TRIGESIMOCUARTO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"Has de saber que, después de que tus pies atraviesen el desierto, encontrarás la puerta segura para tu redención.

Mantente en el júbilo interno de saber que ya no cargarás tus propios traumas y que siempre se te mostrará el horizonte para que todo sea curado.

Contempla, entonces, lo maravilloso que es servir a Dios y la Gracia que representa formar parte de Su Reino Celestial en la Tierra.

Por eso, deja que tu corazón sea traspasado por el Amor de Dios, por un Amor capaz de hacerte rendir a los Pies del Señor; para poder así reconocer que, más allá de toda circunstancia o experiencia dolorosa, existe algo mayor que te bendice y te purifica, así como el agua de la lluvia; que existe algo que te da la dignidad de ser Hijo o Hija de Dios, así como la Santísima Madre lo vivió en Sí misma cuando entró en el Templo".

Cristo Jesús

 

 

 

QUINTO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"No le temas a la oscura noche del desierto, Mi Eterna Luz te guiará paso a paso.

No les prestes atención a las tentaciones ni a las pruebas, más bien ríndete a Mí, y así te librarás de ti mismo para siempre.

Recuerda que las únicas víctimas son los inocentes. Recapacita".

Cristo Jesús

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

Yo vendré como el Fuego más ardiente de todos los fuegos, pero nadie se quemará ante Mi Presencia, sino que el espíritu se encenderá en Mi Fuego Divino y Cósmico.

Este Fuego que descenderá del universo vendrá a renovar a todas las consciencias, vendrá a renovar a todas las formas, redimirá a las leyes del planeta y traerá la Luz del entendimiento y de la sabiduría.

En esa hora, cuando todo parezca perdido, Yo retornaré, les extenderé Mi Mano a ustedes y les ofreceré Mi Corazón, así como lo hice con Mis apóstoles después de Mi Resurrección.

Reapareceré en el mundo de formas nunca antes vistas y todo lo que siempre ha parecido desconocido, pasará a ser conocido y los misterios se develarán. Los sellos finalmente se abrirán con el descenso del Hijo de Dios entre los planos y dimensiones.

Y así, el Soplo del Espíritu de Dios descenderá con toda Su fuerza y poder, retirará del planeta a las fuerzas del mal. Los ángeles reconstruirán el éter de la Tierra, que en este tiempo está rasgado e invadido, pero las lanzas de todos los ángeles del Cielo restablecerán las corrientes ígneas de este universo, y de esto participarán el sistema solar y este planeta.

Las grandes fuerzas cósmicas, que impulsaron la creación del universo material, participarán de este acontecimiento del Retorno de Cristo y todo lo que fue escrito en la Biblia se cumplirá.

Aquellos que están destinados a recibir al Señor, en Su Retorno, lo vivirán. Aquellos que han partido de este mundo y aquellos que ya no estarán en el futuro también presenciarán la venida de Cristo desde los planos del Reino Celestial.

Así, se restablecerá la comunicación divina entre el Cielo y la Tierra porque, en ese tiempo que no está tan lejos, las armas y las guerras ya no funcionarán; porque no habrá fuerzas ocultas que las estimulen o las impulsen, ya que el Gobierno Espiritual de Dios descenderá y aquellos que fueron predestinados a formar los 144 000 se presentarán; y muchos más podrían sumarse a este acontecimiento si a tiempo se convierten al Señor y se redimen.

Felices serán aquellos que perseverarán hasta el final de los tiempos, porque atravesarán los obstáculos de la decadencia y de la inercia humana. Con la victoria de Mi Luz y el poder de Mi Amor, los escogidos sabrán atravesar los abismos y las tribulaciones, y no habrá nada ni nadie que los detendrá porque guardarán el gran secreto de Cristo, aquel último secreto que se revelará a los consecuentes y a todos los puros de corazón.

Ese secreto, que es invencible e inextinguible, ampliará el campo de la consciencia humana y mental, y todos los seres en la superficie de la Tierra, que hayan servido sinceramente a Cristo, vivirán la reconexión con la Leyes Divinas.

Y, como fue en los tiempos pasados del sagrado pueblo de Israel, los ángeles del Señor anunciarán la llegada del Mesías, ahora la llegada del Gran Gobernante del Universo.

No habrá fuerza oculta o contraria que se pueda resistir a Mi llegada, porque cuando atraviese el éter del planeta todo comenzará a suceder. Las puertas del universo se abrirán y no serán ocultadas. Los elementos de la naturaleza acompañarán ese gran acontecimiento, así como los elementos del planeta acompañaron a la Sagrada Familia de Nazaret.

No quedará piedra sobre piedra y esto se cumplirá. Por eso, vivan a tiempo el arrepentimiento verdadero, de corazón, y abran sus corazones para ser un receptáculo vivo del Legado de Cristo, porque lo necesitarán en el final de estos tiempos.

En todas las mentes que hayan creído en la Divinidad del Señor no habrá duda, cuestionamiento ni crítica. Las Leyes Universales serán comprendidas a través de las esencias y así podrán decodificar los impulsos que Yo le enviaré al mundo.

No estoy hablando de misterios inexplicables, no estoy hablando de nuevas filosofías o de otras ramas espirituales; estoy hablando del único impulso que Yo emanaré desde el Corazón de Andrómeda antes de Mi partida a la Tierra.

Y así se emitirán Tres Llamadas contundentes a todos los servidores que hayan seguido a Cristo hasta el final de los tiempos y que, sin verme ni reconocerme, habrán creído en Mi Presencia Inmaterial.

La Primera Llamada, que le emanaré al mundo, será la Llamada Preparatoria, momento en el cual todos los corazones y vidas deberán estar prontos, a pesar de los acontecimientos que se verán en la faz de la Tierra, a pesar de los fenómenos climáticos o cósmicos, aun con el reaparecimiento de grandes consciencias del universo en toda la órbita del planeta.

Esa Llamada será inconfundible, profunda y clara; será la Llamada de que deberán tener todas sus cosas materiales prontas. No les hablo de los bienes que los atan a este mundo, les hablo de que su vida material y física deberá estar alineada Conmigo, así como también la de sus familias.

La Segunda Llamada que Yo le emanaré al mundo, será la Llamada de Mi Reaproximación.

Los ángeles de la guarda tendrán la tarea de hacer esta Llamada por medio de sueños, experiencias o incluso materializaciones. Las Fuerzas Cósmicas del universo se presentarán y, a través de la Llamada de Mi Reaproximación, los corazones ya sabrán que solo faltará una última Llamada, que será la Llamada de Mi Voz.

Le hablaré a los corazones en lo más profundo de la esencia. Así como muchos de ustedes ya Me escucharon una vez en Tierra Santa, Me volverán a escuchar claramente y Me reconocerán; pero estén atentos para no confundirse con los falsos cristos.

No hay nadie en esta superficie que tenga más poder que el Hijo de Dios, porque Dios le da poder a quien Él lo determine. Por eso, Mi Presencia y Mi Llamada serán inconfundibles.

Muchos escucharán Mi Llamada interior, otros Me verán en los planos internos y otros Me verán cara a cara por un único instante y por un único momento, y ese será el momento de Mi Retorno, cuando reorganizaré a este planeta de adentro hacia afuera.

Será el momento de la gran rendición de toda la humanidad. Llamaré a todas las religiones para que finalmente sean una, en Cristo y por Cristo, y ya no será necesario vivir varios caminos espirituales porque todo quedará muy claro.

Pero esto no será lo último, compañeros. Existirá la Cuarta Llamada, que será la Llamada de la Madre de Dios, cuando también reaparecerá en el mundo.

Así como en el tiempo pasado la vieron ascender a los Cielos, en cuerpo y alma; así también la Divina Madre del Mundo descenderá de los Cielos, en cuerpo y alma. Pero, revelará Su Faz absolutamente transfigurada y cósmica junto a tres grandes Padres Creadores: Gabriel, Miguel y Rafael.

Traerá, junto a ellos, el Cetro de la Voluntad de Dios, esa gran herramienta cósmica que descenderá del universo al planeta, y será visible para poner fin a todo mal y a toda dualidad.

En este tiempo, que no está muy lejos, resucitarán los muertos y las Leyes que fueron profesadas al pueblo de Israel se cumplirán.

Muchos tendrán la Gracia de reencontrar a aquellos que perdieron por su muerte, la vida mortal pasará a ser vida inmortal. Será el nuevo comienzo de la humanidad y aquel Proyecto que fue pensado en el origen de Adán y Eva se retomará.

Todo esto será llevado adelante a través del Fuego del Amor Crístico. Por eso, en estos últimos tiempos fueron preparados. Y, a través de estos últimos encuentros Conmigo, están siendo preparados.

Díganle al mundo que ya estoy volviendo y que no falta mucho. Les vuelvo a repetir que nadie podrá detener ese acontecimiento universal, porque ya está escrito.

El Maestro y Señor del universo, el conocido Jesús de Nazaret, se reencontrará con cada uno de Sus compañeros, les dará el abrazo que tanto esperan, recibirán el Amor que tanto buscan y en esa hora comprenderán quiénes son verdaderamente.

Alegren sus corazones y espérenme con esperanza.

Estamos en el último tiempo de la tribulación, pero la Aurora volverá a nacer en el horizonte y ya no podrá ser sepultada por nadie.

¡Ay de aquellos que no han creído en lo que ha pasado aquí, en este país!

¡Ay de aquellos que cerraron su corazón a Mi Mensaje y a Mi Palabra!

La Tierra se limpiará a sí misma, como lo está haciendo en este momento.

Recen por los pecadores y por los que no se convirtieron. Recen por Mi Iglesia extendida en toda la Tierra, para que ya no sea difamada, para que cumpla la gran promesa del Señor y así formen el gran Cuerpo Místico de Cristo en la Tierra.

Sean chispas de Mi Amor en el mundo, ya no sean oscuridad. Beban de Mi Luz y sean Luz. Reciban Mi Gracia y sean consecuentes.

Es todo lo que hoy quería decirles, de corazón.

Sigan siendo valientes para escuchar la Palabra de Dios, porque ya es la última, antes de que todo suceda.

