Hijos Míos:
Una vez más, los invito a vivir la simplicidad y la humildad en sus corazones. Yo los llamé hasta este lugar para demostrarles que Mi Presencia está entre las multitudes, pero también está en los hogares, entre las familias más simples y abiertas de corazón.
Yo los traje hasta aquí para colocar, en el interior de sus seres, el espíritu de la humildad y de la simplicidad, para que aprendan de este ejemplo que tienen adelante de sus corazones.
Mis amados, el mundo necesita de corazones más humildes, dispuestos a responder al llamado que viene de los Cielos; necesita de corazones simples que sean capaces de vivir la obediencia, sin que esta sea un martirio en sus vidas.
Mis queridos, en este día, les quiero dejar en sus corazones este llamado a la humildad a través de la fe, de la reverencia y de la fidelidad. Quiero invitarlos a vivir la simplicidad a través de la obediencia, una obediencia que brote del corazón por el simple acto de obedecer a la Voluntad de Dios en todas las cosas y oír con el corazón Su Llamado.
Hoy pueden no comprender lo que les pido, pero si siguen Mis Palabras, encontrarán, sin muchas dificultades, este camino a través del cual Yo los estoy guiando.
Mis amados, llegará el tiempo en el que sus corazones deberán ser plenamente fieles a la voz del corazón, que es un eco de la Voz de Dios dentro de Sus criaturas.
Para llegar a la eternidad, sin entrar por otros caminos que no los conducen a Mi Reino, deberán silenciarse y oír con atención la Voz del Señor que los guía. Ese eco no trae dudas, trae confianza y, a través de esa confianza, deberán atender al Llamado de Dios sin que sea necesario que él se repita.
Hoy, hijos Míos, Mi Voz trae el eco de Dios, repitiéndoles Su Voluntad innumerables veces; pero llegará el día en el que ese llamado ya no se repetirá, y los que puedan oírlo deberán obedecer con fidelidad y sin demora.
Mis amados, espero, a partir de Mi Corazón Inmaculado, que puedan comprender lo que hoy les pido; que la humildad y la simplicidad en las pequeñas cosas los lleven a trazar los grandes acontecimientos de sus vidas.
Yo vengo como Madre y Auxiliadora para guiar a sus corazones y a sus espíritus. Oigan Mis Palabras con amor, estudien lo que les dije a lo largo de estos años y al menos intenten practicar lo que les indico. Mi intercesión llegará a los que Me dicen sí y dan los primeros pasos para responder a Mi llamado.
Les agradezco por estar hoy Conmigo.
María, Madre y Reina de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, hoy, Me quiero despedir de ustedes, después de un año de tarea continua con todos.
Mi llamado principal es a que continúen orando todos los días y que lean Mis Palabras porque allí existen llaves de salvación.
Como Dios es Misericordioso con el mundo, vendré a visitarlos todos los fines de semana y Me encontrarán también en las fechas que Yo ya les he indicado, en las que podrán presenciar de nuevo a Mi Corazón.
Cada semana, queridos hijos, será una tarea preparatoria, en la que sus corazones deberán entrar en Mi Inmaculado Corazón para escuchar a Mi Amor Materno, para sentir Mi consuelo y Mi paz; porque allí, Yo estaré con ustedes, queridos hijos, como Reina de la Paz, como Madre de todos.
Ahora, queridos hijos, sus pies deben comenzar a caminar. Sus almas ya saben el camino hacia el Redentor, pero Yo siempre los guiaré a través del Rosario, a través de cada cuenta estarán cruzando un nuevo puente, uniendo con un hilo de luz Mi Corazón y sus corazones.
Después de todo este año, queridos hijos, Yo estoy confirmando nuevamente a Mis soldados. Quiero que en ustedes nunca se pierda la esperanza y la alegría de recibirme, porque ahora Mi Corazón seguirá trabajando en todo el mundo.
Dos rayos brotan desde Mi Corazón, en este mundo: uno sobre Medjugorje, trayendo el principio de Mi Paz universal, y otro sobre América, trayendo la redención de la humanidad. Entonces, queridos hijos, la paz y la redención los prepararán para recibir a Mi Hijo.
Que sus brazos no se cansen de servir a los que más lo necesitan, porque podría suceder, queridos hijos, que algún día deban dar consuelo a algún hermano y no estarán solo con su hermano, con su prójimo, sino que estarán con Mi Hijo, con el Cristo Interior, ante Él, consolándolo por todo lo que Él ve en este mundo.
Quiero dejar, queridos hijos, todo lo mejor para ustedes. Toda Mi Obra debe ser contemplada día a día, y eso podrá ser cuando abran los oídos de sus corazones. Cada llamado que fue difundido por Mí, a lo largo de este año, ha tenido repercusiones universales que muchos conocerán en el Paraíso.
