APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 10.º ENCUENTRO ANUAL DE LOS HIJOS DE MARÍA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que la caricia de Dios sea sentida en sus rostros; pero, sobre todo, en sus corazones. Sientan esa misma caricia que una vez sintió el pequeño Niño Jesús.

Sientan sus almas en los Brazos de la Madre Celeste y les aseguro que todo estará bien. ¿De qué preocuparse si Yo estoy aquí y Soy su Madre? ¿Acaso sus corazones ya no se consagraron a Mí?

Pero sé que para sus almas este día es importante, no solo porque estamos en camino de finalizar la Cuaresma, prepararnos para contemplar la Pasión de Jesús y, sobre todo, Sus méritos y Sus triunfos en la Tierra, sino también este día es especial para ustedes, Mis hijos, porque sus almas, junto con sus ángeles de la guarda, ante las puertas del Reino de los Cielos, reconfirman sus votos de consagración, de servicio incondicional a través de la oración perpetua y de servicio a los que más sufren y se desesperan.

Que este ofrecimiento, que agrada a Mi Corazón y que proviene de cada Hijo de María, otorgue a las almas que más sufren en las guerras la Gracia de reencontrar la paz, el sosiego y el bien para poder rehacer sus vidas.

Así como Mi Hijo una vez entró triunfante en Jerusalén y ese día ningún ser murió en la Tierra, hoy, su Madre Celeste, la Divina Madre del Cielo, otorga una Gracia especial y una amnistía espiritual a través de todos los Hijos de María, para que el mundo alcance la paz y la paz se establezca, para que acabe la ambición de la guerra y de la destrucción, para que entre seres humanos de una misma familia universal no exista más la violencia, la indiferencia y la agresión moral y física, porque todos son preciosos a los Ojos de Dios. Esto disuelve todo mal y toda oscuridad que los rodea.

Recuerden que, en espíritu, alma y esencia, todos son preciosos a los Ojos de Dios. Así, el Padre Eterno, en este día de reconsagración, les reabre la puerta para que puedan ver en ustedes mismos las santas virtudes, para hacer el bien por donde vayan o por donde caminen.

Esta es la virtud principal: hacer el bien. Este es el compromiso auténtico de los Hijos de María, para que sus vidas se aparten ya de todo lo que hace sucumbir al mundo y a la humanidad; para que sus vidas, ya consagradas, sean un atributo verdadero para Dios en la Tierra, que represente los valores de la dignidad espiritual y humana.

Que cada uno de ustedes, ofrecido a la ardiente oración del corazón, proteja y guarde los valores que surgirán en la Nueva Humanidad. Porque esto es lo que está perdiendo el mundo: el valor de saber amar, el valor de hacer el bien, el valor de vivir en paz, el valor de saber unir, el valor de dar la vida por el prójimo, así como Mi Amadísimo Hijo la dio por ustedes. Esta es la lección que les dejo a todos.

¿Quién dará la vida por los demás, así como Mi Hijo la dio por ustedes?
 
¿Quién, a través de esta Cuaresma y de esta próxima Semana Santa, será capaz de decidirse y dar un paso para superar en el Amor a Mi Amado Hijo?

Esto es posible, ¿lo saben?

Esto justificaría los graves errores del mundo, porque los Nuevos Cristos ya serían una realidad y dejarían de ser una promesa; los Cristos del Nuevo Tiempo, consagrados como Hijos de la Madre Santísima, que a pesar de ser imperfectos se transforman día a día y no le temen al fuego transformador de Mi Amadísimo Hijo.

A través de este día especial, en el que sus almas están ante Dios por un momento, para hacer una síntesis de todas las experiencias vividas hasta el presente; como Madre del Redentor y Salvador, vengo a establecer una alianza entre sus corazones y Dios, una alianza que deberá volverse inquebrantable, una alianza inalterable que ninguna circunstancia o situación la disuelva.

