TRIGESIMOSEXTO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"Que el silencio, en esta Cuaresma, te permita no solo reflexionar y meditar sobre tu actual situación interior, sino que también puedas apreciar sin culpa, a través del silencio, la realidad que está dentro de ti y a tu alrededor.

Pero, antes de todo, observa los acontecimientos con ojos de compasión y no con ojos de crítica; porque, así como llegó Mi hora durante la Agonía en el Huerto Getsemaní, así también llegará tu hora y será el momento de tomar una decisión que repercutirá en toda tu vida.

Esta Cuaresma no es solamente la puerta de entrada a la contemplación de Mi Dolorosa Pasión, sino también es el anuncio de que el tiempo termina y es necesario tener una actitud evolutiva y fraterna, una actitud capaz de poder hacer algo por el que sufre, cueste lo que cueste. Es la oportunidad de volver a amar".

Cristo Jesús

SÉPTIMO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA HASTA BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"Atraviesa el desierto con la confianza de que dentro de ti escucharás la Sagrada Voz de Dios, Voz Divina que te animará a retirar de tu camino las piedras y las espinas que entorpecen el libre caminar del buscador del Reino de Dios.

Para que esta misión sea posible, extirpa de ti los vicios y las costumbres que socavan tu espiritualidad.

Hoy, comienza a trabajar con el vicio de la crítica. Sé valiente".

Cristo Jesús
 

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Una vez más, vengo del Cielo con un Mensaje, pero también con un llamado a la consciencia de la humanidad.

Hoy, con Mi mirada dirigida hacia el suelo, les comparto el lamento del Corazón de la Madre de Dios; porque la humanidad no está comprendiendo Nuestro Mensaje, el Mensaje de los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José.

Por eso, San José, Mi Esposo Castísimo, se está ofreciendo ante el Padre Celestial para retornar a este mundo a traer un mensaje a esta humanidad, de forma extraordinaria. Su visita a este planeta será inesperada; porque Él intercederá, como Guardián de las Almas, en los momentos más culminantes de la humanidad, y uno de esos momentos culminantes es este momento que vive la humanidad.

Por eso, Mis amados hijos, Nuestras Divinas Consciencias Celestiales amplían Su oferta ante el Padre Creador; porque la humanidad no está comprendiendo, y al no estar comprendiendo la humanidad no quiere cambiar.

Hoy, tendría muchas razones, no solo para estar aquí con ustedes, para que sientan Mi Corazón, para que vivan en Mi Corazón, sino también para expresarles, desde lo profundo de Mi Corazón, todas las situaciones que observa la Madre de Dios de esta humanidad.

¿Cómo creen, amados hijos, que el mundo no se precipitará sobre ustedes, si el cambio aún no llegó?

¿Cómo creerán, hijos amados, que los Reinos de la Naturaleza y los elementos no mostrarán su fuerza y su poder a todos los ojos del mundo, si el cambio aún no llegó?

¿Cómo creen, hijos amados, que el cambio climático no se precipitará en esta humanidad, si el cambio aún no llegó?

¿Cómo creen, hijos amados, que la injusticia, la aniquilación y la destrucción entre hermanos de una misma raza terminará, si aún el cambio no llegó?

¡Cuántas cosas más podría decirles en esta noche!

¡Cuántas verdades más Mi Corazón podría presentarles a cada uno de ustedes!

Les dije, hace unos días, que a pesar de lo que suceda, Mis amados hijos, no dejen de orar, aunque los vientos contrarios sean más fuertes que la elevación de sus súplicas.

Yo les pido que no desafíen las leyes de la naturaleza, porque si desafían esas leyes, desafiarán las Leyes Universales, que es lo que muchos de Mis hijos en el mundo están haciendo sin consciencia.

Todo esto que sucede en el mundo, todo lo que se presenta en los tiempos de hoy, es motivo y razón para acelerar el Retorno de Cristo.

Pero ustedes, Mis queridos hijos, ¿adónde creen que Cristo retornará primero?

