Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES, EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Recen Conmigo.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, 
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra
y en reparación por todos los ultrajes, 
sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón,
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén.

En esta noche de San Juan, vengo a buscar la paz para el mundo y, principalmente, la paz en los corazones que la pierden en el correr del tiempo.

Vengo a buscar la esencia de la paz en Mis hijos, porque sé que Dios la colocó desde el principio, donde fueron gestados como esencias.

Es esa paz que ayudará al mundo, a todas las naciones, como también a todos los pueblos.

Como hace treinta y cinco años atrás, hoy vuelvo a repetir: queridos hijos, sean la paz para estos tiempos. Sean el amor para los tiempos que vendrán, así Mi Hijo podrá estar presente entre ustedes, porque Él encontrará un regazo, una morada y un corazón, en donde podrá entrar y vivir.

Si ustedes no gestan esto, no solo a través de la oración del corazón, sino también a través de los buenos actos que puedan atraer la paz al mundo, ¿quién podrá sobrevivir, en estos tiempos de caos, a los grandes cambios que se avecinan en la consciencia planetaria, y sobre todo en la humanidad?

Necesito, queridos hijos, que sean conscientes de lo que les digo, que ya no dejen pasar Mis palabras como el viento, porque cuando vean que las cosas sucedan recordarán lo que hoy les digo, porque solo como buena Madre busco su bien; el bien para el mundo y el bien para las almas.

Si al menos uno de ustedes, que representan hoy a tantas naciones del mundo, realizara este gesto de amor y de caridad, de buscar por encima de todo la esencia de la paz y del bien, nuevamente Yo podré decir, queridos hijos, que no solamente contaré con sus almas, sino que también contaré con soldados de la oración, que a pesar de lo que suceda a su alrededor podrán corresponder al llamado divino.

Después de treinta y cinco años en Medjugorje, traigo estas palabras simples para todos Mis hijos del mundo. Hoy no les revelaré grandes misterios del Universo. Necesito que comiencen a vivir las cosas simples; que gesten entre ustedes una verdadera y nueva humanidad, que pueda estar a la altura de los acontecimientos.

Queridos hijos, hoy como Madre y Reina de la Paz, no vengo a pedirles cosas imposibles, ni tampoco cosas inalcanzables. Comiencen a practicar los buenos actos en el día a día. Obsérvense a sí mismos y también cómo actúan con sus semejantes. Si en esas cosas ya están fallando, ¿cómo podrá aproximarse el Reino de Dios al planeta?

En verdad les digo, queridos hijos, imponiendo Mis manos de Luz sobre ustedes, suplicando a Mi Hijo amado, les pido que comiencen a hacer cosas buenas, porque eso repercutirá en la humanidad de estos tiempos.

Quiero que Me acompañen en Mi dolor, que acepten Mi dolor y que lo vivan por el mundo, porque este dolor proviene de la humanidad. Es un dolor profundo y desconocido, que sus almas tal vez no soportarían, pero Mi Gracia todo lo permite. Si ustedes viven ese dolor junto a Mí, Yo tendré justificaciones para poder seguir intercediendo por la humanidad y también por los Reinos de la Naturaleza.

Necesito que encuentren en sus caminos, una llave, una salida, una pronta solución a todo lo que viven en estos tiempos. El Universo no solo gira en torno a ustedes. El Universo, como es infinito y amplio, también tiene muchas necesidades que deben ser respondidas en estos tiempos finales. Su planeta y toda su humanidad están enfrentando esta última transición, algo que sorprenderá mucho a todas las almas, de la noche a la mañana. Pero si adoran al Corazón de Mi Hijo, presente en el Santísimo de la Eucaristía, y si oran  el Rosario conmigo todos los días, Yo podré ayudarlos, queridos hijos, a tomar verdadera consciencia y discernimiento de lo que está bien y de lo que no está bien.

Les vuelvo a repetir: después de treinta y cinco años en Medjugorje, las almas no Me han comprendido completamente. No solo llegué a Medjugorje por la ex Yugoeslavia o por las repúblicas separadas, o por los corazones desunidos. También vine por el mundo, para traer la paz, para traer la calma y la serenidad que hoy no habita en muchos corazones.

Ustedes queridos hijos, que a través de los años y de las peregrinaciones han aprendido a ser consecuentes con Mi llamado, les pido un esfuerzo extremo, una dedicación mayor, por muchas almas en el mundo, que están sumergidas en el sufrimiento y en el caos, en las malas relaciones que acontecen entre las naciones del mundo. Porque al final, los más inocentes son los que pagan las consecuencias.

