Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Señora de la Inmaculada Concepción está pidiendo que oremos por la conversión de los que le faltan a Dios.
Oración: Ave María (4 veces en español).
Ahora, oraremos en portugués.
Oración: Ave María (4 veces en portugués).
Ahora, vamos a orar en inglés.
Oración: Ave María (4 veces en inglés).
Ahora, vamos a orar en italiano, a pedido de nuestra Madre.
Oración: Ave María (4 veces en italiano).
Queridos hijos, estoy construyendo el humilde Altar de la Paz para que recuerden en sus corazones la Simplicidad de Dios.
Las dos velas, junto a Mi Altar, que encendieron Mis hijas, simbolizan a Mis ángeles custodios. Las flores, a los pies, simbolizan el Amor de Dios. Y arrodillarse significa reverenciar a Dios, por aquellos que no reverencian a Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora Nuestra Madre está pidiendo que oremos en francés.
Oración: Ave María (4 veces en francés).
Siempre les recordaré la simplicidad para que lleguen a la humildad, queridos hijos.
Canción: “Ave María”.
Hijos Míos, hoy Mi Corazón está un poco más aliviado por sus oraciones.
Hoy, a través de Mi invitación especial, los llamo a la simplicidad para que alcancen la humildad. Deben elevar sus corazones hacia Mi Hijo para que encuentren esa esencia.
Yo estoy aquí, queridos hijos, para orar con ustedes por esta humanidad.
Hoy, Yo Soy la Señora de la Inmaculada Concepción entre ustedes, para que vean la Gracia de Dios a través de Mi Corazón y para que recuerden, queridos hijos, que siempre deben retornar al Padre.
El puente hacia la Casa de Dios se encuentra a través de la oración. El puente hacia la Casa de Dios se encuentra a través de Mi Corazón y del Corazón de Mi Hijo. Por eso, hijos Míos, acepten este llamado en esta hora tan importante.
Ayer, Yo les mostré cuán grande es Mi dolor. Hoy, les muestro, hijos Míos, qué grande es la Gracia que Dios Me ha dado. Por eso, deben llevar en sus corazones Mi llamado.
Alcen su mirada hacia los Cielos, que ahora están abiertos; y acepten, dando el sí, la Voluntad de Dios.
Quiero que ustedes construyan en sus moradas lo nuevo y lo puro, quiero que lleven en sus corazones Mi Luz.
¿Qué es más importante, hijos Míos, que estar en la Luz de Dios?
Eso los podrá fortalecer y auxiliar en el camino que están recorriendo. Cuentan con Mis Manos Maternales para que Yo los pueda llevar hasta Jesús. Vean, siguiendo Mis pasos, la guía hacia el Infinito para todos aquellos que aún no creen en Mi llamado.
Hoy, Yo les digo, hijos Míos, que Yo Soy la mediadora ante Jesús, Soy la obrera fiel de Mi Hijo, porque sepan que Él Me los confió a ustedes y Mi Corazón Materno se perpetúa en todos estos tiempos; Él arde en el Fuego de Dios para cada uno de ustedes.
Lleven Conmigo este llamado para que puedan encontrar la puerta hacia la Eternidad. Por eso, queridos hijos, escuchen lo que hoy Yo les pido.
En esta vida terrena que cada uno de ustedes está viviendo, no solo están trabajando por su conversión, sino también por la conversión de la humanidad, de todas las culturas y de todas las creencias. Porque sepan, hijos Míos, que Yo Soy la única Madre Universal que no se cansa de transmitirle al mundo acciones de Paz y de llamarlos a vivir en esa Paz. Esa Paz es posible, hijos Míos, Yo los invito a querer vivir en esa Paz porque en ese camino Me encontrarán.
Soy la Reina de la Paz, la Guardiana de cada uno de sus corazones. Soy la que abre el Manto del Padre sobre esta humanidad para colocar a todos Mis hijos debajo de Mí con el motivo de elevarlos hacia el universo. Y, allá, en el punto más alto en donde se encuentra Mi Hijo, Él los podrá ver resplandecientes como verdaderas esencias de la oración, como peregrinos, como ovejas de Su rebaño.
Como está escrito en la Ley del Señor, hijos Míos, los rebaños en este fin de tiempo se están agrupando. Este tiempo definitivo llama a cada uno de Mis hijos para que se defina ante Dios; y esto sucederá, hijos Míos, antes del Retorno del Redentor.
