APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo soy la Emperatriz de la Paz y, donde Yo estoy presente, instituyo el Reino de Dios para Mis hijos y la humanidad.

Yo soy la Emperatriz de la Paz y, donde estoy presente, todo lo que está a Mi alrededor pertenece a Dios y a Su Propósito.

Yo soy la Emperatriz de la Paz y no dejo a nadie atrás. Cuido, protejo y acojo a todos Mis hijos en Mi Corazón maternal.

Yo soy la Emperatriz de la Paz y busco para Mis hijos el bien común, la unidad, la hermandad con todo el universo, con lo que es desconocido, con lo que está lejos de su conocimiento y de su entendimiento.

Yo soy la Emperatriz de la Paz que hoy viene por las naciones del mundo, por aquellas naciones que se pierden y que se sumergen en su propio y profundo caos.

Vengo con el Gobierno del Universo Celestial y con todo lo que a Él le pertenece, con todo lo que vibra dentro de ese Universo y con todas las consciencias que participan de ese Gobierno Celestial en todo lo que es creado.

Es así, que vengo a traerles lo que es más infinito, lo que está muy lejos de los ojos de los hombres, lo que nadie aún ha comprendido, lo que es verdadero, lo que se perpetúa a través de los tiempos, lo que hace posible la redención.

Yo soy la Emperatriz de la Paz y la Nueva Aurora, soy el Espíritu Divino que puede amanecer en el alma de cada ser, que puede transformar lo que no es transformable, que puede elevar lo que aún no se ha elevado a Dios, que puede transfigurar con Su Energía Divina lo que aún no se ha transfigurado.

Vengo hacia Mis hijos para que sean portadores de la paz y caminen junto a su Emperatriz Universal, que en este tiempo llega a este mundo y a esta humanidad para poder renovarlos, redimirlos y salvarlos de su decadencia planetaria.

En cada encuentro con la Emperatriz de la Paz, Yo les traigo una nueva oportunidad, a la que ustedes llaman bendición y Gracia, que nace de lo profundo de Mi Ser y de Mi Consciencia para todas las criaturas.

De esa forma, hoy vengo con el Cetro de Dios en Mi mano para seguir estableciendo aquí, en este lugar, lo que le pertenece al Padre y a Su Divina Voluntad.

Vengo a liberar a todo lo que está oprimido. Vengo a entregar Luz a todo lo que está oscuro y en tinieblas. Vengo a reencender en los corazones lo que siempre han creído desde el principio, cuando fueron tocados por la mano de Dios y por Su Divina Energía, cuando despertaron a la Verdad.

Yo vengo a ayudarlos, queridos hijos, como la Emperatriz de la Paz, para que atraviesen los tiempos finales con valentía, coraje y fortaleza.

Vengo a entregar a sus corazones lo que necesitan para poder madurar espiritualmente y para dar, así, los pasos seguros hacia Mi Hijo, el Redentor.

Vengo con el Gobierno Celestial que siempre ha regido a todos los mundos y a todos los universos. Vengo por encima de todos los gobiernos que existen en esta humanidad y en otras.

Vengo así, a establecer las Leyes que dieron principio a la Creación y a la vida, a la gestación de la esencia del Amor, de lo puro y de lo inmaculado que existe en cada interno de cada criatura.

Con Mi Gobierno Celestial y con todos Mis ángeles, vengo a purificar las esencias del mundo para que ya no se oscurezcan más.

Vengo a colocar en ellas y a sembrar lo que formará parte de esta Nueva Humanidad que se avecina, después de su purificación.

Yo soy esa Luz de Aurora que todo lo acepta, que todo lo acoge y lo comprende.

Soy la Emperatriz de la Paz, que siempre los escucha, que siempre los alienta, que siempre los motiva y los impulsa a seguir adelante, para superarse a sí mismos y para demostrarle al mundo que es posible vivir la redención y la conversión, como lo vivió San José.

Vengo a traerles desde el universo todo lo que es verdadero, lo que debe descender desde los mundos sublimes y superiores en estos tiempos de caos, lo que debe llegar a las almas, de inmediato, para que ellas se fortalezcan y sigan firmes los Pasos que Cristo está marcando en los desiertos de este mundo.

