura, es una vertiente poderosa que en estos tiempos ayudará a salvaguardar el camino espiritual de las consciencias que acepten penetrar en ese estado de unión con el Creador.

El silencio trae luz, trae sabiduría, trae serenidad y renueva el espíritu para que tenga el impulso de continuar en la Obra divina.

El silencio total de una parte de la humanidad podría revertir todas las causas que se aprovechan del ruido y del desorden para generar el conflicto mundial.

El silencio es como un remedio contra la verborragia que ocasiona deudas y constantes faltas.

El silencio libera sin batallar.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los lleva al silencio interior,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mi silencio interno les dice muchas cosas, los invito a percibir el final de los tiempos; pues, como rebaños de Cristo, fueron llamados a participar de este gran evento planetario.

Mientras siguen orando, dirijan sus miradas hacia el Portal de la Paz.

Le estoy revelando las señales del fin de los tiempos a aquel que abra su corazón, pues la humanidad necesita estar más consciente para que tenga tiempo de revertir todas las cosas.

Recen Conmigo, mientras Yo les revelo los secretos.

Abran sus ojos al Corazón de Dios y no pierdan ni un minuto en todo lo que Yo les pido.
 

Oración: Ave María (en portugués).
 

Amo a este planeta, amo a todas las almas, pero ¿quién inclinará su cabeza hacia el suelo para humillarse ante el Creador y pedirle perdón por las faltas graves que comete el mundo?

Yo soy la Mensajera del Apocalipsis. Traigo Mi Corazón a todos, pues será su único refugio en los tiempos que llegarán. No hay otro lugar adonde ir y ninguna otra verdad que descubrir.

A través de este Portal de la Paz, estoy derramando Mi última Gracia sobre este mundo, nuevos códigos de Luz para almas tan antiguas que deben despertar a la redención.

Lean las señales del fin de los tiempos. Los Siete Sellos ya fueron abiertos y nadie aún es consciente de esto. Por Mi Gracia e intercesión, hoy se los revelo, hijos Míos. No vengo a impartir miedo a ustedes, sino el despertar de una mayor consciencia.

La Nueva Humanidad deberá nacer y los rebaños de Cristo, aquellos que se congregan en el amor y en la devoción, deben tener muy presente al Corazón de Mi Hijo Amado, que será siempre su Salvador.

No teman a las potestades de este mundo, no hay mayor poder que el de Dios. Dios está entre ustedes y está, a través de Mi Corazón en esta noche, acompañándolos y preparándolos para saber vivir la transición. No busquen saber cuál será la respuesta a todo lo que sucederá en poco tiempo.

La humanidad ha sido muy ingrata con Dios y aún lo sigue siendo, no escucha y está sorda. La ceguera es mayor que el amor, pero dichosos aquellos que se aferran a Mi Corazón. La Señora del Santísimo Rosario siempre los tendrá unidos a Dios y al Corazón del Hijo amado. Nada perderán, hijos Míos, busquen pronto su conversión. Oren mucho, todos los días, y recuerden que este es Mi principal pedido en el fin de los tiempos.

Dios desea infundir mucho más la devoción a Mi Inmaculado Corazón en este mundo. Si sus corazones están unidos a Mi Corazón, a nada deberán temer. 

Yo siempre soy su Guía Universal, la Madre de todos los enfermos y de todas las almas perdidas.

Alégrense aquellos que despiertan a Mi Corazón. Alégrense aquellos que Me tienen como principal motivo de sus vidas; pues, Yo vengo a donar lo mejor que tengo porque amo a todos Mis hijos. Yo siempre los bendigo y los contemplo.

Que, en estos tiempos, puedan estar bien despiertos. Dios los llama a tener mayor consciencia para que puedan despertar a cosas desconocidas; pues para que los secretos no se puedan cumplir, deben rezar con total consciencia y verdad. Esa será la señal evidente, ante el Creador, de parte de todos ustedes, para que el mundo alcance la paz y el fin de la tribulación; pues antes de que llegue Mi Hijo Amado, deberán estar purificados, limpios y puros, libres de toda mancha y pecado.

Recapaciten en sus vidas. Recapaciten en todas las cosas que hacen, en todo lo que sienten, piensan y viven, pues Dios está atento a su transformación y Mi Corazón Inmaculado siempre los auxiliará.

