APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Siempre retornaré al mundo por una causa de bien y de perdón, porque deseo ardientemente que todos Mis hijos se reconcilien con el Padre Celestial. Él, desde Su Fuente suprema, tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia el mundo. Su Corazón impulsa a todos por medio del Amor, Su Corazón se enciende en Compasión y en Misericordia.

No crean, hijos Míos, que todo lo que sucede en el mundo es por causa de un castigo divino, lo que hoy sucede en la humanidad es por causa de la indiferencia y de la omisión de la Ley que muchos hijos Míos han realizado en estos tiempos.

Por eso, Yo los invito a retornar al Corazón de Dios, porque en el Corazón de Dios comprenderán todas las cosas. Yo los invito, una y otra vez, de forma incansable, a volver su mirada hacia Dios.

Dios aguarda a cada uno de ustedes, Sus hijos, los aguarda para poder abrazarlos y consolarlos, los aguarda para poder impulsarlos a través del Espíritu Santo. Hijos amados, Su universo está tan lleno de Gracias y de Misericordias, que ya no caben en el Corazón de los Mensajeros Divinos.

Precisamos derramar sobre el mundo el Perdón y la Misericordia de Dios, pero aún son muy pocos corazones que se abren para poder amar ese misterio, para poder recibir en su vida todas las Gracias de Nuestro Creador.

Él está esperando en este momento, así como esperó que el pueblo en el desierto pudiera alcanzar la Tierra Prometida. La Nueva Tierra que llegará es la Tierra de la Nueva Humanidad. Yo los invito, hijos Míos, a que conscientemente se postulen para eso, permitan que sus almas caminen hacia esa aspiración y hacia ese propósito. Así, muchas situaciones serán aliviadas, muchas catástrofes serán evitadas, el sufrimiento será disuelto en los corazones si tan solo las almas se vuelven hacia Dios.

Vengo a repetir un Mensaje semejante al que una vez entregué en Fátima. Hoy, Mi Corazón viene a implorarles, hijos Míos, que ya no sufran más, que ya no vivan más en el caos, en la adversidad o en la batalla.

Hijos Míos, ríndanse, vuélvanse hacia Dios. Él espera sentir sus corazones y almas muy cerca, tan cerca que cada uno de ustedes pueda ser invadido y colmado por el Amor de Dios. El Padre Eterno creó su humanidad para que siempre vivieran dentro de Su Ley del Amor y de la Unidad.

Hijos amados, miren hacia su alrededor, vean cómo está el mundo, miren cómo están los Reinos de la Naturaleza, miren cómo están los pueblos y las naciones en este momento. ¿Cómo es que llegará la cura de esta pandemia si los corazones no se vuelven hacia Dios y abandonan al dios de las modernidades, de las tendencias o hasta aun, el dios creado del aborto?

Hijos amados, Yo les ofrezco Mi Vientre de Luz universal para que pueda gestar los nuevos Atributos del Padre Eterno en ustedes, les digo de los nuevos Atributos porque muchos ya los perdieron.

Deseo que, a través de Mi Corazón materno, por medio de los rayos de Mi Corazón, pueda entregarle al mundo los mismos atributos y virtudes que recibió el antiguo pueblo de Israel.

Hijos Míos, no se olviden de que ustedes son parte de las tribus de Israel, porque algún día todo retornará a su origen y muchos de Mis hijos, que hoy se postulan para la Nueva Tierra, tendrán la Gracia de ser partícipes de la experiencia próxima del Reino de Dios, de una experiencia viva y no mental.

Yo les pido, hijos amados, que se sirvan de Mi Inmaculado Corazón, Mi Corazón es el puente que siempre los llevará a Dios.

¡Cuánto sufrimiento veo en este mundo!

¡Cuánto dolor padezco cerca de cada uno de Mis hijos del mundo entero!

¿Quién Me acompañará en esta batalla?

¿Quién elevará hacia lo alto la antorcha de Cristo?, para que las tinieblas de este mundo sean disipadas y las almas ya no sean más abducidas por los infiernos de la Tierra.

Hijos amados, no tengan miedo, pero este es el tiempo del Armagedón. Abran sus ojos y erradiquen de ustedes toda indiferencia. Que sus corazones sean inundados por el Amor de Dios, porque así los ángeles del Padre descenderán más hacia la Tierra y auxiliarán en las causas y situaciones imposibles.

Yo les dije una vez que soy su Abogada Celestial. ¿Ustedes creen en eso, hijos Míos?

Después de más de treinta y seis años en Medjugorje, sigo aquí en Sudamérica y, desde aquí, le entrego a todo el mundo Mi Mensaje de Amor y de súplica para todos los corazones que aún necesitan ser transformados por la oración.

Superen las barreras que se han impuesto, trasciendan los límites que se colocaron y cierren las puertas al mal. En su donación está la clave del fortalecimiento de la llama de su fe. En su caridad está la clave que los librará de ustedes mismos para siempre.

Cuantos más hijos Míos sirvan en el mundo, mayores serán las Gracias que descenderán a la Tierra, a los que están sumergidos en el sufrimiento, en las guerras y hasta en la maldición.

Pero Yo vengo del Cielo, en este momento, trayéndoles a todos el Reino de Dios, reconsagrando sus corazones en cada nuevo encuentro.

Yo les dije, en el mes anterior, que agosto es un mes de renuncias y de pequeños sacrificios. Aún son insuficientes las ofertas que Me están llegando. No necesito de grandes sacrificios, necesito de pequeños sacrificios hechos por amor, que retiren sus corazones y vidas de la comodidad o hasta de la misma rutina.

Hijos amados, si no nos unimos, no seremos fuertes en Cristo; pero si nos unimos de verdad, juntos venceremos en esta transición planetaria. La verdadera transformación se dará en sus corazones, en sus vidas.

Delante de Mi Corazón maternal, aún contemplo todas las necesidades del mundo, especialmente las necesidades de las almas, porque muchas de ellas tienen sed de Dios, sed de Amor y sed de Paz.

Ahora, es el tiempo de que Mis ejércitos orantes estén enteros y disponibles para esta batalla. Recuerden que muchos de ustedes están debajo de Mi Manto, Yo los vuelvo invisibles e imperceptibles por medio del poder de la oración del corazón.

Que sus plegarias se expandan, que sus plegarias aumenten hasta que consigan sentir que están tocando el Cielo de Dios, hasta que tengan la absoluta certeza de ya aprendieron a sentir el Corazón de Dios. Hijos amados, es tan simple que muchos no lo hacen.

Yo los invito, por medio de este Mensaje, a renovarse en el compromiso de la oración; en esta escuela orante, que Yo les ofrezco a través de los tiempos, tienen la Gracia de subir los escalones hasta poder alcanzar el Cielo, por medio de las experiencias de los grados de amor.

Hoy, vengo como una Madre que suplica. Hoy, vengo como una Madre que implora. Vengo como la Madre que los ama en la perfección que Dios ha colocado en cada corazón.

En su donación, superarán los límites de la consciencia y, superando esos límites materiales y mentales, sabrán ayudar, hijos Míos, a los que más lo necesitan, a los que se bloquearán a sí mismos en este tiempo de transición.  

Pero tengan presente algo, la cura y la redención están disponibles para todos, confíen en ese misterio que Cristo ha entregado en la Cruz, derramando Agua y Sangre de Su Corazón para poder purificar a todo el planeta, a todas las consciencias y, más aún, a todo el universo.

Siempre que lo necesiten, retornen al misterio del Amor de Mi Hijo. Su Corazón también está abierto y expuesto para todos por medio del sagrado misterio del Sacramento de la Eucaristía; cuanto más amen la Eucaristía, más se librarán de todas las dificultades y problemas, porque la Luz de Cristo siempre será invencible. Y aun los que comulgan de forma espiritual en este momento, y que no pueden recibir la Sagrada Eucaristía, que no se aflijan.

Por medio de este portal de la Misericordia de Nuestros Sagrados Corazones, Dios ha concedido la Gracia y también la indulgencia para que los corazones que participen de la comunión espiritual por medio de esta Obra, siempre estén protegidos y amparados por Nuestros Corazones, a pesar de lo que vivan o de lo que transiten. Solo les pido que la sagrada Comunión Espiritual, que es ofrecida con esfuerzo y esmero, no sea un momento más, no sea un pasaje más, sino el momento más importante del día, en el que sus corazones estarán delante de Cristo para recibir Su Amor, el Amor que siempre los fortalecerá y los salvará.

Hoy, a Mis pies, también recibo todas las intenciones que escriben para esta Obra, como también las intenciones de los corazones que a través de los últimos años se adhirieron a la Obra de los Mensajeros Divinos y que, en sus familias y naciones, viven problemas difíciles. Hijos amados, ofrezcan esas experiencias como una gran renuncia de sus corazones, pero también como un gran sacrificio de amor por Mi Hijo. Sepan que yo estoy al lado de cada uno de los que Me necesitan. Estoy caminando a su lado, Yo soy su Madre y siempre los ayudaré, porque Mi Amor aún deberá ser descubierto por ustedes.

Solo cuando amen el misterio que hoy les traigo; solo cuando amen los Mensajes que Yo les he revelado a través de los tiempos, no solo aquí, sino también en otras Apariciones del mundo; les aseguro, Mis amados hijos, que conocerán el Amor de María, un Amor incansable, un Amor paciente y renovador, un Amor de Madre que acepta, que no juzga, que acoge, que cura, que sana, que comprende y que acompaña. Ese es el Amor que espero de cada uno de Mis hijos, especialmente de las madres de la Tierra que sufren en estos tiempos el calvario de sus hijos, la incomprensión de los corazones, la pérdida de las almas en todo lo que hoy les ofrece este mundo.

