APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Dios decidió un propósito inexplicable para la humanidad. En Su Corazón, ese propósito está escrito y se deberá cumplir, aunque sea con pocos.

No hablo de algo material ni tampoco de algo mental, hablo de algo que viene del Espíritu de Dios, de la emanación de Su Fuente.

Por eso, he venido a la Tierra, encarné y estuve entre ustedes, les enseñé a buscar el Reino de Dios y, sobre todo, a amarlo.

Pero antes de entregarme ya sabía, desde el Huerto de Getsemaní, que este momento podría llegar, era una probabilidad.

Por eso, entregué Mi Ser por ustedes y por cada uno de sus hermanos, así como hoy entrego Mi Espíritu por cada uno de ustedes y por cada uno de sus hermanos.

Mi Corazón hace silencio ante ciertos acontecimientos, no solo aquellos que se refieren al planeta entero, sino también a todos los grupos de almas, especialmente a aquellos grupos de almas que tienen un compromiso irrefutable Conmigo.

Aún sigo contando el tiempo, aunque no lo parezca, para retornar al mundo.

Las llagas que se abren en la consciencia del planeta son cada vez más profundas y la humanidad no tiene consciencia de esto.

A medida que sucede la transición de la Tierra, las almas son llevadas a vivir su última definición, a vivir situaciones que no tenían previstas.

¿Y por qué Dios lo permitiría, si Él es perfecto y Él los ama desde que los creó, desde sus orígenes?

Dios extiende Su Mano a cada uno de Sus hijos, así como lo ha hecho a través de los tiempos y de las diferentes humanidades. Él extiende Su Mano piadosa para que la puedan tomar, para que sus consciencias se vuelvan instrumentos en Sus Manos, y así, Él pueda reescribir esta historia, la historia de la humanidad, del presente que lleva cada vez más al sufrimiento, a la desesperación, a la falta de credibilidad en Dios.

Pero si el mundo aprendiera a alabarlo y a reconocerlo, aun en los momentos difíciles e inexplicables, les llegaría una respuesta, la respuesta que tanto esperan.

Ahora vean a Dios, su Padre Eterno, aún extendiendo Sus Manos hacia ustedes, no solo con bondad, sino también con Misericordia, sosteniendo este momento para que la Ley de la Justicia no descienda sobre la humanidad, porque Él no quiere que sufran, no quiere que pierdan el camino que Él les prometió.

Por eso, Su aspiración es muy grande y no es comprendida. No es una aspiración dictada con palabras o con instrucciones, son las aspiraciones internas de Dios, a las que deben amar para poder conocer, para poder comprender algún día por qué están aquí.

Deberían preguntarse cuál es la razón de que estén en Mi Camino Crístico y no en otro camino; cuál fue el motivo que los trajo hacia Mí para vivir este momento, un momento que aún no conocen y que podría cambiar en cualquier instante.

¿Serían capaces de seguirme, a pesar de todo?

Muchas veces no se sentirán colmados por lo que están viviendo o padeciendo.

¿Acaso Yo retrocedí con lo que Dios Me había encomendado?

Los hijos del Padre nunca retroceden, avanzan, porque a pesar de cada momento, encuentran el camino de salida cuando están unidos de corazón y de espíritu a la Fuente.

Dios esperó, dentro de este siglo XXI, que todo fuera diferente, que las almas ya no aprendieran del sufrimiento, sino de la alegría de vivir y de servir, de amar la vida solo como ella es, aunque sea imperfecta.

¿Ahora comprenden cómo todo podría cambiar y ser diferente?

A veces lo que viven tal vez no lo merecerían, pero si Dios se los ofrece ¿lo rechazarían?

¿Quién sería capaz de amar más que lo que Yo amé, aun siendo imperfecto?, porque lo que tiene valor aquí es el espíritu, la morada interior de cada ser. Allí es donde se forja el guerrero, allí es donde nace el apóstol, allí está la fortaleza para siempre decir sí y no retroceder, cueste lo que cueste, signifique lo que signifique, porque al fin de todo el Corazón de Dios triunfará.

