APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Vengo como la Luz del Amor de Dios para penetrar en el corazón de Mis hijos, para llevarlos una vez más hacia el Padre Celestial porque Él aún espera tenerlos en Sus Brazos. 

Lleguen a Mí, queridos hijos; así como hoy Yo llego a ustedes, Mis amados hijos, para volver a bendecir a esta nación y a este pueblo, Proyecto Precioso del Arca de Dios para el fin de estos tiempos, para los Mil Años de Paz.

Por eso, dejen a Mis Pies todo lo que los hace sufrir o padecer. Yo vengo a hacer renacer sus almas y corazones. Yo vengo a traerles, a través de Mi Corazón, la Presencia de Cristo para que recuerden, Mis amados, que siempre lo deben encontrar en la Santa Comunión, para que el Sacramento de la Fe y de la Renovación inunde sus almas y corazones, y haga de sus consciencias seres de pacificación que reciban en apertura el Llamado del Padre Eterno.

Yo estoy aquí, hijos Míos, y Soy la Madre de Brasil. Les agradezco por hoy estar aquí, respondiendo al Llamado de Dios a través del llamado de Su Madre Celeste. Sigan rezando por esta nación y por este pueblo, así como Mi Hijo se los ha pedido en los últimos días.

No teman, tengan fe y confíen. Este Proyecto de Brasil, que es el Arca de Dios, no desaparecerá del Corazón del Padre y menos aún del corazón de Mis hijos si creen en el Proyecto de Dios. 

Recuerden lo que Mi Hijo les dijo, en los últimos días, que Brasil es un país de brazos abiertos y de un corazón muy grande y noble. Desde los orígenes de este pueblo, de esta tierra, Dios colocó aquí Su Edén que ha sido transgredido por el hombre de superficie, que ha lastimado y ultrajado los Reinos de la Naturaleza.

Pero hoy ustedes, Mis hijos, que tienen la Gracia de ser conscientes y de estar despiertos, no solo recen por este pueblo amado y querido por Mí, recen también por los Reinos de la Creación.

El ser humano de superficie no puede vivir sin la naturaleza, sin los océanos, sin el amanecer. Imaginen un planeta sin todo eso, no habría vida en la superficie de la Tierra. Por eso, Yo los llamo a la reparación de los Reinos de la Naturaleza, para que también este pueblo y el mundo entero se pueda reparar y curar.

Queridos hijos, deben rezar por esta Creación, por este planeta. Mi Hijo aún espera y desea encontrar de pie a esta humanidad, a pesar de su sufrimiento y de su caos. Por eso, comiencen por ustedes mismos, Mis queridos hijos, viviendo una vida de bondad, recordando los Mandamientos que Mi Hijo les dictó, haciendo de cada una de sus familias un sagrado oratorio para Dios. 

Así evitarán, Mis amados hijos, que Mi enemigo los perturbe y los moleste; porque en cada momento que oren de corazón, como lo hicieron en este día, ustedes y sus familias estarán protegidas y amparadas en el fin de estos tiempos. 

Aún se verán situaciones en esta humanidad que, para muchos, serán increíbles; pero Yo los invito a mantener el fuego de la oración encendido y a multiplicar el espíritu de esta nación más allá de su pueblo, el espíritu del amor que vive este país, el alma de este país. Así, mantendrán las puertas abiertas para que la ultrajada Sudamérica reciba la Misericordia de Mi Hijo, los corazones se reconcilien con el Padre Eterno y ya no piensen que Dios es un Juez. El Padre es una Consciencia Única de Misericordia y Amor. 

Por eso, recuerden Sus Sagrados Nombres, los Nombres que invocaba el pueblo de Israel, y reciban así Su Sagrado Reino que está dentro de sus corazones y vidas. Solo deben mirar hacia adentro de ustedes para poder encontrarlo; porque la vida de la humanidad, en estos tiempos, se ha vuelto una vida material y superficial, llevando a muchos corazones a vivir en la indiferencia y no en el amor. 

