APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido, en la hora indicada y en este último día, junto con los ángeles que han traído en sus manos las Reliquias de Mi Pasión, guardadas en el Arca de la Santa Alianza.

Así, como lo hice con los apóstoles del pasado, vengo a instruirlos sobre los próximos tiempos.

Preparémonos.

Verán venir, a través de este Sistema Solar, al Hijo del Hombre.

Aún no es conocida la forma de Su Retorno al mundo, pero muchos de ustedes participarán de ese acontecimiento de tres formas probables: material, mental o espiritual.

No sabrán cuándo ese momento se acercará, porque vendré como el vigía de la noche y no avisaré; pero si sus corazones están atentos, vigilantes y orantes no entrarán en tentación, sino que sabrán reconocer, en lo profundo de su ser, el momento de Mi llegada.

Como fue dicho en las Apariciones de Garabandal, en España, será dada una señal al mundo, a través de tres llamadas.

La primera, será una llamada interna, que muy pocos reconocerán, pero que muchos podrían conocer, sentir y escuchar si verdaderamente tuvieran el corazón abierto a la transformación.

La segunda llamada será una llamada mental, propia del Universo Ultraterrestre que, de una forma u otra, sus Ángeles de la Guarda se la harán saber como fieles mensajeros del Padre, siempre y cuando estén unidos a ellos, en divinidad y de corazón.

La tercera llamada será más fuerte, será una llamada universal, en el ápice de la gravedad planetaria, una llamada que será en todos los continentes y pueblos. Será una llamada planetaria real y física, inconfundible pero misteriosa. Solo los puros de corazón comprenderán el mensaje que será visto en el cielo.

Les dije a Mis apóstoles que vendrían tiempos de grandes definiciones y esos tiempos son ahora. Ustedes y la humanidad los están atravesando. A partir de este año, que los rige en su calendario alternativo, todo sucederá de manera gradual.

Pero no tengan miedo, porque más allá de lo que vean, sientan o escuchen, quien esté unido a Mí y defienda de sí mismo todo Mi Legado no estará solo, sino que será parte de la promesa que Yo le he hecho a Dios para el fin de estos tiempos, antes de Mi Retorno al mundo.

Hoy también vengo a hablarles de los grandes cambios que aún deben suceder en sus vidas, siguiendo el camino de la fidelidad y de la transparencia, de la lealtad y sobre todo del amor, para que sus vidas estén protegidas de las fuerzas del mal que aún seguirán desatándose sobre la superficie del planeta.

Aunque en ciertos momentos sientan que la batalla espiritual es muy fuerte, nunca, pero nunca se suelten de Mi Mano, porque Yo no los abandonaré. Pero ustedes deben conquistar el Amor crístico, el Amor redentor y unificador, ese mismo Amor que fue vivido por Mí hasta la Cruz.

En ese momento y bajo ese acontecimiento, sabrán, compañeros, cuál es su verdadera cruz y qué es lo que esa cruz significa para sus vidas.

Por eso, a través de estos encuentros, Yo vengo a renovar sus vidas, para que sus vidas estén preparadas para lo que la humanidad vivirá como definición. No solo puedo hablarles, compañeros, de cosas hermosas, debo hablarles de la verdad. 

Mi venida, en este tiempo y en este momento en el cual se encuentran, no es un encuentro pasajero o momentáneo. Este es el ciclo de hacer despertar al apóstol y que, al igual que los apóstoles del pasado, den sus vidas por Mí. Porque así el mundo entero, aún sumergido en el dolor y en la ignorancia, será merecedor, en el fin de estos tiempos, de los tesoros espirituales que guarda Mi Corazón en el Arca de la Santa Alianza.

Yo les prometí estar con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos, y estoy aquí a través de este encuentro cumpliendo esa promesa. ¿Lo creen?

Por eso, cada uno de ustedes debe difundir Mi Mensaje, todo esto no puede quedar solo aquí. Ustedes pueden ser Mis apóstoles y también Mis mensajeros, a través de sus palabras pueden llevar Mi Palabra de vida, Mi Palabra de consuelo.

Cuán hermoso es ver cómo entre hermanos se sostienen entre sí, más allá de sus diferencias, sentires o ideas. En esa unidad oculta, que los invito a vivir en este tiempo final, es en donde no podrá entrar el mal, nunca lo olviden.

Si Yo los amo como los he amado desde siempre, cuánto más ustedes se podrán amar entre hermanos.

Ustedes y muchos de sus hermanos en el mundo, más allá de las distancias, pueden ser parte de la nueva fraternidad esenia, de aquella que una vez existió en los tiempos pasados y que dejó una huella imborrable en todos los que tuvieron la Gracia de conocer al Mesías y a toda Su vida crística.

Esa fraternidad esenia debe ser, en este tiempo, su aspiración para poder estar dentro de la Ley de la Jerarquía, para vivir en la Jerarquía, para ser como la Jerarquía.

No piensen que lo que les digo es imposible o inalcanzable, su primer paso en este tiempo es la fraternidad humana para, algún día, alcanzar esa fraternidad esenia.

Recuerden todo lo que ahora les digo, porque ya lo vivieron. Recuerden y permitan que, de lo profundo del corazón, de lo profundo del alma y de la esencia, emerja esa fraternidad esenia que ustedes compartieron con la Sagrada Familia. 

Muchos fueron discípulos de San José, muchos fueron discípulos de Mi Madre, y todos fueron seguidores Míos a través de los tiempos.

Solo deben dejar que el corazón los inunde con estos principios, los colme con estas aspiraciones y, cada día más, los haga buenas personas que no solo siguen los Mandamientos, sino que también los viven en la simplicidad del corazón y en la humildad de la vida.

Yo vengo a mostrarles la verdadera historia de su humanidad. Así como estuve con ustedes hace dos mil años, hoy de nuevo estoy con ustedes después de dos mil años. ¿Logran sentir lo que esto significa y cuán grandiosa es la maravilla de Dios? La Gracia del Padre, que de tiempo en tiempo, desciende sobre las almas sedientas de Misericordia, de Luz y de Redención.

Mi Nombre debe estar escrito en sus vidas, porque el Nombre de Jesús aún es un misterio para todos. Pero ese misterio, dejará de serlo cuando Yo retorne; sabrán Quién fue Jesús, como muchos en algún momento lo habrán podido sentir. Detrás de ese Nombre existen muchos más Nombres, Nombres que provienen de la Fuente y de toda la manifestación divina.

Es allí hacia donde deben retornar, para que Yo pueda retornar a ustedes.

