APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Hijos amados:

Coloquen su atención en lo que hoy les voy a decir.

Es un momento importante en el que sus consciencias pueden profundizar en el despertar, para ir al encuentro de la verdadera vida que se vive en el universo, para ir al encuentro de la verdadera vibración que puede llegar a ustedes, en auxilio y en protección.

Hoy sobre las palmas de Mis manos, les traigo la esfera de Luz de la consciencia arcangélica y angélica. Esta es la esencia que Dios utilizó para crear a Sus ángeles y arcángeles, a todas Sus huestes de Luz.

Ahora coloquen su consciencia en ese espacio, en esa vibración y dimensión.

Por un momento perciban cómo es posible, a través de Mis Palabras, salir de la esfera terrestre, de la condición humana y del caos, para que adentro de cada uno de ustedes encuentren al verdadero ser, a la pureza original.

A través de esta esfera creadora, Dios manifestó el universo mental ultraterrestre, antes de que existiera el universo material.

Así, hijos Míos, pueden comprender qué antiguo y valioso es ese momento en el que el Padre Eterno colocó Su Mirada y Su Amor para poder crear y manifestar a Sus huestes de Luz.

Esta esfera que hoy llevo en Mis manos, es la esfera creadora, una de las tantas esferas que el Padre utilizó y manifestó para concretar Su Voluntad dentro de la Creación.

Una esfera semejante existe sobre el universo material. Imaginen cuán antiguo fue ese momento en el que todo se manifestó y se creó para Gloria de Dios, para alabarlo y honrarlo como Él es, la Fuente misma, el Amor, la Unidad y la Misericordia.

De esa esfera creadora que hoy llevo entre Mis manos, como les dije al principio, surgieron las huestes arcangélicas y después las angélicas y así sucesivamente los ejércitos de Luz de cada Padre Creador, de cada Arcángel, formando así la Jerarquía Angélica, los comandos sagrados para llevar adelante el importante Proyecto de Dios en el universo material.

Imaginen por un momento, hijos Míos, que antes de que ustedes existieran ya estaba presente la consciencia arcangélica y angélica, aprendiendo a dar los primeros pasos en el servicio incondicional a Dios, aprendiendo a manifestar y a concretar la Ley para que los Mandamientos pudieran expresarse, algún día, en su civilización y en otras; para que, a través de la Leyes divinas, espirituales y materiales, todos Mis hijos en el universo aprendieran a evolucionar.

El Padre sabía, desde el principio, que el Proyecto del universo material podría tener sus oscilaciones antes de que el ángel caído abandonara la Voluntad Divina.

En esa oscilación se generó la dualidad, lo que hoy ustedes conocen como libre albedrío, la libertad de decidir y de asumir las consecuencias y los efectos de las decisiones de cada ser humano.

Por eso, vivir en la Voluntad de Dios es algo más que aceptarla, es algo más que vivirla, es poder tener toda la consciencia impregnada por esa Ley, por esa vibración que solo los elevará al sentido del propósito y de la meta.

Esa Voluntad fue cumplida desde el principio por los arcángeles, los ángeles y todas las huestes de Luz, los llamados coros celestiales.

Así, siguiendo las indicaciones de la Fuente Divina, de la Consciencia Creadora, después de haber formado y gestado las diferentes Jerarquías Angélicas, llegó el momento de la creación del universo material a través de la alquimia divina y de la intervención de Leyes divinas, de Rayos divinos y también de corrientes cósmicas que permitieron crear el universo material y así, los primeros planetas surgidos de las grandes estrellas muy antiguas que hoy ya no existen en el universo material, pero que dieron el impulso para poder concretar la Voluntad del Padre, misión y al mismo tiempo operación divina llevada adelante por los ejércitos de Luz, las diferentes Jerarquías Angélicas, bajo la guía de los Arcángeles.

Así, cada Padre Creador, a los pies de la Fuente Única, recogió lo que Dios con Amor, Unidad y Misericordia entregó a cada uno de ellos, cada uno recibió su esfera divina.

Doce esferas creadoras fueron encomendadas para manifestar la vida del universo material, con el fin principal y el propósito primordial de que las criaturas que surgirían de los Lagos de Luz del universo pudieran tener una importante condición, que era y que hoy es la conexión divina con la Fuente a fin de que, independientemente de cualquier situación o experiencia en el Cielo como en la Tierra, las criaturas pudieran aprender a unirse a lo Alto, a entrar en comunión con la Fuente para poder regenerarse y curarse.

Esas doce esferas, en las manos de los Arcángeles, fueron llevadas hasta los umbrales del universo ultraterrestre, en donde a partir de allí comenzaría a crearse el universo material.

A través de puertas divinas, los Arcángeles llegaron a los umbrales del gran vacío cósmico, en donde aún reinaba un profundo silencio. Momentos después, los doce Arcángeles se unieron en oración y en súplica para que la Fuente Divina los ayudara a realizar y a concretar la misión que el Padre Eterno les había encomendado.

Fue entonces que uno de los Arcángeles se rebeló, su interior se alejó de la conexión divina y principalmente del Amor, apartándose absolutamente de la sabiduría y del entendimiento de la Ciencia Divina que Dios planteaba en aquel tiempo para crear el universo material.

El Trono de Dios, reconociendo esa falla importante, lo dimitió para que en un espacio del universo cósmico reflexionara y recapacitara, a fin de realinear su consciencia con la Fuente Divina y curar su consciencia de los sentimientos opuestos a Dios.

Mientras tanto, los demás Creadores, los Arcángeles, comenzaron a llevar adelante esa misión. Reunieron por un momento todas las esferas creadoras, en las cuales estaba depositada, en cada una de ellas, la Voluntad de Dios.

En cada una de esas esferas creadoras existía el surgimiento de civilizaciones, es decir, de la vida en los diferentes universos materiales que serían creados.

Pero había una de esas esferas creadoras que tenía un deseo ardiente y profundamente espiritual de Dios, lo que hoy llamamos Universo Local. De allí debería surgir, al menos, la mayor experiencia crística de amor, aunque aún en ese momento Dios no había expresado Su Segunda Persona, el Hijo.

En ese entonces, los Creadores llevaron adelante la Voluntad de Dios. Oraron, suplicaron y conectándose con la Fuente Suprema comenzaron a crear, a través de la vibración y del sonido, el universo material.

Fue entonces que Andrómeda se volvió el centro de este Universo Local, como lo fue hasta estos tiempos.

Un Gobierno espiritual y cósmico debería desarrollarse, a fin de que fuera el puente intermediario para que las demás criaturas pudieran vivir en la Ley y cumplirla, pudieran alcanzar la felicidad de evolucionar y de estar en contacto con la Fuente de forma eterna.

Mientras las primeras criaturas eran creadas en los Lagos de Luz, el Padre Creador que se rebeló comenzó a crear la dualidad, el sentimiento de que las criaturas podían decidir por sí mismas, sin importar las consecuencias ni los resultados, sin tener presente que la Ley es la energía que ayuda a alinear la consciencia con el Propósito que la conduce y que la guía hacia su meta espiritual e interna.

La vida evolutiva fue siendo generada en este Universo Local como en otros. El tiempo fue pasando, las experiencias se fueron desarrollando y Dios contemplaba cómo Sus criaturas, a las que ama profundamente, le respondían.