No se cansen, queridos hijos, de responder al Llamado de Dios, porque Dios les habla a través de Mi Materno Corazón. Primero, viene su Madre a preparar a Sus hijos, tomándolos de sus manos para hacerlos caminar; los hace cruzar puentes de luz hacia nuevos caminos, les hace sentir el amor del corazón, los invita a orar y a peregrinar en toda esta vida, donando a través de sus manos en servicio y caridad.
Y después de tan larga caminata, entrarán al Templo de Mi Hijo, donde verán Su Corazón, podrán adorarlo eternamente junto a los ángeles custodios y todos los seres que viven en el Reino de la Paz. Gran parte de la humanidad se encuentra en ese lugar, pero aún falta que muchos de Mis hijos crucen esos portales.
Las acciones de la vida, queridos hijos, los han llevado hacia otros estados; pero si la humanidad ora por todas esas almas, todos orarán por todos y los años de paz se aproximarán a la Tierra porque los corazones ya estarán preparados.
El camino, queridos hijos, es infinito, pero al fin de todo se encuentra la Gloria de Dios.
Como Madre, los coloco dentro de Mi Corazón Materno, les quiero hacer sentir día a día la Luz del Creador. Por eso, oro por todos ustedes constantemente, oro para que Mi Hijo pueda intervenir por todos ustedes, oro por los Reinos y oro por la salvación de esta humanidad.
Todos necesitan de la paz y del bien. Debe ser aliviado el sufrimiento, queridos hijos, porque a través de la oración, hijos Míos, sus corazones se convertirán en estrellas de Luz para recibir al Santo Espíritu, y esa será la señal de su conversión, porque así habrán comprendido Mi llamado.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En el final de este día, queridos hijos, pedí que transmitieran estas Palabras para bendecir esta nueva tarea, este nuevo ciclo de Mi Corazón en la Tierra. Es una Gracia más que Mi Corazón les da a las Américas.
Solo les pido que oren, oren y oren para comprender cómo Mi Corazón ve al mundo, para comprender cada paso que Dios los invita a dar en la Tierra.
En este ciclo, queridos hijos, muchos más de ustedes despertarán.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a cantar suavemente “Misericordia María” porque la Virgen María va a hacer una bendición especial en este nuevo ciclo de Misericordia.
Canción: “Misericordia María”.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, oremos por las almas jóvenes. Oremos por todos Mis pequeños hijos que despertarán tarde, pero que despertarán a tiempo.
Gracias por responder a Mi llamado.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mi consuelo acompaña sus caminos. Les agradezco desde el Corazón.
Canción: “Magnificat”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Como siempre, vamos a hacer un breve relato de todo lo que ha sucedido.
Antes de la Aparición, mientras estábamos orando, tuvimos la visita y la presencia de San José. Y Él nos dijo que acompañaba la misión que estamos realizando en Etiopía.
Él nos dijo que la misión ha sido muy provechosa, que muchas almas están pudiendo ser rescatadas y que esa es la tarea que Él tiene en ese sector del planeta.
Él nos dijo que era importante que hiciéramos otra misión más, en diciembre o en enero. Le preguntamos si esa misión estaría inmersa en ese movimiento planetario que esperamos que comience a fin de año. Nos dijo que sí, que era necesario que se pudiera colaborar con esas almas para que esa tarea pudiera continuar, que esa era una oferta que la Jerarquía nos hacía para que nosotros la pudiéramos acompañar.
Entonces, como siempre, dijimos sí. Así es que los misioneros estarán llegando en un par de días a Aurora, y bueno, iremos programando lo que vamos a hacer para la próxima misión.
Ahora, le voy a pasar la palabra a Fray Elías y después a la Hermana Lucía para que ellos les cuenten qué fue lo que sucedió en el marco de esta Aparición.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, la Aparición fue especialmente preparada.
Los coros celestiales traían en sus manos llamas de Luz.
Cuando íbamos orando, muy despacio, paso a paso, iban apareciendo algunas manifestaciones. También se abrían los Cielos a medida que íbamos orando. Ellos fueron preparando toda la condición para que nuestra Madre llegara aquí en este día.
Cuando nuestra Madre apareció, se manifestó totalmente vestida de blanco. Llevaba el rosario en Sus Manos, tenía un cinturón azul y Sus vestiduras y Su Manto se movían de un lado hacia el otro a medida que iba descendiendo hacia aquí.
Primero, Ella se colocó sobre el Portal de la Paz.