No crean que son lo que externamente muestran o todo lo que aparentan. No permitan que sus vidas sean regidas por esas energías, dejen que el corazón se abra más y más, hasta que sus corazones puedan amar a todos sin condiciones y aprendan a ser padres y madres en espíritu, hermanos en la sagrada fraternidad esenia.

También en el pasado, la Orden Templaria dio continuidad a esa fraternidad esenia, pero eran los mismos que se reunieron y que se unieron en torno a las sagradas Reliquias de la Pasión, para poder fundar ese nuevo impulso que vino del universo de que, de una forma u otra, se constituyera la nueva humanidad como una semilla de luz en las consciencias.

A través de estos últimos años y de las últimas Sagradas Semanas, he venido con Mis propias Manos trayendo el Agua de Vida para regar esa semilla interior que hay en ustedes, para que brote y nazca la nueva vida, la Nueva Humanidad. Pero ese trabajo es muy esforzado, requiere de Mis apóstoles mucha determinación y valentía, para que esas profundas Aspiraciones de Dios se cumplan.

Por esa razón, Yo los he traído hasta aquí, hacia Aurora como hacia otros lugares, en donde esa semilla de luz pueda expresar la vida de las Comunidades-Luz y, aún más, abrir sus puertas y sus corazones para acoger al mundo entero por medio del servicio humanitario, en donde muchas más semillas, en este tiempo de aparente derrota, están siendo colocadas y sembradas en los corazones, por un solo motivo, que todos alcancen la felicidad de estar en Dios y de reconocer Sus Sagrados Nombres para que esta humanidad herida sea curada, para que esta humanidad enferma sea sanada, para que esta humanidad indiferente sea unificada, para que esta humanidad dividida sea hermanada, para que esta humanidad desesperanzada viva la divina esperanza.

Mis promesas aún se seguirán cumpliendo en aquellos que se ofrezcan como cálices vacíos para que sean depositarios de los códigos de Mi Iglesia Celestial, de todos los méritos alcanzados durante Mi Nacimiento, vida pública, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.

Yo no necesito de algo difícil, Yo necesito de su simple donación, porque quiero que Mis amigos vivan en Mi Amor, para que Mis amigos vivan en Mí, como muchos amigos Míos a través de los tiempos vivieron en Mí y se animaron a amar lo desconocido.

Cuando hago silencio es para que contemplen, mediten y escuchen Mis Palabras, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán en los cálices vacíos.

Vendré a su encuentro en las próximas Semanas Santas, pero esta vez será diferente porque Mi tiempo está finalizando con ustedes. Pero Mis Dádivas y Mis Gracias nunca terminarán, hasta que sus vidas sean la propia Gracia de Dios transformada.

Este encuentro seguirá siendo llamado Sagrada Semana, pero nos reuniremos solo en algunos momentos de las próximas Semanas Santas: en el Domingo de Ramos, en el Jueves Santo, en el Viernes Santo, en el Sábado de Aleluya y en el Domingo de la Resurrección de su Señor.

En esos días, Yo vendré al mundo para entregarles Mis últimas Instrucciones, porque no puedo partir de aquí ante tanto sufrimiento planetario, porque sé que las almas Me necesitan.

Solo les pido algo, que recen para que esos próximos encuentros puedan suceder.

No importa cómo sea, dónde sea, pero Mi Mensaje llegará, les doy Mi Palabra de esto, y espero que en la próxima Semana Santa sus corazones estén más decididos y definidos porque les quiero decir a todos que ya no hay tiempo.

No quiero forzarlos a dar un paso, quiero despertarlos a dar un paso, paso en los grados del amor. Es tan maravilloso esto, que los grados de amor son tan infinitos pero tan semejantes en todos Mis compañeros.

Tengan presente esta Instrucción, porque el universo y Su Rey siempre les darán la oportunidad de amar. También es una promesa que amen aquellas cosas que ustedes mismos no creerían que podrían amar.

Pero después de tantas Instrucciones, de tantas bendiciones y Sagradas Semanas, solo espero que en esta Pascua que hoy celebramos, del Cordero de Dios inmolado en sacrificio, puedan decirle a Dios Padre: "Mi Corazón está pronto para lo que Tú deseas, para lo que Tú esperas. Padre, haz de mi vida un instrumento en Tus Manos. Transforma este barro en algo bello para Ti, porque Tú, Padre Amado, siempre resucitarás mi vida. Yo confío en Ti".

Quiero celebrar esta Pascua con todos los presentes y, especialmente, con todos los que están en sus hogares y con sus familias en este Domingo de Pascua, en el que las puertas de los Cielos están abiertas sobre el mundo para que Mi Espíritu resucitado resucite a todos los espíritus caídos, bajo la gloria del Sacramento de la Eucaristía.

En la presencia de los Ángeles Custodios de Dios, en la presencia de los Coros más cercanos a la Fuente Divina, hoy ellos, ante el Rey del Universo, serán testigos de que la sagrada forma de la Eucaristía ingresará, como una luz inmaterial, en los corazones que se abran para recibirla y así se instituya, de una vez y para siempre, la sagrada fraternidad esenia. Amén.

Para que sus corazones se terminen de purificar y preparen sus templos internos para recibir el Sacramento, prepararemos esta ceremonia para todos.

Los invito a invocar la presencia de sus Ángeles de la Guarda para que también sean testigos de la celebración de esta Pascua del Resucitado, de Aquel que resucita de tiempo en tiempo en el corazón humano, para hacer de cada corazón humano un corazón redimido.

Ofrezcan a sus almas la oportunidad de gobernar este momento y que todas las miserias, incertidumbres, dudas o sufrimientos, sean disueltos a través de esta celebración eucarística. Para eso escucharemos una canción desde el Centro Mariano de Figueira, una canción tan simple que dice muchas cosas, llamada “Corazón vacío”.

Los escucho, y celebremos en Mi Iglesia Celestial.

Canción: Corazón vacío.

Postrados ante la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo y Rey de la Vida, ofrecemos en este momento, ante Su Presencia, nuestros corazones vacíos para que, como Él dijo, nos pueda llenar de Sus Códigos de Luz y así todas las incertidumbres, dudas, sufrimientos, dolores sean disueltos por la sagrada celebración de esta Eucaristía.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Escuchamos el instrumental y vamos a seguir, en este momento, los pasos que nos está indicando Nuestro Señor.
 

Hoy, después de haber resucitado de entre los muertos y especialmente de haber resucitado en el corazón de cada uno de los Míos, vengo a compartirles el Pan de Vida y el Cáliz de la Salvación a todos Mis compañeros del mundo, para que la fortaleza de la unidad y de la fe unifique a todas las familias del mundo y haga de cada corazón humano una llama de fe en estos tiempos de oscuridad; para que la Luz del Reino de los Cielos, que está dentro de cada uno de los Míos, se haga presente y triunfe una vez más. Que así sea.