Yo les pido, hijos Míos, que busquen adentro de ustedes esa reconciliación a través de Mi Presencia, en esta noche, por todo el Brasil y el mundo.

Yo les vengo a decir, hijos Míos, que Dios tiene la puerta abierta de Su Misericordia para que ustedes la puedan cruzar y puedan conocer Su Insondable e Infinita Misericordia. 

Por eso, no sientan culpa, alegren sus corazones. El Señor Me ha enviado como Su Esclava y Su Sierva para poder amparar a todo el Brasil, en esta decisión tan decisiva que el pueblo deberá tomar en los próximos tiempos.

Por eso, permitan que los Ángeles de Dios estén presentes en esta nación, para que todos los corazones, más allá de las creencias, se renueven. Porque Dios tiene Sus Brazos abiertos para todas Sus Criaturas, así como hoy, Su Señora y Madre del Brasil, tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia ustedes, para derramar las Gracias que necesitan, después de estos dos últimos años de oscuridad y de incertidumbre.

Yo, como Madre de todos, confío en aquellos que rezan de corazón y de verdad, que no se cansan de orar, no solo por sí mismos, sino también por el mundo.

La oración es lo que cerrará las puertas inciertas que están abiertas, calmará la mente de las personas, apaciguará a los corazones inquietos y traerá la alegría de vivir y de estar en Dios, lo que quiere ser sustituido, en este mundo, por los dioses que muchas naciones practican.

No se olviden de sus orígenes, no se olviden de la riqueza de su universo interior, de su verdad. Dios está dentro de ustedes y los espera, para que lo puedan reencontrar, para que lo puedan adorar y reconocer.

Por esa razón, Yo estoy aquí, para decirles a Brasil y al mundo que no se dejen influenciar ni engañar. Dios les dio este planeta para que fueran una Sagrada Familia, para que todos alcanzaran la felicidad por estar aquí y reconocerse entre ustedes como hermanos, como miembros de una única familia universal.

Por eso, queridos hijos, reenciendan en ustedes la llama de la fraternidad, para que sea aplacada la indiferencia. 

Reenciendan en ustedes la llama del servicio, para que la pobreza sea aplacada. 

Reenciendan en ustedes la fe en la Misericordia de Dios, para que los miedos que son creados e irradiados al mundo entero desaparezcan de la vida de las personas, porque son miedos que no existen. 

Dios los creo para que fueran a Su imagen y semejanza, y eso nunca cambiará.

Recen para proteger a esta querida nación de lo que quieren instituir y establecer. Liberen a este pueblo de las falsas promesas. Crean en el Reino de Dios que está dentro de ustedes y, como su Madre, les aseguro que no les faltará la paz.

Que Brasil pueda vivir algún día el verdadero Gobierno Espiritual de Mi Hijo, para que todo el pueblo sea bendecido por la Divina Ley, la verdadera Ley de Dios que ordena a las consciencias y a los mundos internos, que trae las Gracias que los corazones necesitan para sentirse curados y amados por Dios.

Hoy, Él Me envía con este Mensaje para todos. Pero, también Mi Hijo Me envía para decirles que Él siempre será el Cristo Redentor de esta nación, Aquel que siempre les traerá la Luz del universo y de la vida. Por eso, Él les pide que se levanten y tengan fe. Este cautiverio que el mundo vive terminará, pero aún el planeta y la humanidad deberán purificarse.

Recen con fervor, formen grupos de oración y sean ejércitos de la Madre Celeste. Que sus vidas sean las chispas de Dios sobre la superficie de la Tierra, la Luz que se enciende en estos tiempos de oscuridad para iluminar a las naciones y al planeta. 

Vivan la Unidad de Dios para que vivan en Unidad con Cristo y, a través de Cristo, Mi Amado Hijo, ustedes vivan en Unidad con el Espíritu Santo.

Invoquen en las próximas semanas, a través de la oración, los Dones del Espíritu Santo, para que sean sus corazones los que escojan y no sus mentes.

