Apariciones extraordinarias
Aparición Extraordinaria de Cristo Jesús, en Colonia, Alemania, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Adonai, Eli, Olam, intercede por Tus hijos en este momento. Intercede por el mundo y su humanidad. Intercede por los que aún no forman parte de Tu Misericordia. Permíteles conocer los valores sagrados de Tu Espíritu. Por eso vengo aquí para mostrarlo, presentando Tu Segunda Persona ante la humanidad.

Vengo a una tierra en donde muchas heridas fueron ocasionadas, en donde muchos martirios fueron vividos, situaciones más fuertes que Mi Pasión.

Por esa sangre inocente que fue derramada, por aquellos que se apartaron del amor y que ocasionaron muchas secuelas, hoy traigo el Santo Cáliz entre Mis Manos, para que en esta Cena redentora, Alemania reciba la expiación que necesita, a fin de que triunfe el poder de Tu Corazón Creador. 

En este Sagrado Cáliz que hoy traigo desde el Sur de América, en donde es preciosamente guardado y protegido, traigo la Sangre espiritual  del Cordero, que fue inmolado por la injusticia de los hombres; el Cordero de Dios que se ofreció, para poner fin a la maldad de la humanidad.

Y aunque muchas generaciones no comprendieron este mensaje y la maldad se siguió generando en la humanidad, fue el mismo error de los seres de esta tierra, que ocasionaron grandes ultrajes en la propia civilización de la Tierra.

Pero a través de los códigos y de los méritos de Mi Pasión, tengo la alegría de llegar a Alemania junto con la Madre de Dios, para concederles a las almas y a las esencias la rehabilitación que necesitan a nivel espiritual. Y así, nuevamente, podré renovarlo todo dentro y fuera de los hombres, en la esencia y en la expresión de esta raza.

Con la autoridad que el Padre Me ha concedido desde el principio, vengo a poner fin al pasado, vengo a borrar con Mi Luz el sufrimiento vivido y por medio de Mi Misericordia, vengo a ofrecerles Mi Corazón de Paz, para que los hombres y mujeres de Alemania y del mundo reconozcan el valor del Amor de este Corazón, que de tiempo en tiempo se ofrece al mundo para poder suplirlo con el Amor de Dios y para poder curarlo con la esencia de Su Corazón.

Este es el Corazón de Jesús, el Cristo, que ha sido ofendido por los hombres y que en lo más interno de Él guarda la llama de Su Amor, que viene a derramarse al mundo y a la humanidad, para que sea redimida y perdonada. 

Ante los Universos Celestiales, hoy Mi Presencia está sobre Alemania y las Manos del Hijo de Dios escriben en el Libro de Luz del Padre una nueva historia que hoy comenzará a florecer en lo más íntimo de las almas, que por medio de este encuentro han respondido al llamado del Hijo de Dios, de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

Alemania siempre ha estado en Mi Corazón Sagrado. Alemania debe encontrar su camino espiritual para poder despuntar como una civilización redimida, que despierta a los valores de la fraternidad y del amor, del acogimiento y de la esperanza.

No quiero que recuerden a la Alemania sufrida. Quiero que recuerden a la Alemania renovada que debe cumplir su misión ante el Padre Celestial.

Así como Mi Corazón se ha ofrecido a consagrar muchas naciones del mundo, como lo es Ecuador, hoy ofrezco  Mi Corazón para consagrar a Alemania a los divinos Planes de Dios que serán gestados y creados por tan pocos, pero que al igual que hace dos mil años atrás, con tan solo doce personas, este Plan de Dios en Alemania podrá florecer y despertar silenciosamente en muchos corazones.

Hoy les traigo ante Mi Presencia el arquetipo espiritual de esta nación, el que Dios pensó desde el principio, desde su concepción.

Que despierte este principio en los corazones que escuchan y que por medio del Cáliz Sagrado del Señor, los códigos infundidos por la Misericordia de Dios, los códigos infundidos por la Divina Gracia, los códigos infundidos por la sublime cura, borren el sufrimiento que ha sido generado a través de los tiempos y renazca en los corazones la alegría de servir a Dios, de vivirlo plenamente en el Cielo, así como en la Tierra.

