MENSAJE DIARIO BIENAVENTURADO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En Mi Sagrado Corazón se encuentra la Paz.

En Mi Sagrado Corazón se encuentra el Bien Mayor.

En Mi Sagrado Corazón se encuentra la Santísima Piedad.

Recuerden que para aquella alma que Me busque, Yo no seré un juez, seré el Libertador de los corazones que buscan el consuelo para ser confortados por Mí.

Ya estamos en septiembre, el mes cuando en América florece un nuevo ciclo, una nueva transformación de la vida de las almas que trabajan para seguir Mi Camino Crístico.

Septiembre será un mes de bendiciones y de prodigios para la humanidad; este mes marcará un antes y un después para la consciencia que se sirva abundantemente del Manantial de Mi Misericordia.

Por eso, no preocupen a sus seres por lo que parece no haberse transformado ni entregado por entero a Mi Corazón. Ahora solo les resta seguir Mis Pasos, incluso entre las ruinas de la humanidad y entre las pequeñas miserias de ustedes, ya que existen miserias mayores que provienen de este mundo y que es necesario extirparlas con urgencia.

Con este fin Yo estoy reuniendo los frutos que Mis semillas han dado después de tanto tiempo. Ahora es el momento de observar con piedad todo lo que Yo les he entregado en confianza. Por eso necesito que no miren más hacia atrás, sino que vean en el horizonte la llama de Mi Misericordia que está comenzando a iluminarlos y a redimirlos por el bien del Universo.

Si algunos ya se encontraron con la realidad del verdadero ser, les pido que no teman, que confíen en Mí, porque eso significa que la vida humana está a punto de dar un paso interior de confirmación del Plan de Dios.

Y para quienes aún no encontraron la realidad del verdadero ser, oren por los que la encontraron y agradezcan la oportunidad de reconocer que, después de esta vida sobre la Tierra, el Paraíso Eterno los espera.

Mi apoyo se extiende a todas las criaturas que se unan a Mí y Me digan cuánta paz necesitan.

Quédense en Mi Luz para siempre.

Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por vivir Mi Camino de Consagración y de Fe.

Cristo Jesús, el Maestro de la Piedad y de la Divina Misericordia