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Mis queridos hijos:
Que la Paz de Jesús esté en ustedes.
Queridos hijos, Me entristece saber que algunos de Mis hijos interpretan Mis Mensajes y no consiguen llegar a la esencia de lo que les digo.
Me entristece saber cómo Hijos de María consagrados se involucran y subestiman la Palabra de la Jerarquía, en vez de agradecer y considerarla como una estrella guía.
Queridos hijos, no hagan eso. No permitan que el adversario los domine por completo y los coloque en juicios mentales, divididos los unos de los otros.
Hijos, ¿se olvidaron de que todos son hermanos, hijos de un mismo Padre, del Padre Celestial?
Por eso, los llamo a recordar su compromiso Conmigo. Los invito a ser pacificadores de Mi Hijo, no lo olviden.
Este es el tiempo de que, por ustedes mismos, tomen consciencia de la situación planetaria; de que puedan comprender y aceptar que es necesario un cambio en la actitud y en la forma de pensar.
Si este cambio no sucede, se arrepentirán de no haberlo hecho, porque el planeta es la casa de todos. Es el único lugar donde podrá desarrollarse el Proyecto de Dios.
Les pido que no se opongan a lo que les decimos.
Les pido que sean agradecidos por la Gracia que reciben, porque en el mundo hay muchos hijos que viven prisioneros del mal y no tienen lo que ustedes reciben.
No se acostumbren a Nosotros. Sean consecuentes y tendrán la respuesta que necesitan para seguir adelante.
Les agradezco la unión de los que sinceramente siguen Nuestros Pasos.
Los amo y los bendigo a todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Quédate frente al Relicario de Mi Corazón solo para confesar tus miserias más profundas, como un hijo que puede despojarse de su vergüenza delante de su padre.
Quédate frente al Relicario de Mi Corazón para exponerme tus defectos y dificultades, tus vicios no superados, tus miedos más arraigados, tus incomprensiones más difíciles de moldear, tus resistencias más duras de quebrar, tus muros, tus límites.
Quédate frente al Relicario de Mi Corazón e, aunque no consigas decir nada, ofréceme tu silencio, tu incapacidad para rendirte, para soltar las riendas de tu vida, para exponer tu corazón y sentirte frágil y pequeño.
Quédate frente al Relicario de Mi Corazón y muéstrame tus tristezas, pero también tus alegrías, cuéntame tus derrotas y también tus victorias, para que Yo, hijo, disuelva tus ilusiones con Mi Amor, fortalezca tus virtudes con Mi Gracia y te muestre en el espejo del Relicario de Mi Corazón que ser humano es más de lo que descubriste hasta ahora de ti mismo.
Deja que Yo te muestre tu verdad, lo que se esconde más allá de tus apariencias, lo que se oculta más allá de tus fragilidades confesadas. Los seres humanos no son solo una mezcla de miserias y virtudes, de carne y espíritu, sino que son el espíritu mismo, revestido y oculto en lo que hasta ahora te pareció ser tu única verdad.
Contempla el Relicario de Mi Corazón no para encontrarme, sino para encontrarte, y en ti, a Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
¿Cómo estar dispuesto, a pesar del peso del mundo y del peso del propio interior? ¿Cómo tener la determinación para superarse a sí mismo cada día?
La determinación, hijos, es una Gracia vertida sobre aquellas consciencias que se abren para manifestar la Voluntad de Dios. Pero, para que esa Gracia actúe, los seres necesitan permitir que ella ingrese en el propio corazón y que, desde adentro hacia afuera, los impulse a seguir adelante y a no detener los propios pasos.
Este momento del planeta es marcado por la densidad espiritual y humana. Dentro y fuera de los seres, emergen situaciones para ser transformadas; de sus almas surgen heridas profundas y desconocidas para ser curadas, como también del interior del planeta surgen heridas muy antiguas, porque es el tiempo y la hora de curarlas.
La naturaleza se agita y sus cuerpos también. Mientras en el planeta hay temblores, vientos, fuego, guerras, dentro de los hombres hay angustia, tristezas, cansancios, desequilibrios, falta de comprensión para consigo mismos.
¿Cómo harán, entonces, para alcanzar la paz?
La Paz nace de una misma Fuente para toda la vida, y esa Fuente está en el Corazón de Dios. No busquen afuera de ustedes; busquen adentro, más profundo que los dolores del alma, más profundo que toda confusión. Sumérjanse en el propio corazón y encuentren al Creador.
Ríndanse a Sus Pies en oración, porque de Él proviene la Paz, de Él proviene la certeza de un tiempo fuera del tiempo y de un Reino que trasciende el caos del mundo; de Él provienen la determinación para que, más allá del cansancio y del peso del mundo, puedan seguir adelante, puedan caer, pero levantarse tres mil veces si así fuera necesario.