Pero Yo invito a todas las madres de la Tierra a unirse a Mi Espíritu maternal, porque en este momento y en este tiempo, Mis queridas madres, hay muchos hijos que acoger, hay muchos hijos que adoptar espiritualmente. A través del corazón de cada madre de la Tierra, Yo siempre lo transformaré todo y fortaleceré a los discípulos de Cristo, soy la Madre de la cruz de esta humanidad.

En este trece de agosto, Mi Corazón cierra un ciclo en este lugar, para comenzar un ciclo más amplio y profundo, espiritualmente en Europa; y aspiro a que esto también sea posible en Asia y Oceanía, que después de las Apariciones de Akita todos esos pueblos esperan Mi llegada y Mi retorno.

Me encaminaré en una tarea desafiante, sostenida por cada uno de Mis hijos por medio de la fidelidad en la oración del corazón y, aún más, en la fidelidad en la Sagrada Comunión con Mi Hijo.

Para que este ciclo sea bendecido, vengo a celebrar extraordinariamente la Eucaristía, en compañía de los ángeles de la transubstanciación de la Iglesia Celestial de Cristo.

Y, antes de pasar a ese momento, quiero agradecer a todos los que se mantienen firmes y fieles a la Obra de los Sagrados Corazones y a los que se animan, día a día, a ofrecer sus experiencias o hasta su propia purificación por el triunfo del Plan de Mi Hijo. Y también, quiero agradecer que el Reino de Aurora haya abierto las puertas a Mi llegada, para que la Madre de Dios, en esta nueva etapa, llegue con Su Mensaje a más lugares del mundo, a lugares más lejanos de la Tierra a donde con muy pocos llegaré, pero seré acompañada fielmente por cada uno de ustedes a distancia.

Después de este ocho de agosto, han ingresado en la escuela de la unidad interna, en donde no existe separación, límites ni fronteras; en donde solo existe la unidad y la omnipresencia entre los corazones.

Para terminar, después del ejercicio de la Comunión Espiritual que ahora celebraremos, quiero que el coral ofrezca a Mi Corazón maternal el Ave María de Gómez, como una súplica que deberá resonar en este universo y, principalmente, en todos los corazones.

Que este Mensaje resuene por mucho tiempo, hasta que cada una de las almas comprenda y entienda lo que Yo necesito para este Plan de Salvación.

Ofrezcamos a Mi Hijo este momento, que Él los unja con Su Luz espiritual y que el espíritu del apostolado y de la misión se fortalezca en todos los que se ofrecen para vivirlo fielmente. Y que este espíritu de apostolado y de misión se multiplique en los que deben autoconvocarse para esta sagrada tarea.

Celebremos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Señor Jesús, en Presencia de Tu Madre Celestial, Te pedimos que recibas este Sacramento, que aceptes esta oferta de cada corazón que cree en Ti y que vive por Ti.

Te pedimos, Jesús, que santifiques este Altar, pero que también santifiques nuestra vida, para que podamos ser el ejemplo que Tú esperas, en la humildad de la vida, en la simplicidad del corazón; junto a todos Tus ángeles de la transubstanciación, elevamos este sacrifico del Altar, no solo para recordar la Pasión que tu viviste por nosotros, sino también para dar honor y gloria a Tu legado, a Tu legado de Amor y Redención.

Nos despojamos, nos vaciamos y nos entregamos, Señor, a los pies de Tu Iglesia Celestial, para que Tú, Rey del Universo, Señor de los Señores, Maestro entre los Maestros, seas quien celebre este momento junto con nosotros, por medio de la fuerza y el poder de Tu Corazón misericordioso. Amén.  

A pedido de Nuestra Señora, reconocemos nuestras faltas en el silencio del corazón y las reparamos por medio del don del perdón que brota del Corazón de Dios.

Y así, ofrecemos este momento por la sagrada tarea, por el Sagrado Propósito de Nuestra Señora para toda Europa y Asia, como también para África.

En la noche que Jesús iba a ser entregado, reunió a Sus apóstoles para ofrecerles el mayor testimonio de Su Amor, por medio del pan y del vino transubstanciados. Fue así, que Cristo tomó entre Sus Manos el pan y, elevándolo a Dios, lo ofreció en sacrificio y en entrega, pidiéndole al Padre Eterno que fuera transubstanciado en Su Cuerpo.

Enseguida, Jesús lo partió, y ofreciéndolo a Sus compañeros, Él les dijo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén. 

Adoramos y reconocemos el Sagrado Cuerpo de Cristo.

Antes de terminar la Cena, antes de partir hacia el Huerto Getsemaní, en donde confirmaría Su entrega delante del Padre Eterno, con la dulzura de Su Corazón y la compasión de Su mirada, Jesús tomó entre Sus Manos el Cáliz, lo elevó y lo ofreció al Padre para que fuera transubstanciado en Su Sangre.

Enseguida, Él lo pasó a Sus compañeros diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por Su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén. 

Adoramos y reconocemos la preciosa Sangre de Cristo, junto a los ángeles de la transubstanciación.

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices los que se autoconvocan para servirse de este Sacramento, porque Cristo nos ha prometido la vida eterna.

Oración: Padre Nuestro. 

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra e ingrese en cada corazón.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, 
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

En este momento, hermanos, unidos a cada hermano del planeta que participa este sagrado encuentro con Nuestra Señora, ofrecemos y anunciamos la Comunión Espiritual.   

Oremos:

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente 
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, 
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
 presente en todos los sagrarios de la Tierra,
 en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias 
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

 

Hijos, todo ya ha sido consumado.

Ahora y siempre, les agradezco por responder a Mi llamado.

Los bendigo, bajo la Luz de Cristo, que los fortalece y los anima a seguir adelante, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y cerramos este encuentro, respondiendo al pedido de Nuestra Madre, escuchando el “Ave María”.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO 

El mundo necesita encontrar el Amor para salir definitivamente del sufrimiento.

Esto es lo único que espero: ver corazones que aman, corazones que viven por amor lo que Yo vivo por ustedes, aunque esté en los Cielos.

Hoy vengo a su encuentro para recordarles esta regla primera; porque los corazones que están desesperados, rendidos y entregados al sufrimiento y al dolor del mundo pierden la esperanza día a día.

Pero no olviden que por encima de todo está Mi Amor, un Amor que los fortalece para las pruebas, un Amor que los lleva al vacío, al encuentro predilecto con el Creador.

Ustedes, seres de la superficie de la Tierra, vienen de una Fuente de Amor, pero también de una Fuente de Sabiduría. No permitan que el Amor se apague en sus corazones, no permitan que la llama del Amor deje de arder dentro de ustedes, porque aquí está Mi Corazón que fue traspasado para que ustedes, en este tiempo, encontraran la Fuente verdadera del Amor.

Es este Amor de Mi Corazón que los convoca a amar y a servir, el Amor que reconstruirá a las familias del mundo.

Es el Amor que Yo los llamo a vivir, el que permitirá, en este ciclo, dar alivio a los que sufren y a los que emigran de sus naciones.

Hoy, sobre las palmas de Mis Manos, les traigo el Sagrado Corazón del Amor como una llama ardiente y divina que viene a ofrecerse por el mundo para poder sanarlo y convertirlo.

Ustedes saben que nunca les pediré nada que no Me puedan dar. Yo les pediré lo más simple, pero lo más verdadero, les pediré aquello que algún día les hará comprender absolutamente el Plan de Dios.

Hoy, a Mis Pies, contemplo y observo las grandes necesidades del mundo, las súplicas de los corazones por sí mismos y por sus familias, por sus naciones y por sus pueblos, necesidades que intento suplir una a una.

Pero ustedes, compañeros Míos, ¿se decidirán a ser el puente hacia Mi Sagrado Corazón?, esos puentes que se pueden extender en el mundo por medio del amor y del servicio incansable que ustedes le pueden dar a Mi Sagrado Corazón.

En este bendito mes del Sagrado Corazón de Jesús, Yo vengo a recordarles esto, porque la mayoría lo está olvidando fácilmente.

Sabemos que el mundo no está preparado para enfrentar lo que hoy vive. Pero desde los tiempos más remotos, cuando Yo estuve en la Tierra, les enseñé la regla primera del Amor, porque es la esencia pero también es la base de toda su vida espiritual y humana.

¿Cómo entenderán al que sufre, si no aman?

¿Cómo soportarán al mal, si no aman?

¿Cómo ampliarán su consciencia, si no aman?

Yo vengo a enseñarles primero el Amor en lo más simple, en lo más profundo pero en lo más verdadero, en lo que nadie puede ver ni percibir.

Es en ese Amor en el que necesito que hoy trabajen; en el Amor que se entrega sin condiciones, en el Amor que se entrega sin aspiraciones, en el Amor silencioso que no es percibido, en el Amor que siempre dice sí.

Por medio de Mi Mensaje, les derramo los Rayos de Mi Misericordia e ilumino a toda la Tierra para que las fuerzas que la aprisionan, que la condenan y la perturban sean disueltas por Mi Luz.

Reciban esta Gracia de Mi Corazón, la Luz de los Rayos de Mi Misericordia, para que la humanidad se cure y se redima, para que se alcance la paz y el fin de las guerras como también de todos los conflictos humanitarios.