Los invito a colocar su mano sobre el corazón y a sentir una a una Mis palabras. El Señor necesita que despierten a nuevos conocimientos, para poder comprender en estos tiempos difíciles la grave situación planetaria.

Llego hoy a esta parte de Europa, tan cercana a Europa oriental, para unir Occidente y Oriente; para unir creencias, culturas, lenguas y naciones, por el bien de todos; por un propósito infinito, que muchos desconocen en este tiempo.

Quisiera seguir, queridos hijos, donándoles Mi Paz, porque sé que les hará mucha falta para vivir su transformación en este tiempo; para enfrentar los cambios de la humanidad y del mundo, y para percibir, por encima de todo, dónde se encuentra la verdad, para que así se aparten del engaño y de la ilusión.

Quisiera que sus ojos internos se abrieran más. Y eso será posible, amados hijos, en la constancia de la oración, en la propagación de la fe y en las buenas obras de amor y de caridad, hasta en los más pequeños detalles; hasta con sus semejantes, en donde también se encuentra el servicio y el espíritu incondicional del amor.

Si ustedes, como esta parte de la humanidad consciente hace ya casi diez años, no tienen buenos ejemplos, buenas relaciones de amor, de hermandad y, principalmente, de fraternidad, ¿cómo creerán, queridos hijos, que el mundo se podrá curar de tan agonizante enfermedad que emerge todo el tiempo de esta superficie, de la consciencia de todas las almas que pierden el sentido de su camino espiritual, de su propósito de haber encarnado en este tiempo y en este ciclo?

La vida no es solo material, no termina aquí. La verdadera vida, la verdadera existencia se encuentra en lo desconocido, en las estrellas, en el Universo, en su interior.

Les pido a Mis hijos que ya no cieguen más sus caminos, porque en poco tiempo no podrán ver la realidad que estará ante ustedes, desarrollándose de una forma precipitada.

Al fin espero que puedan sentir como siente Mi Corazón Inmaculado, que acoge el sufrimiento del mundo, el calvario de las almas y toda la maldad que viven los Reinos de la Naturaleza. Si la Creación, que forma parte de este planeta, sigue siendo alterada, ¿cuál será el fin de este mundo?

Por eso vengo a anunciar Mi buena nueva: Que es posible vivir un cambio en la consciencia; cambio que se puede reflejar en todos sus seres, como en todos sus actos, cuando estos son verdaderos y transparentes. Sean cristalinos de corazón y podrán ser receptáculos de Mi Divina Paz, para que esta se expanda en el mundo y así transforme sus seres completamente.

Medio Oriente sufre las consecuencias de la guerra y muchos no quieren mirar hacia esa realidad. Venezuela sufre las consecuencias de las malas acciones y Mi Corazón se acongoja al ver que las demás naciones no hacen nada. Sé, como Madre, que ciertas naciones son gobernadas por un falso poder, por la falta de amor, de generosidad y de consideración para con los otros.

No me olvido de los que Me piden diariamente por intercesión, así como lo hacen Mis hijos de Venezuela. Dios está dejando que la nación aprenda de sus propios errores. Pero crean que eso pronto terminará, porque todos los días Me coloco ante el altar del Creador, de rodillas, para implorar por Mis hijos de Venezuela, así como por los demás hijos del mundo, que silenciosamente sufren la falta de paz.

Pero recuerden que el mal no vencerá. Él será derrotado por San Miguel Arcángel. Le he encomendado a este Santo Padre Creador, su definitiva intervención por Venezuela. ¡Ay de aquellos que no se rindan a Él y no pidan perdón, ni tampoco hagan penitencia! Dios  quitará el poder a los soberbios y dará sus tesoros a los más humildes. No habrá bandera ni nación que se pueda oponer al Estado universal del Creador.

La Ley está siendo intervenida. Que los corazones se preparen para el cambio total. Que todos sigan orando el Rosario para que se alcance la paz y el fin de los conflictos en el mundo. La hora más aguda del planeta indica la aproximación de Cristo, Mi amado Hijo. Él trae en Su Mano el Cetro de la Redención, el cual golpeará fuerte sobre la Tierra, para que las raíces de la adversidad sean disipadas. No habrá criatura o consciencia opuesta a Dios, material o espiritual, que se pueda oponer a Cristo.

