Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE NIÑO REY, RIO DE JANEIRO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 108.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El día después de la gran purificación llegará, en el que los sellos de la Nueva Humanidad serán abiertos.

Y los Señores de la Ley llegarán a la Tierra y abrirán esos sellos, para que los Libros revelen al mundo el nuevo tiempo de la humanidad, de toda la humanidad redimida.

Y los Señores de la Ley entrarán al Templo y encontrarán el Sagrario del Corazón de Jesús, resplandeciente, luminoso y vivo, más que cientos de soles del universo.

Y el Señor, elevando Su Mano hacia los Cielos, llamará por la presencia de los Resplandecientes, de todos los Elohim.

Así, los ángeles descenderán con los Pergaminos y los Ancianos de la Ley entrarán al Templo con los Libros abiertos.

Los coros en esa hora cantarán y alabarán a Dios y el aspecto de Yahveh llegará a la Tierra para mostrarse, mucho más que una Paloma de Luz, mucho más que el Sagrado Espíritu Santo.

El Dios Vivo se hará presente en los corazones de los hombres y mujeres de la Tierra, y todos los peregrinos de estos tiempos acudirán al Templo para reconocer, dentro de sí mismos, la morada interior, la existencia de la inmortalidad, la eternidad del espíritu y de la esencia de todos aquellos que fielmente proclamaron su fe en Cristo.

También, en esa hora, por la parte lateral del Templo, se acercará la Madre de Dios, y las nuevas santas mujeres serán congregadas en oración y en espíritu.

Cuando los ángeles se presenten en el Templo con los Pergaminos y los Ancianos de la Ley se coloquen delante de los Resplandecientes, esa será la hora del descenso de la Nueva Jerusalén y los códigos de vida, provenientes de la Fuente Suprema, retornarán al planeta.

En ese momento, en lo alto del Monte Sinaí, el Arca de la Santa Alianza será abierta; y aquellos Patriarcas de otrora y los Profetas se reunirán en alabanza y en oración, como fue en los últimos tiempos, en los tiempos sagrados del pueblo de Israel.

El Templo dará la indicación interna del gran momento, en el que las Sagradas Reliquias de la Jerarquía emergerán del planeta, serán visibles en la superficie de aquellos Sagrados Lugares escogidos por Dios y que, desde otrora, en el silencio absoluto, guardan los sagrados tesoros de la Hermandad.

En ese momento, los ángeles abrirán los Pergaminos ante el Hijo de Dios, y todos los nombres sagrados serán revelados, el Pastor llamará de nuevo a Sus ovejas y ese será el momento del Gran Juicio Universal, en el que la paja será separada del trigo.

La Santa Señora del Universo elevará Su Voz como nunca antes lo hizo, y Su oración se escuchará en todo el universo, en toda la Creación. 

Las santas mujeres recordarán el Legado de Cristo vivido en la Tierra y, como nuevas mártires, se ofrecerán por toda la humanidad y por la redención del planeta. Sobre ellas, en sacrificio, descenderá la Corona de Cristo y los nuevos apóstoles serán llamados para este encuentro.

En la unión predilecta de las almas con Dios, emergerá la nueva esencia, la nueva vida, limpia y libre de pecado, como fue en el principio, desde la pureza original.

Es así, que los Sagrados Lagos de Luz estarán presentes en el universo y, en perfecta sintonía y sincronía, harán descender al mundo el Legado de la trayectoria de los Nuevos Cristos, de aquellos que fueron capaces de resignarse y de entregarse por amor, de vaciarse de sí mismos para que pueda vivir el Todo, morada predilecta del Creador.

En esa hora, ante los Ancianos de la Ley y el Resplandeciente Hijo del Padre, ante los Pergaminos que serán abiertos por los ángeles del Cielo, será revelado el secreto del Plan, preciosamente guardado en el Arca de la Santa Alianza que, estando abierta en lo alto del Monte Sinaí, no solo será como un terafín para el mundo entero, sino que Su Luz y Su Resplandecencia iluminarán completamente a la humanidad y a los cuatro puntos de la Tierra.

Entonces, los Elohim llamarán a las tribus de Israel, desde los cuatro puntos de la Tierra. Vendrá la tribu del sur, hacia lo alto del Monte Sinaí; llegará la tribu del norte, a lo alto del Monte Sinaí; después llegará la tribu del este, también a lo alto del Monte Sinaí; y por último llegará la tribu del oeste; y se establecerá la perfecta unidad, cumpliéndose el Proyecto Original.

