APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Estoy aquí. Soy el Sol de Dios y vengo al mundo a iluminar esta noche oscura, para retirar de las tinieblas a cuantos padecen la injusticia de estos tiempos.

Estoy aquí. Soy el Sol de Dios y vengo al mundo a despertar en los corazones la cura, la paz y la renovación.

Estoy aquí. Yo Soy el Sol de Dios. Vengo a entregarle a cada corazón humano el Amor de Mi Corazón eterno para que las almas no pierdan la esperanza ni tampoco la alegría de poder presenciar Mi Retorno a la humanidad.

Estoy aquí. Por eso, Soy el Sol de Dios y le traigo al mundo el mensaje del Advenimiento de Cristo, la preparación de los mundos internos para el esperado Retorno del Redentor.

Sé que, para muchos de Mis compañeros, en este momento planetario, les es difícil vivir esta transición que es desconocida por toda la humanidad; pero, Yo les pido que no se desesperen. Les vengo a pedir que no bajen los brazos, sino que eleven sus brazos para recibir Mi abrazo celestial.

En muchas noches, en las que la oscuridad es reinante, en las que el dolor es insoportable para todos los que sufren en estos tiempos, no solo su purificación, sino también esta situación de la humanidad y del planeta; Yo vengo como el Vigía de la torre celestial para traer a Mis compañeros el consuelo vigilante de Mi Corazón, Mi Presencia inmutable que es inamovible, que es intransferible y que es eterna para todos los que tienen fe en Mí.

Por eso, vengo como el Sol de Dios, como el Sol de la Divinidad, primero a anunciar, en los mundos internos, la próxima llegada del Rey de los Cielos. También vengo a prepararlos para que sigan siendo Mis apóstoles del fin de los tiempos, para que aprendan a amar Mi Voluntad y lleven adelante Mi Voluntad, así como está escrito en el Corazón de Dios para cada uno de ustedes.

En muchas noches de estos tiempos, he escuchado las plegarias y las súplicas de Mis hijos, de Mis siervos y de Mis orantes, especialmente de aquellos que han tenido que vivir la partida de algún ser querido por diversas razones, por diferentes motivos; y Yo les digo que todo eso lo he contemplado con Mi Corazón, desde las necesidades de los más pequeños hasta la situación de los más adultos.

Mi Corazón está aquí como el Sol de Dios, como el Sol Eucarístico de Dios, para volverles a entregar esta Comunión eterna que es inmaterial y divina, que en esencia es el impulso del Amor de Mi Corazón misericordioso; para que tengan fuerza interior, valentía y mucho coraje; para que no sean arrastrados por las injusticias de estos tiempos, por las incoherencias de las naciones, por la falta de discernimiento de los dirigentes de este mundo.

Yo les pido: sean Mi Evangelio en vida. No solo lean Mi Evangelio, sean Mi Evangelio vivo y así serán parte de Mi Palabra viva, de Mi ejemplo vivo de la redención que impulso para todos los corazones y almas.

Recuerden que Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras siempre quedarán resonando eternamente, como un impulso de Luz en los corazones que tienen confianza en Mí. Y aunque a su derecha o a su izquierda todo se derrumbe o se caiga, manténganse en pie y no perecerán. Manténganse en pie con la firmeza del Amor que Yo les doy para hacer frente a su propia purificación y a la purificación del planeta, porque el Sol de Dios hoy está aquí, en Fátima, como ese gran sol que una vez bailó, danzó para todos, en los cielos de este lugar.

Pero el Sol que hoy les traigo es el Sol de la Fuente Divina, el Sol que siempre iluminará los tiempos, las situaciones y las generaciones. Sean valientes y no desistan. Cuando su corazón duela, cuando su alma duela, cuando ya no tengan fuerzas para continuar no se olviden de decirme: “Jesús, yo confío en Ti”.