Como está dicho, queridos hijos, Me han dado la tarea de preparar sus corazones, de fortalecer sus corazones en la oración; porque es verdad, hijos Míos, que muchos corazones se olvidan de orar al Señor por formar parte de esta humanidad que les trae promesas e ilusiones que los llevan por caminos confusos.
Pero si aceptan, hijos Míos, el llamado a la oración, el llamado de la Señora de la Inmaculada Concepción, estarán construyendo con la Reina de la Paz nuevos caminos para los peregrinos, para todas las almas que aún están perdidas.
Pequeños hijos, grande es el dolor en esta humanidad. Mi Corazón y el Corazón de Mi Hijo sustentan a esta humanidad hace mucho tiempo.
Por eso, Yo los necesito en la fidelidad y en la sinceridad de la oración del corazón. Eso vale mucho, hijos Míos, en este tiempo.
Ustedes, como pequeñas almas de Dios, están recibiendo la Presencia de Mi Inmaculado Corazón mes a mes. Pero, ¿cómo Yo podré llegar a aquellos que están distantes de Dios si niegan al Padre, si niegan la existencia del Universo de Dios?
Por eso, hoy los invito también, hijos Míos, a que abran sus corazones para que ingrese la Luz y Mis Palabras puedan permanecer en sus moradas.
Simple es el esfuerzo que Yo les pido, queridos hijos: orar con el corazón, ayunar con la consciencia y confesarse con Mi Hijo diariamente.
De esa manera, queridos hijos, la Reina de la Paz los ayudará a purificar sus corazones, a sublimar sus intenciones, a liberar sus mentes para que la Mente Única de Dios pueda actuar y la nueva célula de la paz pueda habitar en sus corazones.
Aún muchos de Mis hijos desconocen el Proyecto de Dios; por eso, Mi Hijo y Dios sobre todas las cosas, Me envían a este mundo para anunciarles este llamado.
Recuerden, hijos Míos, que este llamado es especial. Es un llamado de fin de tiempo, un llamado diferente, diferente al que ya realicé en otros lugares en donde Yo he aparecido.
Este llamado, queridos hijos, es para abrir la consciencia de su corazón, para que sus mentes disipen cualquier pensamiento que intelectualmente se oponga a Dios; porque de esa manera, queridos hijos, purificados y aliviados por el Amor de Jesús, hallarán la paz y tendrán Mi Luz como guía en su camino.
Cuando Yo los invito a construir nuevos caminos, son caminos para otras almas, para aquellas almas a las que aún no puedo llegar.
Sepan que Mi Gracia aún se derrama sobre este mundo, en un tiempo donde la Ley está llegando para reequilibrar a los corazones por todo lo que han hecho.
Lo que una vez escribió Juan, el apóstol, poco a poco se está cumpliendo. A ese llamado, a esa anunciación que Juan escribió, sus corazones no se podrán negar. Sepan que Dios es Justo, hijos Míos, es Amor y es Verdad.
Por eso, Yo los invito a estar bajo el Espíritu Santo, porque ese sublime Espíritu de Dios los liberará para que encuentren el verdadero Amor de Dios en esta vida.
Muchos de Mis hijos, muchos hombres de esta humanidad, han separado los Planes de Dios de las aspiraciones de Mis hijos. Ahora, llegó el momento, queridos hijos, de volver a despertar sus aspiraciones para que se concrete en este plano la verdadera consagración. Cuentan Conmigo.
Mis Palabras se difunden una vez más. Mis Palabras se difunden por última vez y hoy nuevamente se las repito, queridos hijos, porque sus corazones ya deben estar preparados.
Es tan simple y tan humilde lo que Yo les pido: orar con el corazón para amar a Dios. Orar en cada momento de sus vidas y colocar a sus hermanos, especialmente a aquellos que desconocen a Dios, muy cerca, muy cerca del Reino de Dios; porque en sus cuentas, Mi Espíritu Maternal, Mi Amor Inmaculado, estará con ustedes cada vez que pronuncien y que llamen a Mi Corazón.
¿Cómo un hijo crecerá ante Dios si no tiene la guía de una madre?
¿Cómo hizo Jesús para llegar a la Cruz?
Él tuvo que estar primero en Mis Brazos para recibir Mi consolación y entonces comenzó a dar Sus primeros pasos y se volvió un Gran Instructor para el Casto Corazón de San José y para Mi Inmaculado Corazón. Jesús aprendió de la humildad cuando confió y se entregó a Dios.