Cuando llegó el momento, Ella dijo: “Ahora, Me voy a aparecer a Mi hija y Me colocaré en el centro de ese Portal de la Paz”, y allí aconteció la Aparición.
Sentimos, durante la Aparición de nuestra Madre, que algo muy interno y especial fue sucediendo. Lo que se podía sentir era una unión con la Esencia de la Madre Divina y en el momento de la Aparición, sentimos que no había ninguna diferencia entre nosotros. Éramos todos Sus hijos, así nos contemplaba, y sentimos que, en ese momento, una parte de nuestras almas se presentó en la Aparición.
Hoy, Ella estaba muy resplandeciente, muy viva ante nuestros ojos, y fue muy interesante porque lo que Ella le decía a la Hermana también era escuchado; de la misma forma que le hacía gestos muy maternales, muy amorosos a nuestra hermana.
Y cuando Ella le hablaba a la Hermana Lucía, le pedía que oráramos. Una de las cosas que hoy nos dijo era que estaba teniendo un encuentro que venía desde la eternidad, que desde la eternidad venía a encontrarse con la Hermana Lucía, y la sonrisa de nuestra Madre se mantuvo todo el tiempo de la Aparición, que también fue algo que nos llamó la atención. Era algo que trasmitía paz, devoción y protección.
Y en un momento, detrás de Ella había, además de los coros celestiales, otros seres y le preguntamos: ¿De dónde vienen todos ellos? “Ellos vienen de Mi Reino de la Paz, de lo que se llama Paraíso”, dijo Ella.
Y Ella dijo: “¿Ves cómo se vive aquí, que se vive eternamente? Eso es lo que como Madre Yo aspiro a que todos Mis hijos puedan alcanzar. Si todos supieran que esto aquí es así, orarían todos los días”. Y de alguna forma Ella nos trajo un pedacito del Paraíso.
La Maternidad y el Amor que Ella nos transmitió también fueron muy fuertes hoy. Y en el momento de la Aparición, también tuvimos un diálogo muy profundo con Ella.
Al mismo tiempo, en que nuestra Madre le hablaba a la Hermana Lucía, sentíamos la energía y la presencia de una comunión interior. Sentíamos, a través de las Palabras de la Madre, cuando eran dirigidas a la Hermana Lucía y a Fray Elías, la Presencia de Cristo. Él estaba allí presente en algún lugar durante la Aparición.
También en el momento de la Aparición, en el lado derecho de nuestra Madre y del Portal apareció nuevamente San José que llevaba un bastón de pastor y tenía su Mano izquierda sobre Su Castísimo Corazón, y entre la Mano y Su Casto Corazón había lirios blancos. Era algo que San José nos estaba ofreciendo desde Su Corazón a nosotros.
Entonces, le preguntamos a nuestra Madre cómo sería esa tarea a partir de hoy. Y Ella dijo que tendríamos Apariciones juntos y también en momentos y fechas separadas.
Cuando Ella se dirigió sobre Medjugorje, nos colocó un ejemplo para que pudiéramos comprender. Ella dijo: “Mis hijos, los videntes de Medjugorje, a veces están juntos en alguna Aparición, pero también trabajan Conmigo de forma separada para difundir el Mensaje”. Ella decía que podría ser así en algún momento.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ahora, vamos a ver cómo le fue a nuestra Hermana Lucía, hoy. Cuéntenos.
La Hermana Lucía está preguntando si ella tiene que decir todo lo que le pasó, todo lo que la Madre le dijo, algunas cosas personales o solo algunas cosas.
Y hoy vamos a ver, vamos a dejarla que ella cuente todo lo que vivió, para que nosotros también veamos cómo la Madre va formando y enseñando a Sus hijos a ser Sus difusores.
Hermana Lucía de Jesús:
Antes de comenzar la Aparición, vi muchos movimientos de los ángeles trabajando en cada uno de los hermanos aquí presentes, como si varios Cielos, como dice el Fray, se fueran abriendo aquí, en frente.
En un momento, antes de la Aparición, también vino el Padre Pío hasta aquí, bien cerca de nosotros, y Él dijo que estaba acompañando esta nueva tarea; vino a avisar que también estaba acompañando esta tarea.
Madre María Shimani de Montserrat:
Queremos decirles que el Padre Pío acompaña a la Hermana desde hace mucho tiempo.
Hermana Lucía de Jesús:
Antes de aparecer Ella, Yo estaba un poco nerviosa y el Cielo comenzó a abrirse, se iba abriendo hacia arriba, encima de nosotros, como un camino. Y, en un espacio de Luz blanca, Yo vi a María sentada. Ella estaba orando en silencio. Ella llamó a una parte de mi consciencia para ir junto a Ella, y era como si Yo estuviera sentada a los Pies de Ella. Ella estaba sentada en una silla y Yo sentada en el piso.
