APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN JERUSALÉN, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 3 DE ABRIL, SEGUNDO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ven aquí, a Mi lado, y acompáñame a Mi Iglesia Celestial; hoy, expuesta sobre Israel, en la cúpula más elevada de este universo, en donde las almas pueden percibir y sentir las puertas abiertas del Amor de Dios para el mundo entero, aunque esta humanidad aún no haya cumplido el Proyecto.

Mi Iglesia Espiritual y Celestial hoy se expone al mundo en los planos internos; para que, en el Altar Mayor del Señor, en este segundo día de la Sagrada Semana, las almas hagan su ofrecimiento al Creador.

Pero, Yo no necesito de bienes ni tampoco de frutos, no necesito de pan ni de vino; Yo necesito de ustedes, lo que verdaderamente cada uno Me podrá ofrecer en esta Sagrada Semana.

Porque esta es la Sagrada Semana más emblemática de todas, ya que el Señor de Israel se encuentra en Su tierra y, junto a todos Sus seguidores, discípulos y apóstoles, realiza Su gran tarea espiritual y planetaria por el bien de la humanidad y del planeta, por el fin de la oscuridad en este mundo, por el fin de la perdición de las almas buenas.

Por eso, no hay otro camino ni hay ninguna otra respuesta para el Señor de Israel que poder retornar a Su Sagrada Tierra; en donde Su Preciosa Sangre fue derramada en cada paso del camino del Calvario; en donde el Amor de Dios, a través de Su Hijo, fue irradiado, compartido y entregado a los Suyos en cada momento compartido en este lugar y dentro de la consciencia de Israel.

Por eso, hoy les traigo a ustedes Mi Iglesia Espiritual. Aquella Iglesia Inmaterial y Divina, fundamentada en los pilares de la lealtad, de la verdad, de la transparencia y del amor, regidos en su centro mayor por la Voluntad del Padre Eterno.

Por eso, peregrinen internamente hacia Mi Iglesia Espiritual en esta Sagrada Semana. Dejen que sus espíritus puedan volar alto, así como las aves vuelan en los cielos. Así, perderán las amarras, se liberarán de los sufrimientos y de las agonías, y a través del Amor Crístico, que hoy les traigo a todos en la solemnidad de esta Sagrada Semana, se renovarán por dentro y por fuera.

Por eso, una vez más, los invito a confiar en Mí y a seguir las señales que Yo les indico en esta sagrada peregrinación por Israel, dejando que la mente humana sea expandida por la Mente Divina, dejando que el corazón profundice en los grados de amor, a través del Amor Divino; así como en este momento, su Maestro y Señor, solemnemente, siente júbilo, gozo y alegría por volver a estar en Israel después de 2000 años, ahora llevando adelante una Misión Universal a través de las almas que en este momento se encuentran Conmigo en Israel. Almas que representan a muchas almas más en el mundo entero, en los cinco continentes, que representan a los pueblos, etnias y culturas que forman parte de este sagrado Proyecto de Dios que se renueva en esta Sagrada Semana, a través de Mi Código Crístico Transfigurador.

Por eso, los coloco delante de Mi Iglesia Espiritual, para que contemplen, por un momento, los méritos alcanzados por su Maestro y Señor en Tierra Santa; méritos que el Padre Eterno ya conoce profundamente.

En humildad y en servicio, abro las puertas de Mi Iglesia Espiritual para que sus ángeles de la guarda eleven el ofertorio hacia el Altar Mayor del Señor, en donde los ángeles depositarán su oferta interna.

Esto significará algo importante para el Creador; porque, a pesar de que la humanidad atraviesa el final de los tiempos y el auge del Armagedón, milagrosamente existen almas que son llamadas por Mí para dar testimonio de Mi Presencia y de Mi Palabra, a través de la cristificación de los corazones. Por esa razón, hoy estoy aquí de forma especial y He esperado este momento desde hace mucho tiempo.