Vengo a enseñarles, como Emperatriz de la Paz, a atravesar la aridez de estos tiempos; la noche más oscura de todos los tiempos, de todos los siglos y de todas las décadas que han pasado.

Solo deben vislumbrar su esencia interior, su llama divina, su pureza original que nunca se perderá, que nunca podrá ser interferida ni tocada por nada que no venga de la Luz.

Vengo a encender así, en ustedes, la Nueva Aurora, a través de Mi Consciencia maternal y universal.

Vengo a hacer florecer lo que estaba seco. Vengo a dar vida a lo que estaba muerto. Vengo a traer una Gracia especial a los que más la necesitan, para que se sientan salvos y rescatados por su Madre Universal.

 

 Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Vengo, hijos Míos, a un mundo en oscuridad, donde la mayoría de Mis hijos aún no descubrió la grandeza que es estar en Mi Corazón y servir Conmigo al Plan de Dios.

Vengo a demostrarle al mundo que, en medio de las tinieblas, es posible construir una fortaleza inquebrantable; que cuando las almas teman, en los cuatro puntos de este mundo existirán lugares en donde el Amor reina y equilibra el miedo y la desesperanza de los corazones.

Vengo a erguir nuevamente la fortaleza espiritual de Mis hijos, para que comprendan que no los abandoné, sino que quiero que sean ejemplos de una fortaleza inextinguible en un mundo donde las tinieblas buscan apoderarse de las almas y de los corazones, día tras día. 

Vengo a decirles que, donde Dios colocó Su Corazón, el mal no podrá llegar. En un suelo sagrado y consagrado a la vida del espíritu triunfará el Plan del Creador, y allí instituiré las Islas de Salvación. Y, cuando las almas se ahoguen en la ignorancia y en la ilusión de este mundo, serán esos lugares humildes, que crecieron desapercibidos en el planeta, en donde ellas encontrarán refugio, amparo; en donde encontrarán el aire que respirarán y las volverá a la vida, porque estaban muertas en vida y no lo percibían.

Yo vengo, hijos, a construir los milagros del fin de los tiempos, que serán la fe inquebrantable en el corazón de Mis pequeñitos. Mis fortalezas estarán en el mundo, como un brazo firme que eleva a las almas que cayeron en los abismos del desaliento y de la desesperanza.

Esas fortalezas que Yo construyo en cada uno de ustedes que escucha Mi llamado y que, a pesar de sí mismos, busca responder a los Designios Celestiales que Yo les traigo, como un patrón de vida nuevo, para construir la Nueva Humanidad.

Yo vengo portando la Paz para un mundo en guerras para que, a través de Mis hijos, Mis soldados y Mis compañeros, esta Paz se instituya en el mundo.

Yo vengo a invitarlos a trascender, en sí mismos, los impulsos humanos que emergen de su interior, para vivir un Propósito Superior y una consagración mayor.

No solo vengo a anunciar que el mundo está en tinieblas y que los corazones se están perdiendo en los abismos del enemigo de Deus. Vengo, hijos, a erguir dentro de ustedes la Iglesia Celestial para restaurar las religiones de este mundo y unirlos en la verdadera Iglesia de Mi Hijo; en donde no reina la competición y la separatividad, sino el amor, la fraternidad y la unidad entre las criaturas.

No vengo a decirles algo que es utópico, que es un sueño en el corazón de los que aman a Dios. Vengo a construir una realidad en los que perseverarán, en los que vencerán a sus miserias y a su condición humana retrógrada y degenerada, con el esfuerzo diario por amar a Dios, a sus hermanos y a los Reinos de la Naturaleza. 

Vengo, hijos, a mostrarles un Plan que se debe diseñarse a través de sus vidas. Vengo a hacerles una oferta y no solo a aceptar las ofertas de sus corazones. 

Coloco en Mis manos todos sus pedidos y los transformo en rosas para llevarlas a los Pies de Dios; pero también les pido algo; les pido que sean firmes, verdaderos y transparentes; les pido que sean humildes para vencer la arrogancia de este mundo; y les pido que sean simples y libres de sí mismos, para establecer la verdadera libertad, que en nada se asemeja a lo que el hombre busca para liberarse. 