En esa hora, el Hijo del Padre recibirá en Su Mano el Sagrado Cetro de Dios, de las Manos de la Señora Celeste. El Gobierno se establecerá en el planeta y el mundo ingresará finalmente a la Hermandad. Se restablecerán los Principios y las Leyes que fueron corrompidos y, al pertenecer a la filiación de Dios, todos encontrarán aquella felicidad que siempre buscaron.

Dignos hijos de Dios serán llamados y convocados no por sus nombres de nacimiento, sino por sus nombres de origen y resonará, dentro de los corazones de todos, esa perfecta clave vibratoria que surgió desde el principio de sus esencias, y que el Padre cuidó y amparó con atención y amor.

Al fin, el mundo vivirá lo que tanto ha esperado y el Hijo del Padre volverá a caminar entre los Suyos, abriendo los caminos de la fraternidad. 

Así, los esenios de otrora se presentarán y los caballeros templarios se mostrarán. Todos aquellos que formaron parte de la historia de Cristo se presentarán, desde los santos hasta los bienaventurados, desde los servidores hasta los seres más humildes y anónimos; todos aquellos que hicieron algo por Cristo, durante su encarnación, serán convocados por el Señor para volver a celebrar la institución del Gobierno Espiritual del Padre, que les recordará su origen.

Así, aquellos errores que están guardados en las estrellas se disolverán y nunca más una espada se levantará contra nadie, la guerra ya no será la causa de tantos males, la impunidad ya no será el arma de los que se dicen poderosos. 

Y todos los que fueron injustamente afectados serán honrados y colocados a los pies del Altar del Creador, así los ángeles del universo les entregarán las coronas de Luz y bendecirán a aquellos que fueron consecuentes, que fueron capaces de dar la vida por el otro, que fueron capaces de ir más allá de sus imperfecciones y errores. 

Todo será contemplado y considerado, nada quedará fuera de la Ley. Por eso, los Ancianos de la Ley llegarán con sus historias de vida, no solo lo que han vivido en esta Tierra, sino también lo que vivieron en el cosmos. Pero, esos Libros Sagrados revelarán la experiencia de Mi Amor en ustedes, de todo lo que Yo He conseguido hacer de sus vidas. Por eso, decídanse a ser libres de ustedes mismos, ya no carguen con las cadenas de los errores y las culpas, libérense de una vez y para siempre de esa opresión.

Mi Sangre fue derramada para poder liberarlos. Mi Cuerpo fue flagelado para poder aliviarlos. El Hijo de Dios fue maltratado para que sus vidas se redimieran y se santificaran en Cristo, dando honor y gloria al legado crístico del Amor.

Por eso, desde ahora los preparo internamente para ese gran momento, que ya está siendo vivido por todo el universo, está siendo preparado por los Ancianos de la Ley, por el nuevo Consejo del Sanedrín.

Que sus espíritus sientan el gozo de esta revelación, que sus almas sientan el júbilo por ese gran momento; porque los señalados y ungidos por Cristo serán llamados en el fin de estos tiempos para testimoniar el Amor del Redentor, el Amor que se ha hecho parte de sus vidas, el Amor que a través de ustedes se ha podido multiplicar para poner fin al sufrimiento en el mundo y a la aniquilación de la vida.

Estoy aquí, pidiéndole a Dios y aspirando, a través de sus corazones, a que nadie más en este mundo viva la pena de muerte, porque eso no forma parte de Dios, sino de la soberbia y de la arrogancia de los hombres.

El Árbol de la Vida se levantó en lo alto del Monte Calvario. Ese Árbol dio sus frutos para todos sin condiciones, derramó Su Sangre por todos los pecadores y, hasta los días de hoy, ese Sagrado Árbol de la Vida sigue derramando Su Amor por todos los que se condenaron y por todos aquellos que dicen sí.

Hoy, les traigo una parte de los secretos de Dios que son develados, porque es tiempo de que sean conscientes de todo esto, para que no solo crezcan interiormente, sino que también maduren exteriormente como soldados, apóstoles y guerreros de Mi Misericordia, que deberán dar su vida por Mí.

Por ese motivo, el último día 3 de noviembre, les hice varias preguntas. Espero que no las hayan olvidado tan solo dos días después. No solo deben aprender amar la Instrucción de la Jerarquía, sino también deben aprender a vivirla a través del esfuerzo, a través de la imperiosa necesidad de concretar el Plan.