Antes estuve reunido con Mis apóstoles, hoy estoy reunido con muchos seguidores más y vengo a entregarles Mi Vida sacramentada en la Eucaristía.

Es así, que tomando el pan entre Mis Manos lo ofrezco al Padre, Adonai, Elohim y Abba, para que lo bendiga y lo convierta en el glorioso y resucitado Cuerpo de Cristo, que hoy ingresará en forma de Luz Divina en los corazones que se abran para recibirlo en Comunión Espiritual.

Así, por todo el planeta y por ustedes, haciendo memoria de Mi Legado en todas las Sagradas Semanas, vuelvo a partir el pan para ofrecérselo a ustedes, diciendo: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Y como los Ángeles del Cielo, nos postramos ante la presencia del Divino Sacramento del Altar, para que las almas más sufridas sean reparadas por la Presencia de Cristo, Nuestro Señor. 

Así, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos y se lo ofrezco a Adonai, Elohim y Abba, para que sea bendecido y convertido en Mi preciosa y divina Sangre y les vuelvo a decir, compañeros: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hoy hagan esto en memoria Mía".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Que todos los Reinos de la Naturaleza sean reparados, porque ellos no se pueden defender del hombre. Que las almas de la Tierra y el corazón humano despierten a la consciencia del amor por toda la Creación para que Mi divina e insondable Misericordia descienda a la Tierra.

Con alegría, júbilo y amor anunciamos que este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los que se sirvan de este Sacramento en Comunión Espiritual, porque Yo les he prometido la vida eterna.

Y ahora, oraré y les pediré que oren Conmigo para consumar la consagración de estos sagrados elementos. Así como Yo lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, oraremos meditando sobre cada palabra.

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

Anuncien Mi Paz al mundo.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Acaba de aparecer Nuestra Señora, vestida como una Esposa Celestial. Su belleza es indescriptible.

Pedimos ahora que las Madres se coloquen detrás del altar, para que anunciemos junto a Nuestro Señor y a Nuestra Señora esa poderosa, pero simple oración del centurión.

Contemplamos la majestad de nuestra Madre Divina que viene a recibir, en Su Corazón Inmaculado, las ofertas de todos Sus hijos.
 

 

“Señor yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Amén".

 

Así, hoy les anuncio que cada uno de los presentes y de los no presentes en este santuario, está en Comunión Espiritual Conmigo. Celebremos a través de tres campanadas.

Hoy invito a todas las madres del mundo, en nombre de todas estas madres aquí presentes, a renovar sus votos con la maternidad espiritual, inextinguible espíritu de protección divina sobre todos los hijos de Dios.

Escuchamos, en comunión, siete campanadas.

Hoy, después de mucho tiempo, siento sus corazones en Mi Corazón y esto Me motiva y Me impulsa a venir aquí, para poder llegar al mundo.

Agradezco a todos los que construyeron con sus manos y con su tiempo está Sagrada Semana, una de las más inolvidables para Mí. También agradezco a todos los que fielmente acompañaron esta Semana Santa. Como les ha dicho Mi Madre: "Yo estoy aquí" y Soy Su Maestro.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermana Amerisa puede pasar aquí y arrodillarse un momento delante de Cristo.

Nuestro Señor, hoy la bendice en esta sagrada tarea de la maternidad como Madre Elisabeth de la Cruz. 

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ponerse de pie.

 

Y ahora, compañeros, Mi tiempo ha terminado y quiero que terminen escuchando una canción que sea la melodía de estos tiempos para los nuevos apóstoles. Esta canción se llama “Estar en Tu Corazón”.

Yo los bendigo y les doy Mi Paz.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos ir en Paz, demos gracias a Dios.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

A pedido de nuestro Maestro, vamos a repasar con ustedes, muy brevemente, aquellas cosas que han sucedido en esta semana.

Recuerden que Nuestro Señor llegó en el Domingo de Ramos, anunciando que Su Pasión iba a tener, en esta última semana, una profundidad más amplia, porque Él quería que nosotros preparáramos nuestro corazón.

Él trabajó con toda la humanidad durante toda la semana solo para preparar nuestro corazón, para que hoy, domingo, el día en que Él resucita en nuestro corazón, nosotros nos pudiéramos animar a decirle: “Señor, mi corazón está pronto”. 

Y en esa última frase que Él dijo, que nuestro corazón estaría pronto para ser un instrumento, abrazando lo desconocido con total confianza, se resume toda nuestra trayectoria durante esta semana. Y es lo único que nos debe importar en este tiempo: preparar nuestro corazón para que esté pronto, para abrazar cualquier cosa que Él necesite de cada uno de nosotros, con total confianza en todos Sus Designios y en Su Amor.

Su Gracia y Su Misericordia son infinitas; por eso, Él estará sustentando nuestros espíritus por las Semanas Sagradas que vendrán.

Nosotros prepararemos, con júbilo en el corazón, Su casa, nuestro corazón, y lo esperaremos con alegría y gratitud. 

Prepararemos para todos ustedes una tarea que va a resumir todo aquello que Nuestro Señor realizó durante esta semana, y podremos repasar todo lo que vimos y escuchamos, y todo aquello que, ocultamente, Nuestro Señor hizo en nuestro planeta y en nuestra humanidad y que Él tuvo la Gracia de podernos mostrar, porque necesitamos comprender lo que sucede en este mundo cuando Él nos regala Su Presencia.

“Seguimos preparando nuestro corazón, Señor, para abrazar todo aquello que vendrá y transformará esta Tierra, en esa Aspiración de nuestro Padre: que este mundo, este planeta y esta humanidad se conviertan en un planeta sagrado”.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

Y unidos a Ti, Rey del Universo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 83.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los que en el pasado anunciaron la llegada del Mesías, son los que hoy anuncian Mi Retorno al mundo.

Las últimas Escrituras se están cumpliendo y esto va más allá del entendimiento humano.

Mi Iglesia Celestial se prepara para descender, con toda su gloria, en el mes de agosto; un último momento culminante para la humanidad.

Hoy, las bóvedas de Mi Iglesia y las altas torres de la Sagrada Catedral de Dios se comienzan a construir en este lugar para poder ayudar a todo el mundo, desde este Centro de Amor.

A través de sus oraciones, sus almas se preparan conscientemente para participar del descenso de la Iglesia Celestial, que vendrá como la Nueva Jerusalén, con el poder de todos los Cielos, con la gloria de todo el universo.

