Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús, en Montevideo, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, durante la 17.ª Maratón de la Divina Misericordia

Y ahora que han comprendido lo que Yo les dije ayer, reciban Mi Corazón en Luz y en Gloria, y no separen Mi Corazón de vuestros corazones. Cumplan la promesa de estar Conmigo para siempre.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Repitamos: 

Sagrado Corazón de Jesús, 
Fuente de Amor y de Verdad, 
recibe nuestra consciencia en Tu Reino. 
Amén.
(tres veces)

 

Con estas simples palabras estarán dando el permiso a Dios para que, a través de Su Hijo Primogénito, sus almas puedan ser rescatadas en el fin de los tiempos, para que cuando Yo retorne en Gloria a este mundo las almas Me puedan reconocer, como muchos de ustedes Me conocieron en el pasado.

Por eso, en esta tarde de Misericordia y de Piedad, Yo les traigo Mi Presencia, les traigo el recuerdo de haber estado Conmigo en otros tiempos, compartiendo la Cena con el Señor, la Comunión predilecta con el Universo Mayor.

Nuevamente, les traigo a vuestras consciencias la oportunidad de recordar todas estas cosas, de poder revivir los pasajes que han vivido Conmigo, porque solamente deseo que vuestras vidas estén cerca de Mi Corazón y no sean más flagelos para Mí, sino fuentes de amor y de verdad, como es Mi Corazón misericordioso para ustedes.

A través de este día de oración misericordiosa, pude conocer en profundidad vuestros internos, visitar vuestros mundos internos, vuestros espíritus mayores y reparar muchas cosas a través del simple ejercicio de la oración. Tal vez no notarán este gran cambio, pero dejen pasar un poco de tiempo para poder entender lo que hoy Yo les digo. 

Mis Palabras no son solo simples palabras. A través de ellas Yo traigo la Luz de Dios para el mundo. Yo fui concebido para ser el Portavoz del universo y lo seguiré siendo hasta que pueda retornar al mundo. Y en cuanto eso no sucede, Yo vengo con la esperanza de preparar vuestros mundos internos para poder disipar las sombras y la oscuridad, aquellas energías que envuelven vuestras vidas todo el tiempo cuando tan solo dejan de mirarme por un momento.

Yo los observo todo el tiempo, Mis compañeros. Imaginen cuánto observo a la humanidad entera. A través de Mis hermanos de camino, Yo paso frente a todas las vidas, esperando que un alma más pueda despertar y preparar este rebaño de apóstoles que dará testimonio de Mi Regreso al mundo. 

Cuando las falsas mentiras sobre Mi Aparecimiento surjan en la humanidad, Yo no confundiré a nadie. Mi Amor es inconfundible, porque Yo Soy la emanación de un sentimiento de Amor, de una palabra pura y sana que les trae la Voluntad de Dios, como energía y como Presencia, para aquellos que tan solo Me dicen sí.

Cuando ayer Yo les dije que tienen la gran tarea de la unidad, esto no es algo tan simple. Ustedes deben trabajar con vuestros internos para que Mi Consciencia pueda reinar permanentemente. Y cuando Yo esté presente, entre todos y en todos, podré realizar Mis Obras de salvación para Uruguay.

No dejen de rezar por los sacerdotes y por todos aquellos que se esfuerzan para vivir Mi Camino en los cuatro puntos de la Tierra, porque es necesario, hijos Míos, que los valientes puedan soportar la gran tribulación. 

Cuando llegue el momento de la gran división de la humanidad, vuestros corazones ya deberán ser resplandecientes y las manchas oscuras ya no deberán existir, aquellas que a veces permean vuestros corazones, ciegan vuestros ojos y les quitan la fe.

Por eso, únanse a Mí en este tiempo, mientras la Misericordia de Mi Corazón es derramada sobre el mundo. Solo espero poder cumplir con lo que Dios Me pide para esta era. Así también lo esperan los Mensajeros Divinos y todos los Padres Creadores que mentalizan en Su Amor la mejor idea para este planeta, el mayor propósito para este mundo, la infinita finalidad para la humanidad.

Mientras ustedes comprenden y entienden todas estas cosas con el amor del corazón, reciban Mis Palabras en vuestras esencias. Ya no son tiempos de vivir cosas normales ni tampoco de tener ideas brillantes. Yo les estoy mostrando un Camino de Luz que es muy poco aceptado, que es muy olvidado porque las almas están envueltas en otras cosas. Las cosas del mundo son más fuertes y los quitan del camino de la espiritualidad.

Pero en cuanto ustedes están conscientes de poder reconocer Mis Palabras y Mi Petición, anímense a transformarse por entero. Permitan que Mis Ángeles rasguen vuestras viejas vestiduras para que pueda surgir el verdadero ser que habita dentro de ustedes, el yo superior que es muy desconocido por la humanidad, porque la humanidad vive mucho la vida terrena, se mezcla con las cosas del mundo y se olvida de mirar el cielo, contemplar las estrellas, sentirse parte del universo. Todos los universos esperan por vuestro sí.

Por eso, hasta que se Nos permita, los Mensajeros Divinos viajaremos y peregrinaremos dando el Mensaje, la advertencia, el llamado de atención a la humanidad, porque el gran cambio de esta raza se aproxima y no podrán decir que no lo sabían. Yo ya lo anuncié 2 000 años atrás. Juan lo escribió en el Apocalipsis. 