Todo, hijos, comienza y termina en su vínculo con Dios. Por eso, busquen dentro de sí mismos. Oren y Lo encontrarán.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Sintiendo en su pecho una angustia profunda, que no sabía explicar, un alma le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, en mi corazón hay un sentimiento que no me explico. No sé si es tristeza o confusión. No sé si es angustia o pesar. No sé si me falta un sentido para vivir o si estoy sintiendo Tu dolor, el dolor del mundo. ¿Me podrías explicar lo que siento?”.
Y el Señor le respondió, diciéndole: “Alma pequeña, contempla el Infinito y la vastedad del universo. Contempla la grandeza y la complejidad de la vida. Contempla los misterios ocultos en las estrellas. Tu propio ser es tan infinito como la vida, y lo que sientes y vives muchas veces no proviene de esta Tierra ni de este tiempo, sino de un espacio y de un tiempo distantes de lo que vives hoy. Muchas veces, la angustia de tu corazón proviene del Infinito, de partes de tu consciencia que habitan en el universo, en donde la vida sigue su evolución, creándose y recreándose constantemente.
Pero no importa lo que sientes o de dónde provienes. Si quieres aliviar tu pequeño corazón, solo ven a Mí, que Soy tu Dios y conozco las raíces más profundas de tu ser, de tus pensamientos y sentimientos, en fin, de tu vida.
Ven, alma pequeña, a Mi encuentro, rendida y sincera, transparente y frágil. No tendrás una explicación para todas las cosas, porque a veces no es el tiempo de que conozcas ciertas cosas sobre ti, pero sí de que tengas un alivio para todo, que se encuentra en Mí.
Por eso, ven a Mí humilde, sabiéndote pequeña. Ven a Mí como una hija que encuentra refugio en su padre, y te explicaré lo que pueda. Y, cuando no fuera el tiempo, solo te aliviaré, y sea cual fuera Mi respuesta, ella te hará crecer, porque a veces creces por el conocimiento y otras veces creces por saber que nada sabes”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar el alivio siempre en Dios y a no siempre encontrar las respuestas, sino a agradecer tanto por Su Silencio como por Su Voz y, sobre todo, acoger el Amor de Su simple Presencia.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Hijos:
Hoy, traigo al mundo la Gracia de Dios, que es derramada como lluvia que toca y nutre la tierra. Por medio de esta gracia divina disuelvo el mal y los corazones se libran de sus dolores, de sus angustias y de sus penas.
Hoy desciende la Gracia de Dios, aquella poderosa ciencia divina que no es merecida por la humanidad, pero que es clamada por la voz de los que oran de corazón.
La Gracia de Dios es como un sol que brilla en el firmamento; es como el sol que nace en el amanecer de la vida de cada ser; es como el sol que se recoge durante la noche e ilumina los mundos internos.
Hoy es la Gracia de Dios la que, como una lluvia de luz, toca al planeta y penetra las capas más profundas de la tierra y de la consciencia para poder restaurarlas.
Hoy es la Gracia de Dios la que realiza el milagro en la vida de los que creen en ella; es la gracia que fortalece la fe de los creyentes en Cristo; es la gracia que transforma toda la vida planetaria.
Por más que haya caos, persecuciones y crisis humanitarias, la Gracia de Dios de alguna forma siempre llega a los que más sufren; la gracia fluye como un gran río y se derrama sobre las almas como pequeñas chispas de luz.
Por medio de la oración constante de los que invocan la Misericordia Universal es que la Gracia desciende a través de los simples instrumentos que, día a día, se ofrecen a ella.
Hoy es la Gracia la que toca a la puerta del corazón y así una puerta se abre hacia nuevas oportunidades de amar y de perdonar todas las experiencias vividas.
En la Gracia de Dios encontrarán la esperanza anhelada y la luz infinita tan buscada, ella es la fuente que alimenta el espíritu y transforma el alma que se abre para recibir su divino fuego.
Hoy, la Gracia repara a toda la consciencia humana, y Dios, en silencio, contempla lo que Su Amor realiza en las esencias creadas por Él.
La Gracia cicatriza las heridas más profundas y les revela a los corazones un júbilo y una exaltación únicos. Porque en la Gracia de Dios está la conversión del corazón endurecido, está la cura del alma enferma; en la gracia está la redención y la fe de aquel que nunca creyó en Dios.
Es la Gracia la que hoy nace como la Aurora y devela los misterios del amor expresados en los dones de la Creación.
La Gracia hoy toca la Tierra, así como la voz orante de Mis hijos toca y llega a los Cielos estableciendo la comunión con el Padre Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Compañero:
No importa si aún no tienes un corazón totalmente puro para Mí, porque lo que Yo espero es que algún día alcances esa transparencia interior, y que sea verdadera en lo material, en lo mental y en lo espiritual.