Con esto quiero decirles, hijos Míos, que el Proyecto de Dios siempre se actualizó, siempre se adaptó a las realidades de este universo material como a las del universo mental.

Inevitablemente, en el ingreso de la dualidad o del libre albedrío, las criaturas fueron realizando sus experiencias y cometieron muchos errores.

Después de millones de años de su tiempo, surgió del Padre Eterno la creación de una civilización, su civilización sobre la superficie de la Tierra, que no solo pudiera vivir la conexión con la Fuente, la comunión con lo Alto, sino que también expresara la vida crística.

En los primeros tiempos de este Proyecto genético humano, la humanidad consiguió dar sus primeros pasos. Hubo fallas importantes en la historia de la humanidad, hasta los tiempos de hoy.

Para que este Proyecto en la superficie de la Tierra no se perdiera y fuera abortado, la propia Fuente Divina, el mismo Dios, el Todopoderoso, decidió expresar materialmente Su Segunda Persona, el Hijo, y lo trajo a la Tierra.

Pero Él debería dejar una lección y una instrucción importante para todas las generaciones que pasarían por la humanidad, para todas las criaturas que tendrían la oportunidad de vivir en este planeta escuela su redención y el perdón.

Por eso, Cristo encarnó en un lugar muy humilde y simple, como lo fue una gruta. Dios nunca podría haber nacido en un trono o en un palacio, porque no sería Dios mismo. 

En el nacimiento de Jesús, en el pesebre de Belén, podrán ver representada por una visión clara la humildad del Padre Eterno, que es lo que a la Fuente le permite gobernar toda la Creación y toda la vida.

Así comprendan, hijos Míos, cuán importante es vivir esa humildad en este tiempo para poder reconocer al Dios interior en cada uno y así poder transformarse.

Hoy, en la consciencia de esta humanidad, deposito esta esfera creadora, que es la que generó el universo material y especialmente su civilización, desde los primeros tiempos.

A través de la esfera creadora, recuperen su conexión con lo Alto, con la Fuente, y vuelvan a unirse al Amor de Dios para que Él les vuelva a dar Su confianza y Su Misericordia; y el mundo recupere, como un todo, su filiación con el Padre Eterno. Así podrán vivir en la Ley, en los Mandamientos; no como la obligación de cumplir una regla, sino con la consciencia abierta de saber que ese es el camino para que cada uno viva su transfiguración y su ascención hasta llegar a fundirse en la Fuente Divina.

Abran sus corazones para acoger este misterio. Lleven en sus consciencias este impulso del Divino Espíritu y reafirmen sus votos con la Fuente de la Creación para que el mundo reciba la Gracia de una nueva oportunidad y así, la mayoría pueda alcanzar la felicidad de estar en Dios y de pertenecer a Su Reino.

Rezo para que alcancen esta, Mi aspiración.

Los amo y los bendigo bajo la Luz de Cristo, Nuestro Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy llego aquí como la Señora de Kibeho. Sientan el frescor de ese continente, el amor que Me entregan los corazones más sufridos de África.

Después de casi un año de trabajo en Mi amada África, la Señora de Kibeho cierra un ciclo para comenzar uno nuevo en los meses que vendrán, porque deseo ardientemente que Mis hijos hoy sepan que no Me he ido de África. Mi Corazón es África, el Corazón de la Madre de los Siete Dolores.

Pero hoy, hijos Míos, quiero que sepan que estoy allí presente y que, así como en Kibeho, cuento los días y los meses en la calma de este momento planetario, para poder llegar allí, así como una vez llegué a Ruanda.

Mis hijos de Angola ya son consagrados a Mi Corazón Inmaculado, así como todos los orantes y peregrinos que han colocado su fe en los Rosarios de Luz.

Cada cuenta colocada por sus manos sobre Mi imagen ha significado para su Madre Celeste, y sobre todo para Dios, una gran liberación en los planos internos del continente africano. Y aunque sé que muchas almas aún sufren en ese lugar y que solo esas almas saben lo que es el sufrimiento y el dolor, hoy a la Señora de los Siete Dolores, la Señora del Verbo, se le retiran las Siete Espadas de la agonía de la humanidad, para recibir en Su Corazón las esferas de luz convertidas en rosas brillantes y luminosas en los corazones orantes de África.

Quiero que sepan, hijos Míos, que Mi Plan para ir a África aún está en pie. Y de alguna forma llegaré y celebraremos ese importante encuentro, ese importante encuentro en el que Sudamérica y África se unirán, como un solo corazón y una sola consciencia, para poder sublimar el pecado de los hombres y el sufrimiento que aún existe en ese lugar.

La puerta de entrada que he escogido para retornar es Angola, porque es allí donde necesito que estén, no solo sirviendo y orando como lo hicieron en estos últimos tiempos, sino para que más consciencias del mundo comprendan lo que allí sucede y lo que significa la vida infrahumana.

Yo les traigo, hijos Míos, la posibilidad y la oportunidad de que, a través de los méritos que alcanzó Mi Hijo, África se vuelva a reconsagrar a Mi Corazón Inmaculado y que lo que no le escucharon a la Señora del Verbo en Ruanda, que fue una advertencia maternal en este ciclo final, lo puedan escuchar en las palabras de la Madre de Dios, para que se puedan cumplir los frutos de su conversión y redención.

Para que todo eso sea posible, hijos Míos, vengo a pedirle al mundo que coloque en su oración ese propósito y su amorosa colaboración, para que los Sagrados Corazones puedan tocar el suelo africano una vez más.

Hoy a Mi derecha y a Mi izquierda, hijos Míos, están las almas inocentes del genocidio de Ruanda. Y quiero, deseo y les pido que, en este momento, en nombre de la humanidad entera, por lo que eso significó y representó para Dios, ofrezcan silenciosamente una penitencia por la reparación de Nuestra Señora de Kibeho.

Los escucho internamente.

Mientras Me hacen esa oferta, hijos Míos, Yo puedo seguir penetrando en los lugares más oscuros del mundo, en donde el sufrimiento aún sigue sucediendo y los corazones no se pueden liberar.

En este momento y en esta hora, en los que su Madre Celeste llega del Cielo como la Señora del Verbo, Nuestra Señora de Kibeho, como la Madre de toda África, es en el que abro aún más Mi Corazón Inmaculado ante el mundo entero y ante todas las almas, para recibir la oferta de reparación y de perdón.

Porque por más que no hayan tenido responsabilidad directa sobre los acontecimientos, la humanidad es única y siempre será única ante los Ojos de Dios. Eso los hará crecer en consciencia y en madurez a fin de que los ultrajes e indiferencias no se repitan.

África aprendió sobre esa lección de vida, pero aún África espera por la llegada de los Mensajeros de Dios, por última vez, como preparación del Retorno de Cristo.

Hoy no estoy solamente con ustedes aquí, sino también en este momento estoy en África derramando sobre esos pueblos el Amor de Dios y la Gracia de la reconciliación y de la cura.

Mi silencio trabaja aún más profundamente en las almas necesitadas. No se olviden que también Soy la Madre del Silencio y que, ante los eventos del mundo en estos tiempos cruciales de la humanidad, Yo regreso aquí para que Mis hijos no se sientan solos ni desamparados, para que sepan que estoy aquí de la misma forma que estuve con Mi Hijo a los pies de la Cruz, hasta el último segundo de Su vida, hasta el último segundo en el que Él expiró, su la última y gran entrega por todo el género humano hasta los tiempos de hoy.