Lleven esa Luz hacia el corazón y comulguen de Mi Sagrado Corazón para que se cumpla Mi gran Promesa ante el Padre, de que esta Tierra sea repoblada de Nuevos Cristos, de los que irán hasta el final diciendo sí.

Que sus corazones y mentes se vacíen en este momento, para que el gran misterio del Amor de Dios se revele a los corazones simples y humildes, a los que han despojado de su vida las tentaciones del mundo y toda distracción.

Hoy, deseo que contemplen Mi Corazón resucitado, el Corazón Eucarístico del Hijo de Dios, que como un Sagrario abre sus puertas al mundo para que todos puedan contemplar la Verdad, la Verdad que está más allá de todo mal y de toda adversidad, la Verdad que los llevará a la paz y a la unión perpetua con Mi Corazón Eucarístico.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor está mostrando, en este momento, de un forma clara y nítida, Su Sagrado Corazón con tres llamas de fuego que representan al Amor, a la Compasión y a la Luz; que, a través de un gesto de Amor paternal, Él ofrece Su Corazón al mundo, para que las almas más sedientas del Amor consolador de Jesús se reconsagren ante Su Presencia misericordiosa. En el silencio de Sus Palabras, Él ofrece este, Su Corazón.

Ahora, volvió a guardar Su Corazón en Su Pecho, pero Su Corazón aún está expuesto.

 

Para aquellos que tienen dudas, Yo retornaré.

Para aquellos que han perdido la fe, Yo retornaré.

Para aquellos que ya no creen en Mí, por ellos, Yo retornaré.

Para los que viven en el sufrimiento, Yo retornaré.

Para los que han muerto injustamente, Yo retornaré.

Y a todos resucitaré en espíritu, mente y cuerpo, para que estén Conmigo en Mi Reino, cumpliendo la promesa de una Nueva Humanidad, libre de las cadenas de la opresión, de la tristeza y de la angustia; una humanidad que será renovada por el Sagrado Espíritu de la Voluntad suprema de Dios.

Sobre el Altar de Mi Iglesia Celestial, tengo cientos de Cálices para ser entregados a las almas que se ofrezcan a beber de la Divina Sangre del sacrificio; a fin de que, por medio de la entrega y de la renuncia, reparen el Corazón del Hijo de Dios de los graves ultrajes que Él recibe diariamente, por todas las situaciones que hoy vive el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor está mostrando Su Altar en la Iglesia Celestial, con ciento treinta y tres Cálices que guardan Su preciosa Sangre, la Sangre de la Transubstanciación. Él nos ofrece estos Cálices para que, espiritualmente, sean bebidos por nuestras almas, para los que se ofrezcan en consciencia y con discernimiento a asumir lo que hoy Él nos ofrece, como servicio espiritual y humano.

Para esto, los ángeles que rodean al Sagrado Corazón de Jesús, en este momento, toman los Cálices del Altar para llevarlos a las almas que los han aceptado, en los cuatro puntos de la Tierra.

Aquellos, que se ofrecieron a asumir un sacrificio especial, beban de ese Cáliz que los ángeles hoy nos ofrecen.

 

Mi noble Corazón quiere transformarlos en algo nuevo, en algo que desconocen, en algo en lo que no pueden tener control ni el más mínimo poder para poder cambiarlo.

Por eso, después de este Sacramento del Sagrado Cáliz, que algunos se ofrecieron a beber sin saber lo que eso significa ni lo que representa en sus vidas; Yo les pregunto, compañeros, ¿se decidieron a venir a vivir a Mi Corazón y a acompañarme en esta tarea planetaria, en este rescate silencioso e imperceptible de toda la humanidad, sea en las llanuras o en los valles, en los desiertos o en los océanos, en cualquier lugar del mundo?

¿Sus corazones están prontos?

¿Han meditado en lo que les dije en la última Sagrada Semana?

Mis Palabras no solo pueden quedar registradas; Mis Palabras deben ser vividas por cada uno de ustedes, porque cuando vivan Mi Mensaje, comprenderán la razón de estar aquí y la razón de vivir por Mí.

Eso es todo lo que hoy quiero decirles, porque necesito que, algún día, comprendan el misterio de Mi Amor y la razón de venir a su encuentro para instruirlos pero también para impulsarlos, porque quien está en Mí no perecerá, aunque pase su prueba más dura y difícil.

A las almas que aún no se animaron, las invito a vivir en Mi Corazón, a entrar en la escuela de Mi Amor eterno.

Antes de dejarlos con la solemnidad de la Sagrada Eucaristía, la cual volverá a palpitar a través del corazón de Aurora, en donde esa celebración estará siendo ofrecida para todos, quiero despedirme escuchando una canción que ayuda en su reconsagración a Mi Sagrado Corazón.

La oración al Sagrado Corazón de Jesús, hoy la ofrecerán con una solemne canción para que la alianza de las almas Conmigo sea más profunda y todo sea renovado.

Al final de la sagrada celebración eucarística, realizarán su síntesis de este trabajo de los impulsos de Mi Corazón misericordioso, por medio de una segunda canción que cerrará el ejercicio de todo este Mensaje que hoy, por Amor, les he traído.

Para eso, cantarán, al final de esta transmisión, “Corazón traspasado".

Escucho la canción al Sagrado Corazón de Jesús, y Yo los bendigo para que se levanten de donde han caído, para que siempre encuentren la paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Le ha llegado la hora a cada uno de ustedes, el gran momento de cargar Conmigo la cruz de la humanidad. Pero para que eso sea posible, he venido a entregarles nuevamente el mayor tesoro espiritual para toda la humanidad: la Eucaristía.

Y así, vengo a renovar su apostolado en este día, para que ustedes y sus hermanos den continuidad a la historia que Dios está escribiendo con Su propia Mano.

¿Han pensado alguna vez que son parte de Mi Legado crístico? Y hoy, los vuelvo a reunir en torno a Mi mesa para que celebren, al igual que los apóstoles del pasado, la Última Cena, para que vivan, ahora y siempre, la Comunión Espiritual Conmigo a través del divino Sacramento del Altar.

En este tiempo, en el que muchos acontecimientos se precipitan sobre el mundo, la fuerza y el poder que Yo le puedo dar al sacerdocio es algo inextinguible, pero depende de ellos que eso sea posible y forme parte de una realidad suprema.

Así como a los apóstoles del pasado, les enseñé a sacramentar, a curar y a evangelizar; hoy, ante este momento planetario, vengo a reconstruir los puentes de Luz que fueron disueltos entre el Cielo y la Tierra, entre los sacerdotes y Dios.

Así como en el Huerto Getsemaní viví los grandes pecados del mundo y los asumí, uno a uno; también viví, en esa santa noche del Jueves Santo, la victoria que realizaría Mi Legado al mundo a través de todos Mis seguidores para que, en el día de mañana y en los días que vendrán, se decidan a cargar Conmigo la cruz del mundo, la cruz de estos tiempos.

Yo he venido a bendecirlos, he venido a purificarlos y he venido a transformarlos, si ustedes Me lo permiten, en lo que Mi Padre tanto espera, que sean Mis apóstoles maduros, que no solo vivan Mi Palabra, sino que también anuncien Mi llegada, Mi próximo Retorno al mundo.

Por eso, sus Ángeles de la Guarda hoy son testigos de este acontecimiento que se da en lo profundo del espíritu de cada servidor, porque no es solo para los sacerdotes, sino también para el mundo entero, para todos los que tienen fe en Mí y proclaman el Nombre del Señor.

En esa noche, antes de ser entregado, no solo les entregué a Mis apóstoles Mi Cuerpo y Mi Sangre, sino también les anuncié la Palabra de la Verdad. Es esa misma Palabra de Amor que hoy vengo a anunciarles a ustedes para que den continuidad a Mi Obra de Misericordia.

Ahora, antes de que carguen la cruz de la humanidad Conmigo en el día de mañana, sientan por un momento la oportunidad de ser dignos hijos de Dios, pero no solo de creerlo, sino también de sentirlo, de proclamarlo y de anunciarlo a través de obras de amor y de Misericordia que alivien al mundo entero. Así como esta parte de Mi Obra lo hace a través de muchos servidores que entregan su vida para servir a los demás por medio del servicio humanitario.

Sepan, en esta tarde de Misericordia, que el servicio humanitario en todo el mundo es una de las razones que Me hace retornar aquí, porque Mi Padre ve con Sus propios Ojos que no todo está perdido y que aquellos que fueron anunciados por el Ángel del Huerto Getsemaní, hoy están aquí, en este tiempo presente, formando parte de esta historia de amor que intento escribir a través de sus corazones, de sus almas y de la redención de sus vidas. Estos son los bienes espirituales, son los dones y son las virtudes que Mi Corazón misericordioso puede dejar a los Pies del Creador como el único testimonio de la conversión de los corazones a Mi Camino crístico.

Si Yo Soy el Camino para cada uno de ustedes, es porque Soy la única senda. Si Yo Soy la Verdad para cada uno de ustedes, es porque Soy el conocimiento único. Si Yo Soy la Vida para cada uno de ustedes, es porque pueden vivir a través de Mí y Yo vivir a través de ustedes, depositando Mis Aspiraciones en sus corazones, pero también Mis dolores, los dolores que Me ocasiona el mundo entero.

Eso fue lo que vine a compartir con los apóstoles del pasado y hoy es lo que comparto con los apóstoles del presente. Mi única razón es que puedan hacer la experiencia de Mi Camino crístico, un camino de profunda solidaridad, de profunda hermandad y de una inextinguible fe, a pesar de todo lo que hoy sucede en el mundo.

