Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO-LUZ INMACULADA CASA DEL ALIVIO DEL SUFRIMIENTO, SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 123.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por estar hoy aquí, Conmigo; porque en este lugar, en donde ahora se encuentran, para Mí representa espiritualmente una pequeña Tierra Santa. Y lo más maravilloso de todo esto es poder ver que esa Tierra Santa está formada por las almas, por los corazones que fielmente responden al Llamado; así como muchos de sus hermanos y hermanas, en el mundo o aun dentro de esta Obra, responden fielmente al Llamado de Dios.

Hoy, Me quiero detener, compañeros, en la Mirada de Dios sobre este lugar, que fue fundado y concebido para la manifestación del Plan de Dios en la Tierra. Pero este lugar está vivo espiritualmente por las almas que participan en él, por los servidores que se autoconvocan todos los días, más allá de sus propias experiencias de vida.

La Mirada de Dios sobre este lugar es especial, es una Mirada tierna y pacífica, porque Él puede ver reflejada Su Voluntad en este lugar, aunque tal vez sea un poco desconocida para ustedes y sus hermanos; una Voluntad Suprema y Divina que es palpable en esta vida material, en la experiencia de este Núcleo-Luz, una vida que se refleja a través de la Voluntad, de lo que cada corazón cumple ante Dios día a día.

Esto también es maravilloso para Mí, ante la difícil situación planetaria, en donde hermanos se enfrentan contra hermanos, en donde naciones enteras son destruidas por la impunidad, por la falta de amor al prójimo, por la falta de respeto a la propia vida humana.

¿Ahora, comprenden por qué este lugar es para Mí una maravilla de Dios, como tantos otros lugares de esta Obra?

¿Consiguen apreciar, compañeros, el valor que esto tiene y la continuidad de su expresión en esta superficie?

Expresión unida íntimamente a los Retiros de Amor, fuente inagotable que los impulsa a vivir el Plan de Dios todos los días, aunque no sepan cómo comenzar de cero. Esto es parte de la Grandeza de Dios, de Su Amor inagotable e inextinguible.

Son pocos los lugares en el mundo que, en el tiempo actual, pueden vivir la fidelidad a Dios; pero no hay un misterio en todo esto, porque la fidelidad a Dios es sostenida por la transparencia y el amor ardiente a la Voluntad Divina, que es lo que gesta y crea los pilares de la Obra de Cristo en la Tierra, a través de las almas.

Sin la fidelidad, la transparencia y el ardiente amor a la Voluntad de Dios no sería posible que la Jerarquía trabaje en el planeta. Esto permite, ante la deuda espiritual de la humanidad, que la Divina Jerarquía pueda intervenir en estos tiempos críticos. Porque existen lugares como este, pequeñas Tierras Santas, que atraen hacia sí mismos la Voluntad de Dios a través del servicio incansable por los que sufren y padecen, el servicio por todos aquellos que están bajo la condición humana.

Quisiera que, a partir de hoy, compañeros y amigos Míos, contemplaran y valoraran este lugar y otros lugares de la Obra con la misma Mirada de Dios, Mirada de ternura y de pacificación.

Porque Él, que está en Su Reino y en Su Gloria, junto con todos Sus Hijos, cuida de cada paso y de cada detalle hasta el más insignificante, para que las almas puedan crecer en el amor y en la justicia, para que las almas aprendan todos los días a donarse un poco más y a salir de sí mismas para poder alcanzar la redención.

He aquí Mi pequeña Tierra Santa, la nueva Tierra Santa de Dios, entre tantas otras tierras santificadas por el Padre Eterno en este planeta. Dios desea ardientemente que esta Gracia se multiplique, porque es una Gracia para la humanidad, aun para aquellos que no la merecerían por sus errores o pecados.

Vean, entonces, la maravilla de la Misericordia de Dios, infinita, inagotable e inextinguible, Divina Misericordia que puede abrazar a todos Sus Hijos, Divina Misericordia que puede congregar a todas las almas, Divina Misericordia que puede sanar a todos los corazones.

Rezo, junto al Padre Eterno, para que existan más Tierras Santas; así como espero, en lo más profundo de Mi Corazón, que esto pueda suceder en África, para que los valores más auténticos y verdaderos de los que sufren sean reconocidos. Si el Corazón del Maestro se conmueve de Amor por Sus hijos de África, especialmente por los más pequeños e inocentes, ¿sus corazones serían capaces de conmoverse?

¿Qué hay más allá de lo que está aparentemente miserable?

Dios se esconde en los más pequeños e inocentes; así, Dios derriba del trono a los que se dicen poderosos, porque Su Amor está presente en los que son anónimos, en los que no buscan nada para sí, en los que se apartan de cualquier reconocimiento.