Eso es un gran misterio, el misterio del Amor del Hijo de Dios. Con ese Amor Él Me envía al mundo para anunciar Su petición y el deseo ardiente de la Madre de Dios de regresar a África una vez más, así como Yo fui a Kibeho para llevar consciencia y discernimiento a Mis hijos, para poder salvar a la mayor cantidad de almas posibles, cuya mayoría no fue posible salvar.

Y ese es uno de Mis principales dolores por África, porque no son los pueblos los que se agitan o se enfrentan, son los que están por encima de esos pueblos los que provocan la maldad en el mundo y la desesperanza en muchos corazones.

Pero aunque eso suceda, hijos Míos, la fe de los más inocentes, humildes y simples, nunca se perderá, porque esa fe no solo será una fortaleza para Mis hijos de África, sino también será el puente por el cual Yo descenderé del Cielo para encontrarme con cada una de sus almas.

La tarea realizada a través de esta Obra en Angola fue un primer paso, pero no será el último. Muchos más pasos deberán ser dados y muchos más serán llamados a asumir, en Mi continente amado de África, el alivio del sufrimiento, la cura de la inmoralidad, la esperanza de los que sufren, porque solo el amor puede curar el dolor.

Hoy celebro todo lo que sucedió en Angola a través de esta Obra, porque los verdaderos frutos internos son depositados a los Pies del Creador por la Señora de Kibeho. Y esa oferta, esa profunda ofrenda, fue aceptada por su Padre Celestial, los méritos del esfuerzo, del servicio, de la cura, del amor, de la renuncia, de la fraternidad, de la generosidad, del desapego y, principalmente, de la transmutación.

Por esa razón hoy regreso aquí, para que el mundo sepa y tenga consciencia de cómo, con tan poco, se puede hacer mucho en el mundo; porque las verdaderas herramientas que ustedes necesitan, hijos Míos, son internas, y cuando son bien utilizadas la Providencia Divina llega milagrosamente. Así lo vivió la Sagrada Familia y hoy ustedes lo viven Conmigo.

Por eso, siempre deben agradecer cada día que despiertan, cada día que reposan sobre un lecho limpio y cómodo, cada vez que el agua de las nacientes de la Tierra lava sus cuerpos, cada vez que frente a ustedes hay un alimento para poder nutrir sus células; y principalmente, hijos Míos, tienen que agradecer por el Amor de los Mensajeros Divinos, en este lugar y en todos los corazones que han sido agraciados, bendecidos y colmados por Nuestras Apariciones.

Deseo que lo mismo suceda en África y comience en Angola. Hay mucho por hacer en ese lugar, muchas puertas por abrir en otras partes de África que claman por Mi Presencia y por la Presencia de Mi Hijo. Eso será posible a través de ustedes, hijos Míos, sabiendo que en este tiempo son llamados a vivir el servicio por la humanidad, por el planeta, por el alivio del sufrimiento.

Es tan simple lo que les pido, que se los vuelvo a repetir.

Así como África espera Mi llegada algún día, también Asia espera Mi llegada, al igual que Oceanía. La peregrinación aún está pendiente, aún espera su realización cuando esta pandemia termine. Rezo todos los días por ese fin: por la cura de los que sufren la pandemia y para que esta termine.

En este momento y en esta hora, hijos Míos, dependerá de su respuesta consciente que algún cambio pueda, finalmente, suceder en toda la humanidad y que no vuelvan a la normalidad de los tiempos de la ilusión, sino que ingresen, como en otros tiempos, en el ciclo de la concientización y de la fraternidad.

Les agradezco ahora por su penitencia. También fue acogida por Mi Inmaculado Corazón, así como la de todos los corazones que, en este momento, en diversas partes del mundo, escuchan Mi llamado.

Hoy quiero llevar Mi Paz a África. En este momento no existen distancias en el tiempo ni en el espacio, porque Yo estoy allí con Mis queridos hijos, los que verdaderamente sufren la situación mundial.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En este momento, Nuestra Divina Señora está mostrando un rosario formado por rosas, y Ella nos dice:

 

Estos son los frutos, las oraciones, las súplicas y el amor de Mis hijos de África. Este es el Rosario que hoy llevaré a Dios para que Él lo reciba. Lo pondré en Sus Manos para que Nuestro Padre Celestial, con inmensa alegría, lo coloque sobre Su Cuerpo como símbolo espiritual de la cura del sufrimiento, del amor por sobre todo mal.

En esta noche, hijos Míos, también acojo la consagración de las familias del mundo a Mi Inmaculado Corazón, por medio de la respuesta que fue dada a Mis pedidos. Hoy estoy con cada uno de esos corazones que atendieron a Mi llamado.

Por último, quiero decirles que, así como es importante la peregrinación en África en los próximos tiempos, también es importante para Mí la peregrinación más osada de todas, en Asia y en Oceanía, en la cual hoy incluyo a Filipinas.

Si ustedes Me dan lo más simple y verdadero, Yo también les entregaré lo más simple y verdadero que tengo, que son Mi Presencia y Mi Corazón.

Hoy, la Señora de Kibeho irradia Su Luz y Su Gracia sobre África, consumando esta importante tarea realizada en los últimos meses en Angola y en toda África no solo en el plano material, sino también en el plano espiritual.

Y es así que ofrecemos al Padre los aprendizajes y experiencias vividas durante estos últimos tiempos en Angola.

Aspiramos y afirmamos en este momento, hijos Míos, la continuidad de esa sagrada tarea, para que, a través del amor, curen todo dolor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora se eleva con el rosario en Sus manos. Y en esa elevación y asunción de María, escucharemos, en este momento a Su pedido, la canción “Lady of Kibeho”, como última oferta de nuestros corazones por nuestros hermanos de África.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hace ciento tres años atrás llegué al mundo por una razón mayor, y hoy retorno nuevamente al mundo, hijos Míos, para que tengan consciencia de este importante momento planetario.

La Luz de Mi Inmaculado Corazón se refleja en la Tierra para poder abrazar a la mayor cantidad de almas posibles, pero en este tiempo no es suficiente.

Mi Hijo los ha formado para este momento, los ha hecho apóstoles Suyos para que lo pudieran servir y seguir.

Como Madre, vengo en este tiempo para que la mayor cantidad de hijos Míos no pierdan el sentido y el propósito de estar aquí, la razón por la cual Dios los trajo hacia Mi encuentro, sabiendo que, hijos Míos, aún hay millones de almas en el mundo que nunca estuvieron frente a la Madre de Dios.

Ustedes, que han estado tan cerca de Mí a través de estos últimos doce años, tienen mayor responsabilidad ante Dios por las causas y las aspiraciones de su Madre Divina, porque el Plan de su Madre Celeste no es personal, sino que es un Plan para toda la humanidad y el planeta.

Ustedes deben ser los embajadores de Mi Corazón Inmaculado en el mundo, deben ser los facilitadores para las almas que necesitan de mucha ayuda espiritual e interior.