Dichosos y alegres serán los que, a pesar de las consecuencias, crean en la gloriosa venida de Cristo; primero en sus corazones y vidas, y después en Su descenso glorioso al mundo. Que los tenebrosos se preparen para perder su reinado. La espada de la Luz de Dios cortará, de Oriente a Occidente, todas las influencias del mal. No habrá quien se resista a ello.

El amor es más fuerte y poderoso y él será vivido por todos los corazones que crean en Él, hasta el fin de sus días. Porque en el horizonte nacerá la nueva aurora y verán brillar en el cielo a la Mujer vestida de Sol, lanzando hacia la Tierra Su Corona de Estrellas, para iluminar los caminos de las doce tribus de Israel. Todo en  la Tierra pasará, pero las palabras de Cristo, siempre y eternamente reinarán.

La Vigilia de Oración evita acontecimientos agudos y disminuye la gravedad de los acontecimientos, de las guerras y de los conflictos que hoy suceden en el mundo. Cuando no viven la Vigilia de Oración mensualmente, y por alguna causa la sustituyen por otras cosas, recuerden la responsabilidad de ese peso, de no estar respondiendo con todo su corazón y alma a esta oportunidad de conceder al mundo Mi divina intercesión.

Que todos los pueblos canten la Gloria de Dios. Que suenen los campanarios del Universo; que los ángeles desciendan a la Tierra y llenen de gozo y de júbilo a las almas, porque el Todopoderoso ha escuchado la voz de Su Sierva y las almas más caídas hoy fueron sacadas de su propio infierno.
La Señora de Coromoto, vigilante, silenciosa e invisible en lo alto del Ávila, acompaña a Sus hijos de Venezuela y les indica el camino con Su Estrella Guía, para que finalmente terminen ese cautiverio. Que así sea.

Hoy he traído a Mi lado a San Juan, el Bautista, aquel que anunció la venida del Mesías hace más de dos mil años atrás; aquel que intentó corregir a la humanidad, por medio de la Ley de Dios, de los Mandamientos, de los buenos ejemplos, de la transparencia.

Este profeta y sacerdote, hoy a Mi pedido bendecirá esta agua, para así efectuar el sacramento del Bautismo, que será vivido especialmente a través de esta pequeña alma, que será bendecida en nombre de todas las almas del mundo y, especialmente, de los que han recibido la gracia de haber sido bautizados algún día. De esa forma renovaremos la alianza con la Santísima Trinidad.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estarán presentes en esta agua, para despertar la alianza interior, entre las almas y Dios.

Esta noche de San Juan Bautista, renovamos espiritualmente el sacramento del Bautismo en todos los que se unen a él internamente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por responder a Mi llamado y por siempre buscar la esencia de Mi Paz.

APARICIÓN MENSUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE CARACAS, VENEZUELA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Con la dulzura imponente de Mi Corazón, vuelvo a esta nación para traer la paz. Con toda la dulzura del Corazón de Mi Hijo, vengo a cicatrizar sus heridas espirituales, a traer la sanación a sus almas; vengo a traer la cura a sus almas.

Queridos hijos, escuchen con atención Mi Mensaje, porque mientras Yo estoy con ustedes aquí, el Universo de Dios está con todos ustedes y con cada hijo, en cada rincón de esta nación.

Queridos hijos, vengo a fortalecer su fe; vengo a traer la esperanza, la dicha para todos.

Queridos hijos, vivan en Mi Fe, proclamen Mi Fe al mundo. Vengo a liberarlos de este cautiverio que se ha vuelto interminable.

Queridos hijos, escuchen Mi Voz con el corazón. Mis Palabras decretan nuevas Leyes para sus vidas. Mi Corazón proclama la grandeza del Amor de Dios en ustedes.

Queridos hijos, sientan Mi Corazón Inmaculado. Escuchen Mi Voz dentro de sus corazones. Así, una energía divina, en este mismo momento, vendrá a su encuentro para establecer la paz. Crean en Mi Paz, porque Mi Paz es invencible y es posible. Así, queridos hijos, ayudarán a sus semejantes en toda esta nación, que también debe consagrarse a Mi Inmaculado Corazón.

Queridos hijos, vean el ejemplo de los hijos de Colombia que, en su mayor devoción y pacificación, recibieron a Mi Corazón Inmaculado con un gozo inmenso e infinito, para los tiempos que vendrán.

