APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE MANAGUA, NICARAGUA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Por segunda vez, con todos Mis ángeles, llego a Nicaragua para poder liberarla de su dolor y de su agonía; para que, a través de Mis hijos, Mi Inmaculado Corazón triunfe en América y en el mundo.

Con alegría en Mi Corazón maternal, los vuelvo a reunir, queridos hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, trayendo las Gracias a este lugar y a los corazones que más las necesitan.

Les digo, queridos hijos, que el fin de su cautiverio está próximo. 

La guerra espiritual terminará, porque Mis pies pisan la cabeza de la mala serpiente y traen la Luz de todo el Universo Celestial, la Luz de Mi Inmaculado Corazón, que viene a penetrar la tierra dolorida para cerrar las heridas en los corazones y en las almas.

Queridos hijos, con inmensa alegría recibo sus oraciones y, más aún, a sus corazones que deben perpetuarse en Mi Corazón para que así se establezca la Ley Mayor de la Paz y el castigo sea aliviado. 

Los corazones no sufrirán si oran Conmigo, todos los días, para establecer en este planeta y en la consciencia de la humanidad las Leyes Sagradas de Dios, que muchas almas olvidaron por las influencias de la vida material.

Queridos hijos de Nicaragua y de Centroamérica, después de haber estado con ustedes en Costa Rica, hoy retorno a esta bendita nación porque sé que esta nación Me aprecia mucho a través de la Señora de Cuapa.

Vengo nuevamente, como Su Mensajera fiel, para anunciar la redención y el victorioso Evangelio de Mi Hijo que, en este tiempo final, debe ser practicado por sus vidas y corazones para que el ejemplo de la cristiandad y del bien no desaparezca de esta nación ni tampoco de Centroamérica.

Deseo que sus vidas, queridos hijos, sean el ejemplo de Cristo en la Tierra, propagando la caridad y la hermandad entre los corazones, estableciendo la paz en las familias y en todos sus seres queridos.

Hoy, vengo con la Luz de Mi Inmaculado Corazón a traspasar sus corazones en nombre del Espíritu Santo, de la Santísima Trinidad, de todos Sus Dones Celestiales que serán necesarios para sus vidas, para poder cruzar este umbral, esta transición de la Tierra, con la esperanza de encontrar la Tierra Prometida y el nacimiento de la Nueva Humanidad.

Hoy, también estoy aquí, queridos hijos, por todos aquellos que responden a Mi llamado en el planeta, por todas las almas orantes que, en esta hora crucial, se unen a Mí en esta sagrada Misión por la Paz.

Después de esta noche, queridos hijos, quiero que, mañana, salgan a difundir Mi Campaña por la Paz. Llamen a los corazones que sufren y que no Me conocen, ustedes tienen el poder interior para poder hacerlo. 

Quiero que sus bocas y sus labios pronuncien que la Señora del Cielo, la Inmaculada Concepción, la Patrona de Nicaragua, la Señora de Cuapa, retorna a esta nación en la faz de la Reina de la Paz para establecer en los corazones la esperanza que han perdido por el sufrimiento humano, por la indignación, por la guerrilla, por la decadencia espiritual y moral.

Abriendo Mis brazos hacia ustedes, queridos hijos, abrazo a su nación amada de Nicaragua y a todos sus representantes para que gobiernen bajo el espíritu de la Voluntad de Dios y establezcan sobre esta nación la sagrada estrella de la fraternidad, de la unidad y de la hermandad. 

Queridos hijos, lo que Yo busco de sus corazones es que no solo oren Conmigo por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón, sino que también trabajen Conmigo por todas las naciones de Centroamérica que están perdiendo la esperanza y la fe al ver tanta hambre y tanto dolor en almas inocentes, marginadas e indigentes, que pierden la fe en Dios.

Quiero que después de hoy, queridos hijos, sus corazones sean como esa llama que sustentan entre sus manos; que proclamen la fe en Cristo vuestro Señor no solamente en la Comunión diaria con su Sagrado Corazón, con Su Divino Cuerpo y Su preciosa Sangre, sino también, queridos hijos, a través de ustedes, siendo testigos de la Palabra de vida, de la Palabra salvadora, que fortalece a los espíritus caídos y que eleva a las almas que están en los abismos.

Hoy estoy con todos Mis ángeles haciendo sonar las trompetas sobre Nicaragua, para que ellas sean escuchadas más allá de esta nación y los corazones sientan el eco del Espíritu de Dios llamando a Sus hijos y a todas Sus criaturas a la reconciliación y a la paz entre los pueblos, entre las naciones y entre los corazones, entre las familias, en toda la humanidad.

Cumpliendo este importante pedido Mío, queridos hijos, aliviarán al Corazón del Padre Celestial que está ofendido. Sus pecados serán liberados y perdonados. En esta misma noche, Yo les traigo esa absolución en nombre de Mi amado Hijo Jesús.

Quiero que sus corazones latan como late Mi Corazón. Quiero que sientan lo que Yo siento por ustedes, la esencia del Amor y de la Unidad de Dios que nunca los separará de Él, que siempre les traerá la paz para estos tiempos finales.

Quiero que alcen, queridos hijos, la llama de esa vela, proclamando sobre Nicaragua nuevamente la consagración a Mi Inmaculado y bendito Corazón para el rescate de las almas perdidas, de las esencias necesitadas, de todos los espíritus que se sumergen en los abismos de la Tierra. 

Abriendo la puerta del Cielo Mayor, a través de Mi Corazón Inmaculado, los ofrezco a Dios, para que se establezcan en el planeta los mil años de paz.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque Yo vendré a consagrarlos, a consagrar no solo a sus espíritus, sino también a sus familias.

Vendré a consagrar a esta nación, a tornar sagrado el suelo que pisan, porque también Mis pies lo tocaron y lo tocarán siempre que Me llamen con la devoción de su espíritu.

Por eso, vengo a encender sus corazones con una llama inextinguible, porque el fuego del Espíritu de Dios incendiará a sus almas, a sus corazones y permitirá, hijos Míos, que calienten a otros en el momento en el que este mundo esté frío y en la oscuridad.

Quiero hacer, de cada uno de ustedes, una antorcha que ilumine la vida de otros; que aquellos que están ciegos encuentren el camino a través de sus vidas, que puedan llegar a Mí y al Corazón de Dios a través de cada uno de ustedes.

Por eso, vendré a consagrarlos como Hijos de María, como hijos de Dios, para que puedan imitar el ejemplo de Mi Hijo, para que puedan ser Mis hijos, como Él lo fue. Que puedan ofrecer cada instante de sus vidas en reparación del Corazón de Dios.

Sé que para muchos existe el sufrimiento, el dolor y la angustia por no encontrar paz en su día a día, porque las cosas de este mundo los absorben y muchas veces los separan de Dios.

En esta noche, Yo vengo, hijos Míos, a que comprendan que cada sacrificio, que Dios les ofrece, es para que coloquen en Su Altar Celestial como una reparación por este mundo, porque la humanidad no busca al Creador, no vuelve sus ojos hacia el Cielo para agradecer a Dios por la vida que le concedió.

Hoy, hijos, vengo a enseñarles el espíritu de la gratitud para que, a través de ella, transmuten y transformen el sufrimiento de este mundo, así como Mi Hijo lo transformó en la Cruz.

Hoy, les traigo la cruz del amor, del sacrificio y de la entrega, pero sepan, hijos Míos, que descubrirán una alegría diferente, la alegría de estar en Dios y de poder ayudarlo a rescatar a las almas y a los Reinos de la Naturaleza. 

Encontrarán la alegría de dar cada paso en sus vidas, en el nombre de Cristo, Nuestro Señor; renovando Su sacrificio y Su Cruz con la cruz de estos tiempos para que, al final de todo, sus vidas generen los méritos para la Divina Misericordia, que nuevamente triunfará en el mundo, que rescatará a las almas que aún están en los abismos, que apartará el mal y la oscuridad de este planeta y que, finalmente, lo tornará sagrado, así como Dios lo pensó en el principio.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, recuerden que Centroamérica y Sudamérica son el nuevo Edén del planeta. Cuiden a los Reinos de la Naturaleza. Tórnenlos sagrados ante los ojos de los hombres ignorantes, para que ellos puedan despertar a la reverencia y a la devoción que Dios les entregó por medio de los Reinos Menores.

Valorando estos principios de la Creación, el mundo no tendría por qué sufrir ni tampoco tener falta de paz.

Escuchen la invocación de Mi Inmaculado Corazón y realicen las obras que les pido para que no solo triunfe Mi Espíritu de Paz en el mundo, sino para que también sus vidas se rediman ante Cristo, vuestro Señor, el Maestro del Amor.