Solo deseo, hijos Míos, en esta noche, que alegren Mi Corazón, por el peso que el mundo Me genera; pues más lo siente su Padre, Aquel que está en los cielos y que siempre los necesita para cumplir Sus Obras de Misericordia.

Dichosos aquellos que guardan las Palabras en el corazón y que, saliendo de este lugar, dan el primer paso y se transforman; no pierden más tiempo en cosas superficiales, sino que despiertan al infinito Llamado del Creador.

Hoy, les entrego a todos Mi Corazón Inmaculado, que está rodeado también por las espinas del mundo. Los invito a la reparación, a la meditación, a la reflexión.

Los tiempos son urgentes, hijos Míos; y así como Yo les avisé en Fátima que deberían cambiar pronto, hoy nuevamente les digo, hijos Míos, cambien rápido y no pierdan tiempo.

Dios espera establecer Su Reino en el mundo y expulsar el mal de este planeta que solo hace sucumbir las almas al infierno, las hace perder en las modernidades y en las ilusiones. No confíen en sus sentimientos, en sus pareceres e ideas.

Únanse, todos los días, al Corazón del Creador. Así, serán partícipes, hijos Míos, de la Divina Voluntad; porque el Don del Espíritu Santo de la Sagrada Sabiduría de Cristo los habrá permeado profundamente y estarán unidos a Dios, cumpliendo Su Voluntad por encima de todas las cosas y no perdiendo ni un minuto más en las cosas que los distraen y que les quitan la atención del Creador.

Hijos Míos, Yo les traigo la Consciencia Universal de Dios, pues Mi Padre amado, Aquel que también es su Padre Celestial, necesita que despierten profundamente y abran sus ojos a la Verdad. Vean en este ejemplo tan simple, hijos Míos, cómo las almas no escuchan a Dios por escuchar las cosas del mundo.

Yo les traigo la verdad del Amor, la esencia de la Instrucción, pues el Poder de Dios debe compenetrar sus corazones para que se desvanezcan sus amarguras y sufrimientos. Dios desea, hijos Míos, que curen sus heridas y puedan renacer en el Corazón de Mi Hijo, que sigue siendo ultrajado por los hombres ingratos.

Recen, hijos Míos, recen Conmigo al Creador, así serán dignos de recibir la Gracia de Dios y estar en el Paraíso para que Yo los encuentre.
 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).
 

Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia ustedes. Vengan a Mí, queridos hijos, al refugio inmaculado de Mi Corazón, allí siempre recibirán lo que necesitan. Mi Amor siempre los colmará, Mi Sabiduría los iluminará y tendrán entendimiento sobre todas las cosas en estos tiempos difíciles y crueles.

Abran sus consciencias para que sus almas se eleven hacia el refugio inmaculado de Mi Corazón. Les ofrezco Mi Corazón como emblema de paz para el mundo. Dichosos de aquellos que veneran Mi Corazón y honran el Corazón de Mi Hijo, para atender sus necesidades y súplicas.

Reciban en esta noche, a través de este Portal, el espíritu de Mi Paz. Reciban, hijos Míos, Mi sagrada bendición maternal.

Por eso, que vengan aquí los Hijos de María, pero todos son Mis hijos. En la oración perpetua de Mi Corazón, siempre espero por su verdadera consagración. Deseo la consagración de sus almas para que sus vidas se santifiquen, hijos Míos. Esto, verdaderamente, le demostrará a Dios que este Proyecto es posible, a pesar de los pecadores y de los pecados, porque siempre Dios encontrará en los más simples el portal para alcanzar Su Proyecto Original.

Canten, hijos Míos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cantaremos “Señora de las Gracias”. 
Nuestra Señora se ha quitado el velo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Por la divinidad que Dios Me ha concedido, bendigo en esta noche a los que sufren, a los que padecen, a los que pierden la fe, a los que se apartan de Dios, a los que están en la oscuridad, mas también a aquellos que se encienden por el fuego del Espíritu Santo.

Bendigo a todos Mis hijos, independientemente de sus deudas y problemas.

