Sé que las fuerzas que emergen de su interior en purificación y transformación a veces son tan fuertes que ciegan sus ojos al amor y al perdón.
Sé que después de eones de existencia alimentando orgullos y vanidades, poder y posesiones, es muy difícil para la consciencia en evolución decir sí a un aprendizaje de humildad, cuando él se precipita en sus vidas.
Muchos son los que dicen querer ser humildes como el Señor en Su pesebre de Belén, pero, delante de las pruebas que Dios envía, reaccionan y no solo no las aceptan con humildad, sino que también se ofenden profundamente y buscan una forma de atacar a aquellos que sirvieron de instrumentos, de manera inconsciente, para que Dios los probase, como hasta entonces pedían.
Comprendan, queridos compañeros en Cristo, que el Señor no puede permitir que todo se les entregue sin colocar en sus vidas las pruebas que consolidan el propósito crístico en su interior.
Después de recibir tantos impulsos del Cielo, cuando ustedes fueren menospreciados, humillados, calumniados o maltratados, según la comprensión de cada uno, simplemente reciban la oportunidad como dádiva celestial y, sin miedo, dejen que las estructuras del orgullo caigan por tierra, frente a sus pies.
Sé que muchos perciben que no pasaron las pruebas que Dios les envió y que las resistentes estructuras del orgullo fueron mayores que su aspiración a la humildad, pero no importa, porque no les pedimos perfección, sino persistencia.
Ahora, levántense del abismo de la ignorancia y reconozcan su propio aprendizaje; colóquense delante del Padre disponibles para nuevas enseñanzas y prosigan.
Quiero que comprendan algo de una vez y para siempre: la humanidad necesita de sus ejemplos de humildad, códigos que se extinguen de la consciencia humana porque las reacciones y las contestaciones ya son muy conocidas por todos.
Cuando alguien los coloque delante de una situación de humillación, acéptenla con humildad, porque, independientemente de quién tenga la razón y de si esa situación es justa o injusta, el Señor espera que Sus soldados bajen la cabeza y venzan la batalla, derribando el orgullo y viviendo la humildad.
Acuérdense de lo que hoy les dije y estén atentos a las situaciones de la vida, porque si dicen sí al camino crístico, no pueden esperar otra cosa sino imitar a Aquel que fue humillado, rechazado y puesto en una cruz, para que aprendan a perdonar a la humanidad y para abrir el caudal de Su infinita Misericordia para el mundo.
Yo los bendigo y los espero dispuestos a recomenzar sin miedo de equivocarse, porque solo con la experiencia del error y reconociendo las propias fallas es que podrán ayudar y advertir a otros.
Yo los amo y los acompaño siempre, día a día, paso a paso.
San José Castísimo
Queridos compañeros y siervos de Cristo:
Mi Casto Corazón retorna al mundo, diariamente, porque confío en el potencial de amor de los seres humanos. Confío en el potencial que ustedes tienen de transformarse a sí mismos y a todas las cosas, porque pueden estar unidos en esencia a Aquel que todo lo creó y que tiene la potestad para transformarlo todo.
Únanse todos los días a la verdadera esencia de lo que son. Recuerden que son hijos de Dios y asuman, así, la responsabilidad de formar parte del Proyecto que tuvo como resultado el Rey del Universo, Cristo Redentor.
Les pido que sean un poco más pacíficos en sus vidas y que opten por estar en silencio, en lugar de crear conflictos y desgastarse. Sean más pacíficos también con ustedes mismos y, así, tendrán la paciencia necesaria para transitar los tiempos actuales.
La urgencia de los tiempos induce a la consciencia a exigir, de sí misma y del prójimo, cosas que tal vez no podrán dar de un día para otro. Por eso, es necesario estar con el corazón pacífico para saber discernir, de la mejor forma, en las situaciones que se presentan en sus vidas.
Con el corazón pacífico, podrán encontrar en su interior los recursos para superar una prueba espiritual; pero si, en vez de esto, están exigiendo y obligando a sus consciencias a dar los pasos con la rigidez de sus mentes, correrán el riesgo de creer que están avanzando y, entre tanto, contarán con falsos recursos internos, frutos de la creación de sus propias mentes, para aliviar la tensión en la cual viven y, más adelante, se encontrarán con la misma prueba una y otra vez.
Solo el corazón pacífico puede encontrar el manantial interior del Amor de Dios, y es ahí donde se fomentan las verdaderas virtudes.
Por eso, nunca olviden que la presión de las fuerzas de oposición, causada por el caos mundial, será suficiente para que la consciencia esté en una tensión que supera sus límites. Esa presión no puede venir de la propia consciencia, porque en los días que vendrán, ustedes necesitarán estar en paz consigo mismos y con el planeta.