Ese es el motivo que hoy Me trae aquí ante ustedes, por todos Mis hijos que Me escuchan en este momento a lo largo y a lo ancho del mundo, los que aún proclaman su fe y devoción a Mi materno Corazón. Pero quiero decirles también, a cada uno de ellos, que este es el tiempo definitivo y crucial, muy, pero muy diferente del que sucedió en Fátima hace ciento tres años atrás.

En aquel tiempo la humanidad tenía un estado de consciencia diferente, más primitivo e inmaduro. Pero en este tiempo, aún con el avance que ha alcanzado la humanidad, eso sigue siendo en otros planos de consciencia con la destrucción de los Reinos de la Naturaleza y de la propia vida del ser humano; a través de las dolorosas crisis humanitarias y del exilio de millones de hijos Míos en el mundo, buscando una oportunidad y una esperanza.

Ahora su casa, el planeta, está en una gran transición y quiero que lo sepan, hijos Míos, porque aún muchos hijos Míos no quieren abrir los ojos hacia esa realidad, para no sentirse impresionados o convocados al servicio planetario.

Muchos de los que hoy no están aquí perdieron una gran oportunidad espiritual, pero eso no impedirá que las puertas del Cielo se sigan abriendo hacia la Tierra, siempre que cada uno de Mis hijos corresponda a Mi llamado. Esa será la gran premisa para que su Madre Celeste pueda seguir retornando, o no, al mundo, mientras que el Padre Celestial lo necesite.

Pero hoy Mis manos están llenas de oraciones, y se las puedo mostrar como pequeñas esferas de Luz que han encendido los corazones del mundo, al rezar obedientemente el Santo Rosario y entregarlo en honor a la Madre Celeste. Cada una de estas cuentas que hoy llevo en Mis manos, cada pequeña esfera de Luz que se encendió en las humildes palmas de las manos de la Madre de Dios, serán Gracias extraordinarias que retornarán al mundo para aquellos hijos que sufren y que son cientos y cientos de almas que aún esperan silenciosamente por una Gracia de Dios.

Es así que les recuerdo, hijos Míos, la importancia de la oración Conmigo todos los días. Esto es prioridad para sus corazones y almas. Nada puede cambiar ese ejercicio espiritual, nada puede sustituirlo ni siquiera cancelarlo. Si oran, estarán unidos a Mí, y Mi Corazón Inmaculado, en este mes de mayo, estará en ustedes, así como lo estuvo en el corazón de los pequeños pastores de Fátima.

Así como Mi Corazón aún está presente en el Santuario de Fátima y en todo Portugal, el Amor de la Madre de Dios, la devoción de la Madre Celeste, la pureza de la Sierva de Dios, tiene que estar en más corazones del mundo. Porque, a pesar de lo que suceda en la superficie de la Tierra, nada les sucederá y podrán seguir los pasos de la Madre de Dios por los senderos de la reconciliación y de la paz, para que puedan estar en comunión con Cristo, Mi amado Hijo, y así sean sacramentados por Su Espíritu a través de la Santa Eucaristía.

Pero ahora, hijos Míos, es urgente e importante que profundicen en la Comunión Espiritual con Mi Hijo. Este es el tiempo de que cada uno de ustedes pueda reconocer la veracidad de su unión sincera con Mi amado Hijo, porque esto es lo único que los salvará y los protegerá en estos tiempos. Por eso, adórenlo, reveréncienlo y oren a Cristo, para que la Fuente de Su Misericordia pueda seguir descendiendo al mundo y sobre aquellos lugares que son más necesitados.

Hoy, su Madre Celeste, la Señora del Santísimo Rosario, ha recorrido el planeta entero para recoger las súplicas de cada uno de Sus hijos, y ustedes que están aquí, ¿Me han suplicado, Me han llamado como su Abogada y Mediadora ante sus posibles injusticias?

Este es el tiempo de la conversión, pero también es el tiempo de la conscientización. Todos los tesoros que reciben del Cielo los deberán testimoniar ante la llegada de Mi Hijo, y eso será un acto y una realidad para cada uno de ustedes, como también para los que no están y, de forma confusa, perdieron las huellas de Mi Hijo.

Pero, Yo no vengo al mundo con Justicia, sino con Amor, con un Amor maduro que los hace crecer y responsabilizarse por este Plan de Amor que Dios les entregó conscientemente para que lo cumplan y lo vivan.

Toda esta Gracia que reciben no es nada personal, es una gran necesidad planetaria, humana e interna de cada una de sus almas y espíritus.

Después de ciento tres años de haber estado en Fátima, vengo a pedirles que sean consecuentes con Mi Hijo y que maduren porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por realizar, aún hay peregrinaciones por llevar adelante en aquellos lugares del mundo en donde el sufrimiento es real y doloroso, en donde hermanos suyos sufren permanentemente el caos y la adversidad.

El Corazón de Mi Hijo, el Casto Corazón de San José y Mi materno e Inmaculado Corazón necesitan llegar a esos lugares en estos tiempos definitivos.

Pero esa que es Mi aspiración, deben primero construirla dentro de ustedes, para después construirla fuera de ustedes. Eso les hará vivir la realidad y no la ilusión de lo que significa Mi llamado. Porque Mi llamado no es una ilusión, es una necesidad y una convocatoria para cada uno de sus corazones, para que tengan la oportunidad de dar lo mejor a Dios, después de todo lo que Él les ha dado.

Así como vengo con este mensaje para ustedes, también vengo con un mensaje de Amor para el mundo, porque el sufrimiento tiene que terminar, la ignorancia tiene que terminar, la ingratitud tiene que terminar y eso dependerá de cada uno de ustedes, hijos Míos.

Los invito a ingresar nuevamente a la escuela del amor, a la escuela de la gratitud y especialmente a la escuela de la obediencia, para que sus corazones sigan siendo guiados ante una realidad planetaria que se complica, día a día, por el gran distanciamiento que tiene la humanidad de Dios.

Ustedes, ¿se distanciarán de Dios? La prueba de la fe llegará para cada uno de sus corazones y en esa hora estaré rezando por ustedes, así como estoy rezando por el mundo, por la Gracia extraordinaria que conceda el fin de esta pandemia en toda la humanidad, a fin de que los corazones, las almas y las personas recapaciten sobre sus vidas; porque sin solidaridad, sin fraternidad y sin gratitud, la humanidad no volverá a la normalidad.

El tiempo ya terminó y su consciencia debe crecer interiormente, así estarán como almas, siendo acompañados por nosotros desde el Cielo, para llevar adelante esta tarea que aún no terminó.

Hoy coloco sus corazones ante los jardines internos de Lys para que puedan recordar su pureza original. Es la pureza que los protegerá y los amparará en este tiempo de ustedes mismos, para que puedan seguir caminando en Cristo y por Cristo, reconociendo las fortalezas que Él les ha entregado y las virtudes que Él ha depositado en sus almas para que lo puedan seguir y servir.

Él tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia el mundo. De la misma forma, hijos Míos, Yo extiendo Mis brazos hacia ustedes para que vean en Mis manos la Luz de la Gracia que los toca, con el propósito de vivir el discernimiento y la sabiduría para que no tomen decisiones precipitadas, porque esta es la última oportunidad.