Hoy Me despido de aquí, queridos hijos, prometiendo acompañarlos mañana en la Campaña por la Paz. 

Mañana vendré a consagrarlos, así como Dios lo indica.

Durante esta noche, en la que la vigilia repercute en el planeta por la unión de todos los corazones a Mi Corazón, se establece una tregua para que las almas más inocentes y más sufridas puedan tener la Gracia de la cura interior, de la salvación y de la liberación en Centroamérica. También estoy unida a todos Mis hijos del Caribe. Mi promesa será algún día visitarlos.

Oren por Haití, para que se establezca la Misericordia de Dios en ese país.

Por el Espíritu Santo que hoy nos ha congregado, queridos hijos, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Que la alegría no desaparezca de sus corazones nicaragüenses.

Agradezcamos a Dios por esta Gracia y esta oportunidad.

Los amo.

Me despido de ustedes.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de nuestra Señora, vamos a escuchar “Ave María” de Gómez, sustentando esta llama interior que hoy María consagró para todos.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE SÃO JOSÉ DO RIO PRETO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Abriendo la puerta de Mi Corazón, queridos hijos, les entrego Mi Gracia Suprema. Es la Gracia de Mi Corazón que los fortalecerá y que los protegerá en estos tiempos.

Vengo de nuevo a San José para bendecirlos, y los encomiendo a San José Castísimo para que sea vuestro Padre Protector, el Guardián de sus esencias, el Pastor de las almas después de Cristo.

Hoy quisiera tenerlos más cerca de Mi Corazón, porque escuché sus oraciones. Y vengo en este día también, para bendecir a Brasil en esta importante tarea que él tiene para este momento; tarea espiritual muy profunda, donde muchas almas de esta nación están involucradas con ese propósito y no lo saben, que es el propósito, queridos hijos, de mantener viva la fe en todo este pueblo bendito que Yo amo con tanto Amor.

Por eso, hoy vengo vestida con el manto de esta nación, trayendo la cura para las almas, la sabiduría para todos los espíritus, y en el planeta de esta nación traigo la Paz de Dios para el mundo.

Este es el espíritu y la propuesta para esta nación.

Ahora continuaré diciéndoles, queridos hijos, que Mi mensaje para este día es traerles la Gracia de la restauración y de la cura para todos Mis hijos de Brasil, que tanto necesitan de Dios y de Su Infinita Misericordia para poder persistir en estos tiempos.

El planeta ha cambiado mucho, así como ustedes lo saben. Por eso vengo en este día hacia ustedes para mostrarles, nuevamente, el camino hacia Jesús, y el Amor que Él quiere derramar en todos sus corazones y vidas.

Hoy, quisiera pedirles algo especial, queridos hijos presentes aquí en San José, que recen una oración o al menos un Misterio del Rosario, para que Vuestra Madre Celeste pueda cumplir el propósito a través de Sus hijos, de llegar a Centroamérica.

Así como Yo aparecí en esta nación para protegen el Propósito de Dios que ella tiene, de la misma forma aparecí en México como Guadalupe, para unir a las razas y los pueblos en una misma igualdad, en una misma condición de amor y de fraternidad.

Por eso les pido a todos Mis hijos, no solamente a los que están aquí en San José, sino también en el mundo entero, que en este día de vigilia ofrezcan a su Madre Celeste más oraciones, para que Mi Cesta de oro pueda ser depositada a los pies del altar del Creador, y sea el mayor e infinito ofrecimiento de la salvación de todas las almas de Mi amada América.

Estoy aquí entre ustedes, queridos hijos, como la Señora Aparecida del Brasil y la Reina de la Paz, abriéndoles Mi Corazón Inmaculado para que puedan ingresar al Templo, al Sagrado Cenáculo de vuestro Señor Jesús, que los contempla en esta noche con Su Misericordia, borrando sus deudas, disipando los errores, trayendo la esperanza y la renovación a través de Mi Inmaculado Corazón.

Hoy no estoy aquí sola con ustedes; estoy con el alma peregrina del Brasil, con todos los fieles devotos: simples y pobres, ricos y austeros, que siguen el Espíritu de la Paz, el Espíritu de vuestra Señora.

En el Cielo esto se refleja como una gran celebración, cumpliendo nuevamente la profecía de que todas las generaciones a través de todos los tiempos, honrarían y glorificarían a la Coronada de Estrellas, a la Madre de Dios.

Los ángeles ven este acontecimiento en el Brasil, como una nueva puerta que se abre en este día 12 de Octubre, no solo en el Universo sino también en este país que tanto necesita de perdón y de redención.

Pero es la devoción y la fe de Mis hijos que siempre Me permitirá llegar aquí, en cualquier lugar del Brasil, cuando la Voluntad de Dios lo establezca. Cuando sus voces oran a Mi Corazón, independientemente donde se encuentren, sepan que la oración es poderosa cuando se hace con el corazón y con todo el amor de sus vidas. Eso renueva sus familias y toda la vida planetaria, trayendo una Gracia excepcional y extraordinaria para este tiempo final.

Hoy estoy entre ustedes, queridos hijos, contemplando a las naciones del mundo y los invito, nuevamente, a renovarse dentro de la Campaña por la Paz; a ser difusores de Mi mensaje, de Mi llamado celestial, para estos tiempos, de vivir ahora y siempre la oración del corazón, para que la paz se establezca en el corazón humano y en el planeta.

Quiero que hoy vengan aquí todos Mis peregrinos, Mis queridos peregrinos, que Me ayudaron a concretar Mi llegada a esta ciudad.

Acérquense a Mi altar para que Yo los pueda bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Es una alegría saber que el Brasil aún Me quiere, y que todos los días trabaja su fe para establecer en la consciencia la confianza en Dios y en Su Divino Propósito.

Ustedes, queridos hijos, que hoy se aproximan a Mi altar, a Mi altar guadalupano, representan a toda la consciencia de Brasil.

También pido a todos los brasileños que en este momento Me escuchan en lo profundo de sus corazones, que coloquen su mano izquierda sobre el pecho para que pueda resonar para siempre, la Voz de su Madre Celeste, de la Madre que los quiere y los ama, que desea para todos Sus hijos el camino del bien y de la paz, de la esperanza y de la fe, a pesar de lo que sucede.

Así, Yo los uno a Mi Santo Rosario, y hoy forman parte, queridos hijos del Brasil, de las cuentas de Mi oración que Yo entregaré al Padre Eterno y depositaré en Sus Santas Manos, para que Él vea, queridos hijos, que Su Sierva fiel, la siempre Virgen María, cumple la promesa de la salvación y la redención de los corazones. Señalando con Mi Mano Mi Inmaculado Corazón les pido, queridos hijos, confíen en Mí como deben confiar en Cristo.

Confíen en Mí, porque Yo siempre los llevaré a Dios.

Confíen en Mí, porque Yo los protegeré de todo mal.

Confíen en Mí, porque siempre aliviaré sus corazones, calmaré sus sufrimientos, les traeré la esperanza y la Gracia de Dios de la Fuente purísima de Su Misericordia.

Confíen en Mí, queridos hijos de todas las naciones, para que Mi Inmaculado Corazón triunfe a través de sus vidas en toda la consciencia planetaria.

Confíen en Mí, porque siempre contarán con Mis ángeles de Luz.

Yo les entrego en este día, queridos hijos, la bandera de la Paz, para que ella siempre pueda verse en el brillo de sus oraciones y en la sonrisa de sus corazones, porque todo así se curará.

Ustedes son Hijos de María, algunos ya consagrados, y hoy consagrados por Mí, para que se fortalezca en la consciencia de la humanidad el Plan de Dios para toda la Tierra.

Mañana vestirán Mi Manto Celeste de Luz, sintiendo, en primer lugar, sus almas consagradas a Mí en este nuevo ciclo, en que sus vidas se purificarán, pero contarán con Mi guía para que sus corazones siempre se renueven y prevalezca la fe y todo el Amor de Mi Corazón en sus vidas.

No teman transformarse, teman estar lejos de Dios.

Yo los invito, queridos hijos, en el sagrado Oratorio de Mi Corazón Inmaculado, a que sean testigos de Mi Presencia en este lugar, en América.

Oren a su Madre Celeste para que Su Plan triunfe en la Tierra y en todas las almas que despiertan.


Por la Luz que derramó Tu Inmaculado Corazón,
que convirtió los corazones del mundo,
Divina Señora, ruega por nosotros.
Amén.


