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María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.
En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.
Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.
Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.
Queridos hijos:
Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.
Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.
Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.
Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.
Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.
Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.
Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.
Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.
Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.
A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.
La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.
Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.
Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.
La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.
Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.
Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.
Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.
Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.
Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.
Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra.
Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.
Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.
Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.
Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.
Les agradezco por escucharme.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos:
Hoy, estoy arrodillada ante ustedes, porque estoy contemplando el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, Aquel que es adorado y venerado en todos los lugares del mundo, porque a través de la adoración se alcanzará también la paz.
Recuerden que Mi Hijo los espera tanto en el silencio como en la oración misericordiosa.
Hoy, les revelo este acto de reverencia para que lo puedan imitar junto a Mí y recordar que, ante los Tronos de Dios, siempre se debe reverenciar.
Hoy, haremos, queridos hijos, el primer día de la consagración del mundo entero a Mi Sacratísimo Corazón Inmaculado. Por eso, estoy arrodillada ante ustedes para acompañarlos, porque Yo Soy igual que ustedes, queridos hijos, guardo la Pureza en Mi interior, guardo al Dios Creador, el Dios del Amor, el mismo Dios que todos deben buscar.
Yo Soy su Madre, queridos hijos, la Santísima Reina de la Paz. Y, vengo en esta noche, queridos hijos, a traerles la Presencia del Espíritu de Dios, en honra a la consagración que este estado de Brasil ha hecho ante Dios y ante Mi compañía misericordiosa y maternal.
También rezaremos por los sacerdotes, para que sean el símbolo vivo de la Presencia de Mi Hijo y representen, antes del regreso de Cristo, a los verdaderos pastores del Amor.
Y, en Mi compañía maternal, les traigo un pedacito de Fátima, en donde Dios colocó Sus Ojos también para el mundo entero.
El sacrificio y la oración los llevarán también a vivir la pureza.
Queridos hijos, comiencen con pequeños actos de amor, sacrificando aquello que no les servirá más, y se podrán dar cuenta de cómo Dios venerará ese acto y lo considerará un acto de amor y de redención.
Por eso, hoy, estoy en la compañía de Jacinta y de la Hermana Lucía, Mis dos amadas peregrinas del Inmaculado Corazón de María. Hoy, las traje ante ustedes, queridos hijos, para que recuerden que en la simplicidad y en la humildad se encuentra Dios, como se encuentra en estas pequeñas criaturas.
Recemos ante el Portal del Cielo, por la consagración del mundo. El día 13 de octubre de este año, Mi Corazón se expandirá en Fátima, como el sol que brilló una vez en el cielo de Fátima para honrar la Presencia de Dios en el universo y demostrarle, humildemente, al mundo que es tiempo de cambiar a partir del corazón.
Oraciones:
Padre Nuestro (siete veces en portugués).
Gloria (siete veces en portugués).
Ave María (siete veces en portugués).
Queridos hijos, la Hermana Lucía les hablará:
“A través de la oración es como se ingresa verdaderamente a los Sagrados Corazones”.
Y ahora, les dirá algo Jacinta:
“Queridas ovejas, a través del sacrificio en sus vidas, por mínimo que sea, hallarán verdaderamente el Paraíso. El sacrificio los llevará a la purificación y, así, encontrarán la Paz de nuestra Madre. Imiten nuestro ejemplo, a través del amor y de la devoción”.
Queridos hijos, hoy permito que ellas les hablen para que sean un testimonio vivo en sus vidas de que es posible alcanzar la transformación del corazón.
Queridos hijos, un Paraíso de Luz y de Amor los espera.
Vayan y hagan obras de caridad para que todos puedan unirse a Dios y, en este tiempo tan definitivo, descienda la Misericordia en vez de la Justicia.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En esta noche, quiero decirles que oí sus pedidos, aun antes de que los escribieran en estos pequeños papeles, y aun aquellos que no escribieron, Yo los escuché.
Hoy, escucho, hijos Míos, las súplicas de cada uno de sus corazones y, en esta noche, les digo que la apertura de sus corazones permitió la consagración de esta ciudad y de este estado a Mi Corazón.
Hoy, les agradezco por haber venido a Mi encuentro, por haber unido sus pequeños corazones al Mío y, junto a esta alabanza que sus ángeles realizan a Dios, glorifiquemos al Creador, porque muchas naciones del mundo, a través de la apertura de este día, se consagran a Mi Sagrado Corazón.