Pero, Mis hijos amados, todo esto dependerá de cada uno de ustedes. Dios, su Padre, que los ama y los contempla con el Amor más grande que puedan imaginar o sentir, siempre está de Brazos abiertos y con Su Eterno Corazón expuesto en las alturas; Corazón que es adorado y venerado por todos los ángeles del Cielo y los bienaventurados; Corazón Misericordioso de Dios que nunca les impartirá justicia, sino que les dará Misericordia; Corazón que nunca los condenará por sus errores, sino que los salvará.

Este es el Sagrado Corazón flagelado del Padre Eterno que en este tiempo final y crucial precisa ser reparado todos los días a través de las acciones de misericordia de todos los Hijos de María; a través de una oración que no se debilite, sino que se fortalezca; a través de una disciplina consciente y espiritual que los mantenga unidos espiritualmente a la Fuente Suprema y a todos los códigos de Luz que guarda, que son inagotables, inextinguibles y eternos; códigos de la Fuente Inmaterial que, en esta próxima Semana Santa definitiva para muchos de Mis hijos, necesitan descender a las almas y a los corazones para prepararlos para el último y gran tiempo: el tiempo del Retorno de Cristo.

Yo vengo aquí como una Madre Mediadora e Intercesora. Vengo como una Madre que los acoge y que los recibe; y los coloca en este día bajo Su Manto Espiritual y Divino, para que los Hijos de María en el mundo entero protejan primero de sí mismos todas las reliquias espirituales que Mi Hijo les otorgó a través de los tiempos, reliquias preciosas e inmaculadas que se guardan en las almas que son fieles a Dios y que en esta Tierra representan a los servidores y discípulos de Cristo.

Todos ellos, Hijos e Hijas de María, son la Legión de Dios para el final de los tiempos. Porque cuando este planeta se mueva por entero, su fe, la fe de cada uno de ustedes, no podrá titubear; deberá ser una fe que fortalezca a sus hermanos y hermanas, porque la fe siempre los protegerá. La fe los alimenta espiritualmente, porque es un don precioso y eterno del Espíritu Santo.

He aquí el Espíritu Santo de Dios, que viene a bendecir a los que siguen caminando hacia Cristo. Espíritu Santo que viene a suplicar e implorar por los que sufren, por los que perdieron la Gracia, por los que perdieron la dignidad ante Dios. Espíritu Santo que suplica por los enemigos y por todos los que están contra el Plan de evolución del Señor. Porque la Divina e Insondable Misericordia, que también emana a través del Espíritu Santo, está más allá de toda circunstancia o situación.

Dejen y permitan que, en estos días previos a la Semana Santa, sus pies y sus manos sean lavados por Cristo, para que entren al templo espiritual de la Iglesia Celestial, limpios y purificados, volviendo a sentir en ustedes la Pureza de Dios, que nadie ni nada les puede quitar; y, sobre todo, sintiendo el Amor que merecen de parte de Nuestro Padre Eterno, un Amor que siempre los impulsará a la transformación y al cambio, a la transformación de sus hábitos y costumbres humanas. Porque recuerden que lo que Cristo necesita en esta próxima Semana Santa son las virtudes de cada ser.

Pregúntense, a ustedes mismos, ¿cuál es la virtud de Dios que mora en mí y qué haré con cada una de las virtudes que Cristo me confió? ¿Soy capaz de ir más allá de mi personalidad? ¿Soy capaz de ir más allá de mis aspectos humanos? ¿Confío en el poder insondable de la Misericordia que todo lo transforma?

Quiero decirles algo: sí, sus vidas están camino a la libertad.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a escuchar, a pedido de nuestra Madre, el Himno de Consagración de los Hijos de María, y vamos a llamar aquí a los Hijos que se han ofrecido a vivir hoy la consagración.

Pueden acercarse.

Y ante el Inmaculado y Sagrado Corazón de María, que se arrodillen todos los que puedan, porque ante la Madre Divina vamos a acompañar esta consagración de nuevos Hijos de María; pero también vamos a tener la oportunidad interna e íntima, en el silencio de nuestro corazón, de renovar nuestros votos con el Plan de Dios y con la vida divina.