El Señor está aquí, rezando por ese gran momento para todos; dice que muchos no comprenderán el significado de ese acontecimiento que hoy les revele, porque es necesario amar a Dios en primer lugar, antes que todo, porque no hay otra forma de comprender el Plan, sino amando lo que es desconocido.

Mi hora está terminando aquí en Brasil; con gratitud y amor doy las gracias por todos aquellos que, a través de esta Peregrinación por la Paz en Brasil, Uruguay y Argentina, no solo fueron testigos de Mi Amor por ustedes, sino que fueron consecuentes y conscientes de colaborar en la manifestación del Plan, a través de estos sagrados encuentros con los Mensajeros Divinos.

Espero que, después de esta larga peregrinación por Sudamérica, muchos más hayan comprendido que la Jerarquía está donde es necesario e imprescindible, donde falta realmente el amor, la paz y la verdad.

Mis Brazos siempre estarán extendidos como el Cristo Redentor, no solo sobre Rio de Janeiro, sino también sobre el mundo entero, anunciando el Retorno de Cristo al mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Señora o quién está tosiendo, dice el Maestro que vaya y beba agua de la Fuente, que ya se le va a pasar.

 

De esta forma, hoy también bendigo la Fuente de Cristo de este Centro Mariano, que fue construida con el esfuerzo y la donación de los corazones. Así, espero que muchos más, en este nuevo ciclo, se esfuercen por concretar los pedidos de la Jerarquía en la superficie de este planeta, en las Comunidades-Luz, en los Centros Marianos, en los Monasterios de la Orden y en todos aquellos espacios en el mundo donde será necesario y urgente manifestar un punto de Luz. Eso es tarea de seres conscientes y despiertos, responsables por el Plan de Amor y de Hermandad.

Por eso, agradezco a aquellos que hicieron posible la Fuente de los Siete Rayos de Jesús. Todos aquellos que escuchan, en este momento, que sepan que, en este humilde Centro Mariano, en lo alto de estas sierras de Rio de Janeiro no solo encontrarán a Cristo, el Redentor, sino también la Fuente de Su Gracia y de Su Misericordia expresada por los Siete Rayos de Su Corazón. Vengan a beber de estas Gracias, vengan a ser bautizados y sacramentados, renueven los votos con Mi Corazón todas las veces que sea necesario.

Esta es la Fuente para la cura de las almas; para aquellos que, por diferentes caminos, deben ingresar definitivamente en Mi Corazón a través de la Luz de los Siete Rayos.

Mi tiempo ha terminado, bendigo a esta Comunidad y a todos los que la forman, a Mis compañeros que la sostienen en la liturgia y en el servicio, en la donación a los Reinos de la Naturaleza, haciendo posible la vida evolutiva en las Comunidades-Luz.

Recen por todo lo que la Jerarquía deberá llevar adelante en estos últimos meses del año 2022 y todo lo que deberá suceder a partir del año 2023, en donde situaciones más intensas serán vividas.

Recen por el fortalecimiento de las Misiones Humanitarias, recen por la presencia y la existencia permanente del canal de la Instrucción; porque muchos necesitarán quitar su sed espiritual, ser correctamente orientados y conducidos, ser retirados de esta confusión mundial para que retornen al encuentro de su universo interior, de su esencia.

Recen por la sagrada tarea que la Jerarquía Espiritual deberá realizar en Norteamérica y en Medio Oriente, recen para que la Misericordia también pueda llegar a Asia y Oceanía. Acompañen Nuestros Pasos en colaboración y en donación, en oración perpetua, en vigilia constante, en Sagrada Adoración; a fin de que el canal potentísimo de Mi Divina e Insondable Misericordia en Polonia pueda estar aún más presente en la superficie a través de seres-espejo de oración.

Quiero dejar aquí una Gracia más antes de retirarme, antes de que ingresen en Mi Comunión Espiritual, para hacer la síntesis de todo lo vivido en estos días. Porque, les vuelvo a decir, compañeros, que no pueden perder la Palabra de la Jerarquía y olvidarse de lo que les decimos, porque las orientaciones son únicas y los momentos son únicos, y ya no se podrán repetir.

Esta Gracia que quiero dejar es espiritual, no solo una Gracia Celestial, sino también una Gracia Espiritual, consagrando para este Centro Mariano a nuevas Auxiliadoras de Mi Divina e Insondable Misericordia. 