Queridos hijos, no es la primera vez que ustedes escuchan a Mi Corazón y que Yo estoy presente en sus vidas, caminando en mansedumbre al lado de cada uno de ustedes. Yo vengo a hacer florecer sus vidas. Yo vengo a despertar lo más verdadero que existe en sus esencias. Esto, queridos hijos, se llama Cristo interior, algo que nunca nada ni nadie podrá borrar, porque Cristo vive en ustedes. Él y Su Corazón son invencibles; si Cristo vive en ustedes, son corazones invencibles.

Yo vengo a traerles a ustedes un milagro de Amor, el milagro de Mi Corazón misericordioso que está presente en este momento, envolviendo al espíritu de su nación para que las puertas a la redención se puedan abrir.

Queridos hijos, vivan este momento como un gran sacrificio. Que sus corazones ya no tengan penas. Que sus corazones se alegren por participar de esta comunión con Mi Corazón Inmaculado.

Queridos hijos, Yo estoy presente aquí y en el hogar de cada uno de Mis hijos que, en este mismo momento, reciben Mis Palabras en sus corazones para poder unificar sus vidas con el Sagrado Espíritu de Dios.

Queridos hijos, sientan a Mi Corazón como el único motivo para sus vidas. Concentren sus caminos a través de Mi Alma santificada; para que muchas almas más, al igual que las suyas, puedan despertar en este momento al llamado de redención de Mi Corazón.

Queridos hijos, a pesar de lo que suceda, a pesar de lo que estén viviendo, no desistan. Lo más sagrado que existe en ustedes es la pureza de Dios, es la pureza de los Sagrados Corazones que vienen a reencender sus llamas internas para que las puertas a la Luz se puedan abrir.

Queridos hijos, ya no teman, Yo estoy con ustedes. Crean que esto es posible por encima de todas las cosas, de cualquier pensamiento y sentimiento o acción que los pueda atormentar.

Queridos hijos, pisen como Mis pies a la mala serpiente, porque ella dejará de hacer sufrir a los corazones. 

Que desaparezcan, de esta realidad, todos los males que existen y que perturban a los corazones; porque esos males los hacen temer, los hacen alejarse del Corazón de Dios.

Yo soy su Intercesora, Yo soy su Madre de Coromoto, soy la Madre de su pueblo que viene a encender en sus corazones el verdadero propósito de sus vidas; lo que ustedes conocen como sagrada misión; lo que ustedes, desde su nacimiento, vinieron a cumplir en el nombre del Padre Celestial.

Queridos hijos, en cuanto estoy con ustedes, muchas puertas inciertas se están cerrando para que sus corazones y sus mentes puedan escuchar la Voz de Dios, puedan sentir el Reino de Dios que es infinito, poderoso, invencible, glorioso y bienaventurado para cada uno de ustedes.

Queridos hijos, como su Señora Desatadora de Nudos, vengo a liberar los nudos de su consciencia, porque todo lo que sucede comienza y termina en la consciencia de todos Mis hijos. Pero si sus corazones aman de verdad, perdonan de verdad, se reconcilian de verdad, esto pronto terminará.

Queridos hijos, Yo vengo a reactivar en ustedes la filiación con Dios, algo que nunca podrá desaparecer. Ustedes vienen del Universo, vienen de una Fuente mayor e infinita que se llama Amor y Unidad de Dios. Esto nunca podrá ser cortado por nada.

Queridos hijos, crean en la filiación con Dios. Aférrense a esa filiación con el Altísimo; así, sus células llenas de miedo se reencenderán a través del gozo de Mi Espíritu, de Mi Espíritu de Paz y de Conversión, de Misericordia y de Perdón, que hoy vuelvo traer nuevamente a su tierra.

Queridos hijos, Mi Hijo Me envió a ustedes y Yo los envío a predicar la paz; a llevar el alivio, la calma, la serenidad que ustedes tienen en sus corazones, el gran principio crístico que se llama Poder del Amor. Si el Amor vive en sus corazones y si ustedes creen en el Amor de Dios, ¿por qué temen, hijos Míos?, ¿acaso Dios no es más poderoso que todos los hombres?

Los falsos reinos caerán a su izquierda y a su derecha. Como dijo Mi Hijo en Jerusalén: “No quedará piedra sobre piedra”. 

¡Ay de aquellos que hacen el mal y que no miran hacia el Corazón de Mi Hijo! ¡Ay de esos pobres hombres! ¿Quién rezará por su conversión, en el día del Juicio Final?