Ahora, los sacerdotes van a bendecir con agua bendita a los que hoy se están consagrando y también los incensarán, para que la oferta de cada uno de sus corazones se eleve a los Cielos; oferta sincera y honesta de que, a partir de hoy, no solo son Hijos de María declarados, sino también son parte de Su ejército celestial.

Delante de María, nuestra Madre Celestial, hacemos nuestra oferta interna de renovación de votos para que, a través de Su Inmaculado Corazón, los eleve al Reino de Dios.

En este momento de silencio, hacemos nuestra oferta.

Vamos a cantar este himno, agradeciéndole a nuestra Madre.

Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL NÚCLEO-LUZ SAGRADO CIELO, BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN DEL DÍA 24

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Querido hijo Mío y querida hija Mía:
 
¿Qué es lo que pesa en tu corazón que tu Santa Madre no puede resolver?

¿Acaso Yo no estoy aquí y Soy tu Madre, la Madre de las causas imposibles, la Madre intercesora y mediadora entre las almas y Dios?

Hijos amados, si ustedes esto ya lo saben bien, ¿por qué guardan en sus corazones cosas que les pesan? 

Para Dios no hay nada imposible de resolver cuando el corazón se abre ampliamente para poder confiar en el destino que Dios tiene escrito para cada ser. Así, todo aquello que ata sus pies se disuelve en sus caminos; aquellas amarras, que los prenden a la Tierra, también son disueltas por el Padre Eterno.

Porque recuerden, hijos Míos, que existe una Voluntad Superior para poder cumplirse en sus vidas. Por ese motivo, una vez más, Mi Hijo los invitó y los llamó a preguntarse, a ustedes mismos, si ahora están viviendo la Voluntad de Dios.

Esto no significa, queridos hijos, que abandonen a sus familias, a sus trabajos o aun a sus compromisos. Yo les hablo de vivir la Voluntad de Dios internamente, de que sus vidas, día a día, estén más consagradas al Plan del Padre para que Él, en su infinita Misericordia, Piedad y Amor, pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas.

El Padre Celestial, en este día, extiende Sus Brazos y Sus Manos hacia ustedes para que sientan Su abrazo paternal, Su abrazo misericordioso, que no los condena por la culpa o por los errores, sino que los libera día a día de la condición humana.

Él extiende Sus Brazos y Sus Manos para que sus vidas se ofrezcan como Instrumentos de Dios, en toda la superficie de la Tierra; para que sus vidas, siendo Instrumentos del Padre, puedan ser una sensata expresión de Amor, puedan ser una expresión de Su Caridad y de Su Misericordia en el mundo.

Él espera esto hace mucho tiempo, que las almas se ofrezcan a ser víctimas de Su Amor Mayor para que las almas de este mundo dejen de ser víctimas de sí mismas. Él espera escribir, a través de sus vidas y sobre todo de sus corazones, la historia de Su Creación y también de Su Voluntad.

El Padre Eterno tiene tesoros guardados para todos, maravillosos tesoros que son incalculables para este mundo material. Por eso, a través de los tiempos y por intermedio de Mi Inmaculado y Materno Corazón, el Padre Celestial les otorga la Gracia de que estén libres de la Justicia, de la condenación en la que los coloca este mundo, para que sus pies puedan caminar por la senda de Cristo, libres de todo aquello que los apremia, libres de todo aquello que los angustia, libres bajo el sagrado espíritu de la paz.

Yo vengo aquí como la Reina de la Paz, porque sé que muchos de ustedes pierden la paz; pero, han pensado por un momento, Mis hijos, ¿cuántos lugares en el mundo ya no tienen la paz, la felicidad de vivir en una familia espiritual como esta, una familia que responde al Llamado del Padre; así como este punto de Luz, en esta ciudad, se predispuso desde el primer día a responder a la Voluntad de Dios?

Quisiera que hoy recuerden, así como Yo lo recuerdo atentamente, cada una de las experiencias de amor y de servicio que aquí se vivieron, especialmente a través de las almas que se ofrecieron a donarse por el prójimo y por el sufrimiento del semejante.