Yo Soy su Madre Santísima, Soy su Gran Obradora de la Paz. Siempre los llevaré hacia Mi Hijo, sigan Mis pasos, miren Mis pies descalzos e imiten Mi ejemplo maternal.

Siempre querré lo mejor para sus vidas y esto será lo mejor para el mundo.

Vengo a abrir sus corazones cerrados, a abrir la fuente de sus esencias para que pueda rebrotar el Amor del Creador. Necesito que sus esencias se iluminen para que se disipen de sus vidas toda amargura, dolor y sufrimiento.

Queridos hijos Míos, Yo siempre los bendeciré con Mi Corazón Inmaculado. Así, como en esta noche los reúno en el Cenáculo del Señor, por encima de este cielo los ángeles se reúnen para adorar a sus corazones, porque Dios sabe que es posible la redención.

Por esta noche de Gracias pero también de despertares, Yo les agradezco, hijos Míos, por responder a Mi llamado que es el Llamado de Dios, su Creador.

Que suenen las campanas. Deseo especialmente que todos estos hijos, a los cuales hoy consagro, recen una oración a la Madre Universal por las almas del mundo.

Escucho su voz.

Clemencia.
 

Oración: Madre Universal.
 

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora quiere que hagamos la Señal de la Cruz por dos veces más.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Que la Santísima Trinidad permee sus vidas y se pueda cumplir la Santa Voluntad.

Queridos hijos, siempre y para siempre los amaré.

 

Canción: “Ave María”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Ha sido una noche especial. Queremos intentar explicar, en forma simple y sintética, qué significan estos movimientos que Nuestra Señora realiza en estos tiempos.

Ustedes vieron que Nuestra Señora quedó mucho tiempo en silencio. Ella muestra, para quien tiene la tarea de ver, ciertas cosas que están previstas que ocurran para que la humanidad tenga la consciencia de saber que necesita esforzarse para cambiar esos acontecimientos.

¿Por qué Nuestra Señora les revela a los videntes algunas cosas que no se pueden transmitir?

Así como ha sido, a lo largo de la historia, cada vidente guarda algunos secretos, porque la Divinidad espera que esos secretos algún día no se cumplan; pero necesitan, de alguna forma, quedar registrados en la consciencia planetaria.

Y es así que, a lo largo de los siglos, María depositó en algunas consciencias, como un documento, como un registro, algunos acontecimientos que, de acuerdo a lo que sucede hoy, se cumplirían en un futuro cercano o lejano; pero depende de nosotros que se puedan revertir esos acontecimientos.

Cuando Ella nos explica que, colocándonos en Su Inmaculado Corazón, podríamos vivir la tribulación con armonía y cierta paz, con discernimiento, con sabiduría, es porque eso es posible. Pero para eso, necesitamos colocarnos dentro de Su Inmaculado Corazón, entregarnos, consagrarnos a Su Inmaculado Corazón, ese lugar de amor y protección donde estamos refugiados y a salvo. Pero como depende de nosotros que hagamos eso, siempre está previsto que la humanidad no responda y que algunos acontecimientos tengan que suceder para que la humanidad comprenda aquello que la aleja de Dios.

Así, en estos tiempos finales, como Ella anunció hoy, cuando nos dio la bienvenida al final del tiempo, y hablamos de bienvenida como un ingreso a otro ciclo; nosotros tenemos que admitir, en algún espacio de nuestra consciencia, que acabamos de ingresar a otro ciclo. Y no importa mucho lo que nosotros veamos a nuestro alrededor que pueda parecer casi normal, porque en los planos de consciencia reales de la humanidad ingresamos a otro ciclo.

Ella ya nos ha advertido de que ha comenzado Su caminata hacia el desierto como la Mujer Vestida de Sol. Hace unos días, nos reveló que el dragón rojo estaba preparándose para llegar, y si nosotros conocemos las revelaciones de los textos sagrados, sabremos que estamos en plena Ley del Apocalipsis, una Ley que nos rige en este momento y que nos mueve de una forma completamente diferente.

Ella nos dijo hoy que no confiáramos en lo que sentíamos ni en lo que pensábamos, porque en nuestras emociones más materiales y en nuestros sentimientos habrán tormentas de la tribulación. Por eso, necesitamos unirnos todos los días al Corazón de Dios para que, en el Corazón de Dios, nuestra barca no se hunda.