Imaginen, por un momento, cuánto tiempo pasó para que esto sucediera. Después del primer impulso emitido por Mí, en Tierra Santa, a este grupo de almas, hace más de diez años; todos ustedes, en los planos internos, fueron preparados para este momento Conmigo; así como fueron preparados sus hermanos de la Obra. Todo ya estaba escrito y todo ya estaba pensado.

Por eso, hoy, ingresen en Mi Iglesia Espiritual y no solo profesen su fe en Cristo, sino entreguen su oferta espiritual y única; oferta que, en los planos internos de la Creación, definirá los próximos pasos de la misión de la Jerarquía Espiritual en el planeta.

Esto preparará, aunque no lo parezca, el Retorno de Cristo al mundo. Porque, cuando Yo vuelva aquí físicamente, deberé encontrar a través de Mis apóstoles, a través de Mis almas, a través de todos Mis seguidores, pilares firmes del Plan en la superficie, almas decididas y confirmadas en el Señor.

Que sigan dando los pasos hacia Cristo, así como su Maestro y Señor dio los pasos en cada momento con la Cruz. Esto le concederá al mundo, de forma inexplicable, que los méritos perpetuos del Sagrado Corazón de Jesús sean entregados a las almas más necesitadas del Amor de Dios; y que esto les conceda a las naciones del mundo una amnistía espiritual que justifique los horrores de la guerra y de los conflictos, que enmiende la tragedia y el trauma que han vivido muchos corazones y que le conceda una nueva oportunidad al mundo entero.

Todo esto, les vuelvo a repetir, dependerá de su oferta interna. Es necesaria una respuesta consecuente de la humanidad; así, la Ley sentirá que no son indiferentes a lo que les pido. Así, la Sagrada Ley del Amor Universal intercederá, actuará y le señalará a la raza de la superficie los próximos pasos para la reconstrucción espiritual y física de este planeta.

Cuando suceda, esto ayudará al alma del planeta y, más allá del planeta, aliviará al resto del universo de todas las energías de disociación que vive la humanidad de este tiempo.

Por eso, es el gran momento, de que cada uno de ustedes fortalezca la fe y ame el conocimiento que Yo les He entregado en estos últimos años, sin perder de vista todo lo que les He dicho, a fin de que aceleren su proceso de redención e ingresen conscientemente en su camino de consagración.

En estos días de la Sagrada Semana, dejaré Mi Iglesia Espiritual levitando en los espacios internos del planeta.

Recuerden que dentro de Mi Iglesia Espiritual está guardada el Arca de la Santa Alianza y que, en cada momento de oración o en cada tarea diaria, en esta Sagrada Semana, deben recordar esta expresión espiritual de Cristo, que será como un Gran Terafín de la Fuente Divina, que intercederá por este mundo y por la humanidad, así como la sagrada consciencia de la Estrella de Belén bendijo al mundo entero y lo transmutó durante los tres días previos al Nacimiento de Cristo.

Por eso, no desaprovechen este impulso que Yo les traigo.

Que sus oraciones se eleven a Mi Iglesia Espiritual y Celestial.

Que sus cantos sagrados se eleven a Mi Iglesia Espiritual; para que los ángeles, que guardan Mi Iglesia Espiritual, derramen los códigos que ustedes alcanzan a través de su amor por Mí; para que, en este mundo y su superficie, la sociedad sea más justa y fraterna, y la indiferencia y la impunidad sean erradicadas del consciente humano; para que las Leyes Universales puedan intervenir en este momento.

Mi Iglesia Espiritual, que estará suspendida en los planos internos del mundo durante esta Sagrada Semana, representa la sabiduría, la justicia y la voluntad, tres importantes atributos que la humanidad necesitará en la próxima etapa.

Oren, para que esta Iglesia Espiritual pueda irradiar sus principios, atributos y códigos; y sepan que, todos aquellos que con amor y reverencia se unan a Mi Iglesia Espiritual en cualquier lugar del mundo, sus almas serán fortalecidas con códigos especiales para estos tiempos, a través del atributo de la resistencia espiritual, a través del atributo de la vigilancia ardiente y a través del atributo del amor obediente, pilares ocultos que Cristo alcanzó en la Cruz para derrotar al adversario.