¿Será que el mundo colocará su mirada, de una vez y para siempre, en África, para que la humanidad comprenda, de una vez y para siempre, que desde África surgirá la Nueva Humanidad? ¿Por qué la destruyen? ¿Por qué la colonizan? ¿Por qué abusan de África?

Ya no hay sensibilidad en muchos corazones impunes; pero Yo cumpliré Mi promesa de retornar a África, así como está escrito y como fue escrito que Yo esté hoy aquí entre ustedes.

Por eso necesito, compañeros, que, en el final de estos tiempos críticos, coloquen en sus corazones y oraciones los próximos Proyectos de Cristo; porque mientras estos Proyectos no se manifiestan ni se concretan, muchas almas se siguen perdiendo y son abducidas hacia el fuego del infierno.

¿Ahora, comprenden la importancia de los lugares y espacios bendecidos por Mí, como esta pequeña comunidad que aquí expresan?

Todo les está siendo dado, todo les está siendo permitido y todo se les pedirá, sobre todo una respuesta interior verdadera que justifique los tesoros que están recibiendo, porque la Gracia de Dios es abundante.

Él quiere que esta Gracia se multiplique y se expanda en el mundo para que, a través de esta Obra concebida para el Sagrado Corazón de Jesús, a través de los servidores de Cristo que se confirman en este tiempo, esta Obra pueda llegar a lugares muy lejanos del planeta.

Porque ya les dije una vez, compañeros, no serán muchos los que Me servirán en este tiempo final; pero los que Me sirvan en este tiempo final, aunque sean pocos, tendrán que ser verdaderos; así como esta Verdad que los trajo hasta el presente desde el primer día que se manifestó este sagrado lugar, este punto de Luz para la Jerarquía.

Quiero anunciarles con toda gratitud, con toda reverencia y con toda la aspiración interior que aquí colocaré a algunos sacerdotes para que sustenten, junto con sus hermanos y hermanas, este nuevo ciclo del Núcleo-Luz, a través de su sagrada tarea en la Casa de San Lázaro como también en los demás proyectos de los que participarán en los próximos tiempos; porque el canal espiritual deberá estar bien fortalecido para poder abarcar y abrazar a la mayor cantidad de almas, en este y en otros planos, que a través de la Casa de San Lázaro buscarán el alivio del sufrimiento.

Quiero que sepan que aquí, en esta casa consagrada a Mi Madre Santísima, su Maestro y Señor, Cristo Jesús, en el más profundo y anónimo silencio, encuentra un lugar de reposo y de alivio.

Es tiempo, compañeros, que perciban Mi Presencia Espiritual aquí, que sepan que nunca los abandonaré, pero que siempre los impulsaré a que vuelen con sus propias alas hacia las dimensiones y planos de consciencia en donde debe materializarse la Voluntad de Dios en esta superficie.

Como lo pedí en otro lugar de esta Obra, deseo aquí la Fuente del Cristo Curador, el Insondable y Sagrado Corazón de Jesús, para que los que crucen la sagrada puerta de esta casa encuentren Mi Agua de Vida, que los purifique y los lave, que los alivie y que los renueve para el próximo servicio.

Esta agua de la Fuente del Cristo Curador será bendita no solo para el Santo Sacramento del Bautismo, sino también para los que la quieran beber o la quieran llevar consigo para bendecir sus casas y familias.

Vean, compañeros, cuán simple pero cuán profundo es el Amor de Dios, que se esconde en lo que es silencioso y anónimo, que se aparta de cualquier protagonismo y exposición; porque Dios está presente en la vida de los peregrinos, de los buscadores de la paz y del bien, de los que trabajarán en estos tiempos críticos para que los valores de la dignidad humana, de la fraternidad y, sobre todo, del amor no se disuelvan de las consciencias.

Tendrán Conmigo dos días más de encuentro en esta sagrada casa. Les pido que, en estos días que aún vivimos de Cuaresma y de vacío interior a través de sus propios desiertos, ofrezcan cada tarea y cada servicio en nombre del Señor. Así como también ofrezcan los días de la Maratón de oración a Mi Sagrado Corazón.

Mi Mirada estará atenta a las acciones de Misericordia, para que los graves errores que hoy se cometen, en el mundo y a través de las guerras, puedan ser disueltos y se conceda un tiempo más de paz en el mundo.

Por eso, Mis amigos, la paz debe comenzar primero en ustedes, cuidando sus palabras, cuidando sus gestos, cuidando sus actitudes, cuidando sus pensamientos y sentimientos, cuidando al prójimo antes que a ustedes.