Mientras tanto, no temas encontrarte y reencontrarte una y otra vez con los aspectos de la vida, los que formados por hábitos cotidianos, les llegará la hora de trascenderse.
Sigue adelante y confía en el alivio que te puede dar Mi Corazón.
No hay Amor más grande que el que el Maestro tiene por Sus amigos.
Aférrate y con fe camina hacia Mi encuentro. Tengo todo para darte y para entregarte.
No dejes que la tristeza o la impotencia te derroten.
Confía otra vez en lo que algún día podrás alcanzar.
Sé que el amor en la Tierra puede ser real cuando es ofrecido a Dios más allá de toda persona.
El amor es capaz de liberar y de no poseer. Por esa razón a veces las almas sufren, porque a través del amor intentan poseer.
Anímate a aprender a través de Mí.
Mi Amor es una escuela.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Para que haya unidad en el planeta debe haber unidad en los corazones, entre cada ser y Dios y entre los constructores de la nueva vida, los llamados servidores y consagrados de este tiempo.
No teman. El mundo agoniza y las naciones se estremecen; las pruebas del planeta ya comenzaron, pero si en sus corazones habitan la paz y la unidad nada de lo que suceda en el mundo los desanimará ni destruirá su fe.
Vengo para ayudarlos a colocar sus ojos y sus corazones en lo Alto, en el Propósito Divino y en el Plan de Dios que se diseña a través de sus vidas.
No les digo que estén ajenos o ignorantes delante de lo que sucede y sucederá en el mundo, solo les pido que mantengan sus corazones en Dios, porque ya llegó el momento y la hora de cargar la cruz del mundo y la cruz del triunfo del Amor, dentro y fuera de ustedes.
Así como su Señor, Jesucristo, vivirán humillaciones y soledad, vivirán agonías y tristezas; pero, por encima de todo, vivirán la unidad con la Madre de Dios, vivirán el amor y la fidelidad de los que acompañarán sus pasos hasta el fin.
Crezcan y que el propósito de sus vidas sea el establecimiento de un Plan Mayor. Ya no son niños delante del Padre. Cristo los llama compañeros; Yo los llamo amigos, porque eso es lo que deben ser en este tiempo: fieles ante la Voluntad Mayor, osados delante de las pruebas y dispuestos a cargar, con Cristo, Su última cruz que es la cruz del mundo.
Cuando su Señor cargó la Cruz en el Calvario, abrió las puertas de un nuevo tiempo, instituyó en el mundo la Gracia y la Misericordia y le concedió a la humanidad una nueva oportunidad para que pudieran construir en su interior un nuevo hombre, una nueva vida.
Ya pasó mucho tiempo desde ese acontecimiento; ya aprendieron mucho, como seres y como humanidad. Ahora es tiempo de sellar su compromiso y abrir las puertas para que su Señor retorne al mundo, no solo para traer la paz, sino también para enseñarles a cargar, con Él, la cruz de los últimos días.
Ya no huyan de esa cruz. No lo dejen solo. Sean fieles y compañeros, así como Él lo espera.
Aparten sus corazones del sufrimiento y dispónganlos para el establecimiento del amor. Que para ustedes todo sea una oportunidad de superarse y de amar más, así como su Señor se superó, no solo a Sí mismo, sino también a Su Padre, por amor a todos ustedes.
Coloquen sus espíritus y sus corazones en la meta de amar.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando un alma agoniza, hijo, ve a su encuentro, porque llegó la hora de que ella reciba un auxilio más, para soportar por sí misma lo que no está consiguiendo.
Ve en auxilio de los que desistieron de la vida, porque no se sienten capaces de luchar para mantenerse en ella. Ve en auxilio de los que están debilitados, porque consideran que no tienen el amor suficiente para superarse y soportar el fin de los tiempos. Ve en auxilio de los que están desistiendo de la vida, porque creen que son un peso y una carga que están siendo cargados por otros. Ve y da tu amor a aquellos que se están perdiendo, porque perdieron la esperanza, y suple a los que necesitan de ti en este momento.
Existen muchas razones para que un alma se rinda a la enfermedad y desista de la vida, y una de ellas es la desesperanza y la fragilidad. Por eso, hoy te pido que colmes tu corazón con el Amor de Dios y que lo viertas sobre los que están debilitados y oprimidos, primero por sí mismos, después por sus tristezas humanas y espirituales.
No dejes que las almas se desalienten por falta de amor, sino intenta, hijo, hasta el último instante, que todos los seres vivan, al menos, una experiencia de Amor Crístico verdadero.
