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Hijo:
Yo sé lo que significa dejar de ver a Jesús, porque después de Su Ascensión Yo aún permanecí en la Tierra por muchos años más, a la espera de que se cumpliera la eterna Voluntad del Padre.
Dejar de ver y de sentir a Jesús, aun siendo Mi Hijo, fue una experiencia y un sentimiento de vacío imborrable para la Madre Celeste. Pero, a pesar de ese momento, Cristo siempre nos recordó que Su Amor por la humanidad era eterno, que nunca cambiaría, porque Mi Hijo venía del Padre, y del Padre viene la Fuente de Su Amor.
Ahora, con Mi Hijo termina un ciclo después de tantos años de Instrucciones y de Gracias. Comprendo, como Madre, que el momento del fin de una etapa coloca a las almas ante la posibilidad de reconocer todo lo que fue recibido, palabra por palabra, y a partir de allí, cada alma tiene la Gracia de vivir, en el próximo ciclo, todo lo que le fue enseñado.
A lo largo de los tiempos, todos los que fueron videntes de Apariciones de la Virgen o de Jesús, vivieron y atravesaron ese momento de conclusión, para que pudiera comenzar otra etapa.
Sé que no es fácil para los videntes dejar de ver al Hijo de Dios o a Su Madre Celeste, pero todo tiene un porqué, ya que Nuestros Sagrados Corazones esperan ardientemente que las almas apliquen en sus vidas el mensaje mismo. Eso permitirá ir cumpliendo el Plan y la Voluntad de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Finalmente, llegaron a uno de Mis santuarios espirituales de Luz, lugar en el que Yo le revelé al mundo la faz de la Reina de la Paz, hace más de treinta años.
Pero todavía, sigo llamando a Mis hijos al camino de la conversión, porque la conversión no es solo convertirse a Dios y a Mi Hijo. La conversión, hijos míos, es vivir y llevar adelante una nueva vida, realizando cambios notorios y transformaciones profundas en la consciencia.
Por eso, aún vengo a Medjugorje para pedirle al mundo que cambie verdaderamente. Dios espera que ese cambio también se refleje en la vida cotidiana y espiritual.
Muchos de Mis hijos ya dieron el paso, a través de Medjugorje, pero pocos alcanzaron la realización de la meta espiritual a través del impulso interior que recibieron.
Yo traje para Mis hijos la posibilidad de abrir la consciencia a la verdad y les entregué el camino de la Paz para que encontraran la puerta hacia la Verdad Suprema.
Es una alegría reunir, en los planos internos, a los diferentes videntes bajo la guarda de la Madre de Dios, porque es importante que los instrumentos reflejen y espejen lo que Dios le está pidiendo a la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Del Corazón de Dios emanan Dones y Gracias en este día para la liberación del planeta, y su Madre Celeste viene a decretar Su triunfo en este lugar, a través de la liberación y de la Paz que emanan de Mi Inmaculado Corazón.
Los Sagrados Rayos Inmateriales que provienen del Corazón del Creador hoy tocan la Tierra y sus señales se hacen visibles a través de la Naturaleza. Nada quedará como está, dentro y fuera de los hombres, y su lodo será extirpado y purificado.
Vengo como su Madre Celeste, como su Madre Universal, a preparar el camino para el nuevo despuntar de la Aurora, que en agosto próximo volverá a brillar en los corazones de los hombres y en el horizonte de la Tierra.
Vengo a unir Mi Corazón al corazón de Aurora para darle una señal al mundo, que su liberación no solo está próxima, sino que ya se inicia con Mi Presencia.
El corazón de Aurora vuelve a dar señales para que el pulsar de su vida ilumine nuevamente los abismos de este mundo. Pero para que Aurora retome su lugar, hijos Míos, es necesario que la humanidad sepa conducir los acontecimientos en unión al Corazón de la Jerarquía y que siga, paso a paso, la Voluntad que Dios emana hacia la Tierra.
El silencio de Aurora, poco a poco, le dará lugar a su verbo curador y la expansión de su luz será visible. Pero, mientras ese momento se prepara, acompañen a su Madre Celeste paso a paso, porque todo tiene su hora y su lugar.