Esta es la gran llave, la llave maestra que los sostendrá a todos los que crean en Mí y más aún, a los que vivan los Sacramentos.

Estos tiempos de transición planetaria los han llevado a fortalecer la fe inmaterial, en los cuales muchas veces no han podido tomar el Sacramento de la Eucaristía físicamente; pero esta es la hora de que profundicen en esa unión Conmigo a través de la Comunión Espiritual, porque allí Yo también estoy presente cuando tan solo un corazón se abre para tener la certeza de que Yo estoy en él y ese corazón está en Mí.

El mundo, la humanidad, aún no comprendió lo que el Padre necesita. Sepan que Dios, el Padre que está en los Cielos, sufre por todo lo que viven y hacen, por todos los que se han alejado del Amor, del Camino y de la Verdad. Pero Yo vengo a hacerlos retornar a ese Camino. Yo vengo como el Sol de Dios para entregarles el Amor de Dios, y también vengo aquí para hacerles vivir la Verdad.

Estando hoy aquí con ustedes, Me siento igual que como hace más de dos mil años, ingresando al cenáculo del corazón de Mis compañeros para que sientan Mi Presencia, sientan Mi Fortaleza, para que ingresen en Mi Paz, porque lo que aún llegará a esta humanidad será muy doloroso, pero si los corazones no se olvidan del voto de la oración, del sacrificio y de la renuncia, muchas situaciones se evitarán, especialmente por aquellos que adoran Mi Corazón Eucarístico.

Mi Fe está en ellos, y ellos serán llamas de Luz para este mundo oscuro. Será la Luz, profundamente interna de los corazones adoradores, que Yo colocaré disponible de forma incondicional para los mundos internos que más lo necesiten, para las regiones del mundo que han perdido la paz. Y esos corazones, convertidos en llamas de Luz de la Adoración a Mi Corazón Eucarístico, transmutarán Conmigo las incoherencias de esta humanidad, las injusticias, los agravios, los sufrimientos y los padecimientos de muchos corazones, especialmente de las familias que emigran hacia otras naciones, buscando una nueva oportunidad que aún no encontraron.

Porque la indiferencia de este mundo es tan grande que aún no se han dado cuenta de que he sido Yo Quien he golpeado la puerta de muchas naciones, buscando refugio, alivio, abrigo y alimento para sobrevivir. 

¿Quién estará dispuesto, en este tiempo final, a ir Conmigo hasta los infiernos y a no temerle al mal sin desafiarlo, sino enfrentándolo con la suprema estrategia de la oración, de la Adoración y de la Comunión Eucarística Conmigo?

Yo nunca les daré espadas para que luchen contra espadas, porque quien lucha con espada, con espada será herido.

Tienen que aprender a vivir como Yo viví por ustedes aquí, en la Tierra. ¿Serían capaces de hacer lo que Yo hice por ustedes y un poco más? ¿Serían capaces, al igual que su Maestro, que en la Última Cena sabiendo todo lo que viviría y sufriría por ustedes, no dejó de entregar Su Amor y Su divina Compasión a Sus apóstoles?

Yo solo necesito que tengan el coraje de colocar su cabeza sobre Mi Pecho cuando no puedan seguir adelante. Es tan simple que aún muchos no se animan a hacerlo.

Yo vengo aquí para enseñarles a superar sus propios límites. Yo vengo aquí para enseñarles a transformar sus resistencias hasta el punto que Yo necesite, en el que ustedes puedan llegar a vivir de forma entera Mi Voluntad.

Quiero decirles que estoy, en este momento, con todo el mundo; y que llevo en Mi Corazón todas las necesidades, por más pequeñas que parezcan, porque todo es importante para Mí, hasta lo más imperceptible y silencioso, hasta lo que Yo solo puedo ver; todo es considerado por su Maestro y Señor.

