MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando les entregamos pautas de oración, no es para que ocupen las horas de sus días. El mundo está agonizando y, en medio de una perspectiva de caos inalterable, Dios sigue enviando Sus Mensajeros a la Tierra para que, con Su Divina Esperanza, consigan, al menos de un corazón, oraciones sinceras que equilibren la realidad planetaria. 

Hoy vine para pedirles que no solo oren para cumplir mentalmente un pedido de María y, así, quitarse un peso de la propia consciencia.

Les pido que oren de verdad, con el corazón, teniendo presente la realidad planetaria y el destino de la humanidad, que dependen, en gran parte, de los seres que oran.

A veces, Nos entristece más ver a uno de Nuestros soldados repitiendo palabras muertas al viento, para terminar rápido con sus oraciones, que ver en el mundo a un hijo ignorante que no ora, porque este no ora por su ignorancia, en tanto que el primero se engaña a sí mismo.

Al conocer la situación espiritual del planeta y siendo conscientes del poder de la oración, aquellos que no oran de verdad solo suplen la necesidad de la mente de no estar en falta con Dios, pues además de no ayudar en nada, aumentan el peso de la Justicia en la balanza de la humanidad.

Por esa razón les ruego una mayor consciencia en sus oraciones, más amor y más verdad, porque si no podemos contar con los que Nos escuchan día a día, poca esperanza tendremos con los que Nos desconocen completamente.

Yo los amo y por eso los guío y los aconsejo siempre, corrigiendo sus caminos para que un día encuentren la perfección y la santidad.

San José Castísimo