Para eso deberán trabajar mucho, pero Mi confianza los fortalecerá, porque lo que Yo espero de Europa es muy grande y todo comenzará en lo pequeño, para que después esto se refleje en lo grande.

Comprométanse a vivir de la Sangre del Cáliz del Cordero de Dios para que sus códigos internos sean renovados por medio del Sacramento de la Comunión que hoy les ofreceré, para que los tiempos sean renovados y para que los espíritus se renueven en Mi Gracia.

Con especial dedicación y con espíritu de consuelo, hoy Mi Corazón refleja sus Rayos sobre Alemania y experiencias bien desconocidas y profundas son disueltas.

Las almas, en su universo espiritual, reciben por intermedio de Mi intercesión, la ayuda que necesitan para liberarse de las cadenas de los errores y para que vivan la Voluntad de Dios, por medio del bálsamo de Amor de Mi Corazón.

He escogido a Colonia porque Me ha abierto la puerta. Y cuando tan solo un alma Me abre la puerta, esa alma abrirá la puerta a muchas almas más.

Vean a su alrededor y comprenderán lo que les digo.

Yo atraigo hacia Mi Misericordia a los que más la necesitan. 

Yo atraigo hacia Mi Luz a los que viven en una profunda oscuridad.

Y por medio de las almas más sufridoras, Yo renuevo los tiempos y recreo el Proyecto de Dios en todos los que Me responden.

Para el Señor del Universo ha sido un gran movimiento universal y espiritual poder llegar en este momento, en esta hora y bajo esta circunstancia.

Pero vean que cuando el Amor de Dios está presente, nada es imposible, porque el Amor de Dios es lo que conduce a los corazones y no los separa de Mi, al contrario, los funde con Mi Espíritu, para que Mi Espíritu pueda sentir el gozo eterno de vivir en comunión con las almas.

Por eso, hoy elevaré este Cáliz Espiritual en el nombre de Alemania y del mundo y los llevaré a todos hacia Mi divina Misericordia, para que vivan en Mi divina Misericordia y para que aprendan a encontrarla en cada momento.

En esta hora, en donde Mi Corazón se expande plenamente al mundo y a todas las almas de la Tierra, ofreceré esta plegaria a nuestro Creador, no solo por Alemania sino por todos los que escuchan, para que sean invadidos por el íntimo Espíritu de Dios y la llama profunda del amor rebrote en los corazones simples, en los corazones abiertos a reencontrar en sus vidas la esencia del amor.

Ofrezcamos este momento, por todo lo que conocemos y desconocemos, por los misterios desvelados y aún no desvelados, para que la energía de la Divina Gracia actúe y proceda según la Divina Voluntad.

Que todo este  escenario hoy se convierta en un altar, para que más almas ingresen en él y se sumerjan en la fuente de Mi Gracia.

Por eso no les he pedido subir a él, porque ya estará bendecido para cuando venga la Reina del Cielo y la Madre de toda la Tierra.

Quiero que conozcan Mi profunda simplicidad, porque el Señor del Universo es simple y Su simplicidad se encuentra en la esencia del amor, que es lo que todo renueva de tiempo en tiempo.

Y ahora, llegaremos al momento más culminante de este día, en donde las almas y Dios se unirán, en donde el Cielo descenderá a la Tierra por medio de la consagración de este ofertorio.

Hoy este sacrificio, que es renovado por todos los hombres de la Tierra y por intermedio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, es ofrecido preciosamente por la cura interior y espiritual de toda Alemania.

Hace más de dos mil años les enseñé algo muy simple pero muy grandioso. Y hoy les vuelvo a pedir que Me imiten interiormente y que se unan a Mí por intermedio del Cáliz Espiritual del Señor, que hoy he traído con todo Mi Amor para que ese sagrado terafín los irradie.

Cuando estaba con los Míos en la Última Cena, en la profunda apertura de Mi Corazón que emanaba amor para todos los seres de la Tierra, le pedí al Padre que bendijera el pan y Su Espíritu descendió sobre él, y les dije: Tomen y coman todos de él, porque éste es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados.