¿Cuántos méritos espirituales han concebido en el alma y en el espíritu de este Núcleo-Luz?

Les aseguro, queridos hijos, en el nombre de Mi Amadísimo Hijo, Jesús, que todos estos méritos espirituales e internos hoy son derramados como Gracias y también como rescate de las almas que más lo necesitan. Y esto genera espiritualmente un magnetismo espiritual que no se puede ver con los ojos físicos, sino con los ojos internos; que no se puede pensar con la mente, sino sentir con el corazón.

Todo este movimiento, que es oculto a los ojos de los ambiciosos, otorga el bien común y la fraternidad en el mundo. Por eso hoy, les pido que no miren sus errores, que no miren sus defectos, que no se sientan condicionados como está condicionada la mayor parte de la humanidad.

Hoy, sus almas están Conmigo, con la Madre Celeste. Hoy, también quiero que sus corazones estén en Mi Corazón; porque recuerden que Yo Soy la puerta segura para la redención, y que sus vidas y las vidas de sus familias y seres queridos pueden estar bajo Mis cuidados.

Cuando no puedan seguir adelante, llamen a la Madre de Dios. Cuando se sientan perturbados o en agonía, invoquen por Mi Inmaculado Corazón.

Yo Soy la Madre que siempre los abraza y los sostiene. Soy la Madre de la Caricia de Dios. Los quiero tener en Mis Brazos, así como lo tuve al Pequeño Niño Jesús.

Entréguense a Mí en confianza, en sublime plenitud, y la oscuridad que los podría estar rodeando se disolverá. Porque donde está el Amor de Dios, está presente el Amor de la Madre Divina, de una Madre incansable, de una Madre que no se detiene y que no duerme, de una Madre que trabaja por la salvación de todos Sus hijos en cualquier condición, de una Madre amorosa y misericordiosa que siempre les abrirá la puerta al Reino de Dios.

Porque quiero que sepan, si no lo sabían, que este fue Mi compromiso a los pies de la Cruz. Recuerden lo que Cristo nos dijo a todos: "Madre, ahí tienes a Tu hijo; hijo, ahí tienes a tu Madre".

¡Qué ternura expresó Jesús en Su profundo dolor! Una ternura y un Amor que superó toda agonía, aunque Su persona humana haya sido clavada en la Cruz.

¿Cómo comprender el Amor de Dios en el sufrimiento y en la entrega?

Esto es una escuela para los Nuevos Cristos, para aprender a superarse a sí mismos todos los días, para amar profundamente la Divina Voluntad, así como Yo le dije al Padre en aquel tiempo: "He aquí la Esclava del Señor, hágase en Mí según Tu Palabra".
Hoy, les digo, hijos Míos, que se haga en ustedes la Palabra de Dios a través de Mi Palabra, porque los espero a todos en el Paraíso.

Que vengan a Mí, Mis hijos, los que hoy se postularon para consagrarse como Hijos de María, porque ya son Mis hijos, no lo olviden.

Así, Yo los reúno a todos en este momento de consagración, dentro del Oratorio Inmaculado de Mi Corazón, para que Yo pueda ofrecer sus almas al Padre Eterno por todas las almas que sufren en el mundo y que hoy no encuentran la paz.

Pero sepan, hijos Míos, que ustedes hoy están ante el portal de Mi Paz, el portal del Sagrado Reino de la Paz que desciende sobre este Sagrado Cielo, sobre esta Sagrada Casa ofrecida incondicionalmente a responder al Llamado del Redentor.

Mis hijos, gracias por haber venido hoy a Mi encuentro, lo esperaba hace mucho tiempo porque sus almas y corazones son los que vienen a Mi encuentro; así, sus vidas son bendecidas por Mí a través de un gesto de Amor Maternal.