Bendita Yo Soy entre todas las mujeres, y benditos son sus corazones ante Dios cuando viven en Mi Corazón.

Bendito es el paso que dan en sus vidas.

Bendita puede ser siempre su oración.

Benditos son sus ángeles de la guarda.

Bendito sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Ahora canten la oración que han orado.

Les agradezco por responder a Mi llamado y los invito a difundir el poder de Mi Inmaculado Corazón.

Sonrían a su Madre Celeste. La humanidad está despertando de su profundo sueño.

¡Aleluya, aleluya!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como una Flor de Paz desciendo al mundo para traer la paz y la unidad entre los pueblos y las naciones. 

El Corazón de Dios está herido al ver algunas naciones divididas, en donde Mi adversario trabaja trayendo preocupación y horror a los corazones. Pero no olviden que Yo soy la Reina de la Paz, la Madre de todo lo posible y lo imposible.

Soy la abogada de este mundo y traigo para todos la reconciliación que aún deberán vivir en estos tiempos.

Mi Corazón se agrada al ver sus corazones orantes, porque en ellos encuentra un refugio, un aliento de paz para seguir adelante realizando Mi Obra en el mundo en los corazones que más lo necesitan. 

Hoy soy la Reina de la Paz ante sus corazones, pero también soy su Madre de Guadalupe. Y vengo a pedir, en este día, que este mismo Altar, hoy bendecido por Mi Gracia, permanezca presente para los próximos encuentros que aquí se darán con Mi Inmaculado Corazón. 

Porque así, queridos hijos, a través del testimonio que Yo les he dado por medio de la Virgen de Guadalupe, todos los códigos que se guardan en Mi Faz se volverán a reactivar en este tiempo, para que sus corazones y los corazones del mundo reciban los códigos de Mi Luz celestial, aquellos que irán formando de a poco la nueva raza.

Hoy vengo con este pedido especial, porque en sus mundos internos, las manos que prepararon este Altar, los corazones que se donaron para embellecerlo, han comprendido Mi petición primordial, que es llegar a aquellos lugares, a  aquellos pueblos en donde aún no estoy presente en espíritu ni en divinidad.

Será a través de sus brazos y de sus manos, queridos hijos, por medio de la oración del corazón, así como hoy la han practicado, que Yo podré llegar a los que más sufren y necesitan en este tiempo.

Aquí ustedes están en un paraíso celestial, porque la sagrada luz de las Jerarquías compenetra cada uno de estos espacios. Así, queridos hijos, nada les falta. Pero se han preguntado en algún momento de su oración: ¿a cuántos les falta la paz?, ¿a cuántos les falta la  vida espiritual?, ¿a cuántos les falta la cura y principalmente, el alimento para el cuerpo?

El mundo aún está dividido, no quiere escuchar la Voz de los Mensajeros de Dios.

América debe consagrarse como ese nuevo Edén y será a través de sus obras de paz y de caridad que eso podrá suceder, la caridad de poder colaborar con lo que es importante para Dios y de contribuir con este Plan de Redención para planeta.

A través de Mi Corazón vengo a abrir sus bolsillos, porque sé que Me todo Me lo pueden dar en este tiempo final.

Mi gran milagro de amor es que Yo esté presente entre ustedes instruyéndolos, hasta que Mi Hijo y Mi Padre lo permitan.

Por eso, queridos hijos, vengo a abrir las vertientes del amor de sus corazones, porque en verdad es el corazón el que se dona a Dios y no la moneda.

Es desde sus corazones que partirá el impulso de vivir la caridad fraterna por el prójimo y especialmente por aquellas naciones del mundo que necesitan fortalecer su paz, vivir en Mi Gracia y en la Misericordia del Padre.

Hoy Mi Hijo Me envía extraordinariamente para darles este mensaje, para entregarles este pedido. Porque es importante, queridos hijos, que los Planes de Mi Paz se cumplan en el mundo.

Por eso también hoy he venido a pedirles, queridos hijos, que reactiven la Campaña por la Paz, que en sus corazones y en todo lugar se exprese esta campaña por Centroamérica y México.

Difundan Mi pedido para llegar a estas naciones y comprenderán lo que Yo haré después de un tiempo, porque allí Yo dejaré una Gracia, la misma Gracia que ustedes ya recibieron muchas veces.

Los invito a vivir, queridos hijos, en la fraternidad. También los invito, queridos hijos, a preservar estas tierras sagradas con el don de la manifestación que ellas tienen y que el propio Padre Eterno les ha dado por medio de la Providencia Divina.

Así Yo los invito a ser guardianes de este Centro Mariano y cada parte de esta Comunidad, para que no estén en las manos de otros, sino en las Manos de Dios.

Nuevamente les digo, queridos hijos, que hoy les vengo a pedir y a invitarlos a vivir en la donación, así como la Sagrada Familia lo vivió en el principio, dando todo lo que tenía, en cada paso de la Evangelización de Mi Hijo.Aún cuando estuvimos refugiados en Egipto, sin tener nada que llevar, el propio Dios no nos desamparó.

Quien entrega las cosas que tiene en sus manos, entrará primero al cielo, porque en el cielo no guardará la vida material. La vida material es parte de la evolución y del aprendizaje de las consciencias. La vida del espíritu es su sagrada meta hasta los últimos tiempos, hasta que la puedan alcanzar, queridos hijos.

Hoy abro Mi Corazón y lo expando frente a ustedes. Y esta invitación que hoy hago para todos, no es solo para los que están presentes aquí, sino también en el mundo. 

Así ayudarán, a través del cumplimiento de los Planes de Dios, a que el desequilibrio material y planetario se corrija, que los más pobres reciban lo que necesitan y que el mundo se equilibre por la Presencia de Mi Inmaculado Corazón, del Casto Corazón de San José y del Sagrado Corazón de Jesús.

Los invitamos, queridos hijos, en este tiempo, a que crucen el umbral hacia el desapego, para que vivan la trascendencia de si y la unión perfecta con las Leyes de Dios.

Los invitamos, queridos hijos, a buscar el equilibrio interior para que la vida planetaria también se equilibre.

Hoy encuentro en sus corazones una disposición: de aspirar a cumplir con Mi llamado, de aspirar a cumplir con Mis pedidos en este nuevo ciclo para Centroamérica y México.

Hoy los veo, queridos hijos, más abiertos que en otros tiempos, para abrazar a otras naciones hermanas, para que se puedan constituir, definitivamente, como la nueva raza de la humanidad y a través de su donación y servicio, puedan atraer los nuevos principios que reformarán al planeta, que transfigurarán a la consciencia de la humanidad y sublimarán a los corazones que aún no han alcanzado la Luz y el Amor.

Mucho amor fue derramado sobre ustedes, queridos hijos, para que la manifestación de este centro sagrado pudiera estar presente, el amor está en todo.

Yo los invito a penetrar en el Misterio del Amor de Dios. En el Amor de Dios no hay nada para si, no hay propiedad ni control. Por eso, queridos hijos, los invito a buscar a través de la donación la libertad, la libertad de sus almas y de sus consciencias, de saber comprender, por encima de todo, que hay un propósito infinito que debe cumplirse en este tiempo final.

Recuerden que Mi última meta es llegar a Australia para rescatar a Mis hijos de los pueblos originarios, así como he rescatado espiritualmente a muchos hijos a través de las peregrinaciones.

Redoblen sus esfuerzos y podrán ver el Propósito de Dios manifestarse como cura en sus vidas y como redención para sus corazones.

En la Divina Providencia es en donde deben vivir, para que las puertas estén abiertas a todos los que deben llegar a encontrar el alimento del cuerpo y del espíritu.

Recuerden que a través de estos años los estoy preparando para vivir en las Islas de Salvación en este Plan de Rescate que comienza a postularse, que comienza a mostrarse, a todas las consciencias del mundo.

Por último, les pido que recen por Venezuela, para que su pueblo y su nación encuentren la paz y la ayuda  de todas las naciones, que ella hoy necesita.

Escuchen con el corazón lo que les estoy diciendo. Su Madre Celeste también sufre por lo que ve en Venezuela.

Los invito a trascender la indiferencia y abrir aún más sus corazones para los que buscarán refugio de este exilio que hoy están viviendo, así como sucede en Medio Oriente.

Los invito a vivir en confraternidad, en la unión con el Padre y con todos sus espíritus, para que así se cumpla el tiempo de la Redención.

Esto es todo lo que hoy vine a decirles. Me retiro en paz, viendo sus corazones receptivos al recibir en sus espíritus Mi sagrado llamado celestial.

