Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, repartan una rosa para cada misionero y después les diré qué es lo que Yo más quiero.
Oremos, mientras espero:
Oración a la Divina Señora
Por la Luz que derramó Tu Inmaculado Corazón
que convirtió a los corazones del mundo,
Divina Señora, ruega por nosotros.
Amén.
Esta rosa representa, queridos hijos, una oferta para el Cielo.
Y ahora, le pido a cada misionero que, con la rosa sobre su pecho, sintiéndola en su corazón, Me ofrezca en silencio esta rosa por un alma que he conocido en Medio Oriente y que necesita de Mi ayuda extraordinaria, de Mi intercesión divina. Los escucho en el silencio del corazón.
Después de esta oferta, hagamos la señal de la cruz por tres veces.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Universos sublimes, próximos a Mi Corazón, se aproximan a sus vidas, hijos misioneros, para poder rescatar a las almas que más necesitan de la ayuda de Dios.
En este momento, les pido, queridos hijos misioneros, que en el silencio de sus corazones y en la unión de sus mentes, hagan una síntesis de todo lo que vivieron; porque Dios su Señor algo le enseñó a cada uno, los renovó espiritualmente, les mostró el sufrimiento del mundo, la indignación humana, la persecución, la muerte y el caos.
Pero, Yo les mostré, hijos Míos, cómo a través del amor, el amor que practicaron sus corazones por los más sufridos, todo se puede transformar.
Que esta expansión del amor vivido por ustedes, bajo la intercesión de Mi Hijo Amado, pueda seguir siendo fecundado en sus vidas, para que se multiplique en aquellos que deben despertar al servicio superior por la humanidad.
En esta noche de Gracias, en esta noche de Misericordia y de Piedad; Mi Mensaje, queridos hijos, es de infinita gratitud celestial por su esfuerzo y su perseverancia en Mis Planes; porque eso, queridos hijos, tocó el Corazón de Dios Padre. Su Corazón se conmovió por su simple oferta de donarse, día a día, a los demás.
Han aprendido, queridos hijos, las enseñanzas de la Sagrada Familia. Cada una de esas enseñanzas, cada uno de los atributos de los Sagrados Corazones estuvieron presentes durante todos los días de la misión y, a pesar del cansancio y del dolor, Mi Corazón Inmaculado y Mis brazos maternales nunca los dejaron de abrazar porque sé, queridos hijos, que es importante para cada hijo Mío sentirse en los brazos de María.
El triunfo de Mi Corazón Inmaculado se dio en cada uno de los corazones a los que ustedes ayudaron. Una semilla de luz se sembró en esas consciencias para que ellas pudieran despertar a otras consciencias más que, escapando de la guerra y de la persecución, necesitarán encontrar la esencia de Mi Paz, sin religión y sin credo; la Paz universal del Universo Mayor y de los Universos Sublimes que deben descender, en esta hora crucial, hacia todos los corazones de la Tierra.
Pero aún la guerra no ha terminado y las decapitaciones tampoco. Aún las almas siguen sufriendo también en varios lugares del planeta. Por eso, las misiones continuarán para que la humanidad se conmueva, para que la humanidad despierte al verdadero servicio que debe prestar en estos tiempos finales.
Cada hijo Mío, cada uno de ustedes, presente en este lugar, tiene una pieza entre sus manos que proviene de su corazón para poder armar este Plan perfecto de Dios, para concretar este Proyecto Divino en esta raza aún no redimida.
Queridos hijos, ahora que ustedes Me entregaron un alma de Medio Oriente en Mis brazos, muchas más almas llegarán a sus vidas a través de las misiones, buscando ese impulso de paz que guardan sus corazones.
La verdadera misión, hijos Míos, fue realizada entre ustedes y Mi Corazón. Dios Altísimo concedió la Gracia a su Madre Celeste para que los acompañe en esta nueva misión a Turquía y a Grecia. Pero esta vez, Yo iré con San José, para que dos Corazones poderosos, como los Nuestros, puedan triunfar en muchas más almas necesitadas.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hijos Míos, muchos se preguntan por qué recibo con tanto Amor a Mis hijos misioneros; porque quiero que el mundo contemple la Gracia de Dios que desciende a la Tierra cuando un corazón puede servir de forma pura, independientemente del acto de servicio; porque no son las grandes acciones, Mis amados, lo que cuenta en la balanza celestial.