¿Sobre qué lugar Él descenderá y dónde Él se presentará para comenzar a corregir a esta humanidad de sus errores y faltas?

¿En dónde creen, hijos amados, que Cristo se mostrará y se revelará a los hombres y mujeres de la Tierra cuando Él retorne a este mundo?

¿Lo han pensado en algún momento?

Yo los invito, Mis queridos hijos, a meditar, en oración, todas las Palabras de la Madre Celeste; porque este Mensaje no es propio, es un Mensaje que vuelve a surgir de la Fuente de Dios, de Su Compasivo Corazón que es infinito e invencible. Todas las causas que hoy se presentan en la humanidad son los motivos para alejar a las almas de la Compasión de Dios.

¿Quién tendrá la valentía y también la determinación para ir por encima de sí mismo, para colocar primero la necesidad del mundo, antes que la propia? ¿Para tener consciencia de la importancia de la gratitud y de la reverencia que, muy velozmente, ya se perdió en el mundo?

¿Cómo creen que Mis Gracias llegarán a la Tierra como flores de Luz que deposito sobre el corazón de cada uno de Mis hijos, para volverles a dar la vida y la renovación?

¿Cómo creen que Mi Luz llegará al mundo si muchos de Mis hijos Me cierran las puertas y no Me dejan pasar hacia sus dimensiones de sufrimiento y de agonía?

Dios también está viviendo una incógnita con esta humanidad.

Por eso, con esta Flor de Luz que hoy traigo entre Mis manos para ofrecérsela a cada uno de Mis hijos, les pido y les suplico: retornen al Corazón de Dios, retornen a su Origen Esencial para que puedan retornar a la Fuente Primordial. Porque mientras millones de almas hacen absolutamente lo contrario, mayores planos de consciencia abarca Mi enemigo, el adversario de todos. No lo permitan, hijos amados. 

Sosténganse, en este tiempo, a través de Mi Corazón orante.

Mis súplicas nunca dejarán de pronunciarse, Mi Voz nunca dejará de hablarles; porque lo que Yo le prometí al Padre Celestial lo cumpliré, a pesar del tiempo que Me lleve realizarlo en este mundo. Por eso, les digo, aún sosteniendo entre Mis manos esta Flor de Luz que les ofrezco, que todos los que ya despertaron ayuden a los que aún no despertaron.

No les pido que los instruyan; les pido que les den el ejemplo, el ejemplo que nace del corazón, un ejemplo que los lleva a la verdad, a vivir la simplicidad y la humildad, el ejemplo de la donación incondicional que les permite hacer florecer dentro de ustedes el Amor Crístico.

Reciban con amor y hasta con dulzura celestial, esta flor inmaterial que hoy les ofrezco para que, guardándola en lo más profundo de sus esencias, vuelvan a comulgar una vez más de la Fuente de la Creación por aquellos que no comulgan de Mi Hijo, por aquellos que no viven a Mi Hijo, por aquellos que desmienten a Mi Hijo, por todos los que niegan a Mi Hijo, por los que, por su ignorancia, hieren día a día el Corazón de Cristo.

Que sus vidas se conviertan en flores de luz para la Madre de Dios, porque no les hablo de una perfección inalcanzable; Yo les hablo, Mis queridos hijos, de una simplicidad próxima a cada uno de ustedes, la simplicidad que les da el poder de la oración del corazón.

Necesito aún, amados hijos, por medio de todos los que Me apoyan y Me siguen, como orantes e hijos de María, realizar muchos trabajos en esta humanidad. 

Porque la humanidad no está preparada para el Retorno de Mi Hijo, está sumergida cada vez más en la ilusión y presa de ciertas fuerzas espirituales, contrarias al Plan del Padre, que solo someten y castigan a las almas.

Yo también Soy la Madre que libera las cadenas de la opresión, las cadenas de la prisión espiritual, porque es en lo espiritual en donde todo comienza y es en lo espiritual en donde todo termina.