Los bendigo con Mi Gracia y los impulso a seguir adelante para que nunca olviden Mi Propósito Mayor, que es el triunfo de Mi Corazón en toda América.

¡Les agradezco!

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE PORTO ALEGRE, RIO GRANDE DO SUL, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

No teman, mientras Yo estoy presente el caos no prevalece en el mundo; porque es la Luz de Dios la que desciende, a través de Mi Corazón, para abrir las puertas del Reino de los Cielos y así todos pueden ingresar a través de Mi Inmaculado Corazón.

Necesito que, en esta hora aguda del planeta, imploren por los atributos de la Madre Universal. Como fue en el principio de Mis Apariciones, invito a todos Mis queridos hijos del mundo entero, a que retomen las 72 cuentas de la contemplación diariamente, hasta que Yo lo indique, queridos hijos. Así, el Espíritu Santo de Dios estará sobre sus vidas, especialmente en sus corazones, no solo guiándolos a ustedes, sino también guiando a otras almas que necesitarán de conversión y de redención.

Cada uno de ustedes, queridos hijos, necesita vivir un Atributo de Dios. Es urgente que en sus vidas se puedan establecer los Dones del Padre, para que los nuevos apóstoles de Cristo, que vendrán de diferentes caminos espirituales, puedan formar un solo rebaño, unidos a su Madre Celeste, por los mil años de paz y antes de que Mi Hijo retorne en Su Gloria.

Estoy con ustedes, queridos hijos, aunque no lo crean, en las pequeñas decisiones del día a día. Estoy llamando a todos Mis queridos hijos, para que no solo sean consecuentes con la oración del corazón, sino que también, hijos Míos, borren de la consciencia de la humanidad y de la sociedad las insignias del mal que se esparcen como noticias y novedades para envenenar a los corazones que deben despertar al Espíritu Santo de Dios.

Yo soy la Madre de todo el Brasil y nadie podrá negarlo. A través de los siglos y de los tiempos, desde el principio de la colonización, en el corazón de la consciencia indígena, Yo vengo acompañando a todos Mis hijos para que puedan alcanzar la redención y la rehabilitación. Aún hay muchos de ellos que siguen cometiendo errores a través de los tiempos; como lo que sucede hasta hoy, en este día, que genera confusión en las mentes y perturbación en los corazones, alejándolos a todos de Dios, del verdadero Propósito que viene del Cielo a través del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María y del Castísimo Corazón de San José.

Aferren sus creencias, sus familias y todos sus caminos al Corazón de los Sagrados Corazones. Así, queridos hijos, no temerán por nada. Caminarán firmes hacia Mi Hijo por este sendero de redención y de paz que todos son invitados a vivir.

En ustedes, queridos hijos, está la gran decisión de hacerlo, de hacer algo por el Brasil y por toda la humanidad. Que sus corazones no duerman. Que sus mentes no se distraigan. Invoquen, con sus corazones y voces, el Reino de Dios, a través de la oración del corazón. Únanse como una sola familia espiritual y ya no sean más indiferentes. Abran las puertas de sus corazones para que las instrucciones divinas puedan ingresar y sembrar las nuevas semillas que constituirán la Nueva Humanidad.

Hoy, no solo estoy aquí, queridos hijos, con ustedes; a través del fuego de Mi Corazón, el Espíritu Santo de Dios está presente. Llamas nuevas se reencienden sobre los autoconvocados para generar, en estos tiempos, la redención de la humanidad y de todas las naciones del mundo.

Queridos hijos, sean precursores de Mi Voz. Lleven el llamado a los que duermen. Abran los ojos de todos los que son indiferentes, de las mentes distraídas, de los corazones que están cerrados y que desde hace mucho tiempo no quieren escuchar a Dios.

Yo necesito, queridos hijos, formar en sus vidas un verdadero cenáculo de oración que pueda ser el vórtice principal para estos tiempos finales, en el que Yo Me pueda servir de sus oraciones para presentarlas en honra al Padre Celestial. Porque si la mayoría de la humanidad, queridos hijos, no se colocara a vivir la oración del corazón, hoy no les puedo decir qué sucederá con la humanidad. Las propias acciones del mundo mostrarán todos los acontecimientos.

Los invito sinceramente, hijos amados, a que salgan de ustedes mismos por una vez en la vida, a que abran sus ojos a las necesidades de la humanidad entera, especialmente de todas las naciones que sufren las consecuencias de sus gobernantes o las decisiones de todo su pueblo.

Crean, queridos hijos, que ustedes son un pueblo de Dios llamado a servir en estos tiempos, disponible para responder al llamado de su Madre Celeste. A través de estos acontecimientos se reescribe el Apocalipsis en la humanidad. Los ángeles están atentos a los movimientos de todo el planeta. Abran sus ojos y observen cómo los ángeles realizan las Obras de Dios, en un profundo silencio y adoración por el mundo.

Necesito, queridos hijos, que se definan para dar el último paso; porque sé, verdaderamente, que muchos no serán los que estarán Conmigo en ese momento crucial de la humanidad. Pero vengo a pedir lo imposible para ustedes. El potencial está en sus espíritus desde sus orígenes. Entonces, queridos hijos, acompáñenme en este peregrinar, en esta Campaña por la Paz, que Yo intento construir en todos los corazones de la Tierra y en todas las naciones del mundo. Aún hay mucho por hacer y la humanidad sufrirá porque lo ha escogido conscientemente.

Pero Yo no los quiero llevar al sufrimiento. Yo Soy la Fuente de la Bondad y del Amor para todos. Ustedes no se imaginan, queridos hijos, cuántas noches he pasado sin tener a Mis hijos en Mis brazos.

¿Quién se ofertará en esta hora aguda para eso?

¿Quién consolará el Corazón de la Madre Universal delante de los destrozos de este mundo, de las acciones de todos los seres de la Tierra? 

No provoquen más la Ira de Dios, porque ustedes no la conocen, queridos hijos. Únanse al llamado celestial y sean como los ejércitos de los ángeles que responden a los comandos de la Madre del Mundo. Sean espejos verdaderos de oración. No se dividan. Únanse a través de la oración y por medio del servicio al prójimo. Así al menos, queridos hijos, alegrarán Mi Inmaculado Corazón.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque si buscan establecer la paz en el planeta, también la establecerán en sus vidas. 

No es necesario, hijos queridos, que piensen solamente en ustedes, cuando el planeta agoniza y cuando hay tantos hijos Míos que verdaderamente sufren en este mundo.

Si hoy escuchan Mi llamado, Mis palabras y Mi proclamación de paz es porque la paz debe reinar en sus vidas; es porque Yo los congregué, los reuní en Mi Cenáculo de Amor para que, en este día de tanta confusión, de tanto adormecimiento de la consciencia humana, ustedes pudieran despertar y reconocer, hijos Míos, que Mi Presencia está viva entre los hombres, así como la Presencia de Mi Hijo y del Castísimo Corazón de San José.

Yo estoy aquí, hijos Míos. Estoy al lado de cada una de sus almas.

Vengo al mundo todos los días, porque es tanta la necesidad, que no puedo permitir, Mis amados, que aquellas almas y esencias creadas por Dios se pierdan por la ignorancia, por no conocer al Creador, por solo elegir los placeres y las ilusiones de este mundo.

Hijos, todo lo que viven, en esta Tierra, como un soplo pasará, mas aquello que concretan en sus esencias permanecerá para siempre. No se preocupen por el sufrimiento del cuerpo, cuando lo que verdaderamente padece son sus almas, cuando, aquí en este mundo, sus mentes viven la ignorancia y la ilusión permanente.

Los llamo en esta noche a que despierten y que definitivamente respondan a Mi llamado. 

Ya llegó la hora, hijos Míos, de unir todas las religiones, todos los pueblos, todas las naciones, todas las culturas de este mundo, porque en este momento su planeta necesita de paz y, si no unen sus corazones, el enemigo separará no solo a las religiones de este mundo, sino también a sus almas del Corazón de Dios.

Si no hubiera unidad entre los seres, no habrá unidad con el Creador. Si no hubiera unidad entre las religiones, ya no habrá unidad con Dios, no habrá religión verdadera; porque aquellos que no viven el amor, no viven en el Padre; mientras que todos aquellos que viven el amor, viven en Cristo, aunque no sean cristianos y que hayan encontrado otro camino para despertar su consciencia a la vivencia del amor.

Lo que verdaderamente importa, hijos Míos, es que sean verdaderos, fraternos, que se unan al principio del amor y de la paz, porque eso es lo único que la humanidad necesitará en estos tiempos.

