APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LAKE SHASTINA, MONTE SHASTA, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 13

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mis amados hijos, en este día en el que se conmemora el aniversario de Mis Apariciones en Fátima, su Madre Celeste se sirve de este momento especial de las almas para poder atender, auxiliar y socorrer a los prisioneros de guerra y a los que viven la pena de muerte, un estado que aún la humanidad no consiguió trascender y curar.

Por mayor que haya sido el pecado, queridos hijos, Dios no deja de amar a Sus Criaturas y, aun corrigiéndolas y enderezándolas en Su camino de la Ley, el Padre Celestial no deja de mostrar Su Amor Misericordioso y Su Gracia.

Por eso, en este día especial, en el que todas las almas devotas y orantes encienden la llama de Luz en sus corazones, representando así el Amor de María, su Madre Celeste se sirve de este momento para atender a ese grupo de almas que es olvidado, porque son muy pocos los que oran por ellos.

Es así que Yo los despierto en consciencia a una realidad que la humanidad ya no debería vivir. Les digo esto, porque la vida que Dios les entregó es preciosa e inmaculada, es la vida que Dios les concedió a todas las criaturas y que día a día es puesta en peligro y en decadencia.

Por eso, queridos hijos, desde el nacimiento hasta la vejez, todos deben tener la oportunidad de experimentar y de aprender; porque Dios les concede, a las almas que encarnan en la Tierra, la oportunidad de evolucionar y de crecer para que lleven consigo mismas, en cada corazón, los valores espirituales de esta experiencia en la Tierra.

Por eso, hoy, su Madre Celeste viene a atender a estas almas sufridas que necesitan de la ternura y de la caricia de Dios para encontrar el camino de la redención, el camino de la paz y el camino del perdón.

Yo necesito que Me acompañen en esta tarea, porque la pena de muerte en el mundo es uno de los grandes nudos de la consciencia humana, que ata y amarra a esta civilización a un estado de sufrimiento y de pérdida.

Pero, a través de Mi Gracia, a través de Mi Amor Maternal y de Mi ternura, así como lo hice con los pecadores en la época de Jesús, la Madre de Dios se acerca a todos Sus hijos para invitarlos al tiempo de la cura y de la reconciliación, para invitarlos al tiempo de la paz.

Y eso es lo que espera Dios, para que la humanidad pueda renacer lejos de la acción de la venganza y de la impunidad, recordando que todas las almas son preciosas para Dios.

Por eso, estoy aquí para dar testimonio de esto. Esto es lo que Mi Hijo Me pide, recordarle al mundo entero que la vida es preciosa, inocente y pura; vida que ha sido tergiversada por las ideologías de estos tiempos, por las prácticas de estos tiempos, por actos muy liberales que colocan a las almas en el camino incierto, lejos de la Luz y del Amor, distantes de la Verdad.

Por eso, Yo vengo aquí a cumplir con esta aspiración del Padre Eterno; y comienzo con los Estados Unidos porque aún vive esa pena de muerte, aún vive ese acto de condenación que coloca a los corazones que se equivocaron en un camino sin salida.

Pero, ¿cómo es posible que esto suceda en un ciclo en el que muchas cosas cambiaron?

Aún sigue aconteciendo la esclavitud espiritual, que es algo que precisa ser abolido porque ni se imaginan lo que las almas sufren cuando viven esto.

Que cada Rosario, que hoy es ofrecido, transmute esta condición humana, libere estas acciones que dejan a las almas en un camino sin salida.

Necesito que sus oraciones trabajen en esto, para que la humanidad pueda renacer en el amor a la vida, a lo más precioso que Dios les entregó.

Cuando la humanidad vuelva a valorar la vida, no será necesario vivir experiencias dolorosas, sino aprendizajes que enriquezcan el espíritu y la vida a través del Proyecto que Dios creó para la humanidad, un Proyecto que aún precisa ser reparado y curado, una humanidad que necesita vivir la redención en algún momento.

Hoy, Me uno a la voz de todos los que claman a través de la oración del Rosario, especialmente a todos los que están reunidos en el Santuario de Fátima para invocar el Reino de los Cielos, a fin de que la Gracia maternal descienda y les conceda a los corazones la cura y la redención.

Yo estoy unida a ustedes y a sus hermanos, sigamos orando para reconstruir espiritualmente esta humanidad. Eso es todo lo que las Jerarquías esperan, que todos conozcan lo maravilloso que es vivir en Dios y ser parte de Su Reino.

Vuelvo a abrir el Espejo Maternal de Mi Corazón para que todos Mis hijos, especialmente los prisioneros de guerra y los que viven la pena de muerte, recuerden que como almas se pueden ver reflejadas en la Pureza y en el Amor de Dios a través del Espejo del Corazón de la Madre Celeste, en donde todos siempre encontrarán un lugar seguro y protegido para refugiarse, un lugar espiritualmente preparado para cada uno de Mis hijos.

Por eso, Yo estoy aquí; para que, en este día 13 de mayo, entren en Mi Corazón Inmaculado y, así, estén en comunión con Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Recuerden que, en este día especial, las almas se pueden ver reflejadas a través del Espejo de Mi Corazón. Allí siempre todo estará bien, allí encontrarán la felicidad de servir a Dios, aunque no les parezca, así como la Madre de Dios encontró la alegría y el júbilo de servir al Creador.

Los bendigo, bajo la Luz de los Espejos Mayores, Espejos de Amor, Luz y Unidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.