Así, la caridad fraterna, inspirada a través de los tiempos por muchos santos y bienaventurados, no se disolverá en el mundo y concederá la paz; y esta caridad fraterna se reflejará en sus rostros con una hermosa sonrisa por servir a Dios. Así, sus propios sufrimientos y agonías se disolverán, porque quién sirve a Dios se libera para siempre de sí mismo.

Tomen en cuenta todo lo que les digo y guarden Mis Palabras en sus corazones.

Una vez más, les agradezco por estar hoy aquí.
 

Bendice, Señor,
a los que escuchan Tu Llamado.

Bendice, Señor,
a los que te sirven incansablemente.

Abraza con Tu Amor
a los que invocan Tu Nombre,
y guía los pasos de los consecuentes.

Que las heridas y los agravios de los corazones,
por todas las ofensas que hayan podido recibir
a través de los tiempos,
se sanen.

Glorifica, Señor,
a los que sirven anónimamente;
 silencia a los que hablan injustamente.

 Porque Tu Poder y Tu Luz estarán
en los que siempre te dicen sí y no retroceden,
porque entregando sus vidas en Tus Manos,
entregando sus consciencias a Tu Corazón, Señor,
el tiempo de la consumación se cumplirá;
así como Tu Amadísimo Hijo lo cumplió
cuando expiró en la Cruz.

Amén.


En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 7, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Por medio del agua purifico las consciencias del mundo y las bautizo con el Espíritu Santo.

Hoy traigo entre Mis Manos y cerca de Mi Corazón, el Sagrado Relicario de la Sangre de su Señor, guardado en pequeños cristales de cesio y mostrando al mundo la Luz de la Sangre de Jesús, preciosamente guardada y registrada en el Gran Banco Espiritual del Universo.

Contemplen compañeros, este Sagrado Relicario en la sagrada geometría de un rombo, que guarda las gotas de Sangre de su Redentor.

Es con este código que Yo los vengo a renovar y a transfigurar, no solo en el Sacramento del Bautismo, por intermedio del agua, sino también a través del Sacramento de la Fe, por intermedio de Mi Sangre.

La preciosa Pasión de su Señor, como les dije en el día de ayer, y dando continuidad al sagrado Conocimiento Divino, fue preciosamente guardada, no solo cada uno de los hechos sino también cada uno de los padecimientos de su Redentor, especialmente los de haber derramado la Sangre y el Agua del Cordero de Dios sobre la superficie de este planeta y en la consciencia de la humanidad.

He aquí el Código Crístico de la renovación que ninguna ciencia ni teoría puede explicar, que ningún hombre de la Tierra ha podido descubrir porque el valor de Mi Sangre espiritual es divino, supera toda ciencia y entendimiento.

A través de la Sangre de su Señor, no solamente los puedo curar y redimir, también los puedo convertir porque la Sangre derramada de Cristo, recogida en estos pequeños cristales de cesio, guardados en esta Sagrada Geometría de Dios, no solo representa la redención de la humanidad sino el testimonio físico y espiritual del Amor de Dios para con los hombres.

Así también lo representan cada uno de los elementos que fueron utilizados en la Pasión de su Maestro y Señor. Cada uno de esos elementos es un símbolo espiritual, tiene un profundo significado que va más allá de la mente humana.

A pesar de los padecimientos vividos, es con esta Sangre Espiritual y Divina que Yo vengo a transformar esos aspectos humanos, a transubstanciar sus consciencias en el modelo espiritual que Dios necesita para estos tiempos.

Por eso no coloco Mis Ojos en las resistencias humanas, sino en el potencial que ustedes tienen en su interior de poder amar, así como Yo amé al mundo y así como hoy amo a la humanidad.

Su experiencia de redención podría ser un gran testimonio de conversión para la humanidad, y muchas más almas se sentirían atraídas para vivir la misma experiencia.

Por eso es que hoy les traigo el Relicario de Mi Preciosa Sangre, adorada por los ángeles, venerada por los santos, contemplada por los bienaventurados.

Y hoy, les presento esta Geometría Sagrada para que sus consciencias puedan despertar e ir más allá de lo material, de lo intelectual o de lo mental; alcanzar la esfera sublime de consciencia donde el único Dios habita y también contempla los méritos del sacrificio de su amado Hijo.

Hoy traigo este Relicario entre Mis Manos para esparcir su Luz al mundo. Reciban este potentísimo caudal donando y entregando sus manos a Mí, en reverencia, para que el código celular de Mi Sangre siga modificando la consciencia humana hasta que ella alcance la forma perfecta del arquetipo de Dios, basado en las Esferas Sublimes en donde se originaron los principios de la Creación, de donde surgieron las primeras formas conducidas por el Pensamiento Divino y materializadas por el Amor de Dios, antes de la existencia de este Universo material.