Las invito a aproximarse a este Altar y a colocarse a Mis Pies, así como siempre lo hacían las santas mujeres. Y ahora, pido que las demás auxiliadoras, ya consagradas, se coloquen en oración interna detrás de las que hoy se consagrarán.

Tráiganme aquí los elementos para esta consagración: los anillos, el simbólico Corazón y el velo. 

 

¡Oh, Padre Celestial!, 
que a través de estos elementos que hoy estoy bendiciendo,
por medio de la fuerza de Mi Amor y de Mi Misericordia,
tengan el motivo de poder alabarte y reconocerte como el Único Dios,
como el Señor de las Alturas y del Universo,
así como los ángeles Te reconocen, Te adoran y Te alaban eternamente.

A través del Sagrado Pedido de Tu Hijo Jesucristo, 
deposita, a través de estos elementos,
las Gracias en las almas que los recibirán
para dar honor al Nombre de Cristo,
como el Camino, la Verdad y la Vida
de todos los que buscan la paz.

Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar la canción de la Unción, para acompañar está consagración.

Hoy, el Señor te está consagrando como María Magdalena.

Hoy, el Señor te está consagrando como María de la Paz.

Hoy, el Señor te está consagrando como María del Alivio del Sufrimiento.

Hoy, Nuestro Señor te está consagrando como Estrella del Mañana.

Hoy, el Señor te está consagrando como María Celestial.

 

Y así, Yo reúno a todas las hijas de Mi Madre, de diferentes caminos y de diferentes experiencias, renovando con Mi Espíritu a cada una, trayendo Mi Espíritu Consolador, aquel que prometí a los apóstoles en Pentecostés.

Hagan de Mis Altares, puntos de Luz para el planeta. Hagan de sus corazones, Templos del Señor para que sus vidas sean elevadas en ofrecimiento al Corazón del Redentor.

Hoy, Yo Me ofrezco como su Esposo Celestial en esta alianza con el Hijo del Padre, con el Hijo del Espíritu Santo, como su Maestro de Fraternidad, Aquel que camina al lado de los simples y de los humildes, de los que aspiran a ser portadores de la paz.

Yo las consagro como Mis Auxiliadoras de la Divina Misericordia. Sean bienvenidas a Mi ejército interno de Luz. Sean luz para el mundo con su ejemplo, su esfuerzo y su sacrificio, por un solo fin, por el triunfo de Mi Amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 23.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Las cosas que ustedes viven son más pequeñas que los granos de arena de un desierto, porque en verdad les digo que existen cosas más urgentes y mayores que ustedes desconocen.

Yo les vengo a traer la consciencia de lo supremo, la Verdad que está oculta para muchos. Mi Presencia viene a revelarles la sagrada Voluntad de Dios, que aún debe ser conocida por los corazones consecuentes a Mi Sagrado Llamado.

Vengo en esta tarde, a mostrarles Mis cinco Llagas, no para que vean el sufrimiento que Yo padecí, sino el Amor que Yo viví por ustedes, aquel que nutrió la vida y convirtió a la humanidad pecadora.

Quien venera Mis cinco Llagas venera en presencia a Mi Corazón. Yo vengo a traerles este misterio porque Mi Corazón sigue siendo ultrajado.

Son pocas las almas que Yo elevo, entre Mis Manos, hacia los Reinos de Dios. Pero Yo vengo a formarlos, a través de la esperanza y del amor, para que puedan conocer profundamente la gran necesidad de vuestro Padre que está en los Cielos. Que ahora, en estos tiempos, se puedan convertir así como Él lo prevé en este ciclo final.

Los Sellos de Oro se están abriendo. Los Libros de Luz se están revelando. Los Ancianos se congregan en consejo, porque ha llegado la hora de determinar el día y la fecha en que Yo descenderé al mundo, una hora marcada por Dios.

Pero en verdad, ¿quién Me verá? ¿Quién podrá comprender que la humildad de Mi Corazón es la humildad de Dios? ¿Quién Me podrá reconocer entre toda esta humanidad que camina al abismo de su perdición?

Pero Yo les digo que estos libros, que son abiertos por los Ancianos de la Luz, aún se mantienen cerrados por el afluente de Mi Misericordia que modifica la Ley, la equilibra y la armoniza para la humanidad.

¿Por cuánto tiempo esto sucederá? Hoy no se lo podré decir. Por eso vengo a preparar ejércitos, para que estén preparados para recibir las señales que vendrán de los Ancianos y las que revelarán el momento tan crítico para la humanidad.