Yo los invito, hijos Míos, a estar en Mis Brazos para que sientan la Paz de Mi Corazón. De esa manera, queridos hijos, Mi Luz irradiará sus corazones y sus corazones se iluminarán en la esencia de Mi Paz.
Ahora, que Mis Palabras ya han sido dichas, Yo los invito a orar, unidos al Corazón de Mi Hijo, por todas las almas de esta humanidad y, especialmente, por los tiempos que llegarán. Abracen, con sus corazones, el Amor de Mi Hijo.
Hoy, les dejo un presente especial, la flor blanca de Mi Corazón, la Pureza Esencial.
Oración: “Inmaculada Señora de la Paz” (5 veces).
Siempre tienen que alabar a Jesús para que Mi Corazón pueda llegar a sus vidas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Madre, en este momento, colocó a Sus Pies un número importante de lirios blancos. Y nos dijo que sería para dar una bendición al Paraguay, como la Señora de la Inmaculada Concepción.
Por eso, en este momento, le pide que al grupo organizador de Paraguay se acerque para recibir esa bendición en nombre de todos.
Vamos a cantar “Cristo Redentor”.
Canción: “Cristo Redentor”.
Canción: “María, Virgen Madre”.
Como Mi Corazón sabe que esperarán Mi retorno a este país, Yo les daré una bendición maternal.
Que sus esencias siempre resplandezcan delante del Trono de Dios.
Que acepten vivir eternamente bajo la Luz del Amor de Mi Hijo.
Que la Llama del Espíritu Santo se guarde en sus corazones.
Que sus consciencias estén unidas a la Gran Consciencia de Dios.
Y bajo la bendición maternal de la Trinidad, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco, queridos hijos, por responder a Mi llamado.
Canción: “Ave María”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a ofertar nuestro corazón a nuestra Madre y a decirle:
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Respondiendo al pedido de Nuestra Señora, vamos a repartirle a este grupo cada una de las rosas que Ella consagró y que también fueron consagradas por el Corazón de Jesús que, al final de la Aparición, se aproximó a nuestra Madre.
También, respondiendo al pedido de nuestra Madre, vamos a cantar “Magníficat”, mientras repartimos estas rosas.
Canción: “Magníficat”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Como hacemos en todas las Apariciones, vamos a relatarles algunos detalles de lo que sucedió durante la visita de nuestra Madre. Pero antes, quería que reflexionáramos juntos sobre algunos detalles de nuestra tarea.
Vieron qué diferencia entre la tarea que hicimos ayer y la tarea que hicimos hoy. Es importante que todos tengamos claro que para estar con nuestra Madre hay que poner el corazón en lo que hacemos; que, para recibir la Gracia del Cielo, hay que colocarse con todo lo que uno tiene. Y que, por lo que hemos podido ver, realmente lo podemos hacer; solo tenemos que quererlo. Así que, vamos a tenerlo bien presente.
Esto es importante porque este planeta necesita mucha Misericordia, y esa Misericordia desciende a través de nosotros también. Ese canal se abre a través de la apertura de nuestro corazón; si nosotros estamos tibios, no hay Misericordia, porque le estamos diciendo no al universo. Por eso, estemos bien atentos y vigilantes con nuestra voluntad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Como todos pudieron escuchar, hoy Ella vino como la Señora de la Inmaculada Concepción. Su Presencia representaba entre unos 25 y 30 años. Cuando Ella apareció, junto al lado izquierdo del cuadro, lo primero que nos pidió fue que oráramos el Credo.
Siempre que Ella aparece nos pide que oremos el Credo con Ella y también nos pide que oremos una segunda oración que vamos a rezar ahora, que es una oración que el Ángel de la Paz les entregó a los pastores de Fátima. Ella dijo que esa oración tiene un gran poder de conversión y también un poder de salvación. Ella ora esa oración con nosotros cuando aparece:
Oh, mi Jesús,
perdónanos y líbranos del fuego del infierno,
lleva a las almas todas para el Cielo,
y socorre, principalmente,
a las que más necesitan de Tu Misericordia.
Amén.
Esta oración Ella la repite unas siete veces hasta que, hoy en el momento de la Aparición, comenzó a caminar hacia los hermanos que están aquí.