La Sangre Espiritual del Hijo de Dios proviene de esa Fuente.

La Consciencia de su Pastor tuvo que encarnar en la Tierra para modificar la historia de los hombres y desviar del destino a cuántos estaban inmersos en la perdición.

La Sangre de Jesús, preciosamente elevada y transfigurada por los méritos de Su sufrimiento y dolor, es el principio genético que la humanidad deberá rescatar para estos tiempos, no solo en la filiación con los Sacramentos sino en la vivencia del Amor Crístico en cada ser, testimoniando al mundo el servicio, la perseverancia y la fe.

"Adonai, hoy Me vuelvo a entregar a Tus hijos por medio de Mi Sangre. Pero esta es la Sangre de la victoria, del amor y de la luz, que provienen de Tu Corazón; atributos que estuvieron presentes en el momento más culminante de Mi Vida.

Señor, hoy no ofrezco las angustias que siento por el mundo. Ofrezco el triunfo de la Sangre de Tu Amadísimo Hijo, para que este código celular proveniente de la Fuente Espiritual de Tu Creación, descienda al mundo, se una a las almas y transforme a los cuerpos que están en redención".

Mientras los universos se abren, los ángeles contemplan la preciosa Sangre del Señor, desciende en la Geometría Sagrada del Padre y manifiesta el poder de la gloria del origen de esta Creación.

Reciban entonces Mis Códigos de Luz para que sus vidas sean transformadas conforme a la Voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y que tengan fe en que todo se convertirá a su debido tiempo.

Este es el terafín que hoy traigo para la humanidad, abriendo las puertas a la redención planetaria, haciendo partícipes a las almas más imperfectas de los méritos de la Sangre de Jesús.

Quien pueda, por un momento, coloque su cabeza en el suelo para recibir de Jesús la Luz de Su poderosa Sangre, presente en el Sagrario de Su Espíritu y manifestado en la forma perfecta de la Geometría de Dios.

Contemplen los méritos del Salvador en la unión profunda con Su Espíritu, y todo será transformado.

Pueden levantarse y llevar las manos al corazón.

Es la Sangre Espiritual de Dios que hoy reciben sus vidas para que Su Voluntad, algún día, se pueda cumplir en ustedes, así como la Voluntad de Dios se cumplió en Mí.

Elevemos al Cielo este momento. Ofrezcamos nuestras vidas a los Pies del Creador y en absoluta confianza sigamos Sus pasos, para que nuestras vidas sean guiadas por el Propósito Superior y por la Divina Existencia, la Fuente inmaterial de la Creación, de donde surgimos y hacia donde retornaremos con todo lo aprendido y vivido en la Tierra.

Alrededor de Jesús, en este momento, aparecieron las santas mujeres.

Las he traído aquí, compañeros, como un testimonio de Mi Amor por ellas, de un Amor eterno, inextinguible, de un Amor que las lleva a la paz.

Ellas ungieron el herido Cuerpo de su Esposo. Pero hoy ellas son ungidas por el Espíritu de Dios, así como ustedes son ungidos por el Espíritu Santo, en su máxima expresión de amor y de bondad.

Que este Ministerio de la preciosa Sangre de su Maestro y Señor, siempre sea recordado por el mundo para que las naciones se cristifiquen, para que los pueblos se conviertan, para que las almas se rediman por la poderosa Fuente de Amor, que proviene de Mi Corazón para el mundo entero.

"Padre Celestial, no mires los errores del mundo, la indiferencia de las almas. Contempla ahora la fe de Tus hijos, la confianza de Tus siervos, la entrega de Tus servidores, para que se cumpla en la Tierra Tu Proyecto Celestial. Amén".

Los sacerdotes pueden aproximarse, por favor.

Es con inmensa alegría que ofrezco este momento para todos. Y espero que esta alegría que nace de Mi Corazón, pueda ser sentida y comprendida por todos con el mismo afecto y cariño que Yo les dí a Mis apóstoles.

Hoy les entrego a ustedes Mi afecto espiritual y paternal.

Nos arrodillamos y agradecemos la inmensa caridad de Nuestro Señor.

Así como conforté a los apóstoles en la última Cena, hoy los conforto a cada uno de ustedes con Mi Espíritu, para que sientan el Amor de Dios vivo en cada una de sus células, para que sus cuerpos acompañen el fin de estos tiempos, para que no teman a lo que llegará en breve al mundo y a los acontecimientos que se precipitarán sobre la Tierra. Porque si ustedes están en Mí, Yo estaré en ustedes y juntos estaremos en el Padre Celestial, bajo Su Gloria, Gracia y Misericordia.