Queridos hijos, Yo vengo a anunciarles el Cielo desde Mi Corazón. Vengo a liberarlos de sus pecados y faltas, a través del poder de Mi infinita Misericordia, sagrada Fuente de Amor que Mi Hijo Me entregó a los pies de la Cruz.

Carguen con su cruz. No teman, hijos Míos, no habrá mayor peso que el que puedan soportar.

Yo vengo a liberar sus caminos. Yo vengo a abrir las puertas del Cielo, en el espíritu y en el alma de cada uno de ustedes. Si ustedes Me llamaron, hoy estoy aquí entre ustedes, hijos Míos, porque Dios así lo desea profundamente.

Sean precursores de la Misericordia de Dios. Si sus actos son misericordiosos y llevan caridad a todas las almas, sin temer en lo que podrá suceder, muchas cosas de esta nación se liberarán.

Gran parte del horror hoy es liberado por Mi Corazón Santo, junto a las huestes de Luz que alaban al Padre eternamente, junto al Arcángel Miguel que entierra Su Espada sobre este suelo, para que las almas se puedan liberar.

Dichosos de aquellos que creen en lo que digo, porque verán el resultado en sus vidas. Ese es el gran milagro que hoy les traigo, hijos Míos, el milagro del Amor de Dios que nunca podrá apagarse en sus células. Siempre y cuando crean en el amor, serán invencibles y no fracasarán.

Queridos hijos, a través de los tiempos Yo he estado en los momentos culminantes. A través de los tiempos, Yo les traje un Mensaje de Paz. Queridos hijos, escuchen la Voz de Mi Corazón que derrama Su Misericordia en sus seres.

Queridos hijos, afirmen su compromiso Conmigo. Yo vengo a extenderles Mi mano para que la puedan tomar fuerte, no sentir ningún miedo, sino que puedan caminar firmes hacia ese sagrado propósito de la Nueva Humanidad.

Queridos hijos, no se olviden de rezar por sus hermanos, principalmente por aquellos que ya no están en este país, para que Dios les conceda la Gracia de que puedan retornar a su verdadero pueblo, hacia su verdadero propósito desde el corazón de Venezuela.

Yo vengo a hacer latir sus corazones. Yo vengo a traerles el fuego de Mi devoción, algo que nunca se podrá apagar si ustedes oran Conmigo, con ese fervor que los caracteriza.

Queridos hijos, pídanme lo que quieran.

Queridos hijos, Yo soy su Madre de la Gracia. La Gracia es lo que ustedes necesitan para poder renacer de corazón, para poder hacer resucitar sus espíritus para la sagrada misión que hoy les encomiendo.

Queridos hijos, Yo soy la Madre de todos los pueblos indígenas. Y aquí, en el pasado, existieron sagrados pueblos que encomendaron a Dios su alma y su divinidad. Rescaten esos principios sagrados. Rescaten la consciencia indígena del amor. Así, Roraima resplandecerá y ustedes serán partícipes de esta sagrada misión de convertir a los corazones, no por las palabras, sino por un simple acto de paz y de amor.

Lo que hoy están viviendo es por la falta del Amor a Dios. Dios está lleno de Amor para ustedes. Dios necesita de sus corazones, hijos Míos, para que se conviertan en pacificadores del gran Redentor de todos los tiempos.

Por eso, en este mes de octubre, mes del Santo Rosario, Yo les traigo la revelación de Mi Corazón Inmaculado. Hoy, deposito sobre Mi mano, como una sagrada oferta, el Bendito e Inmaculado Corazón de María, que siempre pulsará dentro de ustedes, cuando lo permitan. ¿Quién les podrá quitar Mi Corazón de su interior? Nunca nadie lo podrá hacer.

Mi Corazón es divino, es sublime y se vuelve más fuerte y poderoso cuando Mis hijos oran de corazón.

Queridos hijos, la bestia le teme a esas cosas. El Amor de la Madre de Dios es invencible e infinito en su esperanza. Si ustedes creyeran en esas simples cosas, hijos Míos, no importaría que no tengan qué comer. Lo que más importa, hijos Míos, es que su alma y su vida estarán nutridas por el Espíritu de Dios. Quien vive a través del Espíritu de Dios nunca tendrá sed, nunca tendrá hambre.

Queridos hijos, si los santos en el pasado, en profundos ayunos y abstinencias, consiguieron vivir a través de la Eucaristía, ¿ustedes creen en el poder de la Comunión de Cristo? 