En esta Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, en donde nuevamente han orado con Mi Corazón Inmaculado, en nombre de Mi Hijo, el Cristo, les vengo a agradecer y les pido que sigan siendo perseverantes, a pesar de sus purificaciones y de sus pruebas.

Cuando todo se ponga muy difícil para ustedes, lo mismo que para sus familias o aun para sus naciones, recuerden la flor que hoy les entregué: es la Flor de Loto, la Flor de la Compasión de la Consciencia de Dios, que es lo que las almas necesitan en este momento para poder sanar sus profundas heridas, para poder disolver sus profundas incomprensiones, para ser merecedores de volver a recibir la Gracia de Dios, que elevará sus consciencias, que expandirá el amor de sus corazones. 

Porque a través de esta Flor de Loto de la Compasión de la Consciencia de Dios, vuelven a recibir Su Amor Mayor, que es lo que la humanidad necesita para poder curarse, para poder ser liberada de las cadenas de la opresión.

Hijos, el mundo vive su momento más difícil, no solo con los miles de vidas que se perdieron a través de esta pandemia. Les aseguro, Mis amados, que he orado por cada una de esas almas, que han sido llevadas al fuego del infierno, y que Mis Santos Ángeles del Cielo han liberado de esa opresión, para que alcanzaran la Gracia de la Gloria Celestial.

¡Cuántas almas, cuántas personas, conocidas de ustedes o hasta aun desconocidas, fueron arrastradas por esta pandemia!

Les vuelvo a decir que la cura aguarda descender a todo el planeta, pero si los hombres y mujeres no se arrepienten, si no colocan sus rodillas en el suelo para pedir perdón y Misericordia, ¿cómo creen que el cambio llegará?, ¿cómo creen que serán merecedores de la Cura y de la Gracia Divina? En esto no existe ningún misterio y ninguna ciencia.

Hijos, escuchen con atención, Yo les vengo a enseñar lo mismo que aprendí aquí en la Tierra, siendo una Mujer y una Madre que asumió a todos los hijos de Dios, en la gran promesa que le hice a Mi Hijo a los pies de Su Cruz.

Por eso, les vuelvo a decir que, mientras este cambio no se realice, mientras la penitencia y el arrepentimiento no se presenten en lo profundo de la consciencia del ser humano, les pido que imploren por la Sangre Divina de Cristo. 

Porque cuando un alma invoca a la Sangre de Jesús, Su Corazón se abre como una infinita fuente y desde lo más profundo del abismo de Su Misericordia, emerge la Gracia Divina que, con Códigos de Luz, baña como una lluvia al alma orante y a todas las situaciones por las que el alma pide en su oración. 

Es así que, tímidamente, los apóstoles de Cristo, los ejércitos orantes de María, aprenden sobre el camino de la redención, no solo viviendo su propia redención por medio del poder de la Sangre de Cristo, sino también abriendo la puerta a aquellos que ya se autocondenaron por la ignorancia de esta humanidad. 

Es esta ignorancia, Mis amados hijos, que hace tiempo la humanidad ya no debería vivir, que no permite que lleguen los cambios, no solo los cambios materiales, sino también los cambios espirituales, tan imprescindibles y urgentes que, si pudieran ver más allá de lo que es material, de un segundo a otro, harían ese cambio tan esperado por el Padre Eterno.

Por eso, les vuelvo a pedir que le presten atención a Mi Mensaje, porque lo que Su Madre les viene a pedir no es imposible, vengo a pedirles lo que está más próximo a ustedes, vengo a pedirles lo que es más real.

Mientras los cambios en la mayoría de la humanidad no lleguen, Mi pesar será muy grande. Mi Corazón es traspasado por las indiferencias, los sacrilegios, las herejías y los ultrajes de los hombres y mujeres de la Tierra que deben ser transmutados, que deben ser aliviados por la oración de Mis hijos, fortaleciendo la potente red de oración planetaria para sostener todo lo que sea posible el eje de la Tierra. 