Sabemos que no son tiempos de alegrías, sino de sufrimientos. Pero, ¿qué haría cada uno de ustedes para poder cambiarlo?, sabiendo que tienen en sus manos la oportunidad de hacerlo y no reclamar.

No solo deben aprender a alabar todo lo que tienen, sino también a agradecerlo, agradecerlo día a día de corazón, con la profundidad que les pueden dar sus espíritus.

Hoy estoy aquí en Divinidad, pero también presente de Alma, para que Mi Divinidad y Mi Alma fortalezcan a los corazones, a los que se postularon para vivir el calvario de este mundo.

La cruz que pueden llevar, por ustedes mismos, no se compara con la cruz de otros hermanos del mundo entero, que llevan cruces más pesadas que las que ustedes tienen y que es una cruz sostenida en la fe y en la confianza en Dios.

Pero ustedes fueron agraciados por la Fuente. Mi propia Madre Santísima intercedió, hace muchos años, para que esto sucediera, para que no les faltara el gozo de vivir en el espíritu y la oportunidad de sacrificarse por Mí.

¿Qué precio tiene eso para sus vidas? ¿Alguna vez se lo preguntaron, compañeros?

No vengo a hacer comparaciones, sino a traerles consciencia de la situación que hoy vive la humanidad entera y el planeta. Ni siquiera los Reinos de la Naturaleza reciben lo que ustedes han recibido a través de Nuestras Palabras e impulsos espirituales, en estos últimos doce años.

¿Qué más esperan para poder ser Mis apóstoles, los que Yo necesito en el fin de los tiempos?

Miren hacia su situación interior y no solo reconozcan las imperfecciones o los errores. Tienen la capacidad de ver más allá de lo que ven, de lo que sienten o de lo que perciben. Por eso, siempre deben agradecer, porque siempre será la Gracia la que los colmará y los fortalecerá en este momento y en los tiempos que vendrán.

Yo no necesito sus vidas realizadas y perfectamente alineadas Conmigo. Necesito que Mis apóstoles perciban este momento planetario y que estén prontos para servirme en donde sea necesario y bajo cualquier situación, porque son muchas más las almas en la oscuridad que en la luz. Ustedes lo saben y ya lo pueden ver.

¿Qué puede sentir Mi Corazón después de la gran oferta que fue realizada desde el Huerto Getsemaní hasta la muerte en la Cruz?

Dios Me reveló que esta situación actual podría suceder. Y, aun así, no dudé porque sabía que sus hermanos y ustedes tenían que estar aquí en este tiempo, sobre los suelos sagrados en donde está la Jerarquía.

Pero esto no es solo por ustedes, sino por toda la humanidad. Por aquellos que no viven de la luz y solo viven de la oscuridad, que son atormentados, perseguidos y perturbados todo el tiempo.

La tarea de transmutación planetaria aumentó de una forma nunca antes vista.

Pocas son las columnas en la superficie de la Tierra que sostienen este movimiento. ¿Ustedes entrarán en este servicio sin emitir ni una palabra?

El silencio forja al guerrero de la luz, fortalece al guardián y expresa al curador. Atrae hacia sí la luz de los espejos y de esa forma está pronto para una nueva convocatoria, para un nuevo llamado.

Sus alianzas Conmigo ya fueron realizadas. Ahora es tiempo de vivir lo que vinieron a vivir, así como sus hermanos deberán vivir lo que está escrito.

Quisiera hablarles de las maravillas del Reino de Dios y de todas sus dimensiones y planos. Algunos de ustedes fueron agraciados de poder conocer algo de eso, para enriquecer sus espíritus en el conocimiento y en la gratitud. Pero la mayoría aún no lo sabe, porque está sometida por un sistema mundial del cual no consigue salir por sus propias fuerzas.

