APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Perdónalos, Padre, Yo He dado la vida por cada uno de ellos.

Perdónalos, Padre, porque Yo padecí cada paso con la Cruz.

Padre, perdónalos, porque solo Tú sabes
lo que Tu Hijo vivió en el Huerto Getsemaní.

Padre, dales Tu Perdón, porque Tu Hijo murió en la Cruz
para liberar a la raza humana, hasta el fin de los tiempos.

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Perdona a esta humanidad, por todo lo que vive y por todo lo que hace.



Como hace dos mil años atrás, Mi hora se aproxima.

¿Quién esperará el Retorno de Cristo?

¿Quién estará atento para reconocerlo?

¿Quién lo esperará con los brazos abiertos?

¿Quién le dará morada al Señor?

¿Quién lo reconocerá a través de las señales en el cielo y en la Tierra, en pleno auge del Armagedón?

¿Quién, una vez más, cargará con el Maestro, la pesada cruz del género humano? Una cruz más pesada que la que su Maestro y Señor cargó hace más de dos mil años.

La dificultad no está en el madero; la cuestión, Mis compañeros, está en la disposición de Mis discípulos, en que ellos comprendan lo que esto significa y la emergencia que esto tiene para este ciclo agudo de adversidad y de incertidumbre.

Por eso, Mi hora se aproxima; y hoy, junto a todos los Maestros en los Himalayas, el Señor abre Sus Brazos y extiende Sus Manos hacia el mundo como el Redentor, para dar Su bendición a los que más lo necesitan, para llegar con Su Luz donde hay más oscuridad.

Así, el Maestro de los Maestros se prepara para Su hora, así como Él se preparó para la hora más dolorosa de Su Vida, a través de la Última Cena, cuando el Señor del Universo, el Señor de la Vida y del Amor, solo necesitaba en aquel momento, así como hoy lo necesita, sentir la cercanía de los corazones valientes.

Por eso, Me reúno con toda la Jerarquía Espiritual, ya que los planes cambiaron y una gran decisión deberá ser tomada, porque aún el hombre de esta superficie ostenta el poder y la impunidad.

Pero, no se olviden de este mes tan especial para Mí y para ustedes.

Quiero que todas Mis fieles madres y mujeres de la Tierra tengan en sus brazos a Cristo en Su Nacimiento.

Quiero que los humildes y servidores hombres de la Tierra, Mis apóstoles, misioneros y colaboradores, irradien la inextinguible paciencia de San José en este tiempo de tribulación, en el que el templo interno de los corazones deberá ser preparado para lo que llegará.

Esto es lo más grave que hoy sucede en el mundo: los corazones no están prontos para lo que llegará.

Por eso, en esta próxima Natividad, en la que la gran Estrella de Belén se reencenderá desde los espacios de este universo, hagan brillar la luz de sus oraciones e invocaciones, pidan al Padre Celestial por toda la grave situación planetaria, por todo lo que se está saliendo de control en cada segundo, por lo inminente que está por llegar.

Mi sed, al igual que en la Cruz, es por los corazones que aún no Me dejan entrar y, así, no están prontos.

Les aseguro que esta es la hora más difícil para su Maestro y Señor. Vuelvo a tomar la fuerza del Espíritu de Dios y la valentía en este momento crucial, elevando ante ustedes Mi Santo Cáliz para que, al igual que los apóstoles del pasado, en esta hora tan definitiva, de tanta emergencia, coman de Mi Cuerpo y beban de Mi Sangre, como una sabia y justa justificación ante los errores que hoy vive el mundo.

Pero no se olviden de que el Señor de la Luz vino en un momento tan semejante a este, para traerle la redención a todo el género humano, para abrir las puertas hacia el amor y hacia la verdad.

¿Ustedes están realmente decididos a seguirme, a pesar de que les duela?

Esto es lo mismo que, en esa santa noche de la Comunión, Yo les planteé a los apóstoles, y aunque supiera que no habían comprendido, la unión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, a través del Santo Espíritu de Dios, por un instante les dio luz, discernimiento y sabiduría a Mis compañeros, para que estuvieran prontos para acompañar la Pasión del Señor.

Y aunque Me hayan abandonado, no dudé en entregarles lo mejor.

Yo vengo a colocar en los corazones la Voluntad Divina, el Amor de Dios para que se cumpla Su Proyecto a través de la realización del espíritu, de la trascendencia del alma, de la madurez de la consciencia, en todo lo que deben vivir en su encarnación.

Estoy reunido con los Maestros, así como hoy estoy reunido con ustedes, para que en esta hora crucial acompañen el sentimiento profundo del Señor, que los necesita cerca, que los necesita verdaderos, que los necesita disponibles para que, a través de Mí, puedan comprender la emergencia de estos tiempos.

Por eso, Mi Voz no se callará hasta que se cumpla y se realice lo que el Padre Me ha pedido; y esto comienza a través de cada una de sus vidas, porque es en ellas donde Dios debe realizar Su Voluntad; aún un misterio para muchos, pero muy perceptible para los abiertos de corazón, porque así podrán reconocer el camino que los aguarda en esta trayectoria de evolución y de entrega de sí.

Mientras estoy aquí, les traigo en Mis Manos el ofrecimiento de Mis dolorosas Reliquias de la Pasión. Recuerden lo que les dije la última vez en Roma, cuando les ofrecí también Reliquias Sagradas.

Este es un símbolo profundamente espiritual para ustedes; deben aprender a comprender el significado espiritual de asumir estas Reliquias Conmigo por un fin, para que este mundo no termine y para que regiones del planeta no desaparezcan.

Esta es una emergencia.

Por eso, la voz de todas las súplicas sostiene este momento planetario. No habría explicación científica ni física para comprender el poder de la oración y lo que ella en este momento crucial está haciendo en toda la Tierra. No habría cómo explicar que el eje de la Tierra no haya girado sin la fuerza fiel de los orantes.

Y aunque el mundo deberá purificarse, aún es posible aplacar los acontecimientos, aliviar los eventos, si existen personas conscientes de todo lo que hoy les digo y que, al terminar este momento Conmigo en esta noche, sean otras personas y den una señal evidente de lo que han comprendido.

Es por alguna razón que estoy aquí, no solo para que Me sientan o para que Me escuchen, sino para que Me acompañen en esta hora, en la que también necesito de Mis apóstoles para dar luz y fuerza a Mi Iglesia ultrajada, herida y difamada.

Recuerden que, con el poder de los que adoran Mi Cuerpo Eucarístico, en cada momento de Adoración, están secando las Lágrimas del Redentor, están sanando el Corazón herido del Hijo de Dios.

He aquí el Corazón ultrajado y herido de Jesús, que les señalo en este momento en el centro de Mi Pecho.

Los ángeles contemplan este Corazón Sacramentado.

Que las almas, en este momento, también lo contemplen, como expiación por los graves pecados del mundo, por la barbaridad de las guerras y de los conflictos del mundo; para que el Corazón Herido de Jesús que quiere ser parte de ustedes para que ustedes sean parte de Mí, ese Sacrificado Corazón de Jesús detenga las bombas letales.

 

Por la sangre de los inocentes,
¡Ten Piedad, Señor!

Por las familias divididas y martirizadas,
¡Ten Piedad, Señor!

Por los niños abandonados, abortados y desechados,
¡Ten Misericordia, Señor!

Por la división de las naciones y de los pueblos,
¡Ten Misericordia, Señor!

Por los migrantes, refugiados y exiliados,
y en especial por los que desaparecen en los mares del mundo
sin que nadie los ayude,
¡Ten Misericordia, Señor!

Por la impunidad de los gobernantes
y las mentiras de los que se creen poderosos,
¡Ten Misericordia, Señor!

Por los que sufren en soledad,
por el llanto de los niños,
por la desesperación de las madres en la guerra,
por todos los que son esclavos,
¡Ten Misericordia, Señor!

Por la Iglesia de Cristo en la Tierra
y la vida espiritual de todos los sacerdotes,
para que triunfe el Amor de Cristo,
¡Ten Misericordia, Señor!

Por todos los Reinos de la Naturaleza,
por el maltrato que ellos reciben,
por la agonía de los Reinos Menores,
¡Ten Piedad, Señor!

Por los que son ignorantes,
por los que aún no despertaron
y por todos los que negaron a Cristo
en algún momento de su vida,
¡Ten Misericordia y Piedad, Señor!

Por el Sagrado Proyecto del Altísimo,
para que se cumpla como fue pensado
y la humanidad corresponda a esa petición,
¡Ten Misericordia y Piedad, Señor!
 


He aquí Mi Corazón, que lentamente se cicatriza con la voz de las súplicas.

He aquí el Corazón Vacío de Jesús, pero lleno de Amor y de Misericordia por las almas; un Corazón que aguarda a los Suyos.