Celebremos este momento. Comulguemos de este Mensaje por medio del Sagrado Sacramento de la Eucaristía, para que más almas en el mundo también puedan prepararse para Mi Retorno al mundo, tan esperado.

Cuento con ustedes hasta el final.

Y así, Yo los bendigo y los absuelvo, bajo el poder de la Santísima y Divina Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los esperaré aquí en el mes de enero del próximo año, para cerrar esta misión, a través de este Centro Mariano.

Déjense consumir por el Fuego de Aurora, no les hará mal.
 

Vigilias de Oración
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para poder llegar hasta aquí, tuve que recorrer los umbrales más oscuros del planeta, y sé que ustedes, hijos Míos, no saben lo que esto significa; pero todo esto es posible a través de la oración de Mis hijos, a través de la esperanza de cada corazón que clama a Dios.

Esto, Me permite interceder y pedirle a Dios una oportunidad para Mis hijos; aunque esta Gracia, en este momento, no sea merecida.

Hoy, Mi silencio habla más que las palabras y es necesario en estos tiempos, hijos Míos, que se sumerjan en el Silencio de Dios para sentir lo que Él siente, para vivir lo que Él vive, para ver lo que Él ve con Sus propios Ojos.

Por eso, Él Me envía una vez más. Él Me envía como Su Mensajera, pero también como Su Portavoz, para recordarle al mundo que detenga las armas, que abandone las ideas propias de la guerra, de una conquista de las naciones del mundo que nunca sucederá.

¡Ay de aquellos que no le temen a Dios!

¡Ay de aquellos que desafían Sus Leyes y Su Voluntad!

Por eso, todos Mis hijos deberán seguir rezando fervorosamente, así como los ángeles rezan de forma perpetua con sus rostros en el suelo. Es la forma por la que Dios le concederá a la humanidad una oportunidad.

Las armas desafían la Ley. Los hombres no conocen la Creación ni tampoco saben de dónde provienen, no pueden usurpar el misterio, porque aún el misterio no fue revelado. Cristo es el propio Misterio, que se revelará a todos a través de Su Retorno.

Así como los Libros, se abrirán los sellos; así, Cristo revelará Su verdadera Faz y no habrá quién la pueda ocultar; porque Él vendrá en el momento más culminante del planeta y ese momento ya está muy cerca, más cerca de lo que parece.

En estos dieciséis años que han estado Conmigo, momento tras momento, paso tras paso, hemos construido juntos una fortaleza espiritual que ni siquiera la Iglesia de Cristo en la Tierra la ha alcanzado.

Por eso, también deben rezar por aquellos que no consiguieron responderle a Mi Hijo; porque el camino de los Nuevos Cristos es un camino desconocido para todos, pero no es un camino imposible, es un camino de desafíos y de trascendencias. Es ese Camino de Cristo, Nuestro Señor, que los convertirá en Sus apóstoles de verdad, sin ilusiones y sin expectativas propias.

Eso es lo que Mi Hijo necesita en este momento para terminar de concretar Su Retorno. Así como Él los llamó a ustedes, Él llamó a toda la Iglesia extendida en la Tierra para que lo representara como la Luz del mundo, aquella Luz invencible que muchos buscarían en el fin de estos tiempos; porque en esencia es la Luz de la Jerarquía, es una Luz que nunca cambia, es una Luz que nunca desaparece, porque es parte de la Luz Eterna.

Es en lo más profundo de cada ser en donde Cristo comenzará a concretar Su Retorno, y así como los primeros apóstoles y seguidores y seguidoras del Señor deberán dar la vida por el mundo, si así lo aceptan.

El camino crístico no es un abismo entre ustedes y el Cielo. El camino crístico es un puente para todos los que quieran ser consecuentes con Él, y estar junto a Él donde Él lo necesite y cuando lo necesite. La decisión solo está dentro de ustedes, y en ningún otro lugar.

Dejen que el Amor de Mi Hijo los arrebate, que Él los convierta en lo que tanto espera en estos tiempos. Porque así, Sus nuevos apóstoles estarán en lugares del mundo que nunca habían pensado, estarán preparando a las multitudes y a los pueblos para Su llegada. Y esto no será con grandiosas obras, sino con ejemplos verdaderos y simples que moverán a los corazones al cambio.

Yo vengo como la Madre que prepara ese momento, porque Él Me lo ha pedido y Yo Soy Su Esclava, Soy la Esclava del Señor porque se ha hecho en Mí Su Palabra.

¿Los que son llamados a ser los últimos apóstoles de los últimos días, han decidido que la Palabra de Dios se haga en ustedes?

He visto con Mis propios Ojos, con los Ojos de la Madre de Dios, que en muchos se ha hecho la Palabra de Dios, a pesar de las tribulaciones y de las pruebas.

Por eso, a pesar de este mundo aterrador, a pesar de lo que vean a su alrededor, colóquense disponibles. Ya no se escondan de Dios, vayan al encuentro del Padre Eterno y les aseguro que serán felices, serán libres, así como Yo lo fui al escuchar el llamado del Arcángel Gabriel.

No se olviden, Mis hijos, de que Yo Soy una más con ustedes. Soy la Virgen Madre, la Rosa de la Paz, la Consoladora y Abogada de los que sufren y de los que claman.

No se desesperen, no se angustien. Ya no miren la oscuridad, miren hacia la Luz que Cristo les ha dejado adentro. Así, encontrarán la fuerza como Yo la encontré al ver a Mi Hijo clavado en la Cruz, entregando por todos lo más grande que tenía en Mi vida, así como muchos de ustedes, y muchos de sus hermanos del mundo que sirven a Cristo, han entregado sus familias y lo más preciado que tienen por responder al llamado desconocido de Cristo.

Pero los Ojos de Jesús, de Mi Amadísimo Hijo, están sobre sus seres queridos. Él mismo los cuida, Él mismo los protege con Su Manto; así como Él intenta todos los días, aunque sea Rey, proteger sus pasos, los pasos de los que dicen ser Sus apóstoles.

Solo les aconsejo algo, Mis amados hijos, que se rindan a los Pies de Jesús, así como Santa María Magdalena se rindió a Sus Pies y, con sus propias lágrimas, lavó los Pies del Señor, porque era un alma que le pedía rendición.

¿Qué habrá significado este gesto para Jesús?

¿Qué habrá significado para Mi Hijo que la Santísima y Humilde Esclava de Dios besara los Pies de Jesús en lo alto del Monte Calvario?

Pero Él, en Su mayor agonía y padecimiento, renunció por Mí y por cada uno de ustedes, cuando antes de morir Él Me dijo: “Madre, he aquí Tu hijo; hijo, he aquí tu Madre”. Y hoy, Yo como su Madre, la Madre de todos, estoy cumpliendo esa promesa.

¿Se han dado cuenta, Mis hijos, qué significa para Mí que ustedes y sus hermanos y hermanas del mundo caminen al lado de María y que su Virgen Madre camine al lado de Sus hijos, pacientemente, esperando el paso de cada uno de ustedes?

No hay nada más maravilloso en este mundo que el Reino de los Cielos, en donde los ángeles, elementales y devas, las grandes potencias creadoras del universo, se reúnen para adorar y alabar el Nombre de Dios.

Y, aunque Mi Corazón está lastimado por lo que ve de este mundo enloquecido, cuando Yo puedo descender del Cielo, como en este día, Mi Corazón se conforta, Mi vida se anima por todos los que Me aman, porque el amor no se queda Conmigo, el amor va directo al Corazón de Dios.

Y Él, así, abriendo Sus Brazos y extendiendo Sus Manos sobre el mundo, derrama Sus amorosos Rayos de Piedad y Misericordia, renovando a través de los últimos Cristos a toda la faz de la Tierra, especialmente, a través de aquellos que anónimamente sirven a Dios.

Ahora le hablaré a cada uno.

Hijo Mío, hija Mía, ¿por qué sufres? ¿No estoy Yo aquí? Y, a través de Mí, ¿crees que vives en Dios, así como Mi Hijo vive a través de Sus hijos, de todos Sus compañeros?

Decídete, libérate de tu propio peso y confía, porque hay algo maravilloso para ti, que Dios escribió en el universo con Su propia Mano.

Entrega todo lo que tienes, entrega todo lo que eres, y te aseguro que no te arrepentirás. Porque, a pesar de los desiertos o de la angustia, Mi Hijo todo lo renueva; así como Su Sangre y Su Agua, que brotaron de Su lastimado Corazón en lo alto de la Cruz, renovaron al mundo entero.

Deja que tu alma guíe la barca de tu vida. No le temas al naufragio, no le temas a las derrotas, afírmate en la esperanza de Mi Corazón Misericordioso y del Corazón Misericordioso de Mi Hijo.

Consagra tu vida a San José y Él te guiará a través de Su Mano para que descubras la grandiosa Voluntad de Dios, que te hará libre para siempre, rompiendo los grilletes de la ilusión, rompiendo las cadenas de la inercia y abriendo los portales al gran encuentro, al encuentro de tu espíritu con el Espíritu de Dios.

Yo les agradezco por tener la valentía, todos los días, aunque no sepan cómo hacerlo, de seguir las Huellas de Luz de Mi Hijo. Y les agradezco a todos los que oran por la paz, porque es muy urgente en este momento, especialmente la paz en los corazones que ya no la tienen.

Nunca, pero nunca, se olviden de ser agradecidos, así aliviarán al Corazón de Dios de tantas ingratitudes.

Sean guardianes de los Tesoros de Dios. Sean celadores de Nuestros Mensajes y, sin que lo perciban, en el gran día prometido, la Palabra de Dios se cumplirá en ustedes, así como se cumplió en la Esclava del Señor.

Ahora, volvamos a cantar a la Señora de Kibeho, la Madre del Verbo y de la Palabra, la Madre de África. Cantemos por el herido pueblo africano, sometido por la guerra, perseguido por su fe, condenado por los sistemas del mundo enfermo, por el hambre de cuerpo y de espíritu.

Clamen, a través de la Señora de Kibeho y por medio de esta canción, por Mi amada África. Y recemos, desde ahora, para que Nuestros Sagrados Corazones vuelvan a África el año que viene. ¿Están prontos para este desafío?

