Vigilias de Oración
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para poder llegar hasta aquí, tuve que recorrer los umbrales más oscuros del planeta, y sé que ustedes, hijos Míos, no saben lo que esto significa; pero todo esto es posible a través de la oración de Mis hijos, a través de la esperanza de cada corazón que clama a Dios.

Esto, Me permite interceder y pedirle a Dios una oportunidad para Mis hijos; aunque esta Gracia, en este momento, no sea merecida.

Hoy, Mi silencio habla más que las palabras y es necesario en estos tiempos, hijos Míos, que se sumerjan en el Silencio de Dios para sentir lo que Él siente, para vivir lo que Él vive, para ver lo que Él ve con Sus propios Ojos.

Por eso, Él Me envía una vez más. Él Me envía como Su Mensajera, pero también como Su Portavoz, para recordarle al mundo que detenga las armas, que abandone las ideas propias de la guerra, de una conquista de las naciones del mundo que nunca sucederá.

¡Ay de aquellos que no le temen a Dios!

¡Ay de aquellos que desafían Sus Leyes y Su Voluntad!

Por eso, todos Mis hijos deberán seguir rezando fervorosamente, así como los ángeles rezan de forma perpetua con sus rostros en el suelo. Es la forma por la que Dios le concederá a la humanidad una oportunidad.

Las armas desafían la Ley. Los hombres no conocen la Creación ni tampoco saben de dónde provienen, no pueden usurpar el misterio, porque aún el misterio no fue revelado. Cristo es el propio Misterio, que se revelará a todos a través de Su Retorno.

Así como los Libros, se abrirán los sellos; así, Cristo revelará Su verdadera Faz y no habrá quién la pueda ocultar; porque Él vendrá en el momento más culminante del planeta y ese momento ya está muy cerca, más cerca de lo que parece.

En estos dieciséis años que han estado Conmigo, momento tras momento, paso tras paso, hemos construido juntos una fortaleza espiritual que ni siquiera la Iglesia de Cristo en la Tierra la ha alcanzado.

Por eso, también deben rezar por aquellos que no consiguieron responderle a Mi Hijo; porque el camino de los Nuevos Cristos es un camino desconocido para todos, pero no es un camino imposible, es un camino de desafíos y de trascendencias. Es ese Camino de Cristo, Nuestro Señor, que los convertirá en Sus apóstoles de verdad, sin ilusiones y sin expectativas propias.

Eso es lo que Mi Hijo necesita en este momento para terminar de concretar Su Retorno. Así como Él los llamó a ustedes, Él llamó a toda la Iglesia extendida en la Tierra para que lo representara como la Luz del mundo, aquella Luz invencible que muchos buscarían en el fin de estos tiempos; porque en esencia es la Luz de la Jerarquía, es una Luz que nunca cambia, es una Luz que nunca desaparece, porque es parte de la Luz Eterna.

Es en lo más profundo de cada ser en donde Cristo comenzará a concretar Su Retorno, y así como los primeros apóstoles y seguidores y seguidoras del Señor deberán dar la vida por el mundo, si así lo aceptan.

El camino crístico no es un abismo entre ustedes y el Cielo. El camino crístico es un puente para todos los que quieran ser consecuentes con Él, y estar junto a Él donde Él lo necesite y cuando lo necesite. La decisión solo está dentro de ustedes, y en ningún otro lugar.

Dejen que el Amor de Mi Hijo los arrebate, que Él los convierta en lo que tanto espera en estos tiempos. Porque así, Sus nuevos apóstoles estarán en lugares del mundo que nunca habían pensado, estarán preparando a las multitudes y a los pueblos para Su llegada. Y esto no será con grandiosas obras, sino con ejemplos verdaderos y simples que moverán a los corazones al cambio.

Yo vengo como la Madre que prepara ese momento, porque Él Me lo ha pedido y Yo Soy Su Esclava, Soy la Esclava del Señor porque se ha hecho en Mí Su Palabra.

¿Los que son llamados a ser los últimos apóstoles de los últimos días, han decidido que la Palabra de Dios se haga en ustedes?

He visto con Mis propios Ojos, con los Ojos de la Madre de Dios, que en muchos se ha hecho la Palabra de Dios, a pesar de las tribulaciones y de las pruebas.

Por eso, a pesar de este mundo aterrador, a pesar de lo que vean a su alrededor, colóquense disponibles. Ya no se escondan de Dios, vayan al encuentro del Padre Eterno y les aseguro que serán felices, serán libres, así como Yo lo fui al escuchar el llamado del Arcángel Gabriel.

No se olviden, Mis hijos, de que Yo Soy una más con ustedes. Soy la Virgen Madre, la Rosa de la Paz, la Consoladora y Abogada de los que sufren y de los que claman.

No se desesperen, no se angustien. Ya no miren la oscuridad, miren hacia la Luz que Cristo les ha dejado adentro. Así, encontrarán la fuerza como Yo la encontré al ver a Mi Hijo clavado en la Cruz, entregando por todos lo más grande que tenía en Mi vida, así como muchos de ustedes, y muchos de sus hermanos del mundo que sirven a Cristo, han entregado sus familias y lo más preciado que tienen por responder al llamado desconocido de Cristo.

Pero los Ojos de Jesús, de Mi Amadísimo Hijo, están sobre sus seres queridos. Él mismo los cuida, Él mismo los protege con Su Manto; así como Él intenta todos los días, aunque sea Rey, proteger sus pasos, los pasos de los que dicen ser Sus apóstoles.

Solo les aconsejo algo, Mis amados hijos, que se rindan a los Pies de Jesús, así como Santa María Magdalena se rindió a Sus Pies y, con sus propias lágrimas, lavó los Pies del Señor, porque era un alma que le pedía rendición.

¿Qué habrá significado este gesto para Jesús?

¿Qué habrá significado para Mi Hijo que la Santísima y Humilde Esclava de Dios besara los Pies de Jesús en lo alto del Monte Calvario?

Pero Él, en Su mayor agonía y padecimiento, renunció por Mí y por cada uno de ustedes, cuando antes de morir Él Me dijo: “Madre, he aquí Tu hijo; hijo, he aquí tu Madre”. Y hoy, Yo como su Madre, la Madre de todos, estoy cumpliendo esa promesa.

¿Se han dado cuenta, Mis hijos, qué significa para Mí que ustedes y sus hermanos y hermanas del mundo caminen al lado de María y que su Virgen Madre camine al lado de Sus hijos, pacientemente, esperando el paso de cada uno de ustedes?

No hay nada más maravilloso en este mundo que el Reino de los Cielos, en donde los ángeles, elementales y devas, las grandes potencias creadoras del universo, se reúnen para adorar y alabar el Nombre de Dios.