Que, en esta próxima Natividad, pueda nacer finalmente el Cristo maduro en cada uno de los Míos y que este Cristo Interno pueda gobernar la vida de los que siguen Mi Mensaje y de todos los que creen en Mi segunda Venida, porque está cerca.

Mi hora está llegando, no se olviden de prepararse para reconocer y para recibir al Señor.

Oraré por esta causa, para que este Mensaje se cumpla en ustedes y en sus hermanos, para que no sean necesarias más profecías en este mundo, para que todos escuchen Mi Voz y la reconozcan, y sobre todo sientan Mi Amor.

Junto con los Maestros de los Himalayas, unidos por la causa de la redención de la humanidad, por la paz y por el bien en este planeta, celebraremos la Comunión Espiritual.
Solo les pediré una cosa más, que mientras Me recojo para seguir trabajando, en lo que Dios Me Ha pedido, y hasta el momento de comenzar la Comunión Espiritual, no se desconecten de Mí, sino que acompañen lo que la Jerarquía Espiritual está realizando, profundizando en su súplica interior.

Yo los bendigo y les doy Mi Paz.

Eleven sus rosarios.


Padre del Universo,
Señor de la Vida,
que a través del Espíritu Santo
has dado Luz y Conocimiento a María y a los apóstoles,
derrama Tu Luz, Tu Amor y Tu Fe
en todos aquellos que creen en Tu Palabra y en Tu Presencia,
y que en esta hora, en la que todos deberán prepararse,
por medio de los objetos sagrados,
las almas tengan fuerza interior
para ser valientes y seguir adelante,
sabiendo que, a través de la oración
y de la unión con los objetos sagrados,
siempre encontrarán la fuerza de Tu Amor.



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Celebremos.

APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que la paz esté en ustedes en estos tiempos de grandes contrariedades, en los que la serenidad y la mansedumbre son las llaves principales para atravesarlos.

Hoy vengo de un lugar que algunos ya conocen y que otros conocerán hoy.

Mi voz hace eco en un lugar lejano de la Tierra, en donde el vacío está presente y la nada colma todo el ser.

Mi voz es escuchada en los planos internos, en donde resuena la melodía de la paz y del rescate para la humanidad.

Hoy Yo vengo de Shambhala, en el desierto de Gobi. Coloquen su atención en ese lugar, en el desierto está la Voz del Maestro, quien prepara Su Retorno a la humanidad.

Las instrucciones y enseñanzas siguen siendo dadas, el conocimiento desciende para traer más sabiduría y discernimiento, en este tiempo.

Las grandes decisiones son llevadas adelante y todos se reúnen en confraternidad.

Shambhala trae, para todos, el sentimiento de lo sagrado y de lo devocional. Su armonía y sintonía despiertan en el corazón humano la melodía sagrada que hace resonar a Shambhala.

Pero Shambhala es remota, su origen es desconocido. Muchos quieren acceder a sus portales, pero pocos los encuentran, porque para llegar a Shambhala el corazón y la intención deben ser puros, así entrarán al Reino de Shambhala.

Desde allí se emite Mi Mensaje en este día de preparación para el mes de agosto, en el que llegaré al mundo para entregar los últimos impulsos y tesoros a la humanidad.

La Luz de Shambhala pacifica las corrientes contrarias y estabiliza las formas, la mente humana no puede comprender de qué se trata. Porque Shambhala no es de este mundo, aunque esté dentro de él. Su existencia es muy antigua, su legado es muy profundo. 

Aquellos que se acercan a Shambhala conocerán lo sagrado y lo bendito, sentirán un llamado a la ascensión y a la elevación de la consciencia, aun en estos tiempos críticos y difíciles.

En el Reino de Shambhala encontrarán a muchos hermanos que no están en la vida material, sino en la vida espiritual, que entonan sus canciones y mantras para sostener el planeta y la humanidad en equilibrio y armonía.

Únanse a esta cadena de amor y de solidaridad con la Confraternidad de Shambhala; que sus espacios sagrados los colmen y los lleven a comprender, más allá de lo material, todo el Plan de Dios.

Es así que hoy Shambhala resuena como una sagrada nota, una clave primordial para este tiempo final, en el que las almas son llamadas, en los planos internos, a los Recintos Sagrados para encontrarse con la Jerarquía y acompañarla en fidelidad y obediencia.

Es así, que hoy Mi Voz se emite desde el corazón de Shambhala, las puertas de Su Reino están abiertas ante la presencia del Maestro del Amor y de la Humildad.

Que sus discípulos lleguen a Shambhala para reconocer también el legado que está dentro de cada ser y que por primera vez fue impulsado en los orígenes de Shambhala para este planeta. Así la superficie será permeada de nuevos principios que disolverán las formas corruptas y transgresoras.

La mente podrá liberarse de la cadena de los malos pensamientos, de la destrucción y de la ironía, porque Shambhala podrá despertar en cada interior.

Así como los monjes de esa región del planeta entonan sus mantras perpetuamente, que resuene dentro de ustedes la voz de la oración, de la súplica y del pedido, porque aún la puerta de Mi Misericordia está abierta para el mundo y para todas las almas, más allá de su condición o situación.

La Luz de Shambhala emerge hacia la superficie del planeta. Algunos consiguen percibirla, otros aún están muy dormidos para darse cuenta de este gran acontecimiento.

Shambhala emana su mensaje silencioso a las almas, para que ellas reconozcan el momento de Shambhala en este tiempo de la humanidad.

Quiero que sus seres se sumerjan en Shambhala para comprender la vida y la existencia desde otro punto de la consciencia, así no se sentirán bloqueados o encarcelados en su propia condición humana. 

Shambhala forja el guerrero, Shambhala forja el vigilante, Shambhala forja el alma devocional e impulsa constantemente la elevación de la consciencia hacia los Universos Sublimes. 

La Tierra no es solo caos. Shambhala, como otros lugares, es un Recinto Sagrado, en donde podrán realizar esa peregrinación interna hacia dentro de ustedes, hacia sus orígenes, hacia la verdad. Así, las apariencias desaparecerán, las incomprensiones se disolverán; pero solo entra en Shambhala el corazón puro y humilde, aquel que sabe reconocer más allá de sí el Poder de Dios y de la Creación. 

Shambhala se abre como una fuente de amor inagotable. Las almas son bañadas por la Luz de Shambhala en este momento, para reencontrar el sentido de su existencia y de su misión en la Tierra.

Shambhala está aquí. Esta es la Luz de Shambhala. En reverencia, agradezcan y preparen sus corazones para lo que llegará.

Si Shambhala hoy está aquí es por una importancia universal, y no solo mundial. Ella se revela, nuevamente, después de su largo recogimiento. Sus rayos y luces muestran el próximo ciclo, en el que todo finalizará. 

Vayan a buscar a la fuente de Shambhala lo que necesitan. El Padre siempre les dará todo, siempre. Y cuando estén dentro de Su Ley, beban de esa fuente y sus talentos despertarán. 

Shambhala es inmutable. Shambhala es eterna. Shambhala es historia de grandes orígenes. Por eso, tantos monjes llegan allí, al desierto de Gobi en Mongolia, para buscar a Shambhala en donde aparentemente no existe. 

Que la Luz de Shambhala estabilice los espacios y las consciencias para que reine la armonía y la paz.

Shambhala se prepara para su gran tarea y su gran momento. Acompáñenla. 

Shambhala los convoca en el espíritu y en el alma para la unión interna y la sintonía con lo Mayor. 

Pero cuando caminen hacia Shambhala, despójense completamente. Que sus pies sean lavados del polvo, del caos mundial antes de ingresar al portal para que, purificados, sus almas reciban lo que Shambhala tiene para entregarles. Acompáñenme en esta peregrinación interna. 

Shambhala es la esencia de la Verdad, sigan su Luz. Ella es como una gran estrella en el firmamento. Shambhala es como un gran sol en el Universo. Su Reino está allí para ser reconocido y amado.

Shambhala es la voz de la sabiduría del corazón. 

Shambhala, Shambhala, Shambhala, ven hacia aquellos que buscan la inmortalidad y la superación de sí. Ven hacia aquellos que aman el Plan de Dios y lo buscan.

Antes de despedirme, y para que permanezcan en la luz de Shambhala, quisiera pedirles algo especial para Mí, que en este sagrado encuentro con Shambhala, cierren este trabajo cantando “Cristo Solar”.

Así, las almas se encenderán por el impulso que les dará Shambhala con su sabiduría y amor.

Sigan Mis Pasos en esta peregrinación, hacia el encuentro con lo sagrado y lo devocional. 

Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Sagrada Luz de Shambhala
que emerges en los espacios, 
Sagrada Luz de Shambhala
que impregnas todas las formas y arquetipos, 
Sagrada Luz de Shambhala
que transmutas la mente concreta y terrestre, 
eleva todos los principios, 
transmuta todas las corrientes, 
disipa toda adversidad, 
para que el amor que proviene de ti
triunfe en la Creación.

Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 74.º MARATÓN, EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Llegará un tiempo en el que todo ya estará definido, no habrá más oportunidad para escoger.

Llegará el tiempo en el que la humanidad tomará su gran decisión y será en ese mismo momento en el que la Ley Universal actuará, conforme la indicación de Dios.

Ese tiempo no está muy lejos, por eso todos son llamados a vivir una profunda y verdadera reflexión, a dar un gran paso y a confirmar sus vidas al Plan de nuestro Padre Celestial.

Porque de esa forma, Él contará con pilares sobre la superficie de la Tierra para llevar adelante Su Obra de redención y de paz en el mundo, que es la Obra de los Tres Sagrados Corazones.

Sé que viven tiempos muy difíciles. Por esa razón Yo estoy aquí compañeros, no solo para acompañarlos en la alegría y el júbilo, sino también para acompañarlos en los momentos cruciales, en los que las naciones del mundo definen su destino, un destino que repercutirá sí o sí en la población mundial.

Pero nunca dejen de tener fe, no dejen que sus corazones vacilen, no dejen que la duda ingrese en sus mundos internos, porque Mi adversario no está descansando. Pero si sus oraciones llegan al Cielo, como en este día, muchísimas situaciones son evitadas, no sólo en las naciones sino también en los pueblos.

Llegará el momento compañeros, en que cada uno de ustedes deberá cruzar el portal del Armagedón, no sólo por su purificación interior, sino también para poder vivir con paciencia, amor y humildad el caos del fin de estos tiempos.

Yo les pido, compañeros, que sostengan con firmeza Mi antorcha de Luz, esa antorcha de Luz que Yo les entregué a través de la oración, que ha hecho elevar sus consciencias y vidas, muchas veces, al Reino de Dios y a veces sin que ustedes lo perciban.

Es esa antorcha de Luz que debe flamear en este tiempo final, iluminar a todos los rincones de la Tierra y a todos los corazones, disipar toda la oscuridad y las tinieblas que viven en las almas.

Por eso Yo los llamo como Mis apóstoles de los últimos tiempos, los apóstoles del tiempo final, los que son parte de la historia de la transición de la Tierra y los que podrán reescribir una nueva historia en la humanidad, libre del sufrimiento, del caos y de la maldad humana.

Es con la conversión y la redención de sus corazones que podrán cambiar el mundo y la Luz de Dios descenderá a la Tierra por medio del retorno de Cristo y todos participarán de eso, no importa desde qué plano o desde dónde sea, todos participarán de ese acontecimiento, todos serán parte de esa historia final que Yo vengo construyendo en sus mundos internos. 

Porque cuando el gran momento se aproxime, compañeros, les aseguro que sus vidas no retrocederán, darán pasos hacia adelante, enfrentarán el fin de los tiempos, aprenderán a sostener a sus familias y seres queridos, a sus vecinos y amigos, a sus propias naciones, las cuales forman parte de una gran deuda espiritual por haberse desviado de la Ley y del compromiso.

Pero permitan, compañeros, que sosteniendo la antorcha de la Luz, que es el reflejo vivo de la oración del corazón, Mi Gobierno Universal descienda a la Tierra.

Primero Mi Gobierno debe descender a sus corazones, a sus almas, espíritus y vidas. Deben forjar en ustedes, compañeros, ese espíritu de valentía y de coraje como los primeros cristianos lo tuvieron, dando sus propias vidas para dar testimonio de Mi presencia en el mundo.

Pero Yo ya no quiero ver correr más sangre. Yo quiero ver, compañeros, el testimonio de su conversión y redención diaria, la alianza perfecta con el Padre Celestial y con todos sus ángeles que están en el Cielo.

Porque en el momento más agudo de la Tierra es cuando Yo enviaré a las huestes del Padre, principalmente a las huestes de San Miguel Arcángel.

Ellas vendrán con sus espadas, cortarán las amarras, liberarán las cadenas de los hombres y mujeres de la Tierra, cerrarán los infiernos, el mal será vencido y el Corazón de Dios triunfará en cada corazón humano. Y la promesa del Retorno de Cristo se cumplirá. Ya no será solamente una promesa, será una realidad.

Pero sigan firmes, persistan en la luz de la oración, sigan reencendiendo la antorcha de Luz que Yo les he entregado y lleven sobre sus pechos la Cruz de la Redención, esa Cruz que se iluminó por ustedes en lo alto del Monte Calvario, esta Cruz que testimonió la muerte del Hijo de Dios y que grabó en su esencia la Sangre del Cordero, del Cordero que fue inmolado, que fue ultrajado y maltratado por la ignorancia y la inconsciencia de los hombres.

Pero el poder de Mi divina e insondable Misericordia que se derramó en lo alto de la Cruz, con la vertiente del Agua y de la Sangre, esa divina Misericordia es la que llega hasta estos tiempos. Es esa poderosa e invencible Misericordia que Dios, nuestro Padre Eterno, Me mostró en el Huerto Getsemaní.

Lo que Me dio fuerzas, compañeros, para llegar hasta estos tiempos fue: la fidelidad de Mis compañeros, el amor de Mis mártires, la solidaridad de los servidores, la honestidad de los colaboradores, la consagración de los corazones a la vida espiritual y religiosa y, principalmente, el sacerdocio que brota de Mi insondable Corazón, para que toda Mi Gracia y Misericordia pudieran seguir siendo derramadas en el mundo, a través de los tiempos y de todas las generaciones.

Es así, compañeros, que les pido que confirmen sus consciencias a Dios, así como hoy confirman sus consciencias a Mi Corazón porque Yo les pido, compañeros, que sosteniendo esa antorcha de luz y de fe, que iluminará los tiempos más cruciales y definitivos, ustedes podrán, compañeros, atravesar el fin de los tiempos sin temor, con una profunda valentía, una fortalecida fe que nace de la confianza de sus vidas en la presencia de su Redentor dentro de cada uno de ustedes.

La humanidad espera ver fenómenos que trasciendan todos los tiempos y los acontecimientos, pero el verdadero fenómeno en este tiempo es el milagro que pudo suceder en sus vidas con su adhesión a Mi Plan de Amor y con su confianza imborrable en Mi Proyecto Redentor.

Haber alcanzado eso en este tiempo es un milagro. Por eso los vuelvo a renovar en la persistencia y en la fe porque vendrán tiempos más duros, los tiempos que la humanidad escogió. Pero cuanto más oren y cuanto más se fortalezcan interiormente, muchas, muchas más almas serán aliviadas de esa elección que hizo la propia humanidad, principalmente las elecciones que hacen las naciones en este tiempo que no es responsabilidad del pueblo, sino del hipnotismo que imparten los que gobiernan.

Que en sus corazones nunca falte el Amor de Dios. Antes de decidir, de actuar o de hablar, piensen si en sus sentidos internos está el Amor de Dios, porque eso los protegerá de entrar en el caos de estos tiempos y de ser empujados violentamente por las fuerzas de la perdición.

Pero hay algo que es inviolable, que está construido en sus corazones y esencias. A pesar de los acontecimientos y de las pruebas, compañeros, eso no puede ser derrotado, no puede ser disipado, nadie lo puede disolver. Porque es una fortaleza espiritual que sus vidas construyen en Mi vida, en cada momento de oración, en cada momento de servicio como en cada oportunidad de amar cada día más.

Esos tesoros son inviolables, son inextinguibles y no se pueden borrar. Cuiden de esos tesoros y permitan que de esos tesoros puedan surgir más frutos que sean compartidos y distribuidos con sus hermanos, así como Yo comparto Mi Amor con ustedes.

Hoy vengo a decir que Argentina enfrentará un momento muy agudo, pero me tienen a Mí para poder atravesarlo. Por eso, les pido que no abunde la ira ni la indignación en sus corazones, que no levanten sus voces ni tampoco sus espadas, porque quien lastima con su espada y con su voz, será lastimado.

Utilicen, en este momento, el tercer rayo que rige a este universo material y que la Inteligencia Divina, que es propagada por el Espíritu Santo, los coloque en el lugar correcto y en el momento correcto, en la oportunidad de dar más amor donde no existe.

Pero esa prueba no durará mucho tiempo. Argentina será reencendida por todos sus recintos sagrados y las almas lo sentirán, y será el preámbulo de Mi llegada al mundo de una forma inesperada e inexplicable.

Por eso coloquen sus mentes y consciencias en todo lo bueno que llegará y no en la pruebas que sucederán.

Sé que no podrán estar indiferentes a la realidad de Argentina y de Sudamérica, pero ustedes deben alimentar sus espíritus en el fuego de la oración para que no sientan que algo les falta, sino que sientan una fuerza interior que los impulse a renovarse, de tiempo en tiempo.

Estoy aquí, en este día y en esta tarde, para prepararlos para ese momento, momento en el cual deberán demostrar, por ustedes mismos, que comprendieron Mis palabras y, especialmente, que viven Mi mensaje hasta en las cosas más simples y pequeñas. Eso los protegerá no solo a ustedes sino también a sus seres queridos.

Las crisis de estos tiempos forjan en los corazones la fraternidad humana, una fraternidad que nunca se vivió en otro tiempo, una fraternidad humana que los retirará de la ilusión, de la propiedad, del control de todo lo que creen tener por ustedes mismos.

Así despertarán al amor y lo podrán expandir en el mundo, así como Yo expandí Mi Amor por ustedes en cada momento y en cada pasaje por esta Tierra.

Ahora sí, Yo necesito que me imiten, que sean Mi ejemplo de amor y de luz, de paz y de reconciliación. El Cielo acoge con esplendor sus oraciones y hace de ellas muchos milagros, gracias y misericordias para ser derramados en otros lugares de la Tierra, en donde no se vive el amor y la paz, en donde no existe el bien.

Sean celadores de ese Amor vivo de Dios que como al pueblo de Israel, en este tiempo, vengo a alimentarlos y a nutrirlos espiritualmente. Es ese Amor que les permitirá trascender el fin de los tiempos, es ese Amor que nadie les quitará porque es el Amor de Dios que puede ingresar en ustedes y morar en ustedes para siempre.

Mientras las puertas del Cielo están abiertas y la Iglesia Celestial desciende para comulgar de las esencias de Dios, este es el momento en que cada una de sus almas puede realizar un nuevo ofertorio al Padre Celestial. En la más profunda y verdadera sinceridad que brota de sus corazones podrán emitir a través de Mi Corazón su oferta e intención por alguna situación o causa, sea posible o imposible.

En este momento, al igual que los ángeles del Cielo que rodean la gloria y la divinidad del Hijo de Dios, sus almas se postran al suelo y reciben del Universo, la sagrada bendición fruto de la Gracia y de la Misericordia del Padre.

Preparamos este momento, no solamente para la transustanciación de los elementos que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sino también para que Dios escuche sus súplicas, reciba sus intenciones y colme con Su Amor a cada uno de los presentes.

Nos colocamos de pie y agradecemos, llevando nuestra mano al corazón, para sentir el pulsar de nuestro corazón que es el pulsar del Corazón de Cristo, que en este momento emite e irradia Su Amor al mundo, disolviendo las dificultades, transmutando los infiernos, liberando a las almas de la opresión.

El Corazón de Jesús, pulsa en cada corazón humano. Sientan el pulsar de sus corazones, sientan el latir de Su Corazón vivo, ese es el pulsar del Corazón de Dios que nunca se detiene, que nunca descansa y que todo renueva.

Y hoy, ante la Iglesia Celestial del Padre, reciban Su Amor y comulguen de este momento que los lleva a la renovación de la vida y de la consciencia.

En este ofertorio de Amor, humildemente, elevemos nuestras súplicas para que el Corazón del Padre nos responda por medio de Su Misericordia.

Oración: Padre Celestial (se repite tres veces).

Padre Eterno, Dios y Creación de la vida, bendice estos elementos que amorosamente Tus hijos ofrecen en Tu altar para la transustanciación de la vida, el perdón de los errores y la victoria de la Divina Misericordia en el mundo entero. Amén.

En este momento, elevamos nuestras intenciones a Dios.

Dios concede Su Gracia y Su Misericordia a través del Amor de Su Hijo y este Amor universal e infinito es el que concede la cura y la redención de las almas.

Hoy vuelvo a instituir y a establecer la revelación de este misterio de amor, por medio de la consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Y ante el mismo escenario de la Última Cena, los que consigan y puedan, nos arrodillamos.

En aquel tiempo, después de haber lavado las manos y los pies de los apóstoles, de los primeros sacerdotes que Me sucederían, los reuní en torno a la mesa del Amor para celebrar el legado de Cristo que quedaría para siempre en la humanidad.

Y así tomé el pan, lo partí dando gracias a Dios por ese sacrificio que viviría, lo entregué a los apóstoles diciéndoles en un profundo amor: "Tomen y coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Y al sonar de tres campanadas, los ángeles transustanciaron el pan en el Cuerpo vivo de Cristo.

Oración: Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Enseguida, tomé el Cáliz, dando gracias a Dios por ese sacrificio de derramar hasta la última gota de Mi Sangre por Mis hermanos, lo pasé a los apóstoles diciéndoles en un profundo amor: "Tomen y beban, esta es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Maestro y Señor para la remisión y el perdón de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía".

Y al sonar de tres campanadas, los ángeles transustanciaron el vino en la Sangre Preciosa de Cristo.

Oración: Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Nos ponemos de pie y nos tomamos de las manos.

Como un solo pueblo, como una sola humanidad y un único rebaño junto a Cristo nuestro Señor, el Rey de reyes y el Maestro entre los maestros, como fue en la Última Cena vamos a repetir la oración que Él nos enseñó expresando, en cada palabra, su dulce y más puro Amor.

Y vamos a hacer esta oración suavemente, pausadamente, sintiendo cada una de las palabras que Cristo dejó para nosotros.

Oración: Padre Nuestro.

Llevamos nuestras manos al corazón y al sonar de siete campanadas se establece y se instituye para el mundo entero en este día de Gloria y de Misericordia, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, nuestro Salvador.

Me alegra saber, compañeros, que día a día en su camino de transformación y de fe pueden formar parte de Mi Cuerpo místico, ese Cuerpo espiritual y divino que congrega y une a todas las almas del mundo, más allá de las distancias, de las fronteras y de las naciones, estableciendo un solo pueblo, una sola raza y una Nueva Humanidad.

En nombre de esa sagrada promesa de la Nueva Humanidad, dentro de la Nueva Jerusalén, Yo les doy Mi Paz para que la vivan y la sientan, la compartan y la expresen con sus seres queridos y con todos los que encuentren en sus caminos.

Que esta Paz, que brota del Corazón eterno de Dios, los haga libres para siempre y encuentren en esa libertad la alianza perfecta con el Creador, hasta que se cumplan los mil años de paz.

Que la Paz de Mi Corazón esté con todos ustedes, en fraternidad y unidad se darán el saludo de la paz.

Les agradezco, por haber respondido a Mi convocatoria.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA Y DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los Tres Sagrados Corazones están presentes en este momento.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

¡Gracias!, es Mi Mensaje para todos ustedes en este día, porque es a través de Mis amados hijos que Yo puedo cumplir las Obras del Creador en la Tierra.

En esta tarde, especialmente, he venido con San José y Cristo, para demostrarles a todos que Nuestro Amor se derrama sobre el mundo a pesar de todo lo que suceda en este tiempo. Y ese caudal de Amor es más grande cuando ustedes responden a Mi llamado, como lo hicieron en este momento, abriendo sus corazones y consciencias para encontrarme en este lugar una vez más.

Hoy, un ciclo se cierra para todos y una nueva etapa comienza para aquellos apóstoles de Mi Hijo que siguen los pasos de la Sierva fiel de Dios.

Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia todos, aspirando a acariciar sus espíritus, tocar sus almas para que sientan la Gloria de Dios.

Vengo con Cristo y con San José para representar a la Santísima Trinidad, aquella Divina Esencia que originó todo lo que existe en este universo.

Hoy, como su Madre Mayor, con todos los Ángeles del Cielo y con los Ángeles de su Guarda, venimos aquí para glorificar a Dios, porque es a Él a Quien deben honrar. Es a Él a Quien le deben todas las cosas, porque Él es Quien permite todas las cosas en el mundo, las acciones de gracia y de caridad, de misericordia y redención para todos los corazones de la Tierra.

Hoy, vengo coronada por las estrellas de Dios, posando Mis pies sobre la nueva Luna y anunciando los nuevos caminos para todos Mis hijos, caminos libres del sufrimiento y del dolor, pero llenos de esperanza y del Amor de Dios.

Vengo a retirar a cada uno de ustedes del sufrimiento, para que ingresen en el nuevo ciclo Conmigo. Yo los invito, junto a Cristo y a San José, a que crucen ese umbral, ese portal a la nueva conciencia de sus espíritus, de sus almas y de sus corazones. Así, queridos hijos, conocerán la Voluntad de Dios, la cual debe realizarse aún en este mundo, a pesar de que sufra la transición.

Hay corazones en esta humanidad que pueden sustentar el Plan de Dios en la humanidad. Por eso, Yo los vengo fortalecer de tiempo en tiempo, a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Casto Corazón de San José.

Aquí, queridos hijos, todos ustedes, están ante tres Rayos diferentes que se unen en un mismo punto, que es el Corazón de Dios, en donde brota la vida, la esperanza y la Misericordia. Esos tres Rayos llegan a ustedes a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Corazón de San José porque Nosotros les ofrecemos el camino de la simplicidad y de la verdad.

Es en esa simplicidad, queridos hijos, que ustedes deben vivir en este nuevo ciclo. Esa simplicidad de sus corazones y almas permitirá que la Tierra se pueda redimir, que el odio se retire de los corazones ingratos y que los espíritus puedan renacer a la redención. Es en esa simplicidad de sus espíritus que las puertas del Cielo se mantendrán abiertas. Esta es la llave segura para este tiempo, unida a la oración del corazón.

Es así que Yo los quiero ver, queridos hijos, a cada uno de ustedes, como verdaderos espejos de Mi Luz, que puedan irradiar al mundo los atributos que tanto necesita esta raza.

La estrella guía de Mi Consciencia Divina, de la Consciencia de Cristo y de la Consciencia de San José no los abandonará en este tiempo tan difícil, en donde el mundo cruza por sus tinieblas.

Yo los invito a generar y a regenerar la alegría, porque el mundo lo necesita, para que el mal pueda ser vencido. En esa alegría no puede faltar el amor de sus corazones, las obras de servicio, del servicio al prójimo para que todas las almas se puedan curar.

Yo los invito, queridos hijos, en este 8 de agosto, a que renueven los votos Conmigo, como hijos de Mi Corazón y de Mi Consciencia.

Están en cada parte de este mundo para encender la Luz en la humanidad, las llamas sagradas de sus corazones que arden en devoción por los Tres Sagrados Corazones. Eso permitirá también, queridos hijos, que muchas, pero muchas consciencias, que no merecen la Gracia de Dios ni tampoco su Misericordia puedan ser aliviadas y apartadas del mal.

Hoy quiero decirles, queridos hijos, que después de nueve años Conmigo, Mi Corazón está triunfando, pero no como los hombres creen. El verdadero triunfo de Mi Consciencia se da con la transformación de sus corazones. Y hoy estoy ante corazones transformados que caminan por escuelas diferentes, pero que siguen el mismo propósito de Mi llamado. Eso es lo importante, hijos amados, que vean la realización del Plan de Dios en sus vidas, que miren hacia atrás no para recordar el pasado, sino para ver lo que se han transformado, todo lo que se han convertido, de tiempo en tiempo.

Yo necesito, queridos hijos, que sus ojos puedan ver Mis planes concretados en este mundo, en cada uno de ustedes, en cada parte de esta humanidad. Vean como Mi Consciencia trabaja a través de ustedes de una forma simple pero verdadera.

Necesito, queridos hijos, que en este nuevo ciclo sus corazones alcancen el espíritu de la humildad.

Hoy, vengo a traerles este Mensaje, porque sé que lo pueden vivir y lograr.

Queridos hijos, estoy muy agradecida por cada paso que han dado con confianza hacia Mi Corazón. Esto tiene un valor incalculable para el Padre Celestial. Ese valor lo comprenderán en poco tiempo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque cuando llegué a sus vidas, hace algunos años, la humanidad buscaba develar grandes ciencias, porque creía que el camino para la evolución se encontraba solo en el conocimiento, en la inteligencia; una inteligencia que se alejaba de Dios, que alimentaba la soberbia y el orgullo de los corazones.

La humanidad, hijos Míos, no estaba aprendiendo verdaderamente el conocimiento, no estaba asimilando la sabiduría que se guardaba en la instrucción. El camino de la instrucción debería conducirlos al amor, pero no supieron aprender y no crecieron en el espíritu; no descubrieron, hijos Míos, que la mayor ciencia es la ciencia de la simplicidad que los lleva al vacío de sí y al encuentro con Dios.

Hoy, ante los Tres Sagrados Corazones, les traemos el ejemplo de Nuestras vidas en la Tierra, cuando Nuestra Consciencia Divina animó un cuerpo tan semejante a los suyos.

En aquella época, la entrega de Jesús lo llevó al aprendizaje del Amor; el silencio de María la llevó al aprendizaje del Amor y la humildad de San José lo divinizó y abrió las puertas del Cielo, porque Él aprendió a amar.

Fue así, hijos, que el Plan de Dios se cumplió en la Sagrada Familia. Todas las ciencias se revelaron en la simplicidad de los Tres Sagrados Corazones, y las puertas del Cielo se abrieron, porque Ellos supieron amar.

En esta noche, muchos esperaban palabras llenas de rebuscamiento, pero con poca simplicidad. Todos esperaban un gran milagro, el develar de un gran misterio; pero pocos, hijos, percibieron que dentro de sí mismos se revela el gran misterio de la Creación.

Sean simples de corazón y permitan que la luz de sus esencias ilumine sus ojos y les muestre que no hay otro misterio para revelarles, sino el misterio del amor que nació en sus corazones. Es ese amor que crece cada día y que los hace olvidarse de sí mismos, para amar cada vez más y comprender al prójimo, lo que simboliza la manifestación de los Planes de Dios en sus vidas.

No esperen grandes misiones, heroicos acontecimientos; no esperen fenómenos porque el mayor milagro, hijos, ya está aconteciendo en sus vidas, y eso es lo que quiero que comprendan en esta noche. 

Quiero que, a partir de ustedes, la humanidad aprenda a ser simple, descubra que la sabiduría se revela en el amor y  todo el conocimiento se encuentra. En el amor, pueden comprender aquello que nunca comprendieron y, más que eso, pueden vivir aquello que siempre creyeron que sabían.

En esta noche, hijos, ante los Tres Sagrados Corazones, reconozcan este ejemplo y acepten la Gracia de poder imitarlos en este tiempo; porque, después de tantos encuentros Conmigo, el Santo Espíritu de Dios ya colmó sus almas y sus vidas, depositó en sus consciencias muchos dones que florecerán en la hora correcta, cuando la humildad pueda ocupar el espacio de la soberbia y del orgullo y ustedes puedan ser libres para expresar la Voluntad de Dios, donde quieran que estén.

No tengan prisa, tengan precisión para dar los pasos correctos y saber en dónde estar y cómo actuar. Siempre escuchen la voz de sus corazones, que les habla en la oración y que los lleva al camino de la simplicidad y del amor, y nunca al engrandecimiento.

Recuerden, hijos, que fue en el silencio de María que Ella descubrió la grandeza de Su Hijo. Fue en la humildad de San José, en una pequeña carpintería, distante del mundo y de sí mismo, que Él descubrió los verdaderos misterios celestiales. Fue amando al prójimo y olvidándose de Sí, entregando el reinado que el mundo esperaba de Él, para morir en la cruz, despojado de Sus vestiduras, que Nuestro Señor, Mi Amado Hijo, les entregó este camino de redención y de Misericordia y expresó plenamente el arquetipo de Dios para la humanidad, que no se guardaba en el sufrimiento de la cruz, sino en el pleno Amor y la Divina Misericordia que de aquella Cruz emanaban.

Sigan el ejemplo de los Sagrados Corazones y descubran, Mis amados, que poco a poco el Plan de Dios se manifiesta en sus vidas, y este horizonte para la nueva raza ya comienza a surgir delante de sus ojos, en lo profundo de sus consciencias.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Y ahora, queridos hijos, daré la palabra a Cristo, porque es a Él que le debemos todo lo que se nos ha sido dado. Porque Él permite esta Gracia, esta redención, esta sagrada oportunidad de que los corazones conozcan sus espíritus y tomen consciencia de su origen, aceptando definitivamente lo que han venido a cumplir sobre este planeta.

Coloquen sus manos en señal de recepción.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Nuestro Reinado es en el Universo y a ese Universo ustedes pertenecen, así como toda la Creación pertenece al Universo de Dios. De ese Universo, Yo provengo, así como provienen sus esencias y viven a través de los tiempos todas las oportunidades de redención.

A ese Universo, quiero que miren siempre, a pesar de lo que suceda. Recuerden que la vida superior siempre los ayudará a dar el gran y último paso, el definitivo paso hacia Dios, en unión perfecta con Su Corazón.

Es por eso, compañeros, que en la devoción ardiente de Mi Madre y en la simplicidad de San José, hemos venido a este Centro de Amor, para bendecir al mundo y prepararlo para lo que sucederá en poco tiempo.

Ahora veo sus corazones fortalecidos, después de haber cruzado el desierto Conmigo. Aún existen almas que necesitan de mucha ayuda para poder soportar las grandes corrientes cósmicas de la transformación. Pero si sus manos están unidas a la Mía y sus cuerpos se aferran a Mi túnica, la Luz de Mi Sagrado Corazón siempre los iluminará y no tendrán por qué temer, porque la purificación es la primera escuela de Mis apóstoles.

Así, queridos y amados compañeros, los invito a la trascendencia interior, una trascendencia que alcanzarán en la perfecta unidad con sus hermanos, abandonando la indiferencia humana, la omisión y el juicio de los errores que otros cometen.

Yo los invito a ser verdaderamente parte de Mi Divina Misericordia, así como Mi Divina Misericordia desciende al mundo para ayudar a esta humanidad perdida.

A través de estos últimos días, compañeros, recorrieron un largo camino interior junto a Mí, que al cabo de los tiempos descubrirán por sí solos. No será para ustedes una gran revelación, pero será la señal que tanto necesitan, la enseñanza que tanto esperaban recibir, para poder dar ese gran paso del cual Yo les hablo.

Hoy, Mi Corazón se glorifica, porque Mis compañeros glorifican el Corazón de Dios. Hoy Mi Corazón se alegra un poco más, porque los hijos de Mi Madre honran y glorifican a la Reina del Cielo.

Así, queridos compañeros, el Plan está muy próximo de sus vidas, dejará de ser tan inmaterial para estar visible en sus consciencias y corazones.

En este nuevo ciclo que comenzamos juntos, a partir de este día 8 de agosto, defínanse, compañeros. Cierren las puertas al mal y ayuden a cerrar las puertas que el mal les abre a todos sus hermanos.

Los invito, compañeros, a ser cooperadores de Mi Obra redentora, a realizar en estos tiempos el gran servicio planetario por esta raza. Los invito, en simplicidad y verdad, a que se constituyan como soles resplandecientes sobre el planeta, estrellas fugaces que se han convertido en luz, en redención y en amor.

Por esta máxima Obra, creadora e infinita, que pertenece al universo y la cual se debe concretar en esta humanidad, en esta misma hora, unimos nuestras manos, entre María y San José, formando esa sagrada triangulación que impulse a las almas a dar el gran paso, bendecidos por el Espíritu de Dios, por la Gracia, por la Misericordia infinita, para que todos Mis discípulos y apóstoles, para los principiantes como para los que están hace tiempo en Mi camino, en la hora justa y cierta, juntos como una sola unidad, puedan cruzar el umbral hacia la Nueva Humanidad.

Recuerden, compañeros, que toda esta Obra del final de tiempo gestará lo nuevo, lo que verán venir desde el horizonte, el nuevo ciclo de la humanidad, libre de los errores, de los pecados, de las maldades y de las indiferencias, llenos del Amor de Dios, de la Gracia, de la Misericordia y de la Compasión.

Al fin, queridos compañeros, aún hay mucho esfuerzo por hacer. Que sus corazones no se cansen de expandirse para que puedan abrazar cada vez más esta Obra, que debe llegar a los cinco continentes. Esta Obra es complementaria de la obra de Mi Santa Iglesia. Esta Obra, queridos compañeros, se expresa en esta humanidad dando oportunidades para todas las consciencias, para que todos puedan conocer el Amor de Dios de alguna forma.

A través de ustedes, Yo deposito una misión importante, una misión que están conociendo de a poco, que deben amar principalmente para que ella se pueda fortalecer en ustedes, y así expresarse y realizarse en esta humanidad.

En este 8 de agosto, el Universo, el Universo Celestial, el Universo Mental y el Universo Material, se detienen por un instante para observar el último ciclo que ahora ha comenzado.

Unan sus manos en oración.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos Míos, Mi Hijo les habla de una última chance. Es esa última chance que muchos recibirán para que puedan cruzar el portal hacia la redención y conversión. Mi Hijo los invita a ser precursores de este tiempo definitivo, que convoca a todas las ovejas perdidas para que puedan entrar en el establo de su Corazón.

Oremos en este momento, porque el último ciclo está descendiendo sobre este universo como una corriente poderosa de Dios que viene a corregir al mundo, que viene a equilibrar a las consciencias, que viene a traer lo nuevo, lo que aún nadie ha conocido, y sobre lo que nadie puede comentar de qué se trata, porque es un ciclo que llega en esta hora, en este preciso momento, para todos sus seres superiores y los seres superiores de toda la humanidad, no importando si están en la luz o en la oscuridad.

El Gobierno del Universo proclama Su Sagrada Palabra, para anunciar al mundo que es momento de que los últimos soles despierten a su verdadera tarea.

Recemos unidos a los Tres Sagrados Corazones, queridos hijos, porque en Nuestros Corazones ustedes siempre podrán estar, para que los podamos guiar hacia el Propósito infinito.

Unifíquense y vivan cada día más la unidad. La unidad los protegerá para que no salgan del camino. Y aquellos que aún no pueden vivir la unidad, que se rindan ante Mi Hijo para que Él los pueda ayudar a ser mansos, pacíficos y buenos con sus semejantes.

Recuerden, queridos hijos, las dádivas que les ha dado el Cielo en estos últimos nueve años.

Recemos.

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Y ahora el nuevo ciclo ya ha ingresado en la consciencia espiritual del planeta. Consciencia poderosa que proviene de Dios, descendiendo sobre el mundo para redimir a los corazones y fortalecer a los apóstoles que sustentarán a este planeta, cuando nosotros ya no estemos presentes, pero sí vivos en sus corazones para siempre.

Agradezcamos a Dios por esta oportunidad. Invoquemos sus Nombres Sagrados. Mientras nos elevamos al Cielo, eleven al Cielo sus intenciones, sus oraciones y súplicas.

¡Feliz 8 de agosto! Han nacido a Mi Paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Compañeros Míos, Mi Corazón es su fortaleza.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Canción: “Los Nombres de Dios”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Cuando la Divinidad hace un anuncio como éste, una gran emoción, un gran movimiento interior se produce en cada uno. Algo que emiten nuestras almas, que nosotros no comprendemos bien, porque además de la emoción, también nos causa un poco de temor, porque es algo desconocido. Es allí en donde el amor y la fe superan ese sentir y nos podemos aferrar al Manto de Nuestra Señora y a la Túnica de Nuestro Señor, sabiendo que ese paso, guiado por Ellos, será lo mejor para todos.

Hoy, en nuestro corazón, nuestra alma habló y dijo sí, seguimos adelante, a pesar de ese sentir que nos invadió; porque sabe que, en ese sentir, la fe y el amor van a fortalecerse y la confianza total en Dios nos convertirá en otros seres.

Esos fueron los pasos que nosotros dimos hace nueve años y aquí estamos, a punto de dar otros pasos, tal vez mucho más grandes, pero que nos van a llevar a otro punto. Y quién sabe, dentro de algún tiempo, en vez de haber 800 personas aquí, habrán algún día 80 000, para alabar a Nuestro Señor y a Nuestra Señora.

Siempre imaginamos cómo será cantar el Kodoish con 100 000 personas y atraer a los ángeles del Cielo. Quién sabe, de repente no es solo un sueño, liberar finalmente a este mundo de la ignorancia, de la perdición y de la falta de unión con Dios.

Nosotros, desde aquí, saludamos a todos en este día memorable, en el que al fin este mundo da su nuevo paso en la evolución. Y cada uno de nosotros que afirme su corazón en Dios, verá la Nueva Raza.

Y ahora, vamos a cantar para terminar, y vamos a repartir nuestras amadas naranjas. Esas amadas naranjas que fueron el principio de todo esto, y vamos a recordar una profecía que una hija de Dios, aquí en Uruguay, hace mucho tiempo transmitió y que dijo que Cristo cuando retornara, iba a caminar entre los naranjos, y nosotros nos estamos preparando.

Así que ahora vamos a cantar "Únete al Corazón de María", mientras repartimos nuestras naranjas y mientras nos despedimos de todo este planeta, de todos los que nos están acompañando a través de Misericordia María TV.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las naranjas fueron bendecidas por los Tres Sagrados Corazones. Llevan tres bendiciones en una.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO Y DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los Tres Sagrados Corazones están presentes en este momento.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

¡Gracias!, es Mi Mensaje para todos ustedes en este día, porque es a través de Mis amados hijos que Yo puedo cumplir las Obras del Creador en la Tierra.

En esta tarde, especialmente, he venido con San José y Cristo, para demostrarles a todos que Nuestro Amor se derrama sobre el mundo a pesar de todo lo que suceda en este tiempo. Y ese caudal de Amor es más grande cuando ustedes responden a Mi llamado, como lo hicieron en este momento, abriendo sus corazones y consciencias para encontrarme en este lugar una vez más.

Hoy, un ciclo se cierra para todos y una nueva etapa comienza para aquellos apóstoles de Mi Hijo que siguen los pasos de la Sierva fiel de Dios.

Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia todos, aspirando a acariciar sus espíritus, tocar sus almas para que sientan la Gloria de Dios.

Vengo con Cristo y con San José para representar a la Santísima Trinidad, aquella Divina Esencia que originó todo lo que existe en este universo.

Hoy, como su Madre Mayor, con todos los Ángeles del Cielo y con los Ángeles de su Guarda, venimos aquí para glorificar a Dios, porque es a Él a Quien deben honrar. Es a Él a Quien le deben todas las cosas, porque Él es Quien permite todas las cosas en el mundo, las acciones de gracia y de caridad, de misericordia y redención para todos los corazones de la Tierra.

Hoy, vengo coronada por las estrellas de Dios, posando Mis pies sobre la nueva Luna y anunciando los nuevos caminos para todos Mis hijos, caminos libres del sufrimiento y del dolor, pero llenos de esperanza y del Amor de Dios.

Vengo a retirar a cada uno de ustedes del sufrimiento, para que ingresen en el nuevo ciclo Conmigo. Yo los invito, junto a Cristo y a San José, a que crucen ese umbral, ese portal a la nueva conciencia de sus espíritus, de sus almas y de sus corazones. Así, queridos hijos, conocerán la Voluntad de Dios, la cual debe realizarse aún en este mundo, a pesar de que sufra la transición.

Hay corazones en esta humanidad que pueden sustentar el Plan de Dios en la humanidad. Por eso, Yo los vengo fortalecer de tiempo en tiempo, a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Casto Corazón de San José.

Aquí, queridos hijos, todos ustedes, están ante tres Rayos diferentes que se unen en un mismo punto, que es el Corazón de Dios, en donde brota la vida, la esperanza y la Misericordia. Esos tres Rayos llegan a ustedes a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Corazón de San José porque Nosotros les ofrecemos el camino de la simplicidad y de la verdad.

Es en esa simplicidad, queridos hijos, que ustedes deben vivir en este nuevo ciclo. Esa simplicidad de sus corazones y almas permitirá que la Tierra se pueda redimir, que el odio se retire de los corazones ingratos y que los espíritus puedan renacer a la redención. Es en esa simplicidad de sus espíritus que las puertas del Cielo se mantendrán abiertas. Esta es la llave segura para este tiempo, unida a la oración del corazón.

Es así que Yo los quiero ver, queridos hijos, a cada uno de ustedes, como verdaderos espejos de Mi Luz, que puedan irradiar al mundo los atributos que tanto necesita esta raza.

La estrella guía de Mi Conciencia Divina, de la Consciencia de Cristo y de la Conciencia de San José no los abandonará en este tiempo tan difícil, en donde el mundo cruza por sus tinieblas.

Yo los invito a generar y a regenerar la alegría, porque el mundo lo necesita, para que el mal pueda ser vencido. En esa alegría no puede faltar el amor de sus corazones, las obras de servicio, del servicio al prójimo para que todas las almas se puedan curar.

Yo los invito, queridos hijos, en este 8 de agosto, a que renueven los votos Conmigo, como hijos de Mi Corazón y de Mi Consciencia.

Están en cada parte de este mundo para encender la Luz en la humanidad, las llamas sagradas de sus corazones que arden en devoción por los Tres Sagrados Corazones. Eso permitirá también, queridos hijos, que muchas, pero muchas consciencias, que no merecen la Gracia de Dios ni tampoco su Misericordia puedan ser aliviadas y apartadas del mal.

Hoy quiero decirles, queridos hijos, que después de nueve años Conmigo, Mi Corazón está triunfando, pero no como los hombres creen. El verdadero triunfo de Mi Consciencia se da con la transformación de sus corazones. Y hoy estoy ante corazones transformados que caminan por escuelas diferentes, pero que siguen el mismo propósito de Mi llamado. Eso es lo importante, hijos amados, que vean la realización del Plan de Dios en sus vidas, que miren hacia atrás no para recordar el pasado, sino para ver lo que se han transformado, todo lo que se han convertido, de tiempo en tiempo.

Yo necesito, queridos hijos, que sus ojos puedan ver Mis planes concretados en este mundo, en cada uno de ustedes, en cada parte de esta humanidad. Vean como Mi Consciencia trabaja a través de ustedes de una forma simple pero verdadera.

Necesito, queridos hijos, que en este nuevo ciclo sus corazones alcancen el espíritu de la humildad.

Hoy, vengo a traerles este Mensaje, porque sé que lo pueden vivir y lograr.

Queridos hijos, estoy muy agradecida por cada paso que han dado con confianza hacia Mi Corazón. Esto tiene un valor incalculable para el Padre Celestial. Ese valor lo comprenderán en poco tiempo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque cuando llegué a sus vidas, hace algunos años, la humanidad buscaba develar grandes ciencias, porque creía que el camino para la evolución se encontraba solo en el conocimiento, en la inteligencia; una inteligencia que se alejaba de Dios, que alimentaba la soberbia y el orgullo de los corazones.

La humanidad, hijos Míos, no estaba aprendiendo verdaderamente el conocimiento, no estaba asimilando la sabiduría que se guardaba en la instrucción. El camino de la instrucción debería conducirlos al amor, pero no supieron aprender y no crecieron en el espíritu; no descubrieron, hijos Míos, que la mayor ciencia es la ciencia de la simplicidad que los lleva al vacío de sí y al encuentro con Dios.

Hoy, ante los Tres Sagrados Corazones, les traemos el ejemplo de Nuestras vidas en la Tierra, cuando Nuestra Consciencia Divina animó un cuerpo tan semejante a los suyos.

En aquella época, la entrega de Jesús lo llevó al aprendizaje del Amor; el silencio de María la llevó al aprendizaje del Amor y la humildad de San José lo divinizó y abrió las puertas del Cielo, porque Él aprendió a amar.

Fue así, hijos, que el Plan de Dios se cumplió en la Sagrada Familia. Todas las ciencias se revelaron en la simplicidad de los Tres Sagrados Corazones, y las puertas del Cielo se abrieron, porque Ellos supieron amar.

En esta noche, muchos esperaban palabras llenas de rebuscamiento, pero con poca simplicidad. Todos esperaban un gran milagro, el develar de un gran misterio; pero pocos, hijos, percibieron que dentro de sí mismos se revela el gran misterio de la Creación.

Sean simples de corazón y permitan que la luz de sus esencias ilumine sus ojos y les muestre que no hay otro misterio para revelarles, sino el misterio del amor que nació en sus corazones. Es ese amor que crece cada día y que los hace olvidarse de sí mismos, para amar cada vez más y comprender al prójimo, lo que simboliza la manifestación de los Planes de Dios en sus vidas.

No esperen grandes misiones, heroicos acontecimientos; no esperen fenómenos porque el mayor milagro, hijos, ya está aconteciendo en sus vidas, y eso es lo que quiero que comprendan en esta noche. 

Quiero que, a partir de ustedes, la humanidad aprenda a ser simple, descubra que la sabiduría se revela en el amor y  todo el conocimiento se encuentra. En el amor, pueden comprender aquello que nunca comprendieron y, más que eso, pueden vivir aquello que siempre creyeron que sabían.

En esta noche, hijos, ante los Tres Sagrados Corazones, reconozcan este ejemplo y acepten la Gracia de poder imitarlos en este tiempo; porque, después de tantos encuentros Conmigo, el Santo Espíritu de Dios ya colmó sus almas y sus vidas, depositó en sus consciencias muchos dones que florecerán en la hora correcta, cuando la humildad pueda ocupar el espacio de la soberbia y del orgullo y ustedes puedan ser libres para expresar la Voluntad de Dios, donde quieran que estén.

No tengan prisa, tengan precisión para dar los pasos correctos y saber en dónde estar y cómo actuar. Siempre escuchen la voz de sus corazones, que les habla en la oración y que los lleva al camino de la simplicidad y del amor, y nunca al engrandecimiento.

Recuerden, hijos, que fue en el silencio de María que Ella descubrió la grandeza de Su Hijo. Fue en la humildad de San José, en una pequeña carpintería, distante del mundo y de sí mismo, que Él descubrió los verdaderos misterios celestiales. Fue amando al prójimo y olvidándose de Sí, entregando el reinado que el mundo esperaba de Él, para morir en la cruz, despojado de Sus vestiduras, que Nuestro Señor, Mi Amado Hijo, les entregó este camino de redención y de Misericordia y expresó plenamente el arquetipo de Dios para la humanidad, que no se guardaba en el sufrimiento de la cruz, sino en el pleno Amor y la Divina Misericordia que de aquella Cruz emanaban.

Sigan el ejemplo de los Sagrados Corazones y descubran, Mis amados, que poco a poco el Plan de Dios se manifiesta en sus vidas, y este horizonte para la nueva raza ya comienza a surgir delante de sus ojos, en lo profundo de sus consciencias.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Y ahora, queridos hijos, daré la palabra a Cristo, porque es a Él que le debemos todo lo que se nos ha sido dado. Porque Él permite esta Gracia, esta redención, esta sagrada oportunidad de que los corazones conozcan sus espíritus y tomen conciencia de su origen, aceptando definitivamente lo que han venido a cumplir sobre este planeta.

Coloquen sus manos en señal de recepción.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Nuestro Reinado es en el Universo y a ese Universo ustedes pertenecen, así como toda la Creación pertenece al Universo de Dios. De ese Universo, Yo provengo, así como provienen sus esencias y viven a través de los tiempos todas las oportunidades de redención.

A ese Universo, quiero que miren siempre, a pesar de lo que suceda. Recuerden que la vida superior siempre los ayudará a dar el gran y último paso, el definitivo paso hacia Dios, en unión perfecta con Su Corazón.

Es por eso, compañeros, que en la devoción ardiente de Mi Madre y en la simplicidad de San José, hemos venido a este Centro de Amor, para bendecir al mundo y prepararlo para lo que sucederá en poco tiempo.

Ahora veo sus corazones fortalecidos, después de haber cruzado el desierto Conmigo. Aún existen almas que necesitan de mucha ayuda para poder soportar las grandes corrientes cósmicas de la transformación. Pero si sus manos están unidas a la Mía y sus cuerpos se aferran a Mi túnica, la Luz de Mi Sagrado Corazón siempre los iluminará y no tendrán por qué temer, porque la purificación es la primera escuela de Mis apóstoles.

Así, queridos y amados compañeros, los invito a la trascendencia interior, una trascendencia que alcanzarán en la perfecta unidad con sus hermanos, abandonando la indiferencia humana, la omisión y el juicio de los errores que otros cometen.

Yo los invito a ser verdaderamente parte de Mi Divina Misericordia, así como Mi Divina Misericordia desciende al mundo para ayudar a esta humanidad perdida.

A través de estos últimos días, compañeros, recorrieron un largo camino interior junto a Mí, que al cabo de los tiempos descubrirán por sí solos. No será para ustedes una gran revelación, pero será la señal que tanto necesitan, la enseñanza que tanto esperaban recibir, para poder dar ese gran paso del cual Yo les hablo.

Hoy, Mi Corazón se glorifica, porque Mis compañeros glorifican el Corazón de Dios. Hoy Mi Corazón se alegra un poco más, porque los hijos de Mi Madre honran y glorifican a la Reina del Cielo.

Así, queridos compañeros, el Plan está muy próximo de sus vidas, dejará de ser tan inmaterial para estar visible en sus consciencias y corazones.

En este nuevo ciclo que comenzamos juntos, a partir de este día 8 de agosto, defínanse, compañeros. Cierren las puertas al mal y ayuden a cerrar las puertas que el mal les abre a todos sus hermanos.

Los invito, compañeros, a ser cooperadores de Mi Obra redentora, a realizar en estos tiempos el gran servicio planetario por esta raza. Los invito, en simplicidad y verdad, a que se constituyan como soles resplandecientes sobre el planeta, estrellas fugaces que se han convertido en luz, en redención y en amor.

Por esta máxima Obra, creadora e infinita, que pertenece al universo y la cual se debe concretar en esta humanidad, en esta misma hora, unimos nuestras manos, entre María y San José, formando esa sagrada triangulación que impulse a las almas a dar el gran paso, bendecidos por el Espíritu de Dios, por la Gracia, por la Misericordia infinita, para que todos Mis discípulos y apóstoles, para los principiantes como para los que están hace tiempo en Mi camino, en la hora justa y cierta, juntos como una sola unidad, puedan cruzar el umbral hacia la Nueva Humanidad.

Recuerden, compañeros, que toda esta Obra del final de tiempo gestará lo nuevo, lo que verán venir desde el horizonte, el nuevo ciclo de la humanidad, libre de los errores, de los pecados, de las maldades y de las indiferencias, llenos del Amor de Dios, de la Gracia, de la Misericordia y de la Compasión.

Al fin, queridos compañeros, aún hay mucho esfuerzo por hacer. Que sus corazones no se cansen de expandirse para que puedan abrazar cada vez más esta Obra, que debe llegar a los cinco continentes. Esta Obra es complementaria de la obra de Mi Santa Iglesia. Esta Obra, queridos compañeros, se expresa en esta humanidad dando oportunidades para todas las consciencias, para que todos puedan conocer el Amor de Dios de alguna forma.

A través de ustedes, Yo deposito una misión importante, una misión que están conociendo de a poco, que deben amar principalmente para que ella se pueda fortalecer en ustedes, y así expresarse y realizarse en esta humanidad.

En este 8 de agosto, el Universo, el Universo Celestial, el Universo Mental y el Universo Material, se detienen por un instante para observar el último ciclo que ahora ha comenzado.

Unan sus manos en oración.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos Míos, Mi Hijo les habla de una última chance. Es esa última chance que muchos recibirán para que puedan cruzar el portal hacia la redención y conversión. Mi Hijo los invita a ser precursores de este tiempo definitivo, que convoca a todas las ovejas perdidas para que puedan entrar en el establo de su Corazón.

Oremos en este momento, porque el último ciclo está descendiendo sobre este universo como una corriente poderosa de Dios que viene a corregir al mundo, que viene a equilibrar a las consciencias, que viene a traer lo nuevo, lo que aún nadie ha conocido, y sobre lo que nadie puede comentar de qué se trata, porque es un ciclo que llega en esta hora, en este preciso momento, para todos sus seres superiores y los seres superiores de toda la humanidad, no importando si están en la luz o en la oscuridad.

El Gobierno del Universo proclama Su Sagrada Palabra, para anunciar al mundo que es momento de que los últimos soles despierten a su verdadera tarea.

Recemos unidos a los Tres Sagrados Corazones, queridos hijos, porque en Nuestros Corazones ustedes siempre podrán estar, para que los podamos guiar hacia el Propósito infinito.

Unifíquense y vivan cada día más la unidad. La unidad los protegerá para que no salgan del camino. Y aquellos que aún no pueden vivir la unidad, que se rindan ante Mi Hijo para que Él los pueda ayudar a ser mansos, pacíficos y buenos con sus semejantes.

Recuerden, queridos hijos, las dádivas que les ha dado el Cielo en estos últimos nueve años.

Recemos.

 

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Y ahora el nuevo ciclo ya ha ingresado en la consciencia espiritual del planeta. Consciencia poderosa que proviene de Dios, descendiendo sobre el mundo para redimir a los corazones y fortalecer a los apóstoles que sustentarán a este planeta, cuando nosotros ya no estemos presentes, pero sí vivos en sus corazones para siempre.

Agradezcamos a Dios por esta oportunidad. Invoquemos sus Nombres Sagrados. Mientras nos elevamos al Cielo, eleven al Cielo sus intenciones, sus oraciones y súplicas.

¡Feliz 8 de agosto! Han nacido a Mi Paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Compañeros Míos, Mi Corazón es su fortaleza.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Canción: “Los Nombres de Dios”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Cuando la Divinidad hace un anuncio como éste, una gran emoción, un gran movimiento interior se produce en cada uno. Algo que emiten nuestras almas, que nosotros no comprendemos bien, porque además de la emoción, también nos causa un poco de temor, porque es algo desconocido. Es allí en donde el amor y la fe superan ese sentir y nos podemos aferrar al Manto de Nuestra Señora y a la Túnica de Nuestro Señor, sabiendo que ese paso, guiado por Ellos, será lo mejor para todos.

Hoy, en nuestro corazón, nuestra alma habló y dijo sí, seguimos adelante, a pesar de ese sentir que nos invadió; porque sabe que, en ese sentir, la fe y el amor van a fortalecerse y la confianza total en Dios nos convertirá en otros seres.

Esos fueron los pasos que nosotros dimos hace nueve años y aquí estamos, a punto de dar otros pasos, tal vez mucho más grandes, pero que nos van a llevar a otro punto. Y quién sabe, dentro de algún tiempo, en vez de haber 800 personas aquí, habrán algún día 80 000, para alabar a Nuestro Señor y a Nuestra Señora.

Siempre imaginamos cómo será cantar el Kodoish con 100 000 personas y atraer a los ángeles del Cielo. Quién sabe, de repente no es solo un sueño, liberar finalmente a este mundo de la ignorancia, de la perdición y de la falta de unión con Dios.

Nosotros, desde aquí, saludamos a todos en este día memorable, en el que al fin este mundo da su nuevo paso en la evolución. Y cada uno de nosotros que afirme su corazón en Dios, verá la Nueva Raza.

Y ahora, vamos a cantar para terminar, y vamos a repartir nuestras amadas naranjas. Esas amadas naranjas que fueron el principio de todo esto, y vamos a recordar una profecía que una hija de Dios, aquí en Uruguay, hace mucho tiempo transmitió y que dijo que Cristo cuando retornara, iba a caminar entre los naranjos, y nosotros nos estamos preparando.

Así que ahora vamos a cantar "Únete al Corazón de María", mientras repartimos nuestras naranjas y mientras nos despedimos de todo este planeta, de todos los que nos están acompañando a través de Misericordia María TV.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las naranjas fueron bendecidas por los Tres Sagrados Corazones. Llevan tres bendiciones en una.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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