La sagrada Iglesia Celestial, en su aspecto inmaterial, tocará por algunos días la Tierra y, en los mundos internos, ella resonará y llamará a los últimos, que se autoconvocarán para estar presentes en Mi Retorno.

Israel volverá a tener una oportunidad, y aquel antiguo pueblo que caminó en el desierto ya no buscará la Tierra Prometida, porque ella está dentro de cada uno de ustedes, en lo que verdaderamente son y no en lo que aparentan.

Hoy, las primeras bóvedas de Mi Iglesia Celestial son construidas por los ángeles del universo y, por orden de los arcángeles, ellos también llaman a las almas que se servirán de este precioso y último impulso que emergerá de Mi Sagrado Corazón.

Sientan la llegada de Mi Iglesia Celestial y la revelación de sus tesoros sagrados, los que están guardados en el Arca de la Santa Alianza. Ellos ya no estarán lejos de las almas, sino que serán parte de las almas que, a través de los últimos tiempos, confiaron en Mi Palabra y en Mi Presencia.

El Cuerpo Místico de Cristo se fortalecerá después de esta última escuela que fue vivida a través de estos últimos años, en los que sus consciencias fueron partícipes de Mis Gracias y de Mis Misericordias.

La Iglesia Celestial, que descenderá en el mes de agosto, sacramentará a los últimos autoconvocados. Serán los que, junto a ustedes, construirán la unidad y la hermandad tan esperada por el mundo. Y será tan fuerte este impulso que las otras religiones lo sentirán, aun los ateos y los no creyentes.

En el descenso de Mi Iglesia Celestial, las últimas puertas de la salvación se abrirán y las almas serán llamadas para reunirse y congregarse en el centro de Mi Altar, en donde la Santísima Trinidad está presente, en unión con todos los seres de buena voluntad.

Es allí en donde las almas comprenderán lo que es Mi Iglesia, la Iglesia que Yo construí hace dos mil años atrás en el corazón de los que creyeron en el Mesías.

Colocaré Mi Piedra Fundamental sobre ustedes y de las tinieblas liberaré al mal, y Mi Iglesia se erguirá a través de los corazones valientes, de los pacificadores, de todos los que se unen a Mí en la verdad y en la transparencia. Y de sus almas, cuando estén dentro de Mi Iglesia Celestial, emergerán sus dones, conocerán sus talentos y Me los ofrecerán ante la Gloria del Padre y del Espíritu Santo.

La Iglesia Celestial descenderá en el mes de agosto y llegará a todos los hogares del mundo. Preparen sus casas, anuncien a sus familias que la Gracia de Mi Iglesia Celestial atravesará sus corazones y colmará sus almas en Mis últimos impulsos de Amor y de Redención.

Pero ya algunas almas se encuentran ante las puertas de Mi Iglesia construyendo, junto con los ángeles, las sagradas formas geométricas de Mi Iglesia Espiritual; porque todo será ofrecido, no solo la construcción de Mi Iglesia en el corazón de los hombres, sino también el esfuerzo de los que colocarán sus manos en donación, durante el día y la noche, para construir Mi Iglesia en la humanidad.

Y los arcángeles escribirán este momento, y las ofrendas de las almas puras, aunque imperfectas, se ofrecerán en el Altar Mayor de Mi Corazón, en donde la llama de la fe es flameante y eterna.

Y así será colocada el Arca de la Santa Alianza sobre el Altar Mayor de Mi Iglesia Celestial, y las sagradas reliquias de la Pasión de Cristo podrán estar entre las manos de los que siempre aspiraron a tenerlas para amar aún más Mi sacrificio y Mi entrega, para amar cada partícula de Mi Sangre y de Mi Agua, por la redención del planeta.

“Oh, sagrada Iglesia Celestial que desciendes sobre la Nueva Jerusalén, que tus puertas se abran, que los abismos se cierren, que los ángeles llamen con sus trompetas a los que se autoconvocaron para servirte y para adorarte, a través del Padre Celestial. Que los signos de tu presencia sean escuchados en los mundos internos, que los impulsos de tu Gracia sean derramados como una inagotable fuente sobre los que claman por alivio y por cura.

Oh, sagrada Iglesia Celestial revela tus sagradas formas, tus preciosos símbolos, para que las almas reconozcan que siempre has estado allí, en el universo, a la espera de los que aspiran a ingresar en ti, para estar en adoración y en oración por el Amor de Cristo”.

Antes del último y gran momento, la humanidad tomará consciencia de lo que Yo vine a hacer en el mundo, en este tiempo final.

Que los testimonios de sus vidas sigan siendo escritos por la humilde Mano de Dios, para que Su Amor se multiplique en el mundo y las almas encuentren la paz de pertenecer al Reino de Dios.

Que sus vidas sean los primeros pilares para la construcción de Mi Iglesia Celestial en el mes de agosto.

Que su compromiso y fidelidad sean la gran bóveda que expresará la belleza del arte de la Creación y que, al fin, sus corazones sean el gran ofertorio del Altar, para que el precio de la Sangre de Cristo, que fue derramada en el mundo, sea justificado y reconocido por su transformación.

Que sus Ángeles de la Guarda acompañen silenciosamente este momento y los guíen para el gran encuentro con Mi Iglesia Celestial en el mes de agosto.

Hermana Amerisa, Nuestro Señor la llama aquí.

“Hoy quiero anunciarte, por los méritos de tu amor y de tu esfuerzo a Mi Sagrado Corazón, en agradecimiento por el descenso de Mi Iglesia Celestial en este plano material, por todos los momentos que has vivido y que he acompañado de cerca desde el momento de tu consagración, quiero decirte, dulce hija Mía, que tu madre está Conmigo en el Cielo y que, al igual que muchas madres que sufren silenciosamente en este mundo, ella reza por ellas para que también alcancen la Gracia de la Bienaventuranza.

Por los méritos del sufrimiento de tu madre, ella ha entrado a Mi Iglesia Celestial, y junto a los santos se ha coronado como bienaventurada.

Hoy dejo este testimonio para el mundo, para que sepan que Mis Palabras son verdaderas y que Mis promesas se cumplen en los corazones que se esfuerzan por Mí. 

Te bendigo y te agradezco, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".

Celebremos estos últimos momentos en unión con la Eucaristía y la Sangre del Cordero de Dios que hoy, nuevamente, será ofrecida en los altares de la Iglesia Celestial, para que más almas y más corazones sean redimidos.

Traedme aquí el incienso y el agua para bendecir.