¿Para qué quisiera apóstoles, sino para el fin de los tiempos? En ellos construyo Mi Iglesia Celestial y los impulso, a través de la transformación, a elevar sus consciencias hacia el Divino Propósito, aquel Divino Propósito que está escrito para cada uno de ustedes desde antes del surgimiento de sus esencias.

¿Comprenden lo que eso significa?

Es que no hay otro camino, sino el de vivir la Voluntad de Dios, la que comprenderán finalmente después de esta vida. Esa es la razón del sufrimiento de toda la humanidad, del sufrimiento de las naciones y de los pueblos, la resistencia a vivir la Voluntad de Dios.

Pero los entiendo y los comprendo. Sé que no es fácil para el hombre de superficie no tener el control de lo desconocido; pero si ustedes nacieron para ser libres, ¿cuál es el control que quieren tener, si sus vidas, sus almas y esencias son de Dios?

Deseo, en este día de recogimiento y de institución de la Eucaristía, que Mis compañeros y especialmente aquellos que aún no son Mis compañeros, no pierdan más tiempo, porque ya no lo hay.

Yo vengo a hacer de sus vidas un instrumento en las Manos de Dios, instrumentos vacíos, aunque imperfectos. Yo vengo a mirar lo que Dios colocó en cada uno de ustedes desde el principio y que deben aprender a valorar y apreciar, que es su esencia divina, la Gracia de comunicarse con Dios como ningún otro ser en todo el universo.

¿Saben que la Creación aprecia esa conexión con Dios que ustedes tienen? Hay muchas consciencias en el Cielo que quisieran tener esa misma Gracia que ustedes tienen y que solo la deben conquistar con el esfuerzo y el sacrificio, algo que ustedes no deben hacer, porque esa conexión divina está dentro de cada uno de ustedes, si tan solo creen en ella.

Dios se manifiesta en este plano material en tres principios: a través de Su Voluntad, a través del Conocimiento y a través de Sus hijos. No se olviden de su filiación con el Padre Eterno, porque la necesitarán para lo que llegará en el fin de los tiempos.

Bajo el mismo fin y propósito que los apóstoles del pasado, hoy vengo a preparar a Mis compañeros del presente para lo que llegará.

En aquella noche del Huerto Getsemaní, no solo sabía quién Me negaría y ofendería, sino que también el Padre Me mostró, en aquel momento, a aquellos que serían capaces de superarme en el Amor, más allá de todo lo que Yo hice por ustedes hasta la Cruz y aun hasta en la Resurrección.

¿Qué esperan para superarme en el amor y en el servicio, en la caridad y en la unidad para que sus vidas renueven el universo y así toda la Tierra sea renovada y no tenga que atravesar el Armagedón?

Necesito que sus vidas y que sus espíritus sean los nuevos cálices que Yo pueda tener entre Mis Manos, para que Mis Códigos de Luz sean vertidos sobre ustedes y ustedes, esta vez, sean el sacrificio para la Gloria de Dios.

Por eso, ayer les dije si alguna vez pensaron y se preguntaron si su corazón está pronto para lo que Yo necesito. Esta es la gran llave de esta Sagrada Semana para cada uno de ustedes y de sus hermanos: meditar y preguntarse ¿Señor, mi corazón está pronto?

Pero Yo vengo aquí de forma incansable, porque Me comprometí con ustedes y con el mundo entero, no solo para el momento de Mi Retorno, sino para hacer de sus vidas un instrumento en las Manos de Dios, para hacer en sus vidas nuevas todas las cosas.

Por esa razón, en una de las tres veces que caí en el Calvario, sintiendo la pesada Cruz sobre Mí, Me volví a levantar con las pocas fuerzas que Me restaban. Fue allí cuando, ante la Presencia de Mi Madre, volví a reafirmar que Yo renuevo todas las cosas. Eso es a través de los que Me siguen y de los que Me aceptan.

Antes de que ingresemos en la Comunión Espiritual de la Última Cena, en este día de reflexión y de reafirmación de votos, para todos los mundos internos, de seguir ardientemente este camino crístico, concelebraré con ustedes la consagración a este camino de apostolado de un hijo Mío, la cual los invito a vivir, a apoyar y a compartir en la unidad de las almas para que, al igual que ustedes, los frutos de la redención se den en esta alma que hoy reconsagraré.

Ante Mi Presencia lo haremos.

Así como con Pedro y los demás apóstoles que estaban reunidos en el Santo Cenáculo, Me preparé en esa noche para, en humildad, lavar sus pies, en señal de afirmación del servicio entre hermanos y por hermanos, para siempre.

“Adonai purifica este elemento, que será el medio por el cual renovaré esta vida y todas las vidas del mundo. Que así sea”.

“Padre, bendice esta agua para que no solo purifique y bañe a Tus hijos con Tu Gracia, sino que también, a través de ella, toda la vida humana viva sus grados de consagración. Amén”.

Así como María Magdalena lavó Mis Pies con este aceite, que la vida humana se vuelva una vida divina en la dicha de estar siempre en Dios, por la victoria de Su Reino Celestial. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

A partir de hoy Nuestro Señor te llamará fray Shemaya, para que hagas digno Su Nombre en tu vida.


Para que todo termine de ser consumado y ustedes se preparen para los próximos tiempos, para cargar la cruz espiritual Conmigo, la cruz de la humanidad, ahora ingresarán en la celebración eucarística.

Yo les agradezco y les doy Mi Paz, la Paz que renueva a Mis apóstoles.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINÁRIA DE LA VIRGEM MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este día extraordinario, vengo al mundo de una forma especial porque no solo celebramos una fecha especial, sino que su Madre Celeste llega en un momento culminante para la humanidad, momento en el cual todos Mis hijos deben reflexionar y percibir la realidad, más allá de lo que sucede; percibir la realidad interna, lo que las almas están viviendo y atravesando, lo que aún hay que aprender para poder crecer interiormente.

Mi Hijo Me envía, en este día que comienza, no solo para derramar las Gracias sobre el mundo, sino también para bendecir a todos los que lo necesitan. Por esa razón estoy aquí y, en el silencio de Mi Espíritu, llego a la Tierra para que, a través de Dios y de Su Presencia, el planeta sea iluminado.

Abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia ustedes como la Señora del Carmen. 

Este es el día en el que su Madre Celeste intenta llevar a las almas a Dios, especialmente a Mis hijos que están perdidos y sufren. 

En este tiempo, la situación muestra acontecimientos cada vez más inesperados, en los que la humanidad, día a día, tiene que aprender cómo superarse y cómo estar más cerca de Dios, para estar bajo Su Gracia y de Su Misericordia.

Hoy vengo, con este mensaje especial, para decirle a Mis hijos que estoy aquí, en los planos internos, unida en oración y en súplica por el mundo y la humanidad.

Pero aún es necesario hacer mucho más. Este es el tiempo en el que a través de la oración se realiza un gran trabajo interno, en el que las almas pueden recibir los impulsos de Luz que provienen de la Fuente. Estos impulsos los llevarán a tener más consciencia, discernimiento y, sobre todo, sabiduría para este ciclo final.

Hijos Míos, la cura de la humanidad está primero en el arrepentimiento y en la penitencia. Mientras eso no suceda, la humanidad seguirá sufriendo y no encontrará la salida que tanto busca en este momento. A través de la Luz de Mi Corazón, Yo intento abrirles los ojos para que, cada día más, ustedes puedan conocer la Verdad y seguirla.

Yo deseo, como la Señora del Carmen, que recuerden la importancia de llevar consigo el Santo Escapulario, porque en este momento definitivo de la humanidad, ese Instrumento de Dios, ese Objeto Sagrado que proviene de la Gracia Divina, los protegerá y los amparará más allá de todo lo que suceda. Porque son sus almas, hijos Míos, las que deben estar protegidas y resguardadas en el Corazón de Dios, para que así, en este ciclo, estén más cerca de Él, por intermedio de las Gracias que Yo les traigo al mundo.

Mientras estoy aquí con ustedes, contemplo a la humanidad y a todas sus necesidades, que son muchas.

Los invito, hijos Míos, a seguir reforzando su compromiso con la oración y la unión con Dios, porque así, entre el Cielo y la Tierra, se mantendrán los portales abiertos para que pueda descender la paz y la cura a la humanidad.

Sé que es un tiempo difícil para el mundo entero. Mientras la humanidad enfrenta la pandemia, el planeta enfrenta su sufrimiento interno, que la mayoría no conoce ni sabe. 

Por esa razón, hijos Míos, en el último encuentro Conmigo, Yo les revelé el dolor del planeta, que es un dolor milenario que aún deberá ser reparado y reconstruido por las propias manos de Mis hijos en el mundo entero.

Deben dar respuesta y consentimiento a todo lo que Yo les dije la última vez. Así, el planeta, poco a poco, sentirá que la humanidad está queriendo redimirse y reconciliarse con la Creación.

Yo los invito a seguir adelante, a seguir preparándose en estos tiempos definitivos, en los que todo está en juego. Yo que soy su Madre y estoy en el Cielo, los quiero ver en el bien, en la fraternidad y en la paz, para que el mundo siga despertando, siga tomando consciencia de la necesidad del gran cambio que debe vivirse en este tiempo. Ese cambio los llevará a comprender, desde otra perspectiva, lo que verdaderamente sucede y no lo que es apariencia.

Deben colocar su consciencia muy cerca de Dios. Deben abrirse para recibir Sus Dones y Virtudes que, en Nombre de Mi Hijo, los llevarán a vivir los talentos. Así nacerán los Nuevos Cristos, aquellos que llevarán adelante el desarrollo del último tiempo del planeta y prepararán la llegada del Rey Universal.