Y así, los apóstoles comieron de Mi Cuerpo y la Sabiduría de Dios ingresó en sus almas para llevar el testimonio de Mi Presencia hasta el fin de los tiempos.

Y hoy ofrezco este cáliz material en nombre del Cáliz espiritual, que hoy ha venido  especialmente de Sudamérica para hacer flamear entre los continentes la barca de la Esperanza de Dios, la que nadie podrá detener.

El Padre bendijo el Cáliz con Su Espíritu y el vino se convirtió en la Sangre del Cordero y les dije a Mis apóstoles: Tomen y beban todos de él porque éste es el Cáliz de Mi Sangre, que será derramada por los hombres y hoy especialmente sobre Alemania, para la remisión de los pecados y la cicatrización de todas las heridas en los corazones inocentes.

Este es el Hijo de Dios presente en Cuerpo y Sangre que derrama Su Misericordia de tiempo en tiempo, para ofrecerles a los hombres el profundo testimonio de Su Amor.

Al fin, la misión que he venido a cumplir a Alemania se ha consumado y continuará adelante por la respuesta que Me den las almas.

Ahora podré volver al Cielo, para llevar en Mi Corazón este sentimiento de amor que Me han dado los corazones y así mostrarlo al Padre, para que Él alegre Su Corazón ofendido.

Amadísimo Señor de la Creación, Espíritu infinito y sublime, haz brotar en las almas de Alemania Tu Misericordia, para que todos reconozcan su filiación Contigo y así se cumpla Tu divino Proyecto de Amor. Amén.

Antes de partir al Universo desde donde vendré por segunda vez a la Tierra, desearía que Me despidan con una canción que conmueve Mi Corazón, para que sus corazones sean conmovidos de reencontrar el camino de unión profunda con la Fuente Primordial. 

Quiero que Alemania escuche esta canción como una sola voz. Y deseo que todos los que la saben, la puedan cantar, para que más almas sean conmovidas por la fuerza de Mi Espíritu, el que los renueva y les da la redención.

La canción se llama: "La razón de mi existir."

Les agradezco.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Contemplen Mi Gloria. Cuando Yo estoy presente todo es perfecto y nada hiere.

Hoy, les ofrezco nuevamente la cruz del mundo para que la carguen Conmigo en esta Sagrada Semana que se aproxima; porque después de tantas Gracias todo ya es diferente y nada puede ser igual.

Hoy, están aquí por Mi Misericordia, que es la Misericordia de Dios; la que los ha reunido a través de Mí y alrededor de Mí, para honrarme.

Hoy, estoy con ustedes y estoy con el mundo, con las necesidades de cada corazón y de cada alma, sin dejar de atender  las peticiones de Mi Padre, para que se haga Su Voluntad.

Hoy, les muestro las llagas de Mis Manos para que las veneren durante toda esta próxima semana, donde daré señales precisas para estos tiempos finales, para que las almas continúen en Mi camino y en ascensión a Mi Sagrado Corazón.

Yo sé que es difícil vivir el caos del mundo, el caos de las almas y de las consciencias que se resisten purificar. Pero no puedo hacer más nada.

Sus corazones y el corazón de sus hermanos debe estar abierto para que Yo pueda obrar y así ayudarlos hasta el final. Porque es la Voluntad de Mi Padre que vivan en Mi Gracia y es el sentimiento de Mi Corazón que se regocijen en Mí todos los días de la vida, para que así conozcan Mi Voluntad, que es invisible ante sus ojos y perceptible para la intuición de los puros.

Yo necesito alcanzar en ustedes la santa humildad, la pacificación, la entrega y la mansedumbre. Pero sé que todo es por grados. Deben alcanzarlo a través del esfuerzo y de la dedicación que viven por Mí Corazón y por la Voluntad de Mi Padre que está en el Universo y que siempre los contempla con mucha compasión. Porque si de Él no brotara la compasión por ustedes y por las almas del mundo, ya no habría humanidad.

La tónica de estos tiempos es la intercesión de los Sagrados Corazones, de María, de San José y de Mi Corazón, de lo contrario nada sería posible, compañeros.

No vengo aquí para traerles decepciones sino la verdad; verdad que deben amar todos los días para poder alcanzarla y para que sus corazones sean cristalinos al igual que el Mío, sin soberbia, sin negación, sin indiferencia.

Deben persistir como Yo persistí por ustedes en la Cruz.

Deben madurar en el amor, como Yo entregué el Amor de Dios por ustedes en cada etapa de la Pasión, así como Mi Madre entregó el Amor por cada uno de Sus hijos que negaban y rechazaban al Rey del Universo.

Necesito que en esta Sagrada Semana, sus corazones vivan en humildad Mi Pasión. Que sientan Mi Pasión como la gran victoria y como la gran promesa para aquellos que aún no han despertado y que se separan de Dios día a día.

Necesito, compañeros, que a través de esta Sagrada Semana vivan Mi Pasión, para que sus almas confirmen que Yo estoy aquí presente todavía acompañándolos, así como también Yo acompaño a aquellos que más necesitan en esta hora aguda del mundo.

Necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana no solo vean Mi sacrificio, sino la victoria del Arcángel Miguel a través de Mi Corazón y de Mi Consciencia, que en el momento más culminante dejó Mi Ser para que Yo Me cristificara, así como en estos tiempos Yo los invito a vivir la cristificación del corazón a través de la entrega y de la oración perpetua.

Si no hubieran almas como ustedes en el mundo, así como hay otras almas que aman Mi Corazón insondable y misericordioso, Yo ya no estaría aquí y eso no sería una negación porque no tendría dónde derramar Mi Gracia y Mi Misericordia sobre aquellos que la claman de verdad por sus hermanos y por toda la humanidad, como por los Reinos menores creados por Dios, vuestro Señor, vuestro Padre Eterno.

Así Yo necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana, multipliquen Mi Misericordia por todos los lugares donde vayan y que ella se multiplique aún más cuando se retiren de aquí, de este Centro sagrado, después de haber recibido Mi impulso espiritual de amor y de compasión.

No necesito que se martiricen con Mi Pasión. Hubieron mujeres santas en el pasado que vivieron eso por Mí a través de los tiempos y sobre todo al lado de Mi Cruz, junto a María, Mi Madre.

Yo los invito, compañeros, en esa Sagrada Semana a ser santas consciencias que veneran Mi Sagrado Corazón a través de la Pasión y de la cruz y de cada paso que Yo di por ustedes desde la última Cena hasta Mi resurrección.

En esos pasos que hoy Yo les encomiendo meditar día a día, encontrarán la fortaleza para estos tiempos, la fuerza interior para superar sus problemas, la disipación de todas las dudas y de la falta de confianza al Corazón del Creador.

Necesito, compañeros, que revivan Mi Pasión por aquellos que no lo hacen y sobre todo por aquellos que nunca lo hicieron y que menos Me conocen en las diferentes partes del mundo, por vivir su propia idolatría.

Eso pesa para Mi Corazón, porque Yo vengo con Mi Gracia para todas las almas, para todos los que a pesar de todo continúan en Mi camino, como es en el día de hoy ante Mi presencia.

Así verán, compañeros, cómo es la Misericordia de Mi Corazón, cómo es el sustento y el apoyo que Yo puedo dar para sus espíritus cuando confían en Mí y lo decretan.

Yo no solo les traigo la revelación de Mi Gracia sino también la presencia de Mi Gloria celestial alcanzada después de Mi ascensión al Universo, a las moradas de Dios.

Necesito que se purifiquen en Mi confianza y que acepten la tarea que Yo, con tanto Amor, les he encomendado para estos tiempos desde el principio de sus nacimientos.

Así como Mi Corazón infinito agradeció el apoyo de Mi Santa Madre durante la Pasión y desde el principio de Mi vida en este mundo por cada uno de ustedes, así espero, compañeros, que  ustedes agradezcan a sus madres por su existencia y presencia en este momento tan especial Conmigo. ¿Qué sería de ustedes sin sus madres?

Aunque sus madres no parezcan lo que ustedes desean, ellas son el modelo perfecto de la transformación para sus corazones y vidas. No podrán seguir caminando en Mi sendero sin antes recordar a sus madres por todo lo que han dado, aunque hayan sido errores, pruebas o conflictos.

Dios, a través de sus madres, quería quebrar sus corazones endurecidos para que sintieran el verdadero amor que nace de la maternidad de todas las santas mujeres que conciben ante la Creación y dan a luz, como Mi Madre dio a luz por cada uno de ustedes.

Necesito que amen la fuerza maternal y que no la rechacen, porque en la fuerza maternal se encuentra la salida a las posibles dificultades del camino.

Entre Mi Pasión para esta Sagrada Semana y el espíritu de la maternidad, encontrarán dos grandes puertas para alcanzar también el perdón y la reconciliación entre sus seres queridos.

No necesito, compañeros, que juzguen sino que amen lo que Dios les entregó a través de sus madres y también de sus madres espirituales que Yo he colocado en el camino, para trabajar el sendero de  perfección y de santidad en ustedes.

Descubran en el misterio de Mi Pasión y de la maternidad el camino para la conversión y para dar los pasos en la simplicidad del espíritu y del alma que se dona al Padre celestial, abriendo su corazón y comprendiendo todas las cosas que llegan a la escuela del aprendizaje.

Les dejo en esta noche, compañeros, el símbolo de las llagas de Mis Manos, de las Manos que se donaron por ustedes, de las Manos que curaron, que sanaron, que multiplicaron los panes y los peces, de las Manos que derramaron gracias y prodigios, que resucitaron a los muertos, de las Manos que hicieron levantar a los paralíticos, que curaron a los ciegos y que redimieron a los corazones endurecidos por su propia voluntad.

Estas son Mis Manos, las Manos de Dios a través de Su Hijo amado, que nuevamente para esta Sagrada Semana se donan a ustedes y al mundo para santificarlo por la efusión del Espíritu.

Que sus manos imiten Mis manos. Que sus seres se donen en confianza y sin resistencia, porque Yo conozco, compañeros, la pasión de cada corazón, la pasión interior, los miedos y las incertidumbres.

Espero que en cada uno ustedes y de sus hermanos, Yo pueda hacer brotar lo que vengo a buscar hace tanto tiempo y después de tantas veces y de tantos intentos.

Ahora, compañeros, que saben todas estas cosas, anímense a dar el paso y a no retroceder, porque Mis pies caminan descalzos frente a los suyos, marcándoles el camino hacia la paz y la transformación.

Un pedido más para los que escuchan Mi voz. Quisiera verlos arreglados y limpios todos los días para recibirme. Así como Yo mandé a bañar a los pozos de Betsaida, de Samaria a los enfermos para que se purificaran, Yo los invito a prepararse todos los días para el encuentro Conmigo a las tres de la tarde, en armonía y orden, interior y exterior. No necesito que se embellezcan por Mí, sino que comprendan y sientan la importancia de la ceremonia en cada detalle, porque eso forma parte a la Ley de la Jerarquía.

Y ahora, compañeros, en esta víspera de preparación que sus  corazones ya pulsen y sientan la Sagrada Semana latiendo en su interior como una llama viva que se moldea y se prepara para recibirme en confianza.

Y la síntesis de toda esta Sagrada Semana que viviremos por una humanidad enferma, separada e indiferente; por aquellos que no pueden vivir esto Conmigo y que aún no lo conocen, les recuerdo el misterio infinito del sacramento de la Comunión, del pan hecho carne de Cristo y de la Sangre preciosa del Maestro como fuentes de salvación y conversión para las almas que comulgan en la fe con la divinidad de Mi Espíritu ante el Padre Universal.

En gloria a Dios por esta gracia concedida para realizar la Sagrada Semana aquí, y en espera de todo el Cielo, que su colaboración sea eficiente para los próximos encuentros en esta orden material de la obra de la Jerarquía.

