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En los planos internos existe una gran red de almas orantes que se unen entre sí a través de la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Esa unión se establece por medio de las intenciones más puras y de las súplicas más verdaderas que brotan del corazón de esas almas.
En este tiempo, ese trabajo interno se amplió debido a la necesidad del planeta y de la humanidad. El aumento de intenciones y de súplicas llega a los oídos de la Madre de Dios, para que todas las situaciones sean atendidas.
En esa gran red de almas de los planos internos existe una comunicación espiritual que se establece entre el ser orante y Dios. Esa comunicación es alimentada mediante la oración, la que mantiene abierta las puertas de los Cielos para que las Gracias puedan descender.
Todos los seres orantes son llamados a ingresar a esa gran red de almas devotas, que solo oran para que las diferentes realidades de la humanidad sean respondidas.
En todo esto, el universo angélico cumple una misión fundamental y lleva adelante la función de ser un importante intercesor entre las almas y Dios, para que se cumpla la Ley de la Misericordia y del Perdón.
Con cada oración sincera y verdadera un ángel del Señor puede interceder por una situación que, en muchos casos, sucede en otro lugar del planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy quiero anunciarles, a pedido de Mi Hijo, que su Madre Celeste cerrará esta Peregrinación milagrosa que ha sucedido durante estos dos últimos meses en Europa.
Europa, en su conjunto, nuevamente fue liberada de muchos errores, no solo del pasado, sino también del futuro.
Esta Peregrinación lanzó nuevas semillas que muchos corazones de diferentes naciones supieron sembrar y cultivar dentro de sí.
El impulso entregado por medio de la Peregrinación atrajo liberaciones y redenciones importantes para las naciones europeas, que se fueron dando cíclicamente a medida que la Peregrinación se desarrollaba.
A pesar de que durante los últimos dos meses Mis servidores peregrinos tuvieron momentos difíciles y culminantes, quisiera decirles, hijos, que el enemigo y sus potestades fueron derrotados muchas veces y fueron devueltos a sus abismos más profundos, a donde Mi Hijo, por segunda vez, irá para juzgarlos y redimirlos.
Hoy Me tomo el tiempo de transmitirles este mensaje y estas informaciones para que, cada día más, la Obra, en su totalidad, sepa hasta dónde puede llegar una simple peregrinación o incluso una misión humanitaria.
Todo lo que se hace por amor tiene un efecto trascendental y llega a abarcar grandes planos de consciencia.
Aunque la Peregrinación por la Paz no haya finalizado en España, eso no significa que Mis hijos de ese país no reciban la ayuda espiritual que necesitan.
En España existen almas servidoras valiosas y preciosas, sobre las cuales la Madre de Dios puede fundar las bases de Su confianza, porque sé que siempre Me comprenderán.
Ahora que tantas naciones y pueblos de Europa fueron espiritualmente ayudados, quiero decirles, hijos Míos, que la Península Ibérica ya está preparada para ir al encuentro de otros pueblos y naciones europeas, a fin de llevar Mi mensaje de paz y de redención.
El próximo 21 de julio, día especial para el Cielo por su coyuntura universal y cósmica, la siempre Virgen María, Madre de la Humanidad y Señora del Santísimo Rosario, aparecerá en la Comunidad-Luz Flor de Lys para cerrar la Peregrinación por la Paz junto a Sus queridos hijos, dando testimonio, una vez más, del triunfo de Su Inmaculado Corazón.
Allí, Yo los esperaré para compartir, junto a todos sus hermanos del mundo, este importante momento de síntesis.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Atraigo a las almas del mundo hacia Mi Corazón para que, sin importar su raza, religión o nación, sientan la confianza de ingresar en el universo espiritual de Mi Corazón.
Esa es la razón por la cual su Madre Celeste y Virgen de Schoenstatt, hoy descenderá en Colonia y, en consecuencia, sobre toda Alemania, para que, después de la profunda tarea espiritual y redentora realizada en el día de ayer por Mi Hijo, Mis hijos de Alemania reciban un nuevo impulso espiritual, a fin de prepararlos para una próxima etapa.
Hijos, los encuentros aquí, en Alemania, no estaban previstos, surgieron de manera inesperada y eso atrajo hacia esta sufrida nación la Gracia expiatoria de poder recibir los verdaderos Atributos del Padre Celestial, los que reconfigurarán la esencia de la raza que aquí se encuentra, así como a su propósito original.