Pero el corazón que ora y el corazón que se abre encuentra la salida, no le teme a la derrota, promete con su esfuerzo el triunfo de Dios y el cumplimiento de Su Plan; no es mediocre, ni mezquino, su donación es la llave de la transformación y de la entrega, de la Comunión Conmigo.

Mis Palabras no pueden quedar solo en un papel. Hoy, más que nunca les pido, de corazón, que sus vidas se transformen en Mi Palabra, para que Yo pueda colocar sus testimonios en las Manos de Dios y Él le conceda al mundo, en este momento actual, una extraordinaria oportunidad de cura, desconocida por la ciencia y por el hombre.

El tabernáculo de Mi Corazón está abierto para que lo visiten y lo adoren, para que depositen sus esfuerzos y sus trabajos diarios, para que vivan la unidad entre ustedes, la que Yo tanto espero hace tanto tiempo; una unidad sin apariencias, sin condiciones, sin reglas, sin egoísmo, sin pesimismo.

Ustedes son la base de ese gran espejo de Mi Corazón que necesita reflejar en la Tierra los principios de la nueva vida, de la Nueva Humanidad.

Las señales del Apocalipsis se están presentando. Estén atentos y no se distraigan, porque allí hablará la Jerarquía y los acontecimientos del planeta mostrarán el momento en el cual se encuentra toda la consciencia humana.

No deberán temer a esas señales. Deberán penetrar su misterio para poder comprenderlas y aceptarlas.

Los libros de los Señores de la Ley están abiertos, preparados para comenzar a dictar el nuevo tiempo, el último destino.

Sé que ustedes ya son Mis ovejas y Yo Soy su Pastor. 

Hoy los reúno aquí para hablarles de la Verdad que deben escuchar más allá de lo que saben y entienden.

Es hora del crecimiento interior, es hora de preparar el Retorno de su Maestro y Señor, en el momento más difícil y culminante de la humanidad, en el que las señales del sufrimiento y de la agonía en el mundo mostrarán que es la hora tan esperada, momento que dejará de ser una promesa para ser una realidad. 

Yo Soy el Señor y ustedes son Mis discípulos que deben seguir un solo camino sin oscilaciones, el camino hacia Mi Espíritu.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEXTO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para la tarea planetaria que Nuestro Señor está realizando en este momento, a su pedido vamos a entonar "Adon Olam".

Invitamos a los que escuchan a colocarse de pie para acompañar a Nuestro Señor en esta tarea planetaria.

Canción: "Adon Olam".

Ustedes conocieron a un hombre frágil como Jesús, que cargó con el pesado madero de la Cruz y que siendo un ser humano, a pesar de Sus poderes divinos y cósmicos, se entregó por cada uno de ustedes para que no tuvieran que padecer y sufrir. Si hace más de dos mil años la humanidad sigue sufriendo y padeciendo, es consecuencia de sus acciones y cometidos.

El Todopoderoso encarnó en la Tierra a través de Su Hijo, para que la humanidad no tuviera que padecer nunca más.

El Todopoderoso encarnó como un hombre y como una consciencia al igual que ustedes, y redujo Sus grandiosas vibraciones de Luz para poder estar entre los seres humanos de esta Tierra.

La encarnación del Hijo de Dios y la dolorosa Pasión de Cristo significaron momentos importantes para la humanidad. A través de la encarnación del Hijo, la humanidad pudo recuperar el camino hacia su pureza original, aquella pureza original que fue pensada en el génesis del Proyecto Genético Humano. Pero también esa encarnación del Hijo de Dios puso fin a una cadena interminable de errores.

El propio Padre Eterno sabía que, por más que Él encarnara en la Tierra y trajera la consciencia del Amor Sabiduría, esa victoria no se completaría, porque habría seres humanos que dudarían de Su Presencia y Poder, y aun después de la Pasión de Cristo, eso sucedió en muchos seres humanos.