¡Ya basta, hijos Míos, de vivir las ilusiones y de buscar un placer que terminará con este mundo, si no despertaran a la vida de oración y de paz!

Hijos Míos, en esta noche quiero que comprendan que mucho mayor que lo que acontece en la materia y que se expande por el mundo, delante de los ojos que pueden ver, es la batalla en el espíritu; porque, como Yo les digo, Mi adversario no descansa, él no duerme ni un solo minuto.

En esta noche, al mismo tiempo que Yo estoy aquí, hay millones de hijos Míos que están distraídos en la búsqueda de un falso poder; mientras que Yo, hijos Míos, les quiero revelar que el Poder de Dios aspira a manifestarse en sus vidas. 

Y es muy simple lo que les pido, porque para vivir la paz, no necesitan hacer grandes cosas, solo necesitan abrir sus corazones, porque Mi Amor por sí solo derribará las barreras de sus mentes y establecerá en sus vidas Mi Reinado de Amor, de Paz y de Esperanza, para que puedan ser, Mis amados, un ejército de luz en este mundo de oscuridad; para que puedan establecer el Reinado de Mi Hijo, y que Él los encuentre prontos cuando llegue la hora de retornar.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo Soy la Madre del Espíritu Santo y busco su verdadera espiritualidad; para que eso sea verdadero, todo comienza en el camino de la oración y de la paz, algo que simplemente son invitados a vivir.

Quisiera hablarles en esta noche, queridos hijos, de los Universos Celestiales y de toda Su Creación, pero el mundo necesita conocer la verdad, lo que siente Dios en Su Corazón cuando Sus hijos lo niegan completamente.

Incansablemente, queridos hijos, seguiré dando Mis pasos a su lado para que puedan alcanzar el camino de la redención; y cuando eso suceda, Mi Hijo retornará para rescatar a los que se han perdido en la tribulación.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado y a este momento de oración con Mi Corazón. Llevaré estas oraciones como un alivio del Corazón de Dios y de toda la humanidad.

Hoy, no consagraré Hijos de María, porque Dios está en Su profundo silencio. Yo los consagro en espíritu. Esa es la verdadera meta para todo servidor del Plan. 

Sí, los bendeciré, porque lo necesitan para seguir caminando a Mi lado. Ya son Mis hijos, desde antes que se colocaran para serlo. Para Dios, ya todo está cumplido.

Les agradezco por comprenderme. Todo tiene una respuesta mayor que comprenderán con el tiempo.

Les agradezco, les doy Mi Paz y los unjo con la Luz de Mi Espíritu.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración:  Madre Universal (en portugués).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Aceite para la unción.

 

Estén preparados cuando el universo les pida cosas.

Con este aceite, Yo bendeciré a los que hoy no podré consagrar con la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo y como testimonio de Mi Amor por todos los hijos de la Tierra.

Se preguntarán porqué Yo hago esto, porque es Cristo que hoy los consagrará a ellos, así Yo abriré el camino para que Él retorne, a través de sus vidas.

Oración:  Padre Nuestro (en portugués).

 

Ahora sí, queridos hijos, lleven la Cruz de Cristo como la señal verdadera de la redención.

Y ahora, les pido que canten por todos Mis hijos del mundo que no están consagrados. 

Los que serán señalados por la Cruz de Mi Hijo aceptarán orar por aquellos que no se consagran a Mi Inmaculado Corazón y Yo oraré por ustedes hasta el fin de los días.

¡Les agradezco y vayan en paz!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, vengo del Cielo, queridos hijos, para llamar a los que aún no han despertado, a través de los que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón.

Hoy, estoy aquí como la Reina de la Paz, como la Madre de todo el universo, como la Guardiana de la Fe, como la Protectora de los corazones y de los que dicen sí a Mi llamado.

Espero que su consagración como Mis Hijos, sea en honra a Dios, al Todopoderoso, y a Su Amado Hijo que pronto retornará para verlos en oración y en trabajo por el Plan.

Queridos hijos, hoy abro Mi Manto para mostrarles todas las naciones del mundo, principalmente aquellas que aún no se han consagrado a Mí, desde hace ya 2000 años. Aún espero en los corazones que Yo despierto, en esas naciones, que lo puedan conseguir.

Medio Oriente debe ser Mi reinado de Paz, y ustedes, hijos amados, deben acompañarme en la transmutación como en la oración. 

No tienen por qué temer a esas cosas, hay muchas almas en este lugar que verdaderamente sufren y ustedes lo saben.

Yo vengo aquí para entregarles todos los días Mi Reino Celestial, que es el Reino de Mi Hijo y de San José, el Reino del Paraíso.

Hoy, necesito que sus corazones se abran profundamente un poco más, porque no estoy sola aquí, estoy con los ángeles que custodian Mi tarea y la tarea de todos Mis hijos.

América tiene que cumplir esa promesa. En todas las naciones de América, Yo estoy presente, a través de Mis diferentes Faces, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, en Argentina.

Yo soy la misma para todas las culturas, pero todos los pueblos Me reconocen a través de su devoción y de lo que Yo he manifestado a través de los tiempos en Mis Apariciones.

Yo estoy en Salta como también estoy en Medjugorje, así como Mi Presencia nunca se borra en Fátima, en Lourdes y ni siquiera aquí, cuando ustedes llaman a la Madre de la Figueira.

Yo soy ese gran Árbol de Vida para ustedes, hijos amados. Ustedes deben cumplir Mi Plan en este lugar, el que Dios ha propuesto para esta parte de América; y sepan que se está consiguiendo a través de la fe y de la oración, que es lo que Yo necesito de todos Mis hijos.

Cada paso que puedan dar en su consagración, es grandioso para Dios y para Su Proyecto Original.

Hijos amados, vivan esta oportunidad que Yo les entrego diariamente; porque cuando Yo ya no esté aquí ni esté Mi Hijo ni San José, ustedes deberán seguir trabajando con todos los peregrinos que llegarán aquí a buscar la fuente de Mi Amor y de Mi Paz. Por eso, existe el Centro Mariano y los demás Centros que Yo he consagrado, así como Yo consagré a Fátima y a Lourdes para Mi Obra Mariana.

Quisiera que todos pudieran ingresar en Mi Corazón Inmaculado y que beban de la Fuente del Amor de Dios que Yo les traigo para sanar sus heridas y sus sufrimientos.

Hoy, les estoy hablando porque sé que Me escuchan. Pero más corazones deberán escucharme a través de ustedes, en el ejemplo de la oración y de la caridad; en el ejemplo de expandir Mi campaña de Paz por el mundo para que Mi Plan se establezca y su Madre Celeste junto con Su Hijo Glorificado derroten al adversario en el último tiempo que le queda.

La Tierra temblará y se purificará, para que sea más pura. Pero Yo no los dejaré de socorrer porque han confiado en Mí, desde el principio. No dejo de estar presente en sus hogares cuando abren las puertas a la oración, y en cada uno de sus familiares, a los que Yo intento llegar todos los días con Mi Amor y con Mi Redención, que es la Redención de Mi Hijo Amado.

Hijos amados, Yo quisiera que fueran parte de Mi vida espiritual; que el Reino de los Cielos no estuviera lejos de ustedes, como lo ha estado para muchas almas. Yo traigo el Reino de los Cielos en cada Aparición, en cada palabra, en cada gesto de Amor y de Paz.

Yo les traigo el nuevo código de Mi Hijo para que lo guarden en sus corazones y almas, y él pueda sembrarse en lo profundo de sus esencias y así despertarán los talentos.

Hoy, les hablo con dulzura porque sé que lo necesitan, porque sé que necesitan Mi abrazo consolador y maternal.

Yo no soy la que ama, es Dios que ama a través de Mí; y Yo quisiera amar a sus hermanos a través de sus corazones, disipando sus dudas y faltas a través de Mi Pureza Original, de la pureza del Reino de Lys-Fátima. Para que eso sea posible, amados Míos, en la presencia de todo el universo y del Amor invencible de Mi Hijo, quisiera escuchar con Mi Corazón una canción en honor al Reino de Lys, en honor a todas las esencias que despiertan y a los servidores que trabajan por el Plan en toda Europa y en el mundo entero.

En este día 13, los Jardines de Lys se abren para bendecirlos y para que los recorran espiritualmente Conmigo, en la belleza perfecta de Dios y de toda Su manifestación creadora.

Antes de consagrarlos como Hijos de María, debo llevarlos a la Pureza Original y a la esencia del Amor que los unificará con Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre señalando el coral, dice:

 

Los escucho.

Canten Conmigo, hijos Míos, para abrir las puertas del Reino de Lys.

Canción: “Lys, María, Lys”.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Es de ese Jardín tan puro de donde provienen sus pequeñas esencias, porque Mi Corazón tiene Su morada en ese Jardín; y cada uno de ustedes, hijos Míos, nace de Mi Esencia Maternal, nace del Vientre Espiritual de su Madre Celeste.

Hoy, les traigo el Reino de Lys para que puedan renacer en espíritu, para que puedan vivir la pureza que les permitirá enfrentar los tiempos que vendrán.

Hoy, les traigo la Paz de Lys, así como se las traje en tiempos anteriores a través de los pequeños de Fátima. 

En aquel tiempo, aquellos tres pequeños niños pudieron abrir las puertas del Reino de Lys para establecer la paz y evitar una guerra en este mundo. Ahora, hijos Míos, la guerra ya está establecida y ella no es solo entre la Luz y la oscuridad, también el caos y el mal luchan entre sí para engañar a las almas. 

Por eso, hoy les traigo el Reino de Lys, que es Mi Reino en Fátima, para que se establezca la paz en sus vidas y, a través de ustedes, en el corazón de cada uno de Mis hijos. 

Quiero que sean precursores de Mi Paz, a través de la oración y también de los ejemplos de vida, así como los apóstoles de Mi Hijo. Cuando ellos predicaban, de sus bocas no solo emanaban palabras; ellos irradiaban a todos la Presencia de Cristo, ellos irradiaban el Verbo Divino, los Dones del Espíritu de Dios que fueron impresos en sus consciencias.

Cuando les pido que Me escuchen y lean Mis Palabras es para que también puedan quedar impresas dentro de cada uno de ustedes y que, de esa forma, anuncien Mi Presencia en este mundo y en todo el universo; que no sean solo palabras pronunciadas por sus bocas, que sea el Espíritu de Dios el que se manifiesta a través del amor y de la verdad que sus corazones pueden vivir.

Es por eso, hijos Míos, que necesito de tantos misioneros en este mundo, que necesito de tantos corazones que no solo vivan una experiencia en la Tierra, sino que vivan una verdadera misión, que vivan la misión espiritual de atraer el Reino de Dios, de vivir el verdadero arquetipo para esta humanidad, porque esa es la Voluntad de Dios. 

Y es posible manifestar eso siempre que sean verdaderos, sinceros, humildes; siempre que sean obedientes, que no quieran establecer en el mundo los propios planes, sino los Planes del Creador; porque sus planes, hijos, son muy pequeños. Ustedes son muy ignorantes porque sus corazones aún no conocen la verdad, no conocen el verdadero Plan de Dios. Pero si se abren en espíritu, en esencia, para unir sus pequeños corazones al Corazón del Creador; este Plan, que es perfecto y que incluye a cada esencia de este mundo, se podrá manifestar naturalmente a través de sus corazones.

Hoy les traigo del Reino de Dios la verdadera misión espiritual, el verdadero espíritu misionero, para que él se pueda manifestar en sus esencias; que puedan ser ejecutores de este Plan, así como lo son Mis ángeles, estos que hoy están a Mi alrededor manifestando la Voluntad de Dios en este día, para cada una de sus vidas; estos que traen de los Cielos los dones del espíritu misionero para depositar en ustedes.

Que ustedes, hijos Míos, vivan ese espíritu y cumplan la verdadera misión de santificar y consagrar este mundo, no solo a Mi Inmaculado Corazón, sino también al Corazón de Mi Hijo, al Corazón del Padre.

Que esta Tierra pueda vivir el Pensamiento Divino, aquella idea perfecta emanada por Dios en el principio. Eso es posible si ustedes aceptan responder a Mi llamado, más allá de todo lo que siempre desearon vivir.

Para Mi Inmaculado Corazón no existen límites, no existe edad, no existen destrezas. Todos pueden ser misioneros en espíritu, porque la verdadera misión trasciende los movimientos físicos que pudieran realizar. La verdadera misión se cumple cuando sus corazones están abiertos y permiten que Yo ame a través de ustedes. 

Por eso, reuní aquí a los misioneros que vinieron de Oriente y también a los que fueron a Chaco, porque quiero imprimir en esos corazones un impulso de Luz que se multiplique y se expanda a todos los servidores que quieran consagrarse a Mi Corazón como misioneros de María.

Por eso hoy, hijos, les traigo los impulsos de Lys y también los impulsos de Dios y, de esta forma, derramo una Gracia inédita, infinita, para aquellos que sepan vivirla de corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

A través del canto de los jóvenes, queridos hijos, todos los jóvenes que se drogan, que se pierden por el alcohol y la desunión, pasaron por los Jardines de Lys por su mediación. Mi Inmaculado Corazón los ayudó a fortalecer su camino en la búsqueda de la Luz Eterna.

Antes de que Yo Me eleve al Cielo, Mis Palabras han reconsagrado a todos ustedes, los presentes, y a aquellos que Me escuchan abiertos de corazón y de alma.

Que los que hoy se consagrarán al Inmaculado Corazón, a la vida del servicio como voto, a la vida de oración como voto y a la vida en la fraternidad como voto, se coloquen de pie.

Tráiganme aquí agua para bendecir.

Queridos hijos que se consagrarán, Yo aproximaré a ustedes la lluvia de Mis Gracias y de Mi Paz a través del agua bendita, que es el símbolo más visible de la pureza y de la castidad; elemento creado amorosamente por Dios, su Padre Eterno, en el principio de los universos.

El agua los purifica. El agua los santifica. El agua los renueva, los libera del pecado y los lleva a encontrar la paz. Esa agua será rociada sobre sus cuerpos por un sacerdote que en Mi Nombre y en el nombre de la Santísima Trinidad les impartirá la bendición.

Hoy, bendigo a la Madre de Colombia, Chiquinquirá, la Madre de todos los pueblos originarios de los Andes, que Yo he instituido como Peregrina de toda Colombia y de los países de Centroamérica, junto con la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Coromoto, y en unión a la Virgen de Cuapa.

En estas Faces, queridos hijos, Yo les revelo Mis Atributos, los Atributos de la Madre Universal.

Chiquinquirá es el Atributo de la Unión, de la unidad de las almas de toda la Tierra con Dios.

Por la autoridad que Me concede la Gracia de Dios, que esta agua se constituya por todos los Dones del Espíritu Santo, por la infinita Gracia de Dios y de Su insondable Misericordia, a través del poderoso Corazón de Su Hijo amado, Jesucristo, Nuestro Señor, que vendrá por segunda vez al mundo en Gloria entre las nubes y derramará Sus Gracias como una lluvia de Luz sobre aquellos que hayan persistido en la fe hasta el final de los días del Juicio Universal.

Los ángeles custodios de su Madre Celeste colocan sus manos de Luz sobre esta agua. Que ella bendiga a los que hoy se consagran y que inician un camino de oración y de servicio por los Planes de Paz de su Madre Celeste.

Con la autoridad suprema del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Yo los consagro a todos a Mi Inmaculado Corazón.

Escuchemos el himno de los Hijos de María, en devoción y fe.

Mientras Yo Me elevo al Cielo, quisiera, hijos consagrados, en este encuentro anual con Mi Corazón eterno, que asumieran en sus oraciones a un alma de Oriente, para que reciba la misma Gracia que ustedes reciben todos los meses.

No escojan a nadie, solo oren con el corazón, porque Dios todo lo ve.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado.

¡Gracias, hijos, por cuánto Me dan!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, vengo no solo por ustedes, sino por el mundo, implorando junto con Jesús y con San José por la Nueva Humanidad, por la Nueva Tierra.

Hoy, vengo con alegría, pero también con compasión, por las almas que más sufren y que por sus oraciones fueron ayudadas ante el Padre Celestial.

Hoy, vengo a reestablecer entre ustedes y Yo la confianza infinita, la Gracia perpetua de unir corazones y almas en esta sagrada tarea por la Paz.

Pero aún debo ser más conocida en África y en el Lejano Oriente, donde Mi devoción también es intensa y fiel entre tantos corazones hermanos.

Mi Campaña por la Paz no solo debe recorrer América, sino el mundo; y ustedes son los portavoces de Mi Mensaje materno para estos tiempos finales. Cuento con cada uno de ustedes, hijos Míos, hasta el fin de los tiempos, en el que todo se desarrollará y un nuevo Plan aparecerá para los que perseveren de corazón y en oración Conmigo.

Hoy, no estoy sola aquí. Estoy con Mis hijos, con los que Me aman, con los que Me invocan, con los que son pacientes y escuchan Mis Palabras de corazón. Pero hoy, también estoy con los ángeles y los arcángeles, ayudando a esta parte de la humanidad dormida que vive su profunda ilusión; y rezo aún, hijos Míos, al igual que ustedes, por el despertar de todas las criaturas.

Hoy, quisiera dar Mi agradecimiento materno por cuanto han hecho por Mí, en el nombre de la Obra de Dios y también Mi agradecimiento por aquellos que hoy no están aquí y que también cumplieron con Mis Designios, porque Mi mirada, hijos Míos, Mi mirada de Madre, está en todas las criaturas, en aquellos que se hacen ver, en aquellos que se esconden en el Corazón de Mi Hijo para contemplarlo.

Hoy, el mundo vive su primera fase, más difícil y dura. Pero los Centros Marianos, hijos Míos, constituyen esa oportunidad de salvación y de Gracia para el mundo entero.

En Oriente y en Occidente, Mi Presencia está presente en aquellos que perseveran en la fe y en la consciencia absoluta en Mi Inmaculado Corazón.

Hoy, no vengo a traerles el horror del mundo, aunque esté presente en muchas almas pecadoras, en aquellas que se condenan por sus acciones, dentro y fuera de la Iglesia de Mi Hijo.

Hoy, vengo a buscar a aquellos que confiaron en Mi Propósito desde los primeros días en los que Yo estuve presente entre ustedes, aquí, en la Sagrada Figueira como en Aurora.

Yo Soy el Árbol y doy los frutos para todos Mis hijos. Yo Soy el Sol que nace en el amanecer de cada ser y que brilla, buscando establecer la redención y la paz en el fin de los tiempos.

Hijos Míos, Yo sé que necesitan de mucha ayuda. No se cansen de pedir Mi intercesión; pero confíen, todo tiene un tiempo para el universo y para el Señor.

Hoy, acojo en Mi Corazón sus súplicas y las súplicas de aquellos que, detrás de las pantallas, Me están escuchando; porque, queridos hijos, Yo no solo estoy aquí, sino también estoy con los corazones que se abren para recibirme en sus espíritus y almas. 

Yo Soy la Madre del mundo. Soy la Gobernanta Mayor. Soy la Estrella que los guía. Soy la Luz para sus caminos, después de Mi Hijo. Soy Quién ha recibido la confianza de guiarlos, paso a paso, en obediencia y en lealtad, en amor y en unidad.

Busquen en estos tiempos, no solo la unificación externa, sino también la unificación interior. Mi Hijo necesita establecer Sus dones en el mundo y en todos los corazones, antes de que Él retorne para establecer el Juicio Universal.

Queridos hijos, hoy Me han abierto sus corazones con sinceridad y sin apariencias. Han hecho lo que Yo les pedí desde el principio de este encuentro. Han cumplido con lo que Yo he deseado profundamente, que es espejar esta paz al mundo entero, esta paz que Yo les concedo en medio de la tribulación y del caos, en medio de la persecución y de la muerte de tantas almas inocentes.

No Me cansaré de venir al mundo para implorarles por oración. Ustedes saben que eso es poderoso e invencible; y más aún, se vuelve invencible cuando sus corazones oran unidos al Mío, en perpetua consagración de sus vidas, en todo lo que puedan dar a Dios, porque Él acepta todas las ofertas, no importando cuál sea.

Hoy, estoy dejando aquí, estoy instituyendo Mi confianza en los más jóvenes, en los nuevos rebaños de Cristo que serán los sucesores de la Palabra Sagrada del Redentor para todos los jóvenes del mundo, por todos los niños que claman en su llanto por Mi Voz, por Mi Presencia, por Mi Corazón.

Hijos amados, celebremos esta profunda comunión con Dios, con Su Hijo predilecto y ante la Presencia del Espíritu Santo que, como Luz los congrega en esta Santísima Trinidad para establecer el Proyecto de la Creación en los corazones humanos.

Hijos Míos, he escuchado la renovación de sus votos. Que esos votos no se vuelvan débiles; y cuando sientan que sus votos se debiliten, llamen por Mi Presencia en la noche como en el día, en la alegría como en la tristeza, en la oración como en los desafíos. Mi Hijo Me ha concedido la autoridad de estar presente en todas partes cuando un alma se coloca en oración ante Mi Corazón Inmaculado.

Hoy, Mi alegría se refleja en sus espíritus. Extendiendo Mis brazos hacia ustedes, abriendo Mis manos, irradio Mi Luz hacia el mundo; irradio el Espíritu de Mi Santidad y de Mi Pureza para que confíen, hijos Míos, que lo alcanzarán; así como Yo lo alcancé en constante ofrenda a Dios Todopoderoso.

Hoy, ofrezcan este momento, hijos Míos, por los que no están aquí, por los que ya no están aquí y por los que aún no han llegado aquí, para encontrarme. 

Establezcan, en Mi Nombre Inmaculado, el perdón, la reconciliación, ante un mundo que sufre el propio caos en estos tiempos.

Sean semillas en Mi jardín de Luz. Sean rosas que se abren en este encuentro para emanar el amor al universo, a través de su Madre Celeste, que recoge sus ofertas en sinceridad y en verdad.

Anímense, hijos Míos, a ser aquello que nunca fueron, a ser apóstoles de Cristo en la simplicidad de la oración. Necesito que estos ejércitos de Luz y de oración no decaigan, aunque Mi adversario lo intente, sus templos no temblarán.

Vengo a darles, hijos Míos, lo que nunca nadie ha recibido, esta Gracia expiatoria que los liberará de ustedes mismos y del pasado, como tantas veces lo he intentado incansablemente. 

Crean en Dios; crean en Su Reino que desciende, por segunda vez, a través de Su Hijo amado; en la preparación de este importante Retorno al mundo, en Gloria y Luz.

Crean en los ángeles y sientan su guía, su presencia y su servicio eterno.

Crean en el Espíritu Santo que los une, de corazón y de alma Conmigo, en este sagrado oratorio espiritual de su Santísima Madre Universal.

Crean en la fe que Yo les derramo, en la fuerza imperiosa de la oración que abre las puertas a la paz y a la Misericordia.

Crean en Mi Campaña por la Paz porque, así como Yo guie a los apóstoles hasta la Ascención de Jesús, hijos amados, Yo los guío para el cumplimiento del Plan de Dios en estos tiempos críticos. Ustedes, hijos Míos, deben ser la propia Campaña de Paz manifestada sobre la superficie de la Tierra. Si ustedes, hijos Míos, no viven la paz, ¿cómo la paz se establecerá delante de tanta adversidad y errores?

Queridos hijos, proclamen la paz a través de las campañas, para que Mis peticiones se cumplan en esta última hora que llega al mundo, antes de que todo suceda.

Mi última aspiración es llegar a Nicaragua, a México, a los Estados Unidos y a Australia. Oceanía debe consagrarse a Mi Inmaculado Corazón y ustedes, hijos Míos, lo pueden conceder.

Hijos Míos, Yo estoy aquí para demostrarles, a todos, la confirmación de Mi Amor por cada uno.

Ahora, hijos Míos, en la Presencia Sagrada de la Trinidad, escúchenme a través de Mi hija Lucía de Jesús, pues Mi Voz también se graba en los corazones.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Podrán preguntarse por qué, hijos Míos, deseo transmitir Mi Mensaje a través de tantos videntes de este mundo; si no sería suficiente que un solo corazón se consagrara al Mío, ya que Mi Voz es una sola.

Necesito que muchas voces sean el eco de la Voz de Mi Corazón en muchos idiomas, transformando el destino de las naciones, borrando el pasado que la humanidad imprimió en la consciencia de este mundo.

Necesito, hijos Míos, que Mi Paz sea proclamada en muchas vidas, en todos los Reinos y es por eso que reconfirmo Mi Presencia a través de tantos instrumentos que utilizo en este mundo. Por medio de cada uno de ellos, Mi Maternidad se expresa y Mi Corazón se manifiesta en la Tierra.

Pero hoy, los congregué aquí no solo para perdonarlos y para curarlos como individuos o como humanidad; los congregué en este lugar para reconsagrar sus vidas y, a través de ustedes, al mundo entero.

Como este planeta, que coloqué en Mi Altar, hoy está envuelto por Mi Manto Celeste, así también, hijos Míos, toda la consciencia planetaria hoy está amparada por Mi Inmaculado Corazón, y eso es posible porque ustedes oran Conmigo todos los días.

Hoy, vengo a instituir en sus vidas Mi Reinado de Paz, para que proclamen esta Paz y la lleven a los cuatro puntos del mundo. Yo los enviaré, hijos Míos, así vestidos con Mi Manto, a muchas naciones para que anuncien Mi Presencia no solo en las Américas, sino en todos los corazones que se abran para responder a Mi llamado. 