Y, aunque Mi Corazón está lastimado por lo que ve de este mundo enloquecido, cuando Yo puedo descender del Cielo, como en este día, Mi Corazón se conforta, Mi vida se anima por todos los que Me aman, porque el amor no se queda Conmigo, el amor va directo al Corazón de Dios.

Y Él, así, abriendo Sus Brazos y extendiendo Sus Manos sobre el mundo, derrama Sus amorosos Rayos de Piedad y Misericordia, renovando a través de los últimos Cristos a toda la faz de la Tierra, especialmente, a través de aquellos que anónimamente sirven a Dios.

Ahora le hablaré a cada uno.

Hijo Mío, hija Mía, ¿por qué sufres? ¿No estoy Yo aquí? Y, a través de Mí, ¿crees que vives en Dios, así como Mi Hijo vive a través de Sus hijos, de todos Sus compañeros?

Decídete, libérate de tu propio peso y confía, porque hay algo maravilloso para ti, que Dios escribió en el universo con Su propia Mano.

Entrega todo lo que tienes, entrega todo lo que eres, y te aseguro que no te arrepentirás. Porque, a pesar de los desiertos o de la angustia, Mi Hijo todo lo renueva; así como Su Sangre y Su Agua, que brotaron de Su lastimado Corazón en lo alto de la Cruz, renovaron al mundo entero.

Deja que tu alma guíe la barca de tu vida. No le temas al naufragio, no le temas a las derrotas, afírmate en la esperanza de Mi Corazón Misericordioso y del Corazón Misericordioso de Mi Hijo.

Consagra tu vida a San José y Él te guiará a través de Su Mano para que descubras la grandiosa Voluntad de Dios, que te hará libre para siempre, rompiendo los grilletes de la ilusión, rompiendo las cadenas de la inercia y abriendo los portales al gran encuentro, al encuentro de tu espíritu con el Espíritu de Dios.

Yo les agradezco por tener la valentía, todos los días, aunque no sepan cómo hacerlo, de seguir las Huellas de Luz de Mi Hijo. Y les agradezco a todos los que oran por la paz, porque es muy urgente en este momento, especialmente la paz en los corazones que ya no la tienen.

Nunca, pero nunca, se olviden de ser agradecidos, así aliviarán al Corazón de Dios de tantas ingratitudes.

Sean guardianes de los Tesoros de Dios. Sean celadores de Nuestros Mensajes y, sin que lo perciban, en el gran día prometido, la Palabra de Dios se cumplirá en ustedes, así como se cumplió en la Esclava del Señor.

Ahora, volvamos a cantar a la Señora de Kibeho, la Madre del Verbo y de la Palabra, la Madre de África. Cantemos por el herido pueblo africano, sometido por la guerra, perseguido por su fe, condenado por los sistemas del mundo enfermo, por el hambre de cuerpo y de espíritu.

Clamen, a través de la Señora de Kibeho y por medio de esta canción, por Mi amada África. Y recemos, desde ahora, para que Nuestros Sagrados Corazones vuelvan a África el año que viene. ¿Están prontos para este desafío?

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En la Luz de Cristo, los bendigo para que la paz esté en ustedes y en todas las naciones, especialmente en las naciones que más la necesitan.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los amo, mucho más que lo que ustedes pueden imaginar.

Aférrense a Mi fortaleza espiritual y siempre verán la Luz de Cristo en el horizonte. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y ahora, vamos a cantar esta canción a la Señora de Kibeho, respondiendo al pedido de la Santísima Madre, para que las Gracias del Corazón Inmaculado de María se derramen sobre África y el mundo. Y, especialmente, para que el Manto de Luz de la Madre de Dios guarde y proteja a los niños, jóvenes y adolescentes de toda África, y la Madre de Dios les otorgue la Gracia del alivio y de la esperanza.


Canción: "Our Lady of Kibeho".


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Queremos terminar esta Vigilia de Oración haciendo un relato, a pedido de nuestra Madre Divina.

Vamos a intentar repetir todo lo que pasó, sin perder una palabra, porque hoy la aproximación y la Presencia de María fueron muy fuertes.

Lo primero que quería decir, antes de olvidarme, es que esta Vigilia de Oración Ella la sintió verdadera, muy sincera y muy honesta por parte de cada uno.

Cuando Ella llegó, nos preguntó si nosotros como Obra, como peregrinos, como orantes, estaremos dispuestos a acompañar a María los días 24, a través de este formato de Vigilia de Oración; porque Ella nos dijo que, con todo lo que está atravesando la humanidad y el planeta, lo único que en este momento nuestra Madre tiene para ofrecerle a Dios son nuestras oraciones, que nos reunamos como grupo y como almas en oración junto con Ella.

Y siento que todos internamente estamos dando ese sí, para que a partir de hoy retomemos este formato de Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, para que podamos, junto con María, fortalecer esta escuela de oración que Ella nos ha enseñado y, especialmente, podamos orar por todas las causas urgentes, respondiendo a Su pedido.

Hoy, cuando la Madre Divina llegó, como siempre lo hace, atravesando los portales de los Cielos de forma gradual, Ella nos llevó como consciencias a los lugares de los abismos más oscuros del planeta, que son abismos espirituales que no se ven con los ojos físicos.

Y Ella realizó ese movimiento y presentó esa situación como los presentó en el tercer secreto de Fátima. La Virgen Madre atravesaba una ciudad completamente destruida por la guerra y por las armas, se escuchaban gritos de sufrimiento y de dolor, había personas a las que les faltaban piernas, brazos.

Ella era la única Luz que allí brillaba, y esa Luz brillaba a través de Ella por nuestras oraciones de este día. Ella recogía cada cuenta de oración de esta Vigilia y también todas las oraciones que hemos hecho en estos dieciséis años de Apariciones para ofrecérselas a Dios como un acto de expiación y de misericordia.

En mi caso personal, realmente, yo quedé muy impactado por lo que vi. Pensé que no iba a poder continuar con la tarea. Y cuando Nuestra Madre lo percibió, Ella recogió esa escena y trajo el Cielo.

A medida que hablaba, Ella se iba acercado a cada uno de nosotros. Podría decir que hoy Ella estuvo tan cerca como nunca antes lo estuvo.

Y Ella, no solo espiritualmente levantaba al planeta de donde está en este momento, a la humanidad, a los pueblos, a las naciones que están sufriendo, sino que también Ella nos levantaba a cada uno de nosotros.

Y Su Amor, ese Amor puro de María, inconfundible, iba transformando las miserias del mundo y nuestras propias miserias. Y Su Amor en una forma de Luz, que emanaba de Su Corazón Inmaculado, iba ingresando en aquellos espacios de nuestra memoria celular y espiritual, donde hay muchas marcas, donde hay muchos miedos.

Ella lo que hacía era animarnos, y con Su Amor nos envolvía y nos transformaba en algo nuevo, nos separaba de esa oscuridad, que a veces atravesamos, y así lo fue haciendo también con el planeta.