En este momento y en este instante, ante la presencia del Amor de Cristo y por los méritos victoriosos de Su Pasión, en acción de gracias, en amor y en reverencia, ofrezcamos nuestras vidas en Sus Manos como testimonio de nuestra fe por Él. Hagámoslo ahora.

Mi Dios, yo creo en Ti, yo Te adoro,
yo Te espero y yo Te amo,
y Te pido perdón
por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(se repite tres veces en español)

Pueden traer el altar.

Ofrezcámonos en este momento para que, a través de la consagración de estos elementos, también nuestras vidas sean consagradas y merecedoras de la Misericordia de Nuestro Señor.

En la noche en que Jesús iba a ser entregado, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre por la entrega que Él viviría. Lo entregó para que fuera consagrado como Su Divino Cuerpo. Enseguida lo partió y se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. Amén (se repite tres veces en portugués).

Enseguida, acabada la Cena, tomó el Cáliz y lo elevó para ofrecerselo al Padre como sacrificio por la humanidad, para que fuera transubstanciado en la preciosa Sangre de Cristo. Enseguida, se lo pasó a Sus compañeros diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. Amén (se repite tres veces en portugués).

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

En unión con la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo, en unión con los ángeles y los arcángeles, con los santos y los bienaventurados, y con todos los seres de buena voluntad que trabajan por la paz y la fraternidad, nos unimos en oración y en súplica, realizando juntos la oración que Cristo nos enseñó.

Padre Nuestro (en portugués y en inglés).

Que Mi Paz descienda a la Tierra y colme a los corazones del Amor de Dios.

“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra Tuya bastará para sanarme. Amén”.

Hermana Amerisa puede venir aquí.

Y Nuestro Señor se une en este momento, en comunión espiritual, con todos nuestros hermanos en el mundo. Anunciamos esta comunión espiritual con tres campanadas.

Padre Celestial, que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti,
guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha. Amén.
(en español, portugués e inglés)

Que Mi Iglesia Celestial, que se construye y se yergue en sus corazones, se perpetúe para estos tiempos, para que siempre encuentren Mi Paz y el consuelo de Mi Corazón.

Los bendigo a ustedes y a sus hermanos bajo la Luz redentora de Mi Gracia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Invito a todos en el mundo a cantar una simple canción que nació, en este Centro Mariano, de un alma devota para aliviar Mi Corazón y el de Mi Padre, cantarán: “Señor, yo que nada soy, me entrego a Ti, para que hagas de mí Tu morada”.

Les agradezco.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 25.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo estoy presente en todos los corazones y sagrarios de la Tierra.

Ante Mi Presencia Gloriosa Yo les traigo nuevamente el espíritu de Mi Paz, para que sus corazones cicatricen de todas las heridas causadas por la maldad de Mi adversario. Pero Mi triunfo está próximo en ustedes.

Dichosos de aquellos que proclaman Mi Nombre y glorifican a Mi Padre que está en los Cielos. Así las leyes se cumplirán en sus vidas, y sus corazones se pacificarán por haber encontrado al Hijo de Dios en honra y en gloria en estos tiempos, caminando a través de estos naranjos, derramando Su Gracia y Su Misericordia para un mundo que está muy vacío.

Mas sus corazones, compañeros, pueden ser dignos delante de Mí. Y a pesar de los errores, de las imperfecciones y de los juicios, Yo puedo derramarles Mi Divina Misericordia. Pero esa Fuente cesará, el tiempo se aproxima, el gran tiempo del Juicio Universal. Los ángeles se preparan en los Tronos de Dios para poder tocar las últimas trompetas. ¿Quién escuchará la séptima trompeta del Gran Ángel del Señor?

Pero si ustedes moran en Mi Corazón y permiten que Yo los transforme como un barro nuevo para que Yo deposite Mi vino nuevo, estarán protegidos por Mi Espíritu, colmados por Mi Bondad y estarán en el Señor porque estarán en Mi Corazón en los momentos más difíciles de la Tierra.

Hoy les revelé esta Faz gloriosa, compañeros, para que recuerden que Vuestro Rey, el humilde Rey ante Dios Todopoderoso, presenta para el mundo Sus Faces, tan simples pero verdaderas, alcanzadas a través de Su Pasión y de Su Muerte; y de Su Victoria en la Cruz, y de Su Resurrección y de Su Aparición ante la humanidad para estos tiempos tan críticos.

No podré llevar Mi Mensaje a todo el mundo. No todos podrán escuchar Mis Palabras en este mismo momento. Pero el Espíritu Omnipresente del Hijo de Dios, que está en los Cielos, habla a todos los mundos internos de las criaturas porque está llegando la hora de la consciencia; para que despierten a sus realidades, para que puedan ver sus errores y deudas sin sentir culpa, ni ninguna perturbación.

Yo vengo a mostrarles un nuevo camino, aquel camino que Yo mostré para los Doce. Pero hoy muestro este camino verdadero y puro, para toda la humanidad.

Así como Me escucha el corazón de Mi Iglesia, extendida por los cuatro puntos de la Tierra, deseo que todos los corazones Me escuchen fuera de Mi Iglesia; principalmente aquellos que han seguido otros caminos olvidándose de la Voluntad de Dios y de la importancia de buscar el Reino de Dios.

Extiendo Mis Manos hoy hacia ustedes. Derramo Mi Gracia, Mi Gracia Universal, la que brotó después de Mi Misericordia, en el momento en que Yo resucité físicamente y demostré para la humanidad en aquel tiempo, que el Hijo de Dios hecho hombre y consciencia, hecho Cristo Vivo en el espíritu de todos los seres, está vivo y nunca murió.

Yo les demostré cómo poder vencer a la muerte, esta muerte que corroe y que vuelve sus cuerpos corruptos.

Pero Yo les enseño, compañeros, que a través de la donación de Mi Espíritu para cada uno de ustedes, encontrarán esa resurrección interior que en estos tiempos tan difíciles todos son invitados a vivir. Para alcanzar la resurrección espiritual, compañeros, primero deben morir a sus deudas, no sentir ninguna falta por conocerse a sí mismos tal cual son.

Yo vengo a revelar lo verdadero que existe en ustedes, que es el don que Dios depositó a través de Mi Corazón en sus vidas. Así Mis Estrellas de Luz se encienden en sus corazones y las súplicas de todos los hijos de Dios en todo el planeta redimido por Cristo, Vuestro Señor, son escuchadas en los Tronos del Cielo.

Los ángeles pueden detener la Justicia de Dios, la Justicia de los Siete Ángeles del Gran Señor que están por hacer sonar sus trompetas. Pero ahora es la última que retumbará en todo el planeta y hará eco en el Universo, en esta Vía Láctea en la cual ustedes viven este Proyecto del Creador.