La copa ya está rebasando y las promesas que fueron realizadas por su Señora en Akita, Ruanda (Kibeho), Garabandal, Fátima y México (Guadalupe), así como en Medjugorje, se cumplirán.

Hoy tengo en Mi Corazón a los que Me viven, a los que Me aman, a los que Me esperan, a los que oran Conmigo, a los que claman y a los que nunca se cansan de servir. En ellos están las promesas de Cristo para poderse cumplir y realizarse. Yo espero que eso así sea, en cada uno de ustedes.

Agradezco, queridos hijos, el amor sincero que fue colocado como respuesta a Mis pedidos de consagración de las familias a Mi Inmaculado Corazón. Esas familias, esas almas y esos corazones hoy reciben la consagración especial de la Madre de Dios, para que Dios los tenga en Su Misericordia y en Su Gracia, y los ayude a vivir el fin de estos tiempos, que es un tiempo desconocido para todos.

En agradecimiento a cada uno de ellos, Yo los bendigo y Me despido.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que la Paz de Fátima, el santuario interior, permanezca en los corazones. Amén.

Les agradezco.

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En este día, las oraciones a San Rafael Arcángel fueron colocadas como brillantes esferas de luz en diferentes partes del planeta, para que la poderosa corriente de cura del Arcángel Rafael descendiera potentísima sobre esos espacios.

Así, la Luz del Arcángel Rafael comenzará a retirar a las almas del peligro inminente, y también esa Luz llegará a todos los profesionales de la salud para que estén protegidos.

Hoy cada oración recitada creó, en los planos sutiles, una esfera de Luz que, siendo llevada por los ejércitos angélicos a cada lugar de la Tierra, portará consigo un atributo que, en ese lugar del planeta, es necesario establecer y vivir por parte de los seres humanos que allí se encuentran.

Así podrán comprender cuán infinito y poderoso es el efecto que tiene la oración del corazón, para que una simple pero sincera oración genere, en los planos internos, esta Gracia espiritual.

Los invito a seguir acompañando a San Rafael Arcángel en esta tarea espiritual y planetaria.

Sigo unida a Mis hijos orantes y devotos de San Rafael Arcángel.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SÉPTIMO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y aunque fui colocado en el sepulcro, Mi servicio por la humanidad no había terminado.

Hoy doy continuidad para todos, a lo que verdaderamente sucedió en aquellos tiempos durante la dolorosa Pasión de su Maestro y Señor.

Pero para poder entenderlo espiritualmente, en esta tarde ingresarán Conmigo al Universo de Dios, a otro espacio de la manifestación creadora inmaterial y cósmica en donde también se guardó la memoria de todos los hechos sucedidos durante la dolorosa Pasión de su Señor. Preparémonos para este momento.

Coloquen sus almas al servicio del Plan, para que ellas sean las que participen de este momento y guarden en su memoria todo lo que vivirán y experimentarán, acompañando a los registros universales de su Maestro y Señor.

Para ingresar en ese Universo de Dios, bastará que abran la puerta de ese espacio con su palabra y su canción, esa será la llave que permitirá revelarles todo lo que sucederá después.

Ahora, mientras Yo les muestro el Universo de Dios detrás de Mí y a los ángeles que acompañan este momento, porque son los encargados de revelar los registros universales de su Maestro y Señor, deberán entonar la llave musical que les permitirá ingresar en ese espacio de consciencia.

Vamos a entonar "Adonai, Espíritu Santo" hasta que el Señor lo indique, y que Adonai resuene en nuestro interior y en nuestra consciencia para que nuestras almas ingresen en ese espacio. Podemos comenzar.

Canción: "Adonai, Espíritu Santo".

Una vez más.

Volvamos al instrumental anterior.

Estamos en un espacio que no es material, sino espiritual. Estamos dentro de una parte de la Consciencia de Dios que se expresa como una gran Esfera de Luz celeste, en donde los ángeles escriben en nuestras esencias este momento. El centro de ese lugar es una poderosa Esfera de luz dorada que alterna, en su manifestación, diferentes colores y formas, manifestando la belleza más perfecta de la Creación.

Nuestras almas están en el Universo del espíritu, lugar al que siempre aspiraron a llegar y a participar en él.

Nuestras almas participan de ese lugar con su consciencia más sutil y elevada y son invadidas por muchos impulsos que vienen del centro de esa Fuente, donde en pequeños Cristales de Luz, dentro de una Esfera dorada, se guarda la experiencia de nuestro Redentor en la Tierra, los pasajes más importantes y emblemáticos de Su tarea espiritual y cósmica.

Y en el Universo mental, el Universo ultraterrestre, otra parte del plano de la Consciencia de la Creación, también se guarda una copia fiel de ese espacio y lugar, que son otros aspectos de la tarea que Cristo realizó en la Tierra en aquel tiempo.

Sintamos, en este momento, cómo el centro de nuestra alma se conecta y se une a esa gran Esfera dorada que rige el centro de ese espacio de la Creación.

Y por fuera de esa Esfera azul, que nos envuelve y nos protege, veamos a las diferentes Jerarquías angélicas acompañando a Nuestro Señor en este momento.

Pero veamos a Cristo absolutamente transfigurado. Una transfiguración más profunda y completa que la que vivió en el Monte Tabor. Él nos muestra, en este momento, Su verdadera Faz, la consciencia del Cristo Cósmico, llamado Jesús Glorificado.

Vamos a contemplarlo al lado de esa Esfera dorada de Luz y, mientras tanto, dentro de esa Esfera dorada, no perdamos la atención y la sintonía con esos pequeños Cristales de Luz, de cómo giran de forma tan semejante a nuestro ADN, al movimiento de nuestras moléculas y átomos. Estamos ante el aspecto científico de Dios.

Contemplemos a Cristo. Cómo cada parte de Su Ser está iluminada y glorificada, y ha alcanzado una materia transubstanciada y sublimada por el poder del Amor que Él encarnó, por ese Amor que Él expresó a cada uno de nosotros, desde Su Nacimiento hasta Su Ascensión.

Allí se reúnen, a través de Cristo, todas las etapas de Su vida en la Tierra, no solo las etapas de Su vida material, sino también espiritual. Estamos ante la revelación del Cristo Vivo y Glorificado. Todo Su ser es la propia Eucaristía viva, es la gran Reliquia de Dios que se ilumina ante nuestras almas y consciencias, llevando a nuestros seres a una comunión espiritual y cósmica con las Leyes del Universo inmaterial.

En este momento, debemos creer en lo que estamos viviendo y sintiendo, más allá de la distancia o de la separación. La Consciencia Glorificada de Cristo nos une y nos reúne en este momento para vivir esta experiencia.

Veamos a Nuestro Señor levitando en el Universo, dentro de esa gran Esfera celeste de Luz, y nosotros allí dentro, participando conscientemente con todo nuestro ser y consciencia, abriendo nuestra alma para que todo nuestro ser reciba, a través de Cristo, los misterios de las Leyes inmateriales que allí se encuentran en este momento y que son la Leyes que impulsaron a las Leyes materiales, las llamadas Leyes universales. Estamos bajo otra vibración y condición espiritual, mantengamos nuestra conexión y nuestro corazón abierto para esto.

Dejemos que nuestra alma sea invadida por cada uno de esos impulsos lumínicos, que la Consciencia transubstanciada de Cristo nos ofrece en este momento.