Vengo a pedirles que se unan como un único ejército, como Yo los veo cuando los contemplo desde el Cielo.

Vengo a pedir que se fortalezcan y así fortalezcan las Islas de Salvación que Yo estoy construyendo para que, en un futuro próximo, también ustedes encuentren allí el amparo y el rescate de sus almas y esencias.

Vengo a pedirles, hijos Míos, que escuchen y sigan a la Voz del Universo que resuena a través del Verbo de su Madre Celestial, porque los últimos tiempos de ilusión en la Tierra ya están llegando; y todos, todos los que se comprometieron con Dios desde el principio, deben tomar con sus manos el Sello que Dios les entregó y colocarlo en su frente, como un símbolo de su adhesión total a este Plan de Salvación.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mi deseo más ardiente y urgente, como Emperatriz de la Paz, respondiendo en esta tarde a la Voluntad de Emmanuel, es que aquí, en este Centro Mariano, se construya la Cruz Azul.

Es un pedido que emito a todo Uruguay y al Cono Sur, a fin de que se establezca aquí un mayor tiempo de paz y de oportunidades para las almas más perdidas.

Si esto se llegara a cumplir, así como lo pido, regresaré aquí con un impulso mayor, aún más fuerte que el que di hace diez años atrás.

Recuerden, queridos hijos, que el ciclo ya cambió y que estamos en la última etapa de las grandes definiciones planetarias.

Que se cumpla, entonces, el advenimiento de la Cruz Azul de Emmanuel y que todo lo que no pertenezca a la Luz alrededor de este Reino de Aurora se disipe, a fin de que su pueblo y esta nación despierten de lo que se han equivocado.

Que nadie pierda la esperanza de revertir los casos más imposibles, porque si Yo estoy aquí, que soy su Madre, es posible cambiarlo todo a tiempo.

Que así sea.

Bendigo estos elementos en nombre de Mi Hijo, para que se sirvan de ellos, en renovación y en cura. 

Bendigo a sus almas para que ellas reciban paz, para que siempre recuerden que aquí encontrarán un refugio en el Corazón de Dios.

Que se levanten los estandartes de la Nueva Aurora. 

Que los soles despierten al llamado del universo y que los autoconvocados se congreguen para formar las primeras filas en el Retorno de Cristo.

Que la profecía de su Madre Universal se cumpla y que todos participen de la comunión eterna con el Creador.

Les agradezco y hoy Me voy en Paz porque aquí encuentro un lugar en donde siempre puedo posar Mis pies como fue en el principio, en el origen.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE GOIÂNIA, GOIÁS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En esta noche de Gracias, quiero darle Mi bendición al mundo, principalmente a los corazones que están vacíos, para que todos ellos reciban la Paz de Dios.

Desde el corazón de Fátima y con alegría, los reúno a todos en el Cenáculo Sagrado, bajo la Presencia de Mi amado Hijo Jesús y la Presencia fiel y castísima de San José, pues como Sagrada Familia del universo, irradiamos Nuestras Estrellas de Luz, aquellas que concibieron Nuestras Consciencias y les abrieron las puertas al mundo, directamente hacia el camino de la redención.

En esta noche, Mi Corazón Inmaculado celebra con alegría y regocijo las velas encendidas, las almas que despiertan al camino de la conversión y de la paz. Y aunque ustedes saben, hijos Míos, que el mundo entero sufre y padece; hoy, la Reina del Cielo trae una oportunidad única para todos, abriéndoles las puertas del corazón para que definitivamente sus vidas encuentren al alma, recinto sagrado de Dios, en donde su Rey desea reposar en el momento de Su gran Retorno al mundo.

Hoy, los ángeles de Lys se congregan y llevan la paz a los lugares más distantes del planeta, especialmente a todas aquellas almas que no siguen Mi religión y que no conocen Mi Faz divina. Pero la Madre del Mundo, la Señora de las Estrellas del universo, la Reina coronada por la Corona de Dios, en presencia de todos los Ángeles y Arcángeles, celebra, junto con Su Hijo, la misa de la redención, el reencuentro del espíritu de amor en todas las almas perdidas.

Por eso, en esta noche de Gracias, no solo el Santuario de Lys se enciende, sino todos los corazones que en devoción despiertan sus espejos internos para irradiar los códigos de amor y de paz al mundo.