Todo esto es posible, tan simplemente, cuando las almas abren su corazón para acoger de inmediato la Divina Voluntad del Padre Eterno. Y cuando esa Divina Voluntad es realizada y manifestada en la superficie de la Tierra, muchas más almas se ven beneficiadas por una Gracia que no esperaban y que no merecerían recibir.
Responder al llamado de amor y de redención anunciado por los Sagrados Corazones genera grandes y victoriosas oportunidades para aquellos que, en este tiempo crítico que atraviesa la raza, deberán despertar a la Verdad que desde hace tanto tiempo buscan dentro de sí y no encuentran.
Esa es la razón espiritual y divina por la cual los Mensajeros de Dios descienden con la Luz del Reino de los Cielos a la Tierra, para que cada alma, independientemente de su creencia, raza o nación, tenga la Gracia de saber en su interior qué es lo que vino a hacer a este mundo, para que finalmente lo pueda cumplir.
Alemania necesita decididos grupos de oración para que las almas puedan abandonar el hipnotismo de estos tiempos, un camino que las lleva a la perdición y a sumergirse en las ilusiones.
Por ese motivo, la Madre del Redentor y Señor del Universo, hoy llega a la ciudad de Colonia para darles y entregarles el primer impulso que podrá abrir nuevos caminos de redención y de luz para las almas de Alemania y de Europa.
Hoy los impulso, por medio de Mi Presencia, a asumir una nueva etapa, para que esta nueva experiencia repercuta en toda Europa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Tiempos de Perdón y de Misericordia
Con la Gracia de Dios en Mi Inmaculado Corazón, vengo a revelarles el misterio del Perdón y de la Misericordia Divina, para la cual ningún error es eterno, ninguna condenación es definitiva ni inalterable, si las almas, arrepentidas, se abren de corazón para conocer el poder y la Gracia del Perdón y de la Misericordia.
Hoy, hijos Míos, vengo a invitarlos a curar en sus corazones las heridas que se abrieron por las marcas que dejó el pasado, por los errores cometidos contra la humanidad y contra el propio Dios.
En Su infinita Gracia, el Dios del Amor y del Perdón siempre está dispuesto a perdonar y a derramar Misericordia sobre Sus hijos.
Con la misma simplicidad con la que oran de corazón y claman por la paz, así, hijos Míos, el Creador abre Sus brazos para irradiarlos y borrar de sus espíritus y de sus corazones todas las manchas.
Conocer a Dios es saber el poder de Su Perdón y la grandeza de Su Misericordia, y temer alejarse de ella, no por un castigo eterno, sino por la necesidad infinita que el corazón siente del Amor de Dios, cuando verdaderamente lo conoce.
Ningún error es imperdonable cuando el corazón se dispone al perdón, cuando en humildad se rinde a los Pies de Dios para decirle: "Señor, aquí estoy, colocando a Tus Pies mis errores y mi existencia. Redime mi espíritu, lava mi corazón y conságrame a Ti, para que sea testimonio de Tu Gracia, en este y en todos los tiempos que vendrán".
Clamen por la Misericordia que brota incesantemente del Corazón de Dios y no dejen que este río de eterno Amor pase por sus vidas sin que beban de sus Gracias.
La única condenación eterna, hijos Míos, es aquella que es impuesta por el propio corazón humano que, por su ignorancia, orgullo e indiferencia, prefiere estar preso de sus enfermedades y sufrimientos que lanzarse, rendido, a los Pies de Dios y reconocer que estuvo perdido y que necesita encontrarse nuevamente.
El Creador de todas las cosas, que lanzó semillas de vida en el vasto Universo de Su Creación, aspira a recoger los frutos del crecimiento de Sus hijos, frutos que crecieron superando desafíos y que se harán fuertes, no por su belleza, sino por lo que guardan en su interior.
Los errores los hacen crecer en humildad y en entendimiento; los hacen reconocer que por sí mismos no conseguirán llegar a un propósito verdadero y que estarán prisioneros de sus propias ilusiones hasta que no se rindan al Amor de Dios y a Su eterna e insondable Verdad.
Pierdan, hijos Míos, el miedo a ser amados por un Amor desconocido e inmenso.
El Amor de Dios en nada se compara al amor vivido por los hombres, no porque los seres humanos no puedan amar como Dios, sino simplemente porque aún no se abrieron para amar como Dios.
Ese amor comienza cuando se permiten ser amados, transformados y curados por Su Presencia. Y después de haber sido bendecidos es que podrán multiplicar lo que recibieron.
Escuchen con amor lo que les digo y abran sus corazones a un nuevo tiempo y a un nuevo ciclo, pues ha llegado el momento de recibir Perdón y Misericordia, mientras esas Fuentes aún se vierten sobre la Tierra.
¡Yo los amo, los bendigo y les agradezco por escuchar Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Primera Serie de Poemas
Quinto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Expiraste, Jesús mío, en lo alto de la Cruz
y entregaste Tu Espíritu en las Manos de Dios.
Hoy, ante Tu misericordiosa Presencia,
te entrego toda mi vida, mi alma y mi voluntad,
para que según Tus Principios de Amor y de Luz
proyectes en esta pequeña vida
los tesoros sagrados del Paraíso.
Jesús mío,
hazme siempre pequeño y semejante a Ti,
como lo hiciste con Juan, el apóstol y profeta,
para que yo pueda conocer las grandezas
de Tu Misericordia y de Tu Piedad.
Vacíame por dentro completamente,
para que algún día me pueda rendir a Tus designios
con total apertura y entrega incondicional.
No me dejes, Señor, caer en tentación.
Libérame de los asedios,
libérame de las ilusiones.
Enciende en mi alma
el fuego sagrado del Espíritu Santo.
Porque así te daré a conocer en el mundo,
así como Tú, Esposo mío,
te has dado a conocer
con todos Tus misterios celestiales
a mi pequeñísimo corazón.
Ayúdame, amado Jesús,
a reconocer Tu Voluntad
hasta en los más pequeños detalles.
No dejes de guiarme
ni de bendecirme en ningún momento.
Borra de mi memoria todos los errores
y los miedos al fracaso.
Que me valga, Señor, Tu eterna confianza
para que, algún día, sea digno
de presenciar Tu Retorno.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Los que ofenden y avergüenzan Mi Corazón por sus pecados, faltas u omisiones, no son los que están a Mi lado y persisten, son los que por diferentes razones se alejaron de la guía de Mi Mano y de Mi Voluntad para poder realizar la propia.
Eso Me hiere más que todos los pecados que las almas que están a Mi lado pueden generar.
En verdad, Mi Misericordia se expande hacia los más miserables e imperfectos; pero ella no se derrama sobre los traidores o los injustos, porque todo parte de una Ley que es inalterable y autónoma y, como toda rectitud y bien surgen de esa Ley, su Maestro y Señor se rige por ella y no puede alterarla.
La vergüenza que Mi Corazón siente es por los que una vez estuvieron Conmigo y ahora Me dan las espaldas, no creyendo en Mis Palabras y menos en Mis actos.
Y por más que su Maestro ya sabía el destino de esos ingratos, el Amor de Mi Corazón manso no dejó ni un momento de amarlos, a fin de que algún espacio de sus consciencias se movilizara para despertar y aprender a amar verdaderamente.
Pero ahora ellos están con caras de barro, a punto de caerse por su propio peso.
Les pido, compañeros, que aprendan pronto de todo esto, para que en la hora más culminante nada los sorprenda.
Si en verdad y de corazón se entregan a Mí, nada les sucederá.
Ni piensen en actuar o en hacer todo como los de cara de barro que salieron despedidos por sí mismos, que no consiguen un lugar, y ni siquiera logran retornar.
Hoy les hablo con claridad porque espero que esto no se repita en ninguno de ustedes.
Gracias al Padre, el nido de cobras ya fue expulsado a su propio abismo, ya que en verdad ellos, de manera soberbia, aman más estar allí y menos Conmigo.
¡Les agradezco por encarnar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Postrada ante el sagrado Santísimo de Luz, hoy su Madre comulga de todos los códigos y de todos los méritos alcanzados por Jesús durante Su dolorosa Pasión.
Estos códigos son derramados como infinitas Gracias en los corazones que más lo necesitan y, así, se vuelve a llevar adelante la Obra de la infinita Misericordia de Dios.
Póstrense ante el Señor, así como lo hace su Madre Celeste, para que sus sentidos internos reconozcan la Presencia sublime de Dios, a través del Divino Hijo presente en la Eucaristía.
Reverencien este momento sagrado de poder estar a los Pies del Santísimo Señor, para que muchas más almas miserables, las que no reconocen ni viven la Pasión de Cristo, reciban del Cielo una Gracia inexplicable y renovadora.
Ustedes, Mis hijos, abracen su cruz y suban a lo alto del Monte Calvario, para que sus pecados sean perdonados por la Sangre derramada por el Cordero de Dios.
Lleven hasta lo alto del Monte Calvario el dolor de la humanidad de estos tiempos y transformen toda angustia en alegría y amor.
Que los divinos Códigos del Señor se irradien a todas las almas del mundo a fin de que se establezca la poderosa Misericordia del Redentor.
Sigan postrados ante el Santísimo, uniéndose a este misterio infinito de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con Mi Luz aparto de Mis hijos lo que causa el dolor y la aflicción, disuelvo de los espacios y de las consciencias lo que oprime al corazón y al espíritu.
Es con Mi Luz que concedo la liberación para el mundo y para la humanidad.
Con la Luz de Mi Espíritu atraigo para Mis hijos las Sagradas Virtudes de Dios, las que permiten despertar en los corazones el amor por el servicio y la caridad.
Con la Luz de Mi Corazón establezco en el planeta el triunfo del Reino de Dios y la expansión de la Misericordia Divina en los mundos internos.
Es esta Luz la que concede la sabiduría y el perdón a los corazones que se arrepienten de verdad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Concentra tu atención en Mi Corazón, que es el predilecto refugio de las almas simples y amorosas.
Unido a cada una de ellas, su Maestro y Señor hace prodigios, porque, así como las almas buenas entran en Mi Corazón, Yo puedo comulgar de las almas humildes.
El primer paso es sentirte dentro de Mi plenitud celestial.
El segundo paso, para estar en Mi Corazón, es reconocer el Océano de Mi Misericordia porque allí todo se lavará y estarás purificado.
El tercer paso es perdonarte a ti mismo o al semejante y establecer, así, un acto de reparación capaz de disolver los sufrimientos humanos para que reine el Amor de Dios.
Entra en Mi Corazón en confianza y, allí, todo se aclarará desde el primer momento.
Siéntete partícipe de la Obra de Mi Misericordia para que, por medio de tu alma, esa Obra de Misericordia y Redención se refleje al mundo.
Decídete, ahora, a permanecer en Mi manso Corazón y Yo te abrigaré y te protegeré de las tempestades del espíritu.
Comulga Conmigo en este día y siéntete renovado por la acción poderosa del Espíritu Santo.
Ten mucha fe.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los absuelve,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Queridos hijos:
La humanidad como consciencia debe rendirse a Dios para que todas las faltas cometidas sean perdonadas, y los corazones sean aliviados y liberados de su cautiverio interior.
Mientras no haya verdadera entrega y disposición a Dios, la humanidad que aún no se arrepiente sufrirá mucho y aprenderá a tomar consciencia de sus errores por medio de los efectos ocasionados por todas sus decisiones.
Anuncien al mundo y a todos los que encuentren por sus caminos que llegó la hora de rendirse a Dios, de colocar la cabeza en el suelo y de pedir misericordia y perdón para que antes de los últimos grandes acontecimientos las almas encuentren el camino de salvación.
Para eso, vengo a pedirles a todas las almas del mundo la consagración diaria a Mi Materno e Inmaculado Corazón, a fin de que Yo pueda cada vez más interceder por todos los que están perdidos e hipnotizados por las trampas de Mi enemigo.
Deseo en esta hora, hijos Míos, que todos puedan abrir sus ojos y salir de la ilusión mundial que atrapa a millones de almas.
Díganle a las almas que se consagren día a día a Mi Inmaculado Corazón, para que la mayoría pueda vivir un verdadero arrepentimiento de sus pecados y así reciban la Gracia de una victoriosa redención directamente de Mi Amado Hijo.
Recuerden que el arrepentimiento de corazón abre las puertas al Reino de los Cielos para que descienda la Divina Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como la Madre de la Justicia, a través de Mis pedidos, Yo les hago conocer la Ley de Dios y los efectos positivos que tiene en esta humanidad.
Para encontrar el camino de la Ley y vivir en ella, Yo les enseñé, hijos Míos, el verbo de la oración, porque la oración del corazón es una Ley poco conocida. Aquel que se une a ella, descubre y sabe cómo estar dentro de la Ley del Creador.