Y, cuando Ella llegó, dijo que yo estaba viniendo con Ella desde la eternidad. Y la primera cosa que habló, fue sobre una tarea que me fue pasando para todos los días.
Primero, Ella fue diciendo varias cosas que quería de mi consciencia, lo que esperaba de esa consciencia. Y yo dije que aceptaba. Y ahí, Ella me pasó una tarea para todos los días; dijo que era en esa tarea de todos los días, en parte de la mañana, que me iba a formar para estar aquí
Ella me explicaba que uno de los motivos de haberme llamado era el despertar de las almas jóvenes; que, a través de ese impulso que me estaba dando, muchos jóvenes de América iban a despertar, aunque tarde.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bueno, con ese amor tan grande, es como nuestra Madre forma a Sus hijos.
Así comenzó con Fray Elías, ¿verdad?, todas las mañanas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Perpetuamente!
Le dijimos a nuestra Madre que le agradecíamos por este año de trabajo, porque nos haya llamado para esta tarea. Y hoy, nos hacía recordar los frutos que toda esta Obra realizó durante un año. El principal fruto que Ella nos nombró fue la devoción de Sus hijos por Ella, la esperanza y la Misericordia por algo mejor.
Quería solo decir, Madre, que recordé, cuando la hermana Lucía hablaba sobre la eternidad, que durante la oración vinieron algunas imágenes que fueron muy impactantes.
De repente, cuando estábamos orando, fuimos siendo introducidos en algunos misterios del Rosario. En unos momentos, fuimos llevados hacia algunos pasajes del Rosario. Eran imágenes que venían, una detrás de la otra, de forma consecutiva. Por ejemplo, hubo una imagen que fue sentir lo que sintió María cuando tuvo que exiliarse en Egipto y se mostraba la imagen cuando Ella iba sobre un burrito con Jesús, de más o menos 3 años. Sentimos, en ese momento, la soledad que sintió María y al mismo tiempo sentimos en esa imagen la fe que Ella trasmitía. Ella decía que confiaba en lo que había sucedido.
En otro momento, nos vimos dentro del Pesebre de Belén, y había sobre el Pesebre muchos movimientos lumínicos. De repente la imagen se acerca a un lugar donde había mucha paja.
María estaba toda envuelta por un Manto azul y José estaba a Su lado, tomándola de la Mano. Y en ese momento, aparece el Niño Jesús en los Brazos de María. Y llegó el momento en que los Reyes Magos, los Maestros Magos, entraron al Pesebre y estaba presente en esa escena la Sabiduría de Dios.
En otro momento, llegó una imagen cuando Jesús entró al Jordán. De rodillas, estaba Juan el Bautista bautizando a algunas personas, pero Jesús entraba en esa escena invisible entre las personas. Pareciera que era casi irreconocible entre las personas. Pero en un momento Él coloca Sus Pies dentro del agua, en el Río Jordán, y cuando se acerca a Juan el Bautista, Juan lo reconoce.
Y lo que vimos en esa escena representada fue la humildad de Jesús, porque Él estaba con Su Cabeza inclinada, mirando hacia el río. En el momento en que Juan lo bautiza con el agua, aparece la expansión del Corazón de Jesús con mucha Luz y todos los que estaban alrededor, mirando esa escena del Bautismo de Jesús, eran tocados por pequeños Rayos que salían del Corazón de Cristo. En ese momento, se veía como las faltas de esos hermanos eran perdonadas y eran renovados.
Hermana Lucía de Jesús:
Antes de comenzar la Aparición, vi a los tres pastorcitos de Fátima. Era como si todo el campo de Casa Redención fuera el campo de Fátima. Y como eso ya había ocurrido en una Aparición anterior, Yo les pregunté por qué sucedía eso. Y ellos respondieron que el Portal de la Paz hizo una conexión con Fátima, era como si Fátima estuviera aquí, a través de ese Portal.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Me acordé de un pedido de la Madre. Le preguntamos: “¿A la Señora le gustó este rosario?, porque los hermanos habían previsto realizar otro rosario para este lugar”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Este fue de emergencia.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Y Ella contestó lo siguiente: “Queridos hijos este rosario les trae la energía de la humildad porque con sus manos pueden construir la oración”.
- “¿La Señora quiere uno para Figueira?”.
- “Tú lo has dicho”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bueno, así que nuestros hermanos en Figueira ya saben lo que tienen que hacer.
Vamos a cantar otra vez el Himno de Medjugorje, pero ahora lo hacemos desde aquí.
Canción: “Himno de Medjugorje”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más