La encarnación del Hijo de Dios, a través de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, puso fin a muchos errores del pasado que, hasta ese momento de la historia de la humanidad, harían sucumbir para siempre el Proyecto Genético Humano, aunque hubieran pasado los Patriarcas y los Profetas.

Pero no todas las civilizaciones y razas se equivocaron, el adversario se encargó de poder desvirtuar algunas de esas razas que estuvieron presentes en la humanidad.

Desde los Adanes y las Evas hasta la Atlántida, la humanidad tuvo que aprender, como hasta los días de hoy, a enmendar los errores cometidos, para poder volver a alcanzar el poder de la Gracia y de la Misericordia.

Esa fue la razón principal de la encarnación del Hijo de Dios, que dio lugar y espacio para Su segunda e importante tarea, la Pasión de Cristo, que aconteció en muchos niveles y planos de consciencia, desde el espiritual cósmico hasta el plano más material y concreto.

Toda la consciencia de Dios participó en todos esos misterios y hechos, así como diferentes grupos de almas y consciencias que, por más que no estuvieron encarnadas en aquel tiempo, participaron de esos acontecimientos porque los necesitaban para poder estar presentes en los tiempos futuros como este.

Por esa razón, Cristo no solo padeció en el plano físico, sino también en el plano álmico y en el espiritual. La poderosa Pasión de Cristo, que para muchos fue una derrota, se convirtió en una victoria en los planos internos ya que, a través del poder de la oración de la Madre de Dios, así como de la oración de las santas mujeres y de algunos de los apóstoles, permitió reunir a la mayor cantidad de consciencias posibles, que en los diferentes planos de consciencia precisaban de la energía de la redención.

Cada padecimiento vivido por su Maestro y Señor, desde la noche del jueves santo en el Huerto Getsemaní hasta la muerte en el día viernes, en lo alto del Monte Calvario, fueron ofrecimientos únicos e imborrables para toda la humanidad y el planeta.

A través de esa dolorosa y profunda Pasión de su Maestro y Señor, muchas situaciones planetarias del futuro fueron contenidas, muchas generaciones futuras fueron protegidas para no vivir el desvío del Proyecto Original.

Y aunque en los días de hoy esto se ha desvirtuado completamente por la indiferencia y la omisión, muchos más se hicieron presentes a través de los tiempos y regresaron muchas veces a este mundo como servidores, siervos, discípulos y apóstoles, para estar presentes en colaboración y en servicio por la humanidad.

Ciertos grupos de almas, que alcanzaron la experiencia del Amor Crístico, se ofrecieron de forma semejante a su Maestro, para estar inmersos dentro de esta humanidad y en diferentes pueblos y naciones del mundo, a fin de dar continuidad al Proyecto Genético de Dios, el que en este tiempo y en esta hora, está viviendo su gran oportunidad de corrección.

Para que toda la historia de los errores que sucedieron, desde la muerte del Hijo de Dios hasta el presente, puedan ser enmendados por la fuerza de la devoción de todos Mis compañeros, por el poder de los que adoran el Eucarístico Cuerpo de Cristo, por los que sostienen la vida de servicio y de caridad, estamos en el tiempo y en la hora de cumplir las promesas y las aspiraciones del Único, que se presentaron a través de los arcángeles y ángeles, en el Génesis.

Por eso, la dolorosa Pasión de Cristo no solo fue un hecho o una historia que puede conocer la humanidad. Muchos planos de consciencia participaron de ese acontecimiento, por esa razón tuve que estar retirado cuarenta días en el desierto, ya que Mi aspecto más material debía prepararse para ese momento, aun durante los tres años de predicación, en los que la humanidad debería aprender a reconocer la verdad y a identificarla, para no perder el camino de la Luz y del Bien.

Por eso, la Pasión de Cristo es un hecho que nunca se borrará de la consciencia del planeta, es un hecho que siempre podrán revivir y recordar todas las veces que lo necesiten para avanzar en su proceso de purificación y redención. Porque así, en esos hechos están los códigos de luz que necesitan para alcanzar su liberación espiritual, cósmica e interior.