Celebren este momento con amor y con júbilo. Están junto al Señor de Israel, en Israel.
Que la Sagrada Estrella de seis puntas se encienda en sus corazones y mentes, y se selle esta alianza divina con Mi Corazón, a través de la presencia de Mi Amor Consolador.

Una vez más, los bendigo para que sigan los pasos en esta Sagrada Semana, los pasos hacia una nueva etapa y hacia un nuevo tiempo, hacia un nuevo ciclo de confirmación.

Les agradezco por estar Conmigo aquí, en Tierra Santa.

Valientes serán los que aprendan a superar los abismos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Sigan porque estoy trabajando con el mundo.

El mundo necesita de una insondable intervención divina para poder salvarse. Por eso, junto a los ángeles de Dios y todas Sus huestes, bajo el impulso luminoso del Espíritu Santo, hoy su Madre Celeste llega, aquí, no solo para reunirlos y colmarlos en el Amor de Dios, sino también para llevarlos a la verdad y a la liberación de la vida, para poder romper las cadenas que aprisionan a Mis hijos, para liberar del cautiverio a cuantos se encuentran dentro de él.

Todo esto es por la autoridad divina que Me ha dado Mi Hijo y por la potestad celestial que el Padre Me concedió, desde la primera vez que Él Me aceptó como Su Sierva fiel.

Es así que Yo los invito, hijos Míos, no solo a descubrir dentro de ustedes los dones y las virtudes de Dios, sino también los invito, hijos Míos, a descubrir su misión personal para este planeta y para esta humanidad, ya que es el tiempo de la transición planetaria, y la necesidad y la ayuda de muchos soldados de Cristo hoy se ha vuelto muy urgente. 

Por eso los invito, hijos Míos, a preguntarse para sí mismos, dónde está ese talento y ese don de Dios que Mi Hijo les dejó no solo por medio de Su testimonio de Amor, sino también a través de Su Palabra, de Su Evangelio.

Por eso, sean sus apóstoles del fin de los tiempos y colóquense en las primeras filas de su comando celestial así, hijos Míos, con esa actitud interior y consciente, ustedes estarán sirviendo no solo al Padre Celestial, sino también a la realización de Su Plan sobre la superficie de la Tierra.

Mientras hoy Yo les hablo, de forma maternal y amorosa, las cadenas de la ilusión se van rompiendo de la consciencia humana, los infiernos se cierran y muchos cristales se elevan, para encontrar su proceso de liberación y de redención.

En verdad, hijos Míos, este mundo aún no conoce los misterios del Universo y todas las reliquias que aquí se guardan hace millones de años, desde antes que encarnara Mi Divino Hijo. 

Yo los impulso al despertar de la consciencia para que su redención, hijos Míos, sea el testimonio verídico de Dios para que una nueva y renovada humanidad pueda continuar, liberada de la ilusión mundial y del caos, de las prisiones que las fuerzas del mal colocan a las almas.

Por eso, su momento de consagración es ahora, su momento de testimoniar a Dios es ahora, su momento de dar el paso es ahora y no en otro tiempo ni en otro momento.

Yo los llamo, hijos Míos, a asumir conscientemente esta situación planetaria, a instaurar en sus hogares grupos de oración que puedan ser, en este momento, columnas de luz en donde los ángeles puedan trabajar no solo con ustedes y sus familias, sino también con sus ciudades, pueblos y naciones a fin de que se pueda sostener el equilibrio planetario y, especialmente, el equilibrio mental de la humanidad que está altamente desequilibrado. Para que muchas cosas no sucedan, respondan a este llamado que proviene de Mi Corazón y que es impulsado por el fuego del Espíritu Santo.

Hoy, regreso a este Centro Mariano para fortalecerlo y bendecirlo en su tarea espiritual, para que su modo de vida, simple, austero y humilde pueda abrir los ojos de muchos que se encuentran aquí, en esta región y más allá de ella, para que puedan sentir a Dios en su corazón; para que encuentren el único camino que es el camino de Mi Hijo, es el camino que los protegerá y los amparará en este tiempo crucial.

Así, ustedes también representarán a Mi Hijo en la Tierra y podrán corresponder a Su llamado, sabiendo que es necesario, hijos Míos, que sus vidas y las vidas de sus hermanos hagan algo por este planeta. Mucha sangre ya corrió por este mundo después de tantas guerras y conflictos, en donde hermanos estaban contra hermanos.

Ahora, hijos Míos, Yo los vengo a encender en el fuego del Espíritu Santo para que asuman sus puestos en este momento del Plan, para que escuchen la voz de Dios a través de Su Sierva que resuena en lo más profundo de sus almas y corazones, trayéndoles el impulso de la verdad y de la consagración.

Dependerá de la consciencia humana despierta que el nuevo tiempo llegue libre de atrocidades y maldades, de conflictos y de oscuridad; para que esos conflictos puedan cambiar y esto ayudará a que la Jerarquía Divina pueda intervenir.

Como en este momento, hijos Míos, Mi amado Hijo Me ha pedido intervenir no solo por sus consciencias sino también por el mundo. En este momento, hijos Míos, no solo estoy aquí, sino también en siete lugares del mundo, en donde suceden cosas gravísimas que ustedes ni se imaginan.

Todo esto es posible, hijos Míos, por su fidelidad en el camino de la oración, sabiendo que es urgente hacer algo por esta humanidad y este planeta, sabiendo que es importante, hijos Míos, que hoy cuando salgan de este Centro Mariano sean otras personas, transformen sus vidas y las rediman, las consagren y las eleven a Dios para que Él los considere en Su infinita Misericordia cuando llegue el tiempo de la gran Justicia para la humanidad, en el que no habrá gobernante, nación ni tampoco ningún arma, por más inteligente que sea, que detenga la autoridad y el poder de Dios, que se moverá en este Universo local y más allá de él y que repercutirá en todos los planetas que forman parte de este sistema solar.

Con esto, hijos Míos, no vengo a darles miedo, no vengo a entregarles una advertencia, les vengo a avisar, hijos Míos, que todavía hay tiempo de poder cambiar los acontecimientos, de asumir una vida de consagración y de redención que pueda justificar ante el Universo Celestial todos los errores humanos que se cometen en este tiempo, toda la desunión que se vive en las familias, en los pueblos, en las crisis humanitarias y más allá de lo que ustedes conocen, de todo lo que se encuentra en el universo mental de esta humanidad y que, día a día crece y crece y, aprisiona a la consciencia humana.

Por medio de una columna gigante de transmutación hoy llego a este planeta que está sometido y perdido completamente. Pero recuerden, hijos Míos, que por más que se encuentren almas en una absoluta y profunda oscuridad, existe dentro de ustedes la esencia divina, algo que Mi adversario no puede tocar, aunque los atormente y los persiga.

Sean inteligentes, construyan, con el canal verdadero de la oración individual y grupal, sus poderosas espadas de luz para que, cada cuenta de oración, cada nuevo encuentro, cada oportunidad de servir y de entregarse a Dios corte con la Luz del Padre todas las cadenas que aprisionan a Mis hijos, rescate y salve a los que más necesitan, no solo al Reino Humano, sino también a los Reinos de la Naturaleza.

Hagan algo por esta humanidad, es lo que Yo les pido. La humanidad no conoce el poder de Dios, es un poder desconocido y muy antiguo.

Les pido, hijos Míos, que sean mediadores junto a su Madre Celeste, que escuchen en sus corazones la Voz que proclama Mi Inmaculado Corazón, que sean otras personas, que vivan los ejemplos de la caridad y del bien, que ya no se juzguen los unos a los otros, que se amen profundamente así como Mi Hijo les enseñó. Porque en esas cosas tan simples pero profundas concederán a la Madre de Dios, por autoridad divina, que Yo pueda estar más tiempo entre ustedes, especialmente en esos momentos en los que se verán cosas espantosas que ninguna humanidad anterior vio.

Por eso, Yo los vengo a proteger con Mi Manto Divino, vengo a despertar, en lo más profundo de sus seres, a ese compromiso celestial y universal que hicieron con Mi Hijo.

Porque así, queridos hijos, estarán en el lugar correcto, estarán en el momento correcto, estarán en la senda de la Luz y ya no verán más los espejismos que emite este mundo y esta humanidad para confundir a los corazones espiritualmente.

Yo les entrego todo lo que soy y todo lo que fui, también hoy les entrego todo lo que alcancé desde Mi asunción a los cielos; porque no solo soy su Madre, la que interviene por las causas imposibles, por las enfermedades más graves, por los problemas más difíciles, soy la Gobernanta universal, la Reina y Madre de la Paz, la Soberana y Señora del Universo que viene con el poder del Cetro de Dios para poder poner fin a muchas situaciones planetarias.

Pero para que eso se pueda concretar y realizar, para que millones de almas salgan de los infiernos de la Tierra en el cual se encuentran y, especialmente, la humanidad tome consciencia de los errores que hoy realiza, Yo los necesito no solo como Mis hijos consagrados, buenos y humildes, caritativos y misericordiosos, sino también como mis soldados para que estén Conmigo las veinticuatro horas del día colocando como prioridad el llamado de Dios, el camino de la oración; porque así se transformarán, hijos Míos, y no entrarán en estos tiempos en los ciclos de la purificación planetaria que será muy aguda y difícil, sino que estarán prontos como soldados de Cristo para ir adonde los llamen, para convocarse donde hay grandes necesidades, para ayudar a sus hermanos y a los Reinos de la Naturaleza, para saber que es importante establecer y reconstruir esta familia espiritual de Israel que se desvirtúa completamente a través de los tiempos. 

No den alimento a las fuerzas del caos, hagan silencio, entren en meditación, busquen la Luz y busquen principalmente a Dios dentro de ustedes. El Padre está lleno de Misericordia y de Amor para entregarles, ya no sufran más, porque lo que ustedes sufren es lo que ustedes piensan y generan, construyan la nueva humanidad en base a un gran cambio de consciencia.

Así Mi Hijo llegará, y lo reconocerán cuando Él venga de una forma inesperada e inexplicable y, a pesar de que el Universo se mueva y que los astros acompañen ese movimiento del segundo retorno de Cristo, ustedes hijos Míos, lo podrán sentir, lo podrán reconocer, lo podrán encontrar en su interior y así el Plan estará cumplido. Amén.

Hoy necesité hablarles de esta forma porque los tiempos son tiempos de emergencia, en los que no pueden perder ninguna oportunidad de despertar y de darse cuenta, por ustedes mismos, de que la situación planetaria es más difícil de lo que parece. Por eso, hoy me aproximo a su lenguaje humano y no utilizo un lenguaje abstracto ni simbólico porque Yo fui su Madre, soy su Madre y seré su Madre. Ustedes tienen Madre, nadie en este mundo es huérfano, aunque que haya perdido a sus padres biológicos.

Ustedes Me tienen y Me tendrán y Yo siempre los esperaré de brazos abiertos para escucharlos, para sentirlos, para recibir su amor y sobretodo su donación.

Por eso hoy la consagración de nuevos Hijos de María será especial para Mí.

Los invito a aproximarse a este escenario, a la Luz de Mi Altar para que Yo los pueda consagrar, porque en verdad, hijos Míos, sus esencias están consagradas como Mis hijos y en consecuencia están consagradas a Dios, solo que en este momento los velos de su consciencia caen espontáneamente, para que ustedes encuentren la verdad de sus orígenes y el motivo de haber venido a la Tierra para servir a Dios y amarlo, para encontrar algún día esa felicidad celestial que es verdadera y palpable para los corazones humanos.

Porque en esa verdad celestial, en esa felicidad infinita, es donde pueden encontrar el Reino de Dios y descubrir todos Sus misterios. Son misterios de Amor, de un Amor incalculable e inabarcable, de un Amor inmenso y muy grande, es este Amor que Me trae a la Tierra por cada uno de Mis hijos, por cada uno de Mis soldados, por cada uno de los Reinos de la Naturaleza que esperan de los seres humanos un servicio mayor y una respuesta, para sanar sus profundas heridas y martirios.

Hijos Míos, ante el Padre Celestial y sus poderosas huestes divinas, en este día y hasta la próxima Maratón de la Divina Misericordia a realizarse en este lugar, Argentina cumplirá su segunda etapa preparatoria para lo que sucederá en el mes de octubre, en el que toda la consciencia de Argentina definirá su destino y la continuidad de la presencia de la Misericordia de Dios en cada parte de esta tierra, en cada rincón de este lugar, de esta preciosa naturaleza que Dios le regaló a Argentina.

Por eso quiero, hijos Míos, que cumplan Mi aspiración, una aspiración que Yo les pedí una vez, hace muchos años, de que en todas estas provincias de Argentina existan grupos de oración y eso comenzará no solo por la ayuda de Mis guerreros de la Red-Luz, sino también por el ejercicio tan simple pero importante de la oración en las familias.

Es así que con mucha alegría, en este día de consagración de nuevos Hijos, este ejército que hoy se coloca ante Mi Altar Celestial y entrega sus corazones a Mi Corazón Inmaculado, para que a partir de este momento Yo los guíe y los proteja. Es este ejército que hoy se consagra, el que impulsará la concreción de Mi pedido de que en cada provincia de Argentina existan grupos de oración. Y si esa aspiración se cumpliera antes del mes de octubre, por medio de la oración en las familias, de la oración por las familias, muchas cosas se evitarán y la Justicia se alejará, la Misericordia llegará y los corazones celebrarán el retorno de Cristo.

Escuchando el himno de su consagración los invito, hijos Míos, a que cada uno de los que hoy se consagra ante la Madre Celestial, coloque en Mi Corazón su más profundo e íntimo pedido, sabiendo que Dios en Su Infinita e Insondable Misericordia escucha las intenciones de Sus hijos cuando estas son verdaderamente profundas y sinceras.

Hoy llevaré en Mi Corazón maternal no solo sus intenciones, hijos Míos, por ustedes, por sus familias o por su país, por las causas imposibles y difíciles, por los problemas más grandes o los problemas más pequeños, todo lo llevaré hoy en Mi Corazón, hijos Míos, para poder aliviarlos, para que ustedes puedan sentir a Dios en sus vidas y corazones; y que esa presencia de Dios que es tan necesaria en este tiempo y especialmente en la Argentina, pueda emanarse a otros corazones con el voto de su consagración.

En este día tan especial e importante en el que ustedes como un solo pueblo y una sola familia, como esa familia antigua de Israel que retoma su compromiso en este momento, se une interiormente a Dios para amarlo y adorarlo, para reconocerlo y para vivirlo y, así, siempre encontrar Su poderoso Reino.

Con el Amor que viene de todo el Universo, con el Amor que creó todo lo que existe, todo lo que respira, todo lo que se manifiesta y vibra, con el Amor que viene de la gran Esencia Divina de Dios y que abarca todo lo que existe y más allá de Él, con este Amor poderoso e inconmensurable es que Yo los bendigo y los consagro como Mis hijos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y con profundo amor agradezco por todo lo que Mis hijos de Argentina hicieron durante este mes de octubre, porque ya están viviendo octubre.

Yo los invito a estar en el tiempo real, en el que las cosas más difíciles se pueden disolver para que triunfe el amor en Argentina y en el mundo.

Hoy a través de esta consagración han permitido, hijos Míos, que el mes de octubre sea colmado por una luz especial que guíe y oriente a los corazones en la decisión que tomarán para los próximos tiempos.

Y ahora quiero escuchar el himno de su consagración para que, elevando sus corazones, puedan sellar esta alianza entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y sus almas.

Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado.

Y prometo regresar aquí, a Argentina, para que juntos Me acompañen por otras provincias que también se encenderán en Mi Amor, como lo es Tierra del Fuego y Tucumán.

Les agradezco.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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