Si hoy se asustan y se irritan con los errores del prójimo y pierden la paz al ver las imperfecciones ajenas, no estarán aptos para soportar lo que vendrá.
¡Pacifíquense! Pacifíquense todo el tiempo.
San José Castísimo, pacificador del Corazón de Dios
Para que superen las pruebas de un tiempo de caos deben aprender, aún en estos tiempos, a superarse a sí mismos, a amar la oración y a buscar la unión permanente con la Jerarquía
Divina.
Cada vez que se abren para sustentar un propósito, una sintonía, ustedes reciben de lo Alto una oportunidad de conoce lo que está oculto en su interior.
Cuando el Universo los coloca en la situación de ser sustentadores orantes y de permanecer en vigilia es cuando ustedes comienzan a sentir hasta dónde pueden entregarse a Dios, y a partir de dónde pueden superar los límites conocidos para dar de sí aquello que desconocen.
Esos momentos en los cuales los Mensajeros de Dios les piden oración constante son para probarlos, para prepararlos y para darles una oportunidad de autoconocimiento a cada uno. Por esto, es importante que observen su mundo interior en ese momento y sean verdaderos en sus oraciones, en el transcurso de las horas. Así, podrán ir entrenando sus consciencias paralos días que llegarán, en los que se necesitarán los soldados de Cristo, y la vigilia permanente y constante.
Que el aprendizaje de unos pocos pueda depositarse en toda la consciencia humana como experiencia y vivencia de unión con Dios y con Su Propósito.
Yo los amo y los bendigo para que sigan respondiendo a las necesidades del Plan de Dios.
San José Castísimo
Mis amados compañeros de camino:
Hoy llego a este sagrado lugar, Reino del Hijo Primogénito y de la Madre Universal, a traer para todos aquella simplicidad y aquella humildad que aprendí durante el tiempo que estuve aquí, en esta Tierra, como San José, humildad y simplicidad que Me han acompañado desde entonces.
Es esa humildad y esa simplicidad las que Me permitieron vivir la santidad, pero por sobre todas las cosas Me permitieron dejarme guiar por Dios, por Mi Hijo Jesús y por Mi amada esposa María.
Ella, con Su amoroso silencio, guiaba Mis pasos internos; silencio que Yo amé y veneré en ese tiempo como servicio a Dios.
Hoy vengo a decirles que para superar esta purificación que ustedes, Mis amados discípulos, están comenzando a vivir, solo el camino de la humildad, de la simplicidad y del amor al silencio, los llevará a superar todas las pruebas que enfrentarán para dejar atrás al viejo hombre y a la vieja mujer, aquellos que ya no deberán existir para que el odre que Mi Hijo debe llenar con Sus Códigos nuevos de Luz pueda estar preparado y vacío para Él.
Les hablo a todos por igual, pero hoy quiero hacer un especial llamado a aquellos que están confusos. A estos hijos les pido que ese silencio interior sea el que les permita escuchar la voz del corazón y que la humildad les permita aceptar la guía de la Instrucción dejada por Nosotros, los Mensajeros Divinos de Dios.
También hoy les hablo especialmente a aquellos que siempre han estado tan seguros de sí mismos, porque son fuertes y sienten claridad en su interior. Quiero que sepan que todos vivirán el derrumbe de aquellas estructuras que no los dejan dar pasos en dirección a la plena fraternidad y humildad que esta humanidad debe vivir.
Llegará el día en el que la energía de este final de ciclo toque por Ley esas estructuras, y ellas comiencen a temblar. Será en ese momento que la arrogancia y la soberbia, que han cultivado junto a lo que construyeron de ustedes mismos, comenzarán a caer para dar paso a la verdad de vuestras esencias, aquello que el Padre Altísimo diseñó para vuestros destinos.
Abran sus corazones y, así dispuestos, estudien Mis instrucciones, aquellas que les he dado desde que los visito. En ellas se guardan muchas llaves que deben ser las que los ayuden en estos tiempos tan sublimes y tan esperados por vuestras almas.
Sean fuertes y perseverantes y no se dejen amedrentar por el adversario de este Plan de Dios, que siempre querrá utilizar vuestras destrezas en su favor sin que lo puedan percibir.
Colóquense siempre por debajo de los demás, vivan para servir a sus hermanos, sin protagonismos, y así la virtud que hay guardada en vuestras esencias, aquella que el Creador colocó en sus seres, se derramará dentro y fuera de ustedes para conducir este camino de esfuerzo que deben recorrer hacia la santidad.
Yo estaré allí para guiarlos, para ampararlos y para cuidarlos de ustedes mismos. Solo Me deben aceptar como vuestro Compañero de camino.
Hoy bendigo esta casa, cuna de la Nueva Humanidad y a todos ustedes, hijos del Altísimo. Dios esté siempre en sus vidas.
Mi Casto Corazón los guarda.
San José, Obrero humilde de Dios
En estos tiempos de pruebas, de confirmaciones y de entregas, Yo los invito al camino de la superación. Su Padre Eterno contempla con atención los pasos ciertos y seguros que todos Sus hijos amados están dando en este tiempo de crisis espiritual y material.
Vengo en este día para anunciarles un nuevo ciclo, después de todos estos años compartidos Conmigo a través de las sagradas Instrucciones del Cielo que Yo les he entregado.
Queridos hijos, he venido en peregrinación a Santa Fe, para recordarle a la humanidad que en estos tiempos, solo la fe y el camino de oración permanente los salvará.
Ahora, Dios me ha pedido que Sus hijos queridos aprendan a descubrir el universo del crecimiento interior, por medio de las pruebas y de las experiencias.
Antes de que el enemigo los quiera sacar del camino, Yo los he venido a rescatar, trayéndoles este importante Mensaje de preparación para el fin de los tiempos.
Ustedes, Mis amados hijos, son llamados a formar un ejército de oración y de luz, capaz de ser receptáculo de las energías divinas y supremas.
Pero para que eso sea posible, Yo he venido a anunciarles como síntesis espiritual, el tiempo de su transformación y purificación.
Toda la humanidad se encuentra hipnotizada y sonámbula debido al efecto nocivo de las modernidades y de los avances humanos. Les pido, en nombre de Mi Hijo, que no teman desprenderse de aquello artificial que los lastima por dentro, que su verdadera comunicación sea con Dios y todo el Universo Mayor.
Si las almas en verdad buscaran la unión con lo Alto y lo Supremo, muchas circunstancias no pasarían en la vida material de Mis hijos. En este ciclo definitivo, como ya les he dicho, vengo para desatar el gran nudo de la inconsciencia y de la falta de atención.
Como su Madre Celestial, deseo que den los pasos hacia el despertar de una nueva vida unida a toda la Creación universal a la cual pertenecen. Mi urgencia es sacarlos del sueño que generan las modernidades y de la falta de conexión con las Leyes supremas.
Todos ustedes nacieron para vivir en la felicidad y en el amor. El desorden del mundo y la falta de equilibrio generaron efectos irreversibles en la vida de Mis hijos y muchos fueron conducidos, por sí mismos, por el camino de la tristeza, el dolor y la enfermedad.
Dios me ha pedido avisarles, por última vez, que el Cielo se abrirá para recibirlos a todos, él derramará las Gracias y las bendiciones sobre todos los que no las merecerían.
Por eso, hijos, con valentía enfrenten este último ciclo de duras pruebas y confirmaciones, para que pueda florecer en ustedes la Luz de Cristo.
Aguardo día y noche por ustedes y desde el Cielo oro por todos, para que la mayoría de Mis queridos hijos comprendan que llegó la hora de dejar de pensar en sí mismos, para comenzar a pensar en el mundo y en la necesidad de servicio y de oración por esta última humanidad.
De esa forma, Mi Corazón se ofrece a ustedes, para que con consciencia y entrega reconozcan la Voz de Dios, la que resuena en el universo y los llama al despertar.
En este último Mensaje mensual, los invito a realizar una recopilación de todos los Mensajes para que puedan vivirlos y practicarlos, así podrán estar preparados para lo que vendrá.
Por este encuentro de Dios, quedemos unidos en oración para estos momentos.
Les agradece por la atención interior,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Amigos y almas buenas:
Que la Paz de Mi Señor, el Todopoderoso, permanezca hoy y siempre en sus corazones.
El Cielo les envía las pruebas del fin de tiempo, para que sus almas, las que Me dijeron sí, se puedan fortalecer en la confianza.
Ahora, Yo Soy el único camino para sus vidas. Yo Soy la única y poderosa Luz que los iluminará en las tinieblas o en la desesperación.
Benditos sean aquellos que, a pesar de todo, continúan en Mí y no se separan ni un milímetro del Glorioso y Bendito Corazón de Jesús Amado, porque ellos serán reconocidos como los Hijos de Dios.
Vayan y sean felices. Que sus caminos sean invadidos por el poder de la Palabra de Vida y por la Fuente de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Sé que ya estás cansado y que las fuerzas parecen desaparecer de tu interior, pero debes saber que Mis Hombros y Mi Espalda sustentan el peso de la cruz que el Señor te confió.
No te desesperes, confía en la plenitud de Mi Presencia, abre la puerta de tu corazón para que Yo pueda habitar en ti, así conocerás el Amor inconfundible de Mi Corazón.
Sabes que siempre, desde el principio, has sido libre, tan libre como el vuelo de un ave en las alturas.
Únete a Mi Corazón, Mi Agua saciará la sed que sientes, Mi Sangre lavará el pasado y podrás resucitar en espíritu a la Voluntad de Mi Padre Eterno.
Estoy aquí, regresando para todos, en búsqueda de la semilla que Mi entrega sembró en cada alma.
Vengo a llamarte para vivir el sacrificio por amor a la humanidad, para que así conozcas la fuerza de Mi Amor Redentor.
Bajo el Amor que proviene del Padre Amado, Yo los bendigo y los curo en el nombre de Abba, de Cristo y del Santo Espíritu. Amén.
Cristo Jesús, vuestro aliento.
Queridos hijos Míos de Venezuela y el mundo:
En este día, Yo llego al mundo bajo los poderes celestiales de Dios, para liberar el mal que está siendo causado en el corazón de muchos de Mis hijos.
Como Madre y Señora de Coromoto, deseo que todos los hogares de Venezuela se consagren todos los días al Poder Protector de Mi Inmaculado Corazón.
Ahora, para este ciclo crítico y desafiante que muchos inocentes están enfrentando, Yo los llamo a rezar el Rosario por la Paz y por la Redención. En este día traigo este especial pedido de oración, como una vez Yo lo hice en Fátima, Portugal. Un pedido que fue cumplido por los tres simples pastores de Aljustrel, quienes por su entrega y amor a Mi Inmaculado Corazón, desarmaron a través de la oración, la guerra que en aquella época se desató sobre el mundo.
Pero mientras el sentimiento de opresión ahora se difunde como veneno en el corazón de los hombres, Yo les pido y les digo, que llegó el momento de rogar y pedir al Cielo por Misericordia.
Mis pasos de Luz se dirigen hacia Venezuela para ayudar, serenar y pacificar a los corazones que más necesitan.
En verdad, queridos hijos Míos, ustedes ya están enfrentando una de las tantas consecuencias del final de un tiempo.
Mi Corazón Inmaculado promete socorrerlos en todo momento; en esta hora difícil, Yo estoy con ustedes y he enviado en misión a Mis hijos de Asociación María, para que pudieran sentir bien cerca de ustedes, Mi Sagrada y Maternal Protección Santísima.
Queridos hijos, es en los momentos de pruebas difíciles, en donde ustedes deben mirar con fervor a Cristo y pedir al Padre Celestial por Su Piedad y Misericordia.
Ustedes, como hijos de Dios, son los primeros que están enfrentando las grandes pruebas que vivirán algunas naciones; pero si se unen a Mí y contemplan Mi Consciencia por un instante, Mi Inmaculado Corazón triunfará en vuestras vidas y nada ni nadie quitará Mi Amor Materno de vuestros corazones, porque Mi Amor de Madre por ustedes es eterno y perpetuo.
Queridos niños Míos, ofrezcan al Padre Celestial el ayuno por la paz y recen mucho, para que Yo, Vuestra Madre Celestial, pueda interceder por los inocentes y por las familias.
Derramo Mis bendiciones sobre todos los orantes de la Red-Luz y les pido a todos que recen la Poderosa Novena a la Madre del Perpetuo Socorro, para que Mi Consciencia Divina interceda por todos los hijos de la amada nación de Venezuela.
Agradezco desde ahora y siempre a todos los hijos de Venezuela por la respuesta que han dado a Mi llamado.
¡Que en tiempos sin paz, estemos en Paz y busquemos la Paz de Dios!.
Les agradece, los bendice y los protege con el Inmaculado Amor Materno,
Vuestra Madre María, la Suprema Señora de Coromoto
Vengan a Mí los que hoy se sienten perdidos y se lamentan por no haberse mantenido a Mi lado. Yo, que soy su Madre del Cielo, los perdono y les ofrezco Mis brazos para que en ellos encuentren paz y valor para enfrentar las pruebas.
Vengan a Mí los que están confundidos y no comprenden por qué caminan en el sufrimiento; Yo los llevaré al Corazón del Redentor, aunque crean que caminan a ciegas.
Vengan a Mí los que están afligidos y tienen miedo de los cambios que este tiempo propone; estarán en brazos seguros, los brazos y la guía de la Madre Celestial, que hoy los convoca a una tarea más consciente y más amplia.