Pero existen corazones misericordiosos que, saliendo de este encuentro, seguirán renovados por la fe. Allí no habrá ningún misterio y los Ancianos así reconocerán que esta parte del Proyecto de Dios, que ya es el último para esta era, Yo lo estaré cumpliendo en ustedes, a través de Mis Obras de Misericordia y de Redención.

Pero muchos ojos no querrán ver la Ley. La Ley se manifestará, de todas formas, en el momento culminante de la purificación. Por eso, vuestros cuerpos están siendo entrenados en la purificación, en el camino de la pureza, del desapego, de la humildad y de la simplicidad. Porque así Yo estaré en ustedes en la hora culminante de la tribulación, y Dios encontrará Mi semilla de Luz en cada una de vuestras almas.

Pero sé que en esta tarde no comprenden lo que les digo. Ya no vengo a hablar a vuestras mentes, sino a hablarle a vuestros corazones, que son los únicos tabernáculos, en donde todo puede resurgir, transfigurarse y redimirse, a pesar de que exista el mayor pecador. 

Corrijan vuestras vidas y las vidas de vuestras familias se corregirán. Vivan actos buenos y serviciales para el prójimo. Así estarán ayudando a que esta pesada balanza no se rompa antes de tiempo.

Así, de esta forma, hoy conocen el poder insondable de Mi Amor, aquel que viene a asistirlos para colmar vuestros corazones hasta el último momento de vuestras vidas, tiempo en el que ya estarán preparados para vivir el fin de los tiempos.

También rezo por aquellos que no estarán preparados y que no se detuvieron a escuchar Mi Voz y Mi Amor. Continúen rezando por todos ellos porque son la mayoría, es la mayoría de la humanidad.

Por eso Mis cinco Llagas aún se lastiman. Entre Mis Manos, siento el dolor de la humanidad. En Mi Costado, siento la lanza, aquella que es colocada por los corazones ignorantes y que ultrajan todo el tiempo la Ley de Dios. Mis Pies son marcados por los caminos confusos, turbios y malos que muchas almas viven.

¿Quién saciará Mi sed? ¿Quién colmará Mi Corazón misericordioso con los códigos de Luz de la oración? Que la oración no solo sean palabras, sino que sea un testimonio de vuestra conversión. 

Que vengan aquí aquellos que Me escuchan, porque Yo necesito, en estos tiempos, de verdaderos soldados formados en la redención.

No les prometo en este mundo cosas maravillosas porque, el mundo y la humanidad, toda la consciencia planetaria está negando al Dios del Amor. No alcanza con los que son. 

Mi Obra ya fue realizada en tiempos pasados. Les di y les entregué el verdadero testimonio de Amor, a través del sacrificio de la Pasión. Pero sé que muchas almas aún no lo han entendido.

Solo espero, en el cenáculo de Mi Corazón, poder reunir a todos ustedes para que, en los momentos más difíciles, sepan reconocer el bien y el mal. Los corazones y las miradas de muchos se confundirán, pero quien confía en Mí no se perderá.

Les vengo a decir aquello que necesitan escuchar, ya no pierdan tiempo en las cosas superficiales ni gasten vuestro verbo en comentarios inútiles. Busquen, todo el tiempo, la unión con Dios a través del silencio, porque así Yo podré decirle a Mi Padre que, en verdad, estoy haciendo algo con cada una de vuestras almas. Únanse cada día más. Abandonen los comentarios. Ya no juzguen a vuestros hermanos.

Están deteriorando Mi Plan de redención, porque sé que, saliendo de aquí, cruzando la puerta de esta sala, estarán diciendo otras cosas y, ¿dónde habrá quedado Mi energía espiritual? ¿Habrá valido la pena que Yo haya descendido de la decimosegunda dimensión de Adonai para venir a esta tercera dimensión contaminada a buscar corazones, en los abismos de la Tierra?

Las manos de Mi Madre ya no alcanzan para tantas almas perdidas. Por eso, Ella los consagra con tanto amor para que puedan ser Sus manos, trabajadoras en el servicio y en la caridad, en toda esta humanidad.

¿Comprenden lo que les digo? Díganme sí con vuestro corazón más que con vuestras palabras. Necesito que Mi mensaje resuene en lo profundo de vuestros seres. 