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En la Luz de Cristo, los bendigo para que la paz esté en ustedes y en todas las naciones, especialmente en las naciones que más la necesitan.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los amo, mucho más que lo que ustedes pueden imaginar.

Aférrense a Mi fortaleza espiritual y siempre verán la Luz de Cristo en el horizonte. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y ahora, vamos a cantar esta canción a la Señora de Kibeho, respondiendo al pedido de la Santísima Madre, para que las Gracias del Corazón Inmaculado de María se derramen sobre África y el mundo. Y, especialmente, para que el Manto de Luz de la Madre de Dios guarde y proteja a los niños, jóvenes y adolescentes de toda África, y la Madre de Dios les otorgue la Gracia del alivio y de la esperanza.


Canción: "Our Lady of Kibeho".


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Queremos terminar esta Vigilia de Oración haciendo un relato, a pedido de nuestra Madre Divina.

Vamos a intentar repetir todo lo que pasó, sin perder una palabra, porque hoy la aproximación y la Presencia de María fueron muy fuertes.

Lo primero que quería decir, antes de olvidarme, es que esta Vigilia de Oración Ella la sintió verdadera, muy sincera y muy honesta por parte de cada uno.

Cuando Ella llegó, nos preguntó si nosotros como Obra, como peregrinos, como orantes, estaremos dispuestos a acompañar a María los días 24, a través de este formato de Vigilia de Oración; porque Ella nos dijo que, con todo lo que está atravesando la humanidad y el planeta, lo único que en este momento nuestra Madre tiene para ofrecerle a Dios son nuestras oraciones, que nos reunamos como grupo y como almas en oración junto con Ella.

Y siento que todos internamente estamos dando ese sí, para que a partir de hoy retomemos este formato de Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, para que podamos, junto con María, fortalecer esta escuela de oración que Ella nos ha enseñado y, especialmente, podamos orar por todas las causas urgentes, respondiendo a Su pedido.

Hoy, cuando la Madre Divina llegó, como siempre lo hace, atravesando los portales de los Cielos de forma gradual, Ella nos llevó como consciencias a los lugares de los abismos más oscuros del planeta, que son abismos espirituales que no se ven con los ojos físicos.

Y Ella realizó ese movimiento y presentó esa situación como los presentó en el tercer secreto de Fátima. La Virgen Madre atravesaba una ciudad completamente destruida por la guerra y por las armas, se escuchaban gritos de sufrimiento y de dolor, había personas a las que les faltaban piernas, brazos.

Ella era la única Luz que allí brillaba, y esa Luz brillaba a través de Ella por nuestras oraciones de este día. Ella recogía cada cuenta de oración de esta Vigilia y también todas las oraciones que hemos hecho en estos dieciséis años de Apariciones para ofrecérselas a Dios como un acto de expiación y de misericordia.

En mi caso personal, realmente, yo quedé muy impactado por lo que vi. Pensé que no iba a poder continuar con la tarea. Y cuando Nuestra Madre lo percibió, Ella recogió esa escena y trajo el Cielo.

A medida que hablaba, Ella se iba acercado a cada uno de nosotros. Podría decir que hoy Ella estuvo tan cerca como nunca antes lo estuvo.

Y Ella, no solo espiritualmente levantaba al planeta de donde está en este momento, a la humanidad, a los pueblos, a las naciones que están sufriendo, sino que también Ella nos levantaba a cada uno de nosotros.

Y Su Amor, ese Amor puro de María, inconfundible, iba transformando las miserias del mundo y nuestras propias miserias. Y Su Amor en una forma de Luz, que emanaba de Su Corazón Inmaculado, iba ingresando en aquellos espacios de nuestra memoria celular y espiritual, donde hay muchas marcas, donde hay muchos miedos.

Ella lo que hacía era animarnos, y con Su Amor nos envolvía y nos transformaba en algo nuevo, nos separaba de esa oscuridad, que a veces atravesamos, y así lo fue haciendo también con el planeta.

Hoy, Ella era como una Gran Peregrina y Servidora, y Sus Ojos lo podían ver todo; nos veía a nosotros tal cual somos, no con juicio, no con condenación. Era fuerte ver la Mirada de Ella, porque era de un Amor que no es de este planeta. Ella emanaba ese Amor de Dios e iba cerrando así muchas puertas en nosotros y en el mundo. Y Su Verbo, que era el Verbo de Dios, construía nuevos puentes internos para cada uno de nosotros, para que nos animáramos a atravesar esos puentes, en estos tiempos, hacia esa esperanza que Ella hoy nos traía espiritualmente.

Luego, Ella hizo una tarea espiritual importante con África. Allí, volvió a presentar un escenario durísimo, que eran los niños muriendo por la desnutrición y las madres, de esos niños, desesperadas. María alimentaba a esas madres con Su fortaleza espiritual, aliviaba el corazón de esas madres y también la Madre Divina iba recogiendo en Sus Brazos a todos los niños.

En síntesis, eso fue lo que pasó. Muchas otras situaciones se presentaron durante la Aparición, pero la mejor forma de recordarlas es rever este momento que vivimos con la Madre Divina.
Así que nos queda este compromiso, a partir de hoy, de orar juntos en estas Vigilias de Oración por la Paz en las Naciones todos los días 24. Los días 12 de cada mes también habrá Vigilia de Oración, así como lo instauró Nuestra Señora hace tantos años; pero el día 12 de cada mes, María quiere que Sus hijos sigan orando, así como lo hacen todos los días 12.

Vamos a agradecer una vez más y a llevar las Palabras de María al corazón.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Hoy les traigo el Relicario de Mi Corazón, Relicario espiritual y divino que guarda en sí el camino que recorrí desde que surgí como esencia del Corazón de Dios.

Que este Sagrado Relicario sea para ustedes como una puerta, una entrada al Reino Celestial a través de la humildad, de la rendición, de la entrega y, sobre todo, hijos, de la renuncia, don que los eleva y los aproxima a Dios, como aproximó Mi Corazón a lo largo de todos los tiempos.

Contemplen hoy, en su interior, el Relicario de Mi Corazón, no solo para mirarlo, sino para ingresar en él, para descubrir lo que se guarda más allá de ese Corazón humilde, que llega al mundo solo para ser un puente.

Cierren los ojos y vean delante de ustedes un Corazón que pulsa dentro de un Relicario de madera, que significa la humildad de Aquel que fue moldeado por el Creador a lo largo de todos los tiempos.

Vean como ese Corazón se abre en una gran luz que los abraza, los envuelve y los lleva a una nueva realidad. Crucen esa luz, encuentren más allá de ella el infinito.

Permítanse, por un instante, vivir como esencias y no como seres humanos, dejen que sus esencias sientan y vivan esa experiencia.

Permitan que su cuerpo se disuelva, por un instante, en el infinito de este Universo Celestial; ahí contemplen las estrellas, las galaxias, los soles, los universos y permítanse ir más allá.

Hay una gran Luz, hay una Fuente perfecta que, como un imán, los llama a retornar. Siéntanse atraídos por ella e ingresen en ella. Sientan esa Luz blanca, brillante, que pulsa en un silencio profundo que envuelve toda la Creación, un silencio más poderoso que todos los verbos y que todos los sonidos. De ese silencio surgen los sonidos, de esa Fuente surge el Verbo. Permítanse estar en el Corazón de Dios.

Dentro de esa gran Luz, contemplen un altar. Perciban los ángeles, los arcángeles y los coros de los bienaventurados que cantan un sonido con el espíritu, que con el espíritu se escucha.

Los ángeles, postrados delante del altar, adoran la Creación, encuentran en ella todos los tipos de vida, que se manifiestan en este planeta y que se manifiestan en otros mundos, más allá de la Tierra, en otros universos, en otras evoluciones.

Siéntanse pequeños, como nada y, al mismo tiempo, hijos, experimenten estar vivos en todo. Sientan el Reino de Dios. Que cada célula, cada átomo experimente ese Reino y lo descubra en el propio interior.

Ahora comiencen a sentir cómo ese Reino se expande de adentro hacia afuera. Como si en sus corazones aconteciera una gran explosión de luz. Y esa Luz, que contemplan en el infinito, se manifiesta dentro de ustedes. En ella existen todos los atributos, todos los dones, todas las virtudes. En ella está toda la Creación.

Sientan, hijos, cómo Dios se manifiesta dentro y fuera de ustedes. Sientan dentro de sus esencias toda la vida, cada criatura, cada ser, cada esencia.

Eso que manifiestan como cuerpo es como un gran infinito, en el cual cada consciencia está representada a través de las partículas de luz que viven en sus átomos. De esa forma comprendan la unidad. 

La Iglesia Celestial, hijos, no es una construcción que está suspendida en el infinito, en el Universo Celestial. La Iglesia Celestial es ese templo interior, donde la Creación se recrea de tiempo en tiempo. 

La Iglesia Celestial es lo que hoy les revelo, ese Reino que habita dentro de ustedes y que se llama "Templo", para que comprendan lo Sagrado.

Lo que hoy les traigo, no debe ser comprendido con la mente, no debe ser sentido con sus emociones, sino experimentado por sus esencias. 

En ese Reino se guarda toda la vida. Dentro de ustedes se guarda toda la vida. Por eso comprendan que, de esa misma forma, Mi Corazón pulsa en sus corazones y sus corazones pulsan en Mí. 

Ya llegó el tiempo de que la humanidad comprenda la unidad que justifica su existencia, que revela su propósito, que no es solo la vida sobre la Tierra, sino la unidad con toda la vida. 

Muchas veces ya les dije todas esas cosas de muchas formas, Yo les traje ese Reino. Pero hoy, hijos, los coloco dentro de Él. Les revelo que ese Reino vive en su interior para que permanezcan en Él, en Su revelación, todo el tiempo.

Muchos buscan realidades universales y muchos se prenden a la realidad de la Tierra. Muchos aspiran a un conocimiento superior y quieren saber, conocer la vida que se manifiesta en el universo como en el interior de la Tierra y de todos los planetas. Y otros se prenden a lo que conocen de la Tierra, creen que el Reino de Dios es solo esta vida. 