Pero, Yo les vengo a enseñar que a través del Amor todo tiene su tiempo, y que todo aquello que puedan estar viviendo, como injusticia o sufrimiento, tiene un motivo espiritual que en este ciclo deben aprender a acceder, a conocer y a profundizar para que no se vean solo como víctimas de algo, sino como participantes activos de la transformación del mal en Amor, del triunfo del Amor en todas las cosas.

El Sol de Dios viene a celebrar, hoy aquí con ustedes, la primera celebración eucarística para que las almas vivan la Comunión Espiritual, especialmente todas las almas que se encuentran aquí en Europa, en África y en Medio Oriente. Hacia esas esferas llegará esa consagración, como un acto de compasión y de beneficio espiritual para los que más lo necesitan.

Antes de ese momento, quiero enviar un mensaje especial a una hija Mía en los Estados Unidos, que sé que ha emigrado desde el Líbano hacia ese país, con su familia, especialmente con su pequeño hijo enfermo que, al igual que muchos niños que en este momento, cada día que pasa, se ofrecen como víctimas de Mi Amor por la redención y la transmutación de la humanidad. 

Pequeñas almas valientes que hacen grandes sacrificios, de la misma forma que lo hicieron los pastores de Fátima para que exista una última oportunidad para todos los que ya están condenados al día del Juicio Final; por eso, esas almas son víctimas de Mi Amor.

Lo que quiero decir a esa madre del Líbano, que ha perdido recientemente a su hijo, es que ya no sufra porque su hijo está Conmigo en el Paraíso. Los más pequeños son los que más llegan a Mi Corazón por su inocencia y su pureza.

Por eso, le digo a esta madre del Líbano que se alegre y que ofrezca este momento a Dios como un acto de reparación y de Misericordia por todo lo que ha sufrido su pequeño hijo en ese hospital de los Estados Unidos que Yo muchas veces he visitado.

Jean está aquí Conmigo, quédate en paz.

Celebremos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ofrecemos, Señor, este incienso, para que eleves a todas las almas hacia el corazón de Tu Iglesia Celestial. Amén.

Ofrecemos esta agua, Señor, para que purifiques nuestros corazones y almas, para que podamos ser aceptados y recibidos como un modelo de redención y de reconciliación en las Manos de Dios por el triunfo del Amor de Cristo. Amén.

Respondiendo al pedido del Sagrado Corazón de Jesús, nos unimos en este momento a su Divina Voluntad; le pedimos que Él nos conceda la Gracia interior de poder vivirla todos los días, para que se manifieste en la superficie de este planeta Su Plan de Amor.

Ante la Presencia de Jesús, nos unimos a Él en espíritu y en consciencia, y celebramos este momento bajo la alegría de la renovación y de la paz que Él nos trae en este tiempo.

Para eso, por un momento, en el silencio de nuestro corazón, reconocemos nuestras faltas y le pedimos perdón para que Su Espíritu reconciliador ingrese dentro de nosotros y, con nuestro corazón limpio, podamos vivir la alegría de esta Comunión Espiritual.

¡Oh! Sangre de Cristo,
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
Amén.
(dos veces)

En aquella noche, antes de Jesús ser entregado, Él se reunió en el Cenáculo para instituir la Eucaristía, el mayor Legado de Su Amor por toda la humanidad y el planeta.

Fue así que, en esa hora, Nuestro Señor tomó el pan, lo elevó a Dios y lo ofreció al Padre para que el pan fuera convertido en Su Cuerpo. Enseguida, Jesús lo partió y, ofreciéndolo a Sus apóstoles, les dijo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Enseguida, y antes de terminar la Cena, Jesús tomó entre Sus Manos el Cáliz y ofreciéndolo a Dios para que fuera convertido en Su Sangre, luego Él se lo ofreció a Sus compañeros diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por Su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto, en memoria Mía, hasta que Yo Retorne al mundo.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Que se alegren los corazones que se sirven de este Divino Sacramento, a fin de que se establezca la Paz.

Unidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, realizamos la oración que Jesús nos enseñó para consumar esta consagración y este ofrecimiento del Altar.

Oración: “Padre Nuestro”.

Anunciamos la Paz en todos los corazones de este planeta. Que la Paz y el Amor de Cristo desciendan a la Tierra.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

Anunciamos a todos nuestros hermanos y hermanas del mundo entero, la Comunión Espiritual con Nuestro Señor.

La poderosa forma de Luz ingresa en el mundo interno de las almas, para que las almas se fundan en Cristo. Amén.  

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

 

Hoy, el Sol de Dios, en Fátima, puede retirarse en Paz, con la convicción perfecta de haber entregado el impulso a todas las almas posibles.

Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en Mi Paz.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE MONTEVIDEO, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Después de mucho tiempo Me vuelvo a aproximar al sur del Uruguay, después que el pueblo uruguayo escogió la nueva escuela, la que deberá transitar.

A partir de ahora, este país tendrá una chance para poder revertir el estado de consciencia en el cual se colocó espiritualmente y tendrá la oportunidad de cerrar muchísimas puertas inciertas que abrió en los últimos catorce años.

De esa forma, el pueblo uruguayo alcanzará la libertad que tanto creyó tener en sus decisiones de vida. Por esa razón, el Universo concederá la Gracia de que muchos uruguayos puedan reencontrar un camino de retorno a la casa del Padre Celestial.

En este nuevo ciclo que llega, Uruguay vivirá la prueba de los desencuentros y de las oposiciones ya que, para revertir la situación espiritual en la cual ingresó, solo un nuevo ciclo podría generar un cambio lo suficientemente grande y opuesto a todo lo que vivió este país en los últimos años.

Para eso, la Jerarquía intervendrá en la consciencia del Uruguay para que junto a Argentina mantenga la posibilidad de retomar el camino que una vez perdió.

Por esa razón rezo, para que esa Gracia se establezca.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que Mi Presencia en este lugar sagrado les traiga paz.

Hoy vengo en nombre del Corazón de su Padre Celestial, trayendo en Mi Espíritu Su Divino Amor por este planeta, por la humanidad, por toda la vida que habita sobre la Tierra.

Hoy vengo en nombre de Cristo, Su Hijo, Aquel de quien ya no soy digno de decir que es Mi Hijo, porque Él es Mi Padre. 

Hoy vengo a llamar a cada uno de ustedes de "Mi hijo", porque así Dios me lo pidió. Así como un día Él me entregó a Su Hijo Primogénito, hoy Él me entrega a cada uno de ustedes para que pueda instruirlos, educarlos y guiarlos a Su Corazón.

Muchos se preguntan quién soy Yo, que vengo en nombre de Dios y que, durante tanto tiempo silencioso, hoy vengo a hablarles a los hombres de donde proviene la potestad que Yo tengo para guiarlos hacia el Corazón del Padre.

Yo no soy el Camino, la Verdad y la Vida. Yo soy Aquel que eligió ese Camino, que conoció esa Verdad y que se tornó parte de esa Vida.

Soy Aquel que supo escuchar las Palabras de Cristo y también Su Silencio, Aquel que sabe comprender la Presencia de Dios no solo dentro de Cristo, sino dentro de cada ser humano.

Soy Aquel que pudo trascender las propias miserias para ingresar en la perfección de Dios, Aquel que supo confiar en el Corazón del Creador y que no dudó de Su grandeza o de Su Plan.

Muchas veces, hijos, no pueden reconocer la Presencia de Dios en el propio corazón porque están muy presos de sus propias miserias y no confían en sí mismos. Pero hoy, Yo les digo que no es en ustedes que tienen que confiar, sino en Dios porque es la grandeza de Él la que se manifestará en sus esencias, es Su perfección la que vivirá dentro de cada uno de ustedes.

Él manifestará Su Gloria y se revelará al mundo a través de los Nuevos Cristos.