Recuerden al Ángel de Brasil, que tanto los necesita y los espera. Permitan que Él extienda sus alas sobre este pueblo, para que esté protegido de las interferencias de estos tiempos, de las ideologías y de las tentaciones que son enviadas a la humanidad de forma permanente.

Pero, a través de la inteligencia del corazón, Yo los invito a elevar sus consciencias por medio de la plegaria, para que estén protegidos de todo y sus corazones vivan en el Amor de Dios, porque Su Amor es Invencible y es Infinito, es un Amor que nunca muere, que nunca desaparece.

Por eso, a través de Mi Corazón, Mis queridos hijos, reencuentren en esta noche el Amor de Dios, el Amor que los espera, el Amor que los aguarda. 

Recibo en Mi Corazón Inmaculado las súplicas, las plegarias y las intenciones de todos los presentes y de los no presentes, porque conozco en profundidad cada una de sus vidas.

Soy la Madre de la Humanidad, la Madre de la Cruz, que se comprometió a los Pies de Cristo en el Calvario a trabajar por la salvación de las almas y de los corazones, a llevarlos a reencontrar el Amor de Dios.

Comulguen de ese Amor en este momento y disuelvan toda culpa y toda duda; porque el Amor de Dios está presente, todo nutre y todo renueva, todo cura y les concede la Paz. Que sus corazones se fortalezcan en la Paz de Dios para que aprendan a caminar en estos tiempos difíciles.

Hoy, no solo rezo por ustedes, sino también por sus familias. Rezo por esta querida y amada nación de Nuestro Señora. Y, una vez más, les agradezco por estar aquí, en simplicidad de espíritu, en humildad de corazón, en devoción ardiente.

Porque todos estos atributos aplacan la injusticia que este país podría vivir en los próximos tiempos e incluso permite que esta patria no sea engañada, sino que todos con esperanza y con fe siempre hagan de Brasil el Nuevo Edén de Dios.

¿Aceptan?

Todos responden: “Sí”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ella está sonriendo.

 

Como un testimonio del Amor de Dios, consagraré a nuevos Hijos de María.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Invito a que se aproximen a los pies de este Altar.

Que se aproximen también aquellos que se quieran consagrar al Inmaculado Corazón de María.

Nuestra Madre, derramará Sus Gracias en este momento sobre el Brasil y sobre todos los presentes, para poder bendecirlos con el Amor de Cristo.

 

Hoy, extiendo Mi Manto Celestial, a través de la consagración de cada uno de Mis hijos presentes, a través de los corazones que creen en la llama sagrada de la fe y de la esperanza, a través de los corazones que esperan con alegría el Glorioso Retorno de Cristo, la próxima llegada de Cristo a esta humanidad y a este planeta, que hoy la Madre de Dios anuncia con alegría y júbilo.

Por eso, les pido, Mis amados y queridos hijos, que nunca dejen de elevar la antorcha de la fe y de la paz, de elevar hacia los Cielos sus plegarias y, sobre todo, sus corazones en ofrenda y en amor, para que el Padre Celestial siempre los bendiga y los proteja.

Hoy, les extiendo Mi Manto Celestial, a través de esta especial y bendecida consagración de nuevos Hijos de María, y le muestro al Padre Eterno cómo, a través de la consagración de las almas y de los corazones devotos, se puede reerguir el Proyecto de esta humanidad a través de los pilares de la Fe, del Amor, de la Misericordia, de la Cura y de la Paz.

Por eso, escuchando en este momento el Himno de su Consagración, el que los invito también a cantar por todos los Hijos de María ya existentes, elevemos al Padre nuestras súplicas y ofrendas para que Él no solo derrame Su Misericordia y Su Cura, sino también derrame Su Paz en aquellos que la buscan con sinceridad, para que puedan comulgar con Cristo, Mi Hijo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a escuchar el Himno de Consagración de los Hijos de María.