Hoy, Ella recogió Su Manto con las dos Manos, llevaba algo dentro de ese Manto y cuando lo soltó comenzaron a caer muchos lirios blancos que se fueron derramando sobre todos. Luego, Ella se aproximó cerca de este lugar que tenemos aquí a la izquierda, y tenía un lirio blanco sobre cada uno de Sus Pies.
Y hoy, de una forma especial, Ella nos mostró Su rosario. En el extremo del rosario estaba la cruz cristiana y no tenía al Cristo Crucificado, porque nos dijo que está vivo y que está retornando. En ese momento, Ella comenzó a transmitir el Mensaje.
Hoy Sus Ojos estaban con una mirada más contemplativa, una mirada de paz y de recogimiento interior, hasta que nos pidió que una de las hermanas del grupo se acercara; y fue en ese momento que Ella nos pidió que oráramos el Ave María en diferentes idiomas. A medida que íbamos orando en cada idioma, no supimos cómo aconteció, pero Ella nos mostró algo importante.
Cada vez que pronunciábamos un Ave María en diferentes idiomas, Ella estaba aquí, pero al mismo tiempo estaba sobre cada continente. Y de una forma muy veloz, caminaba por cada región del planeta e iba socorriendo a muchas almas; sobre todo, nos mostraba que socorría a almas que estaban en un profundo dolor físico e interior y cómo con tan pocas oraciones acontecen grandes cosas.
En un momento en que nuestra hermana no comprendió bien algunas Palabras, Nuestra Señora sonrió con mucha alegría y solo dijo: “Que no esté nerviosa, que no se preocupe, Mi querida hija, porque todos estamos aprendiendo”. Y agregó: “Con mucha paciencia, Yo le hablaré lentamente”. Y continuó transmitiendo las Palabras, poco a poco.
En un momento de la Aparición, oramos la oración “Inmaculada Señora de la Paz”, y Ella también utilizó ese momento de la oración para hacer una tarea. Nos mostró una parte del purgatorio donde, según nos dijo, se vive bien; un estado en el que las almas no sufren.
Ese lugar que Ella visita es ese purgatorio; porque nos dijo que el purgatorio es una consciencia muy amplia que tiene varios niveles como si fuera un edificio; y en ese lugar que nos mostró, había grupos de almas que estaban sirviendo a través de la oración, almas que oraban por la humanidad.
Antes de finalizar la Aparición, Ella hizo la bendición de las flores, de las rosas. Ella colocó Sus Manos sobre las rosas; se aproximó como nunca antes se había aproximado en este último año de Apariciones. Y como ustedes escucharon, Ella pronunció esa bendición especial. Ella colocó toda Su Luz sobre esas flores, y nosotros comprendimos que colocó, en ese momento, Su Luz Espiritual.
Sentimos en ese momento un gran movimiento de Su Consciencia como Madre, porque abrió un haz de Luz sobre este lugar, un rayo que conectaba este lugar con el universo y la Presencia de Dios fue descendiendo por ese rayo de Luz a medida que Ella pronunciaba esa bendición.
En un momento de la Aparición, Ella vino acompañada de un grupo de hermanos. Cuando nos pidió que nos arrodilláramos, ante Ella, fue para que realizáramos una oferta por la conversión de los que le faltan a Dios.
Luego, Ella señala con Su Mano hacia nuestro lado, donde se encontraba el grupo, y apareció una familia indígena; una familia indígena que llevaba, en gran parte de sus cabezas, plumas de colores. Ellos, estaban en una total reverencia ante Nuestra Señora. Y, cuando Nuestra Señora mostró esa imagen, nos dijo que la mostraba para recordarnos que es la Madre de todos; y para Ella, como Madre, no existen diferencias entre las razas.
Al final de la Aparición, cuando ya consagró las rosas, le hizo un pedido al grupo organizador de Paraguay. Como ustedes escucharon, Ella dijo que va a retornar aquí, a Paraguay, y le hizo un pedido a este grupo, que va a quedar como intención en el corazón de cada uno de estos hermanos.
Ella pidió que participaran de la Aparición Anual en Figueira, al final de este mes de setiembre; porque allí Ella realizará una tarea importante. En ese momento, nos dijo que es una tarea con las naciones y agregó: “Porque Yo sé que existen muchos hermanos de diferentes naciones que llegan aquí, hasta Mí”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bueno, así que cada día más comprometidos, ¿no? ¡Qué bueno!
Estamos muy entretenidos, para que la vida tenga sal y pimienta.
Bueno, nos vamos a ver pronto, Dios mediante.
A todos los que nos ven por internet les enviamos nuestro saludo y nuestro agradecimiento por estar con nosotros.
Les entrego hoy Mi Corazón para que lo amen, lo guarden en sus moradas y lo adoren. Este, Mi Inmaculado Corazón, les dará la vida, la guía en el camino y los llevará al trono misericordioso de Dios.
Yo soy para sus almas la Gran Madre Universal, la que aguarda que se unan a Mi Corazón de Amor para que así reciban Mi Paz. En Mi Reino de la Paz permanecerán cuando se fundan Conmigo bajo el espíritu poderoso de la oración.
Oren, oren, oren mucho; porque cada día se pierden nuevas y preciosas almas de hombres, mujeres, niños, ancianos y de los Reinos de la Naturaleza.
Por eso, queridos Míos, es urgente orar para que la Divina Compasión de Mi Hijo pueda suavizar la Ley Mayor.
Para alcanzar la misión de reconversión de las almas tibias, ustedes, Mis queridos hijos, deberán amar sobre todas las cosas a la Divina Misericordia, un misterio divino que, por sus obras, está irradiándose al mundo entero. Abracen la llama de Mi Corazón para que Mi Alma Inmaculada los pueda guiar en esta misión de oración.
Y a partir de hoy, Mis hijos, reverencien la vida que el Señor les ha dado en este tiempo final. Por eso, amen con confianza la Voluntad del Señor.
Los llevo a todos en Mi Corazón.
Los ama,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Gracias por responder a Mi llamado y abrir el corazón a Mi voz, a Mis Mensajes para el mundo y, en especial, a todos Mis hijos en América.
Hoy los llamo para celebrar, en Mi Amor Maternal, el esfuerzo y la entrega de sus corazones a la Voluntad del Señor. Hoy les recuerdo el momento de Mi preparación durante la Visitación a Mi querida Hermana Isabel1. Nuestros Corazones, el de Isabel y el Mío, respondieron en aquel tiempo a una Voluntad desconocida pero que sentíamos en lo profundo de Nuestras almas. En aquel momento nació Mi cántico Magnificat alabando al Señor de las Alturas por Su Gloria, Su Gracia y Su Inmensidad de Amor por todas las criaturas.
Hoy los invito a guardar en sus corazones ese momento del Magnificat, momento cuando el Arcángel Gabriel Me anunció la glorificación y la divinización de Mi alma como Bienaventurada, Universal y Madre de todas las criaturas después de que Mi Hijo Resucitado Se hubiera elevado hasta los pies del Padre. Por eso, Mis pequeños, vale mucho el esfuerzo que es hecho con amor y por amor a Dios.
Guarden Mis palabras maternales en sus corazones. Confíen y entren a Mi Reino de la Paz. Unámonos hoy en oración por la paz y por la cura de los que viven la aflicción en el mundo entero. Despierten la flor de sus almas para que Yo la eleve con Mis manos como ofrenda preciosa para el Creador.
Los ama y los guía como a tantas almas,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En ese día de Aparición, los participantes llegaron en peregrinación hasta la Casa de Oración y a continuación, respondiendo al pedido, el grupo comenzó a orar para esperar el encuentro con la Madre Divina.
Después de una hora de oración, se percibió la Presencia de la Madre Divina y las hermanas del Monasterio de la Eterna Fe entonaron el cántico “Madre Celestial”.
A las 7:33 h la Madre apareció y Fray Elías se puso de pie. Después de unos minutos de contemplar hacia la copa del árbol, nos hizo el siguiente relato.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando la Madre Divina apareció en el Cielo, había tres soles dorados y brillantes sobre Ella, formando una perfecta triangulación, un triángulo de lados iguales. En el centro de ese triángulo, se manifestó una cruz dorada unida a una letra M; la cruz estaba por encima de la M. Ese símbolo comenzó a crecer y a expandirse por toda el área.
Después de algunos instantes la Madre Divina descendió hasta la copa del árbol, acompañada por el Arcángel Miguel que emergió del triángulo formado por los soles que se mantenía en el Cielo. Él la tomó de Su Mano izquierda y la escoltó en Su descenso.