Cuando les hablamos del nuevo hombre, de la nueva humanidad, de los Cristos que deben surgir en estos tiempos, ustedes se miran a sí mismos y no lo encuentran.

Hoy les vengo a decirles que miren hacia el propio corazón y que vayan más allá de él. Ingresen en la propia esencia, en eso que los hace semejantes a Dios, y dejen que Él se exprese.

Él será este Nuevo Cristo en su interior.

Él será el nuevo hombre que vivirá sobre la Tierra.

Él será la expresión de Su propio Pensamiento en este mundo.

Como lo fue en Su Hijo, así será dentro de cada uno, dentro de cada uno de aquellos que creen, que tienen fe en esto que hoy Yo les digo.

Hoy vengo a llevar sus pensamientos, su comprensión hacia algo un poco más amplio. 

Ustedes deben comprender la esencia de la existencia humana, el motivo que los trajo hasta aquí, a este lugar sagrado. No vinieron solo para ser instruidos o para recibir una gracia especial. La instrucción los despierta y los hace recordar la verdadera razón de la existencia humana. 

Después de conocer la verdad, deben vivirla, fortalecer la propia fe para que ella se transforme en sabiduría, en entendimiento y manifieste, en sus vidas y en sus consciencias, los Dones del Espíritu de Dios. Aquel cuyo soplo se tornó Vida se debe manifestar en sus células y en sus átomos, revelarse. 

Si el Espíritu de Dios no habitara en ustedes, no podrían vivir, porque Él es la propia vida, pero también es la propia humildad y permanecerá silencioso en el corazón de aquellos que esperan oír la propia voz, que solo creen en sus propios pensamientos y sentimientos y que no se rinden a Dios.

Pero en los que saben silenciarse; en los que colocan sus miserias a los Pies del Creador, rindiendo sus potenciales a Dios para que Él se manifieste dentro de esos hijos; el aire que circula en sus cuerpos manifestará el Soplo Divino, la sangre que circula en su cuerpo finalmente manifestará la genética de aquella Sangre de la que comulgan todos los días. 

Cuando comulgan con Cristo y no creen en Él, Su Sangre también permanece silenciosa. Pero cuando tienen fe en que Él ingresa dentro de sus células y recorre su cuerpo, su alma, su consciencia; poco a poco ustedes se tornan partícipes de la genética del Hijo de Dios. Y aquello que se perdió, que se desvirtuó, comienza a retomar su camino para expresar el Pensamiento Divino, para ser lo que verdaderamente es un ser humano.

Muchos se preguntan si Yo soy parte de Dios, y hoy Yo les vengo a decir que todos nosotros somos partes de Dios. Mi Corazón retornó al Suyo para darles un ejemplo de que no solo el Hijo Primogénito puede retornar al Padre. Él les vino a mostrar el camino para que recorrieran ese camino, para que imitaran Sus pasos, para que vivan Su Amor.

Hoy vengo como Su Mensajero, como parte de Su Corazón, porque me ofrecí a Dios para que, hasta el final de la existencia humana, las almas tuvieran una oportunidad de encontrar el camino de retorno.

Retornar al Padre no es dejar de existir. La unidad es un estado de consciencia que ustedes pueden vivir a cada instante; pueden continuar siendo seres humanos y, sin embargo, expresar la unidad con Dios.

Su Hijo vino a demostrarles eso. En ningún momento de Su existencia, el Corazón de Cristo estuvo separado de Dios.

Dejen que se rompan los límites de la comprensión humana para que ustedes puedan comprender aquello que no saben explicar, para que puedan vivir aquello que no saben pensar, pero que solo se manifiesta no como un pensamiento o una ciencia, sino como un estado de vida. 

Muchos de ustedes ya aprendieron a salir de la mente hacia el corazón, y ahora deben colocar el corazón en la consciencia para que la vida espiritual no sea un sentimiento, sino una experiencia viva, constante.