Quiero consagrarlos como Mis pequeños hijos, como esos hijos que aprenderán a caminar y a hablar algún día, como aquellos hijos que aprenderán a dar los primeros pasos en el camino crístico, como los hijos que algún día aprenderán a madurar sus consciencias para aprender a tomar sus primeras decisiones de vida que repercutirán el resto de sus vidas, como aquellos hijos que aprenderán a amar y a perdonar algún día.

Por todo esto y mucho más, Yo los consagro como Mis Hijos, como los Hijos de María.

Tráiganme aquí las rosas para que Yo pueda consagrarlas para Mis Hijos.

Oremos por esta consagración.


Oración: “Madre Universal”.


Les agradezco, hijos Míos, por estar Conmigo de corazón.

Mi Hijo espera felizmente Su Fuente Espiritual, a través de la fuente de bendiciones y gracias que aquí construirán, que Él se ha comprometido a bendecir algún día.

Entren en confianza al nuevo ciclo de este Núcleo-Luz, Mi Hijo les dice a todos sus fundadores y a todos los que sostienen este lugar sagrado para Dios que sigan adelante, que están en un muy buen camino y les agradece.

Yo los bendigo y los consagro como Mis Hijos, y reconsagro a aquellos que ya también son Mis Hijos, Hijos de María.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS, EN LA CIUDAD DE BUDAPEST, HUNGRÍA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vengo a entregarles la caricia de Dios, vengo a enseñarles sobre la Creación y el Universo para que recuperen, en su despertar, el sentido del origen y de la existencia.

Vengo a ampliar su consciencia, vengo a expandir su corazón.

Vengo a entregarles Mi Paz, para que por medio de ella se animen a dar un paso en el despertar espiritual, que hoy su Maestro y Señor les trae desde el Cielo hacia vuestra casa, Hungría.

Una tierra que puede dar muchos frutos, una tierra que puede acoger a muchos semejantes, una tierra que puede escuchar al que sufre, un pueblo que puede extender una mano para aliviar un corazón herido y así traer el Amor de Dios por medio de un servicio incondicional, verdadero y simple.

Vengo a despertar en ustedes lo que existe dentro de ustedes, que dio origen a toda su vida, a toda su consciencia y existencia.

Vengo a mostrarles, en el plano espiritual su esencia interior que una vez surgió de la Fuente para vivir una experiencia en este Universo, para que como almas aprendieran en la Escuela del Amor que este mundo les ofrece en este tiempo definitivo, en donde el Amor será la liberación de los corazones y la calma de los que sufren.

Esa esencia que se guarda dentro de ustedes, compañeros, es la que llevará consigo y para siempre, la experiencia del amor vivido en la Tierra. Esa esencia interior que el Padre les entregó como una gran célula de luz es la que ha venido a la Tierra para aprender lo que el Universo les ofrece.

Por eso, compañeros, Yo vengo a alegrar sus corazones, vengo a dar vida a sus espíritus, vengo a traer consciencia a lo más profundo que existe dentro de sus seres porque Dios necesita que honren Su Nombre, no solo por su existencia, que es infinita e inmaterial, sino también por todo lo que Él ha creado desde los orígenes de los tiempos, y todo lo que Él ha entregado hasta el presente de esta humanidad.

Sé que les parecerá extraño lo que hoy les digo, pero guarden Mi Mensaje en sus corazones y almas, porque la semilla que hoy les dejo algún día brotará y será un gran árbol que en la experiencia de amor de la Tierra podrá dar frutos y más frutos a fin de agradar a Dios, cumpliendo majestuosamente Su Voluntad.

Yo les hablo a ustedes como esencias, como parte de una única humanidad y de una única raza que debe recuperar el Proyecto Genético de Dios, así como lo vivieron los pueblos del pasado, lo que Dios nombró como Israel, la tierra que una vez fue prometida, desde Moisés hasta el pasaje de su Maestro y Señor por Medio Oriente.

Por medio de este despertar de su esencia divina, vengo a hacerles recordar, compañeros, los Atributos de Dios que deben aplicar en sus vidas para que el Cielo descienda en ustedes y en todos los espacios que los rodean. Eso permitirá restaurar a la humanidad, que vive una gran enfermedad en estos tiempos, una enfermedad espiritual y endémica llamada indiferencia.