Hijos Míos, sé que lo que vive cada uno de ustedes es algo definitivo y nuevo. Nunca se enfrentaron a este ciclo de purificación. Es la primera vez que lo cursan y que lo conocen, pero más allá de todo no pierdan su fe y esperanza.

Si su Madre, la Señora del Carmen, hoy está aquí, es por una razón mayor. Mi Hijo Me envía para estar entre ustedes y con ustedes en el tiempo que le resta a la Madre de Dios para acompañar a la humanidad.

Por eso, hay mucho por hacer aún, y este es el gran momento de aprender a servir por medio de la oración en los planos internos, para que todas las necesidades sean suplidas, para que los corazones sean aliviados, para que los que duermen puedan despertar.

En este día especial, bendigo a Mi hija Lucía de Jesús para que, en este último impulso de Amor que recibirá de San José, el próximo 19 de julio, no solo una tarea sea concluida, sino un ciclo sea cumplido con victoria y gratitud.

Desde el Cielo, San José los acompañará y los bendecirá, porque aún lo necesitan, como también lo necesitan sus hermanos.

Demos las gracias al Padre Celestial por haber permitido, durante estos últimos años, la llegada de los Sagrados Corazones al mundo, para que Mis hijos aprendieran a sostener la llama de la fe en el corazón.

Agradezco las oraciones de todos Mis hijos y la unión predilecta que cada uno tiene Conmigo, porque son ampliamente consideradas por Mí, ya que su Madre Celeste, a través de la unión de sus hijos, puede llevar adelante una tarea más profunda en la humanidad y el planeta.

Que la Luz del Espíritu Santo y toda Su Gracia los acompañe.

Hijos, aprovechen estos últimos momentos, son los más definitivos.

Alcen sus corazones y aspiraciones a los Cielos. Dios está pleno de Misericordia para la humanidad, solo que el hombre debe aprender a aceptarla.

Mi Voz hace eco en el corazón que se abre para escucharla, y es allí donde Yo puedo dejar Mi Paz y Mi Luz para el mundo.

La Señora del Carmen hoy bendice a todas las órdenes religiosas, sacerdotes, monjas y monjes para que tengan fuerza y valentía interior de seguir representado a Mi Hijo en el mundo, para que la vida de Mis consagrados sea un puente que pueda llevar las almas a Dios; así como Mi Corazón es un puente de Luz que lleva al mundo entero a Dios.

En gratitud y amor, Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ustedes no son lo que parecen, sino lo que aún desconocen. Yo los reuní aquí por un propósito mayor, y aún sus consciencias no lo conocen profundamente.

Por eso, los invito siempre a estar Conmigo para poder cumplir el propósito que Dios Me entregó para sus vidas y para traer más consciencia a sus corazones, en el profundo sentir de que todo esto es verdad.

Por alguna razón, compañeros, Yo estoy aquí, una razón mayor y desconocida para sus vidas. Es ese propósito que Dios Me entregó que Me hace venir aquí todo el tiempo y anunciar la Palabra del Padre Eterno.

Por eso, hoy no estoy solo aquí, sino además acompañado por los ángeles y por muchas consciencias que una vez pasaron por este planeta y que evolucionaron espiritualmente, dando testimonio de Mi Amor al mundo y representándome en la superficie de esta Tierra, como almas crísticas.

Yo los invito, compañeros, a que tengan en sus consciencias y especialmente en sus corazones, la claridad de ese propósito que Yo les traigo.

Sé que sus vidas no se transformarán de la noche a la mañana, pero que es posible, compañeros, alcanzar lo que Yo aspiro para cada uno de ustedes.

Todo lo que sucede en este momento es obra de un milagro de amor concedido por el propio Padre Eterno, para cada uno de los presentes y no presentes, a través de la existencia y de la presencia de los Sagrados Corazones.

Eso es lo que nunca deben perder de vista, más allá de lo que atraviesen, de lo que sientan, de lo que puedan pensar, o de lo que pueda suceder en este momento.

Todo lo que les envía el Universo es un dulce aprendizaje, por más duro y difícil que parezca.

Yo necesito forjar en sus corazones los nuevos Cristos, necesito forjar esas almas que han venido a servirme, como Me sirvieron en otros tiempos, como en la era en la que Yo estuve presente entre ustedes y con ustedes, en la que pudieron conocer Mi Corazón y Mi Presencia, en la que pudieron escuchar la Palabra de Dios expresada a través de Mis Labios por el Espíritu Santo.

Compañeros Míos, les pido que no se confundan, les pido que no se autocastiguen, les pido que ya no se perturben.

Vinieron en este tiempo a ser el puente hacia la transición planetaria. Sus propias vidas son la transición del planeta para muchas, muchas almas de esta humanidad que padecen en la oscuridad de los abismos del planeta y que algún día merecerán encontrar la Luz. 

Por eso, todo lo que les sucede, compañeros, delante de la grave situación planetaria, es muy pequeño. Agradezcan a Dios todo lo que reciben, todo lo que viven y todo lo que sienten. Agradezcan profundamente al Padre Eterno que hayan podido ser congregados por Mi Amor en este tiempo definitivo.

Por eso, nunca se olviden de Mis Principios crísticos que son los nuevos mandamientos que Yo les traigo en esta era. Vengo, de esa forma, a renovar la iglesia que está muy corrupta y deteriorada.

Vengo a renovar la iglesia de los corazones, la iglesia que está en ruinas y que solo por un representante de la Paz, con la ayuda de todos los seres de buena voluntad, está intentando ser levantada nuevamente.

Por eso, ese representante de la Luz se llama Francisco y todos deben apoyarlo incondicionalmente. Pero sepan que todo el Plan se cumple en diferentes fracciones, cada uno tiene una responsabilidad dentro del Propósito Divino. La parte personal que le corresponde a cada uno de ustedes, dependerá de cada uno de ustedes que pueda ser cumplida.

Eso permitirá, compañeros Míos, que la intervención divina pueda estar presente en este caos planetario que cada día se agrava más en la superficie de esta Tierra.

Son llamados no solo a ser un puente hacia la transición de la humanidad, son llamados también a ser un plan de emergencia, el esperado plan de rescate anunciado por la Jerarquía espiritual.

¿Ahora comprenden que todo lo que les sucede es pequeño?

Día a día, Yo les entrego nuevos sufrimientos y pequeñas pruebas para que los puedan vivir por Mí, para que los puedan hacer por Mí, para que alguien en la superficie de esta Tierra haga algo por la humanidad.

Pero recuerden que nunca les faltará Mi apoyo y Mi presencia, aunque llegue el tiempo en el que Yo me deba recoger, como ya se recogió el Castísimo Corazón de San José.

Cuando llegue ese tiempo, compañeros, los estaré contemplando, acompañando y observando para que puedan poner en práctica todo lo que recibieron.

Ese será el gran momento en el que Mi Corazón sentirá que sus vidas comprendieron lo que Yo les dije, así como lo que les dijo San José y Mi Madre Santísima. En ese momento la situación estará más difícil, a nivel planetario, a nivel de la humanidad.

¿Pero a qué le deberán temer? Si Yo estoy aquí entre ustedes, soy su Pastor, soy su Maestro, seguiré siendo su Redentor y su Mediador ante el Padre Celestial, aunque caigan y sigan cayendo cientos de veces. ¿Acaso dudan de que Yo los levantaré?

Vengo aquí para poder renovarlos, para prepararlos para situaciones y experiencias que nunca vivieron. Todo lo que sucedió hasta el presente ha sido una preparación.

Estos son los tiempos de los grandes cambios, no solo a nivel material sino también espiritual. Eso permitirá que las bases de la Jerarquía estén presentes sobre la superficie de la Tierra y que todas Sus sagradas y divinas herramientas puedan seguir irradiando a esta enferma humanidad. El Proyecto se debe salvar sea como sea, la evolución de esta raza no puede terminar aquí. 

Por eso, todo lo que vivan será imprescindible para Mí, todo lo que ofrezcan y toda su dedicación no solo reconstruirá la consciencia corrupta de la humanidad, sino también reconstruirá a los Reinos de la Naturaleza que ya fueron lastimados y siguen siendo lastimados por el hombre de superficie.

Compañeros, es momento de vivir la gran donación de sí, una donación más profunda y desconocida que pueda compensar y equilibrar lo que sucede en el mundo.

No los estoy llamando a estar exhaustos, a estar desequilibrados o a estar locos. Yo los estoy llamando a asumir con responsabilidad el Plan espiritual del Padre.

No solo estoy hablando para los que están presentes aquí, en donde cada uno está en su escuela en este momento, estoy hablando para toda la humanidad, para el mundo entero.

Porque estas ya son Mis últimas y definitivas palabras que los prepararán para lo que está llegando en poco tiempo, y lo que llegará ya no serán solamente palabras, serán hechos y acontecimientos que sus propios ojos físicos verán.

No solo estoy hablando a nivel de la humanidad, de la naturaleza o del grave cambio climático; estoy hablando también a nivel cósmico y universal, del movimiento de los astros, de las estrellas y de los soles, del cambio que está viviendo este planeta y los planetas que lo circundan, del momento de inflexión que vive, en este momento, el Universo local.

Por eso, toda la Jerarquía espiritual está concentrada en este momento, que fue muy profetizado en otros tiempos, en el que el Libro del Apocalipsis se ha cumplido paso a paso.