La expansión del corazón de Aurora se dará poco a poco, para que su luz cruce los horizontes y llegue a los corazones de los hombres, a los Reinos de la Naturaleza y a lo profundo de la consciencia del planeta, liberando todo tipo de vida de la oscuridad que aún habita en este mundo.
Pero eso debe darse sin herir; su fuego debe arder, pero no herir. Su corazón se expande y toma vida, respetando las Leyes que rigen este mundo, porque así la humanidad eligió aprender.
A los que no comprenden Mis Palabras, porque no conocen la Aurora de la cual Yo les hablo, les digo que solo sientan en sus corazones su Gracia y dejen que ella se expanda, tomando el lugar que le corresponde, porque esta es la Voluntad de Dios.
Hijos Míos, su Madre Celeste, en este día viene para preparar un momento muy importante: la expansión y el retorno de la Aurora del amanecer para iluminar los corazones del mundo.
Oren Conmigo, oren para que las naciones se abran a la Voluntad de Dios; oren para que los Planes del Creador se cumplan en la Tierra; oren para que, en lo profundo de una oración verdadera, su Padre que está en los Cielos encuentre el permiso necesario para auxiliar a este mundo.
Aún hay mucho que debe suceder para que los Planes de Dios se concreten y, con Poder y Paz, su Madre Celeste viene a unir el Cetro de Dios al Cetro que rige la Aurora de Mi Corazón, para así decretar, poco a poco, su retorno y su triunfo.
Hijos amados, hoy también les vengo a entregar una Gracia especial, a través del alma amada que se ofrece todos los días para que Mi Plan se siga cumpliendo. Alma que, como Yo, unió su corazón al corazón de Aurora, para que este mundo siempre tuviera una oportunidad de ser curado.
Sepan, hijos Míos, que con la simple entrega de unos pocos Mi Corazón operará milagros en la Tierra.
Con eso les digo que no desistan de entregar sus vidas a Dios; no desistan de dar los pasos en dirección a la unión con el Corazón del Padre y, a pesar de todo lo que acontezca en el planeta, jamás pierdan la esperanza de que la cura, que proviene del corazón de Aurora, se extienda al mundo y toque toda la vida, trayendo de vuelta a lo sagrado lo que se perdió y se distorsionó por la incomprensión y por la ignorancia humana.
Yo Soy su Madre Celeste, Aquella que les muestra el camino para llegar a Cristo y, en la Tierra, les dejé una madre espiritual terrena, para que señalara al Padre junto con Mi Corazón y que, unida a Mí, obrara incansablemente por el rescate de las almas.
Únanse a esta alma madre que Yo les entregué, porque hoy les digo que, sobre ella, su Padre, que está en los Cielos, colocó Su confianza.
Por eso hoy, no solo oren para que la Aurora vuelva a amanecer; oren también por el despertar de la Unidad en toda esta obra de Amor y que los corazones sepan reconocer los instrumentos que el Padre colocó en sus caminos para que jamás se perdieran.
Todo es parte de una construcción única; escuchen Mi Voz y únanse a Mí, y así, hijos Míos, no se confundirán y podrán hacer triunfar el Corazón de Dios a través de sus vidas.
Yo los bendigo y les pido que Me acompañen, preparando con el corazón el despertar final de la Aurora del amanecer.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre Universal
Queridos hijos:
Esperé hasta este día para decirles que Mi Corazón Materno ya se encuentra palpitando espiritualmente en Centroamérica, aguardando que más almas colaboren con la concreción de los designios de su Madre Celeste.
Por esta causa Mi Consciencia Divina está reuniendo a todos los poderes de Su Gracia para derramarlos como potentísimos rayos de misericordia y redención sobre las naciones que durante el mes de noviembre Yo visitaré.
Su Santísima Madre así prepara el campo de las consciencias humanas para poder sembrar las nuevas y últimas semillas que nacerán en los jardines internos de Mi Amadísimo Hijo; aquellas que Yo vengo a sembrar y cultivar en Centroamérica para que, cuando retorne Cristo en Su Divina Gloria, Él pueda encontrar un lugar dentro de la humanidad en donde refundar Su Santa Iglesia Celestial.