Y, en este momento, ante la Presencia de la Madre de Dios, vamos a prepararnos internamente y espiritualmente para que, a los Pies de la Reina Celestial y Madre de Brasil, nos consagremos como Sus hijos para siempre, como los Hijos de María.

 

Yo los consagro, los bendigo y los renuevo.

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE LOURDES, FRANCIA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, antes de estar aquí con ustedes, estuve en la Gruta de Massabielle curando a Mis hijos enfermos, por medio de milagros de Amor, milagros de Misericordia, milagros que provienen de la Compasión de Dios.

Estos santos milagros, de los cuales hoy Yo les hablo, son milagros del Espíritu Santo que trabajan en las esencias, que se profundizan en las almas que vienen con sus corazones abiertos a buscar la cura espiritual que tanto necesitan.

Después de mucho tiempo, queridos hijos, finalmente retorno a Mi casa en Lourdes, para traer a Francia nuevas oportunidades que provienen del Universo de Dios y que hoy derramo a través de Mis manos de Amor para el mundo.

Quisiera, queridos hijos, que así como Me han acompañado en estos últimos dos meses, sus corazones Me sigan acompañando en esta sagrada misión, que no solo los llevará vivir la transmutación por un Amor incondicional e infinito, sino que también abrirá las puertas para que muchos, muchos de Mis hijos, que al día de hoy están perdidos, olvidados y enfermos de espíritu, puedan recibir de su Madre Celeste la Fuente de cura y de salvación para generar en los corazones la redención tan esperada por Cristo.

Hoy también vengo aquí, a Lourdes, para poder purificarlos y lavarlos en esa sagrada Fuente que Yo aquí he abierto para que las almas vinieran a beber de la Fuente de las Gracias que es tan imprescindible para el mundo. Y aunque el mundo siga con sus errores y pruebas, su Madre Celeste, la Madre del Universo, no deja de venir al mundo a traer la Paz, la Misericordia y la Redención a los corazones.

Hoy también he venido aquí, queridos hijos, a finalizar esta peregrinación. Dios Me ha pedido reunir a sus corazones en este lugar, para que no solo reciban la cura que necesitan, sino también para que renueven sus votos con Cristo, con motivo de prepararse para Su esperado Retorno al mundo.

A través de estos últimos meses, los Sagrados Corazones de Jesús, María y San José han podido trabajar ampliamente en esta parte del mundo. 

En verdad, les digo que Europa fue apartada de una gran desgracia, porque a través de las columnas de oración que están formadas en Europa y a través de los peregrinos que siguen la voz de su Madre Celeste, se ha evitado que sucediera una desgracia mayor.

Con esto les quiero decirles, queridos hijos, que así como fue en Norteamérica, nuevamente su Madre Celeste hace triunfar a Su Inmaculado Corazón, pudiendo cerrar las puertas infernales que tragaban a muchas almas en los abismos.

Por eso, queridos hijos, Yo los invito a tomar consciencia de los verdaderos acontecimientos espirituales que el Padre Celestial manifiesta, a través de la voz de los Mensajeros Divinos y de todos los que corresponden una y otra vez al llamado de la Madre Universal.

Hoy estamos en un día de júbilo. Hoy el Corazón de su Madre Celestial está aliviado, porque Sus hijos han respondido a Su llamado una vez más. 

A partir de hoy, queridos hijos, y en los próximos meses, prepararemos sus almas, sus almas apostólicas y misioneras para la misión de África, para la peregrinación por la paz en el continente africano. 

Se han preguntado, queridos hijos, por qué su Madre Celeste, el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón de San José han comenzado por Europa y no por África. Hemos venido aquí a gestar en sus corazones un principio de redención que es desconocido por la mayoría de la humanidad, para así poder gestar la cura tan necesaria en todos los europeos y finalmente se pueda dar la cura, el perdón y la reconciliación entre los diferentes pueblos y razas del mundo.