Y así, en un acto de profunda gratitud y reverencia, dentro de ese espacio de la Consciencia de Dios, en donde Su aspecto científico está presente, sintámonos en el absoluto vacío, en el completo despojamiento y en la renuncia necesaria para que sea Él, Cristo, el que actúe a través de nuestras almas y no nosotros.

Dentro de esa Esfera dorada de Luz que Él nos presenta y que enciende a través de la palma de Su Mano derecha, Él nos ofrece vivir la Voluntad de Dios.

Él nos coloca ante la visión y el momento consciente de poder reconocer la Voluntad Divina, que surge de la Fuente como una emanación poderosa de Amor y de Unidad.

Por fuera de esa gran Esfera celeste de Luz, vemos aproximarse a San Miguel Arcángel, también con un aspecto transfigurado como un gran guerrero de luz que cuida a los diferentes Proyectos de la Creación. En Su mano derecha vemos una lanza y en Su mano izquierda vemos una balanza que mantiene su equilibrio, su igualdad y equidad.

Contemplemos todos estos símbolos, pero, sobre todo compenetrémonos con esta realidad que Nuestro Señor hoy nos ofrece con toda Su humildad y Amor.

Él coloca, en el centro de cada una de nuestras almas, esos Cristales de Luz que guardan Su energía crística. Nuestras almas se rinden a Sus Pies, no sintiéndose dignas de este merecimiento, pero sí reconociendo la Gracia suprema que las ha traído hasta allí.

Y ahora, esa gran Esfera celeste de Luz se disuelve en el espacio. Cientos de almas, de diferentes partes del mundo, están allí presentes, rindiéndose a los Pies del Redentor, dentro de esa Consciencia de Dios, en donde las Leyes inmateriales actúan y obran por medio de la Ley del Silencio.

Contemplemos la belleza que Dios nos muestra en ese lugar y en ese espacio que es parte de Su Consciencia Universal.

A través de nuestra cabeza, desde el centro de nuestro coronario, se eleva un sutil hilo de luz que nos conecta con ese Universo, en donde está presente nuestra alma.

El Cristo transfigurado no habla a través de las palabras, sino a través de las acciones que hoy lleva adelante con todos nosotros y con toda la humanidad.

Pero Él nos pide algo:

Sean conscientes de lo que están recibiendo y den valor a lo que se les entrega, porque esta será la única vez hasta que Yo retorne al mundo, cuando muchos reconocerán Mi Presencia, aunque muchos otros la negarán.

Los estoy preparando, a través de esto, para ese tiempo. Por esa razón los he traído aquí en consciencia y espíritu, en alma y en esencia, porque es aquí en donde Dios reside dentro de cada uno de Sus hijos.

Quien se vacía, se redime. Quien se rinde, se redime. Quien se entrega a Mí, se redime. Quien Me da su vida, se redime.

Mientras tanto el Universo, a través de las melodías, revela diferentes impulsos de la Creación, semejantes a grandes nebulosas, estrellas o galaxias, que se dibujan en ese firmamento de la Consciencia de Dios, en presencia de los ángeles y de San Miguel Arcángel. Cristo mantiene aún Su Mano derecha próxima a la Esfera dorada de Luz.

Por momentos, somos encandilados e invadidos por explosiones de Luz dorada que hacen invisibles a nuestras almas. Somos bañados por Su Amor-Sabiduría, ese Amor y esa Sabiduría que encarnaron en el mundo, a través de Jesús, para traer la redención al planeta por un solo propósito, el propósito del Amor.

Mientras Jesús se encontraba en el sepulcro, varios aspectos de Su Ser y de Su Consciencia realizaron esta tarea que Él realiza hoy con nosotros, ayudando a diferentes grupos de almas y redimiendo a los infiernos, dando oportunidad y Gracia a todas las estrellas caídas.

Hoy Él nos entrega, por el poder divino de Su Misericordia, estos impulsos de la Fuente espiritual que guarda los registros de toda Su experiencia en la Tierra y de todos los niveles de Su Ser, que se revelan ante nuestras consciencias para que sepamos y reconozcamos que Dios está en todo.

Con mucha suavidad y armonía, traigamos nuestras consciencias a este espacio material, al lugar en donde ahora nos encontramos, y sintamos como toda esa experiencia se guarda en el centro de nuestro ser, en lo más íntimo de nuestro ser interno.

Aún vemos aquí al Cristo glorificado, al Cristo transubstanciado, con todo Su Ser como una misma y única Eucaristía que se ofrece al mundo para su redención y perdón.

Aún vemos, detrás de Cristo, ese Universo y espacio de Dios palpitando.

El Plan universal está centrado en la redención de la humanidad. Por esa razón, el propio Dios se ofreció al mundo a través de Su Hijo, para que la humanidad de aquel tiempo y la humanidad de hoy comprendieran que están aquí por un Propósito divino y no solo por una vida material. Sus células, átomos y el centro de sus seres deben comprender esto, deben afirmarlo para que sus almas gobiernen y lleven adelante las Aspiraciones de Dios y la Voluntad que Él ha determinado para cada uno de Sus hijos.

En este séptimo día de encuentro, veo a la mayoría de las almas vacías de sí. Deben reconocer esto todo el tiempo. Deben resguardarlo de ustedes mismos. Deben preservarlo del mundo, del caos y de la infidelidad. Deben comprometerse con ustedes mismos por el Plan de Dios, porque Dios está esperando actuar a través de Sus hijos, como Él ha actuado a través de los tiempos y de las diferentes razas.

Pero, para que esa decisión que Dios tiene se pueda manifestar, después de todo lo que la humanidad ha recibido a través de los tiempos, le corresponde a la raza de hoy dar el gran y último paso para que esa Voluntad se pueda realizar y concretar. Mientras eso no suceda, la humanidad seguirá sufriendo.

El Reino de los Cielos estuvo en este planeta. El Reino de los Cielos se refleja a través de la naturaleza de este planeta. Cuanto más agresión reciba, mayor dolor sentirá el ser humano. No habrá lugar ni consciencia que pueda suplir ese dolor ni que pueda calmar ese sufrimiento.

Ustedes son seres que provienen de la Fuente. Por eso los he llevado hacia ese lugar predilecto de Dios. Él los ha colocado a todos dentro de Su Corazón, ¿lo han percibido? Es el Amor que surge y emana de la Fuente, el Amor renovador e incansable que hará de cada ser un nuevo ser, por eso su rendición es importante.

No tengan miedo a los cambios. Ábranse a los cambios que llegarán en el fin de estos tiempos. La alegría celestial es la promesa que Dios tiene para cada uno de Sus hijos, y Él hoy cumple Su promesa llevando a todas las almas que escuchan, al recinto de Su Sagrado Corazón, más allá de los errores, de las deudas o de los traumas que cada ser humano pueda estar viviendo y atravesando.

Dios es el eterno incondicional. Su Maestro es el eterno incondicional. El Espíritu Santo que hoy está entre ustedes, es el eterno incondicional.

Cuando la humanidad aprenda a vivir en el amor y no en la indiferencia, a practicar la igualdad, la tolerancia, el respeto y la fe, todo se transformará. Para que eso suceda, Yo retornaré al mundo en el momento más difícil y culminante de la raza. Los días se aproximan para ese acontecimiento.