Ya sobre el naranjo, soltaron Sus Manos, y apareció en la mano izquierda del Arcángel Miguel un escudo de plata, en el centro del triángulo de soles, que tenía grabado el símbolo de la letra M y la cruz; también tenía muchas estrellas pequeñas en todo el borde del escudo. En la mano derecha, Miguel llevaba una lanza.
Luego, en Presencia de la Madre Celestial y del Arcángel Miguel, aparecieron algunos seres que vivieron la santidad y que dejaron grandes enseñanzas a la humanidad. A la derecha de la Madre Divina se vio, por unos instantes, a San Expedito que nos saludó y luego desapareció. Enseguida aparecieron Santa Clara y San Francisco, quienes también saludaron y luego desaparecieron.
Después, la Madre Divina pidió que mirara hacia arriba y a través de ese símbolo que permanecía en el Cielo, en el medio del triángulo de soles (la letra M con la cruz), se manifestó un aspecto de la Consciencia de Dios. Del símbolo emergió una gran esfera de Luz que se colocó sobre el lugar donde nos encontrábamos. Percibí que provenía de una dimensión muy superior y que había descendido hacia la nuestra para colmarnos.
Esa imagen duró varios minutos y, a continuación, la Madre Divina caminó sobre los tres árboles que están frente a nosotros, que también forman un triángulo y clavó sobre cada uno de ellos una cruz cristiana, y luego clavó una cuarta cruz sobre este suelo. Parecía que, con ese acto, Ella decretaba y proclamaba la presencia de la Luz sobre este lugar.
Después, Ella se elevó, se ubicó en el Cielo sobre los tres naranjos y con Sus Brazos y Manos bien abiertos irradió Su Luz de forma muy intensa.
Momentos más tarde, permaneciendo en el Cielo, Ella nos mostró que estaba escribiendo un libro. Usaba una ramita de palma para escribir y lo hacía en arameo.
Luego cambió la imagen nuevamente, Ella descendió sobre la copa del árbol de las Apariciones y, en ese momento, comenzó a abrir aún más los Cielos hacia Su izquierda, hacia Su derecha y hacia arriba.
Entonces, nos pidió que nos pusiéramos de pie porque haría una irradiación de Luz a cada uno de nosotros y al mundo entero.
Todos, en silencio, se pusieron de pie y con los ojos cerrados se dispusieron a recibir la Luz de la Madre Divina.
Después de unos minutos, Fray Elías continuó relatando lo que percibía.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Los Cielos están abiertos y hay mucha energía Celeste. Hay algunos seres angélicos que tocan trompetas y se escucha un sonido como un trueno profundo que resuena en todo el universo.
La Madre está, en este momento, rodeada de muchos ángeles y se ve con claridad Su Corona de Estrellas muy iluminada y brillante; entre las estrellas se lee la palabra MIRNA HE, también resplandeciente.
La Madre Divina aparece con un Manto celeste y lleva el cinturón de tela dorada en Su cintura. Mientras ora, nos mira con mucha compasión y nos dice:
Sientan y escuchen Mi Voz, Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.
En ese momento, y por pedido de la Madre Divina, las monjas cantaron una vez el “Ave María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina nos dice:
No teman, Yo Soy la Reina de la Redención que viene a extirpar el mal de los corazones.
El mundo enfrentará una gran enfermedad en el espíritu y en la fe si ustedes no se unen a Mí en oración.
Escuchen Mi Mensaje, los estoy llamando para que se establezca la Paz y el Amor dentro de la oscuridad, para que el mal sea vencido y los corazones se iluminen a través de Mí.
Este es un momento de Paz. Quédense en Paz, pues nada más pasará. Todo pasará por Mí.
Encuentren refugio dentro de Mí, ya se los he dicho una y otra vez. Tengan fe en Mí, sientan el brillo de Mi Corazón, vean la Luz que está descendiendo.
Yo Soy la Reina de la Redención, la Reina de la Divinidad, concebida por el Espíritu Santo, la Madre de los afligidos y de los caídos.
Vengo a anunciarles que, a partir de hoy y durante 33 días, deberán orar Conmigo la oración a la Madre Universal, para que Yo pueda rescatar, a través de esas oraciones, a Mis hijos.
Sientan Mi Paz, Yo Soy la Madre de Nazaret, la Guardiana del silencio orante.
El mundo enfrentará sufrimientos que lo purificarán, y a ustedes, hijos Míos, les corresponderá ser guardianes de la oración Conmigo; así, Mi espada podrá cortar los lazos con lo que no es de la Luz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está pasando una espada en forma horizontal, en todo el espacio, una espada de plata. Oremos.
