APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEXTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las madres de la Orden se pueden acercar a los pies del Altar.

Vamos a encender nuestras velas en este momento de encuentro con Cristo, intentando mantener la quietud ante la Presencia de Cristo.


A pesar de todo lo que ustedes ya saben que Yo viví, hay algo que la humanidad desconoce hasta este momento, fue una experiencia profunda que Yo viví por ustedes y por el mundo, fue lo que Me sostuvo para que Yo tuviera la valentía de beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní, para que Yo tuviera la fuerza para poder besar la Cruz antes de cargarla y dar Mis pasos firmes hasta lo alto del Monte Calvario, en donde se elevaría por primera vez el Árbol de la Vida, totalmente entregado y abnegado por los Suyos.

Esta experiencia de Amor que Yo viví, de forma tierna, profunda y espiritual, fue haber podido sentir el Amor íntimo de Mi Madre y de las santas mujeres, de las mujeres caminantes de la Tierra que veneraron al Precioso y Amado Hijo, después de todo lo que Yo hice por el mundo; aun siendo rechazado, humillado y severamente martirizado; después de tantos milagros y prodigios, de tanta liberación de espíritus impuros de las almas; después de cada una de Mis Palabras pronunciadas en los Evangelios y, sobre todo, a través de Mis Parábolas; a pesar de todo lo sucedido y vivido por Mí y por cada uno de sus hermanos y hermanas de la Tierra en aquel tiempo.

La sagrada fidelidad de las santas mujeres, y la Madre de todos sus hijos, fue lo que irguió la Voluntad del Señor para que, bajo la Omnisciencia y Omnipresencia del Padre, Yo pudiera hacer lo que saben que hice por ustedes.

Más allá del sufrimiento y del dolor del Señor, no solo en aquel tiempo, sino también en estos tiempos ante la situación planetaria, ante la grave carencia de amor en la humanidad; hoy vuelvo aquí, en nombre de Dios Padre, a entregarles a los Míos y Mías los códigos alcanzados en los méritos de Mi Pasión.

En este día en el que Mis cinco principales Llagas de Luz irradian hacia los cuatro puntos de la Tierra, vengo a intentar transfigurar sus caminos y los caminos de sus hermanos, transformándolos a través del poder de Mi Preciosa y Divina Sangre, cuidadosamente guardada y vigilada en el Arca de la Santa Alianza por los cuatro ángeles custodios de la Sagrada Arca.

Pero hoy, quiero que se detengan en algo muy importante, más allá de que conocen por ustedes mismos Mis dolores en la Pasión, quiero que se detengan en la importante enseñanza que Yo les dejé sobre el Amor, porque sé que cada uno de ustedes carga su propia cruz, con mayor o menor peso sobre sus espaldas.

Pero, ¿qué es lo que debe animarlos a seguir adelante, a pesar de las consecuencias y traumas? Así como el Señor, en Su Calvario, siguió adelante sin dudar, confiando plenamente en la vida del espíritu que el Padre Eterno Me otorgaba, en cada paso del Calvario, a través del Arcángel Miguel.

Yo quiero, amigos Míos, hijos e hijas Mías, que tengan muy presente en estos tiempos esta enseñanza primera que Yo les di sobre el Amor; porque la redención del género humano, en aquel tiempo de Mi Cruz, no hubiera sido posible si su Maestro y Señor no hubiera dado el sí.

Porque el poder o aun la autoridad que Yo pudiera haber utilizado para vencer todo el mal, fue recogido y secretamente guardado para que, posteriormente a la Muerte en Mi Cruz, todos los espíritus y almas en el mundo fueran rescatados y salvados.

Pero sus pies, compañeros, así como los pies de sus hermanos y hermanas en el mundo, después de la experiencia vivida Conmigo en Tierra Santa, caminaron por otros senderos que no fueron los Míos.

Así, a través de esta Sagrada Semana, Yo los vuelvo a hacer retornar hacia Mi único y verdadero camino, que es el camino del Amor, para que sean ungidos por Mi Espíritu y por Mi Divinidad, sus secuelas más profundas y ocultas sean disueltas, y la cura del alma y del espíritu en cada uno se pueda dar conforme a la Ley de la Gracia y de la Misericordia Divina lo otorgan.