Si alguien no consigue superarse en el amor, ve y supérate a ti mismo, para ofrecer al prójimo algo que te parezca imposible.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a las energías capitales, creyendo que el sentido de la vida se guarda en los placeres, en las falsas alegrías y en las comodidades, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a la autosuficiencia, creyendo que la libertad está en la voluntad propia y en el cumplimiento desmedido de aquello que los impulsos humanos les dictan todo el tiempo, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a las guerras y a los conflictos, creyendo que la plenitud se encuentra imponiendo a los demás sus propios pensamientos, sentimientos y creencias, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden al miedo, a la depresión, a la tristeza, creyendo que la vida en la Tierra, así como la conocen, es lo único que Dios les ofrece para experimentar, sin encontrar la salida de la oscuridad en la cual se adentraron, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a la condición humana, en una lucha constante por el poder y por la supervivencia, ignorando la Verdad y el Reino de Dios dentro de sí mismos, tú ríndete al Corazón de Cristo.
No veas lo que acontece a tu alrededor con ojos de crítica y de superioridad, porque, sin saberlo, estarás dejándote conducir por las mismas fuerzas e impulsos que motivan a los corazones de aquellos que se pierden en su propia oscuridad.
Que, para ti, todo sea un motivo para rendirte más al Corazón de Cristo, tornando cada vez más sincera tu entrega.
Deja que de tu corazón emane la compasión hacia el mundo y aprende a transformar la compasión en Amor verdadero, profundizando, cada día, en tu entrega, rindiendo tu corazón al Corazón de Cristo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Mis palabras son las poesías del Cielo.
Mi consuelo es la alegría que el corazón tiene de poder vivir a Dios.
Mi aspiración es la conversión de todos los corazones.
Mi mensaje es la realización de la Voluntad en Mis hijos.
Mi gozo es la canción de los corales.
Mi cura es la felicidad de los que le sonríen a Dios.
Mi camino es el retorno de Mis hijos al Corazón de Cristo.
Mi aspiración interior es que todos comprendan a Dios.
Mi canto es la oración de todos Mis hijos.
Mi vida es la vida de los que siguen Mis caminos.
Mi principio es el Propósito de Dios.
Mi meta es el despertar de los que están dormidos.
Mi tristeza es el abandono de los que no vivieron la Voluntad de Dios.
Mi ardor es el fuego orante de Mis hijos.
Mi ofrenda es el amor vivido entre Mis hijos.
Mi espera es la respuesta consciente de los soldados de Cristo.
Mi agonía es el desamor y el odio entre los corazones.
Mi alivio es el rosario ofrecido por Mis hijos.
Mi convicción es la fe absoluta en el Plan Divino.
Mi intercesión es la bondad de los mansos de corazón.
Mi regocijo es la consagración de las esposas de Cristo.
Mi paz es cuando tú, hijo Mío, te animas a decirme "sí".
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Benditos sean los que se entregan y se consagran a Mí, los que dejan su familia y seres queridos para que Mi Obra se cumpla en el planeta.
Benditos sean los que son repudiados, calumniados y ofendidos por Mi causa, porque en el Reino de los Cielos les esperan los Tesoros del Padre, las joyas que brillarán en sus coronas de luz.
Benditos sean los que son despreciados y ofendidos verbalmente por su familia, porque Yo siempre les daré la fuerza interior que necesitan para demostrar que su compromiso Conmigo es intransferible.
Benditos sean los que son rechazados y despreciados por sus seres queridos, porque cuando llegue el día del despertar de esas consciencias se darán cuenta, tarde, de todo lo maravilloso que perdieron.
Que se alegren los que están tristes por algunas de esas causas, porque la Luz de Mi Corazón no les faltará, porque será la Luz y el Amor de Mi Corazón vivo que los hará hablar cosas maravillosas, que harán callar los juicios y borrarán del espacio cualquier comentario u ofensa.
Que se regocijen los que lloran por haber sido ofendidos porque, en verdad, les digo, que cada lágrima que derramen por Mi causa será preciosamente contada por los ángeles, al igual que la Sangre que derramó el Cordero; eso los salvará, porque irán directo a la vida eterna y no sufrirán más.
Dichosos sean los que creen en la Obra de Mi Retorno, porque estarán sentados cerca del Maestro cuando Él celebre la Última Cena de la Redención durante el Juicio Universal de la humanidad.
¡Les agradezco por entregarse a Mi Corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Con Mis Pies despojados y puros, piso lo que ocasiona dolor y tristeza en Mis hijos. Me afirmo, en nombre de Dios, sobre la serpiente y le hago sentir el Poder del Creador, para que así sea aplacada.
Con Mis Manos unidas en oración, imploro por el planeta y por cada alma de este mundo, sin dejar de guiar y de acompañar a quienes invocan Mi auxilio.
Con Mi Manto luminoso, irradio el Reino de Dios para que las almas lo distingan y, reconociéndolo en su interior, se animen a ingresar al Corazón de Dios.
Con la Corona de doce Estrellas sobre Mi Cabeza, instauro los Atributos de Luz para el mundo y envío en misión a los ángeles del Cielo para que siembren en la humanidad todo lo que la hará más fraterna, servicial y pacífica.