Espero que Mis Gracias no caigan en vano, sino que sean la multiplicación permanente del servicio y de la donación por esta obra redentora y corredentora junto a Mi Madre y San José.

Espero que sus corazones, compañeros, despierten a la importancia de la colaboración en este proyecto de los Mensajeros Divinos en este plano material. Eso definirá después de esta Sagrada Semana la continuidad de ese proyecto sagrado de conversión y de paz para el mundo.

Que cada uno cumpla con su parte para que así se manifieste la Voluntad de Dios.

Mi último pedido, compañeros: recen por los corazones que se cerraron. Deseo ver en estas cuentas la persistencia de los consagrados. Que cada cuenta que oren represente la oportunidad y la gracia para una nueva alma que debe ser rescatada por la trinidad de los sagrados corazones.

En este sacramento, compañeros, Yo les dejo el modelo para su conversión, para que sean pacificadores, mansos de corazón y humildes de espíritu.

Yo les agradezco, compañeros, por compartir este momento Conmigo en nombre de la Luz y de la Redención.

Y así a los presentes Yo los bendigo preparándolos para vivir este sagrado momento Conmigo, en esta Sagrada Semana que se aproxima, donde los Cielos estarán abiertos durante siete días sobre este lugar para que las almas se eleven en espíritu a través de Mi Corazón a la Casa del Padre Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar, a pedido de Cristo, “Pacificadores de Cristo Redentor”.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Dios en Su Silencio profundo y eterno, ya se ha decidido.

El mundo deberá comenzar de nuevo, pero esto aún no sucederá hasta que todos los bienaventurados despierten en los cuatro puntos de la Tierra y hasta que sea proclamada la venida del Hijo de Dios por segunda vez.

Ustedes y el mundo decidirán qué paso dar para este nuevo tiempo.

La hora ya pasó; el momento indicado terminó y la Fuente de Mi Misericordia preciosamente estará siendo derramada sobre aquellos que la busquen y en aquellos que la clamen por sus hermanos.

No habrá otra salida, compañeros, que recurrir a Mi Sagrado Corazón herido y lastimado, por los hechos del mundo que se precipitan en la consciencia humana día tras día.

Hoy Me encuentro en el lugar donde prediqué y proclamé la enseñanza del Padre Nuestro, en donde pronuncié las bienaventuranzas para todos ustedes, para todas las almas a través de los tiempos.

Al menos complazcan Mi Corazón viviendo una bienaventuranza; que ella sea verdadera, espiritual y profunda en sus vidas. Que ella se refleje en sus rostros y que manifieste la verdad que muchos necesitan.

Pero el mundo no entiende; está ciego, sordo y cerrado para poder escuchar.

Ustedes tienen las llaves para abrir las últimas puertas por donde Yo podré entrar para salvar a los que restan, en esta travesía sin fin del Armagedón.

Quisiera que hoy colocaran sus cabezas sobre el suelo para suplicarme por aquellos que no suplican, que nada piden y que se vanaglorian todo el tiempo.

Beban de la Fuente de Mi humildad y ábranse para reconocerla, pues será la base de la humildad que los hará libres y caminarán seguros hacia el Reino de Mi Padre.

No pierdan tiempo compañeros, la última barca está pasando y esto deben anunciarlo a la humanidad. Mi última barca de Misericordia está queriendo recibir a los que deben refugiarse en Mi Espíritu y en Mi Divinidad.

Al menos, cumplan con la petición de darme a conocer al mundo verdaderamente por medio de sus ejemplos y acciones de caridad, que alegran Mi Corazón lastimado.

Desde este monte Yo emito nuevamente Mi petición para el mundo, sean bienaventurados y vivan las bienaventuranzas.

Son las Leyes preciosas de la intercesión de Mi Divina Misericordia para los tiempos de hoy, que aún están vigentes para todos.

Construyan en sus corazones el verdadero templo que necesitan para poder recibirme en espíritu durante la hora más crucial, en donde los corazones se desesperarán por no haberme buscado a tiempo.

Ustedes deberán ser aquella luz para el mundo que muchos necesitarán, no una falsa luz, sino una luz verdadera que brille desde el corazón para las almas más carentes.