Hoy, Ella era como una Gran Peregrina y Servidora, y Sus Ojos lo podían ver todo; nos veía a nosotros tal cual somos, no con juicio, no con condenación. Era fuerte ver la Mirada de Ella, porque era de un Amor que no es de este planeta. Ella emanaba ese Amor de Dios e iba cerrando así muchas puertas en nosotros y en el mundo. Y Su Verbo, que era el Verbo de Dios, construía nuevos puentes internos para cada uno de nosotros, para que nos animáramos a atravesar esos puentes, en estos tiempos, hacia esa esperanza que Ella hoy nos traía espiritualmente.

Luego, Ella hizo una tarea espiritual importante con África. Allí, volvió a presentar un escenario durísimo, que eran los niños muriendo por la desnutrición y las madres, de esos niños, desesperadas. María alimentaba a esas madres con Su fortaleza espiritual, aliviaba el corazón de esas madres y también la Madre Divina iba recogiendo en Sus Brazos a todos los niños.

En síntesis, eso fue lo que pasó. Muchas otras situaciones se presentaron durante la Aparición, pero la mejor forma de recordarlas es rever este momento que vivimos con la Madre Divina.
Así que nos queda este compromiso, a partir de hoy, de orar juntos en estas Vigilias de Oración por la Paz en las Naciones todos los días 24. Los días 12 de cada mes también habrá Vigilia de Oración, así como lo instauró Nuestra Señora hace tantos años; pero el día 12 de cada mes, María quiere que Sus hijos sigan orando, así como lo hacen todos los días 12.

Vamos a agradecer una vez más y a llevar las Palabras de María al corazón.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 7.° ENCUENTRO ANUAL DE LOS HIJOS DE MARÍA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No dejes que se apague la luz de tu corazón.

Yo he venido aquí para ayudarte y acompañarte. He venido aquí por cada uno de Mis hijos, en este día especial en el que la consagración es la premisa para cada una de sus consciencias, porque el momento final se aproxima y ustedes lo están viviendo.

Anímate, hijo Mío, a ingresar en este calvario al que Nuestro Señor te llama a vivir y a experimentar.

En esta pausa sucedida, entre batalla y batalla, anímate a cargar con la cruz que Él te está entregando para que esta Cuaresma sea una victoria, sea un triunfo para Dios.

Tú sabes que el amor siempre triunfará, el amor nunca perecerá.

El mal no conoce el amor, por eso el mal agrede y ataca. Su furia es desconocida, pero su debilidad es muy grande.

Mientras ames y vivas en la fe, todo se transformará, por más difícil que parezca.

Ahora, la cruz que debes cargar en este calvario, al cual estás ingresando, es la cruz de la humanidad, la cruz espiritual que muy pocos se animan a llevar sobre sus espaldas, que muy pocos se arriesgan a sentir y a soportar, así como lo hizo Mi Hijo.

¿Acaso no crees que te es posible cargar con esta cruz?

Este es el camino de los Nuevos Cristos. Este es el camino de los soldados, de los Hijos de María.

No solo la oración, día a día, te sostendrá, te purificará y te elevará, sino también tu entrega y sacrificio verdaderos por Nuestro Señor, para poder compensar la gran deuda que tienen el mundo y la humanidad.

Dios no derrama sufrimientos sobre Sus hijos. Dios derrama Sus Misericordias y Sus Gracias, pero aún pocos las pueden reconocer, las pueden apreciar y valorar.

Por eso, hijo Mío e hija Mía, resígnense y sean humildes para poder percibir el vasto universo de Dios, para poder contemplar todo lo que Él quiere entregarles.

A medida que pase el tiempo, mayor será la definición. Este es el momento de vivirla y de experimentarla.

Esta es la Cruz del Apocalipsis.

Vestir parte de Mi Manto celeste no es solo una bendición y una Gracia, es un compromiso, es una responsabilidad, es vivir la fidelidad a Dios a través de Mi Corazón Inmaculado.

Yo los preparé en estos años para este momento y hoy recibo con amor las aspiraciones de muchos hijos Míos que quieren consagrarse.

Este tiempo material y los acontecimientos del mundo impiden que Mis hijos se reúnan. 

El mal ha llevado adelante un proyecto desconocido sobre ustedes. Ha paralizado a la humanidad entera, porque la humanidad es muy ignorante e inconsciente. Pero la fe puede renovar todas las cosas. La oración puede transmutar todas las cosas. El sacrificio repara y enmienda los errores del mundo entero.

Mi Hijo espera que existan corazones que se ofrezcan como víctimas de Su Amor, que existan corazones que puedan vivir lo que Cristo tanto espera; que no solo puedan recibir de Mi amado Hijo Su Misericordia, sino también Su dolor, Sus espinas y Sus llagas espirituales.

Este es el Encuentro de los Hijos de María que cierra un ciclo, por ser el séptimo.

En verdad, hijos Míos, Dios no esperaba que la humanidad llegara a este punto y a esta situación, pero llegó, y así está. 

Por eso, los invito a resurgir de las cenizas; los invito a resurgir de la tribulación, del desierto; a salir del pecado, de la mentira, de la soberbia, de la arrogancia y de la vanidad. Los invito a vivir la obediencia, la fidelidad, el compromiso, la responsabilidad, la lealtad y, sobre todo, el amor, el Amor Crístico.

En esos sagrados atributos, Mi Hijo se apoyará para hacer de sus vidas y corazones apóstoles de Cristo.

Su misión está en la convicción de vivir en Cristo y por Cristo, y no de vivir una vida de ilusión material o espiritual.

Hijos, este es el tiempo de asumir el pesado madero de la cruz de la humanidad, para que el mundo se libere para siempre del estado en el cual se encuentra, del lugar en donde se ha quedado desde hace siglos.

Yo solo puedo orar por ustedes y animarlos a seguir adelante, a no bajar los brazos y a atravesar este turbulento tiempo de inestabilidad y de desafíos; tiempo desconocido que nunca una humanidad vivió ni atravesó.

Ustedes son una raza en transición, un proyecto que ha quedado inconcluso y que debe finalizarse. Un proyecto humano que debe realizarse, así como comenzó una vez en el sagrado pueblo de Israel. Ustedes son su descendencia, son sus nuevas tribus.

Cristo necesita gestar, en los corazones verdaderos, Su Proyecto de Retorno. Mientras eso no suceda Él no llegará.

Ruego al Padre Eterno para que llegue ese momento, porque como Madre, sufro por un mundo en caos, en sufrimiento, en agonía y en dolor.

Todas las huestes angélicas, que Me acompañan, ayudan al planeta en todo lo que es posible. Mi Manto envuelve a todas las naciones, pero aún la humanidad no quiere desvincularse del mal.