Con Mi Mirada de Amor hacia el mundo, imploro intensamente por los que están perdidos en la vida material y con Mi Divina Mente elevo lo que está caído a fin de que se cumpla la Ley de la Redención.
Es así que estoy con Mi Consciencia desdoblada, para abarcar todo, más allá de este mundo y de esta humanidad, porque Mi Propósito es que todos puedan vivir la Voluntad Suprema.
Por eso, vengo en auxilio de todos los que Me dicen sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando el Búfalo Blanco surgía de repente en el horizonte, caminando con serenidad ante los ojos de los puros, era señal de prosperidad y de esperanza. Su boca no hablaba, su idioma no era conocido por los hombres. Su silencio transmitía la Voluntad de Dios; su lenguaje era comprendido con el corazón por aquellos que sabían guardar silencio.
Cuando la tristeza inundaba los corazones de los hombres, ellos clamaban por la gracia de ver y sentir al Búfalo Blanco. Su serenidad los calmaba y sentían la esperanza de que la Tierra continuara fértil, viva y sagrada.
Cuando el corazón de los hijos de la Tierra no estaba pleno de amor y de alegría, ellos clamaban por el Búfalo Blanco. Su alegría y su amor no provenían de este mundo, pero lo nutrían y lo sanaban. Él surgía en el horizonte y representaba la llegada de nuevos ciclos, donde la vida tendría un sentido mayor, pues la tierra sería fecunda y el corazón también.
El Búfalo Blanco era el Santo Espíritu de la Tierra, que silencioso caminaba entre los hombres. El venía a disolver el miedo, la angustia y la tristeza; venía a unir los corazones de los hijos de la Tierra con Aquel que la creó y que también creó todos los planetas; creó el Sol, la Luna y toda la Vida.
El Búfalo Blanco era el portador de la pureza y reencendía la pureza en los corazones de los hijos de la Tierra, para que no perdieran la esperanza de un mundo en paz y en comunión con la Vida.
El Búfalo Blanco era manso pero invencible. Nada podía tocarlo y solo los ojos del corazón podían verlo. Su misterio provenía del Infinito, pese a que su apariencia era de la Tierra. Se volvía menor que los hombres a través del símbolo vivo de un simple animal, pero él representaba al Todo. En él estaban los pequeños y los grandes, desde los animales al Dios Supremo, desde la naturaleza al Todo.
El Búfalo Blanco daba a comprender, de esta forma, que Dios está en todo.
Yo soy el Búfalo Blanco, el Espíritu de la Tierra, el Espíritu de la Vida.
Yo soy la representación de los ciclos fecundos, de los ciclos de Paz.
En Mi presencia se disuelven la desesperanza y el miedo, y los corazones vuelven a encontrar la fe y el amor de Dios.
Yo soy, hijos Míos, la Madre de la Tierra y también del Cielo. Los hijos de la Tierra nacieron en ella, pero no provienen de ella. Sus espíritus provienen de Mí; nacieron de la Fuente Universal de la Vida, resguardados por el brillo de las estrellas que resplandecen en el Infinito, abrazados por la maternidad de Dios, Adonai.
Vengo al mundo para que recobren la pureza y la esperanza, para que curen el miedo y el dolor y para que vuelva a brillar en sus esencias la certeza de poder vivir en la Tierra lo sagrado, la unidad con la Creación.
Estoy aquí, hijos amados, esta vez semejante a los hombres, en un cuerpo como los suyos y con un Corazón Divino, para que reencuentren dentro de sí mismos lo que los une al Creador y los convierte en un espejo de Su Sacratísimo Corazón.
Vine a reflejar en sus espíritus lo sagrado y lo divino.
Aparezco en el horizonte, en silencio, trayendo de nuevo la Paz. Aparezco en este día de un nuevo ciclo, en representación de un ciclo fecundo en la vida del espíritu.
Quiero fortalecer sus corazones y construir en ustedes los nuevos jardines de la vida.
Quiero hacer nacer al nuevo hombre, recobrando la pureza y la dignidad de la consciencia indígena.
Vengo a traer la gracia de la unión con el Origen para los llamados pueblos originarios; para que de esta forma, todos los corazones humanos vuelvan a encender en su interior la pureza del principio, la unidad original con el Corazón de Dios.
Que sus vidas sean fecundas en el amor, ante el Búfalo Blanco.
Recuperen la paz, la alegría y la esperanza, disolviendo del espíritu el mal que causa las guerras y degenera los corazones.
Que la unidad del Espíritu de Dios les traiga la sabiduría, les disuelva la ignorancia que separa a los hombres entre sí y del Todo, que los hace morir estando en vida.