El grupo oró la oración: “Consagración a la Madre de la Divina Misericordia”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Dijo que hasta ahora hemos orado por el Hijo y por el Espíritu Santo, y que ahora debemos orar por el Padre.
Se cumplió ese pedido orando la misma oración.
El mundo pasará por su perdición, pero Mi Corazón triunfará si oran Conmigo y si Mi Corazón encuentra luces encendidas en sus corazones.
La batalla debe terminar a partir de la llegada del Redentor, el Maestro de los Cielos y de los Tiempos, que se está dejando ver por los que lo escuchan y responden a Su Voz.
Hoy, les entrego el Sagrado Manto que envolvió a Jesús para que se envuelvan con él y se refugien en Su Corazón.
La Misericordia está terminando de fluir y está llegando el momento de que fluya la Justicia Divina.
En ese momento, seré la Madre de todos los que quieran escuchar Mi Voz y Mi llamado.
Sepan que siempre extenderé Mis Brazos hacia ustedes para que encuentren Mi Paz y Mi Corazón, Corazón que está surgiendo una vez más.
Les dejo este Manto para que los proteja y para que se unan al compromiso de Cristo, de ser portavoces de Su Paz y de Su Misericordia provenientes de los Cielos. Son las mismas energías que Me han permeado como Madre de esta Tierra, como Guardiana del Corazón de Jesús, como Discípula de Su Instrucción.
Vean hoy Mis Pies descalzos, que tanto han caminado en busca de las almas para que encuentren resguardo en Mí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está mostrando Sus Pies, que son de Luz, y continúa diciéndonos:
Hoy, les reparto Mis rosas para que sientan Mis aromas sublimes.
La rosa es el misterio del nacimiento de Mi Corazón, que fue glorificado después de haber pasado por esta Tierra y de haber aprendido, como ustedes están aprendiendo, sobre el Amor y el Perdón. La rosa es la esencia resplandeciente de Mi Ser, la Concepción que Me ha dado Dios como Madre de las criaturas en pureza y en ascensión.
Hoy, dejo entre ustedes a Mis ángeles, para que oren junto con ellos por el rescate de las almas, las que están dormidas y las que no encuentran la paz desde hace mucho tiempo.
Estoy llegando aquí como la Madre concebida por el Espíritu Santo, la Mensajera de la Paz, la Guardiana de los corazones, el Alma sincera para cada uno de ustedes, que acoge en Sus brazos las miserias y las transforma en Amor, el mismo Amor con el que sostuve en Mis Brazos a Jesús, el Cristo Redentor.
Él Me entregó a ustedes para que estén en Mis Brazos, como también a todos Mis hijos de todas las formas, creencias y pensamientos. Yo Soy el verdadero movimiento de la Luz, Soy la Llama de Dios que viene a encender sus corazones en este tiempo de caos y de perdición.
Lleven en sus manos Mi bandera de la Paz para que Mi Corona de Estrellas resplandezca en sus corazones y sus almas se eleven hacia Mí, para encontrar los nuevos caminos que parecen estar oscuros por tanta distracción.
Profundicen en la oración contemplativa; están a tiempo, no hay más tiempo que perder.
¿Qué están haciendo con sus vidas, queridos Míos?
Aguardo escuchar en Mi Corazón sus llamados para cumplir con las Gracias que vienen desde lo Alto.
Yo Soy la misma Señora que instauró el Rosario y ahora el Sagrado Orandio, el vínculo interno con los grandes patriarcas que oraban de forma continua para profesar la Voz del Señor en los corazones. Ellos, en ese entonces, no conocían Mi existencia ni la existencia de Mi Hijo, el Redentor.
Pero ahora, todos estamos en la misma escuela, aprendiendo a abrir los corazones que están cerrados. Para eso, Yo he venido aquí, a este país, a anunciar Mi llamado de Paz y de Redención.
Convoco a todos a vivir en la reconciliación antes de que la Justicia Divina llegue, y si esta pasara por ustedes, sus corazones estarán abiertos en oración y la Ley será leve en las criaturas.