Así, Yo podré derramar Mis Rayos sobre aquellos que nunca Me han encontrado y realizaré prodigios en los corazones que Me acepten para vivir su redención.

El dolor de Dios es incalculable para el mundo y la humanidad.

El dolor de Dios no puede ser medido porque está dentro de Su Corazón, Corazón que ha creado todas las cosas para este mundo, para todo el Universo.

Se han preguntado ¿qué es lo que siente Dios por este mundo, que ha sido tan bendecido y dichoso por medio de la obra del Padre Eterno?

Ustedes saben compañeros que la humanidad se desvió de la Ley y cada vez más lo hace, sin consciencia, ni sabiduría.

Pero Yo vengo a buscar en los menos preparados, los frutos más preciosos que deben estar en oferta a los pies de Mi Altar ,para que Yo los pueda ofrendar al Padre Celestial como última promesa.

Si sus corazones no cambian, el mundo no cambiará, porque el mundo ya ha escuchado la Voz de los Mensajeros de Dios y pocos la entienden, en humildad.

No vengo a pedir lo imposible para nadie, ustedes ya lo saben y muchas veces se los he dicho.

Vengo a buscar algo que ustedes desconocen.

Vengo a buscar algo que está dentro de ustedes y que pertenece a la Creación, para la manifestación de Su Obra en todo el Cosmos.

Por eso les muestro Mi Sagrado Corazón como el Señor Misericordioso para que sigan Mis Pasos en dirección a la casa del Padre, en donde reinan todos Sus Proyectos para esta humanidad.

¿Quién querrá ser depositario de los verdaderos tesoros del Cielo, si aún los corazones están llenos de otras cosas?

Su vacío interior es imprescindible para los tiempos que vendrán.

Las formas y las experiencias deben estar en la base de Mi Misericordia, para que todo se pueda concretar, así como Yo lo tengo previsto desde el principio.

Yo Soy el Señor de la Misericordia , Soy vuestro Pastor.

Hoy vengo a dar Mi última palabra para el mundo, pues los corazones ya Me escucharon.

Necesito de su pureza e inocencia para realizar Mis Obras, así desterrarán el viejo ser y surgirá el verdadero espíritu que ha venido a este mundo para servirme dentro del Plan de Dios.

No puedo hacer esta oferta para todos, pues los corazones tienen sus grados de amor aún para ofertar al Cielo, pero ustedes que tienen la Gracia de recibirme y de escucharme, ¿qué están esperando?

Yo dije que vendría a buscar los talentos, no de sus destrezas, sino de sus espíritus inmateriales; los talentos de sus moradas, de su verdadera tarea ante el Padre Celestial.

Adonai Me sigue encomendando al mundo, más aún para estos tiempos más difíciles.

Pero los que no consiguen amar a sus hermanos que replanteen sus caminos pues no hay tiempo que perder; el mundo necesita de mucha ayuda y no de conflictos, ya son suficientes y eso también hiere el Corazón de Dios.

No pierdan la fuerza interior de la transformación y abran las puertas para la vida eterna en donde residen las verdaderas cosas que los harán libres para el próximo tiempo.

Hoy estoy sobre el Monte de las Bienaventuranzas, aún esperando que los ciento cuarenta y cuatro mil despierten y lleguen a Mí para ofertarme el fruto que han trabajado.

Maduren sus consciencias a través de la determinación y del sacrificio por los demás, eso los hará conquistar el Cielo y no se perderán en las cosas superficiales.

Sigan Mis pasos con cuidado y atención, no quiero que tropiecen o que caigan al suelo, eso aún sucederá hasta la próxima vida.

Pero Yo vengo a levantarlos de donde siempre se colocan por su propia decisión. Mis tesoros no pueden desperdiciarse, Mis perlas preciosas no pueden perderse entre las manos de los distraídos.

Las joyas que Yo les entrego son únicas, son las mismas que Yo recibí antes de venir y encarnar en la Tierra, son las mismas joyas que recibió Mi Madre y San José, para concretar el Proyecto de la Sagrada Familia.