Hoy le he pedido al Padre que Me diera la Gracia de llevar a cada uno de ustedes hacia dentro de Su Corazón.

Ahora Cristo, colocando Sus Manos en señal de imposición, transfigura Sus vestiduras y toda Su Consciencia en un sutil color rosa. Él nos muestra Su aspecto espiritual de Amor. Aquél que siendo sometido y ultrajado por los hombres durante Su dolorosa Pasión, Su Amor nunca se rindió.

Estamos ante el Amor invencible de Cristo, el Amor que Él, en este momento, irradia al mundo entero, colocando cerca de Su Pecho a nuestro planeta, a toda la humanidad y a los Reinos de la naturaleza.

Hoy Su Amor espiritual e invencible recoge a las almas grupo de diferentes especies animales  como las ballenas, que son aniquiladas; como el ganado, que es aniquilado; como las especies que pierden su hábitat; y del Reino vegetal, que es explotado, quemado y destruido en la superficie de la Tierra.

Y más aún, el Amor invencible de Cristo penetra en lo profundo de nuestro planeta y recoge el alma grupo del Reino mineral, cuyos minerales sufren y son destruidos y extraídos con violencia y venganza.

Su Amor también llega, hoy especialmente, para los que viven en esclavitud, en África y en el mundo.

Estamos en el momento y en la Gracia, ante el Amor invencible de Cristo, de pedir perdón por los errores cometidos por esta humanidad contra los Reinos de la Naturaleza; de pedir perdón por nosotros y por nuestros hermanos que están ciegos y que solo quieren el provecho y los beneficios de la Naturaleza.

Ante el Amor invencible de Cristo, pidamos perdón por destruir la Creación y por no valorarla.

Nos postramos ante Cristo para pedir perdón y para que Su Amor triunfe en el mundo por los méritos de Su dolorosa Pasión, por el descenso de Su insondable Misericordia.

Nos podemos levantar, respirar profundo y agradecer.

Hoy vamos, a pedido de Cristo, a ofrecer esta comunión por los Reinos de la Naturaleza, pero también por los que tienen sed en el mundo y no tienen agua para beber y para hidratar sus cuerpos. Pidamos la Gracia de que el Reino de las aguas, desde las entrañas más profundas de la Tierra y por medio de la Madre Naturaleza, conceda la Gracia de hacer brotar vertientes en aquellos lugares en donde abunda la sed. Amén.

Señor, Dios del Universo y de la Vida, Fuente inagotable de Amor y de Verdad, manifestación infinita de la providencia, de la abundancia y de la sabiduría universal, te ofrecemos este Sacramento en nombre de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, y pedimos la Gracia y la oportunidad de que todo lo que aquí recibimos, más allá de que no lo merecemos, pueda llegar a las almas que aspiran y esperan esta abundancia espiritual que Tú haces descender a la Tierra a través de Tu glorioso Hijo. Amén.

La novena de oración de esta Semana Santa, la Trilogía Espiritual que Yo les he enseñado hace muchos años, ha sido de vital importancia para Mí, porque ha permitido llevar adelante toda esta tarea, sin interrupciones ni obstáculos.

¡Gracias, por aquellos que se esfuerzan de corazón! Mi Paz esté en cada uno de los orantes que sostienen este Plan de Amor.

Por esa razón, en este sábado de Aleluya, para que en el día de mañana sus almas resuciten en espíritu, en gozo y en alegría por tener la Gracia de escuchar la Palabra de Dios, les ofrezco esta Comunión Eucarística cumpliendo Mi promesa de estar con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos.

Padre, Amor infinito, Consolador y Curador, Te ofrezco este pan para que Tú, bajo el poder de Tu Gloria, lo conviertas en el Cuerpo de Cristo para que hoy, consumando esta tarea espiritual y divina, lo ofrezca a cada uno de Tus hijos y les vuelva a decir: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que es entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

De la misma forma, te ofrezco el Cáliz de la Redención a Ti, Padre Amado, para que Tú lo transubstancies en la Sangre de Cristo. Por ese motivo, lo vuelvo a ofrecer a los Tuyos, diciéndoles: "Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por su Señor hasta los tiempos de hoy, para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Y ahora, tomándonos todos de las manos, y quien está solo en su casa coloca sus manos en señal de recepción hacia el cielo para que, junto a Nuestro Señor, repitamos esta poderosa oración que Él nos enseñó:

Padre Nuestro (en español).

Padre Nuestro (en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra y eleve al Cielo a todas las estrellas caídas.

Que así sea.

Pueden llevar las manos hacia el corazón, porque donde está la unidad no prevalece ninguna enfermedad.

Que la Paz del Reino de los Cielos esté en ustedes y en todo el mundo.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por haber compartido esta tarde Conmigo. Guarden en la memoria lo que hoy vivieron.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO SANTUARIO DE LA CREACIÓN, CAMBORIÚ, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En este día de gracia, Mis queridos hijos, su Madre Celeste desciende con todos los Tesoros del Cielo para colocarlos y depositarlos sobre este nuevo Centro Mariano, el que tímidamente nacerá por medio de los esfuerzos y de las oraciones de los que Me quieran corresponder.

Por esa razón, en este día traigo entre Mis Manos siete de los cientos de esferas celestiales que se guardan en el Reino Mayor, para que, sembrándolas en la consciencia espiritual de este Centro Mariano, ellas se abran e irradien los principios celestiales para lo cual fueron traídas hasta aquí.

Esta ciencia espiritual, que hoy la Siempre Virgen María despierta sobre este Centro Mariano, ayudará al propósito que este espacio simple, pero humilde, cumplirá dentro de la Voluntad Divina.

El Centro Mariano Santuario de la Creación tiene como propósito atraer desde el Universo Divino las corrientes poderosas y curadoras que ayudarán a la restauración y a la rehabilitación de los Reinos Menores y de los Reinos Mayores, como son el dévico, angélico y el humano.

Este Centro Mariano albergará almas en servicio de oración, pero también resguardará la esencia de cada uno de los Reinos, la que necesita de ayuda y de asistencia espiritual para que, en la próxima fase del planeta, la esencia o la matriz de los Reinos se desarrolle en otro grado de evolución.

Por ese motivo, todo lo que sea gestado aquí, en este Centro Mariano, tendrá su repercusión en un futuro inmediato y en un futuro lejano. Todo es parte de una construcción espiritual y divina.

El Centro Mariano Santuario de la Creación contribuirá sembrando las bases para la vida de los Reinos en la próxima etapa del planeta.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la salvación y por la cura de los Reinos de la Naturaleza!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La Madre de Dios hoy penetra con Su Luz al planeta y ayuda, en este día especial, en el despertar de la humanidad, de los corazones que están dormidos y que deben reconocer en este tiempo su compromiso con Dios.

Hoy es un día especial, a pesar de los acontecimientos y de los fenómenos climáticos; a pesar de la purificación del planeta, de la purificación de los Reinos de la Naturaleza y de la transición que viven muchos, pero muchos, corazones en este tiempo.