Así como hoy, las madres de esta Orden, en nombre de todas las madres de la Tierra, llevan una vela encendida, representando la vigilia y la adoración al Señor durante Su más dolorosa agonía en este Viernes Santo, quiero que recuerden, a través de esta llama poderosa del Espíritu del Señor, que deben vigilar, orar y celar por Mi Amor en el mundo; primero en ustedes mismos, para después poder preservar y cuidar el Amor de Cristo en los demás.

Cuando en verdad, compañeros y compañeras, hayan vivido la experiencia profunda del Amor Crístico, preciosamente impregnada de los códigos de la Sangre y del Agua de Jesús; Yo les aseguro que no necesitaré repetirles esto una vez más, porque a través de su propia experiencia de amor, en el día a día y sobre todo con los hermanos que tienen a su lado, se podrá cumplir una de Mis tantas promesas hechas al Padre Eterno: que se amen los unos a los otros, así como Yo los amo; que Dios, en sus vidas, esté en primer lugar, antes que todo.

¿Por qué les digo esto?

Porque la humanidad está cambiando el curso de su camino, a través de los acontecimientos y también de las modernidades, en los que se intenta sustituir al Dios Vivo por dioses artificiales, en los que toda sensibilidad humana es bloqueada y paralizada. Quien toma contacto con esto, necesito que lo tenga muy presente para que no sea engañado.

Dios desea y aspira a gobernar sus vidas a través de Su Hijo, así como Él silenciosamente intenta hacerlo todos los días por medio de sus caminos de transformación y de redención, de amor, de servicio y de caridad.

Esto es lo que mantendrá a sus espíritus vivos en la Tierra y, más allá de que existan corrientes opuestas al Amor de Dios y a la vida divina, les aseguro que si sus consciencias mantienen estos atributos vivos, no habrá nada contrario que los haga vacilar; porque el Amor de Dios los guiará, así como el Propósito de Dios guio a Su Hijo Amado, hasta que Él murió en la Cruz traspasado y desfigurado por los pecados de los hombres y mujeres de la Tierra para que, a partir de la Muerte Sagrada de Jesús, la humanidad tuviera vida en abundancia.

Algunos se preguntarán: ¿por qué es necesario revivir la Pasión de Cristo todos los años?

Porque la humanidad se olvida, en un instante, Quién fui Yo para ustedes y el mundo, y qué es lo que Yo represento como parte viva del Creador, como intermediario y mediador entre las almas y el Padre Eterno.

Si nadie sigue Mi Camino, Mi Verdad y Mi Vida, y ni siquiera Me recuerda una vez al año, ¿qué resultado tendrá la vida de los que escogieron otros caminos?

No es necesario ser vidente para entenderlo y comprenderlo, porque las señales de los tiempos serán claras; y es el Legado de Cristo, en los corazones y en la vida íntima de todas las almas que tienen fe en Mí, que hará perpetuar el Amor de Dios y de Cristo en el mundo, más allá de todo lo que suceda en esta difícil transición planetaria.

Por eso, recuerden que, al igual que la llama que hoy llevan en sus manos, así siempre deberá estar la llama encendida en sus corazones: la llama del Propósito, la llama del Amor, la llama de la Verdad que los hará libres.

Es así que, en este sagrado momento, en el que el Cielo y la Tierra se unen en comunión y vida, a través de los corazones orantes y a través de Dios, vengo a entregarles, a través de Mi Espíritu y Divinidad, la Comunión Espiritual y Sacramental, la misma que recibió Mi Santísima Madre a través de las manos del Arcángel Gabriel.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Coloquemos nuestras manos en señal de recepción. Abramos aún más nuestro corazón, para recibir del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús ese mismo código de Energía Divina que Cristo recibió en el Huerto Getsemaní en una forma luminosa y resplandeciente.

Llevemos nuestras manos al corazón y comulguemos espiritualmente, en gratitud y amor. Comulguemos por todos los que en esta hora se olvidan de Cristo, para que Dios tenga Misericordia de esas almas y despierten a la verdad.

Oremos:

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.


Y así, como esta lluvia que cae en este momento para purificar, lavar y nutrir la tierra; así como los elementales, devas y ángeles, el Reino de Figueira, comulgan de la Presencia de Cristo; así Yo bendigo todas las cruces que han traído a Mis Pies y principalmente alivio su cruz espiritual.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sean valientes y tengan fe. Yo estoy aquí para ayudarlos.