Solo les pido que guarden en la memoria de sus vidas, de sus consciencias, lo que vivieron Conmigo en esta noche, porque sus almas recordarán este momento por toda la eternidad.
Este encuentro con Mi Sagrado Corazón marca el inicio de la consagración del mundo y les indica a todos los corazones de esta Tierra que Mi Paz triunfará y que Mi Luz será mayor que toda la oscuridad del mundo.
Preparen, a partir de hoy, hijos Míos, sus pequeños corazones para recibir a Mi Hijo. También Él, desde los Cielos, les agradece por haber abierto sus corazones.
Hoy, les digo que a través de la Comunión con el Cuerpo Eucarístico de Cristo, reconvertirán sus pequeñas vidas y consagrarán no solamente sus corazones, sino también toda la humanidad al Corazón de Mi Hijo.
Les pido que jamás se olviden de que el Cuerpo Eucarístico de Cristo debe ser lo más importante en sus vidas; porque esta oferta sagrada, que Él realizó por la humanidad, perdurará a través de los siglos y por la eternidad, transformando los corazones y los espíritus en ofertas al Creador.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, hoy llevo sobre Mi Cabeza una corona de rosas, ¿será que ustedes, queridos hijos, algún día se animarán a ser una de ellas, para que Yo las presente ante Dios como una ofrenda de paz, una posibilidad para su conversión?
Queridos hijos, mediten sobre lo que Yo les digo.
Hoy, quiero agradecer también a los grupos de oración de Mendoza y de San Rafael, en la Argentina, porque desde allí, desde esa nación, nació un siervo de Dios, un representante vivo de Cristo.
Y en el mes de octubre, queridos hijos de toda Argentina, la Humilde Sierva Fiel peregrinará hasta sus corazones para tomarlos entre Mis Brazos, besarlos, acogerlos y entregarles Mi Amor, en honra y agradecimiento por estar respondiendo desde ya a Mi llamado.
A todos los peregrinos de Argentina, aquellos que deberán despertar para Nuestra Señora, Yo los invito a llegar hacia Mí. Invito a los grupos de oración de Argentina para que se unan como un solo corazón de Luz y sean receptores de nuevos hijos Míos, aquellos que necesitan encontrar la paz y la cura.
En esta noche que termina, hijos amados, ante la consagración de este estado de Espíritu Santo, Yo les quiero traer el Espíritu de Dios, Aquel que está siempre presente en sus esencias y en las de todos Mis hijos.
Por eso, los invito, hijos de Espíritu Santo, a que despierten el Divino Espíritu de Dios en aquellos que claman por redención.
Cuando Mi Corazón se eleve en esta noche, guardando sus plegarias en Mis Manos, para presentárselas a Dios, Yo los invito, queridos hijos, a llamar por el vuelo del Espíritu Santo.
Les agradezco, bendigo a sus corazones, a sus familias, a todos sus seres queridos, con la esperanza de que se consagren como la nueva familia de Nazaret, aquella que deberá vivir en la Tierra Prometida en la próxima humanidad.
Les agradezco por entrar en Mi Corazón Inmaculado.
Los amo y los bendigo.
Lleven en esta noche, estas flores que Yo he consagrado, como un símbolo de Mi Amor por ustedes y de su amor por Mí.
¡Les agradezco, Mis pequeños!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “Vuelo del Espíritu Santo”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a comentar con ustedes algunas cosas que Nuestra Señora nos dijo, antes de que Ella comenzara a transmitir Sus Palabras. Vamos a comenzar con la Hermana Lucía.
Hermana Lucía de Jesús:
Hoy, durante la oración, sucedieron algunas cosas que Nuestra Señora nos pidió que compartiéramos.