Hoy, vengo aquí como la Inmaculada Concepción para dar continuidad a Mi Obra, no solo en el mundo, sino también a través de este Santuario Mariano que acoge la miseria humana, la enfermedad espiritual y corporal, la perdición de las almas y todo tipo de sufrimiento humano. Es posible convertir, transmutar y transfigurar todo esto a través del Amor de Mi Inmaculado Corazón que está vivo en los corazones de Mis hijos que, de tiempo en tiempo, siguen los pasos de su Madre Celestial.

De esta forma, Yo les traigo, en este último día de peregrinación, la renovación de sus espíritus y consciencias a través de la bendición del Espíritu Santo y de cada uno de Sus Dones que los inspirarán a seguir el camino del apostolado y de la misión que Dios les ha encomendado amorosamente a través de Mi Inmaculado Corazón, del Sagrado Corazón de Jesús y del Castísimo Corazón de San José.

Hoy, Jesús y San José están aquí Conmigo en divinidad. Están acompañando este momento, en el que las almas entran en comunión con su Madre Celeste para renovar el sacramento de su fe y de su confianza en Dios.

Yo no les prometo, queridos hijos, un jardín de rosas en este mundo. Yo les ofrezco el sacrificio, la oración y la entrega como un medio de poder curar a la humanidad; así como Yo se lo pedí a Santa Bernardette que, en confianza y en amor, siguió Mis pasos hasta que finalmente comprendió que Mi venida a Lourdes tenía también un propósito mundial, a través de los siglos y de las generaciones humanas.

Después de muchos años, de muchos siglos, su Madre Celeste vuelve a Lourdes para reabrir un nuevo tiempo, al mismo tiempo que se cierra una peregrinación y todos son partícipes de este acontecimiento. La fe de sus corazones y vidas en los Mensajeros Divinos está permitiendo, queridos hijos, que cosas gravísimas sean evitadas en la humanidad.

Ahora, la tarea de su Madre Celestial ya no es más en los Centros Marianos, que son puntos de luz y de amor, sino que la tarea de su Madre Celestial es con el mundo y la humanidad, porque deseo que todos los pueblos, todas las naciones y todas las razas, comprendan que soy la misma Madre, a través de los tiempos, de todos los corazones y de todas las criaturas.

Yo soy la Madre Universal que, en esta tarde de celebración, de profundo júbilo, extiende Su Manto universal para acoger todas las necesidades humanas y planetarias con el fin, queridos hijos, de que muchas más almas alcancen el Amor de Cristo y sientan en lo profundo, la verdad del corazón.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

De esa forma, les pediré, que multipliquen las Gracias que hoy les entrego y que testimonien al mundo, sobre todo a Europa, que Dios está presente en el corazón de cada uno de Sus hijos.

Hoy, hijos Míos, vengo a renovar el Sacramento de la fe en cada uno de ustedes, para que la fe no muera en el corazón de Europa. 

Hoy, en Mi Corazón, en el silencio de Mis oraciones divinas, libero a Francia, además de Lourdes, del sufrimiento que desde hace tanto tiempo hace que las almas se pierdan y no encuentren a Dios.

Vengo, hijos Míos, a liberar de los errores a la humanidad, que hicieron que los corazones negaran a Dios, negaran su filiación con el Padre.

Hoy, hijos, a través de sus corazones y de los dones que el Espíritu de Dios deposita en sus vidas, espero que sean fieles testimonios de la Presencia de Dios y de Sus Mensajeros en este mundo. Pierdan el miedo, hijos, en nombre de toda la humanidad, de testimoniar la Palabra Divina, de vivirla y de difundirla cada día, para que hasta el alma más perdida pueda encontrar a su Madre Celestial.

Yo estoy aquí para todos. Cada ser que vive en esta Tierra, como cada Reino de la Naturaleza, es un hijo Mío, al cual Yo amo y procuro amparar todos los días con Mis oraciones. Mi Rosario, hijos, jamás deja de pasar entre Mis manos. Oro día y noche por la humanidad y espero que Me acompañen en esta oración constante, que habla de la urgencia de este mundo, de que la humanidad despierte para que la paz pueda vivir entre los hombres.

Hijos, establezcan Mi Gracia en sus vidas a través de un ejemplo vivo de compasión y de fraternidad. Dejen que la cura que les traigo se exprese en sus corazones y que, de esa forma, Dios pueda hablar a través de sus bocas; se pueda expresar en sus acciones y pueda llegar a Sus hijos a través de cada uno de ustedes.

Vengo a curar a Europa de un pasado doloroso, un pasado de muchos errores que ahora deben ser convertidos en la Presencia de su Madre Divina.

Hoy, las aguas de Lourdes se extienden más allá de la gruta que aquí abrí. Hoy, traigo un Agua Divina que los lava y purifica más allá de las fronteras entre las naciones, llegando a todos Mis hijos, a todos los que Me escuchan. Y que, a través de esta cura, hijos Míos, sus corazones puedan llevarla hasta aquellas naciones que tanto la necesitan y que no pudieron estar en la Presencia de su Madre Divina, porque no abrieron sus corazones.

Anuncien al mundo Mi Paz universal, anuncien el Retorno de Mi Hijo, difundan todas las señales que aparecerán en los cielos, para que las almas no tengan miedo, pero sí que se regocijen, porque llegó el momento de estar cara a cara con el Redentor de mundo. Preparen sus corazones y no teman, solo crezcan día a día en la virtud y en el espíritu, haciendo crecer en sus corazones aquellos dones que hoy les entrego.

Así como estuve con los apóstoles, hoy estoy con ustedes, renovando la Presencia Divina en sus vidas. Vayan, hijos Míos, de dos en dos por este mundo tan necesitado de paz y lleven la Presencia de Dios a aquellos que más la necesitan.

Sirvan, oren y difundan la paz, a los corazones, porque escucharon el llamado de la Madre Universal, de la Madre del Mundo y, prepararán, con Ella, el descenso de las estrellas, el emerger de una Nueva Tierra, que curará el pasado y construirá un nuevo mundo en este planeta tan herido y necesitado de cura.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

A pesar de los errores del mundo, de los tiempos cruciales que vivimos, hoy Mi Inmaculado Corazón, su Señora, Madre y Reina de la Paz, la Inmaculada Concepción, la Señora del Santísimo Rosario, retira una estrella de Su Corona, colocándola en sus corazones, después de estos meses de peregrinación, como símbolo de que se está cumpliendo el sagrado Plan de Dios en la humanidad. Y aunque la humanidad se deba purificar, recuerden este símbolo de la estrella luminosa de Mi Corona, que queda en sus corazones como un símbolo de concreción de una misión sagrada en estos tiempos finales.

Recuerden también, queridos hijos, que los Pirineos han sido la ruta de su Madre Celestial con las santas mujeres y José de Arimatea, transportando el Santo Grial del Señor. 

En cada lugar en donde Yo he aparecido, a través de los tiempos, fue depositada, por medio de Mi Presencia, Mi energía divina y Mi maternidad. Por eso, retorno a esos lugares en diversas partes del mundo, para que la humanidad tome consciencia de los Recintos Sagrados que Dios expresa en Su Corazón invisible y pacífico.

Los Pirineos son la cuna de un Recinto Sagrado, de un Reino Celestial de su Madre Santísima y de todos Sus ángeles. Por eso, hoy llego aquí para poder comenzar una nueva etapa con ustedes.

Envío Mis agradecimientos, donando el Amor de Mi Corazón a todos los que hicieron posible esta sagrada misión que fue tan arriesgada, pero al mismo tiempo fue triunfadora.

Deseo y espero que, en una próxima etapa, todos Mis hijos Me acompañen a África, porque allí debe darse la cura de los corazones heridos. 

Les pido, queridos hijos, que a partir de este día recen por las intenciones de su Madre Celestial, porque se ha demostrado que, a través de sus oraciones, se ha cumplido la sagrada misión en Sudamérica, en Centroamérica, en Norteamérica, en Europa y próximamente en África y Asia.