En este día en que celebramos la victoria de Cristo, de su Maestro y Señor, por encima de todo mal y adversidad, vengo aquí a instituir la bendición del Sacramento del Matrimonio, porque la familia en el mundo está siendo atacada y dividida.

En nombre de todas las familias aquí presentes y no presentes, escogí a algunos matrimonios para bendecirlos hoy con Mi Espíritu, a través de la unción, del agua bendita y del incienso; para que, en esa unidad entre las almas que se aman y conviven, se restablezca el Propósito de Dios en la célula de las familias.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nos prepararemos para este momento, a pedido de Cristo, Nuestro Señor.

Él se recogerá, mas volverá para bendecir a los que escogió en nombre de todos.

Mientras nos preparamos, vamos a cantarle a Nuestro Señor, recordando el poder de Su Preciosísima y Divina Sangre, para que ella nos bañe y nos purifique, como esta lluvia que cae en este momento, y nos libere de las prisiones y del dolor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cantemos y vamos a un intervalo.


Canción: “El poder de la Sangre”.


Hermanos, vamos a acompañar este momento de bendición y de consagración que Cristo pidió.

Vamos a unirnos profundamente a todo lo que Cristo nos dijo, teniendo bien presente lo que significa para Dios la familia y sobre todo el matrimonio.

Quiero aclararles que vamos a hacer una bendición y una consagración, que no es un casamiento. Lo estoy aclarando a pedido del Señor.

Pueden venir, hermanos.

Vamos a orar juntos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria en portugués, para que el Señor bendiga y unifique a estas almas en un solo espíritu, en un solo corazón, en un solo amor y vida, para que Sus Atributos y Gracias se hagan presentes en sus familias.

Ahora, oramos en inglés.


Ahora, consagrados a Mí, sus familias y sobre todo su unión matrimonial y espiritual deben ser un núcleo de luz, entendimiento y sobre todo de amor, para que los valores y principios de la Sagrada Familia desciendan sobre ustedes y sobre todos los que unieron sus vidas para vivir juntos.

A través de este simple pero profundo momento, su Maestro y Señor, Jesucristo, viene a bendecirlos con Su Espíritu y con Su Paz, para que el núcleo de la familia humana sea reconstruido y amparado, y protegido de todas las influencias del mal, por el triunfo del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en todas las familias.

Alegren sus corazones.

Que la unión entre sus almas les otorgue la evolución, la experiencia del amor y de la caridad por el semejante.

Yo los bendigo, los consagro, bajo la Unidad Trina, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 119.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Por Mis Llagas fueron curados. Por Mi flagelación fueron liberados. Por Mi agonía fueron consagrados. Por cada uno de Mis padecimientos fueron redimidos.

Pero hoy, no puedo sonreírle al mundo porque el mundo sufre en este momento, porque muchos corazones en el mundo no consiguen alcanzar los méritos de Mi Pasión.

Por eso, contemplo un escenario desolador, que invito a Mis apóstoles a atravesarlo, aunque por ustedes mismos crean que no podrán hacerlo. Pero, Yo vine a este mundo a enseñarles el camino, vine a demostrarles la Sagrada Escuela de la Cristificación.

Por esa razón hoy, llevo en Mis Manos el Libro de Dios, en el que algunos nombres aún faltan postularse para la Escuela de la Cristificación. Y esto, compañeros, no es algo solamente espiritual, es algo concreto, porque después del último 8 de agosto todo cambió y sus oídos no pueden escuchar a la Jerarquía como lo hicieron hasta hace poco tiempo.

El escenario del planeta seguirá cambiando y esa será la hora de Mis apóstoles, que irán decididos hacia donde Yo los necesite, no importando el tiempo o el lugar; porque, recuerden que Mi Iglesia en la Tierra está sostenida por un finísimo hilo de Luz, tan frágil que podría romperse en cualquier momento.

¿Ahora, comprenden por qué en este Libro aún Me faltan muchos nombres?