Yo soy el Búfalo Blanco, su Madre y Madre de toda la Creación. Vengo a bendecirlos, a abrazarlos y a hacerles recordar que el Creador tiene una voluntad perfecta para Sus hijos. Solo basta, Mis amados, que contemplen en el horizonte de sus mundos internos la presencia del Búfalo Blanco y se dejen permear por su silencio y mansedumbre, para que su amor vuelva a transformar y a fecundar sus vidas.
Los amo y los guardo en Mi Corazón de Amor.
Su Madre, María, Rosa de la Paz y Madre de toda la Vida
El arte de amar y vigilar el Plan de Dios
Queridos hijos Míos:
Hoy llego hasta ustedes en amor y reverencia por las almas de ustedes, que intentan día a día mantenerse fieles a Mis pedidos y unidas a Mis intenciones.
Hoy los resguardo bajo Mi manto de Luz al igual que protegí a los apóstoles de Mi Hijo, después que Él se elevó a los Cielos. Así como en aquel tiempo, hoy quiero instruirlos sobre cómo esos hijos Míos aprendieron el arte de amar y vigilar el Plan de Dios para esta humanidad.
Primera lección.
Estén siempre en gratitud por haber recibido la Gracia de participar conscientemente de las instrucciones de los Mensajeros Divinos. Esa gratitud los mantendrá siempre unidos a Nuestros Corazones.
Segunda lección.
Estén siempre atentos para que las mentes, con sus pensamientos, se manifiesten dentro de energías evolutivas, sagradas y reverentes hacia Dios, hacia toda Su Creación y hacia las propias consciencias. Esfuércense por rechazar pensamientos inarmónicos y opuestos a la Ley de Dios, hacia otras personas y hacia ustedes mismos.
Tercera lección.
Observen que las emociones y sensaciones de ustedes estén conducidas y destinadas a agradar a Dios, nuestro Señor, llenas de devoción por Su Obra y de sana alegría por todos Sus designios. No permitan que las tristezas y la desesperanza abracen sus corazones. Vean en todo lo que viven el propósito de forjar en ustedes verdaderos hijos del Altísimo, fuertes y valientes para enfrentar cualquier situación.
Cuarta lección.
Mantengan sus almas en la oración plena del corazón. Mantengan el verbo, el pensamiento y el sentimiento que emana del espíritu, en cada palabra, en cada frase pronunciada, con concentración, amor por Dios y alegría por pertenecer a Su Plan y haber sido convocado a realizar una tarea sagrada.
Quinta lección.
Coloquen la fuerza espiritual, aquella que los ha traído hasta aquí y que los mantiene siempre disponibles en la fe, a cada momento, en cada oración, en cada servicio, para concretar la Voluntad del Padre. Siempre atentos para servir a Su Propósito a cada instante.
Sexta lección.
Guarden dentro del corazón siempre la intención de agradar a Dios y vigilen que el sentimiento de ustedes, aquel profundo, sea verdadero y no reclame beneficios propios. Que todo sea por y para el Señor y Su Obra.
Séptima lección.
Manténganse fieles y sean verdaderos. No se engañen y se envuelvan en las apariencias; den siempre lo mejor que tienen en cada acción, en cada servicio y en cada oración.
Si todos tienen claras estas lecciones en sus seres internos y ellas conducen acciones, pensamientos y sentimientos profundos, serán guardianes y vigilantes de la Voluntad de Dios para esta raza.
Y cuando oren y vigilen junto a los Mensajeros Divinos, en la alegría espiritual plena de vivir en la obediencia que viven los Ángeles del Cielo, serán libres de espíritu, apóstoles del amor, pacificadores y servidores del Hijo del Creador, el Redentor.
Hijos Míos de Venezuela y del mundo entero:
Los invito a ser guardianes y vigilantes del Plan de Dios para la Tierra, guardianes de la evolución, siervos fieles del Creador y Su Obra Divina.
Vigilen Conmigo durante todos los tiempos que vendrán y verán concretarse los planes de paz en este mundo.
Los amo y los convoco a concretar el paso evolutivo de esta raza.
Gracias por estar hoy conmigo.
María, Vuestra Madre, Consciencia Femenina Universal
Querida alma Mía:
Acepta con alegría todos los esfuerzos que Yo te pido que realices, porque así generarás méritos ante Dios en el Cielo. Vacía tu ser de todo parecer, vive en la sublime secuencia de Mis Pasos para encontrar en cada lugar la enseñanza que Yo te quiero revelar.
Alma Mía, deja a Mis Pies todos tus desconsuelos y mírame a los Ojos directamente, entonces Yo podré decirte qué deberás cambiar dentro de ti. No permitas que la tristeza te arrastre como la fuerte corriente de un río; despréndete de aquello que te parece mejor y entrégate en confianza a Mi Voluntad, porque en la obediencia a lo más pequeño se reflejará el grado en que se encuentra tu consagración.