Es un día especial porque es el día de los últimos santos, de los que, en espíritu de abnegación y de entrega, de renuncia y de sacrificio por su Madre Celeste y Su Hijo Amado, ofrecen sus vidas para que por medio del dolor silencioso y del recogimiento interior las almas se puedan liberar en diferentes partes del mundo, en diferentes continentes; a fin de que salgan del sueño profundo y de la inercia; de la somnolencia espiritual y de la ceguera, que no les permite ver la luz y que solo por este acto de amor y de entrega, despertarán algún día y sentirán en su interior el llamado, como ustedes también lo sintieron en algún momento.

Sentirán la necesidad de servir y de salir de sí mismos, como ustedes lo hicieron en algún momento; aunque todavía lo estén aprendiendo por medio de la transformación, de la persistencia y de la fe.

Hoy es un día especial para su Madre Celeste, porque muchas más vidas reciben en el espíritu, una Gracia extraordinaria que no es palpable a los ojos de los hombres, al sentimiento de los humanos o a la visión de los que son concretos; sino que es profundamente interno, diría inmaterial; que desciende desde lo Alto hacia este mundo, hacia el universo interior de cada ser y que trae lo nuevo, lo que es renovador, lo que abre a la consciencia para lo desconocido, para lo que es imperceptible y mora en el Corazón de Dios.

Los ángeles del Universo ayudan en este impulso de este día trayendo entre sus manos los Tesoros del Padre, esferas preciosas de luz llenas de muchos códigos, que son sembradas en los que duermen y en los que estarán por despertar para estos próximos tiempos.

Es de esa forma, hijos, que les demuestro que la tarea es más profunda de lo que parece y de que cada encuentro Conmigo es un momento de ampliar, aún más, el Plan de Dios en la humanidad y de que los frutos divinos y espirituales estén disponibles para las almas que más lo necesitan y que aún no han reconocido su misión en esta humanidad.

Esas Gracias del Cielo y de este día, hoy llegan para los que conocen y para los que desconocen.

Porque en el universo espiritual de cada ser es posible realizarlo todo; porque allí fluyen las Leyes, se manifiestan los Principios y se muestran los diferentes Rayos del Universo que promueven en las almas el despertar de la consciencia y la derrota de la ilusión humana, para que los nuevos apóstoles nazcan, para que los nuevos apóstoles participen de la última Cena Redentora de Cristo en el momento de Su segunda llegada al mundo.

Todo lo que se vive en este tiempo es una preparación, hijos Míos.

Cada momento ofrecido por ustedes es una Gracia. Cada paso dado es una nueva oportunidad que se presenta para almas tan semejantes a las suyas.

Es así que una gran red de luz se teje y trae para el mundo un rescate mayor, aunque la mayoría de la humanidad no responda como Dios lo necesita; pero todo es posible por los que se ofrecen y porque su Madre Celeste está aquí, trayéndoles lo nuevo desde la humildad de Su Corazón Inmaculado.

Eso abre puertas para nuevos acontecimientos; eso trae para los corazones una clara verdad de saber que aún hay mucho por hacer y que el mundo espera por ayuda de más corazones y de más servidores especialmente proyectados en la juventud, que son los que ayudarán a sostener el mundo, aunque no lo parezca. Porque han venido así, en este tiempo, para poder llevar el Plan adelante con el impulso de las Jerarquías de la Luz, con la compañía de los Sagrados Corazones.

Hijos, aún todo se puede renovar y muchos más pueden seguir el camino de la santidad, aunque no lo hayan pensado para sus vidas. La santidad es una entrega por algo mayor, es un servicio por algo desconocido y que no es palpable. La santidad es decir "sí" a cada momento y ante cualquier circunstancia. La santidad es amar al otro como es y es no tener preferencias por nada, sin esperar resultado alguno y sin expectativas.

Esa es la santidad que vive Dios y Sus Mensajeros Celestiales, y es la santidad que el Padre espera poder ver en Sus hijos de este planeta.

Por eso, de tiempo en tiempo y de siglo en siglo, han existido santos; almas que han encarnado en la humanidad para un servicio mayor, aunque no tuvieran total consciencia de eso. Porque todo es parte de un Propósito mayor, de una idea pensada por el Padre para la evolución de Sus hijos en los grados del amor y del servicio.

Eso ayuda a sostener a la humanidad perdida, a las vidas que están ciegas en su camino espiritual y a todos los que están caídos y necesitarán levantarse de los abismos para conseguir ver la luz en el gran horizonte del Cristo.

Hijos, hoy estaré así con ustedes, porque así el Padre lo desea, para que, en esta escuela que Yo los invito a vivir diariamente y por medio de esta Obra, aprendan en la simplicidad a reconocer la Suprema Voluntad y a no forzar el cambio de los acontecimientos, y de aprender a leer en todo lo que sucede a su alrededor y en el día a día, a fin de estar en sintonía con lo Alto para poder comprenderlo todo y así llevar el Plan adelante.

Por eso hoy es un día especial, no solo por la encarnación de su madre espiritual en la Tierra, sino por todo lo que eso significa en los planos internos y en la Consciencia Suprema; porque de la misma forma, hijos, cada uno de ustedes es importante para Mí y sobre todo, para Dios.

Un destino está escrito en sus vidas. Un propósito aún está por manifestarse y expresarse sobre la superficie de este planeta y para la renovación de los tiempos.

Sigan caminando junto a Mí, por medio de ese ardor de amor en el corazón por la Obra de los Mensajeros Divinos, que es la Obra de Dios viva e intacta en el Universo.

Los animo a la profundización del apostolado por medio de la próxima misión en Europa y África que esta vez, como en otros momentos, podrá ser acompañada por todos en cada momento de oración por las naciones del mundo; en cada momento de recogimiento y de introspección, para poder acompañar la Voluntad de Dios, mediante cada parte del Propósito que se va cumpliendo con la ayuda de Mis hijos y en la compañía de sus oraciones.

Fueron llamados, después de treinta años de instrucción, como familia espiritual y como pueblo de este planeta, a seguir los mismos pasos que siguió Moisés con el antiguo pueblo del desierto; pero esta vez con más compromisos y con más consciencia, sabiendo que todo lo que ofrezcan será un tesoro para Dios, preciosamente considerado por Su Divino Espíritu y por Su preciosa Fuente.

Sus vidas, como tantas otras vidas que están consagradas en este mundo, han venido a testimoniar que es posible vivir el Plan de Dios y de hacerlo parte de sí todos los días.

Con esta Luz y este Amor que brotan de Mi Corazón, Yo los bendigo y los impulso a seguir lo nuevo, por medio de la historia que Cristo está escribiendo en los corazones que ya despertaron y en los corazones que despertarán.

Hoy dejo sobre el Corazón de la madre vuestra, Mi Rosa de Luz, para que ese Amor que proviene de Mí y directamente de la Fuente, llegue a los que más lo necesitan, bajo el Espíritu de la maternidad y de la aceptación de todas las cosas.

Que ese Espíritu de Amor llegue a todas las madres de la Tierra y a las madres, especialmente, que han quitado a sus hijos de sus vientres por temor a fracasar.

Que todas las vidas sean reconstruidas y que las vidas que no nacieron sean contempladas, para que lleguen algún día al Cielo y vuelvan, así, a comenzar en una nueva trayectoria universal.

Les agradezco por responder a este llamado especial y por acompañar los pasos de los Mensajeros Divinos por las tierras de Europa y de Medio Oriente.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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