Mi Proyecto se cumplirá con quienes quieran seguirme hasta el final; porque no serán las multitudes que redimirán el planeta, será la poderosa invocación a la Red Suplicante de las almas orantes y honestas, la que paralizará los graves acontecimientos que llegarán al mundo; aunque vean en este tiempo un escenario de destrucción no solo material, sino también espiritual y moral, porque el lenguaje en este mundo está cambiando rápidamente.

Las almas más pequeñas y más inocentes, los niños de este tiempo, ya no aprenden lo que ustedes aprendieron en otros tiempos. ¿Se han dado cuenta de que el lenguaje de la humanidad ha sido tergiversado?

Por eso la importancia, compañeros, de primero proteger de ustedes mismos los valores que Dios le enseñó al sagrado pueblo de Israel. Sin estos valores, la humanidad no podrá reconstruirse.

Los valores y los principios son los Dones de Dios que la humanidad necesita en este tiempo final para saber dónde colocar sus pies, un lugar seguro y protegido, en donde espiritualmente no corra riesgo ni peligro.

Esto significa que, con los pocos que Me responden y Me obedecen, intentaré hacer algo en este mundo, antes de Mi Retorno a la humanidad.

Pero hoy les digo, verdaderamente, que hay una parte que ustedes deberán asumir, aunque no les corresponda, así como su Maestro y Señor la asumió en silencio y en obediencia, sin quejas y sin reclamos.

Porque este sagrado espíritu de fidelidad y de lealtad, que cada corazón humano puede expresar en este tiempo, es la garantía que la Jerarquía Espiritual tendrá para poder intervenir en la humanidad en estos tiempos de emergencia.

Yo no vengo a ofrecerles un jardín de rosas; Yo vengo a ofrecerles un camino de desafíos, de metas, el camino del Propósito que todos deben tener presente en su corazón. Porque aún la humanidad no comprendió el Mensaje de Dios; por esa razón son necesarios los esfuerzos, la determinación imperiosa de servir, la incansable donación de cada servidor.

No quiero que teman lo que les digo, porque aquí hoy se cumple un atributo: solo tener un lugar de reposo, pero no una morada. Porque la morada de cada compañero Mío es en el Corazón de Dios, lugar en donde siempre conocerán y comprenderán los misterios de la Creación, en donde siempre serán colocados para servir en el lugar y en la hora que sean necesarios.

Ahora llegó el momento de que se cumpla el tiempo del apostolado. Que esto no solo sea una necesidad, sino también una realidad que cada uno podrá vivir según le corresponda, así como está escrito en el Corazón de Dios.

Por eso, abracen la Voluntad Divina, aunque les parezca imposible o inalcanzable; porque cuando abracen la Voluntad Divina, entre ustedes y Dios, no habrá miedos, sino concreciones de Sus Deseos más ardientes y profundos para con cada uno de Sus Hijos.

Es así que Yo vengo a prepararlos para el próximo tiempo, así como preparé a Mis apóstoles antes de Mi Ascensión a los Cielos. Tengan muy presente, compañeros, que estamos en ese importante momento. Por eso, pregúntense si están dispuestos a vivir este momento que Yo les presento.

¿Serán capaces de ir a donde Yo los necesite, en las condiciones que Yo necesite, no aferrándose a un lugar o a una tarea?

Porque las almas que son de Dios no tienen propiedades ni tampoco tienen deseos. Las almas que son de Dios tienen la aspiración de servirlo y, en este tiempo final, tienen la ardiente aspiración de preparar el Retorno de Cristo; primero, purificándose a ustedes mismos, para que el mundo sea purificado de la crueldad, de la indiferencia y de la maldad.

Yo deberé dar testimonio, ante Mi Padre, del Amor que Yo les He entregado a través de los tiempos; porque ese Amor que Yo les di en confianza, Mi Sagrado Amor que es el Amor de Dios por todas Sus Criaturas, es el Amor que Yo necesito utilizar en este momento, ante la emergencia del planeta; para que, en lugares recónditos y lejanos como también en lugares cercanos, se cierren las puertas inciertas que sumergen a las naciones y a los pueblos en este momento.

Necesito que Mi Luz llegue a través de Mis apóstoles. Crean que esto es posible, porque Yo cuidaré la purificación de quien confíe en Mí. Pero no se amedrenten, ya no se precipiten, porque son agraciados y benditos ante Mi Padre y esto no lo pueden olvidar.