Pero en ustedes no está la indiferencia, en su pueblo está el impulso del despertar, el impulso de poder escuchar a Dios para llevar adelante, en este tiempo final, Su Voluntad.

Por eso los coloco, compañeros, en otro nivel de la consciencia, en donde no existe la oscuridad ni el mal, en donde existe la Luz y la Sabiduría del Padre que hoy los ha traído aquí como almas para que en el nombre de su querido pueblo, Hungría escuche al Hijo de Dios, así como el pueblo de Israel escuchó al Hijo de Dios en el pasado.

Por eso recuerden, recuerden su pasaje Conmigo por Tierra Santa, en el Monte de las Bienaventuranzas, en Judea como en el Mar de Galilea.

Despierten su recuerdo interior en la Presencia del Cristo Vivo, que hoy los hace comulgar con el Padre para recuperar los orígenes de su existencia y de su cultura, que son una muestra de los millones de Atributos de Dios que Él ha sembrado en cada pueblo, en cada continente como en cada nación, para que lo representen y lo vivan en Sus diferentes Faces.

Hoy coloco a Hungría ante la Fuente de la Creación Espiritual, uno de los importantes orígenes de esta Creación, que los ángeles del Cielo y los arcángeles contemplan en adoración y en devoción perpetua ante la Fuente del Amor y de la Verdad.

Sé que Mis Palabras remueven los espacios, las estructuras y los conceptos.

Pero ahora llegó el tiempo en el que su Maestro y Señor se pronuncie al mundo fuera de la Iglesia porque todos los habitantes de la Tierra tienen el potencial de despertar su Cristo interno, bajo el principio del amor y de la sabiduría, en la base infinita de la compasión.

Por eso Yo les traigo estos impulsos de la Fuente, de la Fuente Divina de la Creación para que sus mundos internos recuerden y vivan, en este tiempo, la Voluntad que hoy expresa Mi Corazón por toda la nación de Hungría y por todo su pueblo que debe reencenderse en el Amor de Dios para siempre alcanzar la Paz.

Este es el primer encuentro Conmigo, compañeros. A Europa Oriental le ha llegado la hora de borrar para siempre su sufrimiento, su historia y su pasado, para comenzar a vivir en el Bien y en la Misericordia de Dios, que los hará partícipes de la bondad y de la alegría del Cielo, que hoy se derrama como una fuente inagotable en sus almas y corazones, en cada rincón de esta amada Hungría que espera como sus naciones hermanas, por esta oportunidad espiritual que el Universo hoy presenta ante su esencia divina.

Celebren este momento de reconciliación con lo Alto.

Reconcilien su patria y su pueblo con el Todopoderoso a través de su Hijo Amado. Él hoy abre Sus Brazos para acogerlos y recibirlos en la existencia de Su Amor infinito y en la presencia de su poderosa Luz que borra todo sufrimiento, que disuelve toda duda y que trae la fe para todos los seres de la Tierra.

Por eso hoy, su Sacerdote Mayor, el Señor del Universo, el Maestro entre los Maestros, quien dio el Corazón y la Vida por ustedes en lo alto del Monte Calvario, por los méritos de Su Sangre derramada, por los méritos de Su Agua que brotó de Su Costado y por todas las gracias infinitas traídas a la Tierra por todos los mártires y santos, sellaremos por medio de la Comunión con el Cuerpo y la Sangre de su Señor, una Alianza que hoy se fortalecerá en el Amor Crístico y en la Paz, y que dará sus frutos en un tiempo cercano, cuando Europa Oriental reciba mayores impulsos de la Fuente de la Misericordia de Dios por medio de una Presencia incalculable, en Hungría y en  Europa Oriental, de los Sagrados Corazones a fin de que el Amor triunfe dentro de ustedes, en sus familias, conocidos y en toda la humanidad.