Y la ignorancia se manifiesta de esas dos formas, porque la vida universal va más allá de todo lo que comprenden, de la misma forma que la vida sobre la Tierra.

Ha llegado el  momento de trascender la materia, materia que habita en el universo, como la que habita en la Tierra, porque de otra forma no podrán manifestar el Reino de Dios, vivirlo y serlo, porque esa es su misión espiritual, para eso fueron creados, para más que un diálogo con Dios. Su misión no es solo escuchar la Voz del Creador, sino vivirlo, recrear Su Creación, experimentando Su Presencia dentro de ustedes.

Ya se aproxima el tiempo en el que caerá por tierra toda ilusión vivida por la humanidad. Y será en ese momento, hijos, que el recuerdo de Mis palabras deberá emerger dentro de ustedes, deberá trascender la condición humana, la mente, la comprensión, los sentimientos; deberá disolverlos en la revelación de la Presencia Divina. 

Lo que habita dentro de ustedes ni siquiera los ángeles y arcángeles lo pueden vivir, por eso no se prendan a las cosas del mundo, no se prendan a todo lo que vivieron en el universo antes de llegar al mundo, porque todo fue un aprendizaje para que pudieran llegar hasta aquí.

No quiero disminuir la existencia con lo que Les digo hoy, pero quiero llevarlos a una experiencia profundamente espiritual, para que experimenten algo que va más allá, algo que no vivieron en ningún momento de su evolución, sino que llegará el momento de experimentar, y eso no está distante de ustedes. 

En este tiempo del planeta, estas dos realidades se confrontan. La condición humana parece ser más real que nunca y los seres viven esta batalla, muchas veces sin comprenderla. 

El Universo de Dios, Su Reino Celestial, empuja desde adentro hacia afuera y aspira a manifestarse, y su condición humana se resiste e intenta no quebrarse, pero se afirma en todos los espacios de la consciencia que puede alcanzar: en la materia, en la mente, en los sentimientos, en el cuerpo, en el consciente y en el subconsciente. 

Pero por más que eso tenga fuerza, no tiene poder. El poder proviene del espíritu, espíritu que grita y se expande dentro de ustedes. Escuchen, hijos, ese clamor que proviene de la esencia. Dejen que esa fuerza que recrea la Creación se revele, se manifieste.

Todo lo que Yo les hablo se alcanza a través de tres llaves que, en verdad, son una sola: humildad, renuncia y rendición.

A través de la humildad, todas las puertas les serán abiertas, para que no solo comprendan todas las ciencias y sean conocedores de toda la vida, sino que también puedan ir más allá de eso y vivir la revelación de la Presencia Divina, del propósito humano.

A través de la renuncia se liberarán de sí mismos, de todo concepto humano, de todas sus voluntades, aspiraciones y de sus metas más espirituales; y estarán vacíos de todo aquello que creen saber, de todo aquello que creen tener como experiencia. 

A través de la rendición, todo se realizará, porque estarán como esa esencia suspendida en el infinito, como en el infinito del propio interior. Amarán la nada y descubrirán todo en el Corazón de su Creador. Todo lo que hoy Les digo, puedo decirlo porque Yo experimenté eso, poco a poco, paso a paso, a lo largo de Mi evolución.

Hoy su desafío es vivirlo intensamente en este final de los tiempos, de una forma acelerada, intensa, y están prontos para eso.

Así como toda la vida, Mi Corazón pulsará dentro de ustedes, todas Mis instrucciones resonarán en este gran silencio que guarda no solo todos los sonidos, sino también toda la sabiduría. Por eso, hijos, busquen eso dentro de ustedes, en oración, siempre que lo necesiten.

Cuando sientan que la materia batalla con el espíritu, y su condición humana parece tener más fuerza que sus esencias, solo silénciense y busquen en el propio interior esa fuente de vida. Coloquen su frente en el suelo y clamen a Dios para que Él se manifieste desde adentro hacia fuera y desde afuera hacia adentro, abarcando todos los espacios, venciendo todas las batallas, revelando Su triunfo en sus vidas.

No busquen entender lo que Les digo, pero experimenten eso. Contemplando el Relicario de Mi Corazón siempre encontrarán esa puerta que los hará recordar todo lo que Les dije para que puedan experimentarlo.

El Relicario de Mi Corazón no es un objeto que contemplarán sin comprender. El Relicario de Mi Corazón es solo un símbolo que hace que su materia recuerde, a través de los sentidos, la vida espiritual.

A través de sus ojos, abrirán una ventana para que sus esencias puedan reencontrar a Dios, contemplando el Relicario de Mi Corazón. Es una ciencia profunda que no se explica con la mente, sino que podrán experimentar cada vez que se abran de corazón. Por eso, cuando estén delante del Relicario, solo permanezcan en silencio. Sientan que, a través de sus ojos, sus esencias pueden contemplar un camino y recorrerlo.

Podría estar todo el día a su lado, contándoles todas las cosas que aprendí, pero quiero que aprendan a encontrarme dentro de ustedes, así como a Cristo, así como a la Virgen María, así como al propio Dios y a todas Sus criaturas. 

Ha llegado el tiempo de un ciclo más profundo y Les advierto que de la misma forma que ese ciclo es profundo, también profundas e inexplicables serán sus batallas. 

Muchas veces parecerán no haber escuchado ninguna instrucción de la Jerarquía, y la vida mundana se expresará en ustedes con toda su fuerza. Observen eso, perciban y vuelvan al punto de encuentro con Dios dentro de sí mismos hasta que, poco a poco y con mucho esfuerzo, esa batalla pueda ser vencida por el Creador dentro de ustedes. 

Comprendan las pruebas de los otros, comprendan sus debilidades, pero no las justifiquen por la condición humana. 

Ayúdense, recuérdense que esa vida espiritual habita dentro de ustedes. Elévense al Corazón de Dios. Acuérdense de que están preparando el Retorno de Su Hijo al mundo. Coloquen allí su consciencia. 

Con Mi presencia y Mis palabras bendigo a todos estos elementos en el Altar y Les digo que, de la misma forma como los Mensajeros Divinos bendicen cada objeto sagrado, también los sacerdotes tienen la potestad para hacerlo.

Todos los dones y promesas que se manifiestan en estos objetos, como presente divino para las almas, de la misma forma se manifiestan cuando los sacerdotes unen el Cielo y la Tierra para bendecirlos de corazón. Por eso confíen en que todas las  medallas y todos los objetos sagrados que se manifestarán a lo largo de los tiempos serán portadores de la Gracia y de la promesa divina para todas las almas. 

Traigan aquí el altar con los elementos para la Consagración de la Eucaristía.

Fray Zeferías.

Consagrando esta Eucaristía en Mi Presencia, oren por todos los sacerdotes del mundo, para que el Reino de Dios se manifieste en ellos todo el tiempo. 

Fray Zeferías:

En aquella noche, en la que Nuestro Señor celebró la Última Cena con Sus discípulos y apóstoles, Él tomó el pan y lo elevó a los Cielos, dando gracias a Dios por el sacrificio que Él viviría por todos nosotros; y el Eterno Padre bendijo el pan, transformándolo en el Cuerpo de Cristo. Enseguida, Jesús partió el Pan y lo entregó a Sus discípulos, diciéndoles: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por vosotros".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

De la misma manera, Jesús tomó en las Manos el Cáliz y lo elevó a los Cielos, enseguida, se lo pasó a Sus discípulos, diciéndoles: "Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por vosotros para vuestra salvación, redención y remisión de todas las faltas. Hagan eso en Mi memoria hasta el fin de los tiempos, cuando Yo he de regresar a este mundo". 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

Todos juntos vamos a hacer la oración que el Señor nos enseñó, uniéndonos a esta santa Comunión con Su Cuerpo y Su Sangre.

Padre Nuestro (en portugués). 

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Cordero de Dios que saca los pecados del mundo.

Bienaventurados los que forman parte de esta Cena del Señor, porque la muerte no los tocará y conocerán la vida eterna. Amén. 

Que la Paz y la Misericordia de Cristo desciendan a la Tierra. 

Señor, yo no soy digno que entres en mi casa,
pero una palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén. 

Tocamos tres campanadas anunciando la Comunión Espiritual de todas las almas con Cristo.

Que la Eucaristía sea su sustento y que les recuerde, todos los días, el verdadero motivo de su existencia. De esta forma, hijos, el triunfo de Dios se manifestará en sus vidas.

Recuerden Mis Palabras y todo aquello que les dije a lo largo de todos estos años y acuérdense de encontrarme en su interior. Estaré con ustedes todo el tiempo. Reciban Mi bendición y Mi paz que resonará en ustedes por los siglos de los siglos hasta la eternidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y para despedirme, cantarán una canción  que les recordará que deben seguir sembrando el amor y el bien en la humanidad.

No se olviden que una vez les pedí que nunca permanezcan con rencor en sus corazones, sino que se perdonen, se reconcilien, se sirvan unos a otros, y den a conocer al mundo la liberación que es pedir perdón y amarse como Dios los ama; para que reine la paz en todas las naciones, para que reine el bien en todas las familias y para que triunfe el Corazón de Dios en todos Sus hijos

Terminarán este día celebrando y sembrando el amor en toda la humanidad, en todos los Reinos y en todo el planeta. Les agradezco.

Hermana Lucía de Jesús:
Vamos a cantar en español "Sembrando el amor en la humanidad".

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Prepararse para la muerte es un arte de amor y de rendición ante Dios.

Prepararse para la muerte, hijos, es en verdad la acción diaria de estar con el corazón limpio y vacío de las cosas del mundo, temeroso de Dios y rendido a Su Voluntad Celestial.

Prepararse para la muerte debería ser un acto constante, en el que la consciencia despierta cada día sabiendo que puede ser el último y vive cada instante dando lo mejor de sí para que la Voluntad de Dios se realice.

Temer a Dios es, en verdad, amarlo por sobre todas las cosas y no titubear en el momento de renunciar a las cosas del mundo para abrazar Su Universo Celestial.