Con todo esto quiero decirles, compañeros, que coloquen su consciencia en la amplitud de lo que significó la dolorosa Pasión de Cristo y cómo muchas consciencias, en los planos internos, participaron de la redención de más consciencias que estaban condenadas a la perdición total.

Por eso, la Pasión fue tan dolorosa, porque debería superar a todos los planos de consciencia. Y esa Pasión, vivida por su Señor y Maestro, debería llegar con su experiencia al plano físico y al plano espiritual cósmico, en donde debería quedar registrado todo lo que sucedió, para que la humanidad aprendiera a no cometer los mismos errores, por la entrega que ella hizo del Hijo del Hombre en la Cruz.

El tiempo de la dolorosa Pasión de Cristo hoy se une a este tiempo material y a este presente, en el que toda la raza humana está ante la oportunidad de servirse de este acontecimiento, que quedó grabado en las entrañas de la Tierra por la Sangre que derramó su Maestro y Señor.

Ahora que el Armagedón ya está presente en el mundo, es cuando las consciencias deben estar más despiertas para su preparación, a fin de estar a la altura de los acontecimientos y de participar en los preparativos del Retorno de Cristo.

La Cruz del Redentor siempre los protegerá, los salvará y les traerá la fuerza interior para poder renovarlo todo.

Por eso, la Santa Cruz no se ha borrado de la memoria del planeta, porque era el árbol de Dios que entregaba sus frutos a la humanidad, a través del sacrificio del Hijo del Hombre.

Este es el tiempo de afirmarse en este legado que Yo les entregué, porque tiempos más intensos llegarán y sus consciencias no podrán vacilar. Deberán estar firmes y decididos para poder seguirme hasta el cumplimiento de lo que Yo espero de cada uno de ustedes. Esa también es la razón por la cual estoy aquí.

Hoy viven la comunión con Mi Espíritu a través del reconocimiento de la dolorosa Pasión de Jesús, de la que sus almas pueden recoger los frutos y los méritos que la preciosa Sangre de Jesús, que fue derramada, alcanzó por la humanidad. 

Ahora la humanidad ya no debe más autodestruirse, sino que debe reconstruirse de manera espiritual, mental y material, para recuperar su filiación con la Creación por medio de estos méritos divinos que Yo entrego al mundo, méritos que siempre les darán la libertad para estar en comunión con el Padre.

Hoy los ungiré a ustedes para poder ungir a la humanidad, así como las santas mujeres ungieron todo Mi Cuerpo preparando Mi sepulcro, el que después de tres días demostraría al mundo el poder de la Resurrección.

A través de esta unción que hoy les ofreceré, también ungiré al mundo entero. Les entregaré el poder de la Resurrección espiritual para los tiempos definitivos que llegarán y por medio de esta unción, que Mis santas mujeres hoy harán en ustedes, recordarán que siempre podrán sentirse ungidos por la gloriosa Presencia de su Maestro y Señor.

Esta unción viene a cicatrizar heridas espirituales de la humanidad, heridas mentales y materiales, para que todo pueda ser regenerado y la esperada preparación comience para el surgimiento de una nueva humanidad, libre de la indiferencia y afirmada en el Amor, en el Amor de Dios.

Traeremos aquí cuatro potes de unción para que el Señor los pueda consagrar, así como Él también consagrará todas las cruces que hoy hemos traído para afirmar nuestro compromiso con Él y Su unión eterna con cada una de las almas.

Por eso, desde donde estamos, ofreceremos nuestra cruz, para que nuestra cruz sea aliviada y la cruz de la humanidad sea aliviada de la enfermedad, de las guerras, de la persecución, de las crisis políticas y humanitarias, de la indiferencia, de la falta de amor, de la impunidad y de la maldad que muchas almas practican por ser ignorantes del Amor de Dios.

Por esa causa y motivo ofreceremos nuestras cruces, para que el mundo alcance la cura y la paz. Amén.

"Santifica, Señor, la cruz que les has dado a cada uno de Tus hijos, para que ella no sea un peso ni una agonía, sino una constante perseverancia del triunfo de Tu Amor a través de la transformación y de la redención".

“Deposita sobre estas cruces, a través de Tu Gracia y Misericordia, los méritos que Tu Hijo alcanzó desde el Huerto Getsemaní hasta lo alto del Monte Calvario, para que las almas puedan sentir fortaleza en estos tiempos, para que cualquier miedo sea disuelto, y Tus criaturas sean colmadas por la abundante confianza de Tu misericordioso Corazón. Y de esa forma, así como hoy bendices y unges estas cruces con Tu Espíritu, bendice y unge, Padre amado, a cada una de sus familias y seres queridos, para que la gran red de Tu Misericordia y de Tu Paz esté unida y viva en los corazones de los que creen en Mi Retorno a la humanidad. Amén”.

Elevemos nuestras cruces para que el Señor las bendiga, a través de la Luz poderosa de Sus Llagas. Podemos llevar nuestras cruces hacia el corazón.

Ahora pasaremos a la bendición del aceite, de los cuatro aceites que Nuestro Señor nos pidió y que representan a las cuatro principales razas del planeta: las razas de América, las razas de África, las razas de Europa y las razas de Asia y Oceanía.

Nos abrimos para esta unción espiritual y para esta unción material, que recibiremos a través de las Madres de Cristo, en nombre de la humanidad y de este Proyecto Genético, que deberá cumplirse a través de todos los autoconvocados.

A través de la unción, que cada uno de nosotros recibirá en este momento, también se estará permitiendo que todos los que están detrás de nosotros en el camino espiritual y esperan ingresar en esta corriente y Obra de Amor de Cristo, puedan tener la oportunidad de ser partícipes de la presencia de la Jerarquía Divina.

Así que, cuando seamos ungidos en este momento, tengamos presente a todos los que están detrás de cada uno de nosotros y esperan por su despertar y redención, así como a través de los tiempos somos redimidos y ungidos por el Amor espiritual de Cristo.

Madre María Shimani y fray Joaquín.

Madre María del Salvador y fray Luciano.

Madre María Getsemaní y fray Ariel.

Madre Zorobabel y fray Gabriel Pío.

Y antes de comenzar con esta unción, que intentará traer la cura espiritual para la humanidad a través de las cuatro razas representadas en nuestro planeta, cada uno de nosotros, aun no estando aquí presentes, en este lugar o en este Centro Mariano, realizaremos nuestra oferta interna a través de un minuto de silencio, para que la paz y la cura se alcancen en la humanidad.

Hacemos nuestra oferta en silencio; y hacemos esta oferta, a pedido de Cristo, por todos los que murieron por la actual pandemia. Pedimos por cura, Misericordia y perdón. Realizamos nuestra oferta por esas almas.

Elevo sus intenciones al Cielo para que el Padre Celestial las contemple en Su Fuente. Que esta unción espiritual e interna traiga todos los frutos que necesita la humanidad en este tiempo 

Por los que han padecido injustamente, que el Padre tenga Misericordia.

Por los que sufren injustamente, que el Padre tenga Misericordia.

Por los que padecen la enfermedad, la desolación o la muerte solitaria, que el Padre tenga Misericordia.

Por los más pequeños e inocentes, por los que son traficados, explotados y vendidos, que el Padre tenga Misericordia.

Por todos los niños no nacidos, que son millones en el mundo, que el Padre tenga Misericordia.

Que la paz, la renovación y la fe despierten en todos los corazones.

Que así sea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y así despedimos a Nuestro Señor. Y por Su pedido para este Sacramento de la Unción, repetiremos la canción que escuchamos al principio de este trabajo: “El poder de la Sangre de Jesús”.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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