La contundente expresión de los volcanes en este tiempo es el grito profundo del corazón del planeta, es el aviso de que el eje de la Tierra hoy es sostenido por un finísimo hilo de luz espiritual, que podría romperse si Mis hijos dejaran de orar.

Sé que todos son responsables de esto, y sé que la mayoría de los pueblos y de las naciones son sometidas por aquellos que los dirigen, por todo lo que deciden y mienten, por las falsas promesas que anuncian, porque son promesas vacías, vacías de amor, vacías de verdad, vacías de verdaderas soluciones.

Por eso, su único camino, Mis amados, es volver sus consciencias hacia Dios, porque cuanto más estén en Dios, nada les faltará. 

Aunque en algún momento pasen necesidades, aprendan a entender las señales de Dios. Porque Dios no es pobreza, Su Amor es abundancia. Y es ese Amor que está presente en todo el universo y en toda la Creación que permite expresar las Leyes del Altísimo Padre, y esas Leyes no permiten que nada falte. 

Pero el desequilibrio que vive la superficie del planeta es generado por una ambición viciada a través de los tiempos, una ambición no solo por lo material, sino también por el poder que ha ampliado en este mundo el nivel de pobreza, de miseria y de hambre. 

Pero todo esto es lo que Mi Hijo deberá corregir en un primer momento en esta humanidad.

Yo los invito a orar por aquello que conocen y por aquello que desconocen, así como la Madre de Dios reza por todas las causas y situaciones de este mundo.

Quisiera hablarles de lo maravilloso que es estar cerca de Dios, de lo maravilloso que es ser parte de Su Reino y de poder develar Sus misterios para todas las consciencias de la Tierra. Pero la humanidad por su ignorancia y también por su ingratitud, no aprendió a apreciar Nuestras Palabras y menos los Tesoros del Padre.

Pero como Su Madre, también como Su Sierva, no vengo a juzgarlos ni tampoco vengo a reclamarles nada, Mi Amor está aquí presente para que se puedan superar y ayuden a superar en el amor a todos sus hermanos, especialmente a aquellos que tienen mayores dificultades; dificultades que nacen de profundos traumas, de desconocidos sufrimientos, de culpas que no se han disuelto de la consciencia. 

Por eso, nunca deben criticar; solo deben sumar y sumar para que la unidad interna entre las almas sea posible, y esa unidad, hijos amados, se convierta en un gran espejo que sea depositario de la Gracia y de la Misericordia de Dios para todos los corazones.

¿Ahora, comprenden cuán simple es cambiar al mundo?

No es con guerras ni con enfrentamientos que se resolverán los problemas de la humanidad.

¿Los dirigentes de las naciones del mundo seguirán ignorando la existencia de Dios? 

¿Hasta dónde son capaces de ir? 

¿Hasta dónde son capaces de mentirles a las personas y de no darles soluciones a todos los pueblos?

Solo rezo todos los días para que los dirigentes, que también son Mis hijos perdidos, tengan la Gracia de sentir lo que siente un niño hambriento, de escuchar el llanto de un niño pobre, de escuchar la desesperación de un niño exiliado y refugiado en otra parte del mundo; de poder sentir y conocer lo que siente y lo que vive una familia rechazada, despreciada e insultada en las fronteras de los países de este mundo, por no poder reconstruir sus esperanzas ni su dignidad humana.

Si Dios les dio la Creación, todo lo que existe en el universo; si Dios les dio la naturaleza y sus frutos, las montañas, los ríos y los océanos, las aves, el sol, el amanecer, las estrellas y el firmamento, ¿cómo es posible que aún exista la ignorancia humana y la falta de fraternidad? No les pido que se conviertan en asistencialistas; les pido que sean almas bondadosas, en servicio y amor.

Que Mi silencio permita que las Palabras que traigo de la Fuente hagan eco en el corazón de Mis hijos, porque la copa está más que rebasando y el mundo aún desafía la Ira de Dios.