Mi misión mariana con el mundo y con todas las almas es preparatoria y corredentora, es una misión que después de tanto tiempo acoge a todos los que son marginados espiritualmente y a los que, muchas veces, perdieron la oportunidad de retornar al Padre Celestial.
Queridos hijos, por eso hoy vengo para anunciar que las oraciones con los hermanos de las diferentes naciones y los videntes de la Orden continuarán por tiempo indefinido, ya que los frutos de esta tarea han colmado de alegría y gratitud a Mi Inmaculado Corazón.
Es así, queridos hijos, que esa tarea se expandirá hacia todo ser orante que cada quince días, en el mundo, quiera unirse Conmigo a esa red de oración por la paz.
Ahora para Europa, África y Asia nuevos consagrados destinarán sus vidas para ejercitar esa cadena de oración, así constituiremos una red de oración por el planeta y por la humanidad a través del Misterio del Santo Rosario.
Agradezco a todos los orantes por haber acompañado este último ciclo de preparación, ahora se abre una puerta más grande para acoger a todos.
Les agradezco por acompañarme.
Los ama y los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Así como hace más de dos mil años, las profecías se volverán a cumplir. Los libros sagrados dejarán de ser solo sagrados, para volverse vivos nuevamente, frente a los ojos de los hombres.
Hijos Míos, cuando Jesús llegó al mundo y manifestó por medio de una expresión humana las palabras de Dios y de los profetas, aquellos que en apariencia lo esperaban no quisieron verlo, porque Él llegaba para apartar de las manos de los hombres el falso poder sobre las almas y sobre los templos, los que deberían volver a ser sagrados, para que los puros de corazón y los que en verdad buscaban a Dios pudiesen encontrarlo.
Los doctores de la ley no quisieron reconocerlo; prefirieron continuar con su falso poder y humillar al Hijo de Dios que rendirse a Él y al nuevo Evangelio que Él traía. No quisieron renovar su fe con la escritura viva, porque era más fácil someter a las almas a la espera de un Mesías que nunca llegaba.
La humanidad de aquel tiempo, Mis amados, temió renovar la propia fe y completar las escrituras con lo que Jesús escribió en Su llegada al mundo. A pesar de todo, Mi Hijo derribó el poder de los hipócritas y de los arrogantes con Su humildad; porque cuando menor se hacía ante los hombres, más se colmaba de Dios y de Su Amor.
Hijos, les digo esto, porque a pesar de tantas guerras, tantas persecuciones y tanta negación, Mi Hijo reescribió la historia y dejó al mundo un nuevo Evangelio que renovó las escrituras y aproximó a las almas aún más a Dios. Ahora, de nuevo llegó la hora de cumplir Sus profecías, de volver a renovar el Evangelio de Cristo a través de la vida. Llegó el momento de ver Su retorno; porque aquellos que hace dos mil años pensaron haber aceptado Su presencia entre los hombres, están vestidos otra vez con el falso poder y han tomado para sí mismos el control sobre la fe de las almas y de los corazones. Ellos saben que Mi Hijo llegará, pero no Lo proclamarán y negarán Su Espíritu como negaron Su Cuerpo y Su Sangre hace tantos siglos.
Pero esto no impedirá que Cristo retorne al mundo y demuestre una unión y semejanza con Dios aún más profunda. Él vendrá Resplandeciente y cegará los ojos de los que pensaban que veían la luz pero que estaban en tinieblas.
Así como el profeta Juan advirtió a la humanidad para que se arrepintiera porque el Reino de Dios estaba próximo, ahora, hijos Míos, Yo les digo a través de Mis videntes, que nuevamente se arrepientan, pidan perdón y renuncien ante el Cristo crucificado, a todo falso poder que piensan que tienen entre sus manos.
¡Que todas las almas preparen sus moradas! Que las iglesias reparen sus faltas y renuncien a las acumulaciones materiales y espirituales que con tanto esmero aseguran en sus casas.