Celebremos y recordemos la Última Cena de su Señor con los apóstoles y, en reverencia y humildad nos colocamos de pie para ofrecerle al Padre, a través de Su Amado Hijo, esta Cena de Redención y de Renovación que traerá para todos la cura de la humanidad. Que así sea.

Vamos a escuchar, a Su pedido, a pedido de nuestro Señor, en unión a Su Iglesia Celestial, entonaremos “Pater Noster”.

En este momento, ante la potestad y la autoridad del Padre Celestial, ante Su Universo de Amor y de Gracia, ante Sus ángeles y arcángeles, ante la Fuente maternal de la Madre de Dios y del Castísimo Corazón de San José, ante los bienaventurados y santos, y todos los seres de buena voluntad presentes en la superficie de la Tierra, ante los pueblos y las culturas que esperan ansiosamente el Retorno de Cristo y ante el infinito Amor del Sagrado Corazón de Jesús, ofrecemos al Padre Celestial los frutos y los méritos de la Pasión de su Maestro y Señor por la expiación, el perdón y la reconciliación de esta patria, de este pueblo, de este país, en nombre de muchas naciones más, para que siempre sea merecedora de la Divina Gracia, la Fuente inagotable de la Cura y del Bien que debe estar presente en cada corazón humano para que triunfe el Proyecto de Cristo y se establezcan los mil años de Paz. Amén.

Nos podemos arrodillar.

En aquel tiempo, su Maestro y Señor, en el nombre del Amor y de la Misericordia se reunió con Sus apóstoles, y en los planos internos con muchos seguidores Suyos, para celebrar el legado y la victoria de la redención sobre toda oscuridad.

Por eso, como en aquel tiempo, su Maestro y Señor tomó el pan dando gracias al Padre, la Luz de la Divinidad de Dios lo bendijo, y lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Y un momento de profunda Paz se estableció en la Tierra y hoy se establece en Hungría como en sus naciones hermanas.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Y así, su Maestro y Señor tomó el Cáliz entre Sus Manos, dando gracias a Dios por el sacrificio que viviría, la Luz de la Divinidad de Dios lo bendijo, y su Maestro lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre que será derramada por su Redentor para la rendición de los pecados. Hagan esto en Mi memoria”.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Y ahora, compañeros, en unión a Mi Sagrado e Insondable Corazón repetirán la oración que Yo les enseñé hace tanto tiempo.

Oración: Padre Nuestro. 

Celebremos y glorifiquemos a Dios porque los méritos de su Divino Hijo hoy se siembran en Hungría y en sus naciones hermanas por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús. Amén.

Antes de irme de aquí, compañeros, quiero que se comprometan Conmigo a orar la Coronilla a la Divina Misericordia, para que la Misericordia Insondable de Mi Corazón siga descendiendo en Hungría y en sus naciones hermanas.

Por eso los invito a formar un grupo de oración que agrade y alegre al Corazón de Jesús, a fin de que Él pueda retornar muchas más veces a Europa Oriental, en donde renacerá la Luz de Cristo invencible y poderosa por toda la eternidad.

Por esa causa, compañeros, les ofrezco Mi Corazón para que lo adoren y lo amen por medio de una oración semanal por la paz en Hungría y para que la Misericordia siga descendiendo aquí.

Les ofreceré como apoyo y auxilio a todos Mis servidores del mundo, a los que sostienen de una forma permanente e incondicional, la oración por la paz en las naciones. Todos ellos los ayudarán a fortalecer su grupo de oración en Budapest, para que este llamado también llegue a más corazones y traspase las fronteras, bajo una perfecta unidad con el Padre Celestial.

Me alegra haber estado aquí, me alegra haber visto y escuchado su respuesta, eso tiene un significado importante para Mí, sobretodo, para el Plan del Retorno por segunda vez a esta humanidad.

Los bendigo y les entrego Mi Paz para que sean Mi Paz y la compartan con los que más la necesitan.

Se darán el saludo de la Paz para que la Paz esté en Europa Oriental.

Los bendigo y les agradezco en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Hasta pronto.

Podemos darnos el saludo de la Paz a pedido de Cristo.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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