Después del inicio, se percibía que los ángeles de la guarda de muchos de nosotros se comenzaban a manifestar y, delante de la imagen de Nuestra Señora, se iba abriendo un Cielo, un Cielo detrás de otro, y de ese Cielo descendían huestes de ángeles. Esos ángeles llegaban delante de nuestros ángeles de la guarda y nuestros ángeles de la guarda retiraban ofertas de adentro de nosotros y se las ofertaban a esos ángeles que venían del Cielo. Y esas ofertas eran nuestros miedos, nuestras incomprensiones, sufrimientos antiguos que guardábamos en nuestros corazones y que muchos permitieron que fueran llevados. Y, a partir de ese movimiento, cuando nuestros ángeles ya habían ofertado todo, comenzaron a hacer otras ofertas; salían rosas de nuestros corazones y esas rosas eran llevadas por los ángeles que venían del Cielo. Perdón, antes de eso, algunos ángeles vinieron descendiendo con la imagen del planeta y pararon con esa imagen del planeta, ese globo, delante de nosotros. Entonces, nuestros ángeles de la guarda retiraban las rosas y las entregaban a los ángeles que venían del Cielo y ellos las depositaban sobre cada una de las naciones. La primera imagen del planeta era un poco oscura y cuando los ángeles depositaban esas rosas, en el espacio donde esa rosa estaba, el planeta se aclaraba, como una gota de agua que cae y la luz se expandía.
Y después, durante la Aparición, Nuestra Señora nos explicó este símbolo. Ella dijo que esa rosa era la apertura de nuestros corazones y, así, Ella nos explicaba cómo era simple era la conversión de las naciones, era un movimiento totalmente espiritual. La apertura de nuestros corazones permitía que ese amor y esa paz ingresaran en las naciones.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Estar ante Nuestra Señora arrodillada fue una gran revelación con la historia que tenemos con Ella.
Hoy, llegó hacia nosotros como la Reina de la Paz, arrodillada, y podríamos decir que a un metro de nosotros estaba el Cielo junto con Ella. Toda la presencia angelical, como relataba la Hermana Lucía, estaba con Ella, y no esperábamos la visita de Jacinta y de Hermana Lucía, que fueron videntes en Fátima. Y, la devoción, que ellas nos transmitían, era sublime, profunda y verdadera.
Cada oración que ellas repetían con nosotros, como el ejercicio que Nuestra Madre nos pidió realizar hoy de noche, las oraciones que hoy emanaban elevaban nuestros seres y, de esa forma, ellas también irradiaban el amor que habían alcanzado como seres en esta Tierra.
Hoy, nos vimos ante la Faz contemplativa de nuestra Madre en oración.
En un momento, cuando estábamos haciendo el Gloria, Ella, todavía arrodillada, llamó a los ángeles que la acompañaban. Ellos se postraban más abajo de Ella. Ella también se postró en el suelo, en el suelo del Cielo y comenzó a orar. Cuando comenzamos hacer el Gloria, Ella unió Sus Manos y colocó Sus Manos en la frente y, cuando estaba arrodillada, pedía por nosotros, pedía también por los que no estaban presentes y por aquellos que hoy nos estaban acompañando.
Después de ese momento, Ella nos bendijo a cada uno de nosotros y colocó Su Amor dentro de nosotros. Hoy, Ella se comportó como una verdadera Madre.
Sentíamos que era nuestra Madre que estaba hablando con Sus hijos, como María cuando cuidó de Jesús; así era el gesto maternal que Ella nos transmitía, y ese gesto que Ella transmitía abría nuestro corazón.
También Ella, en esta noche, ayudó mucho al estado de Espíritu Santo y entendimos, según los pedidos de Nuestra Madre, que en las oraciones de todos los hermanos que viven aquí, en este estado, siempre debe estar la Presencia del Espíritu Santo, siempre deben recordar al Espíritu Santo. Eso era lo que nuestra Madre nos pedía hoy.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Señora, Aparición tras Aparición, va liberando a todo el Brasil del sufrimiento, del dolor y de algunas cosas antiguas que nuestro planeta guarda, de algunos errores cometidos por la humanidad.
En estos días, que Nuestra Señora ha estado en Espíritu Santo, Sus ángeles se llevaron mucho sufrimiento que había aquí, guardado desde hace 500 años.
Por eso, ahora, a todos los pobladores de Espíritu Santo les corresponde, a través de la oración, mantener esa Luz que Nuestra Señora dejó aquí.
Nosotros les queremos agradecer por la bienvenida que nos han dado en este lugar y, quien sabe, si Nuestra Señora así lo tiene previsto, podamos retornar a esta bella ciudad.
Y ahora, vamos a cerrar nuestra tarea, cantando.
¡Muchas gracias a todos!
Canción: “Paz en la Tierra”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más