Sean esa Luz de Cristo que el mundo necesita en este tiempo. Sean ese Sacramento realizado y concretado por la Misericordia de Mi Hijo, dando testimonio de Su Palabra y viviendo en la Eucaristía.

Los signos del Retorno de Cristo serán muy visibles para todos. Pero les pido, hijos amados, le pido al mundo entero que no forje el que se cumplan las profecías, no lo hagan, no lo hagan más. Que sus vidas sean una promesa y no un calvario. 

Que sus consciencias se unan al Proyecto de Dios y a Su Voluntad en estos tiempos en los que la batalla es muy dura y difícil; pero siempre vean a Mi Hijo, aquel Hombre de Nazaret que derramó Su Sangre por ustedes, hasta la última gota.

El suelo sagrado del planeta fue testigo de ese acontecimiento y no lo puede perder ni dejar de valorar.

Ahora aprendan, hijos Míos, a soportar su propia pasión, sus propias agonías e incertidumbres, para que triunfe la purificación del mundo y la liberación de las almas.

En este 13 de marzo de 2021, una puerta espiritual se abre para que todos los Hijos de María la atraviesen. Es la puerta del sacrificio maduro, de una cruz madurada que son invitados a cargar, espiritualmente, junto con Mi Hijo. 

Yo les pido que no se justifiquen ni tampoco se lamenten. Los invito a realizar este trabajo silenciosamente, unidos de corazón a corazón, al gran Corazón de Cristo, el Rey Universal.

Sus manos no conseguirán atender a muchas necesidades, no solo a las que están a su alrededor, sino a las que están en el mundo. Los soldados se reducen en las filas de los Comandos de Cristo. ¿Alguien más perecerá?

No es tiempo de retroceder, hijos Míos; permitan que el Espíritu del Gobierno espiritual de Cristo, los guíe y los ampare; los impulse a encontrar día a día el camino de la trascendencia y de la redención de todos sus aspectos humanos, porque a quien sirva de verdad y se entregue, nada le faltará.

La llamada de Cristo en este tiempo es contundente y clara.

Anímense a ser ese último rebaño y esa última tribu de Israel que está sobreviviendo al fin de los tiempos, porque en medio de la oscuridad brillará la Estrella que traerá la gran consciencia de Cristo al mundo, y Él pondrá fin a todo lo que hoy vive la humanidad, pero primero el planeta se limpiará a sí mismo.

Que todos tengan la oportunidad de enderezar sus caminos y de no olvidar los Mandamientos, que tantas veces se los hemos dicho.

Cuando no puedan más, hijos Míos, los invito a quedarse en Mis brazos, los envolveré con Mi Manto y les cantaré una canción para que puedan dormir, así como dormía al Niño Jesús.

Mi Corazón está pronto para acompañarlos. ¿El corazón de ustedes está pronto? 

Que esta consagración y renovación de votos se profundice en cada hijo Mío. Es necesario orar más para que no se pierda la paz y, especialmente, para que las almas tengan discernimiento en sus decisiones, porque ya nadie más podrá decir que Dios los está castigando.

Las consecuencias son generadas por sus acciones, por sus elecciones, sean conscientes de esto y no sufrirán. Que la estrella del compromiso de los Hijos de María brille en el pecho de cada ser y la ayuda llegará.

Hoy sean ungidos por la señal luminosa de la cruz.

Hoy sean bendecidos por la Madre Celeste.

Les agradezco a todos por haber llegado hasta este momento y hasta este tiempo.

Sigan los pasos de la Madre de Dios, pero que sus pasos sean de pies descalzos, despojados de sí y entregados en confianza al Creador.

Yo los bendigo con la Luz de Mi Hijo y renuevo, en este día, los votos de su consagración.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras el universo se abre frente a sus ojos, nunca pierdan la paz. Mi Paz siempre los confortará y les dará el entendimiento sobre estos tiempos.

Este universo se abre para que lo puedan conocer, para que se animen a profundizar en él y así puedan encontrar el sentido y la razón de existir esta Creación.

En esos universos existen varias realidades y hacia allí hoy los quiero llevar, porque el mundo debe elevar su consciencia. La humanidad debe trascender sus miedos y así encontrar la confianza en lo que existe, en lo desconocido.

Desde el universo hoy traigo Mi Mensaje para todos, porque aún la humanidad tiene que escuchar la Palabra de Dios, esta Palabra que viene a fortalecerlos y a darles nuevos valores para que sus almas estén en comunión con el universo y con la Vida Mayor.

Para llegar aquí he cruzado muchos planos de consciencia, eso siempre lo deben tener presente. Para que Yo pueda venir al mundo y hablarle a la humanidad, los universos se tienen que abrir, los portales se tienen que expresar y el gran camino de la Luz es construido para poder llegar a la Tierra y presentarme.

Después de todo lo que ha sucedido en agosto, como Madre y Guardiana de la Fe, vengo a hablarle a la humanidad nuevamente. Porque aún hay hijos Míos que no escuchan la Palabra de Dios, solo la oyen y eso no es suficiente.

En este tiempo de purificación, sus consciencias deben estar unidas a la vida universal. Así, las corrientes del universo los auxiliarán y les darán la fuerza interior que necesitan para poder superarse.

Todo lo que es material deberá ser purificado. Por eso, este es el tiempo, hijos Míos, que ustedes vivan esa trascendencia día a día.

Por eso, Yo traigo el universo para ustedes, para que primero lo puedan reconocer dentro de sí y después puedan expresarlo, aun estando en la vida material, aun viviendo en este planeta y dentro de esta humanidad.

Por eso, sus consciencias deben retornar al origen. No al origen de los errores, de las culpas, de las incomprensiones que tal vez vivieron una vez en el universo o dentro de este planeta escuela.

Deben retornar al origen de su verdad, al origen de su esencia. Allí nada podrá corromperse, porque si están en Dios, Dios estará en ustedes y se cumplirá Su Palabra.

Estos tiempos no solo son tiempos definitivos, tiempos de pruebas, tiempos de confirmación, son tiempos en los que el universo se reúne y se une, y así todas sus Jerarquías, para ayudar a la humanidad.

Los Comandos en el universo son muy amplios, los desafíos por la humanidad son muy grandes. Pero hay una sola razón y motivo que a todos los mantiene aquí, que es el amor por el Proyecto de Dios. Un Proyecto que decayó muchas veces y que se desvirtuó a lo largo de los tiempos.

Pero eso, hijos Míos, ahora no es importante. Lo importante es su despertar, y en su despertar estará la evolución de sus consciencias y esa evolución de sus consciencias solo se alcanzará a través del amor y de la entrega.

Mi Hijo les enseñó cómo hacerlo. Su Instrucción es vigente y atemporal. Sí o sí la humanidad debe caminar al encuentro del portal que los llevará a la Tierra de los Nuevos Cristos. Y esto, hijos Míos, no es una teoría, es una realidad, es una aspiración de Dios, es una meta.