Por eso, compañeros, ofrezco la consagración de estos elementos con el más caluroso afecto de Mi Corazón.

Siento que pueden vivir Conmigo este momento de verdad. Y que pueden sentir en ustedes, a través de Mis Palabras, la Luz de Dios que se entrega al mundo en esta hora para rescatar a la humanidad y al planeta, que agoniza y sufre en su más profundo silencio.

Quiero que se sientan partícipes y parte de Mí, de Mi Cuerpo Espiritual, de Mi Consciencia y de Mi Alma, y que sus almas, en esta hora de tantos errores e injusticias humanas, glorifiquen por medio del Hijo al Todopoderoso, Nuestro amadísimo y eterno Señor Dios, la Fuente única, perpetua y eterna de la Creación.

Y por los méritos de Mi Sangre es que ofrezco a ustedes Mi caluroso Amor de Maestro y Señor porque sé que su hora culminante se aproxima, para cada una de sus vidas, en donde en la misma soledad que Yo atravesé, deberán confiar absolutamente en Dios y en Su Misericordia, para aprender a atravesar las pruebas difíciles que vivirá el mundo.

Pero recuerden, compañeros, que Yo volveré para encontrarlos y reunirlos en Mi Gracia, a fin de volver a comulgar del Cuerpo y de la Sangre de su Señor, para la remisión de las faltas y de todas las maldades del mundo.

Reciban Mi afecto de Pastor. Sientan la consolación de Mi Espíritu, del mismo Espíritu que se entregó a los apóstoles y a la humanidad, el Espíritu del Dios vivo que renueva todas las cosas de tiempo en tiempo, como una sublime y dulce vibración.

Reciban el consuelo que los ángeles Me dieron en el Huerto Getsemaní, porque sé que su carne es débil, pero su espíritu es fuerte para poderme seguir y aceptar, para poderme responder y así cumplir Mi Voluntad.

Hoy vengo fuera de Mi Iglesia por todos los que no Me encontraron y por los que algún día Me encontrarán por medio de esta Obra, que humildemente y en imperfección imita los sagrados ejemplos de su Señor. Porque aquí Yo vengo a darles el Amor de Dios para que vivan la Verdad, para que aprendan a ser justos, buenos y mansos; para que se arrepientan y perdonen lo que aún no perdonaron.

Mi pedido al mundo y a los presentes es que se perdonen, así como Yo los perdoné en cada paso de la Cruz, sin condiciones.

"Eli, Eli, Padre del Amor, de la Unidad y de la Sabiduría. Olam, Emmanuel, Mahadbi Abba, Shalom Adonai, Eloheinu, Tú que eres Santo, Tú que eres todo para nosotros, Tú que entregaste a Tu Hijo por amor, para que Tus criaturas vivan el perdón y la redención, consagra esta agua a través de Tu amadísimo Hijo, para que las almas reposen en Tus brazos y curen sus heridas.

Iod He Vaud He, que estas velas sean la luz de Tu Espíritu en las almas sufridas que hoy serán bautizadas por la fuerza invencible de Tu Amor y de Tu Paz, y que Tus hijos en este bautismo, en este día de Gloria, por los méritos y las Gracias de Tu Siervo, Jesucristo, encuentren el camino hacia Tu Voluntad. Amén".

Nos ponemos de pie.

"Padre, Tú, que renuevas todas las cosas, hoy Tu Amor renueva a todos los seres por medio del recuerdo de la vivencia de este amoroso sacrificio, que Tu Hijo entregó, en confianza, a la humanidad".

En este día de Aleluya, en el que los ángeles cantan la redención de la humanidad, Yo les vuelvo a decir: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Te adoramos, Señor, y Te bendecimos (se repite tres veces).

Del mismo modo hoy les vuelvo a decir: "Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que fue derramada por su Maestro y Señor y por todos los mártires, para el perdón de los pecados".

En nombre del amor, de la luz y de la verdad, hagan esto en Mi Memoria.

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

El Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo.

Reverenciemos.

Alégrense los invitados al servirse de este Sacramento de redención.

Hoy les doy la Luz de Mi Amor para que la reconozcan y la vivan. Y hoy les doy Mi abrazo paternal para que sepan que esa Luz del Amor siempre será verdadera, infinita y eterna.

En alegría, hermandad y silencio, se darán el saludo de la paz, para que la paz esté en la humanidad.

Que la Paz de Mi Corazón esté en ustedes y en todos los que la suplican.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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