Yo vengo a anunciarles, a pedido de Nuestro Altísimo Señor, el Dios Omnipotente, la Resplandeciente Mente Única que nos ha creado a Su imagen y semejanza, a imagen de Su Amor y Perdón, que abran ahora sus corazones para que Mi Corazón triunfe y el legado de la Paz, que proviene de Mis ángeles, pueda instaurarse en todas estas naciones que carecen de amor y de redención.
Yo Soy la Mensajera de la Paz, el Corazón Iluminado de Cristo, que viene como Madre y Protectora de las criaturas, para aquellos que no encuentran refugio en este mundo material y que aguardan elevarse y salir de las ilusiones.
Escuchen Mi Voz, Yo los estoy llamando una vez más, como ya lo he hecho en otras partes del mundo. Sientan Mi eco en Medjugorje, en Fátima, en Lourdes, en Guadalupe y en otros lugares en los que no se ha oficializado Mi Mensaje por carecer de comprensiones celestiales que afirman la presencia de Mi Voz en todos los corazones a los que Yo busco.
Los Reinos de la Naturaleza están en Mi Corazón, ellos también son Mis hijos, que aguardan por las oraciones de ustedes en este tiempo de caos.
¿Quién orará por la planta que está muriendo? ¿Quién tendrá compasión por los animales que mueren? ¿Ustedes saben a dónde van sus almas?
Sí, existe un purgatorio de los Reinos de la Naturaleza que aguardan ser rescatados para que Mi Corazón los sublime y los eleve hacia los esenciales Lagos Celestiales, en donde volverán a nacer como luces para aprender y vivir en esta eterna evolución.
Reciban hoy la Luz de Mi Corazón, escuchen y mediten en Mi llamado, oren Conmigo a través de estas Palabras, porque así encontrarán más llaves para que se unan a Mí y crean en lo que les estoy diciendo.
Como ha dicho una vez el Señor: “Cielo y Tierra pasarán, mas Mis Palabras aquí se quedarán”.
Yo Soy el Ave de la Divina y Compasiva Misericordia para los corazones que están derrumbados por las guerras y la desesperación.
¿Acaso han leído Mis profecías de Fátima?
La tercera guerra está queriendo descender, una guerra en el pensamiento y en el conflicto por la propiedad; propiedad que es una ilusión de los corazones que están caídos y que no escuchan a Dios.
Yo vengo aquí, a este lugar, a establecer Mi Redención, Mi Paz en los corazones, el Amor en todas las consciencias que creen en Mí y también en los que no creen en Mí, que pertenecen a otros lugares y movimientos.
Al final, verán pasar Mi Voz y Mi Luz frente a sus corazones y ahí deberán resguardarse en Mi Amor que es Misericordioso y Divino.
Hoy, los aguardo aquí, en las primeras horas de la noche, para que Conmigo enciendan la Luz en los corazones que ustedes no están viendo, y que están en el sufrimiento y en el dolor.
Yo Soy la Reina de la Paz y quiero establecer Mi Paz, en este día, en más grupos de almas que esperan que Yo extienda Mi Corazón y Mis Brazos hacia ellos, almas que tienen la consciencia y la mente en la oscuridad.
Mi llamado es superior, Mi Voz es predilecta porque Mi anuncio viene de Dios, no viene de Mí. Yo solo cumplo con la Voluntad de esparcir el Amor que Dios Me ha entregado como María la Madre de Jesús, y hoy como la Madre Glorificada entre los ángeles y los arcángeles.
Mi Esencia está abierta a ustedes y a todos aquellos que se animen a cruzar hacia el portal de Mi Corazón, que dará la Paz y la Redención en este tiempo a todos los corazones. Aquí los esperaré, en este Centro de Oración, que a través de Mi Voz y de Mi Presencia Inmaculada les abre las puertas a todos.
No teman por lo que vendrá; aguarden en el silencio orante junto a Mí. Mi Rosa de Luz se derramará sobre sus cabezas para que los pétalos cubran sus cuerpos de luz.
A las 19:30 h iniciarán la primera procesión, con las llamas encendidas y los corazones abiertos.
Ustedes realmente no saben lo que significa Mi Presencia aquí y por qué les estoy diciendo estas Palabras que deben nutrir sus corazones para que encuentren refugio y amparo en Mí.
Esta será la primera procesión para encender los corazones de este mundo. La segunda será el día viernes, la que cerrará el encuentro con Mi Luz Maternal hasta los próximos momentos que vendré a darles Mi Paz.
Por el resplandor de Mi Inmaculado Corazón, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Vayan en paz y oren.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más