Cuantos más desisten, menos posibilidades tienen de que todos puedan llegar hacia ese portal que el universo abre en la consciencia de la humanidad, y que algún día la llevará al encuentro de la Tierra de los Nuevos Cristos.

El Amor de Mi Hijo les hará conocer ese camino, les hará comprender esa meta y esa aspiración de Dios.

Después del 8 de agosto, el Padre Eterno no ha desistido y no desistirá, aunque la mayoría de Sus hijos tengan su consciencia ocupada en una realidad inferior e indiferente.

Las pruebas vienen a enseñarles a todos ustedes, hijos Míos, que es tiempo de cambiar algo, que no solo puede quedar en la mente como una información o parte de la memoria, que deben practicarlo y aplicarlo en la vida de este tiempo.

Por eso, el universo se moviliza y trabaja incansablemente. Sus corrientes cósmicas, sus espejos de luz, sus Jerarquías, sus puertas universales, mentales y divinas, todo se entrelaza y se interrelaciona a través de los Rayos para ayudar a la humanidad.

Hijos Míos, hay una parte que la Jerarquía no puede hacer por ustedes, y es a ustedes a quienes les corresponde hacer esa parte.

Su fe en este tiempo deberá ser fortalecida al igual que su confianza en el Plan de Dios, son tiempos de situaciones increíbles, nunca antes vistas.

Pero ustedes no pueden quedarse allí, en lo superficial, deben aspirar a lo inmaterial aunque no lo conozcan, aunque no lo entiendan, aunque no lo vivan.

De allí vendrá la ayuda de la Fuente, así como la Fuente Inmaterial ayuda a todo el universo, al resto de la Creación. Ustedes están en un tiempo que ninguna otra humanidad vivió.

¿Ahora comprenden la importancia de este momento?

Sus vidas deben ser el propio mensaje cumplido, la Palabra de Mi Hijo manifestada a través de la redención y de la entrega a Dios.

Eso justificará, en este momento, todos los errores que comete el mundo y que lleva adelante la humanidad, aun dentro de una pandemia.

No dejen que la Ley de la Misericordia se aparte, llamen por la Misericordia de Dios y confíen.

Llego al mundo para poder profundizar en el despertar, sabiendo que el universo está allí a la espera de los que se autoconvocaron y de los que retrocedieron en el camino de Mi Hijo.

El compromiso de cada ser no se disuelve, por más que se cambie de vida, por más que se aparten del camino, porque es un compromiso esencial, es algo que ustedes traen dentro de sí mismos, en la esencia, aportado por la Fuente Inmaterial. 

¿Ahora comprenden el sentido de esa responsabilidad?

Estar con Mi Hijo no es un momento pasajero ni emotivo, Nuestras Palabras deben cumplirse en ustedes, porque Dios las dona por amor y sabiduría.

Eso hará recrear la Creación, y sus vidas siempre deberán vivir una metamorfosis, un cambio constante, una transformación permanente, porque es allí donde Cristo obra y lleva adelante Su Plan.

No les pedimos lo imposible, sino lo que es posible, lo que proviene del corazón y renueva la vida.

En nombre de todas las Jerarquías del Plan Divino y Universal, los santifico y los bendigo en este momento para que, saliendo cada día más de sí mismos, alcancen la realidad suprema, aun viviendo la vida material.

No es imposible, solo es aspirar y querer, la Vida Mayor allí estará, llamando a las puertas de sus consciencias, llevándolos al despertar y a comprender, más allá de todo, el Plan.

Que su fe sea renovada, que el compromiso sea recordado por todos, que las Virtudes y los Dones de Dios se cumplan en la superficie de la Tierra para que nazca la Nueva Humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE NÁPOLES, CAMPANIA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.

En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.

Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.

Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.

Queridos hijos:

Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.

Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.

Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.

Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.

Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.

Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.

Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.

Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.

Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.

A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.

La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.

Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.

Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.

La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.

Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.

Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.

Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.

Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.

Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.

Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra. 

Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.

Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.

Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.

Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.

Les agradezco por escucharme.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vengo al mundo por una razón espiritual y universal.

Vengo para abrir aún más la consciencia de Mis hijos, para que sientan en su corazón la Verdad, la Verdad que Yo profeso a través de Mi presencia.

Vengo por un mundo que agoniza y desespera.

Vengo durante un tiempo de purificación intensa.

Vengo para traerles lo que en verdad necesitan, lo que les concederá la libertad, la oportunidad de vivir lo que Dios ha pensado y lo que Él ha planificado para sus vidas.

Mientras tanto, manténganse dentro de Mi Corazón, revivan cada momento de oración como una oportunidad de renovación, para que los códigos divinos lleguen a sus vidas y reciban la sabiduría que necesitan para poder tomar decisiones correctas.

Por eso vengo aquí, una y otra vez, hasta que se cumpla lo que Dios necesita, hasta que se realice lo que Dios ha pensado.

A pesar de que sea un tiempo de caos, si Él decide que todo se lleve adelante, se llevará.

Por eso la confianza de ustedes es imprescindible, y especialmente, la adhesión de todos, para que se pueda cumplir lo que está escrito.

Tal vez sientan que esto lo escucharon muchas veces, pero si lo vuelven a escuchar es porque no se ha cumplido.

Es necesario colocar sus pies en un solo camino.

Es necesario reclinar la cabeza para poder entrar por la puerta de la humildad, así como Nosotros lo hicimos cuando estuvimos aquí presentes en la Tierra como la Sagrada Familia.

Los atributos que son necesarios en la humanidad no podrán perderse.

Deben ser celadores de esos atributos, deben ser guardianes de las Reglas de Dios para que todo se mantenga en su curso, a pesar de los acontecimientos que ya están sucediendo en la humanidad y también de los acontecimientos que sucederán.

Cuando todo esté muy intenso, no habrá hacia donde correr. Solamente en Mi Corazón encontrarán el refugio que necesitan, el aliento que tanto esperan, el alivio que tanto buscan.

Pero Yo los invito en este tiempo a seguir ese camino de fidelidad, como Nosotros lo seguimos hasta el presente y por toda la eternidad.

Ese camino de fidelidad que Yo los invito a vivir los llevará a la transparencia, porque, a pesar de las miserias, sus corazones serán transparentes y puros y algún día podrán vivir la Verdad, a pesar de que el mundo esté en su gran transición.

Quisiera que pudieran beber de la Luz de Mis palabras, que escuchen y que guarden memoria de todo lo que les digo, porque después no habrá nadie que les pueda hacer recordar lo que hoy les estoy diciendo y lo que ya les he dicho en otros momentos.

La Instrucción que viene del Cielo es como el manantial que surge de una montaña, es inagotable e inacabable. Pero para que ese manantial perdure debe ser cuidado y protegido, porque inesperadamente podría terminar.

Deben aprovechar las Palabras de la Jerarquía.