Ustedes están ingresando en un nuevo ciclo, en el cual la nueva humanidad debe dejar de ser una enseñanza. 

Ustedes ya no se pasarán estudiando sobre el nuevo hombre y buscando en otros su manifestación. Él no vendrá de otro mundo; no vendrá de las estrellas, a pesar de que las estrellas se manifestarán en la Tierra, los Universos se manifestarán aquí.

La vida que habita en el Cosmos se expresará en el planeta para participar de la expresión del nuevo hombre que se manifestará dentro de cada uno de ustedes. No será lo contrario. No esperen que la nueva vida venga del Cielo, porque ella comienza aquí, en ustedes, en este lugar y en todas las Islas de Salvación consagradas por Dios y preparadas por Él para manifestar la nueva vida. 

De los puros de corazón nacerá el nuevo hombre, y es su propio ejemplo el que despertará a los Cristos adormecidos, es el propio ejemplo de cada uno de ustedes el que hará que sus hermanos despierten y, así, se expandirá la nueva humanidad. 

De la transformación de cada ser en esta Tierra nacerán los méritos para que aquellos que llegarán en el futuro, los que nacerán aquí, encuentren el camino pronto para no expresar ya la vieja condición humana, sino para participar de este nuevo ser, de este nuevo arquetipo de vida que expresa el Pensamiento Divino. 

Yo estoy aquí para decirles todas estas cosas porque esa debe ser la prioridad en sus vidas. Ustedes no están aquí para trabajar, estudiar, tener vacaciones o viajar por el mundo. Están aquí para expresar un Principio Divino, para expresar la semejanza con Dios, porque toda la vida en el Universo los aguarda. Todas las estrellas que ven en el cielo contemplan a la Tierra y aguardan silenciosamente. Aguardan que el Plan de Dios pueda cumplirse. 

Que este nuevo ser no esté solo en el Corazón de los Arcángeles, en la consciencia de los Padres Creadores y en lo oculto de los seres humanos. 

Misteriosamente, de este pequeño planeta partirá el ejemplo de vida para toda la Creación, así como ya sucedió a través de Cristo. 

No miren hacia sí mismos mientras Yo les hablo. No piensen en cuán distantes están sus vidas de la manifestación de lo que les digo. Dejen que los velos se rasguen en sus consciencias para que su forma de pensar se transforme, para que su pensamiento esté en el corazón y su corazón esté en la consciencia,

Estoy hablando con cada uno de ustedes y con cada ser humano. Mientras les hablo, atraigo hacia el mundo aquello que ustedes verdaderamente son, para que puedan despertar.

Que sus esencias griten para que ustedes, finalmente, escuchen. Que ya no haya silencio en su interior. Que Dios no permanezca silencioso en ustedes. Que el Soplo de Su Espíritu no esté oculto, sino que mueva su mundo interno, que remueva el viejo hombre. 

Dios les hablará, una y otra vez, hasta que vivan lo que Él les dice, y Yo me comprometí con Él para repetir Sus Palabras hasta la institución de la nueva vida. 

Y aunque Mi verbo algún día ya no se pueda pronunciar a través de los videntes, Yo gritaré en su mundo interior y ustedes Me escucharán dentro de sus corazones. 

Aquellos que quieran oírme serán guiados por Mí hasta el final, porque para eso estoy aquí, Mi evolución camina con la suya. 

Hoy Yo les pediré que los sacerdotes consagrados por Cristo sean los que bendigan esta Eucaristía, porque Nuestro Señor depositó Su confianza en ellos y llegó la hora de que puedan expresar su verdadera misión.

Ustedes seguirán comulgando con Cristo en cada nuevo encuentro Conmigo, pero serán los sacerdotes los que bendecirán esta Eucaristía, los que llamarán con su corazón y con su consciencia al Ángel de la Presencia, porque Él siempre los escucha. 