Lo que realmente equilibra las deudas de este mundo es el amor con el que los corazones sirven, el amor con el que se disponen a servir a Dios, a cumplir Su Plan, independientemente de comprenderlo o no; porque Mis hijos misioneros muchas veces no entendían cómo, con acciones tan simples, Mi Corazón rescataba tantas almas.
Pero es así, hijos Míos, porque viven otra Ley y para que comprendan el potencial del amor en el corazón humano, que comprendan, a través de las misiones humanitarias, el poder que tienen guardado en sus corazones, cuando ellos se unen al Corazón de Dios. De esta forma, despierten a la unidad absoluta con el Creador.
Que muchos más de Mis hijos en el mundo puedan despertar al espíritu misionero; que encuentren la necesidad a su lado; que sirvan a todos los que los rodean; que pierdan el miedo, hijos Míos, de estar entre los pobres, entre los desamparados de espíritu, entre aquellos que más necesitan recibir Mi Paz y la Redención que les traigo entre Mis brazos, como una Gracia concedida por Mi Hijo a los corazones del mundo.
Espero que a través de este ejemplo que hoy les traigo en este altar, con tanto amor preparado para Mí, todas las almas que Me escuchan despierten al verdadero servicio que este planeta les ofrece, que es cumplir con la misión de cada uno para que así, hijos Míos, el Plan del Creador se cumpla.
Que despierten los misioneros internos, aquellos que se disponen a servir sin horario, sin día, sin cansancio, a pesar de las debilidades del cuerpo; porque saben que Mi Corazón los sustentará y se valdrá también del esfuerzo para que superen las propias dificultades, inclusive físicas, para rescatar aún más almas.
Porque cuanto más se expande el amor en sus corazones, cuanto más se superan a sí mismos por amor al prójimo y sobre todo por amor a Dios, una puerta celestial mayor se abre en los cielos de esta Tierra para retirar de los infiernos y de los abismos del planeta a tantas almas que todavía padecen por Mi adversario.
Hijos queridos, Mi alegría es infinita y quisiera transmitirla a sus corazones. Quisiera transmitir también la gratitud que siento, para que también ustedes puedan ser agradecidos ante Dios por todo lo que el Creador les concedió a lo largo de los últimos años.
Que la gratitud, hijos Míos, los impulse a la reverencia; que la gratitud los impulse a la entrega permanente de sus vidas, a la oración constante, al servicio abnegado; porque esto espero, Mis amados, de aquellos que Me escuchan con el corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, también Mi alegría es a causa de la cesta de intenciones de los hijos de Medio Oriente que trajeron. Hoy, las irradiaré y oraré por cada una de ellas.
En este momento, unámonos a Dios, a Sus Nombres Sagrados. Cantemos al Creador Sus Nombres Sagrados.
En este momento, Mi Corazón Inmaculado eleva al Cielo a los miles que se hundieron en los mares, buscando una salida, una esperanza, una posibilidad.
En este momento, Mi Corazón Espiritual acoge a los pequeños niños de Medio Oriente, huérfanos, sin padres y sin madres, para que Dios les conceda una nueva vida.
En este momento, Mi Corazón Purísimo y Santo consuela a las madres de Medio Oriente, cansadas de tanto caminar por los desiertos con sed y hambre, buscando una nueva vida. Mi Corazón las consuela, Mi Alma las enaltece en el nombre del Señor.
En este momento, Mi Corazón Misericordioso acoge a todos los hombres enfermos, a los ancianos y jóvenes que escapan de la guerra hacia otras naciones, que no descansan, que no paran de caminar, buscando la Luz del infinito.
Todo esto es posible, hijos Míos, y fue posible por la misión a Turquía, por haber dicho sí a Mi llamado, a Mi convocatoria universal; y a pesar de que el mal aún está en el mundo y que la guerra no ha terminado, tengan certeza, hijos Míos, que Mi Inmaculado Corazón triunfará. Amén.