Deben construir en ustedes ese camino hacia la verdadera realidad que en un futuro próximo los librará de ustedes mismos.

Muchos creyeron comprender todo lo que Yo necesitaba y todo lo que Yo decía, pero no comprendieron, porque quien vive la Palabra de la Jerarquía se transforma, a pesar de que lo intente una y otra vez.

Por eso, rezo por los que ya no están aquí, porque no comprendieron al no haber abierto su corazón a Dios, sinceramente.

La Verdad es una sola, no existen dos verdades diferentes; por eso al ser humano le cuesta tanto vivir la Verdad cuando se debe enfrentar a ella para reconocerla y aceptarla.

Estamos en un tiempo de grandes movimientos internos.

Estamos en un tiempo en donde cosas ocultas están saliendo a la luz para que todos las puedan ver.

Ya no habrán engañadores ni mentirosos.

Ya no habrán manipuladores ni consciencias que se puedan aprovechar de todo, porque la Ley ya está descendiendo aunque no lo parezca y Mi amor de Madre viene para auxiliarlos, para decirles: "hijos, no se queden allí, ni tampoco sean así".

No pueden ir contra la Voluntad Divina. No pueden oponerse a ella, porque la Voluntad Divina es invencible.

El Amor de Dios nunca les faltó.

La Gracia de Dios, en muchos casos, fue en abundancia y pocos se dieron cuenta de eso.

No necesito que se entristezcan, ni que se ofendan.

Quisiera que pudieran sentir como siente Mi Corazón y que pudieran vivir como vive Mi consciencia.

No estoy diciendo que serán seres iluminados, ni elevados. La humildad, la obediencia y la entrega los transformarán, pero siempre deberán dar el paso hacia esa búsqueda constante de la Verdad que está en el Corazón del Padre, así como está en el corazón de Sus hijos.

El mundo agoniza, por sí mismo, al haber salido de la Verdad y de la obediencia. Las Leyes de la Gracia ya no están pudiendo tocar la Tierra como antes, solo cuando el corazón se rinde y clama con sinceridad.

Dios los creó para que siempre fueran felices y estuvieran en Su Plenitud Celestial.

Dios no los creó para que sufrieran, ni padecieran.

Por eso, muchos errores están guardados en el Universo y en el planeta. Muchas historias aún son imborrables y nadie ha conseguido desvanecerlas de la consciencia interna de los seres.

Pero llegará el tiempo en que eso sucederá, cuando retorne Mi Hijo para poner fin al cautiverio humano y a la perdición de las almas, para terminar de transmutar a la humanidad y redimirla, y crear así una nueva civilización, con pocos cristos.

La humanidad no está percibiendo que está perdiendo la oportunidad de amar y de encontrar a Dios, y que Él espera que Sus hijos sean consecuentes con Él hasta en los más pequeños detalles.

La Obra es sostenida por la fe, la oración y el servicio de todos.

Aún hay tiempo de revertir muchas situaciones, antes de que el reloj del Universo marque el tiempo final y todo se desencadene.

Las almas no creen que pueden perder la evolución y muchas de ellas se ríen de esto, porque no lo saben, por su ignorancia, por su falta de conocimiento de la Verdad.

El Plano Espiritual es un compromiso de todos; antes, durante y después de esta vida.

El Plano Espiritual no termina aquí, ni tampoco finaliza después.

En el Plano Espiritual está la decisión divina, el Decreto de Dios y Su Afirmación.

Si las almas del mundo no viven el Plano Espiritual, se irán muriendo por sí mismas, se irán apagando, así como el sol desaparece en el horizonte, sin avisar.

El tiempo actual determina una decisión severa de parte de las almas, teniendo consciencia del compromiso y de la responsabilidad, sabiendo que ya no hay espacio para mediocridades.

Es hora de crecer y de forjar el Cristo interior para que gobierne, para que actúe y participe del Plan de Dios.

No dejen que sus niños internos desaparezcan. Cumplan con su deber y todo pasará.

Dios ama profundamente a Sus trabajadores del Plan, pero no olviden que es necesario orar y ayudar al planeta.

La Oración por las Naciones ha sido el refugio para Mi Corazón y también Mi consolación, pero ese compromiso debe sostenerse y no debilitarse por comodidad, cansancio u otra razón.

Ya no son tiempos de justificar sus vidas, es tiempo de remediar los pecados y los graves ultrajes que cometen las naciones día tras día.

Un poco del Amor de Dios aún deberá reinar en la Tierra por intermedio de los corazones que profesan su fe y su comunión con Cristo.

No estamos en tiempos de descanso, ni de poco trabajo.

No estamos en tiempos de pensar si se cumple o no el Plan, o si se deja para mañana o para el próximo mes.

Hijos, ¡despierten, despierten y salgan de su fantasiosa convalecencia!

Miren hacia el firmamento, el Universo espera por interceder y así llevar adelante el Plan de Rescate.

Nadie les prometió tiempos gloriosos, fueron llamados a vivir el Apocalipsis y ustedes se comprometieron.

No se pueden desperdiciar las perlas de la Creación, ni los tesoros del Cielo. Todo, absolutamente todo, tendrá su cuenta final, es parte del gran cálculo del Universo y del equilibrio universal.

Debo anunciarles esto para que despierten, para que la somnolencia no los abrace, no los haga indiferentes, ni mediocres.

La necesidad del planeta será asumida por muy pocos, así como Mi Hijo lo asumió con muy pocos.

Hay almas que se sumergirán en sus propias lamentaciones y en sus propios deseos, pero ya no habrá tiempo para esperar.

El guerrero se forja con la vivencia del Plan y de su cumplimiento.

El soldado se sostiene en la confianza del Propósito y de su meta, así el fuego de la transformación nunca le faltará y podrá librarse de sus cadenas para renacer como un ave de fuego que decreta la realización del Plan.

Que se abran las puertas de sus consciencias.

Que sus corazones se sientan movidos y no conmovidos.

Que sus espíritus reconozcan la tarea y que la cumplan con la mejor voluntad posible y con el mayor amor que puedan expresar para estos tiempos.

Así, la nueva raza se manifestará y dejará de ser una promesa.

Los nuevos cristos habitarán la Tierra y lucharán junto con el Maestro, para vencer el mal y para que se establezcan los mil años de paz.

Deseo que recuerden este mensaje todos los días de sus vidas, porque lo necesitarán.

Bienaventurado será el que cree sin haber visto y sin haber comprendido, porque el Espíritu Santo no lo abandonará.

Me regocijo, hijos Míos, con los que son consecuentes con la Ley y la cumplen.

Mi plenitud llega a los que están más confusos y necesitan de guía, porque Mi Amor siempre será para todos.

Mi plenitud llega a los que están más confusos y necesitan de guía, porque Mi Amor siempre será para todos, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.