Las palabras se están revelando al mundo a través de los hechos y de los acontecimientos que suceden hoy, en este siglo XXI, de cambios profundos en los que las almas no saben por dónde seguir.

Yo los invito a formar parte de Mi Fuente de Misericordia, así podrán pensar todo el tiempo en Mi Corazón y vuestros propios motivos desaparecerán de vuestras mentes para que habite la Voluntad de Dios en vuestras consciencias.

Cuando Yo los llamo a seguir un único camino, Yo les anuncio a Mis compañeros y los invito profundamente a buscar Mi Corazón todo el tiempo, a no pensar más que en Mi Corazón para que vuestras vidas sean guiadas correctamente y no pierdan el camino de redención que se les está siendo ofertado.

Esta es la última palabra que es dicha al mundo. Por eso, estén atentos, vigilantes, presentes en este momento, para que Mis Códigos de Luz no se disipen de vuestros seres y así no vuelvan a caer nuevamente en las cosas normales de este mundo por la falta de amor y de unidad.

En estos tiempos difíciles, Yo los invito a buscar el Cielo, a aspirar a encontrar la estrella de origen. Que cada uno pueda vivir su verdadera misión no importando cual que sea, solo siguiendo Mis Pasos para no confundirse y pensar que están viviendo una misión, así como Dios quiere.

Por eso, Él Me envía representando Su Voz universal para que no se confundan y escuchen verdaderamente lo que Yo les digo. Mis Palabras están pasando por esta Tierra, pero ¿dónde ellas quedarán? Yo busco receptáculos de Mis Palabras sagradas, moradores de Mi Misericordia que puedan difundir Mi Mensaje de Luz y de Paz para esta raza que se está perdiendo. 

Mediten en lo que Yo les digo.

Muchos tienen preguntas para hacerme, pero Yo las responderé a lo largo de los tiempos a través de las señales de Luz que Yo les daré a todos, las que demostrarán cuál es Mi deseo para todos.

África se está preparando para recibirnos. Los invito en esta tarde a ser portadores y colaboradores de esta Obra, porque será importante en este tiempo final buscar el espíritu de reconciliación con los africanos, la redención y la cura que debe haber entre las almas de América y África.

Deseo también, Mis compañeros, que Europa se haga presente en esta misión. Si así lo hicieran, muchas conversiones sucederán. Faltas serán liberadas de vuestros corazones a través del servicio de estar y compartir con todos Mis hijos de África que los aguardan y los necesitan en estos momentos difíciles.

Así Yo los invito a ser portadores de Mi Paz para que puedan descubrir, a través de esta sagrada misión, cuántas cosas Yo he hecho a través de ustedes por medio de la oración del corazón.

Nuevamente los bautizaré con Mi Espíritu de Vida, para que siempre tengan presente Mi existencia en todo lugar, en los corazones simples y humildes que buscan a Dios con mucho amor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Mientras Jesús nos pide que oremos, Él va a consagrar los elementos para el Bautismo, el Lavapiés y la Comunión. Él invita de corazón a que todos los hermanos coligados también hagan lo mismo, laven sus pies y comulguen con Su Cuerpo y Su Sangre. Que coloquen cerca de Su Presencia estos sagrados Sacramentos para que Él los bendiga como lo hizo en el pasado.

Jesús me pide que repita una vez la siguiente oración y después la repetiremos, todos juntos, varias veces.

Sagrado Corazón de Jesús, 
Fuente de Amor y de Verdad, 
recibe nuestra consciencia en Tu Reino. 
Amén.

Uruguay ha recibido una Gracia atemporal que deberá permanecer pulsando en vuestros corazones para que ella pueda superar las barreras, convertir los corazones, elevar a los caídos, erguir nuevamente a los no redimidos, y así se pueda cumplir el Plan de Dios.

Que esta Gracia atemporal. que les entrego, pueda permanecer en vuestras vidas y ustedes sean consecuentes con esa Gracia. En vuestras manos estará la permanencia de esta Gracia o la desaparición de la misma.

Mi Corazón les entrega una estrella de Luz del universo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Para la consagración de los elementos, a pedido de Nuestro Señor, cantaremos el Padre Nuestro en arameo. Él pide, en este momento, que toda la Orden Gracia Misericordia coligada haga el mismo ejercicio.

 

Oración cantada: Padre Nuestro (en arameo).

 

Que el Señor pueda recibir en Sus Manos este sacrificio para que Su Nombre sea alabado y glorificado por todo el universo y Su Fuente de Amor y de Unidad pueda ayudar a todas las almas a alcanzar la transfiguración, el camino de la redención.

Estoy aquí presente contemplando al Uruguay y al mundo. Mi Corazón es la Aurora que resplandece en vuestras vidas. Busquen esa esencia, esencia crística de Amor, para que desaparezcan vuestros miedos y prevalezca la fe que los llevará a la vida eterna.

En torno a este cielo universal que Me rodea, Yo los consagro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sean fuente de Amor y de Verdad. Así Me alegrarán.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús, para Su elevación, quiere que cantemos "Fuente Primordial" y que recordemos la Ascensión gloriosa de Cristo, la cual viviremos también en este momento.