Ahora, llamo a los que se consagrarán como Hijos de María; porque son otra parte de Mi Obra de Redención, son parte de Mis manos, de Mis manos de trabajo y de servicio por la humanidad.
Que vengan aquí para la bendición, antes de que Yo Me eleve al Cielo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Podemos ponernos de pie.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vamos a agradecer a Dios, queridos hijos, porque sus vidas pueden conocer la paz, porque sus vidas están en este Sagrado Centro Espiritual, mientras millones de almas buscan una salida y escapan del terror.
No faltará la oportunidad, hijos Míos, que sus hermanos, los misioneros de la paz, expresen lo que han sentido en lo profundo de sus corazones; porque Dios dejó una señal evidente en cada uno de ellos, una enseñanza, una experiencia, un don que será imborrable siempre y cuando lo cuiden, así como Yo los cuido todos los días de la vida. Así, Yo cuido a todos los Hijos de María en los cuatro puntos de la Tierra.
De esta forma, queridos hijos, nos preparamos para el Encuentro de los Hijos de María, a partir de este día santo, en el que su Madre Celeste celebra esta comunión perpetua con el Altísimo, con cada uno de Sus hijos presentes en este lugar y en cualquier parte del mundo.
Los ejércitos de la Luz son los Hijos de María, estrellas de Luz presentes en la Tierra que nunca podrán apagarse. Pues en verdad les digo, hijos Míos, que cada uno vivirá su transición, su Armagedón interior, su purificación espiritual, mental y física.
No les puedo mentir, hijos Míos. Para que nazca la Nueva Raza y surja la Nueva Humanidad en el continente americano, ustedes deben ayudarme a que la Tierra entera y toda la humanidad cruce, con el mayor alivio posible, este portal hacia la Nueva Humanidad. Esa es tarea de los Hijos de María, orar por la Nueva Humanidad, orar por los Reinos de la Naturaleza, a los que nunca deben olvidar porque ellos también sufren las consecuencias del ser humano.
Por todas estas Gracias que hoy derramo, abriendo Mis brazos hacia ustedes, extendiendo Mis manos hacia cada uno de sus corazones bajo la autoridad divina que Me ha concedido el Padre del Universo; renovemos nuestros votos, digamos sí al llamado del universo, a la existencia de la vida superior y a la concreción del Plan Divino en cada uno de los corazones de la Tierra.
Ante la Presencia de Mi Hijo amado y de San José Castísimo, Yo los bendigo y los consagro como hijos de Mi Inmaculado Corazón en el nombre de Padre, de Hijo y del Espíritu Santo.
Hijos Míos, quisiera, antes de partir de este lugar, que un sacerdote Me trajera óleo para consagrar, pues deseo hacer una bendición en cada uno de los misioneros, señal luminosa de la Cruz, invencible y poderosa en estos tiempos.
Mientras tanto, queridos hijos, cántenme el “Himno de los Hijos de María” para que haga eco en Medio Oriente.
Así como Jesús lavaba los pies de Sus apóstoles y discípulos, así Yo los unjo con el aceite de vida, el aceite de la consagración, el aceite del amor y de la unidad con Dios.
Así como Yo ungí el Cuerpo de Mi Hijo cuando Él ingresó al sepulcro, preparando Su gloriosa Resurrección; así Yo santifico sus corazones y les entrego dones a sus almas para que puedan seguir adelante, trabajando en el nombre de la fe.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Mientras Me elevo, canten el “Himno de los Hijos de María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, con alegría, preparo Mi llegada a Aurora en el próximo mes, y esto ha sido posible, a lo largo de los meses, por la oración, por la oración de todos Mis queridos hijos.
Por eso, hoy, queridos hijos, estoy trayendo al mundo el estandarte de Mi Paz, la victoria de la Luz sobre la Tierra, para que haya más tiempo de paz entre las almas y entre los corazones.