Todo lo que Yo hago no es en vano. Todo lo que Yo hago tiene un Propósito y Mi Propósito son las almas, Mi Propósito es vivir en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra.
Por eso, ¿qué temerán?, si Yo ya lo tengo todo previsto, si Yo ya conozco el camino de sus almas. Yo ya sé cuál es el destino de sus vidas.

Para que la humanidad no se destruya a sí misma, Yo vengo a pedirles más. Es la única chance que tengo en este momento, ante el desequilibrio de las Leyes en el planeta.

Por eso, la importancia en este momento de los corazones suplicantes que tendrán como premisa, en este tiempo, suplicar y solo suplicar, para que un niño o aun una familia no se vuelvan mártires a causa de la impunidad.

Por eso, Yo les ofrezco este camino crístico, porque ya están en el tiempo de asumir una responsabilidad y de no tener que ser asumidos por nadie; pues Mis Gracias, en estos tiempos, fueron abundantes.

Ahora es el tiempo de romper con la inercia del planeta, antes de que sea demasiado tarde. No quiero ver lo mismo que en Ruanda; que, por no escuchar a la Madre de Dios, se lamentaron.

Nuestra fraterna cercanía, con ustedes y con toda la humanidad, viene a auxiliarlos, a alentarlos y a impulsarlos a seguir adelante, porque aún hay mucho por hacer y ustedes ya tienen las herramientas para poder hacerlo.

Por eso, Yo vengo a pedir al lugar correcto. Vengo a pedir al lugar en donde Me quieren escuchar y saben que Mi tiempo es precioso en este momento, ante las emergencias de la humanidad, ante la imperiosa necesidad de que los valores de la fraternidad humana, del respeto, de la tolerancia y de la paz, no desaparezcan del mundo.

Yo vengo a pedirles, en esta nueva Maratón de la Divina Misericordia, un voto consecuente de responsabilidad. Esto delineará lo que la Jerarquía podrá hacer; porque ustedes lo harán en nombre de la humanidad, en nombre de las desgracias de estos tiempos que todos estamos viendo y sobre todo lo harán en nombre de Mi Amor, para que Mi Amor triunfe en el mundo y especialmente en donde más se necesite.

Es así que, al igual que a los santos apóstoles, Yo vengo a derramarles el Espíritu Consolador para que sigan caminando al encuentro del Propósito, en la búsqueda incesante de una solución espiritual para esta situación planetaria.

Yo vengo a dejarles Mi Paz y a animarlos para que esta nueva Maratón de oración abra las puertas de los Cielos, toque el Corazón del Padre para que Él derrame Su Misericordia y no Su Justicia, para que todos puedan estar en esta ocasión especial bajo los Rayos de Mi Misericordia, de Mi Sangre y de Mi Agua.

Que esta nueva Maratón de la Misericordia sea un ofertorio, que el templo del corazón de cada compañero Mío esté abierto para poder recibirme y para poder consolarme. Porque vengo a buscar, debajo de esta “Figueira”, un lugar para reposar y para volver a respirar profundo, para seguir adelante junto a los que Me quieran acompañar en este tiempo en el que se debe alcanzar la redención. Esa es Mi aspiración.

Agradezco por las respuestas de los que atendieron a Mi apelo y se dispusieron a servirme.
Ahora, vamos a construir durante estos próximos meses lo que deberá llegar a la humanidad: la fuerza de la esperanza y de la fe para que la cura se establezca, para que la paz se infunda en el mundo.

Yo les agradezco por estar aquí Conmigo, por responder a las Aspiraciones de Dios.
En estos tiempos de tristeza nunca dejen de sonreírle a la vida, para que todo se pueda reparar. La sonrisa es el espejo de Mis apóstoles.

Les agradezco y así los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sientan en su interior la luz del Centro de Figueira y reciban del Padre Su Divina Gracia. Gracia que los congrega, de tiempo en tiempo, para poder cumplir Su Santa Voluntad.

Es esta luz del Centro de Figueira que los trae desde tiempos remotos hasta el presente para poder servir y vivir en el Hijo de Dios, para poder proclamar y anunciar Su advenimiento, Su llegada.

Es por eso, hijos Míos, que hoy estoy aquí con ustedes, así como lo estuve en el día de ayer, durante la Oración por la Paz en las Naciones, cuando el Padre sintió la oración de los niños, el pedido de los más pequeños e inocentes.