Les agradezco por acoger Mis palabras y por no perderlas, por reconocerlas y, humildemente, aceptarlas para la Gloria de Dios.

No pierdan la fe y la convicción de vivir en Cristo, Él los espera.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE PORTO, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

He venido del Cielo para traerles Mi Paz y Mi Esperanza.

Esto es motivo de Mi Alegría al ver tantos hijos que hoy se consagran ante Mi Corazón, para hacer triunfar Mi plan en el mundo, que son los Planes de Dios, en esta humanidad y en este planeta.

Hoy abro las puertas de los Cielos para cada uno de ustedes, hijos Míos, para que puedan ingresar, en consciencia y en devoción, al Gran Reino de Fátima que espera despertar en ustedes la pureza original.

Ustedes saben, hijos Míos, que Europa necesita de esa pureza. Esa  pureza debe estar en todos los corazones que aquí viven, para que la Obra de Mi Hijo pueda seguir adelante.

No se cansen, queridos hijos, de escuchar Mis palabras, pues hoy Yo les traigo el signo de Mi estrella de Luz, aquella estrella que indica el nuevo tiempo en la humanidad y que Yo, una vez, hice aparecer en Fátima, a los pies de Mi Manto.

Esa estrella indica que el tiempo  de la purificación de los corazones está llegando, para que limpios de toda mancha, puedan ingresar en el Reino de Dios y nunca más estar separados de la verdad que habita en los mundos superiores.

Queridos hijos,  hoy finalizo Mi peregrinación por Europa. Y a partir de este momento, estaré sembrando un nuevo ciclo cuando retorne una vez más aquí, para abrazarlos y consolarlos, para que sus corazones se curen definitivamente y ellos se postulen para esta Obra Redentora que ofrece Mi Hijo para cada corazón humano.

De la misma forma, queridos hijos, que hoy estoy unida a cada uno de ustedes y a través de Mis palabras, preparando vuestra verdadera consagración,  estoy unida a cada uno de Mis hijos en el mundo, a cada luz que surge de cada Centro Mariano y que se une a Mi Corazón en este momento, para que Mi Obra se pueda expandir en el mundo espiritualmente y así, en todas las almas que más lo necesitan. 

Es  de esa forma, queridos hijos, que a través de sus almas y corazones Yo estoy tejiendo esa Red de Luz que se expande por todos los continentes de este planeta, para reforzar la alianza de los corazones con Dios y así con su Propósito Divino, que hoy vengo a ofrecer amorosamente para cada uno de ustedes. 

Extendiendo Mis Manos hacia ustedes, nuevamente derramo Mis Gracias, así como las derramé en la Argentina, una Gracia para cada uno de ustedes; lo que más necesitan en esta vida y para este camino espiritual, que Yo los invito a vivir Conmigo, por medio de la oración y de la fe que hoy deben profesar sus corazones, como el mayor testimonio de amor del triunfo de Mi Corazón Inmaculado aquí, en Portugal y en Europa.

Vine a esta ciudad, una vez más, para decirles a Mis corazones, a Mis pequeños hijos, que ya se iniciaron en esta tarea espiritual hace tantos años, que deben renovarse, que deben dar el paso, para que muchas más almas  se puedan aproximar aquí y no solamente Portugal reciba la Gracia de Mi Corazón, sino todas las almas que están en Europa, esperando por ese despertar, por ese paso definitivo, que en esta encarnación vinieron a vivir.

Es de esa forma, queridos hijos Míos, que Mi estrella de Luz se posa a los pies de Mi Manto y revela ese signo para todos.

Los nuevos cristos deben despertar, ser los nuevos legionarios del Señor, que vivan Su Palabra, Su Testimonio de Amor, Su Propósito en cada uno de ustedes. Es así que  transmitirán a todo el planeta ese impulso espiritual que hoy les traigo a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Queridos hijos, llegó esa hora de que firmen ese documento espiritual en el libro sagrado de Mi Corazón, donde sus nombres están escritos desde hace mucho tiempo, para que junto a Mí, unidos a Cristo vuestro Señor, cumplamos esta Obra Redentora del fin de los tiempos.

Necesito que salgan de sus casas a buscar a los corazones que más necesitan de Luz, necesito que sean Mis brazos y Mis manos en esta hora, para llevar adelante esta Obra de la  Redención de las almas.

Sus corazones están llenos de instrucciones, pues las han recibido a lo largo de los años, a través de Mi Hijo fiel, que Yo traje para ustedes, para que pudieran crecer interiormente y aprender a vivir en la hermandad.

Queridos hijos,  hagan lo que les pido, y no se arrepentirán. Las almas deben aproximarse aún mas a Mi Corazón, ser la luz en estos tiempos de tinieblas. Por eso Yo les traigo y les presento este propósito, propósito divino a los Ojos de Dios, que debe ser cumplido por cada uno de ustedes.

Es así, queridos hijos, que Mi Obra no solo estará en América, sino también más allá de Europa, porque deseo llegar a los corazones de Asia, del Lejano Oriente, que necesitan de Mi Voz, del Abrazo, de Mi Consuelo, de Mi Corazón, de Mi Luz, para poder seguir caminando en esta hora crucial del planeta.

Ustedes tienen ese compromiso, queridos hijos, como consciencias europeas, de abrir las puertas para esos corazones que están tan lejos.

Será el idioma de sus corazones, el amor de sus espíritus y almas que abrirá las puertas para todos esos corazones, pues aún, queridos hijos, hay muchas almas que deben conocerme profundamente.

Yo no solo soy la Virgen María, soy la Madre del mundo, soy la Gobernante Mayor, soy la que rige sus vidas y almas, soy la pastora que conduce a los rebaños de Mi Hijo hacia el Templo del Corazón.

Por eso hoy estoy aquí, renovando sus votos antes de partir para América, para encontrarme con todos Mis hijos y unir a todos los corazones de Sudamérica y del mundo en el Centro Mariano de Aurora, donde el noveno año será vivido con todos, el aniversario en que Mi Consciencia llegó definitivamente a sus vidas. 

Nueve ciclos se cumplirán y nuevas puertas se abrirán para que los corazones sean conducidos hacia su propósito.

Deseo, queridos hijos,  que Me acompañen en esa gran convocatoria que hoy les hago de estar Conmigo en el Centro Mariano de Aurora, recibiendo un poco más de cura interior para sus espíritus, para todos sus semejantes, para toda la consciencia del planeta, que tanto necesita de servidores de la paz, de guerreros de Mi Corazón, que en su templanza, alcancen la redención.

Abriendo las puertas del Reino de Fátima, congrego a los corazones en el Amor de Dios y a todos aquellos que se unan a este momento, para que en esta amada Europa se pueda vivir y profesar la paz, como el propósito para estos tiempos.

Hoy vengo como la Señora de la Gran Estrella, para mostrarles Mi Signo de Luz que aún debe revelarse en los corazones simples que amorosamente siguen Mis pasos, con la vivencia de la oración, de la Paz, del Servicio y del Amor. Amor absoluto que los colma, que los renueva, que los redime, que los eleva al Corazón del Padre Celestial. 

Yo soy esa Señora de la Gran Estrella, que trae para todos la revelación del Universo, de la verdadera Consciencia, la Consciencia Única de vuestro Padre que aún no es conocida por el mundo.

Fátima es una preparación para ese momento. Es así como doy continuidad a Mi Obra en este tiempo.

Después de haber abierto las puertas en Medjugorge, aquí, queridos hijos, doy continuidad a Mi Obra espiritual para que las almas sean consecuentes con Dios y así como lo he pedido a lo largo de los tiempos, por medio de diversos videntes, la humanidad pueda cumplir lo que en verdad vino a realizar, para que pueda nacer la Nueva Humanidad.

Es a través de los hijos que se consagran hoy, como los que ya se han consagrado a través de las apariciones, mes a mes, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo; es así que Yo instituyo, queridos hijos, las semillas de la Nueva Humanidad que brotará en el próximo tiempo. Esta es la señal que trae Mi gran estrella, la promesa que al fin se cumplirá en cada uno de Mis hijos, siempre y cuando sean consecuentes con todo lo que Yo les pido.

Ustedes, queridos hijos, son partes de Mi Obra celestial y mundial. Son piezas de este gran puzle que Yo vengo a reconstruir en el mundo, después de que Mi adversario lo destruyó. 

Yo vengo a concretar en sus vidas el verdadero propósito para sus almas, la tarea que deben realizar Conmigo en esta convocatoria universal que hoy hago para todos.

Y este momento que comparten con Mi Corazón Inmaculado, también servirá para aquellos que se consagrarán en el futuro, asumiendo su compromiso fiel Conmigo de hacer todos los esfuerzos, de cumplir Mis designios, de cumplir la Voluntad de nuestro Dios, del Altísimo Padre.

Sobre este árbol, dejo la presencia de Mi Amor por todos los Reinos de la Naturaleza. Aquí dejo la señal, en este pequeño árbol, de que los Reinos deben ser reverenciados y que también ellos necesitan de sus oraciones. 

Ustedes, queridos hijos, como una única raza, están aquí y han estado aquí hasta este tiempo, dentro de este planeta tan amado por nosotros, porque los Reinos Menores han generado esa Gracia para todos.

Ustedes saben que ellos sufren mucho la consecuencia de la acción humana, la destrucción, la blasfemia, todo lo que el hombre realiza en contra de su evolución. Y aún así, queridos hijos, ellos siguen donándose por ustedes y para ustedes hasta el fin de los tiempos, hasta que retorne Mi Hijo.

Díganle a los hombres injustos que no destruyan la Naturaleza, que cuiden de los Reinos, que no asesinen a las ballenas.

Están destruyendo, queridos hijos,  la evolución de la Creación de Dios y ese es uno de Mis profundos dolores por la falta de consciencia, sobre todo por la falta de amor.

Díganle a toda Europa, y mas allá de ella, que cuiden de los Reinos Menores, que siembren códigos de luz, a través del servicio a cada uno de ellos. Así, en el día del Juicio final no serán juzgados porque habrá actuado la Misericordia de Mi Corazón.

Alguna vez se han preguntado, queridos hijos, ¿por qué Yo anhelo tanto estar sobre los árboles? Les dejo este símbolo para que lo mediten.

El árbol representa la Sabiduría de Dios y ustedes, como seres humanos, inconscientes, destruyen esa sabiduría espiritual que el Reino Vegetal revela al mundo.

Muchos de los que no están hoy aquí, que fueron precursores de esa destrucción a través de los tiempos, tomaron consciencia de todo esto, después de haber partido de la Tierra. 

Rezo por ellos, por las almas del purgatorio, para que puedan alcanzar la Luz del Reino Celestial. 

Que ustedes, queridos hijos,  no sigan los mismos caminos. Adviertan a todos los corazones, principalmente a los más injustos, que están a tiempo de cambiar su actitud.

Las ballenas lloran por las consecuencias de los hombres. Recuerden que Soy la Madre del mundo, la Madre Naturaleza.

Y cuando la Naturaleza es destruida por el hombre, están destruyendo Mi Consciencia.  Pero Mi Amor, que es más infinito, poderoso que todos los errores del mundo, trae la Gracia de despertar sus consciencias y las consciencias de sus hermanos, para esta magnífica Obra de la Redención de los corazones de todos los seres de la tierra.

Recemos:

Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos.

Una más:

Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos. 
Amén

Recuerden que las ballenas son la consciencia madre para el planeta. Ellas acogen, en su pureza original y en su inocencia, a todos los seres de la Tierra; porque ellas equilibran los océanos, y también a todas las consciencias mentales. Recuerden esta instrucción.

Y ahora, queridos hijos, junto a Mis ángeles, celebraremos este momento de consagración de asumir este compromiso Conmigo, de ser portadores de Mi Paz y de Mi Gracia para toda la humanidad que tanto lo necesita.

Y así, bendeciré los objetos sagrados que han traído a Mi Altar para que sean entregados a los que más lo necesitan. Así trabajarán su desapego, porque Mi Gracia los colmará más allá que los objetos.

Sean misericordiosos como el Padre es Misericordioso con ustedes.

Lleven la paz a todos los que la necesitan y no se olviden que el prójimo debe estar primero en sus vidas.

Que vengan aquí los que hoy se consagrarán como "Hijos de María".

Mientras las puertas aún se abren, que canten el himno de su consagración.

Flores de luz son derramadas...

 Ave María... (x3)

Mis muy queridos hijos, hoy dejo la Gracia de Mi Corazón para que ella se plasme en sus vidas como el mayor testimonio de su conversión y como respuesta de sus corazones al llamado de Mi Hijo, Jesucristo.

Ante la autoridad que el Padre me concedió y desde todos los coros de Lys con todos los ángeles del cielo, bendigo a cada uno de sus corazones y familias, instaurando la paz y el bien en cada uno de Mis hijos, la renovación y la esperanza de todos los corazones de Europa para que cumplan el propósito de seguir el camino hacia su liberación y redención en el momento en que retorne Mi Hijo, glorioso y victorioso entre las nubes.

Coloco Mi mano sobre sus cabezas, rezando a Mi Hijo.

Yo les agradezco por responder a Mi convocatoria y por ser portadores de la paz celestial que es posible vivir en estos tiempos.

Los amo, los bendigo y los abrazo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Y ahora estando consagrados, proclamen este himno en unión a todos los "Hijos de María" en los cuatro puntos de este mundo.

Vayan en paz.

Les agradezco por haberme ayudado a cumplir con esta peregrinación y recuerden que prometo retornar,  cuando así Dios lo decida.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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