Hoy, en verdad, queridos hijos, Me siento unida a cada uno de ustedes. Así, sus pecados son liberados y todas las manchas del sufrimiento son aliviadas.

Estoy presente aquí, entre ustedes, hijos Míos, como la Reina de la Paz, como la Reina del Amor y de la Misericordia. Aquella que estuvo entre ustedes en Nazaret, gestando en Su Vientre al Hijo de Dios y trayendo la oportunidad de conversión para el mundo entero.

Soy aquella Mujer Vestida de Sol, anunciada en el Apocalipsis de Juan, que trae la luna bajo Sus pies, anunciándole la esperanza a este mundo que sufre y abriéndole la puerta para el Retorno de Mi Hijo, el Hijo primogénito de Dios, su Jesús, Jesús Rey.

Por eso, abran sus corazones y que sus faltas sean perdonadas, a través de la Comunión que todos Mis hijos, a lo largo y ancho del mundo, al comulgar con Mi Hijo amado, recibieron Su Sacratísimo Cuerpo Redentor, en la unión perfecta y divina con Su Espíritu místico y divino. Las Gracias y las Misericordias de Dios descienden a este mundo a través de los corazones de los Ángeles de la Guarda.

Por eso, en esta noche, también los invito, hijos amados, a que disipen de sus mentes todos los problemas, la Gracia de su conversión está próxima.

El Arcángel Miguel, junto a San Gabriel Arcángel, se unen en este momento para irradiar el poder de Mi Inmaculado Corazón al mundo. Dichosos de aquellos que sientan Mi Presencia maternal, a pesar de que no Me vean; pues Dios desea todavía, hijos amados, que Yo utilice ciertos instrumentos a lo largo y ancho de esta humanidad para que anuncien Mi Palabra al mundo, que es el Mensaje de Cristo, su Salvador, que siempre les traerá la paz y la esperanza en estos momentos difíciles.

Pero hoy, en Mi reinado universal y maternal, Mis manos sagradas sustentan el cetro de la Paz para traer al mundo la verdadera Justicia de Dios y, así, todos los corazones se puedan armonizar con la Ley del Creador.

Sientan los Rayos de Mi Corazón Inmaculado, para que algún día, hijos amados, puedan entender las Leyes del Creador; aquellas que son altamente ultrajadas por los corazones ingratos que no quieren escuchar a Mi Hijo, ni en la Confesión ni en la Comunión.

Pero ustedes, hijos amados, más conscientes de la vida espiritual y superior, podrán elevar al Cielo, en un sagrado ofertorio, a todos los corazones del mundo que, antes de este tiempo final, deben despertar al llamado de la Madre de Dios.

Hoy, estoy entre ustedes, fortaleciendo el cenáculo del corazón; recordándoles que deben seguir orando todos los días, especialmente en este tiempo de tribulación, que comienza a suceder en el interno de las personas y que se expresa en el exterior de esta vida material.

Quiero que salgan de aquí atentos y preparados, y que todos los corazones que en este momento están unidos a Mí, en el Sagrado Santuario del Reino de Lys, puedan llevar una vida buena, de reconciliación y de paz, viviendo el arrepentimiento, fortaleciendo la fe en Cristo, renovando los Sacramentos y viviendo una vida de fraternidad para que al menos, hijos Míos, una parte de esta raza pueda concretar el advenimiento de una Nueva Humanidad.

Algunos corazones ya viven esta Nueva Humanidad en lo profundo de sus almas, aguardando por la gran promesa de la Tierra Prometida que vendrá en auxilio de todos desde el Universo Celestial, a través de la Nueva Jerusalén, que será formada por los discípulos de Mi Hijo, aquellos santos de los últimos días, que proclamarán la última palabra antes de que se abra la gran puerta en esta humanidad.

Por eso hoy, hijos Míos, no solo contemplo sus necesidades, la falta de amor en sus corazones y el fortalecimiento de la fe en sus vidas; Yo vengo a traerles un Mensaje de esperanza, pero también un Mensaje de advertencia: llegó la hora de orar con el corazón todos los días y de no perder tiempo en cosas superficiales. 