Por eso, queridos hijos, continúen con su purificación, que su purificación sea causa de alegría y de liberación; para que el próximo mes sus corazones ya se sientan libres, para que una nueva semilla de Luz pueda ser sembrada en ustedes.
Queridos hijos, como la Madre del Cielo, hoy les traigo la presencia de todo el universo. Las estrellas están atentas a la humanidad cuando responde verdaderamente y con amor.
Así, poco a poco, queridos hijos, a través de Mi Corazón los conduciré a las nuevas Leyes, porque aspiro, hijos Míos, a que puedan vivir en la Ley, a que sea la Ley manifestada sobre la faz de la Tierra, para que se cumpla la Voluntad de Dios.
Queridos hijos, hoy también les traigo Mi Inmaculado Corazón, algo importantísimo para sus vidas, sus esencias y sus espíritus, porque allí debe residir Dios. Él debe tener Su morada, Su morada predilecta para que pueda cumplir Su Plan con todas Sus criaturas.
Hoy, queridos hijos, les podría decir que, ante los acontecimientos del mundo, principalmente por los frutos que están generando los grupos de oración, los destinos están cambiando para bien de todos; pero aún es necesario hacer mucho más, hijos Míos, el Señor necesita de su sacrificio y humildad para que se cumpla el Plan en este tiempo tan definitivo.
Tanto el ayuno como la oración, el servicio y el amor entre hermanos son frutos que generan la vivencia de la Ley. La posibilidad de que ustedes, hijos Míos, vivan en la Luz de las Leyes es algo desconocido para ustedes, Mis pequeños, pero todo se puede sentir a través de la oración; es algo que se construye, poco a poco, dentro de ustedes como quien construye una nueva casa. Cada pequeño esfuerzo es importante, así lo será también, hijos Míos, cuando el esfuerzo sea hecho por todos con la fe de cumplir el Propósito.
Cuando hoy les anuncio sobre Aurora es porque el próximo mes será importante para sus almas, se cumplen 6 años de Mi Presencia entre ustedes, y muchos años más se cumplirán si continúan por ese camino de confianza a Mi Corazón.
Queridos hijos, sepan que yo estoy con cada uno de ustedes, acompañando el paso a paso de los grupos de oración. Por eso, Aurora fue escogida para que Yo descendiera desde el Cielo y trajera el Mensaje de conversión y redención.
Para el próximo mes, queridos hijos, deberán hacer una síntesis espiritual para que puedan ver con claridad y sabiduría todas las Gracias que Yo les he derramado desde Mi Espíritu. Por eso, es importante meditar en la oración, queridos hijos, con el corazón colocado ante Dios, así podrán comprender todo lo que Yo les digo.
Y hoy, les estoy mostrando más frutos, hijos Míos; los frutos de los grupos de oración de la Red-Luz: la paz y la oración, la cura y el servicio, las nuevas enseñanzas para la humanidad.
Mi Hijo también está en todo esto, queridos hijos. Por eso, Él Me envía cada mes, preparándolos desde el corazón, porque también Mi aspiración, queridos hijos, es que puedan percibir la Llegada del Redentor.
Por eso, la oración será su fortaleza y Mi Corazón Inmaculado será su Templo, en donde el mal no podrá entrar, queridos hijos, porque quien vive en la oración y en el ayuno se esfuerza por orar y ayunar, y el enemigo no lo atacará porque estará amparado por las Leyes Celestiales y su espíritu llegará al Cielo y, una vez más, se cumplirá Mi promesa de que todos Mis queridos hijos vivan en la gloria del Paraíso.
Ustedes deberían aspirar, queridos hijos, a conocer ese Paraíso, ese espacio en donde Dios está presente todo el tiempo; aun así, Él envía a Su Mensajera Fiel para convertir a la Tierra en el Nuevo Paraíso, en el Génesis que Él creó y que se fue perdiendo a lo largo de los tiempos por los pecados de la humanidad.