Pero Yo vengo antes del gran tiempo y cuando se muestren las señales, vengo en este tiempo para demostrarles el último camino, para que sepan retornar a Dios a través de Mi Corazón y no sufran las consecuencias de una acción de la humanidad equivocada, que sigue ultrajando el Corazón del Dios Eterno, del Elohim, del Dios vivo, resplandeciente y único, en la máxima expresión de Su esfera celestial.

Pues hoy les digo, compañeros, que a través de Mi glorificación viva ante sus ojos, esa parte de la Consciencia Única de Dios, manifestada a través de Cristo Redentor, está presente aquí, en Aurora, acogiendo sus espíritus y sus familias para que escuchen Mi Llamado urgente al gran cambio, el gran momento de su intensa purificación. Mas si sus corazones mansos, receptivos y despiertos, confían en Mí, Yo les prometo que no sufrirán.

Mas sus vidas y sus generaciones deben purificarse antes del tiempo final, antes de que vivan nuevamente Conmigo la segunda Cena, después del retorno de Cristo, Vuestro Señor.

¿Cómo podré visitar, compañeros, sus casas, si sus corazones no están purificados en el Señor?

El Mesías, el Redentor, se purificó en el Templo Sacro del Señor. Por eso, compañeros, deben vivir la misma Ley que Yo viví. Yo les traigo una Ley renovadora que no tiene sufrimiento, sino una profunda paz al vivir una verdadera transformación en Dios y una comunión perfecta con sus Leyes Divinas.

Las puertas de este Reino presente en este lugar santo, ya están abiertas a partir de este día. Dichosos de aquellos que contemplan la Luz Espiritual del Creador en estos espacios bendecidos por los Mensajeros Divinos, pues esto pertenece a Dios y a ningún hombre de la Tierra, y nadie puede dar ningún juicio delante del Proyecto de Dios.

¡Ay! de aquellos sacerdotes que no escucharon la Palabra de la Virgen María y que excomulgaron a todos Mis compañeros delante de la injusticia que comete este mundo cruel.

Yo no les vengo a enseñar los caminos de la injusticia. Yo vengo a enseñarles el camino de la paz, el verdadero ecumenismo del corazón, que no tiene fronteras, ni lenguas.

El verdadero idioma de los ciento cuarenta y cuatro mil será el idioma del corazón, la vibración del amor, de la unidad y de la fraternidad. Así estarán en comunión con las Leyes del Creador y no se perderán en las cosas superficiales.

Será muy tarde para aquellos que no hayan creído lo que sucedió aquí, espiritualmente; porque habrá testigos que firmarán en el Libro Sagrado de Dios, esta historia del tiempo final. Abracen Mi Corazón profundamente, y sientan Mi Voluntad que quiere transformarlos en nuevos rebaños consagrados al Sacratísimo Corazón de Jesús.

A Santa Margarita Alacoque le revelé este misterio de Mi Corazón, rodeado de espinas por los acontecimientos que sucederían en el fin de los tiempos. Pero ahora Yo les traigo Mi Gloria, la Gloria de Mi Corazón vivo, que es el último complemento que se dona a sus espíritus para que vivan la salvación y no se justifiquen todo el tiempo, sino que se justifiquen a través de Mi Corazón, lleno de Agua y de Sangre por esta humanidad que debe vivir el Proyecto de Dios.

Yo vengo a demostrar fuera de Mi Iglesia los caminos, los caminos hacia el Señor para todos los que los perdieron por la crueldad humana, la mentira y el engaño de las garras de Mi adversario. Pero Yo Soy su verdadero Sol, que desciende desde el Universo Celestial para alumbrar las penumbras y las tinieblas.

Vengo, queridos compañeros, a abrirles la última puerta catorce, aquella que está indicada en este mundo para el retorno de Cristo, vuestro Señor.

Catorce serán las legiones angélicas que cantarán al Elohim los Sagrados Nombres de Dios para anunciar al mundo que el Hijo de Dios viene entre las nubes, rodeado del Universo, trayendo el mensaje de la nueva humanidad. Y a partir de allí, todo estará consumado y todo comenzará de nuevo, con una nueva humanidad.

Ustedes ¿anhelan eso? ¿Saben lo que significa, compañeros, ser parte de la humanidad de Cristo? Este misterio no lo conocen los teólogos. Lo conocerá verdaderamente aquel que more en Mi Corazón y no quiera nada para sí, pues Yo vengo a guiarlos, vengo a cumplir la promesa, aquella que Yo dicté antes de Mi Ascensión.

¿Creen que eso está sucediendo ahora? Debo traerles primero Mi Divinidad. Mi Cuerpo Glorificado no puede mostrarse a ustedes, por las impurezas que vive este mundo de hoy. Mas Mi Misericordia y Mi Gracia son parte del Soplo del Espíritu; traerá para todos la oportunidad de la redención.

Abran las ventanas de toda esta casa, con armonía y con paz, sin perder el silencio que Yo construyo en ustedes.

Que se pongan de pie los que están en los demás lugares, fuera de esta casa. Y ahora vengan aquí, caminando suavemente, como lo hacen los ángeles. No pierdan la concentración. Es parte del ejercicio divino de la paz. Rodearán esta casa y así Yo los bendeciré en el nombre del Señor.

Prepárense. Vengan caminando en paz, Yo guío sus pasos, Yo abro las puertas para aquellos que las tienen cerradas. Mantengan la paz.

Estoy presente aquí y en aquellos que Me abren el corazón.

Vengo para todos, principalmente para los que no están aquí y que olvidaron Mi Camino Redentor.

Vengo a mostrarles la nueva Ley, la Ley del Corazón, conocida por muy pocos. Es un misterio precioso que viene a revelarse al mundo actual, para que los corazones se conviertan, desaten sus amarras y alcancen la liberación a través de Mi Corazón vivo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nuestro Señor está llamando a dos hermanas para que vengan en Su Nombre a sostener los elementos sagrados.

 

Este será el momento de la Consagración Universal de Mi Corazón vivo, glorificado y misericordioso, para toda la humanidad.

Pongámonos de pie para la Consagración.

¿Recuerdan la oración que Yo les entregué en Ecuador, cuando visitaban ese lugar sagrado donde Mi Madre apareció, en Cuenca?

¿Recuerdan lo que Yo les dije allí, arriba de esas sierras, donde corría un agua cristalina y el cielo parecía que estaba allí presente, rodeándolos todo el tiempo, en esa experiencia de amor con la Divinidad?
 