Alimenten sus espíritus y mentes con la sagrada Palabra de Mi Hijo amado. Estudien el Evangelio. Visiten la Biblia todos los días. Lean los Mensajes y practíquenlos para que sus vidas sean un ejemplo de caridad y servicio, a través de las tareas de amor y del espíritu de redención.

Hoy, ante ustedes se encuentra la Nueva Aurora, aquella que siempre brilla en el firmamento interior de los corazones que la invocan, en la Presencia Sagrada del Padre-Madre Creador Emmanuel, que los une a Mi Corazón Divino para que vivan la oportunidad de la redención.

Liberen sus faltas y deudas, y reencuentren el camino al Reino de Dios.

Por eso, hoy estoy aquí, en Goiânia, para que el estado de Goiás junto a Mato Grosso, funden nuevos grupos de oración para orar por los Reinos de la Naturaleza, principalmente por el Reino Animal que es muy castigado por todos. Esa deuda debe ser equilibrada.

Por eso, hoy les dejo a todos la responsabilidad de que respondan a este llamado de Mi Corazón Inmaculado y despierten a la consciencia del Génesis, en donde Dios desde el principio, desde Adán y Eva, proveía de todas las cosas necesarias para poder vivir sin necesidad de ultrajar al Reino Animal ni a ningún Reino creado por su Dios.

No solo vengo por ustedes, humanidad dormida, anunciándome desde el Reino Sagrado de Fátima, despertando sus esencias, aquellas que deben estar unidas a Dios todo el tiempo; también vengo por los Reinos Menores, aquellos que conviven con ustedes todo el tiempo, que son lastimados y ultrajados por las manos violentas de los hombres, sin un mínimo respeto por la Ley de la Creación.

Ustedes, que viven aquí y que saben sobre las masacres del Reino Animal, los invito, queridos hijos, a que busquen la vida natural, sírvanse de aquello que Dios les entregó desde el principio; alimenten sus barrigas de cosas sanas, divinas y sublimes; dejen a los Reinos en paz, déjenlos que ellos puedan evolucionar. Ellos necesitan de ustedes todo el tiempo y para que la Ley no caiga sobre toda esta humanidad, muy sorda y ciega.

Yo les vengo a advertir, queridos hijos, sobre una puerta, una oportunidad: abran sus ojos al llamado de su Madre del Cielo.

Ya no hay tiempo que perder. Ya no se involucren con las modernidades, no sean instrumentos de Mi adversario. Usen su inteligencia superior, despierten sus células dormidas para que Dios pueda trabajar a través de sus corazones y vidas.

La humanidad le debe mucho al universo; pero como Yo provengo de ustedes y ustedes provienen de Mi Corazón, Yo soy parte de esta humanidad desde el principio. Les traigo la Verdad y la Justicia para que las puedan reconocer y vivir con simplicidad.

Hijos amados, hoy todo el universo se congrega para que, desde el Reino de Lys, las almas salgan renovadas en la esperanza y en la fe. Y, cuando ustedes, hijos amados, dejen de hacer algunas cosas en sus vidas, actitudes que los llevan a la perdición, podrán comprender Mi Mensaje y creerán verdaderamente que todo lo que hoy les dije es parte de la Voluntad de Dios. Así, cambiarán sus vidas, unidos todos los días al Santo Rosario, elevando sus espíritus en la Comunión perfecta con Mi Hijo resucitado.

Por eso, abran sus ojos y ya dejen de dormir. Salgan de este sueño, de este torpor. Despiértense, de la misma forma que se despertaron los apóstoles en el Getsemaní, cuando tuvieron que acompañar la agonía de Mi Hijo.

Pero hoy, les traigo un poco de la Misericordia de Dios, porque Yo intercedí por todos ustedes para que poder decirles todas estas cosas.

Cuando la humanidad cambie y al menos una pequeña parte de esta humanidad viva el último Mensaje del Cielo, podré decir, hijos Míos, que ya estarán preparados para recibir a Cristo. Y, aunque eso esté por suceder, Mi Corazón Inmaculado, su Águila Solar, seguirá sobrevolando esta humanidad a través de las peregrinaciones sagradas, para que los corazones despierten al Llamado de Dios y dejen de ofenderlo todo el tiempo.