Pero, queridos hijos, Yo les traigo el bálsamo de Mi Misericordia. Aún la Fuente está abierta para todos, no estén ciegos ante esta Fuente, esta Agua de Vida quiere lavarlos y cerrar sus heridas profundas; pero todo dependerá de ustedes, queridos hijos, de que puedan permitir que la Ley del Señor, la Ley de Su Misericordia, actúe en sus vidas.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, como nada está separado en el Corazón de Dios, el Señor les propone un nuevo despertar a sus consciencias porque, en este mes de agosto, recibirán un impulso del despertar de la Nueva Aurora, para que también la consciencia profunda de sus seres pueda estar despierta.
El Señor aspira a que, a partir de este mes de agosto, un nuevo ciclo se inicie en sus vidas, en la vida en todo el planeta. Una profundización de Mi tarea mariana se dará en toda la Tierra, así como también en Mis grupos de oración.
Por eso, hoy vengo desde los Cielos a prepararlos, a pedirles que sean persistentes, fieles al Propósito Divino, que no teman purificar lo profundo de sus corazones ni tampoco percibir las miserias que viven en su interior, porque una purificación es necesaria para que luego puedan dar un nuevo paso.
Si le dan permiso al Corazón de Dios, Su Mano ingresará en sus corazones para transformarlos, para que puedan ver lo que no está bien dentro de cada uno de ustedes y, si se ofertan a Dios, Él siempre los ayudará.
Hoy, vengo a preparar a Mis grupos marianos para que, a través de la oración, maduren el amor al Corazón de Cristo.
Profundicen la vivencia del Evangelio para que, en el momento en que Nuestro Señor lo indique, sus corazones estén prontos para vivir un apostolado de Misericordia; para caminar, de dos en dos, por el mundo, cargando Mi Mensaje de Paz en sus corazones, despertando nuevas células de amor en el corazón de los hombres, moléculas crísticas que duermen en la humanidad.
Hijos Míos, preparen lo profundo de sus seres para que, en humildad, puedan vivir el nuevo ciclo; para que puedan despertar realmente al servicio, a la cura del corazón y del espíritu, a la oración de amor por las almas.
Hijos Míos, de esta forma les digo que con alegría deben recibir este nuevo ciclo, que con amor deben permitir que el universo ingrese en sus vidas, en sus hogares, que lo desconocido brote en sus corazones y que puedan conocer misterios que hasta hoy no fueron revelados a la humanidad, pero que ya es el tiempo de que sus corazones los conozcan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, con el Corazón en lo Alto, hoy también les digo que seré la primera Discípula de la Maratón de la Divina Misericordia, para orar por toda la humanidad, por los Reinos, por toda la consciencia del mundo.
Queridos hijos, los invito a los desafíos de vivir en la oración, el encuentro perfecto con Dios.
Les agradezco también, queridos hijos, a los grupos de Nicaragua por estar contemplando constantemente Mi Inmaculado Corazón.
Hoy también, les digo, queridos hijos, que Mi Corazón aspira a visitar pronto por segunda vez esa amada casa, el corazón de toda América.
¡Les agradezco!
Suenan treinta y tres campanadas.
Queridos hijos, mientras Yo Me elevo, contemplen en silencio a todas las almas que Yo elevó al Cielo y que llevo en Mi Corazón. Este es el motivo de las campanadas.
Recuerden, queridos hijos, que cada vez que Me despido de ustedes, muchas almas son llevadas desde la Tierra para que alcancen la Luz y la Paz. Este es uno de los frutos de su oración.
Vayan en Paz, vayan en Jesús, vayan en Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “María, haz de mí”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Queremos relatarles a los hermanos el momento importante de la Aparición de hoy, porque nuestra Madre vino vestida con un Manto azul marino, un Manto que se extendía más allá de donde Ella se encontraba. Era un Manto que envolvía a todo el planeta, que protegía a todos los puntos de la Tierra.
Entonces, mientras nosotros la veíamos aquí, Ella estaba también sobre el mundo, contemplándolo y, durante un momento de la Aparición, Ella también nos mostraba Su Inmaculado Corazón. Esta vez, Su Inmaculado Corazón no tenía espinas, sino Amor y Luz que Ella derramaba, sobre todo, sobre nosotros. Y Ella irradiaba también ese Amor y esa Luz a todo el planeta.