Deseo llegar a todos los corazones. Los corazones Me llaman y su Madre responde al clamor de Sus hijos de todas las naciones y de todas las culturas.

En esta tarde, en la que Mi júbilo es infinito, vengo a bendecir a los nuevos Hijos de María que representarán a muchos más en el mundo.

Les pido que se pongan de pie para que Yo los pueda bendecir.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora está diciendo que hará una oración para consagrarlos, y para consagrar a todos nosotros, a todos Sus hijos, renovando nuestros votos con Dios y con Cristo, con la vida superior y suprema. 

Y al mismo tiempo, esta bendición que nos dará María, en esta Fuente de Gracias de Lourdes, será un agradecimiento de Su Corazón Inmaculado a todos los hijos del mundo que hicieron posible, en estos meses, esta peregrinación por la paz en Europa.

María agradece también, en esta tarde, a los hijos de Sudamérica, de Centroamérica y de Norteamérica que han orado por todos nosotros para que todo esto fuera posible. 

María está agradeciendo infinitamente, en este momento a todos nuestros hermanos de la Orden Gracia Misericordia, a los residentes de las Comunidades-Luz, a los grupos de la Red-Luz que son las Manos y los Pies de Cristo en esta Obra planetaria.

Vamos a escuchar, en este momento, la oración de bendición de nuestra Madre Celestial.

Colocamos nuestras manos en señal de recepción.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

“Santísimo Padre del Universo,
que abres los portales de la Gracia
a una humanidad perdida y apartada de Tu infinito Amor,
ve a través de este ejemplo, la correspondencia de Tus hijos,
de los apóstoles de Cristo,
de los servidores incondicionales de Mi Inmaculado Corazón,
de los compañeros de San José Castísimo.

Recibe en Tu Reino, en este momento de júbilo,
 la oración de sus Ángeles de la Guarda
y de todos los adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo.
Sírvete a través de ellos, Señor,
para que se realice Tu Obra en toda la humanidad.

Te pido, Señor, que escuches la voz de Tu Santísima Sierva. 

Que derrames a través de Mi Corazón,
la Fuente de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
a fin de que muchas más, muchas más de Tus criaturas
escuchen Tu Sagrado Llamado y la humanidad se rehabilite,
siguiendo el camino de la redención hasta que retorne Mi amado Hijo
con el resplandor de Su Gloria entre las nubes,
los cielos, las estrellas, los soles y todo el universo.

Que todos reciban, en este tiempo, Su segunda Venida
con júbilo de salvación y de cura para las almas de esta humanidad.

Que Tu Plan se cumpla en esta Tierra
y que muchos más corazones se abran para reconocer Tu Palabra,
Tu Mensaje de amor, de fe y de reconciliación
por medio de los Mensajeros Divinos.

Ahora observa, Padre amado,
las llamas de Luz que Yo he encendido en los corazones
que han escuchado todas Mis Palabras
y las han hecho vivas en este tiempo final”.

 

Les pido a los ángeles del universo que bendigan este momento, esta consagración y esta ocasión de renovación con la Misericordia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

No se olviden tomar agua de la Fuente de Massabielle.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, María encendió Su Corona de doce estrellas y se está elevando junto con Sus ángeles. 

La Madre Divina está firmando dentro de un Libro un compromiso con la humanidad y el Creador.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Este libro representa, queridos hijos, la confirmación de sus corazones a Mi Plan de Amor y también el compromiso de responder a los preparativos del esperado Retorno de Cristo, que no está lejos de suceder.

Ahora, escucho sus voces. Quiero que vuelvan a cantar por Francia: “Únete al Corazón de María”. 

Me ha gustado mucho el esfuerzo de su francés, eso abre el Corazón de Dios y las puertas al infinito.

Agradezcamos a Dios por haber concedido esta peregrinación y porque los corazones se hayan autoconvocado, en sus diferentes naciones y pueblos, para esta sagrada misión.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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