Queridos hijos, lo que sucedió en Fátima fue muy importante; pero lo que hoy sucede aquí, en este lugar, es irradiado al mundo entero, al mundo álmico, al mundo esencial de todos los corazones.

Este es Mi testimonio para todos. Este es Mi Mensaje de advertencia para el mundo entero: cambien, cambien pronto. No vivan una vida superflua. Arrepiéntanse a tiempo, confiésense, comulguen con Mi Hijo y serán salvados por Mi Corazón Sacratísimo. Así, Yo contaré con muchos guerreros de la paz que lucharán, con el rosario entre sus manos, en el tiempo culminante de la tribulación, en el que estarán unidos en oración y en espíritu, en unión a Mi Corazón Inmaculado, esperando el Retorno del Cristo al mundo, cuando la humanidad entera, de Oriente a Occidente, despertará y reconocerá al Rey Universal.

En este día, hijos Míos, en el que sus corazones se recogen en Mi Espíritu maternal, estoy presente aquí, colmándolos con Mi Paz y con Mi Amor, estoy presente en Fátima con todos Mis hijos, en todos los hogares que están unidos a Mí en este momento, en todas las órdenes consagradas a Dios y también estoy en Kibeho, trabajando en el corazón de Ruanda para toda África.

Por eso, hijos amados, como conocen Mis diferentes Faces de Luz, con las que he aparecido a diferentes corazones para traer un Mensaje de paz y de esperanza a lo largo de los siglos; hoy deseo, hijos amados, como su Señora del Santísimo Rosario, que guarden en sus memorias Mi Mensaje de Paz, Mi Mensaje de instrucción que proviene de la Voluntad de Dios y de Su Poder Supremo. Mi Mensaje es fuerte e intenso, con la esperanza que sus células despierten al llamado a la redención y a la conversión de los corazones y de las familias.

En esta noche, hijos amados, depositen sobre Mis manos sus aspiraciones. En el silencio del corazón y de la palabra, díganme internamente qué es lo que necesitan, Yo los escucho a través del silencio.

Y ahora, que he recibido sus súplicas, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y proclamen, internamente, la consagración a Mi Corazón Inmaculado.

Yo soy la Señora del Verbo Divino y estoy con todos aquellos que son consecuentes con Dios, en humildad y simplicidad, en reverencia y amor.

Hoy, consagro todas estas imágenes sagradas para que sean el ícono de su esperanza, de la Misericordia de Dios, a través de su Señora, la Señora Celestial.

En esta noche, nuevos hijos se consagrarán y espero que caminen a Mi lado sustentando la bandera de la paz. A pesar de los temblores del suelo, Mi Corazón sustentará a aquel que sea fiel a Mi Espíritu maternal. No los dejaré solos, no caminarán solos, Mi Espíritu omnipresente y universal siempre los colmará.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Que vengan aquí los hijos que se consagrarán. En presencia de Nuestra Santísima Virgen María, vamos a escuchar "Nuestra Señora de Kibeho".

 

Como su Señora del Verbo Divino, del Santísimo Rosario de Fátima, como la Reina de la Paz y Madre de toda la humanidad, unidos de corazón, Yo los consagro, queridos hijos, bajo la omnipotencia de Mi Hijo Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos de Estados Unidos, Mi esperanza de llegar a su nación está latente en Mi Corazón. A través de sus pasos, Mi tarea se concretará y una vez más Mi Inmaculado Corazón triunfará.

¡Les agradezco!

 

Canción: “Nuestra Señora de Kibeho”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora del  Santísimo Rosario, nos vamos a poner todos de pie para cantar el Himno del Santuario de Fátima, hoy, 13 de mayo.

Nos mantenemos de pie, quietos y en silencio y, después de este cántico, vamos a prepararnos para un intervalo, aún permaneciendo en la Presencia de María, para poder celebrar juntos la Comunión. Podemos comenzar.

Canción: "Himno del Santuario de Fátima".

Hermanos presentes y los que están unidos en los Centros Marianos, vamos a dar inicio a esta ceremonia de Comunión después de este encuentro con Nuestra Señora, respondiendo a Su pedido de comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

 

Enseguida se celebra el Sacramento de la Comunión con varios sacerdotes de la Orden.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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