Si bien es un momento difícil para todos, sabemos que todo pasará y que solamente nos tenemos que sostener, orar, mirar a Dios todos los días, unirnos entre nosotros y confiar que todo pasará y que todo será para el bien de la humanidad; porque así, hermanos, como estamos, esta consciencia planetaria no puede seguir, y creemos que estamos todos de acuerdo.

Así que hay que afirmarse en la oración, en el Manto de Nuestra Señora y en el Corazón de Nuestro Señor para persistir y caminar mirando hacia adelante, porque es en el único lugar en que podremos encontrar la Luz.

Nuestro Señor camina firme hacia adelante y nosotros no podemos perder Sus pisadas. Por eso, necesitamos caminar rápido como Él camina, para no perder nunca de vista el movimiento de Su túnica; y hacia dónde Él camine, estaremos seguros.

Así, los invitamos a todos a reforzar nuestra oración, nuestra confianza en la Divinidad y en esa fraternidad que Ellos nos piden que nosotros debemos vivir.

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, REINA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Entra en Mi Paz, para descubrir las verdades del Cielo y conocer los misterios más antiguos del corazón.

Entra en Mi Paz, para que tu corazón se aquiete y encuentre un camino seguro por el cual seguir en dirección a Mi Hijo.

Entra en Mi Paz, para que tu consciencia comprenda Mi Presencia y tu corazón reconozca a Mi Espíritu.

Entra en Mi Paz, para que tu alma se aproxime y tu espíritu viva unido a tu corazón, ayudándolo así a consolidar los pasos de la consciencia.

Entra en Mi Paz, porque solo en ella conocerás a Dios y a Su Reino Celestial.

Entra en Mi Paz, porque dentro de ella estarán libres de las tribulaciones del mundo y tu corazón no se envolverá con lo que vive fuera de Mi Corazón. 

Entra en Mi Paz, para estar bajo Mi Manto y, a partir de ahí, ser intercesor de las almas que más lo necesitan.

 

Entra en Mi Paz, para conocer el silencio. Entra en el silencio, para conocer Mi Paz.

Entra en Mi Paz, esa que Mi Presencia deposita en los corazones e irradia al mundo.

Para estar en Mi Paz, hay que estar en Mi Presencia, y para atraer Mi Presencia, hay que estar en oración perpetuamente.

Estén en Mi Paz, viviendo en oración. Irradien Mi Paz, viviendo la oración. Sean Mi Paz, siendo la oración.

Estar en Paz, hijos Míos, es una gran necesidad del mundo, porque la paz muere en los corazones de los hombres, y cuento con los dedos de Mis manos a aquellos de Mis hijos que hoy pueden vivir en eterna paz, porque viven en eterna oración.

Por eso, oren, oren mucho. Disuelvan en la oración las aflicciones de sus corazones y las aflicciones del mundo. Aparten de sus corazones el dolor, a través de la alegría de vivir en Dios y de cumplir con Su Voluntad Divina.

Coloquen, día a día, a Mis pies aquello que les impide vivir en paz y, a través de la oración, fortalezcan esta paz en el mundo e irradien la paz a las consciencias.

Ya no alimenten los conflictos, las críticas, los juzgamientos; no se unan con el prójimo para alimentar el mal, para juzgar, para destruir, para atraer la discordia entre los corazones.

Corten los impulsos de la maldad que viven en las células humanas. No alimenten a las fuerzas mundanas que viven en los corazones; pero sí, como soldados marianos, vivan la primer batalla, en ustedes mismos, para retirar el mal e implantar la paz.

Oren, Mis queridos, oren mucho, porque el mundo así lo necesita.

No se permitan emitir un verbo que no construye la Luz, y si la voluntad de hacerlo fuera mayor que el poder de la paz en sus corazones, silénciense, silénciense y entren en oración.

Es tiempo de crear con consciencia, es tiempo de vivir el amor entre las criaturas. Los invito a disolver, en Mi Corazón, todo lo que fueron hasta este instante, para vivir en Mi Propósito universal de la Paz.

Como en Fátima, despierto los corazones del mundo para que renazcan en Mi eterna Paz.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

María, Madre y Reina de la Paz

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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