Vengan a Mí aquellos que sienten que deben servir a sus hermanos como manantiales de caridad, que Yo les mostraré los lugares hacia donde necesito que vayan.
Vengan a Mí los que aman orar, para que Yo les transmita a sus corazones el poder del verbo creador y así puedan ser Mis instrumentos en la Tierra.
Vengan a Mí los que no pueden orar porque vivieron otras experiencias y se olvidaron de lo que aprendieron Conmigo cuando eran niños.
Vengan a Mí los que no confían en nada, que Yo les quiero mostrar un camino seguro en donde encontrarán la Paz y el Amor del Redentor.
Vengan a Mí los que se engañaron y dañaron la vida de otros, porque en el Perdón del Padre, Yo los levantaré en Mis brazos y les mostraré cómo reparar el corazón de sus hermanos.
Vengan a Mí los que necesitan curar sus almas, porque Mi Manto los cubrirá y sanará todas sus heridas.
Vengan a Mí todos Mis hijos, los que Me sienten y los que aún no Me conocen. Mi Amor de Madre los espera a todos, para que podamos construir la esperanza que será la puerta por donde Mi Hijo, el Redentor, entrará definitivamente en sus vidas y los liberará para siempre de las cadenas que los mantienen atados a los abismos del dolor y del miedo.
Vengan a Mí, hijos de Dios, que el Cielo tiene un lugar preparado para cada uno de ustedes, y Mi Hijo, el Salvador, ya está llegando.
Vengan a Mí, queridos Míos, no se demoren; lleguen hasta Mi corazón antes de que las puertas de sus corazones se cierren definitivamente.
Vengan a Mí, que Yo los espero como los he esperado siempre, con Mi amor de Madre, cálido y lleno de consuelo.
Vengan a Mí, pequeños hijos. Vengan a Mí, que los estoy esperando.
Los amo y los bendigo.
Agradecida por estar hoy Conmigo.
María, Madre de Dios y Madre de toda la humanidad
Mis amados hijos, criaturas de Dios Todopoderoso:
En este día, en que están todos reunidos Conmigo y que Yo puedo llevar sus oraciones como oferta de pétalos perfumados al Creador, veo que algunos de Mis hijos, de Mis soldados marianos, necesitan de Mi auxilio.
Amados pequeños, vengan a Mí, corran a Mis brazos como niños. Yo estoy aquí para abrazarlos y ampararlos, para darles paz y protección. Busquen, dentro de Mí, el refugio de sus almas, de sus mentes.
No vacilen, porque es dentro de Mi Inmaculado Corazón que encontrarán la Luz que los guíe en estos tiempos de pruebas. Perciban cómo un puente de luz se construye entre cada uno de sus corazones y el Mío cuando estamos en oración. Es así, tan simplemente, que podré estar con ustedes en todo momento.
Hagan de la oración, hijos Míos, un precioso encuentro Conmigo, que deje dentro de ustedes la tibieza de Mi maternidad, la caricia de Mi Amor.
No teman, porque siempre me encontrarán. Llámenme por Mi nombre. Clamen: ¡María!, ¡María! Llámenme, ¡Madre!, ¡Madrecita! y sientan Mi Presencia. Dejen de lado las resistencias, los prejuicios, las dudas y lleguen hasta Mí en oración.
En pocos días, estaré con Mis hijos en Salta. Estaré con todos los peregrinos de otras regiones y países, encendiendo el corazón de Argentina una vez más.
Allí, podremos, todos unidos, consagrar a Mi Inmaculado Corazón a aquellas almas que aún no se han animado a conocerme.
Dios Todopoderoso unirá, en los Cielos, Mi Obra mariana en Argentina, esta, Mi amada nación; para que todos siempre encuentren un lugar en todas las regiones del planeta en donde encontrar Mi Presencia, Mi canal de Luz y Mi Amor misericordioso.
Hoy, les dejo como Gracia, amados hijos, Mi profunda Paz; aquella que Mi Consciencia maternal derrama sobre ustedes cada vez que estamos todos unidos, como hoy.
Guarden en sus corazones esta celebración de Mis grupos de oración; y allí, podrán ir a buscar esta experiencia de amor, de amor y de unidad, cuando las pruebas para la humanidad se comiencen a desencadenar.
Estoy con cada uno de ustedes, hijos Míos, con cada grupo, en cada ciudad de cada nación, de norte a sur, de este a oeste.
Los amo, pequeños Míos.
Los bendigo con la Luz que viene de Nuestro Padre Creador y los guardo eternamente en Mi Corazón.
¡Gracias por responder a Mi llamado de Paz!
María, Madre Universal
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más