Todos los días de sus vidas, ustedes deberían prepararse para la muerte, en el sentido de dejar que la gratitud, la rendición, el amor y la entrega impregnen todos sus átomos e ingresen en los miedos más profundos de sus seres, no solo en aquellos que se ocultan en el alma humana, sino, sobre todo, en aquellos que son parte de la condición material de los seres humanos y que impregnan hasta sus huesos.

Para vencer esos miedos deben amar cada día más, pero no amar solo al mundo, amar a Dios, amar a la vida y saber que ella no se encierra en el planeta Tierra; saber que una vida mayor y eterna los aguarda y que para ser dignos de ella basta que lleven consigo el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en sus corazones.

Por eso, hagan el ejercicio de amar, de agradecer y de entregarse a Dios cada día. Aspiren a descubrir un Reino Mayor dentro de ustedes, en el mundo y más allá de él; y descubrirán así, la unidad entre las realidades de la vida y que la muerte es un paso para una vida mayor, en la que no existen misterios, sino solo la verdad y la transparencia de saberse hijo de Dios retornando a Su Corazón.

Que cada día hijos, el Amor del Creador se expanda en ustedes y tome el lugar de sus miedos más profundos.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando la Iglesia Celestial viene a su encuentro, tan solo adoren y agradezcan por la Presencia Divina.

Hoy los Cielos se abren y se unen a la Tierra, abrazando a todos los corazones que claman por Misericordia y por Piedad para todos los seres.

Hoy la Iglesia Celestial viene a su encuentro, una Iglesia que no tiene religión, que no comenzó en este mundo y que no termina en él; una Iglesia que es llamada así para que comprendan que es un lugar sagrado, divino, el Templo donde habita el Corazón de Dios para todos Sus hijos.

Esta Iglesia Celestial se manifiesta en la Tierra cada vez que adoran al Sagrado Corazón de Jesús, cada vez que lo contemplan en la Eucaristía, cada vez que lo contemplan en el silencio, cada vez que se permiten amar como Él ama, que dejan de lado sus mentes, sus juicios y su pequeñez humana para ingresar en la grandeza divina.

La Iglesia Celestial revela a todos los seres lo que verdaderamente son, revela sus esencias y el grandioso Amor de Dios que habita en cada uno de ustedes. Aspiro a que hoy estén dentro de esa Iglesia. Vengo, una vez más, a elevarlos más allá de todos los miedos, incomprensiones y separaciones humanas. Vengo a elevarlos, más allá de todas las pruebas, miserias y dificultades por las cuales pasan en estos tiempos. Porque eso, hijos, fue lo que aprendí a hacer en este mundo.

Vengo a colocar sus corazones dentro del Sagrado Corazón de Jesús, porque no vengo al mundo para traerlos hacia Mí. No es Mi ejemplo el que deben imitar, sino el ejemplo de Mi Hijo, de Su Amor y de Su entrega. Yo solo seguí Sus pasos, y lo que vengo a enseñarles es a hacer lo mismo.

Ha llegado el tiempo de la definición de cada uno de sus corazones y, para que vivan eso, deben elevar sus conciencias para que no se envuelvan con las dificultades del planeta, sino que estén en la Verdad y en el Corazón de Dios.

Cuando Cristo dio cada uno de Sus pasos con la Cruz, Su Consciencia permanecía en la Iglesia Celestial y, allí, Él adoraba al Creador, por más que lo insultaran, por más que recibiera Llagas en Su Cuerpo.

Por más que una tristeza humana inundara Su Consciencia, Su Corazón permanecía en la Iglesia Celestial. Sus Ojos contemplaban los corazones de los hombres, pero Su Espíritu iba más allá de las miserias, perdonaba su ignorancia y los amaba al extremo.

Esto es lo que son llamados a vivir hoy: permanecer en la Iglesia Celestial aunque el mundo se agite, aunque la naturaleza se agite y este planeta se desequilibre, aunque las mentes de los hombres vivan locuras nunca antes experimentadas y sus acciones no tengan explicación.

No permitan, hijos, que su consciencia esté en la indignación, en el odio o en el mal, sino que con el corazón en la Iglesia Celestial, sepan, sí, percibir la oscuridad que influye en los hombres y perdonen, amen al extremo como lo hizo su Señor, porque solo ese Amor Divino es capaz de equilibrar estas situaciones del planeta.

De la misma forma que las pruebas serán desconocidas, un Amor desconocido habita también dentro de ustedes, pero necesitan estar con el corazón en la verdad y no en las limitaciones humanas. No miren al prójimo con sus propios ojos, sino con los Ojos de Dios, del Dios que habita dentro de ustedes y que aún aguarda, pacientemente, desde el inicio de la Creación, para manifestarse en Sus hijos.

Para estar en la Iglesia Celestial, necesitan amarla, amar la verdad, amar a Dios, amar Su Plan para todas las criaturas, para todos Sus hijos, independientemente de sus caminos, independientemente de sus vidas, de cómo las viven, de cómo las comprenden. Es solo el amor en sus corazones lo que unirá a todas las religiones.

Hasta el Retorno de Mi Hijo al mundo, existirá el mal sobre la Tierra, pero necesitan preparar Su llegada a través del Amor.

Cuando hablamos de que todas las religiones se unirán, les decimos eso porque el amor en el corazón de los hijos de Dios hará que se unan, a pesar de sus diferencias. Y siempre habrá ignorantes, ciegos de corazón y los que dudan de la Presencia de Dios, porque esos necesitarán ver para creer. Y verán.

Pero, en todas las religiones, en todas las creencias y en los corazones de aquellos que se dicen ateos, pulsará el amor, amor que los hará ir más allá de las diferencias, ir más allá de la comprensión humana, un amor que inundará sus seres y que no les permitirá permanecer en la ignorancia, en las críticas y en los juicios.

Muchos ya comienzan a sentir ese amor en su interior, pero son oprimidos por el caos que los rodea, por el mal que le teme a ese Amor Divino e intenta silenciarlo. Pero hoy, Yo les digo, hijos, que aunque los Sagrados Corazones estén en silencio, el amor dentro de los hombres hablará más alto, a todo el planeta, sobre la Verdad divina, y las almas escucharán, los corazones se rendirán y aquellos que deben despertar, despertarán.

Por eso no teman, sino amen.

Estén en la Iglesia Celestial a través de ese amor, den testimonio al mundo de que Dios no solo habla a través de ustedes, Él vive en ustedes, vive en este lugar y en todos los lugares sagrados consagrados por Él para ser manifestaciones de Su Reino. Y aunque sus bocas se callen, sus ojos hablarán; y aunque sus ojos se cierren, su presencia hablará.

Así como un día Mi Hijo les dijo que, si las almas pararan de aclamarlo y adorarlo, las piedras lo harían; así también hoy les digo que Dios, dentro de ustedes, siempre hablará, y hablará aún en el silencio, porque Él vive en el aire que respiran.

Que se unan aquellos que claman por la paz; que se amen aquellos que expresan el Amor de Cristo, aquellos que aspiran a seguir Su ejemplo y que solo desean que el Reino Celestial se manifieste en el mundo. 

Por un instante, sientan la Presencia de Dios, de Su Iglesia Celestial, de Su Templo de adoración. Siéntanse delante del Sagrado Corazón de Jesús, este que pulsa, vivo de Amor por cada uno de ustedes. Que estar ante Su Presencia los cure, los reconcilie y los perdone.

Sientan, hijos, cómo este Sagrado Corazón quiere pulsar dentro de ustedes. Él descendió de la Cruz, revivió por Amor y por ese mismo Amor aspira a ingresar en cada criatura de esta Tierra. Solo díganle sí.

Oren unos por los otros como Yo oro por ustedes. Oren por todas las religiones y por los que no tienen religión. Oren por el Pensamiento perfecto de Dios para cada criatura. Oren para que Sus Dones se expresen dentro de todos los seres y no quieran destruirse unos a otros, sino amarse.

Cuando perciban un error, oren para que la verdad se manifieste y, cuando estén equivocados agradezcan por los que oran por ustedes y permítanse abrir los ojos para reencontrar la verdad. 

No tengan vergüenza de errar, tengan vergüenza de permanecer en el error por miedo a vivir el amor.

No es Dios quien los separa de la verdad, hijos. Cada uno de ustedes se separa de ella cuando temen a lo desconocido, cuando temen a la rendición, cuando no conocen el amor y temen que él ingrese en ustedes y los transforme por completo.

Por eso, hoy Mi oración por ustedes es para que se arrepientan, se rindan. No tengan vergüenza de corregir sus caminos, No tengan vergüenza de amar con locura, de conocer la verdad y de darle espacio para que ella se manifieste dentro de ustedes. Que así, rendidos dentro de la Iglesia Celestial, el Sagrado Corazón de Jesús finalmente pulse en cada uno de Sus compañeros.

Hoy me uno a la oración por todos los sacerdotes del mundo, de todas las religiones, por todas las almas convocadas por Dios para traer el Cielo a la Tierra, por todas aquellas cuya vocación es manifestar para las almas la comunión con Cristo, para que Él ingrese en todos los seres.

Por eso les pido que traigan hasta aquí el altar, para que sea consagrado y en él los elementos transformados en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, para que hoy la Iglesia Celestial no solo esté ante ustedes, sino también dentro de ustedes. Hagan esta oferta por todos los sacerdotes del mundo, los que están en el engaño y los que luchan para no caer en tentación. Que hoy renueven sus votos, sean perdonados y se reconcilien con Dios. Amén.

Que hoy, hijos, clamen por todos los sacerdotes del mundo y pidan al Padre Celestial la Gracia de que Su Iglesia Divina se manifieste en todos los Sagrarios del mundo y que, donde un sacerdote eleve el pan y el vino, allí su espíritu se reconcilie con Dios y reencuentre Su verdad. Amén.

Los acompaño.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Revivamos en este momento la dolorosa Pasión de Nuestro Señor y, como nos pidió San José, a través de nuestra alma, ingresemos en la Iglesia Celestial, en compañía de todos los ángeles del universo, para dar testimonio de ese legado de amor y para que nuestra oferta interior, en este día del Sagrado Corazón de Jesús, sea aceptada y recibida por nuestro Creador.

Cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre por ese sacrificio que Él viviría por cada uno de nosotros, para que este pan fuera transubstanciado en Su glorioso Cuerpo. Enseguida, Él lo partió y se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Enseguida, Nuestro Señor tomó el Cáliz. Elevándolo a Dios, ofreció Su Sangre por la humanidad, y ese Cáliz fue bendecido como testimonio del Amor del Hijo de Dios por cada alma de esta Tierra. Fue así que Él lo entregó a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por Su Redentor para la remisión de las faltas. Hagan esto en Mi memoria".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
 Amén.

En unión a la Santísima Trinidad, contemplamos y adoramos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y consumamos este Sacramento y esta oferta a través de la oración que Nuestro Señor nos enseñó:

Padre Nuestro.

Anunciamos la Paz de Cristo en toda la Tierra, en unión a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, para que todos los Rayos de Su Sagrado Corazón bañen a este planeta y a la humanidad. Amén.

Señor,
Yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.

Que todas las almas sientan en esta hora la Comunión espiritual con Cristo. Que reciban de Sus Manos Su Cuerpo y Su Sangre, y dejen que Su Sagrado Corazón pulse dentro de ustedes.

Es así, hijos, que Yo los bendigo, los fortalezco y les agradezco por permanecer en Dios, a pesar de todas las dificultades de estos tiempos. 

Recuerden que, a pesar de que estas pruebas sean desconocidas, un amor desconocido habita también en ustedes, y él puede llevarlos a superar todas las cosas y a renovar la Creación de Dios. Por eso los bendigo y les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El Ángel de la Justicia tiene en sus manos una balanza, y en ella mide los méritos y las faltas de la humanidad, para que así se diseñe el cumplimiento de las Leyes para el próximo tiempo.

El caos y el mal luchan para influenciar a los seres a cumplir sus falsas voluntades y a manifiestar sus deseos, colocando en la balanza el peso que fortalece sus falsas leyes, basadas en el engaño y en la ilusión en la que vive la humanidad. 

Los Ángeles de la Misericordia y los Ángeles de la Guarda oran e inspiran a los corazones a la transformación, a la redención, al servicio, para que en la balanza de la justicia pese el bien y la humanidad siempre reciba una nueva oportunidad. 

Cada acción de los seres es pesada en esta balanza divina. Cada pequeño o gran acto diseña el futuro de la humanidad. Por eso, hijos, mucho más allá del Amor y de la Gracia Divina, cada ser deber hacerse responsable por la humanidad. 

Ya no hablamos de las elecciones de sus propias vidas, pero, sí, de la responsabilidad que cada ser tiene, ante Dios, por el destino de este mundo. Estar despierto es, entonces, ser consciente de cada acción, pensamiento y sentimiento. Que sus vidas sean instrumentos de paz y de Misericordia para todos los seres. 

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sintiendo en su pecho una angustia profunda, que no sabía explicar, un alma le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, en mi corazón hay un sentimiento que no me explico. No sé si es tristeza o confusión. No sé si es angustia o pesar. No sé si me falta un sentido para vivir o si estoy sintiendo Tu dolor, el dolor del mundo. ¿Me podrías explicar lo que siento?”.

Y el Señor le respondió, diciéndole: “Alma pequeña, contempla el Infinito y la vastedad del universo. Contempla la grandeza y la complejidad de la vida. Contempla los misterios ocultos en las estrellas. Tu propio ser es tan infinito como la vida, y lo que sientes y vives muchas veces no proviene de esta Tierra ni de este tiempo, sino de un espacio y de un tiempo distantes de lo que vives hoy. Muchas veces, la angustia de tu corazón proviene del Infinito, de partes de tu consciencia que habitan en el universo, en donde la vida sigue su evolución, creándose y recreándose constantemente.

Pero no importa lo que sientes o de dónde provienes. Si quieres aliviar tu pequeño corazón, solo ven a Mí, que Soy tu Dios y conozco las raíces más profundas de tu ser, de tus pensamientos y sentimientos, en fin, de tu vida.

Ven, alma pequeña, a Mi encuentro, rendida y sincera, transparente y frágil. No tendrás una explicación para todas las cosas, porque a veces no es el tiempo de que conozcas ciertas cosas sobre ti, pero sí de que tengas un alivio para todo, que se encuentra en Mí.

Por eso, ven a Mí humilde, sabiéndote pequeña. Ven a Mí como una hija que encuentra refugio en su padre, y te explicaré lo que pueda. Y, cuando no fuera el tiempo, solo te aliviaré, y sea cual fuera Mi respuesta, ella te hará crecer, porque a veces creces por el conocimiento y otras veces creces por saber que nada sabes”.

Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar el alivio siempre en Dios y a no siempre encontrar las respuestas, sino a agradecer tanto por Su Silencio como por Su Voz y, sobre todo, acoger el Amor de Su simple Presencia.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Poemas al Inmaculado Corazón de María 
Decimoprimer poema

Señora eterna de la Luz,
poder invencible e inmaculado,
sostén de los que necesitan de Ti,
Amor divino de los que lo buscan,
haznos descubrir a Dios en nuestro interior,
para que cualquier adversidad o desafío,
sea superado por el auxilio espiritual
que Tú nos das, Divina Madre.  

Te pedimos en este día,
que nos guíes siempre hasta Tu amado Hijo.

 Que, en el servicio incondicional de nuestras vidas,
podamos reconocer el Rostro de Cristo.

Que, en cada oportunidad de donarnos,
comprendamos la importancia
del Plan de Amor por la humanidad. 

Así, Santísima Madre,
estaremos libres de nosotros mismos,
para que, a cada nuevo día,
nuestra entrega y oferta,
sea cada vez más profunda.

Querida Madre,
protege cada uno de nuestros pasos.

Ayúdanos a encontrar la humildad y el silencio,
en cada ritmo de la vida. 

Porque aspiramos imitarte 
en la contemplación y en la oración silenciosa.

Para eso, Madre,
nos rendimos ante Ti,
a fin de que Tu purísimo Corazón
nos bendiga para siempre. 

Amén.


¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice, 

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Poemas al Inmaculado Corazón de María 
Noveno poema

Madre, Puerta de Sabiduría,
ayúdanos a aceptar y a comprender 
estos tiempos.

Impúlsanos al vacío de sí
y a la donación total de nuestro ser.

Que no existan condiciones ni formas 
para nuestro servicio.

Que podamos todos los días,
hacer las cosas por amor y por nada más.

Que consigamos imitar a Tu Hijo
en todos los atributos
de Su divina e insondable espiritualidad.

Señora de los Ángeles,
protege a todos los que siguen 
el llamado de Tu Corazón.

Envuélvenos con Tu Manto de Luz y de Cura,
para que nuestras dificultades y traumas sean disueltos,
porque a lo único que aspiramos es a poder estar
en Tus brazos de Amor maternal.

Consuélanos, Virgen de la Paz,
cuando sintamos que ya no tenemos fuerzas
para seguir adelante.

Haznos ver, en cada aprendizaje,
una oportunidad de superación y de rendición.

Querida Madre,
que no le temamos a la enfermedad,
a la soledad ni al fin de los tiempos.

Sostennos,
para que, bajo Tu Espíritu incondicional,
aprendamos a entregarnos sin interés,
así como lo hizo Tu Hijo por Amor a la humanidad.

Amén.
 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando un ser ama con el Amor de Dios, crece humana y espiritualmente, porque ese Amor lo lleva a donarse, a entregarse cada vez más profundamente, a alcanzar espacios desconocidos de la propia consciencia, adonde el amor no había llegado, y allí abrir las puertas hacia Dios.

Un ser que ama con el Amor de su Padre Creador no teme rendirse ante Él, no teme morir para sí mismo y para sus infantilidades, no teme dejar la falsa libertad y la autoafirmación de la adolescencia para crecer y ser un siervo de su Creador. 

El Amor de Dios aproxima las criaturas a la Verdad y, ante ese Amor, nada que provenga del mundo tiene fuerza, todo pierde su sentido, su valor, su peso dentro de los corazones, porque ellos descubren el Infinito.

El ser que ama con el Amor de Dios solo aspira a construir Su Reino y a dar a conocer el Amor del Creador. Aprende a vivir de Sus milagros, despierta en su interior la fe, abre la consciencia a la Sabiduría Divina, es impregnado por los Dones del Espíritu Santo, porque cada día aspira menos para sí y más para Dios, se vacía de sí y da lugar al Padre, por eso crece humana y espiritualmente. 

Aspiren a eso, hijos, a vivir ese Amor, a encontrar esa Verdad y a crecer humana y espiritualmente.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Superar los errores y persistir, hijos, es una forma de crecer humana y espiritualmente.

Cuántas veces sus personalidades, y aun las resistencias de sus almas, los llevan a caer en abismos profundos y oscuros, de donde solo pueden salir a través de la humildad, de la obediencia y cuando abrazan y acogen el desierto.

Cuando una consciencia comete un gran error en el camino espiritual, tiende a querer desistir de todo, porque le es más fácil sucumbir de una vez en el abismo que erguirse con esfuerzo y valentía, con humillaciones y obediencia, yendo en contra de todo lo que antes la engrandecía.

Pero cuando esa consciencia se arrepiente y abraza el camino de retorno al Corazón de Dios, por más doloroso que parezca ser, y coloca sus pies en las huellas de la humildad, de la rendición y de la obediencia, es entonces, hijos, que esta consciencia conocerá verdaderamente el Amor, el Perdón y la Misericordia de Dios.

Es entonces que crecerá como hombre espiritual y forjará en su interior una fortaleza que no es humana, sino divina.

Es entonces que aprenderá que más vale caer y levantarse mil veces que sucumbir en las facilidades de los abismos del mundo, porque estos abismos solo traen sufrimiento y dolor, angustia y pena, mientras que levantarse de ellos trae un crecimiento forjado a fuego que imprime en el alma la unión con Dios. Y por más que los seres sean siempre probados en su camino, esa alma ya sabrá lo que debe hacer al caer y, en cada caída, crecerá más, humana y espiritualmente.