No quiero que sean Mis Llagas. Quiero que sean los Rayos de Mi Corazón transformados en redención y en luz. Quiero que sean lo bueno para Mi Padre. Quiero que sean lo justo, lo justificable ante Dios. Quiero que sean el equilibrio y la verdad, la transparencia y la confianza entre hermanos. Quiero que sean la columna de luz que preparará el templo para la venida de vuestro Rey.

Pero si el Rey no viene a vuestros corazones, a los pocos corazones dignos de la Tierra, ¿cómo Él podrá venir al mundo? ¿Qué dignidad tendré ante Adonai para pedirle descender a esta humanidad material? Por eso, debo encontrar rebaños preparados, todos dentro del establo de Mi Corazón y no buscando otros caminos que no sean los Míos.

Ya no hay tiempo que perder. Ya no deben buscar a otras personas. Vuestra verdadera unión espiritual es con Dios. Y ya hemos dado testimonio, compañeros, de que la verdadera transformación se encuentra a través de la oración.

Purifíquense en paz. Las cosas se agudizarán, pero deberán ser valientes para superar los tiempos e ingresar en la vibración perfecta de Mi Corazón. 

Cuando vuestros pies son lavados, las manchas más impuras son retiradas por los Ángeles de Dios y vuestras vidas son renovadas, sus caminos son purificados para que asciendan definitivamente, por la escalera del Cielo, al Trono de Adonai, sagrado Templo del Corazón, donde se encuentra la vida eterna.

Cuando son bautizados todos los dolores y sufrimientos son purificados, pero vuestras almas son renovadas por los siete Dones del Espíritu Santo y una nueva vida comienza, con el alma purificada y limpia, renovada plenamente por la fuerza insondable de Mi Amor. 

Pero cuando comulgan Conmigo, el misterio es más infinito. Las puertas de los corazones se abren para recibir Mi energía crística e ir construyendo, de a poco, la perfecta morada que Yo deseo tener en ustedes todo el tiempo.

Y cuando son ungidos, no hay mal que pueda resistir.

Reciban los Sacramentos como una Gracia, como una honra a Dios. Así construirán la Nueva Humanidad.

Los ángeles del Cielo hoy consagrarán los Santos Sacramentos. Llamen a Su presencia. Invoquemos Su poder, uniendo el Cielo con la Tierra, las almas y todos los corazones con la Fuente primordial de Dios.

Repitamos:

¡Santo, Santo es el Señor de las Huestes!

Los ángeles del Cielo proclaman Su sagrada Palabra
y la Misericordia de Dios desciende
a través de Su Hijo amado.

Santo es el Señor de las Huestes,
por Su poder y omnipotencia.

Santo es Su Nombre en los Cielos,
y en cada rincón del universo
los ángeles proclaman Su Misericordia,
y los Sagrados Corazones
concretan Su plan en el planeta.

Santo es el Dios del universo,
las puertas infernales se cierran
los corazones son colmados por el Espíritu de Dios
y el Amor vence al mal.

Santo es el Dios del Amor
por Su verdad y pureza,
santa es Su Gracia
santa es Su esperanza y Su compasión.

Las almas se inclinan ante Su Trono
para reverenciar Su existencia.

Santo Adonai,
Santo Emmanuel,
Santo Abba,
los siete portales se abren 
 a través de Su Gracia Divina.

¡Santo, Santo es el Señor de las huestes!

Las almas proclaman Su infinidad,
Santo y sagrado sea el universo,
los soles se encienden en la humanidad,
el Plan se cumple en cada ser,
dichosos de aquellos que escuchan el llamado.

Santo seas, Padre Eterno,
Santo eres por Tu Creación,
santo e insondable es Tu Nombre.

Santo y sabio Señor, 
danos Tu Sabiduría y guíanos hasta el final.

 

Cántico: Kodoish.

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Y ahora, con todos los elementos y objetos sagrados que fueron bendecidos, que ellos puedan ser una renovación de vuestra fe. Pero recuerden que en vuestros corazones se encuentra el verdadero portal que siempre los unirá a Dios.

Vuestras oraciones, de estos dos días, desataron muchos nudos, los cuales Yo desamarré por la acción de la Misericordia, en varios puntos de la Tierra, donde la oración se volvió fuente de salvación para las almas heridas.

Agradezcamos, compañeros, a nuestro Padre que está en los Cielos. Es el verdadero motivo de este encuentro, estar con Dios y trabajar para Dios. Así, vuestras vidas se curarán.

Vayan en paz y los espero siempre en oración.

Los bendigo por la Gracia que Me es permitida como Hijo de Dios y Hermano de todos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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