El Redentor llegará y exigirá a los que dicen ser Sus apóstoles, la vivencia de Su Evangelio. No fue Él, hijos, quien colocó sobre los Suyos, vestiduras semejantes a las de un rey. Cristo vino entre los pobres y despojó a Sus discípulos y apóstoles de todo y sobre todo de sí mismos. Sin embargo, el hombre volvió a adornarse y a llenarse de oros y de piedras, en nombre de Cristo, sin comprender por qué el Mesías vino al mundo en un pesebre y no en un palacio.
Mis amados, no les digo estas cosas para herir sus corazones, sino para que revean sus vidas. Que todos renueven sus votos ante Cristo, porque solo los simples de corazón lo reconocerán.
¿Estarán preparados, hijos Míos, para despojarse de todo en nombre del Cristo Resplandeciente y verlo reescribir los libros sagrados con enseñanzas que trascienden la existencia humana? ¿O apretarán con fuerza el oro y el falso poder en sus manos y preferirán esperar a que se destruya el templo de este mundo, para poder comprender que el Hijo de Dios retornó a la Tierra?
Santifiquen verdaderamente sus vidas. Aquel que es puro y trasparente ante Dios, no necesita temer nada; por eso, hijos, no digan que vengo a amenazarlos o a causarles temor. Yo vengo para advertir a los que están sordos y ciegos en sus vanidades y creen servir a Cristo.
Retomen la pureza de sus corazones. Oren Conmigo para que Yo les muestre la verdad y el camino. Deje que lave sus ojos y les muestre la luz, preparándolos para estar una vez más ante Mi Hijo, pero ahora en entrega y con sincera disposición para seguirlo.
Los amo y les digo todo eso para que no se pierdan. Quisiera que hasta la última alma viviente reconociese la llegada de Mi Hijo; Su Espíritu ya está entre ustedes, pero muchos lo niegan.
Les dejo Mi Paz, para que con ella reflexionen y renueven sus compromisos con Dios.
Les agradezco.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con alegría, Mi Corazón maternal y peregrino retorna a Europa para reunir en el nombre del amor y de la paz a todos Mis hijos del hemisferio norte.
De esa forma, en este tiempo se cumple lo que una vez les dije: “enviaré a los videntes en misión a cada continente”. Esto muestra, queridos hijos, que los tiempos cambiaron y que las necesidades del planeta y de la humanidad son urgentes.
Cuento con cada ser orante de este mundo para que Me ayude a concretar los planes de paz que son alterados por las artes de Mi enemigo. De todas formas, hijos amados, Vuestra Madre Celeste fortalece la vida de los que se consagraron al Plan, y esa fortaleza, que es forjada por el sacrificio y el amor, hace que el Plan se pueda cumplir por medio de todos los que Me responden.
Queridos hijos, así Yo los voy preparando para lo que llegará; el tiempo que se aproxima es desconocido por todos, y solo la oración y el servicio irrestricto a Dios permitirán que nada se pierda dentro de ustedes, sino que florezcan los Atributos de Mi Hijo, los dones que Dios espera ver disponibles al servicio de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos,
Mientras la paz es tan necesaria en el mundo, ustedes hoy están en el Reino de la Paz. Que esa paz, que es imprescindible, irradie como un sol a toda la Tierra para que al menos los más necesitados de paz encuentren consuelo.
Queridos hijos, gracias por estar cumpliendo con los pedidos de oración que Mi Inmaculado Corazón ayer les clamó. En estos tiempos de oscuridad y de mentira, los invito a ser Mis embajadores de la oración y de la paz por donde vayan, así Mi Corazón, que está lleno de Gracia y de Piedad, esperará derramar esos dones en los corazones que desesperan.
Los no creyentes ya están enfrentando su propia purificación. Yo les pido, Mis amados, que vivan la oración por el planeta y no solo por ustedes.
Muchos de Mis soldados serán depositarios del dolor que muchos viven. Muchos de Mis videntes serán receptáculos para calmar el sufrimiento que ahoga al mundo y, así, compartirán con Vuestra Madre Celeste el dolor de toda la humanidad.
Yo los invito tomar profunda consciencia sobre los tiempos decisivos que cruza la humanidad y a los cuales no les da la más mínima importancia delante de la falta de paz en el mundo.
Mis queridos hijos, la promesa es muy grande, por eso el esfuerzo será más grande para que se cumpla el Reino de Dios en los corazones que deben ingresar en la morada del Padre Celestial.
Queridos hijos, quédense a Mi lado y vivifiquen este momento, así como Mi Hijo lo vivió en la Cruz por todos ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los guía a la Verdad Suprema,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Un alma que ora con el corazón es, para Mí, predilecta, porque la llamaré intercesora entre Dios y los hombres.
Un alma que se consagra a la vida de oración es, para Mí, predilecta, porque la llamaré instrumento de Dios en el mundo, puerta de Su Misericordia para los que más la necesitan.
Un alma que busca, sedienta e incansable, la Fuente de la vida universal es, para Mí, predilecta, porque la llamaré precursora de la Nueva Raza, semilla de la Nueva Humanidad, que vivirá la paz, el perdón y la redención.
Un alma que busca la redención y camina en dirección al Infinito sin perder de vista el retorno al origen celestial es, para Mí, predilecta, porque la llamaré luz del mundo, guía de los perdidos, camino seguro, un ejemplo a seguir.
Un alma perdida que Me extiende los brazos es, para Mí, predilecta, porque representa Mi posibilidad de ayudar a muchos más; la llamaré razón de Mi venida al mundo.
Un alma pecadora que se arrepiente de corazón y busca el perdón de Dios es, para Mí, predilecta, porque le muestra al Universo que esta humanidad aún es rescatable; la llamaré esperanza divina en el corazón humano.
Un alma que no cree en Dios, que no lo busca, que no se arrepiente de sus pecados y sigue causando el mal en el mundo, también será, para Mí, predilecta, porque esa alma Me impulsará a ser incansable, y Mi Corazón no se retirará de este mundo hasta que la última de ellas sea rescatada; la llamaré Victoria de Cristo en el mundo y en el Universo, porque algún día esa victoria ocurrirá.
Mis amados, quiero con estas palabras, decirles que todas las almas de este mundo son predilectas ante Mi Corazón; cada una de ellas Me impulsará a derramar sobre la humanidad una Gracia diferente de Dios.
Con el mismo amor, perseverancia y alegría, buscaré a los que Me acompañan y a los que Me niegan todos los días, porque Mis ojos maternales saben lo que representan para Dios y solo ven, en cada alma, su origen divino.
Cuando Mis ojos contemplan al mundo, encuentran en cada ser una posibilidad de manifestación viva del Amor de Dios, así como se dio en Mi Amado Hijo Jesús, porque Dios vive dentro de cada ser, así como vive dentro de Cristo.
En este día en que desciendo al mundo para bendecir de forma especial a la humanidad, los invito a que sean Mis auxiliares en esta bendición. Mis amados, les pido que coloquen dentro de vuestros ojos Mis ojos maternales y dentro de sus corazones Mi Corazón Inmaculado y así vean a cada criatura con Mis ojos y la sientan con Mi Corazón.
Descubran la grandeza que se guarda en la esencia de cada ser y ayúdenme a despertar lo más puro de cada corazón. Ayúdenme a mostrarle a esta humanidad que un Dios Vivo desea vivir en vuestro interior y esto es para todos, incluso para los más perdidos.
En este día, Mis queridos, Dios los llama para que lo contemplen en cada ser y, de esta forma, crear una condición de unidad para que Él pueda despertar en el corazón humano y así, la Nueva Raza, plena de Dios, sea una realidad y no solo una esperanza.
Yo los amo y dejo hoy Mi bendición y Mi gratitud a Mi querido hijo, que con su esfuerzo torna posible Mi venida al mundo.
Oren hijos Míos, por todos los videntes consagrados a Mi Corazón, para que estén fortalecidos y firmes en Cristo en los tiempos que vendrán.
Que la Gracia de Dios y Su Paz estén hoy en vuestros corazones y en el mundo entero.
Yo los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como Madre y Reina de este mundo suplico, a todos Mis hijos de los Estados Unidos y del mundo entero, para que ayuden a que Mis planes de Salvación, de Gracia y de Conversión previstos para el mes de octubre se puedan cumplir.
Para eso necesito primero de vuestras oraciones, para que en segundo lugar, por el don que Dios me ha dado, Yo pueda derramar Mis Gracias sobre esa nación.
Mi Espíritu Inmaculado desea, a través de vuestra oferta, aparecer y dar un mensaje de paz y de esperanza para todos Mis hijos de Norteamérica.
Amados Míos, Mi Plan de Paz para estos tiempos es importante e inmediato. Por medio de ustedes, los que responden a Mi llamado, he sido ayudada a cumplir los designios de Dios sobre la humanidad y el mundo en estos últimos tres años. Eso ha permitido evitar las consecuencias de las leyes universales en muchos corazones y, por vuestra ayuda, ha salvado a muchas almas pecadoras y perdidas.
Como nunca Yo lo he hecho rezo por ustedes para que, siendo Mis Apóstoles del Nuevo Tiempo, continúen obrando a través del corazón y de la donación inmediata.
Mi Corazón los reúne en el Nuevo Cielo que Yo abro para el mundo, donde todos se encuentran con la Misericordia de Mi Hijo y con Su Paz, para poder sobrevivir en estos tiempos.
Estados Unidos es la primera nación dentro de Mi Proyecto Corredentor para que pronto se consagre a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso hoy vuestras velas encendidas representan, para Mí, vuestro sí al Plan de Salvación y de peregrinación; Plan que Mi Hijo me ha pedido cumplir con ustedes en América y el mundo.
África debe estar presente en vuestras oraciones; ese continente necesita recibir la Gracia que tanto espera hace tiempo. Por eso Yo debo retornar con Mi Hijo al corazón de África, para concluir la tarea que una vez los Sagrados Corazones comenzamos en Ruanda.
Para entender mejor lo que Yo les pido, los invito Mis queridos hijos, a acompañar y ayudar como soldados marianos en la misión encomendada a los videntes, en Norteamérica; de esa forma ustedes permitirán que Dios cumpla Su Humilde Voluntad por intermedio de Su Sierva Fiel.
Por todo lo que han hecho junto Conmigo, ¡Yo les agradezco!
Paz para todos.
María, Reina de las Américas
Hijos Míos:
Alabado sea siempre Nuestro Señor Jesucristo.
Mis amados, les agradezco por responder con prontitud a Mi llamado. La confianza de Mis hijos permite que Mi Corazón pueda llegar a las almas más distantes.
Cada vez que sus pequeños seres dan un paso más en el compromiso que tienen Conmigo, permiten que el Señor abra el camino para que Mi Corazón esté, más tiempo, entre ustedes.
Es por eso, hijos Míos, que les pido, día y noche, que confíen en Mis Palabras, en Mi guía; que sigan sin temor por el camino señalado por Mi Corazón, porque prontamente comprenderán hacia adonde los estoy llevando con Mis pasos de Peregrina.
La confianza en Mi Corazón los llevará a la transformación total del corazón, de la mente y del espíritu. Yo los conduzco a la redención de la vida y les enseño a ser intercesores ante Dios, como Yo lo soy por las almas.
En sus corazones, estoy formando una fortaleza de fe, para cuando Mis pies ya no puedan posarse sobre la Tierra y Mi Verbo ya no esté tan próximo a sus seres.
A través de la fe, Me encontrarán siempre en sus corazones; y esa misma fe los llevará a pedir por sus hermanos para que, hasta el último momento de sus vidas, estén luchando por la salvación de las almas más pérdidas.
Para que Mi Corazón pueda traer a los Cielos hasta la última de las almas que se encuentran en este mundo, precisaré de muchos intercesores con la llama de la devoción encendida en el corazón. Eso se construye ahora, cuando Mis pies aún se posan en la Tierra; cuando Mi Verbo, a través de Mis videntes, puede llegar directamente a sus corazones y a sus seres.
Construyan, en este tiempo, en el que viven tan próximos a Mí, la confianza plena en Mi Corazón de Madre. Confíen en Mi Presencia y en Mis Palabras, y no teman responder a Mi llamado, a donde quiera que él los lleve.