Los sacerdotes serán los que, a partir de hoy, abrirán los Cielos para que los elementos se conviertan y todas las Gracias que Dios tiene para ofrecerles se manifiesten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

De la misma forma, ustedes confiarán en la transubstanciación. Confiarán en que la Sangre de Cristo se encuentra en el vino y que Su Cuerpo está presente en este pan y que, dentro de ustedes, día a día, poco a poco, los conducirán a expresar la genética de Cristo para que, como Él, expresen la semejanza con Dios y retornen al Corazón del Padre.

Que así sea.

De esta forma, les enseñamos a que confíen en los mediadores que les trajimos porque, a pesar de su condición humana, una Gracia Divina habita en su interior y, por los méritos de su entrega, cada día se manifestará un poco más. 

Siempre que confíen más en Dios que en sí mismos, Él se expresará en ustedes. 

Entreguen su condición humana, sus defectos, sus personalidades y confíen en Aquel que los creó perfectos para habitar en ustedes. 

No hay errores en la Creación Divina, no hay errores en Su Pensamiento. Dejen que Su perfección se exprese.

Para eso, Yo los bendigo, coloco sobre ustedes Mis manos y la irradiación de Mi Casto Corazón para que, a través de Mi ejemplo, sus seres despierten y para que en un futuro próximo, a través de sus ejemplos, otros más despierten.

Sientan el Soplo del Espíritu de Dios que circula en sus cuerpos, que permea sus consciencias. Dejen que Él se exprese, que Sus Dones se manifiesten.

Que la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo permanezca en sus seres para siempre.

Les agradezco.

Y ahora, Yo les pido que, en reverencia y aún en Mi Presencia, vengan hasta aquí los sacerdotes para recibir Mi bendición y, así, consagrar estos elementos. 

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA LOCALIDAD DE PÊRA, ALGARVE, HACIA FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mantén tu fe tan elevada y sublime como los Cielos. 

Deja que la fe, en tu interior, conduzca los pasos de tu consciencia y siempre te muestre el camino para retornar al Corazón de Dios.

La fe es multiplicable, bondadosa y donada.

La fe construye y une a las consciencias bajo el latente Propósito de Dios.

Que esta fe purifique tu consciencia para que ella sea permeada por la Gracia de Dios.

En la fe no se encuentran barreras, diferencias u obstáculos.

Deja que la fe te muestre la verdad interior de Dios, entrégate a ella y deja que el sagrado espíritu de la fe libere la vida y transforme hasta lo más profundo, porque la fe es curadora y también redentora.

La sagrada fe promueve el descenso de la paz y ella esparce el bien por donde uno vaya.

En la fe no existen dudas ni suposiciones.

La fe es claridad y entendimiento; ella genera la unión perfecta con la Voluntad de Dios.

La fe disuelve los miedos y destierra lo negativo.

En la fe se encuentra la verdad.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA LOCALIDAD DE PÊRA, ALGARVE, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vuelves a la tierra en donde una vez nació tu pureza íntima y esencial.

Vuelves a la tierra que el Cielo, todos los ángeles y la Madre del Sol bendijeron.

Vuelves a la tierra en donde muchos testimoniaron que el don del amor y de la inocencia era el camino seguro para retornar a Dios.

Vuelves a la tierra en donde reina el poder de Mi Inmaculado Corazón para toda Europa y el mundo.

Estás ante el Santuario del mundo y el altar del ofrecimiento de la humanidad.

Estás casi a las puertas del Reino de Lys, Reino que te recuerda el retorno hacia tu pureza esencial, hacia la esencia de la Unidad de Dios.

Retornas a la casa que una vez visitaste, la Casa de María, la Reina del Rosario.

¡Alégrate, hijo Mío!, estás en los brazos de tu Madre Celeste y de allí nadie te podrá apartar, porque es Mi designio que Me acompañes en esta sagrada y victoriosa misión dentro de Europa.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto