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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchos de Mis apóstoles están llegando a un momento que Yo ya viví por ustedes, hace mucho tiempo.
Para que Me puedan comprender, para que Me puedan sentir, para que puedan interiorizar cada una de Mis Palabras, les contaré una parte de Mi historia, una historia que no fue escrita en la Biblia, en ningún libro sagrado.
Esa historia es semejante a lo que ustedes están viviendo en este momento, no solo por la transición planetaria, no solo por lo que está atravesando la humanidad, sino también por lo que cada uno de ustedes debe entregarme, porque este es el tiempo de la madurez de Mis apóstoles.
Cuando Yo cumplí 21 años, 13 años antes de la gran entrega de su Maestro y Señor, realicé un viaje muy importante al Lejano Oriente.
Esos acontecimientos fueron registrados en algunos de los Evangelios, que fueron retirados para que la humanidad no los conociera.
Pero hoy, Yo vengo a contarles qué fue lo que su Maestro y Señor vivió a Sus 21 años, cuando siendo aún muy joven comenzó a prepararse para beber del Cáliz que, tiempo después, un día el Padre Eterno le ofreció en el Huerto Getsemaní.
En ese viaje, tuve que aprender como hombre, pero también como Consciencia, a asumir la superación de la condición humana, una condición que arrastraba a la raza humana hacia la perdición. Les hablo de hace mucho, pero mucho tiempo.
Ese viaje, tan importante, fue una retribución que Mi Corazón realizó a los llamados “Reyes del Desierto”, que llegaron de tierras muy lejanas para reconocer en la ciudad de Belén, el Nacimiento del Mesías.
Así, comprenderán cómo la trayectoria de sus vidas está trazada por la Voluntad de Dios y cuando las almas no viven la Voluntad de Mi Padre solo sufren y sufren.
En aquel tiempo, a Mis 21 años, bajo la compañía espiritual de Mi Madre Celestial y la ayuda interna de los primeros esenios que Me acompañaron en los planos internos para esa Misión, su Maestro y Señor primero llegó a los países árabes y, ante los grandes imanes de la época, el Hijo de Dios no fue reconocido externamente, Él fue reconocido internamente, solo al haber pasado por ese lugar.
En esa ocasión, visitando los pueblos árabes, Mi Padre Me dio a conocer la importantísima tarea que Él mismo realizó a través de los tiempos, en los orígenes de esos pueblos y de esas religiones; no solo revelando Sus Nombres Sagrados que eran pronunciados e invocados, sino también Él Me dio a conocer la Sagrada Geometría de Su Proyecto Divino para los primeros pueblos que habitaron este planeta.
Allí pude conocer el misterio de la Sabiduría de Dios, que Él sembró y colocó en los pueblos más antiguos del planeta.
Habiendo recibido esa instrucción, que era preparatoria para el momento de Mi gran entrega, su Maestro y Señor, a los 21 años de vida, siguió viaje hacia la India; y en esa ocasión fue para recordar y para recoger los frutos de esa experiencia que el Padre una vez realizó en Mi Consciencia, con otra faz y con otros trajes.
Fue en ese momento, en el que su Maestro y Señor recibió la revelación del misterio de la Compasión de Dios y, ante los reyes antiguos de la India, pude comprender, a los 21 años de vida, por qué en este mundo, y hasta los días de hoy, existe el sufrimiento, y cómo la esencia de la Divina Compasión es capaz de no solo liberar a las almas del sufrimiento, sino que también es capaz de absorberlas, transformando todas las condiciones y limitaciones humanas por el simple hecho de amar.
Si en la India no hubiera tenido esa experiencia, creo que no hubiera tenido la fuerza para beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.
Esa experiencia y esa misión concluyó en Egipto, en las tierras del gran patriarca Moisés, uno de los sucesores del Arca de la Santa Alianza. Allí se completó Mi experiencia preparatoria para que, retornando a Tierra Santa en los años siguientes, ya Mi Corazón estuviera pronto para vivir lo que vine a vivir por ustedes.
En las tierras de Moisés, en la región del Monte Sinaí, el Padre Me dio a conocer aún más la inmensidad de Su Misericordia, la infinitud de Su Piedad por este proyecto del planeta, por la redención humana, por todas las generaciones que llegarían después de Mí hasta los tiempos de hoy.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí, su Maestro y Señor pudo conocer la vida eremítica, porque en el absoluto desierto es donde encontramos solo a Dios para que nos quite la sed, para que nos consuele, para que nos fortalezca y para que nos renueve.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí pude presenciar, con Mi visión interna, los sagrados tesoros de las Jerarquías Espirituales del universo y todo lo que sucedería en los tiempos venideros con las generaciones futuras que tendrían la Gracia de despertar a la Conciencia Cósmica y de saber que la vida, en este planeta, es más amplia e infinita de lo que parece, que las generaciones futuras podrían saber que la vida no termina aquí y que la verdadera vida se encuentra en las estrellas, en los soles y en las constelaciones.
Cuando regresé a Tierra Santa, después de tres meses de viaje, Mi Madre Me esperaba en Nazaret. Allí, Ella también había vivido la misma experiencia, en Su estado de contemplación y devoción, acompañando cada paso del Hijo de Dios, porque sabía que esa misión que viví a los 21 años no era solo una iniciación, sino también una preparación para lo que vendría después.
¿Por qué creen que hoy les cuento todo esto?
Mi finalidad no es que tengan más conocimiento, sino que crezcan en el amor, en el amor maduro que se entrega, el amor que los renueva, que los lleva a arriesgarse cada día más, a vivir mayores experiencias de amor por Mí, sin importar lo que signifique o lo que represente.
Muchos de ustedes, desde el punto de vista espiritual, se encuentran en los 21 años de su evolución; y aquí, compañeros, no tiene nada que ver la edad evolutiva ni tampoco la edad material.
Muchos se encuentran viviendo los 21 años de su evolución y están ante el umbral, ante la oportunidad de dar un gran paso, un paso más firme y más seguro, un paso hacia la madurez y hacia la responsabilidad.
Esa madurez y esa responsabilidad les permitirá comprender, en este tiempo crítico, que ustedes ya no pueden estar primero en todo, sino que todo lo demás, que es más necesario y urgente que ustedes mismos, debe estar primero en sus vidas para que asuman la madurez espiritual y material, para que el Padre Celestial les entregue mayores responsabilidades y mayores tareas.
Muchos de ustedes podrían creer que no están prontos para esto. Pero recuerden lo que hace poco tiempo les dije, que el eje del planeta es sostenido por un finísimo hilo de Luz, ese hilo de Luz se debe fortalecer para que nunca se rompa, para que no se desarrollen más acontecimientos en la humanidad y en el planeta.
En este momento, la humanidad no tiene justificación ante Dios. Es el amor y la responsabilidad de mis apóstoles, es la madurez y la consciencia de Mis compañeros, lo que generará una verdadera justificación ante Dios, para que la Misericordia descienda y la Justicia Divina se detenga.
Sé que, a través de estas Palabras y de este Mensaje, coloco a sus mundos internos en una presión ardiente. Pero sepan que Mi deber es decirles la verdad y abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, pero también abrirles sus corazones para que no se cristalicen, para que no se endurezcan, para que nunca pierdan la sensibilidad ante la realidad de estos tiempos.
Como hace 2 000 años atrás, nuevamente esta historia se vuelve a repetir en el presente, con pocos haré todo lo que debo hacer. Pero este es el tiempo de Mis apóstoles, de los apóstoles maduros y disponibles, capaces de ir más allá de sí mismos, capaces de renunciar más allá de sí mismos, capaces de entregarse aún más por Mí.
En este último mes del año, y antes de que ingresen en un nuevo año, deben pensar y reflexionar sobre estas cosas, porque están en el momento de no solo poder recordar quiénes fueron, sino también están en el momento de saber para qué vinieron aquí y qué es lo que aún deben cumplir bajo la guía de la Voluntad de Mi Padre.
No vengo a pedirles que sean perfectos, les vengo a pedir que alcancen la perfección a través de la entrega y del servicio; porque quien confía en Mí no tiene por qué preocuparse, ni siquiera de sus propias miserias.
Porque a quien verdaderamente está Conmigo, Yo lo liberaré de sus cadenas y opresiones. Yo lo sanaré con Mi Mano Curadora y se liberará para siempre de sí mismo; y su alma no vivirá más en una prisión espiritual, sino que como un águila de luz volará hasta las altas cumbres de la Casa del Padre, para ser parte de Sus Divinas Moradas.
Este es el Mensaje que quiero dejarles a todos los que son fieles a la oración del corazón y en especial a los Encuentros de la Maratón de la Divina Misericordia.
A partir del próximo ciclo, serán ustedes, Mis compañeros y Mis amigos, los que deberán sostener a través de la oración misericordiosa todo lo que sucederá en el planeta; porque a los 21 años de su evolución, están en el momento cierto de dar el gran paso, sin que Yo esté presente. Pero tengan fe, porque desde lejos, desde Mi Gobierno Espiritual, estaré rezando por ustedes para que, algún día, sean Cristos.
Y ahora, en este silencio, que los invito a vivir internamente Conmigo, comulguen de Mis Palabras para que sus corazones estén prontos para lo que llegará.
Recuerden que Mi Madre es su Madre, y si el Hijo de la Madre de Dios entregó lo más valioso que tenía a los pies de la Cruz, entregó a Su Madre para cada uno de ustedes, ¿son capaces de creer que lo conseguirán?, ¿que conseguirán entregarse como Yo Me entregué?
Eso es todo lo que hoy quiero decirles, y les agradezco por tener la valentía de animarse a sentir cada una de Mis Palabras.
Recemos, frase a frase.
Oración: Cristo de la Luz.
Que esta Maratón sea el gran paso de los apóstoles para los tiempos que llegarán.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Que, en este día especial de Misericordia y Redención, los Rayos que brotan del Corazón de Cristo se derramen sobre las almas que clamen y pidan Misericordia.
Que, en la víspera del fin de la Obra de los Sagrados Corazones, sus vidas ya puedan reconocer el poder transformador de cada Gracia recibida y que, en esta hora dolorosa de la humanidad, los no creyentes tengan el impulso del despertar y de la conversión.
Mi Corazón que es la puerta segura hacia Dios desea que muchos más corazones puedan cruzarla a tiempo, y así estar en el Reino de los Cielos.
Que, mediante la oración misericordiosa de este día, las almas puedan llevar adelante una síntesis espiritual de todo lo que fue vivido junto a Mi Hijo en estos últimos años.
Queridos hijos, en la víspera del fin de Nuestros mensajes y palabras, permanezcan en el Corazón de Mi Hijo, para que algún día estén preparados para recibirlo, porque Él llegará en Su Gloria celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Que el Espíritu Santo resida en sus mentes y corazones.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy bajo del Cielo para estar en este encuentro, para decirle al mundo que en este ciclo todo está permitido, Mi Padre así lo decidió. La humanidad necesita crecer interiormente para poder expresar lo que vino a hacer a este mundo.
Yo necesito que estén aquí Conmigo, en vigilancia, porque en esa vigilancia siempre encontrarán la paz y tendrán sabiduría para saber tomar buenas decisiones.
El planeta es como un frágil cristal que está a punto de romperse, así como todo lo que está dentro de él.
Pero ustedes, por medio de la oración misericordiosa y de su fe, aprendieron a fortalecerse, y esa fortaleza no puede ser tibia, sino que tiene que ser firme, basada en lo que creen y viven, en lo que ejercitan y ofrecen como servicio al mundo, como también a sus hermanos.
Por eso, todo está permitido para que la humanidad pueda aprender lo que aún no aprendió. Eso no significa que sigan sufriendo, porque aún los rige una ley fundamental que es el libre albedrío. En esa elección que hace la humanidad está la condenación, la perdición y la oscuridad.
Pero hoy los invito a colocarse por encima de esa ley y a unirse a Mi Conocimiento Divino, a Mi Palabra, para que por medio del amor y de la verdad aprendan a decidir con sabiduría y discernimiento, sin tener que ser tocados por la acción de esa ley.
Sé que no todos conseguirán hacerlo, porque aún están en el tiempo de vencer la dualidad. Hasta que Yo retorne eso no sucederá y los corazones deberán vivir lo que necesitan vivir para poder formarse como verdaderos servidores, siempre y cuando decidan seguir el camino que Yo les ofrezco no solo a ustedes, sino también al mundo entero, a todos los pueblos y a todas las religiones, porque Yo no solo soy el Cristo de los cristianos, soy el Maestro y Señor de todas las almas.
En las almas no hay religión, no hay doctrina; hay fe, confianza y unidad en el Padre Eterno, es ahí en donde Yo estoy. Y es así que Yo busco estar siempre en sus corazones y vidas, para que puedan reflejar los dones que les vengo entregando hace ya un tiempo.
Mis tesoros, que son internos, profundos e inmateriales, nunca se perderán. Cuando las almas no viven los talentos que Yo les entrego, retiro los dones y las virtudes de los corazones que no cumplen con Mi Propósito, y eso no significa que Yo los abandone.
En la soledad y el silencio Me detengo para observarlos, hasta el momento en el que ustedes aprendan a dar los pasos, así como Yo les enseñé desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.
En cada instante de sus vidas se puede vivir la redención.
En cada paso de sus vidas está la oportunidad de la liberación cuando están bajo la Ley del Amor y de la Verdad.
Este mundo sufre y está dolorido, con penas no solo en su consciencia, sino también en su alma, porque el planeta es parte de todos y ustedes forman esa gran consciencia del planeta, la cual está enferma y necesita de cura.
En el sostén de su fe y de su confianza en Mí, siempre existirán los puentes por los que Yo podré descender para socorrerlos y auxiliarlos, aunque no me sientan, aunque no me perciban, aunque Yo esté en silencio.
Por eso, este es un momento definitivo, en el que el planeta está ante un acontecimiento impredecible, ante un destino incierto, sin saber cómo continuará el próximo tiempo.
Pero ustedes, que han crecido con el amor de Mis Palabras y de Mi Sabiduría, no deben colocar sus mentes en lo que sucederá, sino en lo que está sucediendo. Allí, está la enseñanza que necesitan para poder crecer y aprender y, nuevamente, poder superar los obstáculos y las pruebas en la confianza infinita que les ofrece Mi Corazón.
Tal vez, lo que hoy les digo, compañeros, lo pudieron haber escuchado en otros momentos, a través de otras Palabras que ya he pronunciado. Pero sepan que en todo lo que hoy les digo está la respuesta que cada ser necesita según su escuela y su momento de purificación.
No crean que no veo lo que les sucede, lo que sienten interiormente, lo que sucede en sus mentes, lo que viven sus almas, a lo que aspiran sus espíritus para poder encontrar la verdad.
Por eso la Jerarquía, en una única sintonía y vibración, se une en este momento, bajo Mi consenso y autoridad, para poder llevar al mundo entero los últimos impulsos que necesita a fin de que la humanidad despierte aún más su consciencia y perciba que no está bajo la Ley y que deberá retornar a ella.
Así, los tiempos y los momentos de incertidumbre, de sufrimiento, de pandemia y de inseguridad terminarán. Así estarán abiertos para poder recibirme en ese gran momento de Mi Retorno, que no está lejos, que cada día está más cerca y que deben tener presente, porque no le avisaré al mundo ni tampoco a ustedes. Llegaré en el momento más necesario y urgente, aunque todo se muestre tranquilo.
En ese momento, Yo podré volver para corregir a este mundo como nunca fue corregido. Y así, el juicio del Amor llegará y todos tomarán consciencia de eso, no importará que crean o que no crean, que sepan o que no sepan nada. Todos serán iguales ante la Mirada del Padre.
Yo nunca les traeré un castigo, les traeré la Verdad a través del Amor que los liberará para siempre.
Y serán lo que Yo necesito, lo que Yo tanto espero, lo que tanto anhelo desde hace más de 2000 años, porque si hoy estoy aquí es porque Mi Padre Me lo pidió, y Él Me lo mostró claramente en el Huerto Getsemaní, antes de entregarme en la Cruz.
Aún tengo Cálices llenos de Misericordia para que las almas los puedan beber.
Es tanto el Amor que he colocado en cada uno de los Cálices que ellos desbordan por el poder de la Luz de Mi Sangre. Esos Cálices, al no ser bebidos ni considerados por las almas, derraman los Códigos de Mi Pasión y de Mi dolor en el mundo.
Este es el sacrificio que Yo quiero que puedan vivir Conmigo; algo que va más allá de ustedes y de sus consciencias, de sus conocimientos o de sus intenciones.
Los Cálices del sacrificio serán los que salvarán al mundo y le concederán una amnistía espiritual y extraordinaria a gran parte de la humanidad, por medio de la vida consagrada, sacerdotal y misionera.
Por eso, cuanto más difícil es el momento, más duras son las pruebas y más doloroso para ustedes es saber la verdad tal cual es.
Este es el tiempo y la gran oportunidad de darlo todo por el todo, así como Yo lo di por ustedes, sin pensar ni un segundo en retroceder ni en desistir. Porque Yo sabía, compañeros, lo que vendría después. No hubo dolor humano, sentimiento o pensamiento que haya impedido realizar Mi tarea por el mundo, así como hoy realizo esta tarea por ustedes y con ustedes.
Mis Palabras terminan de ser escritas en el Libro de Dios, y ustedes deben ser parte de esa historia que está siendo escrita a través de Mi Obra.
En esta Maratón de la Divina Misericordia clamemos por el discernimiento divino, por la sabiduría universal, para que todos tomen buenas decisiones en este tiempo crucial, en el que la oración y el servicio serán el escudo que los protegerá y el impulso que los llevará a estar a Mi lado, incondicionalmente.
Hoy no vengo a ver sus errores, sus traumas o sus desiertos, porque ya los conozco.
Yo vengo a dar valor y poder a cada Código de Luz, de Amor y de Palabra que he depositado en sus corazones, porque creo que ustedes los harán valer y se responsabilizarán de ello, sabiendo que Yo necesito de espejos en la Tierra, de servidores y misioneros en la superficie, para curar el dolor a través del Amor que Yo les entregué y el que siempre podrán dar sin miedo.
Arriésguense a amar, más de lo que Yo los amo.
Arriésguense a entregarse, más de lo que Yo Me entregué.
Aún nadie Me ha superado en el Amor, y espero que eso se cumpla algún día.
Hoy Me llevo del mundo el sufrimiento que vive, para que sea curado y liberado, transmutado y sublimado y para que, en esta Maratón, Mis discípulos, amigos y compañeros, renueven sus votos internos Conmigo.
Que en este mes de junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús, las almas recuerden que en Mi Corazón hay un lugar para cada una, un lugar que espera ser ocupado por ustedes.
Les agradezco por orar Conmigo, por orar por el mundo, para que el Proyecto de Su Redentor se cumpla en la humanidad. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Novena al Sagrado Corazón Espinado de Jesús
Noveno día
Ya hay espinas en Mi Corazón que se convirtieron en flores de amor para el Señor.
Esto es señal de que, más allá de cualquier circunstancia, el amor fiel de los Míos está llegando a lo profundo del Corazón del Pastor y los dolores están siendo aliviados por la oración de los que claman por Misericordia, no solo para sí mismos, sino también para el mundo entero.
Eso no significa que la humanidad dejará de colocar espinas dolorosas en el Corazón del Señor, sin embargo, la fe de los que creen en Mí permitirá convertir lo que parecería imposible.
Hoy vengo para pedirte que, a través de tu oración, retires la novena espina del Corazón de tu Pastor que es la espina de la vida materialista y lujosa.
Esa espina Me provoca un inmenso dolor, ya que las almas, a través de todo lo que es material y concreto, se vuelcan a una vida de vicios y de placeres, olvidándose de lo esencial, de lo que el Universo creador depositó en el mundo interior de cada ser.
Por esa causa, pídele al Padre Celestial por las almas que están completamente sumergidas y abducidas por las tentaciones de la vida material y del lujo.
Tú, detente por un instante y reflexiona para que dentro de ti se manifieste el desprendimiento de todo lo que es mezquino, superfluo y que no construye la hermandad entre los seres.
Vacíate completamente y deja que el Fuego de Mi Amor te invada, aun cuando creas que no sucede nada.
Rézale de corazón a Dios para que Su inmensa e infinita Misericordia se derrame sobre los que están hipnotizados por la ilusión mundial, para que ellos reciban el impulso del despertar y de la redención.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Vengo al mundo, al igual que Mi Hijo, para concederle a la humanidad Mi Espíritu de Paz.
Vengo, junto a Mi Hijo, para socorrer a las almas más perdidas, a las almas más pobres en el amor, a las almas vacías de Dios.
Vengo al mundo, en este día de oración misericordiosa, para auxiliar a las esencias que viven en su propio y gran infierno, para que encuentren el camino de la liberación y sean conducidas por la senda de la redención.
Vengo al mundo para traer más Misericordia, porque la Misericordia concederá Gracia expiatoria a las almas y así todas renacerán en la verdad de este tiempo.
Vengo para construir lo nuevo en las consciencias y para que las almas despierten de su sueño profundo.
Vengo para conceder el Amor a los que más lo necesitan.
Vengo como Mediadora de la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras sus oraciones sean verdaderas y humildes, las puertas a la conversión de lo imposible se abrirán.
Vengo en este día de oración misericordiosa para que sus corazones perciban el poder que tienen las palabras del corazón cuando ellas están colmadas por el amor interior, algo que es indestructible ante la mirada de Mi adversario.
Hijos Míos, que ese manantial del que beben todos los meses, a través de la Maratón de Oración, sea el motivo de estar siempre renovados en la fe y con la confianza de que todo se resolverá.
Busquen en sus oraciones el camino hacia la constante superación de sí y definitivamente cierren las puertas a Mi adversario a través de su íntima unión con Mi Amado Hijo.
En este tiempo, la perseverancia en la vida de oración de la mano del esfuerzo los ayudará a transfigurarse en la alegría y en la plenitud infinita de pertenecer a los ejércitos de la luz de Vuestra Madre Celeste.
Mientras oramos en espera de un gran milagro de amor, hijos Míos, que sus labios no dejen de profesar la fe y el amor por Cristo Redentor.
El Señor siempre estará atento a los corazones que busquen llamarlo por medio del ejercicio de la oración de misericordia que todos son invitados a vivir. Así todos los meses, Mis amados hijos, recibirán lo que necesitan para seguir dando los pasos hacia la santidad interior que sus almas son llamadas a vivir bajo la Voluntad del Altísimo.
Ahora que las cuentas del rosario están en sus manos y ante la necesidad planetaria abracen cada palabra de la oración de misericordia como si fuera la última vez, porque así llegarán al Padre y lo glorificarán en el nombre de Jesucristo, Vuestro Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en oración y paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A casi un año de Mi primera Aparición diaria en el Reino Sagrado del Centro Mariano de Aurora, los Cielos y los Universos se han unido para traer Gracias Especiales para todas las almas que, a lo largo de este último año, escucharon Mi Mensaje Salvador.
Ahora, después de casi 365 días de impulsos espirituales diarios, las almas se han podido consagrar en la fe a Mi Sagrado Corazón.
Por eso, en estos últimos tiempos, Yo los llamo a ser testimonios vivos para los que no creen y para los que buscan la gratificación permanente. Yo los llamo a ser defensores fieles de la Hora de Mi Divina Misericordia. Si eso fuera así, a pesar de las circunstancias y de los imprevistos, Yo podría decir realmente que cuento con soldados de la misericordia.
Cuando Yo les pido que sean defensores de la Divina Misericordia, significa que primero deberán defender de ustedes mismos, de manera sagrada, este espacioimportantísimo para que después las puertas de la salvación se puedan abrir para los que más necesitan.
Ayer Yo les hablé de la Gracia de Estado¹ que sus corazones y vidas están recibiendo en un tiempo caótico; hoy Yo los llamo a que mantengan la consciencia despierta ante esta hora sagrada. En verdad, Yo les digo que ustedes verán los frutos de este trabajo de oración misericordiosa recién en el próximo mundo, y será solo allí que comprenderán profundamente la síntesis de sus vidas.
Mientras el mundo colapsa por sus acciones cotidianas, Yo les pido que sumerjan sus consciencias en el poderoso Manantial de Mi Divina Misericordia; así el Espíritu de Dios actuará por medio de ustedes, y no que intenten actuar a través del Supremo Espíritu. La misericordia siempre los llevará a la reconciliación y a la humildad del corazón.
Bajo el Supremo Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
1. Gracia que acompaña el ejercicio de ciertas responsabilidades.
Queridos compañeros de camino:
No existe mayor poder que Yo haya legado al mundo que la oración misericordiosa, la que une espacios, lugares y naciones.
Hoy, quienes dediquen espacio a este importante ejercicio espiritual recibirán, de Mi Corazón, los dones que les permitirán abrir las puertas para la cura interior del corazón y del alma.
Como ustedes Me lo han pedido, ya todos los niños más necesitados están en Mi Reino y en Mi Corazón Eterno. Les pido que sigan rezando con fervor, amor y dedicación, para que los frutos de la oración misericordiosa abran nuevos caminos, para los que en estos tiempos se han condenado al fuego del Infierno.
En este momento, el Pescador de Almas está recorriendo los lugares en el mundo que necesitan de un importante auxilio espiritual y divino. En Mi cesta de oro, Yo recojo las oraciones de quienes ofrecen alegrías y bendiciones constantes a Mi Sagrado Corazón.
En la Hora de la Divina Misericordia los relojes del mundo se detienen, para que el verdadero tiempo de Mi Divina Misericordia descienda en Gloria y en auxilio de los que más necesitan de ella.
Solo les pido que sean perseverantes, como lo fue la Hermana Faustina Kowalska hasta el final de su vida en la Tierra. Sumen fuerzas desde el corazón a través de la unión entre sus seres, porque solo así permitirán que algunos acontecimientos cambien.
Es hora de nadar en Mi Océano de Gracias Reparadoras. Es hora de erguir la bandera hacia lo Alto, la bandera que confirmará ante el maligno la victoria de la Luz Crística. Es horde actuar solo a través del amor puro del corazón; ustedes lo necesitan y el mundo también.
Bajo la Gracia Eterna de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por buscar siempre la Llama Eterna de Mi Corazón.
Cristo Jesús
Mi Luz siempre liberará al mundo del pecado, pero será necesario que día y noche Me recuerden, Me guarden en sus corazones y en sus memorias; será solo a través de la constante unión eucarística Conmigo que sus almas celebrarán estar dentro del Templo de Mi Corazón.
Pero los pecados someten profundamente a los que aún se condenan día a día a través de las acciones de la vida. Rueguen por sus semejantes, mediante la oración misericordiosa, y permitan que la luz de Mi Reino se aproxime a cada uno de ellos.
Les dejo el compromiso de definirse si quieren estar Conmigo ante cualquier circunstancia o solo cuando su pequeña voluntad lo decida. En estos tiempos de definiciones Yo separaré la paja del trigo y no lo harán Mis Benditas Manos, lo harán las almas que en este tiempo se están colocando de un lado o del otro del puente.
Ahora las Leyes circulan en la Tierra para reordenar los espacios que necesitan gran armonía. Solo dediquen su tiempo a estar Conmigo, incluso ante “las grandes responsabilidades” como ustedes las denominan, porque solo en Mí podrán dar los pasos hacia la redención.
Hoy los defino, hoy los congrego en Mi Misión operativa por el Plan Mayor.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Enseñanzas con el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Señor
Mi Corazón Invencible prevalece ante el caos de la Tierra, y toda alma que esté unida a Mi Corazón Redentor, también prevalecerá a pesar de los embates del enemigo.
Pocos son los que se ofrecen a Mi Consciencia Universal para ayudarme a liberar las almas y las consciencias que están presas de su propia condición. El Señor de las Alturas envía nuevamente a Su Hijo Primogénito para ayudar a curar el gran dolor de la humanidad.
Esta vez el Universo vuelve a reunir a los apóstoles para que juntos y como uno solo, lleven en sus corazones la espada de Mi Liberación, la que por amor terminará de cortar el mal del mundo.
Con el rosario en la mano, vivan la oración misericordiosa; que ella sea la luz en las tinieblas y el amparo ante las asechanzas. En cualquier condición y momento, que su verbo reverbere por siempre, para que la luz y el amor puedan vencer, y al fin reine la paz en la humanidad.
Hoy Mi Consciencia Sacerdotal, Universal y Planetaria intercedió por el espíritu frágil de la humanidad y, durante la Hora de Mi Misericordia, los portales de la liberación evacuaron almas en condiciones de ser redimidas y perdonadas. Mi Amor por ustedes, que es infinito, restauró todo lo que estaba dañado, y una vez más Mi Insondable Misericordia tuvo su victoria en la Tierra.
Este gran manantial protegerá y lavará las heridas que están abiertas en sus seres.
Gracias por llamarme a su encuentro orante.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por prevalecer en Mi Corazón Misericordioso.
Cristo Jesús
Por medio de la oración misericordiosa de las tres de la tarde, día a día Yo vengo para que sus corazones y los corazones del mundo entero sean lavados de toda mancha con Mi Sangre Preciosa.
Vengo a las tres de la tarde para purificar con Mi Agua sus almas de los deseos y del amor propio.
También vengo a las tres de la tarde para unir con Mi Alma lo que, con su astucia, el enemigo separa de Mis discípulos: el amor en el corazón.
Por eso a las tres de la tarde les corresponde esforzarse para que, por amor y redención, ustedes reciban los méritos de Mi Gloria y de Mi Resurrección.
Yo los invito a servirse espiritualmente de los dones de Mi Corazón y a encontrar en ellos la salida rápida de este mundo material.
Únanse a Mí a pesar de cualquier circunstancia y sean buenos instrumentos en Mis Manos, pues ahora es el momento de renunciar a lo que pasó y es hora de renovarse mediante la presencia de Mi Espíritu.
Aquellos que proclamen la importante Hora de Mi Misericordia serán saciados por Mi Amor y beberán Conmigo del cáliz de la reparación en el próximo tiempo.
Anímense por un momento a ser parte de la Voluntad Suprema, para percibir el diseño perfecto que realiza el Universo en sus corazones abiertos a Mi Corazón Glorioso.
Que por la oración misericordiosa, de todos los seres orantes, el mundo entero pueda ser ayudado en estos tiempos.
Bajo la Luz Victoriosa de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Señales en el corazón.
Cristo Jesús
Por las causas injustas y las blasfemias del mundo entero, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la falta de amor, de perdón y de reconciliación en el mundo, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la ausencia de caridad, de entrega y de firmeza, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la vida que es negada a quienes deberían nacer ante Dios, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por las guerras y los conflictos humanos, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la ignorancia y la falta de reparación del Corazón de Dios, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la tristeza y el dolor de los corazones del mundo, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por el hambre y la falta de cura en las almas, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por todas las causas que impiden la evolución y el despertar de las almas, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por los errores que comete el mundo contra la Creación, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Queridos compañeros, la oración misericordiosa los acompañará y les dará la fuerza necesaria para que sean dignos de recibir Mi Misericordia.
Unidos ahora y siempre, vivamos en la Misericordia. Solo eso bastará.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Mi Misericordia Divina desciende en todos los horarios del día, y en cada uno de ellos Mi Corazón transmite una tarea, según la necesidad de las almas que están sedientas en el mundo.
Mi Insondable Misericordia recorre los espacios que las almas Me abren a través de la fuente constante de la oración; esto permite que Mi Corazón misericordioso ayude y libere a las consciencias que deberán elevarse y salir de la Tierra.
Por intermedio de la Divina Misericordia los corazones son tocados por Mi Luz y por Mi Amor Incondicional. Para que ello suceda debe nacer, primero, el permiso del corazón confiado, de aquella alma que se abandona completamente en Mis Brazos de Piedad y de Amor.
Estar en Mí es un desafío diario, pero la oración misericordiosa de las tres de la tarde y de los demás horarios del largo día, les permitirá mantener una unidad Conmigo y así ustedes se verán dentro de Mi Sacratísimo Corazón.
La consagración al Plan de Dios a través de la Divina Misericordia es posible, solo que el alma que así lo determine deberá, como primer paso, librarse de su propio control de aquello que cree ser la seguridad absoluta para su vida.
La Divina Misericordia ayuda a concretar el despojamiento interior para que el alma alcance la consagración ante Dios Altísimo.
Yo estoy aquí todos los días para ayudarlos a alcanzar y a concretar esa ardiente meta espiritual.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
El alma que busca todo el tiempo estar en Mí y se esfuerza, nunca se detendrá en el camino ni en el tiempo, porque Mi Amor siempre hará avanzar al alma que se dedica a estar Conmigo día a día. Así no será presa del enemigo y, en los momentos más difíciles, su espíritu estará tan fuerte como el Mío.
Por eso, el alma debe dedicar espacios importantes a Mi Corazón Misericordioso, porque la puerta de la redención la abre primero quien ejercita la oración misericordiosa y, así, Mi Manantial lo lavará y lo nutrirá de códigos nuevos.
A pesar de las circunstancias y de los tiempos actuales, perciban cuándo se separan de Mí tan solo por las cosas más externas. Antes de que eso suceda, retomen el camino infinito que han construido hacia Mi Sagrado Corazón y déjense renovar por Mi Fuego Purificador.
Las almas que no Me dedican tiempo son las almas más frágiles en el mundo, porque además del desafío de sus compromisos, incluso en el servicio, ellas son vulnerables a las asechanzas que con astucia articula el enemigo. Es necesario, en estos tiempos, no olvidarse de Mí y nutrirse de fuerzas de luz a través de la oración diaria; porque el ciclo de las almas se está redefiniendo en esta era, y la definición espiritual determinará el número total de rebaños que estarán preparados, desde la consciencia, para recibirme cuando Yo retorne.
Estén atentos a la unión diaria Conmigo, porque solo necesito que piensen en Mí para que Mi Gracia y Mi Misericordia puedan estar entre ustedes en estos tiempos.
Recen por las almas que infelizmente se están apartando de Mí.
Asuman que su consagración a Mi Sagrado Corazón es perpetua, es renovadora, es redentora.
Avancen sin miedos, porque quien está en Mí está en Dios.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mi Voz con atención.
Cristo Jesús
Para los momentos más difíciles y ante situaciones graves, la oración misericordiosa será el portal de salvación. Con el rosario en mano y la oración continua, abran los caminos para que la Gracia descienda sobre el mundo.
Ustedes se encuentran en un tiempo decisivo; por eso únanse a Mi Corazón y permitan que, a pesar de las pruebas, florezca su confianza en Mi Corazón.
Caminen sin demora hacia el templo de Mi adoración. En el silencio, construyan las barreras de la paz, las que los separarán de las asechanzas del enemigo.
Ante cualquier circunstancia les pido que no teman, pues ahora es el tiempo de la batalla por medio del poder de la oración misericordiosa del corazón.
No se separen de Mí y vivan en Mi Fe Perpetua, porque ella será la llama para sus caminos.
¡Adelante! Adelante, soldados del sacrificio.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Eterno Corazón Confiable.
Cristo Jesús, el Redentor
Mensaje recibido durante el 6.° Encuentro de Oración en el Centro Mariano de Aurora
Yo escojo a los corazones que transmitirán en estos tiempos Mis mensajes renovados; esto tiene una finalidad espiritual y divina, porque en ellos Yo intento que Mi Sagrado Corazón repose.
Aspiro a que aquellos que están despertando a Mí, y regresan después de tanto tiempo, retomen Mi Camino de Santidad.
Como Hijo y Servidor Eterno de Dios, llego al mundo para retirar de Mis discípulos el peso que el pasado ocasiona e impide la concreción de Mi Proyecto en cada pequeña alma. Por eso, en este último ciclo, renuevo a Mis soldados a través del camino de la oración misericordiosa, la cual está consagrada a la Coronilla a la Divina Misericordia.
Esta Coronilla no solo les recordará día a día Mi Pasión para que la puedan imitar, sino que además reúne los poderes universales que se imprimen como Códigos de Luz en el alma que ora este poderoso Sacramento de oración.
La Oración para Mí es un gran Sacramento redentor junto con la Comunión. Estos dos principios sacerdotales les permitirán estar más cerca de Mí y, desde el ecumenismo, rescatar la importancia de vivir de Mi Cuerpo y de Mi Sangre por el amor y la salvación de los que hace mucho tiempo comulgan con las modernidades del mundo y no con Mi Espíritu Salvador.
Me encontrarán, como ya lo he dicho, en todos los Sagrarios de la Tierra. Por eso, vayan con confianza hacia los pastores y hacia los consagrados, para que ellos les administren Mi Cuerpo y Mi Sangre, símbolos de unión eterna con el Glorioso Padre de las Alturas.
Hoy les recuerdo todas estas cosas, porque llegó el momento de que exista un orden universal en todo, y para que eso sea realidad en sus espíritus ustedes deberán practicar los sagrados sacramentos.
Yo los escucho en el silencio.
Yo los bendigo en la oración.
Yo los bautizo con el Agua de Vida en cada Confesión.
Yo Me entrego a ustedes en la Sagrada Comunión.
Por eso, estén atentos a las señales de los nuevos tiempos, porque solo Me podrá reconocer, en Mi Regreso al mundo, aquella alma que viva a través del amor del corazón.
Yo Soy el Corazón Vivo y Eterno. Soy el Corazón que quiere latir fuerte dentro de sus seres, cuando tan solo se abandonen en Mi Espíritu Paternal.
Bajo la Misericordia del Padre, les agradezco a todos por haber acompañado el gran propósito del Plan de Dios.
Paz y Bien para Mis hijos,
Cristo Jesús, el Rey Universal
Queridos apóstoles:
El trayecto para llegar al Paraíso aún será un poco más extenso, pero Mi Corazón se alegra cuando los discípulos se unen a Mí a través del canto del amor. Así Mi Espíritu Paternal irradia los Códigos Crísticos sobre las consciencias que perseveran en la fe y en el amor cumpliendo con Mi Llamado.
Es Hora de Misericordia, por eso, día a día permitan que por medio de la oración misericordiosa se cumpla Mi Gran Proyecto de Redención en sus esencias.
Mis servidores, quiero ser Agua de su agua, Corazón de su corazón, Espíritu de su espíritu, Soplo divino en su interior, Verdad ante todas las cosas. Ábranme la puerta de sus seres para que, como Buen Obrero, reforme y construya Mi Vida en sus vidas, Mi Corazón en sus corazones.
La hora indica un único rumbo, directo a la esencia de Mi Misericordioso Corazón. Por eso, la vida de oración permanente nunca los cansará; más aún, les dará fuerza para que cuando Yo retorne pueda recoger los frutos preciosos que han cultivado en el centro de su ser.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por estar viviendo en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Queridos hermanos en Dios:
Que Mi Luz hoy pueda abundar entre los espacios más profundos de sus corazones para que de esa forma se establezca el Reino de Mi Paz en toda la humanidad.
Oren por los que duermen y que, sin percibirlo, descansan en la vida común de este mundo actual.
Ofrezcan a Dios sus ayunos, oraciones, sacrificios por la humanidad y sus sufrimientos, porque si todo esto fuera donado con fe, muchas situaciones espirituales se podrían revertir prontamente.
Ahora solo les pido que busquen estar más tiempo en Mi Corazón Misericordioso, porque aún sus almas no han nadado en Mi Océano de Gracias, sino que sus temperamentos los han llevado a practicar otras cosas.
Que su verdadero ejercicio sea la oración misericordiosa del corazón; cada vez que clamen por Mi Presencia en el silencio, Yo estaré entre ustedes acompañando los grandes procesos de sus seres internos.
Mi Fuego Misericordioso y Liberador quiere aproximarse un poco más a sus seres. Pero aún falta el permiso total para que algunos velos caigan de sus rostros; si ustedes dieran el permiso verían la luz de la verdad que se acerca desde el Cielo con la esperanza de convertirlos en buenos discípulos de Mi oración.
Construiré en ustedes Mi Templo de reposo cuando de verdad se animen a vaciarse de sí mismos para descubrir los prodigios del nuevo ser.
Sean simples en todo, hasta el punto de amar con reverencia cada detalle que se presenta en sus vidas.
Estoy aquí para escucharlos siempre.
Bajo la Gracia y el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Mi Vida es un gran espejo que refleja sobre las almas la preciosa Voluntad de Dios.
Por eso aquel que está en Mí y Yo en él siempre tendrá el discernimiento y la sabiduría suficientes para decidir qué camino tomar en estos tiempos, porque Mi Corazón lo abrazará todo el tiempo y así seremos Uno para siempre.
Para que este misterio se revele en sus vidas, Mi Corazón les brindará la cálida esperanza del porvenir, para que así, animados por Mi Consciencia, sean servidores de la Nueva Tierra. Aquel que vigila siempre en Mí, percibirá cuándo está siendo desafiado para trascenderse y cuándo está siendo engañado astutamente. De esta manera no existirán rivales en el momento de la batalla, porque sus corazones estarán firmes en Mi Corazón y nada los derribará. Pero, aquel que ora y vigila poco será como los corazones que no perseveran ni siguen Mis Palabras.
Es necesario tener un espíritu noble y sólido para enfrentar las corrientes y los cambios que se anticiparán más de lo que muchos creen saber. Por eso la oración misericordiosa es el alimento espiritual que Yo, desde Mi Sacerdocio Divino, les he dado a conocer.
Pidiéndole a Dios por Misericordia, purificarán las faltas y comenzarán de nuevo bajo el impulso de la pureza de corazón.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras abiertos de mente y de corazón.
Cristo Jesús, vuestro Amado Rey
Yo estoy presente en sus vidas para enseñarles a perdonar y a amar.
Si en verdad pudieran confiar en Mi Misericordia cada día un poco más, el pasado que los perturba e inquieta se disolvería por la luz que ingresaría en ustedes desde Mi Sagrado Corazón.
Aún tienen la oportunidad de vivir por medio de Mis Rayos Misericordiosos, porque así Mi Plan se podrá cumplir en aquellos que Yo siempre llamo, los más imperfectos y los más olvidados.
Mis Gracias de redención y luz son derramadas a los más simples. Por eso busquen tener siempre un corazón puro y cristalino, amoroso y compasivo como Mi Corazón Insondable.
Quiero que existan Nuevos Cristos que sean verdaderos apóstoles, que demuestren al mundo que es posible vivir en Dios y para Dios como algo hermoso y maravilloso para la vida de cada alma. Por eso Yo necesito que dejen los trajes del pasado para que el corazón y el espíritu se vean libres de toda mancha. El camino para alcanzar esto es la oración misericordiosa y la purificación en estos nuevos tiempos.
Cada uno, como hijo de Dios, recibirá la parte que le cabe purificar sea en el temperamento o en la consciencia; solo preciso del amoroso permiso de ustedes para que Mi Misericordia pueda actuar en todo lo que sus pequeños seres necesiten.
Llegó la hora de que el Maestro de la Luz del Padre reúna de nuevo a Sus amigos para la Cena, con el fin de renovarlos en espíritu y bautizarlos nuevamente con el Agua de Vida de Cristo Jesús.
Sepan que los tiempos ardientes llegaron para todos y que su perseverancia y amor por buscarme todo el tiempo en Mi Misericordia será lo que los unirá a Mi Corazón; así serán aliviados de todo mal.
No reclamen, no castiguen más sus seres, porque en ustedes está Dios y en Dios está Su Amado Hijo que llega para anunciarles la Buena Nueva de la misericordia y de la redención.
Los necesito firmes a pesar de las caídas, irradiando amor y pacificación a pesar de las grandes tribulaciones de la vida, pues en ellas Yo confirmaré en verdad con quien estaré hasta el fin de los tiempos.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más