Aprendan de los errores. No se rindan ante las debilidades humanas, sino afírmense en la humildad y en la obediencia, y así seguirán en ascensión al Corazón de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando llega el segundo domingo después de la Pascua y las almas ya fueron lavadas por la Sangre derramada por Cristo en Su Pasión, ha llegado el momento de reconfirmar su compromiso con Él, de confesar delante de Su Corazón los pecados más ocultos, aquellos que avergüenzan a los seres y que, a veces, ni siquiera pueden pronunciarlos delante de Dios.

Es el momento de rendirse ante el Amor absoluto del Creador que, con Ojos de compasión, se vuelve hacia cada ser de esta Tierra y, con Piedad y Misericordia, los perdona por sus pecados más antiguos y desconocidos.

Es el momento de vivir bajo el espíritu de la humildad y de reconocer las propias imperfecciones y debilidades, las fragilidades e ignorancias que llevan a las almas a caer todos los días. 

Es el momento de mirar hacia la Cruz de Cristo y también mirar el Sepulcro vacío y saber que Aquel que fue alzado por los pecados humanos, por Su Amor y Perdón resucitó, demostrando a cada ser el camino hacia la vida eterna, hacia la trascendencia de toda condición humana, inclusive de la muerte que es aquella que lo separa del Tiempo de Dios.

La Fiesta de la Divina Misericordia es el momento en el que las almas se regocijan en Cristo. Ningún pecado fue mayor que el poder de Su Amor, y ni aun la autocondenación de las almas puede vencer a la Misericordia del Redentor cuando los corazones se rinden delante de la Cruz.

Hoy, hijos, es un día para recordar el absoluto e insondable Amor de Dios y de hacer esto también por los que no lo hacen, porque Aquel que murió en la Cruz y resucitó lo hizo por amor a todas las almas y por cada una de ellas.

Por esto, oren por los que están perdidos, oren por los que no miran a Cristo y son indiferentes delante de las Gracias y Misericordias del Redentor, porque así podrán interceder para que, al menos en el último instante de sus vidas o después de ellas, esas almas tengan una oportunidad de arrepentirse.

La Fiesta de la Divina Misericordia es el momento en el que las almas comprenden un don que Dios les dona gratuitamente a aquellos que solo se abren de corazón y se arrepienten. Sean humildes delante del Creador, resignados frente a Su Voluntad y dispuestos a ser amados con un Amor inmenso e insondable. Y, más allá de cualquier error, conocerán el poder de la Divina Misericordia.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La Resurrección de Cristo, hijos, significa el inicio de un nuevo tiempo, en el que la humanidad podrá comprender para qué vino al mundo y cuál es el camino que debe seguir para tornar plena la propia existencia.

La Resurrección los eleva más allá de los mayores miedos humanos, que son el sufrimiento y la muerte, y los coloca en la verdad del Tiempo Eterno de Dios, para que sepan que aquel que da todo de sí a Dios, recibe de Él todo lo que Él es, participa de Su Gloria en unidad con Su Reino.

Resurrección es júbilo infinito, divino y universal, porque es la revelación, no solo de la Faz de Dios, sino también es la revelación de la faz de los hombres como hijos de Dios y criaturas semejantes a su Creador.

El camino hacia la Gloria de Dios es la entrega absoluta, el amor incondicional, extremo y total, que nace de las entrañas más profundas de la rendición humana.

Ustedes ya saben todas estas cosas, pero deben recordarlas porque la propia condición del planeta los colocará ante situaciones que los llevarán a vivir esto, a escoger la cruz, la entrega, la vida eterna en Cristo.

Año tras año, ustedes son llevados a recordar la Vida, la Muerte y la Resurrección de Cristo para que, cuando llegue el tiempo de la Pascua de este mundo, puedan imitar Sus pasos.

Por eso, amen cada día más a su Señor, a Su vida, a Su ejemplo, a Su entrega, a Su Consciencia eterna, a Su Camino, a Su Verdad, porque ese mismo Amor los llevará a imitarlo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Permite que tu alma sea arrebatada por el Amor de Cristo. No temas, no te resistas. Entrégale a Él tu vergüenza, tus miedos, tus aspiraciones más profundas, tus metas y todo lo que eres, entre miserias, destrezas y virtudes.

Está llegando la hora de ser lavado por la Sangre de Cristo, de ser permeado por Su Amor y renovado por Su entrega y, más que estar delante de la memoria de Su Pasión, estar delante de Su propia entrega, de Su Amor y de Su Cruz. 

Por esto, hijo, ha llegado el tiempo de la definición, de la madurez en Cristo, para profundizar en tu consagración y no tener miedo de crecer en Él y por Él.

Deja que seas barro nuevo en las Manos del Alfarero, porque Él conoce el Propósito de Dios para tu vida y puede moldear tu consciencia según la Voluntad Divina.

Ora y pronuncia con amor los Poemas* que el Señor te entregó, porque a través de ellos, Él te enseña el sentido espiritual de la rendición y de la humildad. Así, un alma rendida se comunica con Cristo.

No temas vivir la experiencia de la entrega. Y en lo que resta de esta Cuaresma y de este desierto profundo, comienza a caminar, en tu corazón, con pasos decididos hacia Jerusalén, confirmando y reconfirmando, cada día, tu entrega a Cristo.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

 

*San José hace referencia a los Poemas de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, transmitidos por Cristo Jesús en los meses de julio y agosto de 2018.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

De ciclos en ciclos, revive el llamado de Cristo en tu interior.

Dentro de tu corazón, hijo, contempla el mar de tu vida, de tu historia y de tu entrega y, en las orillas de ese mar, encuentra la Mirada de tu Señor que busca tus ojos. 

Sin miedo, vuelve a caminar en dirección a tu Salvador y permite que Él te pida algo nuevo, una entrega más profunda, una rendición más perfecta. 

Deja a Sus Pies la red de todos tus deseos y aspiraciones, todo aquello que perseguías en el mar de la vida, intentando conquistar, aunque fuera algo espiritual o aunque fuera algo para Cristo.

Escucha la Voz de tu Señor, llamándote para profundizar en Su Corazón. Y, vacío de todo, ve con Él a cumplir Sus designios, a transitar desiertos, a curar tu propio corazón y, así, conceder cura, ser amado profundamente y, de ese modo, conceder el Amor de Dios a las almas.

Nunca pienses que basta entregar la vida a Cristo solo un día, pero sí, hijo, entrégate todos los días. Escucha Su Voz en cada instante. Abre camino, en tu interior, para que Cristo llegue a los espacios más ocultos de tu ser. 

Hablo de entrega y de rendición, todos los días. Percibe que esas son las llaves de este tiempo, son las bases en las cuales tu espíritu estará seguro en Dios y en Su Voluntad. Eso es lo que Él te llama a vivir en este momento, porque de esa forma crecerás, de esa forma cumplirás los designios del Creador para tu vida. 

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que no temían a la muerte, sino que deseaban con locura la vida en Cristo y ofrecían constantemente su existencia a Dios, para que Él hiciera de sus almas receptáculos para que gracias y misericordias llegaran al mundo.

Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que anunciaban el Reino de Dios, no solo con el verbo, sino, sobre todo, con la vida; aquellos que se dejaron encender por el Amor de Dios y descubrieron lo que es la verdadera fe en el Corazón del Padre Celestial.

Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que no estaban luchando para alcanzar y acumular cosas en el mundo, sino que estaban rindiéndose para conquistar su espacio en el Cielo, fundidos en el Corazón de Dios, tornándose Uno con el Padre.

Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que entregaban sus vidas por misterios que desconocían, por una experiencia y una Vida mayor, que solo se guardaba en la certeza de sus corazones y en lo oscuro de su fe absoluta.

Vive, hijo, con esa fe, dejándote encender por ella, en oración. Que esa fe, escondida en tu interior, gane espacio en todo tu ser, para que sea Cristo quien se expanda en ti.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que en estos tiempos de transición sus vidas y consciencias estén más tiempo en Cristo para que, en Cristo, ustedes puedan profundizar en el Amor Compasivo. Ese Amor que es capaz de aceptar estos tiempos, ese Amor de Cristo que es capaz de perdonar y de comprender.

Será a través de esa profundización interior y espiritual en Cristo, que sus corazones serán colmados de los atributos y de los méritos que una vez alcanzó Mi Hijo y, así, siendo impulsados por esos méritos divinos, sus almas también se transformarán y podrán simplemente alcanzar los estados de la Vida Crística.

La Vida Crística es vivir en la rendición de la consciencia y en la obediencia a la Voluntad Mayor, así como su Madre Celeste vivió plenamente esa Voluntad desde el momento de la Anunciación de la encarnación del Hijo de Dios.

Este camino de profundización que Yo los invito a vivir en Cristo, los ayudará a atravesar estos momentos, en los que la fortaleza y la ciencia del Espíritu Santo necesitarán actuar en ustedes para que se cumpla el Proyecto Divino de Dios.

Yo estoy en oración por esa causa.

¡Les agradezco, por responder a Mi Llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, María Rosa de la Paz

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

No teman porque, a pesar de todas las adversidades, a pesar de las miserias que desbordan de sus corazones y de que a veces les falta la esperanza, el Corazón de Dios, hijos, aún pulsa dentro de cada uno de ustedes.

Sientan este universo interior que está por detrás de todas las capas de ilusión en las que esta humanidad vive constantemente. Ya está llegando el tiempo de que la verdad se revele a todos los hijos de Dios y que se reconozcan Sus hijos, que puedan percibir la semejanza que existe entre el Creador y Sus criaturas.

Por eso, no teman. No teman por las ilusiones del mundo, solo teman estar distantes de Dios, porque este es un Don de Su Santo Espíritu, que no permitirá que cada uno de ustedes abandone Su camino.

Mayor que todas las enfermedades que rodean a este mundo es la enfermedad que habita en el interior de los seres humanos y que no les permite aproximarse a Dios. Y esta enfermedad, hijos, debe comenzar a ser curada, porque solo ella les impedirá vivir la Voluntad Divina.

No será ningún plan del adversario lo que los separará de Dios si, dentro de cada uno de ustedes, esta unión se perpetúa. Por eso deben comenzar a trabajar, de adentro para afuera; procurando, en lo profundo de su interior, la conexión con Dios; esta puerta hacia el Universo, hacia el infinito que hay en sus corazones.