 

En el nombre del Cristo de la Luz,
revelo mis aspiraciones a Dios
para que las colme y las reciba en Sus Manos.
En el nombre del Cristo de la Luz,
me oferto a la vida eterna, a la entrega,
A la disolución de las culpas, del miedo y del dolor,
para que sean convertidas en el Amor del Cristo.
En el nombre del Cristo de la Luz,
abro mi corazón, para recibir la Llama del Espíritu Santo,
y para que esta sea irradiada hacia otros corazones.
En el nombre del Cristo de la Luz,
me confieso ante Él
para que perdone mis acciones,
mis pensamientos y mis deudas ante Dios,
Amén.
 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Señor nos presenta en este momento, una cesta dorada de luz para que cada uno de nosotros coloque una intención dentro de esa cesta, como si fuera una molécula de luz, una aspiración de pedirle algo a Dios, a través de Su Hijo.

Él nos pide que esa intención sea verdadera, algo que hasta los días de hoy no conseguimos resolver.

 

El Señor nos dice:

Por eso Yo Soy el Pastor que ama a todas sus ovejas, no importa cómo sean, pues Mis Ojos de Luz miran en sus corazones el talento de la paz que Yo deposité en sus esencias hace dos mil años. Dichosos de aquellos que caminan a Mi lado y que reencuentran esta comunión Conmigo.

En el nombre de Adonai, ante los ángeles del Cielo, de los coros celestiales, ante la Madre Universal, Madre de la nueva humanidad, ante el Espíritu Santo, que los colma y los renueva, ante los bienaventurados que alcanzaron la cristificación a través de la donación absoluta de sus vidas, de sus misiones, ante todo el Universo que reúne a todas las Galaxias, congrega a todas las estrellas y soles, ante los Elohim, de los Resplandecientes, de los Padres Creadores llamados Arcángeles, ante los Tronos de Dios en Su séptimo nivel sagrado, ante Su Espíritu Purísimo y Divino, en Consciencia Divina de Paz, abriendo Mis Brazos y derramando Mis Rayos, Yo los bendigo en el santo nombre del Padre, en el nombre sagrado del Hijo, el bendito nombre del Espíritu Santo, para que despierte la semilla de la nueva humanidad.

Consagraremos ahora ante los Tronos, estos sacramentos que serán fuente de perdón, de esperanza, de paz y de alivio para todos los que creen en Mi Camino, en Mi Verdad y en Mi Vida.

Cantemos.

Que se escuche su voz ante Dios.

Canten con más fuerza. 

En este Cenáculo de Redención, Yo les dejo la paz, les doy la paz, para que vivan en paz.

Les agradezco por haber respondido a este sagrado pedido.

 

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 4, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy estoy aquí junto a Moisés y Elías, Mis antecesores, aquellos que anunciaron Mi advenimiento a los pueblos. Y ahora Yo les anuncio, compañeros, Mi Retorno al mundo.

Así como los patriarcas formaron a los pueblos para que la Palabra de Dios fuera vida en sus corazones, así Yo formo a los sacerdotes de corazón, para que vivan en la esencia de Mi Espíritu. Que a través de la simplicidad puedan profesar Mi Presencia en el corazón de todas las almas, principalmente en aquellas que están en la oscuridad, a las cuales Yo vengo a redimir en estos tiempos.

Una historia fue escrita en esta humanidad y hoy estuvieron frente a un pequeño hecho de Mi Pasión, pues Mi Consciencia es más amplia de lo que parece y cada parte de Mi Ser sufrió esa Pasión por cada uno de ustedes, de sus familiares y amigos, que hoy no están aquí presentes, pero sí están en este mundo, que ingresa arduamente en el primer ciclo de su transición. Mas por eso no deberán temer.

Así como los profetas del pasado anunciaron la venida del Mesías, el propio Verbo Divino de Dios, expresado a través de Mis Palabras, viene a anunciarles el Retorno del Salvador. Primero, en los corazones puros, que busquen la cristificación mediante la purificación de sus seres. Así podrán ver al Hijo de Dios resplandeciente y lo reconocerán de una forma humilde y simple, porque Él los llamará nuevamente a participar de la Cena de la Misericordia.

Mientras muchos espíritus no se animan a dar el gran paso hacia Mi Corazón, en los pocos Yo forjo lo mejor, para que las obras se puedan cumplir en la excelencia de la Voluntad del Padre. Pero cuando los ejércitos se forman a través de la oración, del servicio y de la confianza absoluta en Mi Corazón Misericordioso, las puertas de la rehabilitación se abren para aquellos que buscan una nueva vida, llena del Amor de Dios, colmada por Su Espíritu Divino, dentro de las Leyes del Universo a las cuales todos ustedes son convocados a practicar.

Esto es lo que ha llevado a la humanidad a la perdición. La falta de obediencia a las Leyes desarmoniza los planos de consciencia y las fuerzas del mal actúan para someter a los corazones fieles, principalmente a aquellos que han dado el voto de "sí" a Mi Corazón.

En la presencia de los profetas recuerden los Mandamientos. Aunque sean leyes primitivas, ellas siguen actuando en este planeta. Y son esas simples leyes, la que cuesta cumplir en los corazones de los simples, principalmente en la humanidad entera, que es sometida por la vida material y alejada del verdadero conocimiento de Dios, pues se ha implantado sobre esta consciencia planetaria una ciencia que no es verdadera, que ha llevado a la modernidad y a la desconexión del espíritu de cada ser de la verdadera esencia que los rige, que es el propósito de Dios por encima de este universo.

Moisés representa al Patriarcado y la sucesión de Abraham. Elías es el Profeta que escribió en sus libros las claras visiones de Dios sobre la Gran Advocación del Espíritu Santo, en los seres de la humanidad y en aquellos que despiertan a la unión con el Espíritu del Creador. Elías es el mensajero del Espíritu, Moisés es aquel que vivió la elección principal. Aquella que Dios le entregó a su corazón de alcanzar el propósito de una humanidad elevada, guiada por el Corazón del Padre Celestial, para que así pudiera encontrar la Tierra Prometida, que es el tabernáculo del corazón de cada ser, donde mora Dios, la esencia de vuestro amor y de vuestra unidad.

Pero esa Promesa está por cumplirse. Por eso el Hijo de Dios fue enviado a la Tierra, para que todos ustedes en estos tiempos tuvieran la sagrada oportunidad de alcanzar esa tierra prometida, la esencia de ese espíritu primordial que debe despertar en los tiempos de caos para auxiliar a las almas; a las que les tocará vivir la cruel transición, debido a las causas injustas de todos los hombres, debido a las acciones contra la Creación y todo lo creado por vuestro Padre Superior.

Por eso, compañeros, retornen al origen. Recuerden las Leyes. Comiencen a practicarlas, porque ellas se desdoblarán de una forma desconocida para el mundo. Pero si ustedes están preparados ayudarán a los menos preparados para que vivan la enseñanza primordial de cumplir los Mandamientos y no salir de la Ley, para que ella no sobre caiga sobre los corazones ignorantes, principalmente sobre aquellos que no aceptaron Mi Resurrección.

Que vengan aquí los hijos consagrados del monasterio. Todos los hermanos consagrados, pues hoy ellos cantarán Mi Resurrección. Me refiero a Mis hijos predilectos varones. Y en presencia de Mis hijas peregrinas que hoy llegaron a Mi encuentro, también cantarán en Mi Nombre la glorificación de Mi Resurrección, pues hoy puedo decir que he despertado en los corazones simples, aquellos que se abrieron a encontrarme aquí, en este recinto de simplicidad y de amor por la Jerarquía de Dios.

Mientras estoy presente, compañeros, mediten en Mi Resurrección y en la oportunidad de liberación que recibieron sus vidas, al estar hoy aquí, presentes ante Mi Universo Celestial.

Ahora ingresen en Mi Corazón y mediten en lo que les digo, y escuchen con el corazón esta proclamación que he pedido que Me cantaran. Catorce campanadas.

Reciban hoy a Abraham, su primer Patriarca de la civilización crística. Hoy estoy uniendo el Antiguo y  Nuevo Testamento. Y Mis Palabras de hoy tejen los nuevos Mandamientos, que serán vividos en las virtudes de los seres y en el amor que ellos puedan expresar a Dios, el Creador, antes de Mi Retorno.

Cantemos. A pedido de Nuestro Padre Eterno, cantarán Mis hijos consagrados en nombre de todos, junto a Mis dos hijas que hoy han llegado, para entrar en el regocijo de Mi Espíritu.

Mientras escuchan, sientan sus ángeles y unan su concentración al Universo total que hoy los acoge en este recinto sagrado.

Y ahora, compañeros, elevando el ofertorio del incienso, del agua y del aceite para los sacramentos que vendrán y que bendecirán a las almas que en estos tiempos buscan la unión perfecta con Mi Padre, ofrézcanlo a los Tronos que Dios Me ha concedido, para que junto a los ángeles, las huestes de la Luz y todos los bienaventurados, reciban su oferta como honor de redención y de paz para este mundo, para este tiempo actual, para esta nueva humanidad, que ya debe despuntar en el horizonte de sus corazones.

Ante Mi Presencia celestial, en este sábado de Aleluya, eleven sus ofertas para que Yo las reciba, en la esencia del espíritu, en la oferta y la donación de sus espíritus a Mi Consciencia Paternal.

Oración:

Padre Celestial,
Suprema Unidad,
Suprema Consciencia,
Supremo Amor,
compadécete de todos nosotros
y de toda la humanidad.
Amén.
(se repite 3 veces)

Hoy las llagas del pasado serán cerradas para aquellos que creen en todo lo que viven.

A pedido de Nuestro Señor Jesucristo, los hermanos que tienen las ofrendas para ofrecer al altar del Creador  realizarán una intención a Nuestro Señor, por esta humanidad y por este planeta.

Los escucho. 

Que escuchen todos.

Por todos los jóvenes de esta humanidad Señor.

Por todos los seres que hacen el mal.

Por la paz en África.

Por todos aquellos que duermen.

Por la vivencia del amor fraterno y la compasión.

Si ustedes siguieran rezando así como hoy lo hicieron, muchos de ellos se salvarán. Y no será por Mi intercesión, sino por su justa causa de rezar de corazón y de alma por aquellos que desconocen profundamente, principalmente por aquellos que están a su lado, que en algún momento los han negado por la incomprensión.

Vivan la esencia de la humildad. Eso ayudará al planeta a tornarlo salvo y digno de poder recibirme por segunda vez. Sus intenciones penetraron la dimensión de Mi Corazón. Sus lágrimas y lloros representan para Dios el alivio de todas la penas, de todos los pecados, injusticias y ultrajes que muchos inocentes viven.

El Cielo observa todas estas situaciones y todas las Jerarquías celestiales trabajan ampliamente por su redención. No nos iremos de este mundo, porque él nos pertenece. Dios nos hizo encarnar como Verbo y como Palabra, como Unidad y como Esencia entre ustedes, para que todos pudieran comprender que la Misericordia de Dios supera todas las pruebas, todas las dificultades y pecados.

Anímense a perdonar a aquellos que los lastiman, porque así, queridos compañeros, serán Mis apóstoles.

Recemos "Oración para vivir en la humildad".

Suprema existencia del Amor humilde
Suprema Consciencia de la Creación Universal
desciende en Tu Espíritu Inmaculado
y encarna ahora en este pequeño corazón
para que Tu propósito abnegado
se cumpla en la misión que me has encomendado.
Borra de mi corazón toda arrogancia,
limpia de mi alma toda mancha,
y disuelve con Tu Luz Divina
toda deuda en mi consciencia,
pues libre de mí mismo
podré ayudarte, Padre amado,
a cumplir Tu Voluntad infinita
en todo lo que fue manifestado.
Úneme al espíritu de la humildad.
Conságrame a la esencia de Tu Verdad.
Elévame a Tu Reino
para que este ser manifestado por Tu Origen
cumpla junto a Tus ángeles
con el propósito de la venida gloriosa de Cristo.
Amén

El Señor pide la Comunión.

Estoy aquí presente porque muchos de ustedes necesitan de Mi Presencia interior para fortalecerse.

Reverencien los sacramentos y vívanlos con gratitud. El Cuerpo y la Sangre nuevamente estarán vivos en ustedes. Dichosos de aquellos que comulgan en este primer sábado, en honra y honor al Inmaculado Corazón de María, como la comunión del primer sábado reparador.

Todas las causas injustas a la Santa Virgen serán borradas. Todos los ultrajes que hacen a Su Corazón Sacratísimo serán limpios por su unión con Mi Cuerpo y Mi Sangre.

Canción: Aleluya.

Canten con más fuerza.

¡Aleluya ! Cristo Redentor resucitó en los corazones redimidos.

Vayan en paz y comulguen en alegría. Esto solo bastará para agradar el Corazón de Dios.

Despídanme cantando nuevamente el Aleluya junto a sus ángeles, para que las esferas celestiales toquen los corazones del mundo, los corazones impuros. Toquen también las campanas.

Canción: Aleluya

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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