Acude rápido a Mis Brazos y déjame actuar como está previsto desde el principio. Si en verdad, alma Mía, quieres escucharme, abre tus ojos y observa el universo de mensajes que Yo te envío todos los días. No quieras ahora comprender el motivo de todas las cosas, cásate con la hermana Humildad para poder sentir que nada te pertenece.
Entrégame todo lo que guardas y que controlas como un tesoro; ante la gloria de Mi Misericordia, el despojamiento de ti cuenta mucho para poder iniciar un nuevo camino. Sé que esperas que Me aparezca frente a ti y te diga: Querida alma, te estoy esperando hace mucho tiempo.
Aquellos que dan pasos hacia Cristo serán los únicos que se animarán a vestir los nuevos trajes de la consagración; pero aún tu traje está guardado en el armario del Cielo, esperando que tu alma dé el sí final para después cantar en gloria y júbilo su consagración.
Ya te he avisado de varias formas; quédate atenta y percibirás lo que Yo te digo. Todas las almas son preciosas y posibles vertientes de Mi Amor.
Bajo la Luz de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por permanecer en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos Míos:
Nunca se olviden de venir a Mis maternos brazos, pues Mi propósito como Madre es hacerlos dormir cerca de Mi Corazón y reposar, reposar en Mi manto de Luz, para que Yo durante la noche y en vigilia, ore a su lado hasta el amanecer.
Queridos hijos, no se olviden de estar en Mis brazos, pues como su Madre protectora, aguardo que me entreguen sus dolores, fatigas, cansancios y desolaciones. Yo conozco bien sus vidas, por eso confíen y caminen a Mi lado para encontrarnos con Jesús.
Queridos Míos, nunca se olviden de estar en Mis brazos, pues como Madre del Amor quiero tenerlos cerca, para que digan todo lo que sienten y saben. Es hora de que descansen en el espíritu de Mi Corazón, pues así Yo los haré caminar firmes hasta el final.
Quiero que estén en Mis brazos, porque Yo espero besar sus rostros y envolverlos en Mi Luz celestial. Así descansarán y no perderán tiempo con nada, porque Mi Corazón quiere sostenerlos, animarlos a seguir por el camino del bien y de la paz.
Mis queridos, estén hoy en Mis brazos para que mañana Yo pueda mostrarles el sendero del gran sacrificio de amor.
Queridos, ahora que ya están en Mis brazos, en esta noche contemplo su esfuerzo. Por eso, quédense cerca de Mí, porque así nada les pasará.
Estoy con ustedes en la alegría y en la tristeza, en la certeza y en el error.
Yo los amo a todos ustedes con predilección.
Hoy les agradezco por haber respondido a Mi Hijo. Yo les agradezco y el Cielo les agradece.
Descansen en Mis brazos. Es hora de dormir en los brazos de su Madre Celestial. ¡Vamos, Mis queridos! ¡Adelante y con fe!
María, Vuestra Madre y Reina de la Paz del Corazón
En los momentos más difíciles, Mi Corazón Misericordioso irradia a las consciencias que sufren. En la Hora de Mi Misericordia, el manantial de vida y de reparación lava profundamente las heridas espirituales de los corazones frágiles y solitarios. Y cuando se sienten solos, Mi Sabiduría ingresa en sus pequeños espíritus y consuela al alma que necesita fuerzas para continuar en Mi Camino.
En los Planes del Padre, Sus Obras se cumplen sin obstáculos según la disponibilidad y la entrega de Sus servidores; o ellas se detienen, cuando el alma necesita reposo interior.
Aquellos que en verdad Me sirven y Me entregan todo son pocos, y en ellos Yo afirmo Mi Voluntad para que Mi Proyecto Salvador se cumpla.
Hoy guarden la faz curadora de Mi Ser; sepan que el Sagrado Corazón de Jesús también ayuda y acompaña a Sus discípulos cuando están enfermos o tristes.
Mi Luz viene al mundo para volver a encender el compromiso; que nada los incomode por más grave que parezca, confíen en el momento de purificación y de redención que sus almas y cuerpos están viviendo.
Sean Uno Conmigo, así Yo los ayudaré a sostenerse a pesar de las agresiones del enemigo; sepan que Mi Luz siempre triunfará en la Tierra y en el Cielo.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mi Mensaje de alma y de corazón.
Cristo Jesús
Dame tu cansancio que Yo te daré la Vida Nueva.
Dame tu pesar que Yo alegraré tu pequeño corazón.
Dame tu tristeza que Yo te irradiaré Mi Alegría.
Dame todo lo que eres y déjate ser en Mí, porque así podré cumplir Mis Planes Predilectos a través de ti.
Quiero de tu vida lo máximo, hasta que tu ser pueda reposar en Mis Brazos y así renovarse.
Estoy aquí para consagrarte a algo que tu ser desconoce; déjame ser todo en ti y así podré revelarte las maravillas de Mi Reino Celestial, porque nadie llegará al Padre sino solo a través de Mí.