Hoy, la humanidad está lejos de la Ley del Equilibrio, de la Armonía y, principalmente y, principalmente de la Ley del Amor Divino, todo esto es consecuencia de que el hombre crea sus propias leyes y las lleva adelante ignorando por completo que la verdadera Ley es la del Amor y la de la Unidad Interior.
Las leyes de la Tierra dominan consciencias y regiones distantes y esto recae siempre sobre los más desprotegidos. Por eso, como su Madre de la Justicia, les enseño en este tiempo cómo deben buscar y encontrar la Ley Interior a través de los actos de amor y de caridad.
De esa manera, hijos amados, estarán camino del encuentro de las Leyes de Dios. Recuerden, queridos hijos, que las primeras Leyes que Dios les entregó a través de Moisés fueron los Mandamientos, que en estos tiempos están completamente olvidados y no son cumplidos.
Las Leyes Divinas perduran y actúan a través de los tiempos, de los universos y de la humanidad. Cuando las Leyes no son cumplidas y son alteradas por la humanidad, se padece el resultado y la consecuencia de ello.
A través de los Mandamientos que Dios transmitió por medio de Moisés, toda la raza debía ser educada y preparada para encontrar el camino de la rehabilitación y de la paz. Ahora, que todos pueden ver cómo la humanidad transgrede la Ley, Yo los invito, hijos, de forma especial e inmediata, a vivir en las Leyes de Dios antes de que sea demasiado tarde.
La primera Ley que deberán practicar e implantar en sus vidas, es la Ley del Perdón y de la Reconciliación; solo con esos dos principios tendrán trabajo y esfuerzo para conseguirlo. Y recuerden, Mis amados, que su Madre de la Ley siempre está presente para ayudarlos a crecer desde el corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva al conocimiento de las Leyes de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Confesión nutre la consciencia y la purifica porque, ante Mí, evidencia los errores y las pruebas que el Señor envía para trascender y superar. En la Confesión diaria del alma a Mi Sagrado Corazón se armonizan todos los espacios de la consciencia, y Mi Rayo de Pacificación puede ordenar cada vida.
En la Confesión existe el Misterio del Amor Divino, que va siendo revelado al alma que se dispone a desterrar los obstáculos que crean los diferentes aspectos de la vida.
Por la Confesión, como acto de reparación y de misericordia, las consecuencias previstas para la consciencia pueden cambiar por la intercesión de la Ley de la Gracia y de la Ley del Perdón.
Aquella alma que se dispone a confesarse Conmigo estará ingresando en el universo de Mi Compasión, y desde ese perpetuo espacio se borrarán del corazón las secuelas que continúan hiriendo la esencia de cada ser.
En la Confesión se construye el templo de la comunión Conmigo, y así las almas escapan de los engaños y de las tentaciones que el enemigo impone a cada nueva prueba.
Durante la Sagrada Confesión los corazones podrán construir un nuevo y pacífico espíritu, Espíritu de Dios que les permitirá encontrar luz y sabiduría sobre todos los asuntos de la vida.
La Confesión no es un reconocimiento de las culpas o de los errores: la Confesión es el puente a la Infinita Misericordia del Señor.
Por la Confesión se desatan los nudos que impiden la unión perfecta de las almas Conmigo.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con amor.
Cristo Jesús, el Fiel Confesor
Como Madre de los cristianos y de los no cristianos, en el nombre de la Luz de Mi Hijo, intento, día a día, retirar a muchas almas del largo desierto interior en el que viven por la falta de fe y de amor en el corazón.
En estos tiempos, queridos hijos, que vuestros corazones sean precursores activos de Mi llamado por la paz y por la salvación de las criaturas.
Queridos hijos, como Madre y Puerta del Cielo, hoy les pido que busquen a Dios dentro de vuestros seres internos, al Amor del Padre, al Espíritu Inmaculado de la Paz, porque ese Espíritu les permitirá crecer y los fortalecerá para las decisiones en la vida, en la mente y en el espíritu de cada uno.
Hoy los estoy llamando a preparar, con consciencia, vuestras moradas para que en poco tiempo, Jesús, el Rey del Universo, el Maestro de los maestros, encuentre reposo en moradas puras y cristalinas donde se pueda derramar Su Absoluta e Insondable Misericordia.
Queridos hijos, el mundo está viviendo grandes pruebas en la fe y en la vida de muchos corazones; por este motivo Yo les pido que coloquen a los millones de hijos que tengo a Mi resguardo en el verdadero ejercicio de vuestras oraciones para que ellos ingresen en la definitiva Ley del Perdón y de la Misericordia.