Les vuelvo a pedir que no atraigan al Ángel de la Justicia Divina hacia la Tierra; porque como fue en Fátima, hace más de 100 años atrás, deberé volver a colocarme delante del Ángel de la Justicia de Dios para evitar el castigo mundial.

Por eso, les vuelvo a pedir que, por los próximos tiempos que llegarán, todos los días 13, hasta que Yo lo indique, trabajen conscientemente en los encuentros de oración con la oración de la reconsagración al Inmaculado Corazón de María, a fin de que sean evitados difíciles acontecimientos en el mundo. 

Porque, así como Soy la Madre del Amor, Soy la Mujer del Apocalipsis. Porque una señal aparecerá en el cielo: una Mujer vestida de Sol, coronada de estrellas y con la luna a Sus pies, llegará como la aurora para anunciar el fin de los tiempos, tiempo que se está cumpliendo.

Hijos, les estoy muy agradecida porque he sentido y he visto que han escuchado cada una de Mis Palabras con valentía y coraje, siendo sostenidos por el Cristo Interno.

A pedido del Arcángel Gabriel, vengo a acompañar a cada uno de ustedes para que juntos vivamos el mayor sacrificio de Amor a través de la Eucaristía, a fin de que Mi deseo ardiente se cumpla en las almas.

Que este Mensaje haga eco en todos los corazones posibles y no sea un Mensaje más. 

Hijos amados, delante de los ángeles del Reino de Lys, en la simplicidad de este momento, hagamos Nuestro ofertorio a Dios por el triunfo de Su Amor y de Su Verdad en el planeta. Preparémonos para la Comunión.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermanos y hermanas, respondiendo a este pedido de la Madre de Dios, ante la Presencia de Su Corazón Inmaculado, invitamos a todos los que puedan a arrodillarse o colocarse de pie, para comenzar a ofrecer este sacrificio del Hijo de Dios, reviviéndolo en cada uno de nosotros para que, como dijo la Madre Divina, Su Mensaje pueda hacer eco en todos los corazones posibles del mundo.

Por eso, ante los ángeles del Reino de Lys, los invitamos, al igual que ellos, a que nos postremos simbólicamente ante Dios para que Su Universo Celestial se aproxime; y para que esta oferta, que hoy realizaremos como una sola familia espiritual, sea recibida con amor y gratitud en la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo.

Entonces, revelamos en este momento el misterio del Amor de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En la noche en que Jesús iba a ser entregado, antes de ese momento, Él se reunió con Sus apóstoles en el Cenáculo para entregar Su Mayor Legado de Amor a través de la Eucaristía, del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Fue así que, en ese momento, Jesús tomó el pan, elevándolo a Dios se lo ofreció con todo Su Corazón y toda Su Alma, y le pidió al Padre que ese pan fuera convertido en Su Divino Cuerpo. Luego, Jesús lo partió y se lo ofreció a los apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

Antes de terminar con la Cena, Nuestro Señor tomó el Cáliz entre Sus Manos y, realizando el mismo ejercicio, lo elevó y se lo ofreció a Dios para que el vino fuera convertido en la preciosa Sangre de Cristo. Luego, Él se lo pasó a Sus apóstoles y se lo ofreció a cada uno de ellos, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía, hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.


He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Que se alegren los corazones por volver a participar de la Cena de Nuestro Señor. Amén.

En unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, le pedimos a la Santísima Trinidad que consagre estos elementos que le ofrecemos en este altar, para gloria de Su Reino.

Oramos juntos la oración que Cristo nos enseñó: el Padre Nuestro en arameo.

Que la Paz, el Amor, la Luz y la Misericordia de Cristo desciendan al planeta.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

Con amor y reverencia, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas de la Tierra con Cristo.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias 
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

Ahora, hermanos, respondiendo a un segundo pedido de la Madre Divina, para finalizar con esta tarea que Ella ha encomendado a cada uno de nosotros, nos vamos a preparar para hacer un breve momento de Adoración al Santísimo para que, en ese momento de silencio, cada uno haga un profundo contacto con Dios, a través del Corazón Eucarístico de Cristo. 