Pero lo más intenso que vivimos hoy, a través de la Aparición, fue cómo nuestra Madre, como una Madre, hablaba con Amor de todos los grupos de oración; aquellos que ya están formados, que persisten en responder a Su llamado y aquellos nuevos grupos que están naciendo a través de la tarea de la Red-Luz.
Entonces hoy, Nuestra Señora nos mostró cómo Ella también estaba en cada uno de los grupos de oración. Ella nos decía que se manifestaba en cada uno de esos grupos, según como Sus hijos la comprendían y la amaban. Pero algo importante que nos dijo es que Ella es la misma para todos. También nos dijo que estaba acompañando a cada uno de esos grupos, en los pequeños detalles, en los movimientos de cada uno de ellos.
En este día, volvió a nombrar a los grupos que están en Brasil, en Venezuela, en Centroamérica, en Estados Unidos, a todos los grupos. Ella nos mostraba cómo esa red de Luz se estaba encendiendo, poco a poco.
Hoy, entendimos, según nos dijo Nuestra Señora, que una parte del destino de esta humanidad que estaba previsto, cambió a través de las oraciones que fueron siendo generadas a lo largo de estos meses y, de esta forma, Ella nos explicó que la síntesis de todo ese trabajo sucederá en el mes de agosto.
Y también nos explicó, nuestra Madre, que no veamos solo un simple encuentro de oración, sino que podamos verlo a partir de este momento como algo espiritual.
Ella quiere que veamos este próximo encuentro en agosto como algo del Espíritu de Dios, que Ella llamó un Fruto de Dios y también nos dijo que fue formado, que fue gestado, poco a poco. Por eso, Ella nos invitó a prepararnos desde nuestro corazón y desde nuestra consciencia.
Y el último fruto que Ella nos reveló y que todos pudieron escuchar, como Ella lo llamó, fue la oportunidad que recibió, como Mediadora, de recorrer algunas partes de las Américas. Pero, a partir de ahora, dijo Nuestra Señora, que para que eso suceda nos invitaba a que no solo fuera por la oración de todos, sino que nos invitaba a que fuera por el esfuerzo de todos y que eso sí lo podríamos ver.
Esa misión que Ella tendrá muy pronto será por la ayuda de todos y que lo podremos ver desde el espíritu es algo que nos repitió durante la Aparición de hoy. Si viéramos Sus misiones, Sus tareas, Sus pedidos desde el espíritu, nos dijo nuestra Madre que podríamos comprender mejor la finalidad de todas las cosas.
Hoy, sentimos en la Aparición, el espíritu de gratitud de nuestra Madre, algo que no se puede explicar, pero que era muy fuerte.
Hermana Lucía de Jesús:
En el final de la Aparición, María irradiaba mucha alegría y, en el momento en que tocábamos la campana, Ella decía que estaba decretando, haciendo un decreto de paz. Y Ella habló así:
“En este momento, en el que decreto la paz, quiero que todos Mis grupos se preparen para auxiliarme a llenar Mi barca de salvación, porque el Propósito de Dios se cumplirá”.
Y con eso, Ella nos explicaba que a través de los grupos de oración, a través de los nuevos apóstoles de Cristo, como los nombró, iba a despertar a Sus hijos para que pudieran subir a esa barca que los llevaba al Reino de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Recordé una orientación que nuestra Madre nos pidió que también les transmitiéramos sobre la Maratón de la Divina Misericordia.
Como ustedes escucharon, Ella dijo que era la primera participante de esa Maratón y que estaría entre sus hijos, orando. En verdad, Ella afirmó que va a estar entre Sus hijos, orando; y que todos, si se abren, la podrían sentir.
Entonces, Ella nos orientó lo siguiente para todos los grupos de oración, los que participen presencialmente de esa Maratón o los que participen desde sus hogares. Ella nos dijo que era importante que la Maratón de la Divina Misericordia fuera realizada en tres idiomas, en español, portugués e inglés. Y Ella invitó a que, a través de la inscripción, Sus propios peregrinos guíen la Coronilla de la Divina Misericordia durante esos dos días.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más