Su Corazón puro y eterno se conmovió y Su Misericordia y Su Gracia se derramaron sobre el mundo, sobre los niños más inocentes que necesitaban de ayuda espiritual. 

Todo este impulso y todo este propósito es movido por un motivo mayor, aun por una razón desconocida que proviene de lo eterno e invisible.

Es el Padre que los vuelve a unir y a congregar en el Amor para poder servir a Su Hijo y a Su Obra, para poder testimoniar Su Presencia dentro de ustedes y en cada corazón de esta humanidad que busca en este tiempo la Luz poderosa de Cristo.

Todo lo que se ha construido en el Centro de Luz de Figueira es por amor, es por una devoción que descendió de lo alto y que tocó a sus espíritus alguna vez. Fue eso lo que los trajo aquí hasta ahora para que, en estos tiempos y en este ciclo, abrieran las puertas a toda la humanidad y a todo el planeta para poder llevar el mismo impulso y la misma convicción de estar en Dios y así anunciarlo a sus hermanos, a los buscadores de la paz, a los buscadores del bien, a los que esperan por Misericordia.

Este Centro de Luz de Figueira les trae la Verdad, la revelación del Propósito y la manifestación de la Voluntad.

Después de treinta años, todo ha sido una preparación para estos tiempos actuales y para este ciclo de grandes acontecimientos, en el que la humanidad se enfrenta a un momento definitivo e interior, en el que la humanidad podrá o no cruzar el portal hacia lo nuevo.

Desde este Centro de Luz hoy también les traigo las herramientas de Dios, Sus instrumentos más perfectos que Él pidió crear y manifestar en el Universo para que existiera la Vida Universal y para que esta Vida Universal llegara a todos, a cada uno en su tiempo y en su momento; para que en el momento del despertar descubrieran el Conocimiento Sagrado y la esencia que mueve a todo este Universo, que es la Fuente del Amor de Dios. 

Esa es la gran Fuente que todo lo permite y que todo lo concede, también para este tiempo actual, en el que la humanidad atraviesa sus definiciones y sus pruebas, en el que la unión con lo Alto será imprescindible para todos, para poder estar en lo cierto y en lo correcto, para ser bañado por la Sabiduría y por la Ciencia que proviene de Dios y que impulsa la manifestación y la concreción de Su Obra, no solo en las Comunidades-Luz, sino también en las naciones, en los pueblos, en las culturas que deben despertar al igual que ustedes a la luz del Centro de Figueira.

En ella se guardan aún los misterios que, algún día, la humanidad conocerá cuando su amor y su devoción a Dios sean más profundos y verdaderos. Pero para ustedes que, como servidores y como Obra fueron preparados hace mucho tiempo, este es el momento de dar a conocer al mundo lo que Dios tanto ha esperado, que a través de los Centros Sagrados y de los Centros Marianos, la humanidad recupere su inocencia y pureza para poder volver a estar en Dios y en Su Presencia, para sostener a este mundo que temblará y se sacudirá, para mantener las Bases de Luz sobre la superficie de la Tierra, en una absoluta y sagrada hermandad, para aprender a auxiliar a los que más necesitan, para poder recuperar los valores de cada cultura y de cada pueblo, para que no desaparezca la fe ni la confianza en el Padre.

Todo esto es movido por la luz del Centro de Figueira que se donó y se entregó, desde el principio, para esa tarea que hoy espiritualmente es consciente para todos, para todos los que una vez tuvieron la gracia de despertar aquí y a través de aquí, llevando en su interior esa luz que es movida por un Propósito Mayor y que está presente en este tiempo por una razón mayor. 

Pero para que todo esto fuera posible, hijos Míos, Dios escogió a uno de Sus Hijos que hoy ya no está presente entre ustedes, pero sí omnipresente en espíritu, en esencia, en amor y en devoción junto a los Mensajeros del Padre y a Sus ángeles.

La esencia de luz del Centro de Figueira encarnó, se manifestó entre ustedes y trajo para el mundo la oportunidad de sobrevivir y de superar el fin de los tiempos a través del amor a la instrucción y de la devoción a lo sagrado, como también de  la reverencia a la Jerarquía.

Una parte de la luz del Centro de Figueira llegó a su encuentro, para algunos hace muchos años, para otros hace poco tiempo y para otros hijos, recientemente. Pero muchos más vendrán, movidos y atraídos por esa luz del Centro de Figueira que durante mucho tiempo se pronunció a través de la palabra y del verbo, a través del conocimiento y de la instrucción que preparó sus corazones para este momento, que preparó las bases para este tiempo y que trajo para el mundo la oportunidad de sostener, sobre la superficie de la Tierra, la unión con la Jerarquía.

Esa parte de la luz del Centro de Figueira vino de un lugar muy lejano del Universo, así como muchos de ustedes vinieron en diferentes momentos y tiempos.

Esa luz del Centro de Figueira una vez despertó en la consciencia de José Trigueirinho a fin de que se construyera y se manifestara la vida en comunidad, la vida en hermandad, la vida en servicio y en oración.

El pasado no está separado del presente. La luz del Centro de Figueira se manifestó en los primeros tiempos cuando el mundo necesitaba un gran cambio en la consciencia, al igual que en este tiempo y que en este ciclo. Sus bases se fundaron, sus áreas de luz se construyeron y las almas llegaron y llegarán, porque todo está unido en un mismo propósito y en una misma esencia.

Por eso, hijos Míos, comprendan con todo esto la Voluntad de Dios y cómo esa Voluntad trabaja y se manifiesta en la humanidad y, especialmente, en los que sirven al Padre Eterno.

Hoy, 13 de julio, se cumple el fin de una síntesis de la experiencia que vivió y compartió con ustedes José Trigueirinho, no solo como hermano, sino también como alma unida a su grupo de almas. Y hoy, después de esa síntesis, una nueva etapa comienza. Una etapa y un ciclo que también repercutirá en ustedes y en la Obra, porque los frutos de la Figueira ya están maduros para cosecharlos y para donarlos en servicio al mundo y a las almas que tienen sed de la verdadera instrucción, así como la tuvieron ustedes en algún momento, hijos Míos.

Que permanezca en ustedes la ampliación de este propósito del Centro de Luz de Figueira para que, no solo aquí, sino también en el mundo, reciban el auxilio que necesitan, el auxilio que viene de la Jerarquía y para que ustedes, al igual que José Trigueirinho, sean el próximo testimonio para el nuevo tiempo.

El testimonio dejará la experiencia del amor y del servicio en la humanidad para que, como una cadena de luz y de amor, otras almas encuentren la misma oportunidad y la misma experiencia de poder servirse y nutrirse de la luz del Centro de Figueira.

Reconozcan, en este día, la gran Gracia que recibieron, aunque no sean totalmente conscientes. Y cómo esta Gracia, en este ciclo, se amplió y se compartió con las naciones y con otros pueblos. 

Hoy hablamos de una Obra universal y no individual. Hoy hablamos de una Obra grupal y no personal. Este es el tiempo de abrir las puertas para todos, porque todos merecen recibir la oportunidad del despertar y de la instrucción. Es tiempo de acoger. Es tiempo de escuchar. Es tiempo de recibir con alegría al semejante, el que viene buscando la paz, la esperanza y el Amor de Dios.

Así, nunca les faltarán los impulsos de la Jerarquía y cuando se haya cumplido la gran aspiración y meta, ustedes serán precursores de este conocimiento recibido y de este Templo Sagrado que representa Figueira para la humanidad. Y así, su esencia de luz se compartirá y se ampliará en otros Centros Sagrados en los que emergerán nuevas comunidades para acoger a los diferentes pueblos y culturas, para compartir y servir en fraternidad.

Reciban este día la luz del Centro de Figueira y comulguen con ella, en renovación y en fe. 

La historia deberá seguir siendo escrita. Su hermano y compañero, José Trigueirinho, fue un instrumento en las Manos de Dios. Hoy ustedes deberán ser los instrumentos en las Manos del Padre para que Él siga escribiendo Su Voluntad.

Les agradezco por escuchar y responder a Mi llamado y los invito, hijos Míos, a escuchar nuevamente este mensaje, porque en él he dejado los impulsos que ustedes necesitan para seguir adelante en la perseverancia y en la fe, en el amor al Propósito y en la devoción a la Jerarquía.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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