Como les he dicho, queridos hijos, este es un último ciclo para la confirmación de los corazones delante de los Planes de Dios. La humanidad puede vivir en el nuevo Plan de Dios, Plan que los llevará a permanecer en el verdadero estado de la paz y de la reconciliación.
Hijos Míos, es muy importante mantener encendido el fuego de la oración del corazón, oración que los une con el Sagrado Espíritu Divino de Mi Hijo. Pero para que eso suceda, queridos hijos, vuestros labios solo deben pronunciar palabras de amor y de paz, palabras que broten desde el corazón, palabras que alivien el gran sufrimiento que viven muchas almas solitarias.
Hijos Míos, hoy de nuevo les suplico y les hablo con el inmenso Amor de Mi Inmaculado Corazón, porque como ustedes saben, estos ya son los últimos anuncios que Dios Me envía a transmitir para todos los corazones.
Delante del nuevo tiempo que llegará, hijos Míos, que vuestros corazones, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos sean misericordiosos para que dentro de ustedes reine Dios, reine por siempre el Amor de Mi Hijo.
Guarden en ustedes la gratitud para que ella irradie humildad y Misericordia.
Gracias por responder a Mi llamado.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Solo encuentren el refugio en la Casa de Dios.
Solo esperen con alegría la llegada de Mi Hijo.
Solo aguarden en oración para encontrar la paz.
Queridos hijos:
Hoy los llamo a reverenciar a Dios, el Gran Creador del Universo. Cada nuevo día debe ser una alabanza para el Señor porque así, vuestras vidas serán partícipes de Su Ley de Amor y de Perdón.
Mis hijos olvidan al Padre Eterno. Hoy les recuerdo que siempre deben volver al universo elevados, como almas, a través de la oración. Esperen con alegría la llegada del Enviado de Dios, el Rey del Amor Redentor, Mi Hijo Glorificado, porque en esa espera ustedes estarán abriendo sus corazones para lo nuevo que viene de Jesús.
Reverencien al Creador como Camino de Consagración de sus vidas a la Voluntad del Padre. Sepan, hijos Míos, que en cada acto de reverencia estarán alabando a Dios y, así, formarán parte de la armonía que el mundo tanto necesita y que ha perdido porque olvidó reverenciar al Creador.
Hoy los invito a recordar este acto de reverencia que los llevará a vivir en la devoción del corazón, sendero que se abre para el encuentro de la fe.
Queridos hijos, si la humanidad amara a Dios Creador, los planes ya serían otros. Como Mediadora, les quiero hacer descubrir Su Amor en cada uno de vuestros corazones. Es tiempo de reconocer que sin Jesús, poco podrán ver el camino. Jesús es la visión que, como Luz, ilumina la vida para redimirla. Y para que eso suceda, es importante orar con el corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Perdonen! ¡Perdonen! ¡Perdonen cada una de sus vidas para que el mundo también alcance el absoluto perdón!
Hijos Míos, hoy los llamo al ejercicio del perdón en el corazón, un acto necesario que debe emanar de sus corazones. De esta manera, queridos hijos, el perdón los llevará a encontrar la Divina Misericordia.
Por eso, Mis hijos, permitan ser tocados por los dos Rayos Divinos que brotan de Mi Hijo para el mundo. Así, queridos Míos, encontrarán un camino más firme en este tiempo de cambios. Si oran con fe y compasión hallarán los Rayos Misericordiosos de Cristo y Él, en Su Inmensa Gloria y Paz, los conducirá hacia el Padre Universal.
Queridos hijos, no teman por cuanto han fallado; lo importante es que sus intenciones y sus corazones se transformen a través de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Por eso, cuando hayan caído, clamen por el misericordioso perdón para que la Luz del Divino Corazón de Mi Hijo los pueda ayudar a revertir los errores.
Hijos Míos, diariamente el mundo ofende a Dios; por eso, sus oraciones con amor ayudarán a la humanidad, y también cuando cada uno de ustedes reconozca que está aprendiendo en este mundo.
Queridos hijos, sean como Lázaro: resuciten por la Presencia del absoluto Amor de Mi Hijo para que, en esta hora, sus corazoncitos se fortalezcan en la oración y en el amor hacia el prójimo.
Oremos por la conversión de todos los corazones.
Gracias por responder a Mi llamado.
Paz en sus corazones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más