Hoy no vengo a hablarles de las enfermedades de este mundo, tampoco vengo a decirles sobre las miserias humanas, sino de la perfección que se esconde dentro de cada uno de ustedes, así como de la perfección que se esconde en lo profundo de este planeta y que les debe ser revelada.

Vengo a elevar sus consciencias una vez más, para que salgan del punto en el que hoy se encuentran y se coloquen en las dimensiones celestiales que no están distantes de ustedes, sino que están en su interior, que están en lo invisible de este lugar, que se esconden debajo de sus pies, en el corazón más profundo de esta Tierra.

Hoy, hijos, no vengo a hablarles de aquello que no merecen recibir, no vengo a señalar aquello que deben transformar, porque Yo conozco profundamente el corazón humano, él aún pulsa en Mi interior, porque así es la Voluntad de Dios. Mi Corazón humano solo se fundirá en el Padre cuando cada corazón que pulsa dentro de ustedes también lo haga.

Por eso, los comprendo cada vez más. Sé de sus flaquezas, de sus limitaciones y de sus dificultades, pero Yo también sé del misterio que se guarda dentro de ustedes y que desconocen.

Veo con Mis ojos a sus seres transparentes y contemplo en su interior la esencia divina. No preciso mirar hacia el cielo para encontrar a Dios. Hoy Yo miro a cada uno de ustedes y puedo encontrarlo. Sus esencias son espejos vivos de la Consciencia Divina, y muchos creen que ya lo saben, que ya lo comprenden, pero no es una cuestión de comprender o de saber, porque la humanidad sabe muchas cosas y sin embargo se mantiene en el punto en el que está.

Llegó el momento de dejar a ese Dios Vivo expresarse dentro de cada uno de ustedes. Y eso se hace con la rendición, parando de observar las miserias humanas, parando de señalar los errores ajenos o los errores del propio corazón y buscando, hijos, la verdad que habita en lo profundo de sus corazones.

Esa verdad silenciosa también se encuentra y se revela a través del silencio. Pero para silenciarse y buscar a Dios en el propio corazón, deben ser valientes de espíritu, porque el Creador no se parece a lo que ustedes piensan. Él no se expresa como ustedes se expresan todos los días. Él no aspira a sobresalir sobre nada ni nadie, tanto es así que Se mantuvo silencioso en su interior desde el principio de la Creación. Pero ahora, ese Corazón pulsa, ese Verbo se quiere expresar, se quiere revelar a Sí mismo, primero para cada uno de ustedes, después para toda la Creación.

Es el momento de que la humanidad exprese el Pensamiento Divino y, más que ese Pensamiento, es momento de que la humanidad exprese al propio Dios, porque solo de esa forma podrán superar la unión de los tiempos llamada transición de este planeta.

Por eso, silénciense, cada uno delante de Dios. Dejen que sus almas se rindan, que puedan traspasar los umbrales de las miserias y de las dificultades humanas, tanto en ustedes como en el prójimo.

Porque no es verdad que no son perfectos. ¡Sí, ustedes son perfectos!, pero aún no descubrieron quienes son, porque no lo expresaron ni en el Cosmos ni en la Tierra, a pesar de que un día vieron alzado en una Cruz a Aquel que para ustedes fue un espejo de lo que verdaderamente son.

Dejen de lado sus temores y también sus aspiraciones.

No busquen los lugares que no les corresponden, busquen su propio lugar en el Corazón de Dios y no en este mundo.

No queden buscando papeles en el teatro de esta Tierra, busquen la verdad en el propio corazón y quieran expresarla.

No busquen la verdad en el prójimo, no quieran que él exprese a Dios, porque eso es tan humano como la humanidad que ustedes conocen.

Es el momento de que cada uno busque a Dios en sí mismo, contemple delante de sí los altares celestiales y, postrado ante esos altares, pueda rendirse a Dios.

Hoy Yo les digo todo esto, hijos, porque Mi Corazón también estuvo enfermo, perdido en las ilusiones humanas, creyendo tener una misión, un papel principal en la historia de este planeta, porque Dios me hizo padre de Su Hijo y, en un momento, me llamó a Su Reino y Me pidió abandonarlo, lo que para Mí era abandonarlo, porque Yo pensaba que esa era Mi misión y que este plan no se cumpliría porque el Hijo de Dios no estaría protegido y la Madre de Dios tampoco sería amparada.

Pero, en el momento en el que Yo estaba en los brazos de María, y sin que Ella me dijera una palabra y Yo tampoco le hablara nada, encontré el silencio que Me mostraba la semejanza con Dios. Vi reflejado en el Corazón de María el Universo Celestial, el mismo Universo que se reflejó en Mi interior. Reconocí la semejanza con Dios, quién era Yo y quién es Él. De esa forma, no temí entregar Mi Espíritu en Sus Brazos e ingresar en Su Tiempo Eterno, caminar hacia la Fuente de la Creación, hacia el eterno servicio al Corazón de Dios.

Ustedes, hijos, no precisan dejar este mundo para comprender lo que les digo, porque no es necesario. Hoy el Creador los llama para algo diferente, los llama para encontrar ese misterio a través del esfuerzo y de la rendición, a través del silencio y de la soledad interior, esa que es tan temida por la humanidad, porque, a veces, parece que tienen miedo de descubrir la verdad, porque se perderían de sí mismos, de todo lo que creen ser.

Si por un instante pudieran contemplar la Verdad Divina, no dudarían en abandonarse para ser lo que verdaderamente son.

Recuerden que aún están transitando la Cuaresma, ese momento de encontrarse a sí mismos y de encontrar a Cristo, primero dentro de ustedes y después delante de ustedes, cuando por Su infinita Misericordia, podrán reencontrarlo en este mundo.

No teman al desierto, no teman percibir que las almas se debilitan, porque el Creador tiene una Voluntad para cada ser de esta Tierra y esa Voluntad se cumple no como ustedes piensan, sino como Él la conduce, según el permiso que las almas le dan. Por eso, paren de mirar hacia los lados y comiencen a mirar hacia adentro.

El Plan de Dios se está manifestando, está buscando ganar el espacio dentro de ustedes que la humanidad nunca le dio, pero este es el tiempo de darle.

Que este desierto sea fecundo, la oportunidad de estar transparentes, de vivir esa tan temida transparencia. Prepárense para la Pascua, para entregarse completamente, sin miedo, para estar vacíos delante de Dios.

Los acontecimientos planetarios muchas veces pueden ser usados para cumplir la Voluntad Divina. Sepan hacer de las adversidades un momento para fortalecerse. Sepan hacer de la próxima Sagrada Semana un momento de estar ante Cristo en lo más profundo de sus corazones, de participar con Él verdaderamente de Su Pascua, de sentir Su soledad, Su agonía y Su entrega; y vivir esa soledad, esa agonía y esa entrega, porque eso es lo que su humanidad vive, es parte del camino que deben recorrer para rendirse a Dios, para vencer aquello que la humanidad más teme: la entrega, el sacrificio y la llamada muerte. Y así, descubrirán quiénes son y quién es Dios, en ustedes y en toda esta Creación.

Mientras les hablo, Mi Corazón se abre, y todos los códigos más profundos que alcancé en nombre de la humanidad, todo el camino que tracé para estar aquí, los deposito en estos sagrados Relicarios que Yo bendigo para cada Centro Mariano y para Mi amada África.

Este es el séptimo Relicario, que Yo aspiro a que llegue allí, para que comprendan que Mi Corazón permanece con aquellos que más lo necesitan. Yo estoy con ustedes, hijos Míos, como con cada hijo de esta Tierra, estoy en cada hogar y en cada corazón, porque Mi Corazón está unido a Dios, y este mismo Corazón Divino y Celestial habita dentro de ustedes.

Contemplen los Relicarios para descubrir esta verdad, para estar delante de un espejo, así como Yo estuve delante del espejo del Corazón de María. Hoy les entrego el espejo de Mi Casto Corazón, a través de cada Relicario consagrado por Mí. Que esta Gracia se expanda por los cuatro puntos de este mundo, para que todos los seres tengan la oportunidad de descubrir la verdad sobre sí mismos.

Mientras en omnipresencia, Mi Corazón se multiplica para ingresar en cada uno de esos Relicarios, les pediré que canten, que traigan hasta aquí incienso y agua bendita para que, Conmigo, los consagremos y los ofrezcamos a Dios.

Cántico: Sagrado Relicario.

Ahora contemplen el mayor de todos los Relicarios, Aquel que guarda el Cuerpo y la Sangre de su Señor, Aquel que es el eterno espejo de lo que ustedes deben ser, de lo que deben descubrir.

Por la autoridad que Mi Hijo un día Me concedió como Sacerdote ante Dios, consagro no solo esta Eucaristía, sino también a cada sacerdote de este planeta. Que reciban la castidad, la humildad, la renuncia y el vacío de Mi Casto Corazón, para que de esta forma sean cálices vivos para la Consciencia de Cristo. 

Vamos a orar juntos ante el Ángel de la Presencia, no solo para la consagración de estos elementos y para la transustanciación del pan y del vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo; vamos a orar por la reparación del Corazón de Nuestro Señor, por todos los males causados por esta humanidad. Vamos a orar clamando, en nombre de cada ser de esta Tierra, para que todos vean, delante de sí, la Verdad Celestial, se puedan fundir en ella y verla revelada en su propio interior.

Oremos al Padre, clamando por Su Misericordia. Y esa misma Misericordia, que emana del Corazón insondable de Dios, consagra estos elementos y repara la consciencia humana. De esa forma, hijos, en ese misterio divino, el propio Corazón de Dios es reparado.

Oración: Padre Nuestro (en portugués y en arameo).

Que suenen siete campanadas para proclamar la paz en ustedes y en este mundo.

De esta forma, Yo los bendigo y les agradezco por escuchar Mis Palabras, meditar sobre ellas y encontrar esa verdad en sus corazones.

Les agradezco y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hermana Lucía de Jesús: 

Vamos a finalizar, a pedido de San José, con el Himno a San José, sintiendo toda esa historia que pulsa dentro de cada uno de los siete Relicarios consagrados hoy por Él.

Cántico: Himno a San José.

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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