Quien vive en Mí no perecerá y será consolado por el Amor Divino de los ángeles del Cielo.
Quien está en Mí, conocerá los verdaderos Misterios del Universo y verá nacer en el horizonte a la Nueva Humanidad bendecida por Mi Padre Eterno.
Sigan, sigan remando, no se detengan por lo que digan; solo brillen como un sol de amor y de caridad, porque estoy retornando y primeramente buscaré durante el frío de la noche una casa amable en donde reposar y cenar en espíritu con ustedes.
La primera vez no Me reconocerán, pero aquel que haya vivido todo por Mí y a través de Mí será recibido en Gloria en el Paraíso, y así estará abriendo la puerta a aquellos que en vida la tienen cerrada.
Pocos podrán reconocerme antes de que Mi Faz Silenciosa se muestre al mundo, y los que Me reconocerán serán los que han sostenido en su mano la antorcha de la victoria de la Luz.
Yo a nadie abandonaré porque Mi Amor es tan grande que podrán sentirlo una vez más.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Cuando sientas soledad, Yo estaré contigo.
Cuando veas que la vida es un naufragio, Yo estaré contigo.
Cuando dudes de tu fe, Yo te fortaleceré.
Cuando sientas que cargas mucho sobre ti, Yo te aliviaré.
Cuando busques a Mi Hijo, Yo te Lo mostraré y te daré de beber de la Fuente de la Misericordia y de la Redención.
Cuando veas que todo está vacío, Yo te llenaré con el Espíritu de Mi Amor.
Cuando nadie pueda socorrerte, Yo te colocaré bajo Mi Manto para que, junto a los ángeles del Cielo, alabes a Dios, la Fuente del Amor y del Perdón.
Cuando sientas alegría, Mi Corazón estará contigo.
Cuando sientas tristeza o desesperación, llámame, porque allí Yo estaré y te pondré en Mis brazos, así como lo hice con Jesús, para irradiarte la Luz de Dios, entonces, ya no sentirás soledad, sentirás el Consuelo Materno de Mi Corazón.
Cuando cultives la oración en tu corazón, allí estará Dios, porque las almas necesitan aún del perdón.
Cuando no encuentres el camino, clama por Mi Corazón, y Yo irradiaré la Luz de Mis ojos para que camines hacia Mi Hijo, el Redentor. Así serás como una oveja que aspira a la guía del Gran Pastor y, junto a los corazones de todo el mundo, suplicará por redención.
Será el momento en que tu corazón se guarde dentro del Sagrado Corazón porque así estarás protegido de todo dolor.
Ahora, en este día, aspira a estar en Dios y en vigilia, en eterna oración por las almas.
Cree en el poder de la Misericordia y eleva tus súplicas como flores hacia los Cielos, porque Yo las recogeré para entregarlas con amor al Creador como una oferta de un alma en redención. Y cuando veas de nuevo el amanecer, recuerda que está naciendo la Luz de Dios para cada ser.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que hoy vuestros corazones canten y alaben al Redentor porque Él ha resucitado en cada una de vuestras vidas. Vivan el gozo de la Gloria de Dios y sacien la sed de todas las almas con la oración del corazón.
Queridos hijos, abran los brazos para recibir Mi Paz Inmaculada y difundan el espíritu de colaboración entre los corazones. De esta manera, hijos Míos, vuestros corazones vivirán la caridad de Mi Hijo. Que hoy sea un encuentro de oración, de amor y de alegría porque Mi Hijo llega a cada uno de ustedes para que Lo vivan y Lo amen en fraternidad.
Queridos Míos, que hoy brote desde ustedes el manantial de la gratitud porque Dios ha enviado a Nuestros Corazones para que el mundo esté en el camino de la salvación.
Queridos hijos, liberen de vuestros corazones toda tristeza y vivan en paz este reencuentro con el Corazón Infinito de Jesús. Abran las puertas de vuestras moradas y reciban al Pastor para que sus pequeños corazones se rediman. Entonces podrán estar verdaderamente en Mi Hijo y no olvidarán que Él los espera diariamente para que lo adoren y lo contemplen con el corazón.
Hijos Míos, vuestras vidas hoy están comulgando de un Gran Corazón de Amor que debe tener reposo en cada uno de ustedes. Este gran Corazón de Amor se llama Jesús, Mi Hijo Altísimo, que les trae la Paz y el Amor.
La fuente de oración que vuestros corazones generan día a día, aliviará el dolor del mundo porque Nuestros Corazones podrán interceder por toda la humanidad delante del Padre Amadísimo.
¡Vivan el gozo de la resurrección y celebren porque Mi Hijo quiere estar en vuestras vidas!
Gracias por responder a Mi llamado.
Luz Eterna para el mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más