Pero aún, compañeros, la parte más contundente y fuerte no llegó. Por eso los preparo interiormente para que puedan soportarlo y superarlo por Mí, por Mi nombre, porque Yo les daré la fuerza interior siempre y cuando lo necesiten. No estarán débiles, no perderán la fuerza interior, no tendrán duda ni tampoco incertidumbre.

Yo los llamo, compañeros, a creer definitivamente en Mi Presencia aquí. Porque si hasta el día de hoy no hubo ningún fenómeno anormal es porque sus mundos internos no lo necesitan.

La humanidad necesita de un gran despertar, un despertar más contundente y fuerte, como fue en 1988. Pero ahora este despertar será preciso y único. Por eso, deben preparar los espacios sobre sus Comunidades-Luz y sobre todos los lugares en donde seres de buena voluntad se unan de corazón, para que la Jerarquía espiritual tenga la posibilidad de manifestar ese despertar que producirá un gran cambio en la consciencia profunda de la humanidad.

Pero todo lo que sucederá, compañeros, que este cambio profundo pueda suceder dependerá de cada ser humano de este planeta. Aunque las estrellas, los soles y las galaxias se muevan o que la propia Jerarquía se pueda materializar, aunque eso suceda verdaderamente, ese gran cambio en la consciencia dependerá de cada ser humano que deberá estar afirmado en el amor.

Hoy vengo a hablarles así, porque esta Comunidad de Figueira está preparada, ya que ustedes dieron el paso, en la confianza y en el amor, para que su Maestro y Señor pueda hablarle al mundo entero, para saber que esto no son solo palabras sino que son hechos, acontecimientos que llegarán y se mostrarán al mundo entero de una forma concomitante porque el planeta también se moverá.

El planeta está sufriendo mucho las consecuencias del comportamiento de la humanidad de superficie y estamos evitando de una forma divina y cósmica, que suceda algo peor o semejante a lo de la Atlántida.

Así comprenderán, compañeros, que lo que hoy vive la humanidad es muy grave, lo que hoy siente la humanidad es muy grave y sobre todo lo que hoy practica, no respetando las leyes universales y divinas.

Por eso, he hecho la propuesta ante el Padre Celestial y ante todos los Señores de la Ley, los que cuidan de las deudas de esta humanidad y del Universo, de poder intervenir directamente en la humanidad hasta la última oportunidad, cueste lo que cueste.

Por eso, yo necesito compañeros que ustedes Me sigan y Me apoyen, porque eso permitirá que muchas situaciones más sean evitadas en esta humanidad y, sobre todo, que planes nefastos sean establecidos en la consciencia del ser humano.

No puede suceder una tercera guerra mundial peor que las dos anteriores, las tres cuartas partes del planeta quedarían muy afectadas.

El ser humano está viviendo una ambición sin límites y cree tener un poder más grande que el de Dios, pero el Padre Eterno nunca los enfrentará, nunca los desafiará porque el Padre Eterno es una Consciencia de Amor vivo, una Fuente de Misericordia y de Compasión infinita. El Padre solo los contemplará y Él le pedirá a Su Sierva Fiel, la Santísima Virgen María, que haga lo posible y lo imposible por ayudar a todos Sus hijos en este momento de despertar, en el que cada ser de la superficie de la Tierra deberá ser consciente de lo que debe cumplir en este momento.

Les daré un ejemplo: no es por casualidad que en estos días, por una Voluntad mayor de Dios que también es desconocida por ustedes, Mi Corazón permitió reunir a un grupo de consciencias, a un grupo de almas que estuvieron Conmigo cuando Yo estuve presente en esta humanidad y que se comprometieron Conmigo, cara a cara, a dar la vida por Mí en este tiempo final.

Eso demuestra que la Voluntad de Dios es desconocida y que Su misterio de Amor se puede revelar a los corazones que se abran para ser tocados por Su Luz y Su Compasión.

Es ese Amor que esas almas vivieron por Mí, y que aún hoy viven, que les permitió reunirse aquí para poder reconfirmar sus votos ante su Maestro y Señor.

Eso también puede suceder con cada uno de ustedes. Por alguna razón, compañeros, hoy están aquí; nunca se olviden de preguntarse eso o de preguntárselo a su Maestro y Señor: ¿Señor por qué hoy estoy aquí? Pudiendo estar en un mundo cómodo, en un mundo de ilusión, en un mundo que vive la indiferencia, habiendo tanta necesidad y tantos traumas por curar en la humanidad como en los Reinos de la Naturaleza.

La Gracia Divina, que los tocó desde el origen de su existencia, es lo que les permitió llegar hasta este presente, hasta esta encarnación para vivir este encuentro interno Conmigo, sabiendo que su Maestro y Señor a través de los tiempos y de las generaciones trabaja con pequeños grupos de almas, en los que el Plan de Dios se puede establecer y manifestar de forma segura.

Ustedes, en esta noche, como en otros encuentros pasados, son parte de una historia que Yo mismo estoy escribiendo. Depende de ustedes, compañeros, que esa historia pueda seguir siendo escrita por Mí mismo, que ustedes sean parte de ese Libro Sagrado de la nueva humanidad, de la revelación del fin de los tiempos que la Jerarquía Divina depositó y seguirá depositando en sus corazones para manifestar la Voluntad de Dios.

No quiero que se sientan movidos con todo lo que les he dicho. Quiero que puedan sentir, más allá de Mis Palabras, lo que quiero transmitirles y decirles.

Necesito que puedan despertar su intuición para poder percibir lo que la Jerarquía Divina está haciendo, sabiendo que en este último ciclo, lo que resta del 2019, 2020 y 2021 serán los últimos y grandes movimientos de la Jerarquía espiritual para con la humanidad.

Porque después de eso, compañeros, cuando nosotros ya no estemos aquí para hablarles, pero sí para conducirlos y guiarlos desde el espíritu, serán ustedes los que tendrán las puertas abiertas de esta casa y de las demás comunidades, para sostener junto a las almas peregrinas a este planeta y en una "sagrada común unidad" manifestar la presencia del Cristo interno.

Por ese movimiento y ese momento, estaré profundamente agradecido porque Mi Paz, a pesar del caos que reinará en la humanidad, no faltará en aquel que crea en Mí. Amén.

La Iglesia Celestial se abre en este momento para recibir a sus seres imperfectos y para que sus esencias sean colmadas por la Luz de Dios. Por una Luz que es eterna, inextinguible e invencible. Por la Luz que los trajo hasta aquí y la Luz que los conducirá hasta la eternidad.

Nos colocamos de pie.

Celebremos este momento con regocijo y que de lo más profundo y sincero de nuestro corazón, ante la Presencia de nuestro Señor Jesús Cristo, el Rey del Universo, el Rey del Amor y de la Paz, cada uno de nosotros emita en el silencio de su corazón, la oferta que necesita expresar en este momento a los sagrados altares del Creador, para que esas ofertas, súplicas e intenciones sean acogidas en el Corazón del Padre a través de la intercesión de los ángeles.

Que Santa Bakhita los inspire al amor que debemos tener por el sacrificio, para que los corazones que más sufren, y que hoy día agonizan, sean curados, amparados y protegidos por la Luz del Amor de Dios. Amén.

Todos los que en este momento puedan y sientan, ante la Presencia de nuestro Señor, en la revelación de ese infinito misterio de Amor celebrado en la Eucaristía, les pedimos que se arrodillen como un acto de reverencia y de devoción a nuestro Señor, en este momento de transubstanciación y de consagración de los elementos.

Por el Soplo del Espíritu de Dios que intervino y obró en la Última Cena, por la redención de la humanidad y del planeta, les vuelvo a entregar el honor y la gloria de este Sacramento que fue expresado por el pan y el vino que se convirtieron en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Por eso, en una noche como esta, antes de vivir el gran sacrificio y la dolorosa pasión por la humanidad, tomé el pan, lo elevé para que el Soplo del Espíritu de Dios lo bendijera, lo partí y lo entregué a Mis apóstoles diciéndoles: ''Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados''.

Escuchamos las tres campanadas que transubstancian este elemento.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

De mismo modo, acabada la primera parte de la Cena, tomé el Cáliz entre Mis Manos, elevándolo al Padre Eterno, el Soplo del Espíritu de Dios lo bendijo y enseguida lo entregué a Mis apóstoles y a cuantos estaban presentes en los planos internos, diciéndoles: ''Tomen y beban, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por su Redentor para la remisión de las faltas, hagan esto en memoria Mía''.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Elevamos el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Y ahora, compañeros, bendecidos por el Soplo del Espíritu de Dios, repetirán en confianza y amor, la oración que Yo enseñé en el Monte de la Bienaventuranzas.

Oración: Padre Nuestro.

Elevando el Cuerpo y la Sangre de Cristo, adoramos al Señor presente eternamente en la Eucaristía, así como en la Sangre. Y agradecemos.

Cubrimos los elementos y los colocamos sobre el altar.

Nos podemos colocar de pie.

Cuando Dios los llama a vivir Mi camino por medio de la vocación o de la consagración al servicio, al canto o a la oración, es por una razón.

Por eso deben confiar en lo que sienten, en lo que viven, sin dejar de perder Mis pasos de Luz.

Hoy quiero dar un saludo especial, a un alma que hoy cumple años, antigua caminante de Mis pasos de Cristo, que hoy he traído aquí por un motivo mayor que Yo mismo estoy construyendo y preparando silenciosamente. Doy a ella Mis gracias por su donación y por su ofrecimiento por medio de la música y de la voz.

Hoy no solo celebro este momento, de una forma especial y única, porque sé lo que significa ese momento de aniversario en el que cada alma tiene la oportunidad de renovarse en el Plan de Dios y, sobretodo, a través de Mi Corazón, de estar más cerca de Mí.

Por eso, como lo he esperado en estos últimos seis años, reuní a esas almas en este día, por millones de almas más que están detrás de ellas, para que hagan el ofrecimiento de una canción que relata de forma simple pero verdadera, la historia de su Redentor. 

Hoy escucharé en una una dulce melodía, aquel que Yo fui: "Un Hombre llamado Jesús".

Los escucharé y en este momento les doy Mi Paz, para que esa Paz sea compartida y donada al mundo entero por el triunfo y la victoria de Mi Sagrado Corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

Y ahora sí, se pueden dar el saludo de la paz, en reverencia y silencio.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA, ARGENTINA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

El mundo sufre, pero la Reina del Cielo viene a liberarlo. La cura del universo llega a la Tierra para todos.

Queridos hijos, es tiempo de abrir los corazones a la paz, para que los males se disipen de sus vidas y puedan renacer en el Espíritu de Dios.

Hoy, Me encuentro en esta ciudad para bendecirla nuevamente, para traer la Presencia Misericordiosa de Jesús a sus espíritus.

Que sus ojos se abran a las señales del Cielo. Es tiempo de vivir en Mi eterna Paz. La Estrella Poderosa les está indicando el nuevo camino. 

Los nuevos rebaños se congregan en el Señor y van camino a la redención, hacia el Templo Sagrado de Dios que los renovará y los curará, que los liberará de todos los males y renacerán nuevamente en el Amor de Dios.

Hoy, les traigo, queridos hijos, los Misterios del Cielo, los Rayos Superiores que nacen del Corazón de Dios. El Padre Eterno desea ardientemente vivir en sus vidas. Mi Inmaculado Corazón se ha ofertado para cumplir con esa promesa.

Yo vengo del Cielo a traerles Mi Paz, la esencia predilecta de Mi Corazón Inmaculado.

Queridos hijos, oro perpetuamente por sus corazones. Necesito construir en sus vidas guerreros de la oración, que puedan cumplir con el llamado del Cielo que Mi Corazón les trae en este ciclo, para generar la liberación de la humanidad y el perdón de los pecados que ofenden a Dios y distancian a las almas de Dios.

Yo los necesito fuertes en el Rosario, que las cuentas sean un arma de protección y una emanación constante de amor y de sabiduría; porque de esa forma, queridos hijos, el sabio Espíritu de Cristo estará en ustedes en el fin de estos tiempos, para que lo puedan reconocer y vivir en Él permanentemente.

Adoren Su Sacratísimo Corazón que, día a día, es ofendido por las acciones de las almas.

Hoy, no solo Mi Reino está en ustedes, queridos hijos, sino también está en el purgatorio y en el infierno, para liberar a los corazones que han caído en el error.

Hijos amados, levanten las banderas de la paz, levanten los estandartes del amor y que sus corazones sean estrellas perfectas de fe, para que la oscuridad se pueda disipar del mundo y muchos años de paz puedan reinar entre ustedes, aguardando la pronta llegada de Mi Hijo Jesús.

Queridos hijos, los necesito determinados, dispuestos a servir en esta era tan definitiva. Solo quiero de sus corazones una llama de oración; una comunión perfecta con Mi Hijo Jesús todos los días, que repare Su Corazón Flagelado y que ustedes puedan nacer en Cristo para enfrentar los momentos difíciles.

Sé que muchos demonios están dispersos por el mundo, y las tentaciones son más fuertes que el poder de la oración. Pero hoy, Yo les entrego una llave celestial, invencible y poderosa, que vence a cualquier mal: la unidad entre los grupos de oración, almas que se reúnen para orar en el Señor. Así crearán esferas celestiales en sus hogares, columnas y estandartes de luz que expulsarán cualquier mal o enfermedad.

Queridos hijos, Yo estuve en la Tierra entre ustedes. Aprendí a orar al igual que ustedes. Pero es necesario, queridos Míos, que coloquen amor y fuerza en la oración. Ella los protegerá y los amparará, los volverá libres de ustedes mismos y encontrarán la conversión que tanto buscan, la liberación de las fallas constantes en sus vidas, porque el Amor de Cristo ingresará en sus corazones.

Hoy, deseo, queridos hijos, que en esta noche victoriosa de luz y de redención puedan renacer entre Mis brazos como nuevos niños, porque Mi Corazón Inmaculado y Celestial nuevamente les trae la bendición y la absolución de sus pecados para que puedan caminar firmes detrás de Mí.

Queridos hijos, Yo Soy el Puente hacia Cristo. Soy la Mediadora entre sus almas y el Gran Pastor. Los quiero llevar a una profunda Adoración, a una verdadera Eucaristía, a una Confesión constante de sus corazones, a un nuevo Bautismo espiritual que Mis Rayos Misericordiosos les traen a todos en esta noche.

Por eso, queridos hijos, vénzanse, entréguense a Mi Corazón Inmaculado. Yo no vengo a hacerles mal, sino a abrir sus ojos hacia el Cielo, esa mirada infinita que muchos han perdido por las cuestiones de la vida.

Curen sus corazones a través de la oración.

Que los Sacramentos sean columnas de Paz y de Luz en estos tiempos, en sus espíritus, en sus familias y en toda la comunidad humana.

Resuciten las Enseñanzas de Cristo. Sean parábolas vivas de vida. Actúen a través del amor y de la unidad, que ahora ustedes puedan ser el verdadero Evangelio manifestado, porque las Palabras de Mi Hijo, las instrucciones que Él les entregó hace tanto tiempo, de la misma forma que les entrega en estos tiempos, son para ser vividas, son para que sean profesadas por todos. Cuentan con Mi ayuda maternal e inmaculada.

Mis brazos se extienden hacia sus corazones, Mis manos calientan sus corazones, irradian amor, gracia y unidad, perdón, cura y liberación; pero es importante que acepten Mi llamado.

Mi tiempo de estar entre ustedes está terminando. Recuerden Mis pasajes a lo largo de los siglos. Necesito que rescaten las enseñanzas que Yo le dejé al mundo. Sean el verdadero Mensaje Mariano para estos tiempos. Necesito que sean espejos vivos de la oración, que espanten todos los males, que irradien a los corazones la paz y que encuentren la unidad perfecta y la comunión con Dios.

Yo los necesito, ahora y siempre. Escuchen Mi llamado. Escuchen Mi Voz.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos Míos, en esta noche un rayo de liberación cruzó los universos, porque el Señor concedió a Su Sierva la oportunidad de abrir los abismos del mundo para rescatar la mayor cantidad posible de almas, para iluminar los ojos de aquellos que vivían en la oscuridad desde hace mucho tiempo.

Hijos Míos, hoy les pregunto: ¿quién de ustedes vencerá el miedo y se vencerá a sí mismo para sentir en el propio corazón el dolor del prójimo y ayudar a los que sufren eternamente?

Este mundo esconde realidades que sus corazones no conocen; y oro, día y noche, para que no sea necesario que las conozcan. Por eso, hoy les pido que vean las manos que se elevan y piden auxilio al mundo. Les pido que oren con fervor, que oren con fe en el corazón, para escuchar el pedido de aquellos que claman y cuya voz resuena en el mundo como si resonara en un desierto.

Hijos Míos, hoy les pido un momento de despertar, porque el Corazón de Dios está cada día más flagelado por las acciones humanas y por el olvido de los corazones. Por eso, a los pocos que vinieron a Mi encuentro les pido que puedan despertar por muchos que viven en esta Tierra.

Hoy, les pido, hijos Míos, que animen a sus corazones a servir por todos aquellos que no sirven, a orar por todos los que no oran, a clamar por Misericordia por todos los Reinos de la Naturaleza, que cada día son más ultrajados.

Hijos Míos, no quiero herir sus corazones con Mis Palabras, pero necesito contar con cada una de sus almas. Y, para que despierten verdaderamente, preciso mostrarles a sus corazones verdades que muchos se niegan a ver. 

El mundo eligió aprender a través del dolor, aunque el Hijo de Dios vino a la Tierra a ofrecer un aprendizaje a través del amor. Por eso, hoy les digo que no ignoren una vez más la Palabra de Cristo, que acepten vivir en este tiempo Sus enseñanzas, porque aún es posible que muchas almas aprendan a través del amor y no necesiten conocer el dolor que el mundo les ofrece.

Hijos Míos, hoy les digo que es posible vivir un aprendizaje de alegría y de fraternidad de unos con los otros; pero precisan querer, necesitan aspirar a vivir esa vida. Necesitarán vencer al mundo y vencerse a sí mismos a través de la oración y de la persistencia y, de esa forma, recibirán los méritos para un tiempo mayor de paz en el mundo.

Necesito formar guerreros de la Misericordia, apóstoles de un nuevo tiempo que no le temen al dolor, que no le temen a la muerte, porque reconocen el Poder de Mi Paraíso y saben que, mucho más allá de los dolores del mundo, un Reino de Infinita Paz los aguarda.

Hoy, los invito a encontrar su fortaleza en el sacrificio, en la entrega por el despertar de los demás. Les pido, una vez más, que no teman, que disipen el temor de sus corazones y que le den lugar a la fe que existe en Mi Reino y que cada día le irradio a sus vidas.

Hoy, les pido, Mis amados, que se fortalezcan a través de la oración, porque los tiempos de definición ya llegaron al mundo y es necesario que clamen por Misericordia, en medio del tiempo de la Justicia, para que otros tengan la oportunidad de salir de la oscuridad en la que viven.

Hijos Míos, hoy les pido que escuchen la Voz de Mi Corazón, porque hoy le clamo a la humanidad como una madre que clama por sus hijos, porque Mis ojos no contemplan solo a sus corazones, contemplan al mundo entero y más allá de este mundo, contemplan a las almas que están perdidas y que ya no están entre ustedes, pero que siguen sufriendo y clamando por auxilio día y noche.

Hoy, les pido, hijos Míos, que jamás se olviden del poder de la oración, porque el mundo necesita de más oración en estos tiempos. No es suficiente lo que le entregan a Dios, porque la humanidad está ciega a la Vida Divina, y necesito que aquellos ojos que puedan ver y que puedan sentir a la Divinidad, que puedan estar ante Mi Presencia, sean el puente para aquellos que están perdidos.

Hijos Míos, que Mi clamor llegue a sus vidas, toque a sus almas y a sus corazones para que, de una vez por todas, el mundo despierte de la ilusión en la que vive.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mientras los Portales del Cielo se abren hacia la Tierra, Mi Gracia se derrama sobre los corazones que se abren y sobre estos objetos sagrados que son un impulso divino para los corazones de fe.

Por eso, les pido, queridos hijos, que abran sus manos para que Yo los pueda bendecir a ustedes y a sus familias.

 

Espíritu Santo de Dios,
inunda a los corazones simples,
cura a los corazones heridos,
cicatriza todas las heridas.

Espíritu Santo de Dios,
enciende a los corazones que están en la oscuridad,
resucita a las vidas que han caído,
bendice a todos los espíritus que están sobre la Tierra.

 

Bajo Mi intercesión maternal y por la poderosa Presencia de Cristo, su Señor, la intercesión de Emmanuel, el Padre-Madre Creador Universal, la Existencia Suprema en todas las cosas y universos, la Gracia de Dios los bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y así, queridos hijos, Mi Estrella de hermandad universal se proyecta en todos los corazones que se abren para sentir Mis Palabras y Mi Amor Eterno.

Escucharé sus voces y cantos. 

Glorifiquemos al Señor. La Gracia ha descendido en ustedes. Alégrense y vivan en la paz.

Los amo siempre y los conduzco a través de Mi Corazón Inmaculado.

Permaneceré aquí preciosamente, por algunos segundos más, para irradiar la Luz de Mi Corazón a todos los que escuchan Mi Voz, en esta hora.

Recibiré amorosamente sus súplicas y sus pedidos. Llegó la hora, queridos hijos, de que coloquen en Mi Corazón sus necesidades. La Reina de la Paz responderá a sus súplicas.

 

Canción: “Mirarte a Ti”.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Respondiendo a un pedido de nuestra Madre Santísima, vamos a repartir estas flores, estas rosas que fueron bendecidas para los presentes, fueron tocadas por las manos puras de nuestra Madre María y recibieron directamente la irradiación de Su Corazón Inmaculado, como una energía espiritual y divina que se irradió sobre estas flores.

De esa forma, en primera instancia, todos los hermanos que tenemos una rosa, las vamos a repartir, según el pedido de nuestra Madre a quien más lo necesite, a quien sintamos en nuestro corazón. Y al final, repartiremos las rosas que también bendijo nuestra Madre. 

Los hermanos que están en la sala de abajo también pueden aproximarse para recibir las rosas.

 

Canción: “Ave Luminosa”.

 

Antes de repartir las rosas, queremos compartir con los hermanos un breve relato de la Aparición de nuestra Madre.

Antes de la llegada de Nuestra Madre, algunos ángeles se aproximaron directamente del Universo Celestial, llegaron a esta ciudad y comenzaron a trabajar profundamente con nuestras esencias, con nuestro interior y con nuestras almas.

En cierto momento, antes de la Aparición, los portales de los Universos Celestiales se fueron abriendo y varios triángulos de luz de color azul se fueron proyectando hacia aquí. Entendimos que ese símbolo representaba algunos portales que se abrían.

Nuestra Señora, a través de una esfera de luz, cruzó a través de esos triángulos de luz y se presentó. 

Ella llegó como la Reina de la Paz. Se manifestó fuertemente para nosotros, con una mirada bien cristalina y pura, sonriéndonos permanentemente, llevando un velo blanco, una túnica rosa, un cinturón dorado, un manto azul que la cubría.

En algunos momentos, Nuestra Señora se manifestó como Nuestra Señora de los Dolores. Entendimos, ante esta Presencia, que Ella nos estaba llamando para vivir la Pasión durante la Semana Santa; que nos preparáramos conscientemente para ese momento, porque a través de la Pasión de Nuestro Señor, decía Nuestra Madre, cuando es celebrada durante la Semana Santa, el universo se dispone ampliamente para que nosotros podamos recibir Códigos, Códigos Crísticos que fueron grabados a través de la Pasión de Cristo y que son Luz para nosotros, para nuestros seres.

Durante la Aparición, Nuestra Madre se fue aproximando cada vez más.

Hoy, estuvimos ante un Mensaje bastante poderoso e intenso y en cada palabra que iba trasmitiendo nuestra Madre María, Ella iba encendiéndose en Luz, cada vez más, y abrazaba simbólicamente más a cada persona.

Bendijo las rosas. Pidió que las repartiéramos a quienes sintiéramos, y las rosas restantes que están aquí serán repartidas también, según el pedido de nuestra Madre. 

Ella quiere que cada uno lleve un pétalo de las rosas, porque quiere que nosotros entendamos, a través de ese símbolo, no solo el estado de Gracia que Ella nos derramó hoy, sino también que podamos imitar la humildad de María, recibiendo un simple pétalo que cada uno de nosotros guardará con mucho amor o lo dará a quién verdaderamente lo necesite.

Entonces, vamos a proceder a hacer lo que Nuestra Señora nos pidió y, después de repartir los pétalos, cerraremos este trabajo, agradeciendo con mucha alegría. Algunos hermanos del Monasterio harán esa tarea.

MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA MISERICORDIA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Por un mes más, hoy los reúno a todos en lo profundo de Mi Inmaculado Corazón, preparando de esta forma el aniversario de Gracias que sucederá el próximo mes de agosto, en el lugar original en donde el Cielo tocó la Tierra.

Por este fin y para que más corazones despierten a Mi llamado, invito a todos los grupos de oración a que, por amor y orden universal, ayuden a través de sus oraciones y de sus donaciones a que se concrete la misión del nuevo puente que está siendo construido en el Centro Mariano de Aurora y que aún no está finalizado.

Mis queridos hijos, si entre todos no reunimos los esfuerzos orantes y donantes para concretar este puente antes del mes de agosto, este puente, que querrá llevarlos hacia la paz, no estará concretado.

Por eso, como Madre, invito a todos Mis hijos a que con verdad, amor y fe cumplan con este pedido. Hoy les revelo que, hace algún tiempo, Yo les pedí a Mis videntes la construcción de un nuevo puente para que todos pudieran llegar hasta el Centro Mariano.

Ahora Yo les pido, queridos Míos, que encarnen el símbolo de Mi petición en todos ustedes.

¿Qué significará para sus almas construir un nuevo puente y concretarlo hasta en el plano físico?

Dios les está mostrando que, en este tiempo de cambios, los puentes serán construidos por todos.

Hijos Míos, como Madre, les entrego este desafío que si fuera cumplido con amor por Mis queridos hijos, el Centro Mariano de Aurora podrá contar con un camino seguro para el próximo mes de agosto, por donde Mis hijos podrán cruzar.

Cuando Mi Corazón les habla de estas pequeñas cosas, él quiere transmitirles la importancia de que todos puedan construir un nuevo mundo basado en la madurez espiritual y en la fe.

Si este puente se lograra terminar de construir antes del 8 de agosto de este año, el actual camino y el ecosistema que es utilizado por todos, ya no sufrirá más agresiones y los Reinos podrán acercarse nuevamente hacia toda la región del Centro Mariano y manifestar así la armonía que antes existía cuando el viejo puente estaba presente.

Pero, ¿qué significará construir un nuevo puente?

Es una nueva alianza espiritual que simbólicamente se establece hasta aun en el plano material.

Por eso, esta importante acción de caridad de los orantes permitirá crear una nueva consciencia en todos, trayendo así sabiduría y entendimiento sobre la esencia de cada uno de Mis pedidos.

Quiero que Mis pequeños entiendan que construir un simple puente, que conduzca hasta la Luz de Mi Centro Mariano, tiene una repercusión planetaria, porque así se reconstruye en la consciencia de la humanidad algo que estaba destruido por el mal.

Queridos hijos, que este desafío lo puedan vivir en paz y que, en el mes de agosto, Yo misma, la Virgen María, pueda cruzar el puente que con amor Me construyeron Mis hijos para poder llegar hasta el Templo eterno de la oración.

El mes de agosto les anunciará profundas y verdaderas revelaciones para todos los que se abran y lleguen a Aurora con el corazón abierto.

Hoy solo esto les pido que oren para que este simbólico puente se pueda manifestar. Como buenos niños, ayuden para que este puente hacia la paz se pueda concretar.

La Nueva Humanidad nacerá bajo el impulso amoroso de los corazones buenos, simples y humildes, corazones que solo irradien amor y paz.

¡Les agradezco por responder con amor y verdad a Mi llamado por la paz!

Los bendigo y les digo: ¡Adelante Mis obreros, manos a la obra!

Les agradece,

María, Madre y Reina de la Paz

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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