Y, una vez más, ofrezcamos este momento, para que el Mensaje de la Madre Divina haga eco profundo en muchos corazones.

Vamos a prepararnos para ese ejercicio.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En reverencia y gratitud comenzamos con este momento de Adoración al Santísimo.

Reverenciamos al preciosísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo.

Oramos, frase a frase:

Quien está en Dios, nada teme.
Quien está en Dios, no retrocede.
Quien está en Dios, vive del Amor de Dios.
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios. 
Amén.

Reverenciamos y agradecemos al Cuerpo Eucarístico de Cristo, y guardamos a Cristo en nuestro corazón.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que había cometido muchos errores se sentía impura e indigna ante Dios y, frente a todos los pecados vividos, le cuestionaba al Señor, diciéndole: “Señor, pequé una y muchas veces; caí y, en vez de levantarme, me sumergí más profundamente en los abismos de la vida. Hoy, estoy ante Ti, me llamaste a sentarme a la mesa de la redención. Dime, Señor, ¿es posible que un pecador, como yo, sea llamado por Ti? ¿Cómo podré dar los pasos que Tú necesitas? ¿Cómo curaré las infidelidades y los pecados más profundos de mi ser?”.

Y, con Ojos de Misericordia, el Señor le respondió también con una pregunta: “¿Qué hizo el leproso para ser curado por Mi Hijo, cuando lo vio aproximarse entre la multitud? ¿Qué hizo la mujer del flujo de sangre para liberarse del peso de sus impurezas cuando, en su desesperación, vio a Mi Hijo pasar? ¿Qué hizo Zaqueo para ser notado y, a pesar de todos sus errores, ser digno de una sola mirada del Hijo de Dios?

El leproso, alma pequeña, se expuso y se humilló delante de la multitud. Con su mal olor, con sus heridas, con su corazón quebrado y ya sin esperanzas, en un mundo en donde no había salvación para él, la única solución fue recurrir a Cristo, aun sucio, impuro, enfermo, rechazado.

La mujer del flujo de sangre también se arriesgó entre la multitud. Ella no quería ser humillada, pero sabía que la única forma de curarse era recurrir a Cristo. Esa vez, fue el propio Señor que hizo que ella fuera notada, no para humillarla, sino para darle a conocer al mundo que, para curarse y tornarse limpio, el pecador tendrá que exponer sus pecados y heridas ante Dios. Es por la puerta de la humildad que se llega a los Pies del Creador.

Zaqueo sabía de su mala conducta, sabía de sus pecados e imperfecciones; pero, dentro de su alma, hablaba más alto la necesidad de perdón. Por eso, se expuso y, delante de la multitud, se humilló, subió a un árbol en el que todos podían notar que, a pesar de todos sus errores, él estaba allí, enfrentando todos los juicios y críticas, simplemente por la necesidad de estar ante Cristo.

Y el Señor, cuando ve que los pecadores van más allá de sus pecados, Él también va más allá en Su Amor, en Su Misericordia y en Su Gracia. Por eso, alma pequeña, nada es imposible. Toda enfermedad tiene cura, todo pecado tiene perdón, pero para eso precisas dejar de lado tu orgullo y vanidad, y humillarte ante Dios. Sé transparente y sincera, muéstrale al Señor tus heridas y permite que, con una única mirada compasiva, Él te cure”.

Que este diálogo, hijos, los inspire a no tener miedo de estar expuestos, de ser humillados y, así, ser curados, perdonados y redimidos por Cristo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Ustedes que son más conscientes y más bendecidos que el resto del mundo, nunca pueden olvidar la Gracia que reciben y la ayuda especial que proviene de lo Alto.

Nunca pueden olvidar que todo el tiempo son colocados en las Manos de Dios, más que el resto de la humanidad.

Nunca pueden olvidar que Dios los llamó personalmente para que lo sirvieran en Su Obra de Amor.

Nunca pueden olvidar que cada elemento que tienen o cada oportunidad que reciben en los tiempos de hoy, sea de estar en un lugar sagrado o de servir humanitariamente, es una Gracia que Dios les da para que sus virtudes y talentos estén al servicio de la caridad y del bien.

Nunca pueden olvidar que todos los días despiertan en un lugar protegido por Dios, tocado por la Gracia de Su Espíritu.

Nunca deben olvidar que están siendo guiados y acompañados por lo que viene de lo Alto y que sus pasos son contemplados, mucho más, que los pasos que no consigue dar el resto de la humanidad.

Nunca se cansen de agradecer y esfuércense todos los días para sentir la gratitud del corazón. Que esa gratitud por todo lo que reciben sea verdadera y esté libre de críticas y de apariencias.

Den gracias a Dios por estar con vida y por poder estar despiertos para servirlo y adorarlo. Así, siempre abrirán las puertas para la manifestación y todos se verán colmados por la Gracia tan necesaria y urgente en este tiempo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entren en Mi Corazón de Paz

Entren en Mi Corazón de Paz para que les revele en este tiempo la Gracia de Mi Presencia y que, a través de los testimonios de sus vidas, le hable al mundo.

Tomen con sus manos el rosario para clamar por la paz y verán establecerse la paz en el interior de sus corazones y en todos los que se aproximen a ustedes. Esa será la señal viva de aquellos que responden a Mi llamado.

Sepan amar y comprender a pesar de los juzgamientos humanos, y la pacificación de sus corazones hablará más alto que todas las críticas emitidas por el mundo.

Vivan en Mi Iglesia Celestial y en Mi Corazón de Paz; ingresen en Mi Reino y aprendan allí sobre los misterios divinos que el Creador les revela a los corazones puros.

De esta forma, la sabiduría de sus espíritus, adquirida en el Reino Celestial, será impregnada por una Verdad que no proviene de este mundo, y ni el más sabio de los sabios ni el más letrado de los doctores de las ciencias y de las filosofías de este mundo sabrá explicar la ciencia divina que habita en el corazón de Mis hijos.

Respondan a Mi llamado sin miedo y déjense guiar.

No teman romper dentro de ustedes los preconceptos y las resistencias, porque Yo no los estoy conduciendo hacia lo viejo. Yo vengo a renovar sus vidas y a la consciencia humana.

Vengo para enseñarles a renacer en espíritu y a profundizar en la Presencia de Dios que, desde el principio de Su Creación, intenta conducirlos a la Verdad.

Yo vengo para ayudarles a encontrar el camino de la cura del pecado original, para que conviertan no solo en sus espíritus, sino también en su más profunda condición humana, aquello que les impide llegar a Dios.

Dejen de lado, hijos Míos, por un instante, todos los conceptos de sus mentes y sientan en Mis Palabras la Presencia de Dios.

La humanidad está en su último tiempo de despertar y de arrepentimiento; ahora es el momento de rendirse a los Pies de Dios y clamar por perdón, porque Su Espíritu Consolador aún está sobre el mundo, atento a las súplicas de la humanidad, para limpiarlos de toda mancha y prepararlos para un nuevo tiempo.

Porque pronto llegará el día en que los Cielos se abrirán con toda su potencia por segunda vez, para que el Hijo del Hombre retorne a la Tierra y, mirando a los ojos de Sus compañeros, traiga la Justicia para unos y la Gracia para otros que, siendo consecuentes con Su Evangelio y fieles a Sus promesas, aguardaron con amor Su llegada.

Las profecías se cumplirán, como se cumplieron a lo largo de toda la historia de la humanidad, y Yo estoy aquí, más brillante que el sol y tan viva como sus corazones, para enseñarles a elevar, no solo sus súplicas, sino también sus almas, a través de una oración verdadera que los transforma y los conduce al Reino de Dios, aun estando en vida.

Cada misterio que Yo revelo, cada espacio divino que Yo les doy a conocer, es para que aspiren a algo más allá de este mundo; es para que sus almas renueven la esperanza de llegar a Dios; es para que sus corazones, en la eterna aspiración de conocer el Cielo, puedan llegar a él y atraerlo hacia la Tierra.

En sus oraciones, hijos Míos, contemplen con amor lo que Yo les muestro y dejen que su Madre Divina despierte en su interior la pureza que los hace dignos de estar en Dios y participar de Su Verdad.

Con estas palabras los bendigo y les agradezco profundamente por responder a Mi llamado.

Oren por la paz y eleven sus corazones a Dios, pues el mundo así lo necesita.

Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SANTA FE, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos hijos:

Mientras la mayoría de los hombres permanece en la ilusión de las formas, son pocos los que se abren al verdadero amor, para desarrollar el potencial del propio corazón

La humanidad, hijos, está más empeñada en el desarrollo de la mente, de las críticas, de los juicios, está más dispuesta a afirmarse en los errores del prójimo que en descubrir su esencia y razón por la cual el Creador los envió al mundo

Esta es la era del florecer del corazón, de la vida espiritual, del sentido de la maternidad. Es por eso, hijos, que Yo estoy a su lado todos los días, para enseñarles sobre la Piedad, la Compasión y la Misericordia de una Madre para Sus hijos.

Si solo observaran Mis ejemplos de amor hacia el corazón humano, tendrían mil posibilidades de imitarme, de salir del punto de decadencia en el cual se encuentran como consciencia humana.

Aquel que vive en el Amor, en la Piedad, en la Compasión y en la Misericordia de Dios ingresa en Sus Leyes y es sustentado por ellas. Su alegría ya no dependerá de los éxitos en este mundo y descubrirá, en la propia esencia, que la verdadera plenitud se encuentra en sí mismo, en la unión que guarda con Dios.

La vida material, hijos Míos, será el vehículo de transformación y de redención de todo aquello que se separó del Creador a lo largo de su existencia. La vida material será para ustedes el desafío de demostrar a la Creación la grandeza del Amor del Padre que todo convierte y todo redime, transformando la esencia más distante de la Fuente divina en una esencia colmada por el Corazón de Cristo

Muchos piensan, Mis amados, que lo que les digo es imposible e inalcanzable, pero esos temen lanzarse a descubrir el amor y rendirse, entregando el falso reinado de sus mentes al gobierno del corazón que se une al Padre.

Otros no comprenden Mis palabras, porque están tan distantes de la verdad del propio corazón y porque ignoran casi completamente la vida del espíritu, creyendo que el hecho de conocer conceptos y filosofías los acerca a la Verdad.

Lo que realmente los acerca a la Verdad, hijos, es el Amor y la Unidad, que son la vivencia de la Verdad misma. Todos los atributos de Dios Altísimo se guardan dentro de estos principios divinos: Amor y Unidad. Pero para develarlos y conocerlos, primero deben arriesgarse a vivirlos.

El primer paso de todo es la oración; después la oración practicada en el servicio y en la convivencia.

Clamen por la Misericordia, pero también sean misericordiosos.

No hay secreto en este camino, Mis amados. No necesitan temer la mudanza de los tiempos o la purificación del mundo. Concéntrense en transformar sus corazones y en volverse verdaderos instrumentos de Dios. Concéntrense en develar los misterios de sus propias esencias y en amar al prójimo como él es, esforzándose para traspasar las capas de la materia y llegar a la esencia de cada ser

Dispónganse, hijos amados, a ser verdaderos soldados de oración, los que entregan su voluntad a la Voluntad de Dios y hacen suyo el Pensamiento divino.

Los amo y quiero verlos consagrados a Mi Inmaculado Corazón, para que, por medio de sus consagración, pueda consagrar a América y fecundar, en su suelo sagrado, la nueva vida.

Hoy los renuevo, los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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