Queridos hijos, donde está Cristo, no está el mal. Si Cristo está en ustedes, Dios está en ustedes y Yo también lo estoy, hijos Míos. Eso es invencible para los tiempos que vendrán.

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.

Bienaventurados los buenos de corazón, porque serán premiados en el Reino de Dios.

Bienaventurados los humildes y los pacíficos, porque siempre alcanzarán la alegría. Que esa alegría, hijos Míos, que los nutre a ustedes todo el tiempo, nunca se apague; así, alegrarán al Corazón de Dios que está bastante ofendido por las injusticias del mundo.

Yo les ofrezco Mi Corazón como una Rosa de Luz, el Corazón Espiritual de su Madre que pulsa en todo el universo, escuchando las súplicas de Sus hijos, irradiando todo el Amor del universo a todos aquellos que creen en el renacimiento interior.

Si en sus manos está una llama encendida, ¿creen que ese es el símbolo de la paz?, ¿creen que un alma está siendo aliviada? Eso es posible cuando ustedes viven en la fe. Yo vengo a traerles el Don de Mi Fe, que es algo invencible. Cuando se vive de corazón, la fe siempre triunfará. Y Mi Corazón triunfará en ustedes, cuando crean en la fe, porque la fe es el Amor de Dios, es la Unidad de Dios, es la compasión para todo el universo.

Queridos hijos, hoy, no solo los que están aquí piden por ustedes, sino todo el mundo, todos Mis muy queridos hijos que están, en este momento, unidos a la proclamación de Mi Corazón.

Yo les vengo a traer el advenimiento del Espíritu de Cristo, aquel Espíritu que los ayudará a caminar en estos tiempos de tribulación. Sigan orando, honrando al Corazón de Dios para que así, Él también los glorifique.

Recemos:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención,
para este planeta. 
Amén.
(siete veces)

 

Queridos hijos, en el gozo de Mi Espíritu que concibe la paz y la redención, hoy quisiera especialmente consagrar a los Hijos de María, a estos hijos que se consagrarán ante Mi Presencia Celestial. Que vengan aquí los que se consagrarán, Yo los espero.

Queridos hijos, cuando sus voces cantan, el Cielo responde inmediatamente al pedido de los corazones y a las súplicas de las almas que buscan la paz.

Hoy, vengo desde el Cielo, como su Patrona de Coromoto, para bendecirlos, así como lo hice la última vez, imponiendo Mis manos sobre sus cabezas.

Imploro al Todopoderoso por la Gracia de Su Luz y de Su infinita Misericordia, que los hará fuertes e invencibles; y así, a pesar de cualquier consecuencia, siempre estarán en libertad.

Recuerden hijos Míos, que deben ser dignos hijos de Dios; y si hoy ustedes se dignifican y se consagran, a Mi materno Corazón de Madre, es porque están dando el sí a través de esta consagración para que se pueda establecer el espíritu de la paz, la unidad y el amor entre los corazones del mundo.

Si ustedes, hijos Míos, son generadores del Amor de Dios; el Amor de Dios triunfará y Mi obra se cumplirá, al menos en las Américas.

Rezo por ustedes. Rezo por este pueblo. Rezo por este país, junto al Ángel de la Guarda de esta nación y en la presencia de los coros celestiales, de Cristo y de San José Castísimo. 

Bajo esta sagrada triangulación, con el poder del infinito del Cosmos, Yo establezco, hijos Míos, la consagración definitiva de sus espíritus y almas, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Canten. Ahora, son Hijos de María.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado y recuerden que, a través de sus vidas, Mi Inmaculado Corazón triunfará.

Los amo y los bendigo, en nombre de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos dejar un pequeño relato de lo sucedido durante el trabajo de oración.

Cuando estábamos trabajando con las oraciones que recitábamos, los ángeles, a pedido de Nuestra Señora, comenzaron a recorrer cada rincón de Caracas y fuertes haces de Luz fueron aproximándose a las almas que más lo necesitaban.

Ellos depositaban en la esencia, en el corazón de cada hermano, una molécula de Luz. Algo que venía directamente del Creador. Era algo que era poderoso, luminoso e invencible.

Y cuando esa molécula de Luz que ellos depositaban en cada hermano se encendía, todo lo que había alrededor y que era oscuridad, desaparecía. Y una forma de fuerza espiritual positiva se engendraba dentro de cada uno, y se manifestaba a través del corazón, como el Amor de Dios. Era como si fuera algo que lo renovaba a cada uno.

¡Gracias Señor, por cuanto nos das!

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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