Las joyas son las virtudes de la santidad, de la consagración y de la vida elevada; eso es lo que ha perdido el mundo completamente en este ciclo, ustedes tampoco pueden perderlas y si eso sucede, ¿qué será de Mi Proyecto?

No quiero dejar de ver al mundo con Mis Ojos de Misericordia, no tienten a Dios, no lo amedrenten, no quiero mirarlos con ojos de justicia.

Por eso vine al mundo y sufrí la agonía en el huerto Getsemaní, en absoluta soledad y abandono.

Por eso fui entregado como un ser divino por treinta y tres monedas.

Ustedes, ¿no Me entregarán?

Ustedes, ¿no querrán cambiarme por nada? Espero que no sea así.

Mi Espíritu los colma, pero también los corrige. Necesito de ustedes una vida y un ejemplo que nunca vivieron en ninguna etapa del mundo.

Por eso vengo en este momento para reunirlos en Mi Cenáculo de Amor y de Compasión.

Fui humillado y castigado por la humanidad, fui flagelado y martirizado por cada uno de ustedes, hoy presentes en el mundo.

Si Yo no Me hubiera ofrecido en confianza, ¿cómo hubieran podido conocer Mi Sagrado Corazón, que es la propia manifestación de Mi Divina Misericordia y de Mi Gloria?

Yo les di a conocer Mi Misericordia en el siglo pasado, pero muchos no la buscaron de verdad. Por eso en este año de la Misericordia les vuelvo a abrir la puerta para que muchos más se congreguen y sean rescatados por la Luz Misericordiosa de Mi Corazón, manso y pacífico.

Ahora les doy a conocer Mi Gloria para que puedan elevarse un poco más, pues la Gloria de Mi Corazón se alcanzó con Mi Muerte en la Cruz, cuando derramé agua y sangre, Rayos de Misericordia para salvar al mundo.

Mi Corazón se Glorificó cuando dejó de latir el corazón humano. Sientan y piensen por un instante en todo lo que vivió Mi Corazón durante la Pasión en tan poco tiempo; y a pesar de los ultrajes, de las indiferencias y de los castigos hechos directamente a Dios a través de Su Hijo amado, la Misericordia de Mi Corazón, la Gloria de Mi Espíritu, no los abandonó.

La Gloria fue lo que permitió Mi Ascensión a través de Mi Misericordia.

Yo tuve que ascender a la casa de Mi Padre porque ya era el tiempo y ustedes no podían acompañarme. Pero ahora, en Gloria, vuelvo de la casa de Mi Padre para recordarles el compromiso con el Proyecto que aún no ha terminado y no se ha cumplido.

No busquen entender Mis Misterios, guárdenlos en el corazón, en donde verdaderamente residen todas las cosas, en donde vive la Verdad de Dios y de Su Origen.

Por eso vengo para todos los que residen en Mis Núcleos de Amor y también para los que Me escuchan con el amor del corazón; para que no desvíen Mis Proyectos, sino para que los cumplan así como están escritos en el Corazón de Mi Padre, pues Yo vengo a ayudarlos para que esto se concrete y el mundo entero no se pierda en el abismo de su oscuridad que ya lo está abrazando.

Necesito de la igualdad de sus corazones, y no de la indiferencia ante las cosas que suceden en el mundo. Podrán sensibilizarse en este momento, pero saliendo de este encuentro, ¿donde resonarán Mis Palabras? ¿Harán preguntas referentes a lo que Yo les digo a todos ustedes? ¿Preguntarán a su interior, cuál será el próximo paso y camino?

Las leyes se demuestran en las Obras de la Luz, que es donde Mi adversario no puede actuar. Y si ustedes están en la Leyes de la Luz, estarán en el camino correcto.

Los vengo a preparar para ayudar a los que más los necesitarán, pues el mundo deberá ser abrigado en el corazón de los Centros Sagrados para el próximo tiempo.

Por eso, con la paciencia infinita de Mi Corazón y la Compasión de Mi Espíritu los espero para que se eleven, para que asciendan, para que suban hasta la cima del Monte de la Bienaventuranzas, en donde todo está escrito.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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