El Señor los observa y, a través de la respuesta de sus consciencias, podré intervenir, más o menos, por el mundo y por las almas. Su amor, sus oraciones y sus acciones dictan Mis pasos. Si comprendieran la importancia de estas Palabras, cambiarían el curso de sus vidas y tendrían el foco de sus corazones en Mi Corazón Inmaculado.
Les dejo esta simple reflexión para que sus seres puedan meditar sobre las acciones de la propia vida, sobre el amor que son capaces de vivir y sobre el verbo que emiten. Observen, a partir del corazón, siempre del corazón, si son capaces de dar los pasos en la transformación del ser, por la salvación de las almas, de los Reinos y del mundo.
Mi Corazón los acompaña con Amor y estará siempre al lado de sus seres.
Agradecida por escuchar Mi llamado a la confianza del corazón.
María, su Madre y Reina de la Paz.
Queridos hijos:
Se aproxima el día del aniversario de Mis mensajes diarios cuando Dios Me concedió la Gracia de guiarlos y acompañarlos.
Hijos Míos, por eso, a través de todas las instrucciones que Mi Corazón ha entregado, los invito a ejercitar nuevamente la lectura del corazón, o sea, la lectura de todos Mis mensajes desde vuestro corazón. Yo los invito a que vivan Mis mensajes, a que ustedes los practiquen de manera simple y humilde.
Queridos hijos, el inicio de los anuncios de Mis palabras diarias tuvo origen en Medjugorje, cuando Mi Corazón Materno preparó a Mis videntes para que cumplieran la tarea que se ha llevado adelante, en nombre de Dios, a lo largo de este último año de apariciones.
Hoy quiero invitarlos, unidos a Mis treinta y un años en Medjugorje, a caminar en la fe y en la conversión, porque si ustedes día a día transforman vuestros corazones, estarán transformando el abismo de la humanidad.
Queridos hijos, vuestra conversión, vuestra penitencia y vuestro ayuno ayudarán en la salvación de almas que están en faltas irreparables y, sobre todo, permitirán la llegada de la Divina Misericordia.
Cuando Yo los llamo a la conversión, a la penitencia y al ayuno, los estoy llamando a dar un poco más de parte de vuestros seres sin vivir grandes privaciones, pero sí donando desde el corazón todo aquello que se puede transformar y redimir.
Los llamo a la oración porque así vuestros corazones estarán elevándose como un ave se eleva hacia lo alto de una montaña.
Queridos hijos, que vuestros pies suban al monte de la gratitud y de la devoción para que vuestros corazones se unan a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
En Medjugorje, el día 15 de noviembre del 2011, hace ya un año, Mi voz anunciaba el surgimiento de la Obra de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Hoy es una Obra muy amplia gracias a la respuesta de Mis soldados.
Pero a todos ustedes, queridos hijos, los que Me acompañan mes a mes en Mis apariciones, les pido que auxilien y que colaboren para que esta obra corredentora, que está unida al Maestro Jesús, pueda expandirse aún más al igual que se difundió la obra de Medjugorje hace treinta y un años.
Hijos Míos, quiero decirles que toda la Obra que realiza en América del Sur la Bienaventurada Virgen María, debe ser apoyada con la pequeña colaboración de todos Mis hijos. Les pido una colaboración verdadera desde el corazón, una entrega a Dios desde vuestro ser interno, porque una obra en la Tierra acontece y se manifiesta a través de los obreros que en ella trabajan, y esos obreros necesitan de recursos para realizarla.
Así Dios cuida de Sus obreros y al mismo tiempo de la Obra.
Hijos, está todo unido por un mismo eslabón y vuestra oración ayudará para que Mi obra corredentora pueda proseguir tocando doloridos y sufridos corazones.
Queridos Míos, los invito a que Me acompañen, como Madre Peregrina, para que la Luz pueda llegar a los que niegan el Amor Misericordioso de Mi Hijo.
Obremos mediante la oración para que la Obra de Dios se cumpla en el Sur de América.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más