A través de ustedes y de todos los que responden a Mi Voz Celestial, demostraré a la humanidad que Mi Presencia es verdadera en todos los Centros Marianos, como en la esencia de cada ser.

Yo estoy, hijos Míos, dentro de cada uno de ustedes, dentro de todos los que escuchan Mi Voz, aquí como en cada Centro Mariano en donde es proclamada. 

Mi Corazón es único y se expande al mundo, todos los días, a través de cada ser orante que se vence a sí mismo; que vence, en cada segundo de sus vidas, todas las influencias de este mundo, de sus modernidades, de las energías capitales, para vivir un poco inmerso en Mi Reino, en la Paz que les traigo y que intentan mantener en sus vidas todos los días.

Hijos, les pido que frecuenten los Centros Marianos, para que fortalezcan sus corazones, para que descubran por sí mismos que estas son islas de salvación y de paz para todos los Reinos, todos los Reinos de la Naturaleza, que son Mis hijos. Y que, a partir del alimento de la fe que cada Centro Mariano le trae a sus vidas, puedan irradiar esa fe a todos Mis hijos que están en los abismos de este mundo, en los abismos de la ignorancia, de las ilusiones, de los placeres mundanos; porque no conocen, hijos Míos, la grandeza de Mi Reino, no conocen Mi Paz y viven en el caos, en la desilusión y en la desesperanza, cada segundo de sus vidas. 

Deseo que, a través de cada Hijo de María, se irradie Mi Amor a Mis hijos más perdidos.

Quiero llegar, hijos Míos, a través de ustedes, a todas las naciones de este mundo, no solo de las Américas; porque si bien Mi Reino se establecerá en América, para que aquí pueda surgir una Nueva Humanidad, quiero que todos Mis hijos de este mundo lo sepan y vivan en esa Nueva Humanidad, o que por lo menos la preparen con sus oraciones y con sus corazones.

Eso no significa que abandonaré a los demás continentes de este mundo. Por eso, quiero consagrar a la Tierra, para que muchos que tienen deudas impagables puedan alcanzar el perdón y la redención mientras aún hay tiempo. 

Quiero salvar a Mis hijos de las demás naciones de este mundo; quiero llevar Mi Perdón y Mi Paz a aquellos que nunca la conocieron, porque desde su infancia nacieron en las guerras, en la persecución y en el dolor, en el desamparo que el enemigo causa cada día en sus pequeñas vidas.

Quiero demostrarles a Mis hijos, a los más pequeñitos, que Mi Amor se expande al mundo y que puede llegar a sus pequeños corazones. 

Quiero amparar a aquellos que viven en las guerras y que no conocen el amor, aquellos que solo conocen las bombas, el terror de las armas, del desamor, para que sepan, hijos Míos, que una Madre Celestial los aguarda, que necesita que establezcan la paz aun en medio del caos. Porque este caos, hijos, se podrá expandir por el mundo para probar a los corazones, para que se confirmen ante Dios; que confirmen que, a pesar de todas las influencias del enemigo, aceptan Mi Amor, aceptan vivir los Planes de Dios, así como Mi Hijo confirmó en la Cruz que, a pesar de todo el martirio, de toda la negación, de toda la humillación que le causaron a Su Corazón Sacratísimo; Él aceptaba amar a Sus enemigos, aceptaba establecer el Plan de Su Padre y vivir el Perdón, independiente del terror y de las humillaciones que le causaron a Su Corazón.

Quiero enseñar a todos los Hijos de María, los que se consagraron y los que se consagrarán; que, a pesar de la negación, hijos Míos, y a pesar de todo el mal que este mundo les ofrece, venzan ese mal, venzan la negación y vivan el amor, como les enseñó Mi Hijo y como les enseña Mi Inmaculado Corazón, que en esta noche les sonríe, a pesar de todo el temor que viven tantos de Mis hijos en el mundo.

Hoy, les sonrío a cada uno de ustedes, porque Me alegro ante la esperanza que irradian al mundo. Recibo esa esperanza en Mis brazos y la llevo a Mis hijos más perdidos.

Quiero sonreírles a sus corazones, hijos Míos, para que también ustedes puedan irradiar una sonrisa a aquellos que no conocen la alegría y puedan demostrar al mundo que son capaces de vencer la tristeza, la desilusión y el desamor, porque conocen Mi Corazón, porque son participantes de Mi Reino y de Mi Paz en estos tiempos.

 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Extendiendo Mis brazos hacia ustedes y en consecuencia hacia el mundo, también estoy con aquellos que salieron del camino y que, por Mi Gracia eterna, retornarán.

Quisiera, hijos Míos, decirles algo importante: cuando el Libro del Cristo y de San José estén prontos, la mitad de la Obra que Yo he venido a hacer aquí con ustedes, desde hace tantos años, estará cumplida; y aún más se cumplirá cuando Norteamérica, América, África, Europa y Oceanía conozcan los libros de los Sagrados Corazones.

Ustedes, hijos Míos, serán los mediadores para eso, así como han sido los mediadores para llevar el conocimiento y la instrucción a través de los años.

Esta es una oferta que Yo les hago a la Asociación María, a la Irdin y a la Federación, que son los pilares, en este momento, de Mi Obra corredentora con Mi Amado Hijo Jesús y con todas sus almas.

Ahora, hijos Míos, preparé sus corazones para lo que Yo diré mañana. Mi última petición es que recen la oración “Acto de Consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial” ante Mi altar; y llamaré a los jóvenes que han venido aquí, a este encuentro, para cantarme en el día de mañana.

Quisiera que vinieran aquí a orar Conmigo esa oración también por todos los jóvenes del mundo.

Les agradezco, por responder a Mi llamado.

Elevándome al Cielo, los escucho llevando las súplicas al Padre Celestial por todos los que deberán ser Mis hijos consagrados, en un futuro próximo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a orar dos veces más, a pedido de Nuestra Señora, cerrando y sellando esa unión con la Santísima Trinidad:

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos ponernos de pie para orar, los jóvenes pueden aproximarse alrededor del altar, como lo pidió Nuestra Señora.

Vamos a ofrecer esta oración como María lo pidió, no solo renovando en este día nuestros votos de Hijos de María ante el Inmaculado Corazón de María, sino también por todos los jóvenes que siguen el Camino de Cristo y por los que lo deben seguir y que deben despertar como Sus apóstoles.

 

Acto de consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial

Querida Madre Celestial,
hoy me consagro a Tu Divino Corazón
y te entrego mi pequeño corazón
y mi paciente alma,
para que, en Tu Glorioso Reino de la Paz,
yo pueda encontrar fortalezas para caminar en la vida,
amor para mi consciencia,
entrega para mi donación,
perdón para el pasado,
redención para lo que aún debo trascender
y misericordia para este mundo.

Estoy unido a Ti,
Misericordiosa Madre,
en esta misión de Paz para con mis almas hermanas.

Estoy cerca de Tu Corazón,
Divina Concepción de la Trinidad.

Que Tu Voluntad invada mi alma,
para que reconozca el Llamado Divino.

Convierte mi corazón
en Tu Llama Sagrada de Paz,
para que en esta consagración
eleve al Cielo mis plegarias.

En humildad y reverencia
te pido que me escuches,
Madre de la Paz,
para que Tú,
que nos haces volver a nacer como el mañana,
Tú, que eres el Ave Mensajera,
Tú, que invades nuestros corazones con Tu Inmaculado Amor;
nos enseñes a vivir en la pureza, en la compasión
y en el amor absoluto,
que Tu Hijo, el Redentor,
nos irradia por entero.

Bendita Tú eres, Ave del Sol;
siembra en cada alma
la semilla del perdón,
para que envueltos por Tu manto de maternidad,
Tus sublimes ojos de Paz y de Amor,
iluminen el camino de renuncia
que debemos recorrer.

En Tu ejemplo
amoroso y prodigioso,
vemos surgir la humildad.

En Tu Gracia y en Tu Misericordia,
vemos la manifestación del Amor de Dios.

Guarda en Tu Corazón,
Sagrada Madre del Amor,
todas nuestras fallas,
para que en el Retorno de Tu Hijo,
podamos ver nacer al nuevo mundo.

Que el Espíritu Santo
que proviene de Ti,
Madre de la Paz,
sea el escudo que nos proteja,
como la oración que nos ampare.

Amén.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos retornar a nuestros lugares.

Canción: Himno de los Hijos de María.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto